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Articulo de Opinión, Gestion de Aprendizajes

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DESAFIOS DE LA EDUCACION Y SU IMPACTO EN LA AFECTIVIDAD CON UN

EFOQUE POST PANDEMIA


1
Vigo Pérez, Estrella del Rosario

INTRODUCCIÓN

A partir de los primeros reportes médicos de los focos de contaminación de la cepa viral
catalogada como SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan-China y su diseminación en diferentes
regiones de Asia, el 30 de Enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decide
declarar a esta enfermedad como una emergencia de salud pública de preocupación
internacional. Posteriormente, en el mes de Marzo, tras una evaluación de los alarmantes
niveles de propagación del virus en diversos países del mundo, la OMS eleva la categoría de la
enfermedad de epidemia a pandemia (Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2020). En
Perú, este hecho desencadenó la suspensión de actividades académicas presenciales a partir
del 22 de Marzo de 2020 en todos los niveles educativos del territorio nacional.

De acuerdo con los datos aportados por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2020) y el Fondo de la Naciones Unidas para los
niños (UNICEF, 2020), el cierre temporal de las instituciones educativas debido al cumplimento
de las medidas de distanciamiento social ha afectado a un 89,4% de estudiantes inscritos en
los sistemas educativos de 184 países, para un total aproximado de 290 millones de
estudiantes en todo el mundo. Esta situación ha traído efectos negativos

El convivir con otros es parte fundamental de la vida humana, presente en todo momento y
organización de la sociedad. La educación superior no es ajena a este aspecto, pues es allí
donde la convivencia, marcada por la intensidad, cantidad y calidad de las interacciones, afecta
el desarrollo de sus miembros, en particular de los estudiantes.

La dimensión emocional y afectiva en la escuela no es un tema que se aborde de manera


reflexiva en muchos de los niveles de educación de nuestro país. Asumir la necesidad de
comprenderla dentro de la vivencia escolar, como parte fundamental del desarrollo de la
competencia comunicativa y ciudadana, es un ejercicio que surgió de las necesidades
presentadas en el interior del espacio académico por parte de las estudiantes.

Son varios los criterios que permiten que esta dimensión humana se fortalezca y construya. Sin
embargo, debido a las necesidades pudimos establecer en un principio que hay dos factores
que debemos trabajar para iniciar un proceso de descubrimiento de esta dimensión en el aula:
la autoestima y la motivación.

Por lo cual el presente trabajo tiene como objetivo principal enfocar y brindar una breve
descripción del fenómeno que está afrontando la educación con los nuevos desafíos y la forma
en como está afectando en la afectividad de los elementos integradores alumno docente,
espero que este articulo sea de utilidad y pueda servir para analizar profundamente esta
problemática en la sociedad.
DESARROLLO

SERVICIO DOCENTE
En el marco de todo lo expuesto hasta aquí, es claro que el sostenimiento y la continuidad de
una política pública de formación docente en servicio de largo aliento y enfocada en la
profesionalización requiere afrontar desafíos a varios niveles. (UNESCO, 2019)

a. Enfoques
El desarrollo de competencias profesionales supone exigencias distintas a las asumidas
anteriormente por los programas ofertados desde el Ministerio de Educación, pues trasciende
tanto la noción de un docente actualizado en información disciplinar, como la de un simple
aplicador de instrumentos didácticos y de planificación.
En efecto, en las últimas tres décadas han predominado programas tan desenfocados de la
práctica de los docentes que se han desarrollado sin aplicarles evaluaciones de entrada y
salida, o centrándose exclusivamente en metas cuantitativas de cobertura, sin diferenciar
estrategias de atención de acuerdo a sus niveles previos de habilidad y experiencia. Además, la
evidencia de los últimos diez años indica que los cursos y talleres se concentraron
fundamentalmente en contenidos disciplinares, apoyados en métodos tradicionales.

b. Modalidades
La deficiencia de formadores de alto nivel adscritos a los nuevos enfoques curriculares,
pedagógicos y profesionales, en el número suficiente además para asegurar una formación de
calidad en modalidad presencial a gran escala, se ha puesto dramáticamente en evidencia en
todos los programas precedentes. La heterogénea calidad del personal convocado por las
instituciones formadoras para esta tarea y su débil alineamiento con las nuevas apuestas
estratégicas de la formación han sido una constante.
Todas las evaluaciones coinciden en que este problema no se podrá subsanar en el corto plazo.
Esto conlleva la necesidad, de un lado, de generar un programa de formación de formadores
ad hoc, que vaya cerrando la brecha a mediano y largo plazo; y, de otro lado, la de enfatizar
aún más la modalidad virtual a través de múltiples plataformas. Si bien tiene menos garantía
de impacto que la presencial, tiene la virtud de llegar a todos y puede incluir mecanismos que
permitan, cuando menos, una alta fidelización, consultas rápidas en línea y evaluaciones
presenciales exigentes para la certificación.

A pesar de haberse generado oferta bajo esta modalidad desde hace varios años, hacerlo
ahora para todo el universo docente y con una perspectiva que trascienda la mera
información, es un reto mayor que deberá asumirse con la mayor flexibilidad y creatividad
posible. Además, los actuales e importantes avances en conectividad y en infotecnología
proyectan escenarios de mayor desarrollo para la educación digital.
De otro lado, debe estar claro que para desarrollar competencias profesionales se van a
requerir procesos de largo aliento y la combinación de una gran variedad de estrategias. Los
clásicos cursos y talleres, además de redefinir y diversificar su metodología, deberán
complementarse con pasantías nacionales e internacionales a experiencias destacadas,
investigaciones, proyectos institucionales de buenas prácticas, acompañamiento pedagógico,
difusión de innovaciones, estrategias de asistencia técnica, monitoreo externo y entre pares,
además de la activación de comunidades profesionales de aprendizaje en cada institución o
red educativa del país.
A fin de mantener la coherencia con las apuestas pedagógicas en la educación pública básica y
superior, es necesario dejar atrás la ilusión de que un docente puede lograr competencias en
talleres de tres días o a consecuencia del efecto multiplicador de una capacitación en cascada.

c. Itinerarios y tramos formativos


Docentes, directores y formadores tendrán por primera vez no solo una oferta formativa
diferenciada, como también la han tenido en el pasado, sino además itinerarios formativos
propios, con niveles de progresión en las competencias que le son específicas a su rol. Esto es
un gran avance respecto de programas anteriores. Sin embargo, la idea de ofrecer programas
formativos que desarrollen competencias profesionales supone reconocer dos cosas:

- En primer lugar, los docentes que están en ejercicio no tuvieron la oportunidad de


desarrollarlas durante su formación inicial porque ésta nunca se enfocó en este tipo de
aprendizajes y, por lo tanto, están partiendo prácticamente de la misma línea técnica,
más allá de las diferencias de experiencia o de habilidades específicas.

- En segundo lugar, desarrollar competencias supondrá una combinación de estrategias


y modalidades en un horizonte de mediano plazo, pues una competencia requiere
recurrencia, ensayo error y acompañamiento, lo que no puede lograr en un taller, por
muy intensivo que éste sea.

No obstante, es posible que a medio camino del proceso haya docentes que avancen más y
mejor que otros, lo que supondría pensar más adelante en una oferta formativa especial para
maestros que se ubiquen en un nivel superior de desempeño respecto de los estándares
básicos que puedan servir de referentes a los programas comunes. Esta posibilidad debe ser
considerada en la planificación de la política, aunque no parezca necesario implementarla
desde ahora.

d. Articulación entre la Formación Docente en Servicio y la Formación Inicial Docente


Existe al fin una matriz común de competencias y estándares que articula el perfil de egreso de
los institutos pedagógicos, hoy en trance de convertirse en Escuelas de Educación Superior,
con los objetivos de la formación en servicio, todos alineados a las competencias del Marco de
Buen Desempeño. Pero la idea de una formación inicial docente que asegure en los egresados
aquellas competencias iniciales que la formación en servicio continuará desarrollando bajo la
misma matriz de progresión, es en realidad una visión más que una premisa. Llegará el
momento en que esto ocurra, cuando las instituciones formadoras logren alinearse no solo
curricularmente, sino también pedagógicamente a los estándares del Marco de Buen
Desempeño Docente.
Esto tendrá como requisito una revolución paradigmática en los formadores actuales o en una
nueva generación de ellos. Lo que es claro es que tanto la formación inicial como la formación
en servicio deberán formar por primera vez en un nuevo concepto de docencia y alistarse a
preparar para el desempeño de un nuevo rol profesional. Las condiciones normativas están
dadas; se necesita ahora invertir esfuerzos en acompañar este proceso de reconversión con la
calidad y la perseverancia que se requiere, sin que los cambios de gestión ministerial pongan
en riesgo cíclicamente las apuestas de largo plazo.

e. Gestión
Otro desafío que se puede desprender del balance de tres décadas de formación en servicio,
es el referido a la gestión de las políticas formativas. Más que acciones aisladas de capacitación
–léase cursos sobre temas diversos–, se requiere un sistema de formación docente en servicio
de carácter nacional y continuo que apueste por la profesionalización, con objetivos de cambio
en las prácticas a corto, mediano y largo plazo.
Como esta publicación busca evidenciar, se han venido elaborando modelos y lineamientos de
política para la Formación en Servicio que deben dibujar este sistema, fortaleciendo el rol
rector del Ministerio de Educación en el liderazgo del proceso, pero sin subordinarlo a los
sucesivos cambios en la gestión ministerial.
En este esquema es importante la participación protagónica de las instituciones formadoras y
de los Gobiernos Regionales tanto en la gestión descentralizada del sistema como en la
generación de una oferta local de calidad, a cargo de entidades y personal certificados para
este rol, con programas ajustados a los lineamientos comunes basados en los estándares del
Marco de Buen Desempeño Docente y estrictamente complementarios con la oferta nacional.
Esto va a requerir estrategias de gestión ad hoc, pues el modelo organizacional de las
instancias de gestión descentralizada no está en condiciones de hacerse cargo de este sistema.

Desde mi punto de vista nos damos cuenta que en este proceso se ha dado alineamiento a que
el docente sea competente para formar el conocimiento, pero lo que vemos actualmente, con
los nuevos cambios que han pasado durante la pandemia, se presentaron brechas en las
competencias, lo que ha originado una problemática de poder sistematizar estas
competencias. Entonces esto involucra a dar un cambio en las políticas educativas, por lo cual
el enfoque debe articularse a que el docente esté capacitado, tenga conocimientos
tecnológicos, herramientas virtuales para poder articular las perspectivas de enseñanza de
acuerdo a las situaciones que hoy el mundo enfrenta.

La educación ya se transformó, ya no es una formalidad de estudiar una profesión o una


carrera, sino más bien se ha transformado en niveles en los que hay que interactuar, puesto
que el docente debe estar preparado y el enfoque debe estar más estructurado en formar
integralmente al docente para el servicio educativo.

Durante la pandemia se han generado una modalidad de trabajo, que es la modalidad remota
o virtual para contrarrestar los contagios en los niveles de la educación, de modo que ha
cambiado la forma del trabajo del docente. Hoy día afrontamos entornos virtuales, situaciones
que han transformado las modalidades de trabajo, circunstancias que permiten que el docente
debe analizar, estructurar y secuenciar los modos de enseñanza. Esto es una problemática ya
que hay una brecha también en la parte de la modalidad, debido a que el gobierno en sus
políticas educativas no ha coberturado infraestructura tecnológica en los colegios, institutos y
universidades públicas.

Entonces para coberturar una modalidad para circunstancias y para formas ahora globalizadas
es necesario que las modalidades estén bien definidas, bien estructuradas y con un soporte
tecnológico adecuado, estandarizado para poder diseñar estrategias y lograr los aprendizajes
que los alumnos necesitan
Hay diversidad de elementos que conllevan a una buena formación docente, esto involucra a
todo un proceso, este está vinculado a las políticas educativas del gobierno debe arTICULARSE
en cada sector educativo, que permitan que estos elementos integradores den resultado,
siempre son articulados coherentemente pero no en la práctica. En la práctica vemos que hay
deficiencias en el servicio docente en los 3 niveles de educación, por lo tanto el sistema genera
muchas perturbaciones lo que permite generar brechas educativas, entonces si el docente no
tiene elementos claves para articular su formación, sus competencias, para generar un servicio
de calidad donde su enfoque sea secuenciado en estrategias adecuadas para que los alumnos
tengan el resultado objetivo de un verdadero aprendizaje.

Hoy vemos después de la pandemia que ha desvestido a la educación, tenemos muchos


problemas en coberturar, hay mucha deserción educativa, mucho desempleo ya que no se han
desarrollado las verdaderas competencias a nivel de la formación en la educación. Hay mucho
factor novedoso pero es correcto las políticas ejercidas a nivel de gobierno implementar
dimensionar exigir, sabiendo que a nivel presupuestario no es coherente, porque cada vez los
presupuestos educativos son bajos, entonces que vamos a exigir si a nivel de gobierno no
tienen la amplitud para poder coberturar los elementos presupuestales que permitan generar
estrategias, que permitan solucionar los problemas educativos, entonces siempre va ser un
dilema, siempre será un enfoque a una simple literatura, pero en el contexto no hay resultados
ni en el corto ni mediano plazo, ni aun así un futuro a largo plazo.

Los escenarios son negativos en la educación, hay muchas metodologías sí, se pueden aplicar
también, pero siempre habrá una barrera que no va permitir poder desarrollarlas
adecuadamente y ese es el problema aquí en el Perú, que no hay una política educativa
sustancial, coherente y objetiva.

IMPACTO EN LA AFECTIVIDAD (Valencia, 2017)

La dimensión afectiva no entra en contradicción con el componente cognitivo, al contrario, la


relación entre ellas permite a los estudiantes un aprendizaje más firme y completo, pues se da
la posibilidad de comprender al ser humano como un todo que articula estas dos realidades.
Fomentar la dimensión emocional y afectiva en el aula a través de secuencias didácticas abre
estrategias para el trabajo cooperativo entre pares, ya que desarrolla la inteligencia
interpersonal pues el ser humano solo es comprensible en su relación social y cultural.

Las relaciones que mantenemos con otros sujetos ayudan a la configuración de nosotros
mismos, posibilita relaciones afectivas construidas desde la base de la confianza, la solidaridad
y el reconocimiento responsable de quienes forman parte de nuestro entorno. Tener en
cuenta, al elaborar nuestros materiales, las inteligencias interpersonales e intrapersonal dará
garantías de éxito en las tareas que los estudiantes realicen en los diferentes niveles donde
deban actuar.

Sin embargo, el trabajo más difícil es percibirnos a nosotros mismos. Tener la capacidad de
entendernos, aceptarnos y valorarnos en nuestras fortalezas y potencialidades es una tarea
que se debe trabajar en el aula para que seamos capaces de aceptar el error, auto valorarnos,
establecer metas y gestionar el proceso como agente, así como asumir el aprendizaje como
autogestión y no por aprobar un examen.
Fomentar la autoestima es una actitud de afecto y comprensión por parte de los profesores. La
cercanía afectiva con ellos es una muestra de los cambios que se pueden establecer en el
interior del aula ya que predispone a los estudiantes a dedicar más tiempo en la realización de
las tareas de aprendizaje y a alcanzar resultados cognitivos más satisfactorios para todos.
En esta parte vemos que es un elemento cualitativo, un impacto, observamos la forma en
como las políticas de gobierno interactúan para que el docente preste un servicio de calidad
para que se forme, se capacite y esta capacitación sea el punto clave para formar nuevos
profesionales obedece a ciertos impactos.

Hay variables externas como por ejemplo la pandemia, todo este proceso, con respecto en la
forma de trabajo, en saber si el docente está preparado o no ha involucrado muchos factores y
dentro de ellos se encuentra la afectividad, el problema psicológico tanto del estudiante como
el del docente genera una brecha en la parte psicológica. Por un lado el estudiante al no
interactuar totalmente en su forma de convivencia, tanto escolar como en la educación
superior, involucra estas brechas, por ello tenemos que trabajar duro, sectorizar, focalizar el
aprendizaje de manera afectiva y necesitamos también de especialistas, pedagogos en el
ámbito psicológico, en la parte de nuevas estrategias, viendo nuevas tendencias y en la forma
de pensar en que esto es diferente a lo que era hace cinco años, estamos viendo que es muy
variable el aprendizaje, hoy vemos que el alumno desde el jardín genera nuevas expectativas,
nuevos desafíos, formas de trabajo y modalidades, de modo que el docente debe estar
cambiando constantemente, adaptando estrategias adecuadas a estos cambios tecnológicos y
nuevas formas de convivencia. El aprendizaje ha cambiado y si no ponemos un elemento
integrador entre el docente y el alumno se van a seguir haciendo brechas.

CONCLUSIÓN

El Perú está afrontado nuevos desafíos y estos son sustanciales para el futuro de la educación
en las próximas décadas, afrontamos situaciones externas que han desestabilizado las políticas
de cada país, hoy vemos que la educación es un pilar para poder mejorar y desarrollar una
sociedad.

Concluyendo así que los desafíos van a seguir viniendo y si no tomamos un papel importante
como alumnos, como docentes u autoridades para poder reunir esfuerzos y verdaderamente
tomar nuevas estrategias y enfoques, romper paradigmas, que la educación ha cambiado.

Los desafíos están a la vista y si no nos preparamos vamos a sucumbir y a generar siempre las
brechas y eso es retroceso, de modo que esto se verá en las futuras generaciones, un
problema emocional, psicológico, problema de desarrollo y lo que es muy importante, la
calidad de vida.

El factor psicológico es importante en el bienestar del alumno, si el alumno afectivamente no


esta en un estado de aprensión o en un estado objetivo de ver un futuro en desarrollar sus
metas, en saber la profesión correcta y apasionarse por lo que esta aprendiendo, vamos a
perder generaciones u oportunidades de desarrollar soluciones ante diversas problemáticas y
lo podemos ver en lideres que gobiernan sin la capacidad o sin la formación adecuada, es por
eso que hay un reto, hay desafíos que debemos canalizar y como estudiantes debemos
enfocarnos en exigir a que estos elementos integradores sean fundamentales para el
desarrollo de la educación en el Perú.

El trabajo no es fácil, pero sí podemos intentarlo, tenemos que exigir y fundamentar siempre
que estos temas de opinión son favorables para nuestra formación, tenemos la crítica y
tenemos que investigar a cerca de nuevos enfoques o aprender de algunos países que han
solucionado en gran parte esta problemática ya que así podemos analizar estas experiencias y
aprender de ellas para el bienestar del desarrollo educativo en nuestra sociedad.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

UNESCO (2017). La Formación Docente en Servicio en el Perú: Proceso de diseño de políticas y


Generación de evidencias. Serie: Aportes para la reflexión y construcción de políticas docentes.

VALENCIA, E. Una experiencia en el aula: la dimensión afectiva y emocional. Infancias


Imágenes. Universidad Nacional Francisco José de Caldas. España. 16(1), 118-130.

URBANO, A, y J. ALBUJAR (2020). Escolaridad desde el hogar: percepción afectiva de los


padres hacia los procesos de enseñanza y aprendizaje durante la pandemia por covid-19.
Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Carabobo. Valencia. Venezuela. Vol. 14.
Edición N° 2. P.10.

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