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Metodos de Introduccion de Renacimiento

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MEDIOS DE INTRODUCCIÓN DEL RENACIMIENTO EN PORTUGAL

En torno a la década de los 30, las formas manuelinas estarán totalmente superadas. Muchos
de los arquitectos que trabajaron el manuelino, evolucionaran a las formas renacentistas. El
renacimiento portugués será una época de máxima actividad artística.

Portugal asumirá el lenguaje internacional del Renacimiento, pero con una serie de elementos
nacionales. En un primer momento nos encontraremos edificios que apenas modificaran su
estructura como es el caso de la Iglesia de Caminha, que sigue mostrando las mismas
estructuras anteriores, no obstante, será en la portada donde se perciban los nuevos
elementos traídos de Italia.

Los modelos que vemos son los elementos del Quattrocento que están llegando con casi un
siglo de retraso.

También nos encontramos con que en el territorio portugués se desarrollaron temas como el
candelieri de forma muy tosca. Al estar copiado de la tratadística produce el relieve es muy
plano y esto es visible en la Claustro del Monasterio de Belem.

Hay que destacar por encima de todo, cuatro vías de introducción del renacimiento en
Portugal: la italiana, la flamenca, la francesa y la hispana.

- VÍA FRANCESA

La primera que habría que destacar es la vía Francesa, pues hay que destacar la presencia de
artistas franceses en la península ibérica. A principios del siglo XVI había numerosos escultores
franceses como Nicolás de Chantarem y Felipe Vigarny. Ambos llegaron a la península a través
de Santiago de Compostela. No hay que olvidar que en esta ciudad había una actividad
frenética, en lo que se refiere al arte. En el caso de Chantarem llegó a Santiago en el momento
de mayor actividad. Por su parte, Vigarny realizará las primeras obras en la ciudad de Burgos.
Chantarem, más adelante se establecerá en Portugal realizando en este país su principal
producción. Estos dos ejemplos no fueron aislados, se pueden mencionar muchos artistas
franceses que siguieron el mismo camino. El panorama en Portugal, cuando irrumpieron estos
artistitas, estará marcado por el manuelino, pero poco a poco se fueron introduciendo
elementos renacentistas, como el candelieri.

También habría que señalar otro aspecto en el mismo contexto. Durante el segundo tercio del
siglo XVI, habrá una carencia de tratados muy acusada en el país portugués. Se puede citar a la
figura de Francisco de Holanda, un artista muy importante durante la época, que a veces se lo
ha considerado tratadista, pero hay que especificar que su vía de trabajo comenzará a tener
relevancia en el tercer tercio de siglo, por lo que es muy tardío. El padre de este autor se
establecerá en Portugal a finales del siglo XV. Su hijo será becado para ir a Roma y formarse.
Será el encargado de introducir las formas clásicas más directas. No se puede considerar como
un tratadista como tal, sino como un erudito de la época, ya que a su disposición tenia
numerosos dibujos y planos de lo que se estaba realizando en Italia durante la época. Algunas
de sus obras teóricas nos hablan de las necesidades de la ciudad de Lisboa. Este es el caso de
su libro: “Las obras que necesita Lisboa”, donde se defendía las necesidades de algunos barrios
como el de San Roque. Además, en sus escritos se recogen la actividad de los principales
pintores de la época. En definitiva, su obra es muy importante, porque siempre se movió en
círculos humanistas, pero realmente su aportación fue bastante tardía por lo tanto no se le
puede considerar promotor de la introducción del renacimiento en Portugal. Hay que tener en
cuenta que algunos tratados europeos estaban circulando en Portugal, pues se constata por el
ejemplo la existencia de tratados franceses o estampas de Alberto Durero. Estos modelos eran
utilizados para realizar las portadas de las nuevas iglesias. La influencia francesa será muy
acusada.

- VÍA FLAMENCA

Por otro lado, habría que destacar la vía Flamenca, sobre todo por la circulación de grabados,
en los que se vislumbran el desarrollo del grutesco, pero no el italiano, sino la reinterpretación
de Flandes. El comercio de pintura y retablos también serán muy comunes durante esta época,
al igual que pasada en España.

- VÍA ITALIANA

Muy importante fue también la vía Italiana. Por una parte, hay que destacar la circulación de
Tratados italianos, pero también la presencia de artistas italianos. En la obra Vidas de Vasari,
se nos habla de la presencia del escultor Andrea Sansovino en Portugal, sin embargo, no se
conserva nada de lo que pudiera realizar este artista en el país. Aunque no se conserva nada
del artista es importante señalar la presencia de este artista italiano en Portugal. Con respecto
a los tratados, se sabe que estaba circulando algunos como el de Vitrubio, o el Diego de
Sagredo, en este caso español. Quizás, lo más importante es que en este sentido es que este
último tratado se tradujo al portugués solo 20 años después de su realización. Se pueden
mencionar también el tratado de Serlio.

- VÍA HISPANA

Por último, habría que hablar de la vía Hispana, con el trasvase de artistas y canteros españoles
en tierras portuguesas. A partir de 1580, las coronas españolas y portuguesa van a estar unidas
bajo el reinado de Felipe II. Es el periodo al que llamamos manierismo. Artistas como Juan de
Herrera, estará supervisando las empresas que se estaban desarrollan en Portugal durante
estas fechas. Hay que insistir en la circulación de dibujos y portadas de libros, donde se
difundirán los modelos rápidamente. Sabemos que Diego de Riaño huyó de Sevilla por un
conflicto y pidió asilo en Portugal, donde trabajó como arquitecto, sin embargo, se desconoce
la obra que realizó.

La asimilación de los modelos florentinos se fueron desarrollando rápidamente. Se pueden ver


reminiscencias en la Capillas Imperfectas, pero también en la Capilla de Nuestra Señora de la
Concepción en Tomar. Es una pequeña capilla de una sencillez extrema, pero en el interior se
acusan las soluciones renacentistas. La obra de la atribuye a Juan del Castillo, lo que nos dice
que este artista asimila los nuevos modelos, pero de una forma muy fría. Esta arquitectura se
desarrollará de forma común en el segundo tercio del siglo XVI. Las soluciones nos recuerdan a
las realizadas por Alberti en el Templo de Malatestiano. Hay gente que piensa que este Juan
del Castillo, es el hijo del que tratábamos en el tema referente al manuelino, sin embargo esto
no es claro. Es una iglesia de tres naves, con una arquitectura fría, elegante y de gran pureza
renacentista, a excepción de algunos detalles. Más que un templo propiamente dicho, parece
un Mausoleo realizado para Juan III.

A partir de la década de los 60 se desarrollará una arquitectura portuguesa más original, lo que
nos habla de la asimilación de modelos. Si nos desplazamos hacia la zona del Alentejo,
podemos hablar de un núcleo renacentista bastante importa: Évora. Los modelos de Sagredo
fueron totalmente sintetizados en esta ciudad. Hay que recordar que en esta ciudad se
conservaban restos de la ciudad romana, y en ella se afincaban numerosos humanistas y
eruditos. Estas personas se dedicaran a la trascripción de las rotulaciones latinas que iban
apareciendo. Podemos destacar en este sentido el aljibe de la Casa del Agua. Se conserva
actualmente muy poco, pero era en este lugar donde se recogía el agua que traía el acueducto
a la ciudad. El Acueducto que traía el agua a la ciudad era el Acueducto de Agua de Prata.

A las afueras de Évora podemos encontrar la Iglesia del Buen Jesús de Valverde, obra de
Miguel de Arruda. De nuevo nos encontramos ante un edificio de pequeñas proporciones y
planta centralizada, que se debe al trabajo de los grandes eruditos de la ciudad. Los elementos
renacentistas están perfectamente tratados. Se puede hablar casi de micro arquitectura
renacentista.

De mayores proporciones pero en la misma línea se puede citar la obra atribuida a Miguel de
Arruda: la Iglesia de Gracia de Évora. En tiempos de Juan III, a la ciudad de Évora se la conocía
como la Nueva Roma por el interés de la arquitectura clásica. El ejemplo de esta iglesia es uno
de los más interesantes y más conocidos del país portugués. En la actualidad esta anexa a un
conjunto monacal. La iglesia es de pequeñas proporciones. Se aprecia el eclecticismo de los
modelos italianos. La iglesia se fecha en torno a 1540 y se presupone la participación conjunta
de Miguel de Arruda y el escultor Nicolás de Chantarem. Se cree que también se pudo
construir para que sirviera de panteón de Juan III. La participación de estos dos artistas puede
explicar las incongruencias del edificio, pues las proporciones no destacan por su buen trabajo.
La iglesia solo tiene una nave y responde a los modelos palladianos. El frontón puede deberse
a una intervención posterior. Se utiliza un lenguaje clásico, con columnas toscanas que marcan
el lenguaje sobrio. Flanqueando la portada se realizan dos pequeños nichos que siguen los
mismos modelos de la fachada. Sobre todo destaca desde el punto de vista de la
espectacularidad de las pilastras que

sirven de base a los gigantes que soportan esferas llameantes y da la sensación de que van a
aplastar la fachada.

Habría también que mencionar el Claustro de la Sede de Viseu, donde parece que intervino el
arquitecto Francesco de Cremona. En él se interpretan libremente los modelos de los tratados,
abriendo así un campo experimental. Se sabe que Cremona había estado trabajando en las
obras de San Pedro del Vaticano bajo las órdenes de Rafael, por lo que era un artista
conocedor de las soluciones renacentistas. Los modelos son tomados directamente de los
tratados, por lo tanto, estos modelos no están asumidos en Portugal.

Una vez introducido el Renacimiento en Portugal veremos cómo surge la arquitectura


Manierista. Dividida por dos generaciones, la primera protagonizada Diego de Torralva y el
estilo Chão donde destaca la familia de los Álvares, y una segunda generación protagonizada
por Felipe Terzi.

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