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Revalorización y Puesta en Valor de Plaza Belgrano.

Del patrimonio urbano al


artístico.

Autores: Lic. María Eugenia Fagalde*


Universidad Nacional de Tucumán - Facultad de Artes –
Miembro del Instituto de Investigación en Arte Americano y Regional
eufagalde@hotmail.com
Arq. Marcelo Beccari**
Universidad Nacional de Tucumán - Facultad de Arquitectura y Urbanismo /
Municipalidad de San Miguel de Tucumán – Dirección de Planificación Urbanística Ambiental
marcelodbeccari@gmail.com

INTRODUCCION

Creada por el Poder Ejecutivo en 1858 y delimitada en 1872, la Plaza Belgrano ocupa un sitio
valioso por su significado histórico: el “Campo de las Carreras” o de la “Tablada”, donde se
libró la Batalla de Tucumán el 24 de Septiembre de 1812. Dos años después, en 1814, el
Libertador General José de San Martín mandó construir el Fuerte o “Ciudadela”, que ocupaba
alrededor de cuatro manzanas. La Plaza se ubica en terrenos que fueron de la propiedad del
General Manuel Belgrano, quien en 1817 ordenó erigir la pirámide de mármol en honor a la
victoria de la Batalla de Chacabuco. Con el rediseño de su trazado según los nuevos conceptos
paisajísticos y el traslado en 1904 de la estatua del General Belgrano desde la Plaza
Independencia, se definen los dos centros focales que la caracterizan. La mencionada estatua
fue la primera que tuvo San Miguel de Tucumán, obra del escultor Francisco Cafferata, y
donada por el entonces Presidente Julio A. Roca. En las inmediaciones se destacan: el Hospital
Padilla (1883), el más antiguo de la ciudad, y el Colegio Sagrado Corazón de Jesús de las
Hermanas Esclavas (1911/21). La plaza fue declarada Lugar Histórico Nacional el 12 de julio de
1941.

La última intervención realizada en el año 2012 forma parte de un programa encarado por la
Municipalidad de San Miguel de Tucumán para la recuperación de espacios públicos
tradicionales y significativos en el área central de la ciudad.

A la izquierda la situación de la plaza previa a la intervención, a la derecha la puesta en práctica de instrumentos


participativos para la toma de decisiones respecto de la remodelación de la plaza.
OBJETO DE LA INTERVENCION

El Departamento de Planificación Urbana de la Dirección de Planificación Urbanística


Ambiental llevó adelante la coordinación del proyecto integral, teniendo en cuenta pautas
establecidas desde el Instituto de Historia y Patrimonio de la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo de la UNT con el objeto de mantener las características tipológicas del paseo y
preservar su carácter histórico.

El trabajo se realizó con un enfoque multidisciplinar donde intervinieron arqueólogos,


restauradores, historiadores, entre otros profesionales. El proyecto planteó por una parte la
jerarquización a partir de tareas de restauración y acondicionamiento de los ámbitos
correspondientes a la Pirámide de Chacabuco, mandada a erigir en 1817 por el propio
Belgrano y que se constituye en el monumento más antiguo con que cuenta la provincia; y del
monumento al Gral. Belgrano, autoría del reconocido escultor Francisco Cafferata, reforzando
el carácter bifocal particular de esta plaza.

DESCRIPCION DE LA INTERVENCION

La intervención tuvo como objetivo principal la recuperación del rol simbólico de la plaza, a
partir de la puesta en valor de sus elementos significativos, y el rescate de la estructura y
composición a partir de ejes principales y avenidas diagonales propia del modelo de “plaza
paseo”.

A la izquierda el plano de la plaza al momento de la intervención, a la derecha se observan los cambios realizados
respecto del trazado, que se limitaron a reforzar la estructura bifocal y dar continuidad a ámbitos y circulaciones
para garantizar la permeabilidad del paseo. Fuente: DPUA MSMT

En el ámbito de la Pirámide de Chacabuco, cumpliendo con la normativa nacional, provincial y


municipal vigente respecto al cuidado y preservación de los bienes patrimoniales (1) se
recuperó un escalón que se hallaba oculto, se realizó la consolidación y limpieza del
monumento, y la protección del mismo con la incorporación de una baranda de diseño
contemporáneo resuelta en acero inoxidable y vidrio. Respecto a la estatua de Cafferata, se
reconstruyó el pedestal a partir de documentación existente, tomando como modelo el
original ubicado en Plaza Independencia previo a su sustitución en 1904 por la Libertad de Lola
Mora.

Otra de las principales intervenciones, consistió en la sustitución del importante muro que
servía de telón de fondo al monumento al Gral. Belgrano por una cortina de agua. La misma
sigue cumpliendo la función de contención espacial y visual de la escultura, al mismo tiempo
que reinterpreta el muro derribado por un elemento ornamental virtual que no genera
espacios residuales e integra la calle Bernabé Aráoz antes oculta.

La “Puesta en Valor de Plaza Belgrano” implica promover la recuperación de un ámbito como


contenedor de un real encuentro urbano y de participación social, pero por sobre todas las
cosas, la recuperación de la función simbólica a través del mantenimiento de la memoria
histórica de la comunidad.

En las imágenes se observan la puesta en valor de la Pirámide de Chacabuco y del monumento al Gral. Belgrano,
que incluyó la reconstrucción de su pedestal y la ejecución de la fuente de agua. . Fuente: DPUA MSMT

PLAZA GENERAL BELGRANO

Respondiendo al modelo de conformación “clásico” de ciudad hispanoamericana, San Miguel


de Tucumán fue definida a partir de una cuadrícula regular de manzanas, en cuyo centro se
ubicó la antigua Plaza Mayor (actual Plaza Independencia). Durante largo tiempo, fue este el
único espacio libre público de la ciudad. Sería recién a partir de la segunda mitad del siglo XIX,
cuando esta unipolaridad fuera reemplazada por una multipolaridad caracterizada por la
presencia de nuevas plazas y plazoletas que, de acuerdo con los modernos principios
urbanísticos, serían trazadas en las zonas de los ensanches fuera de las rondas. Esto espacios
asumieron un papel fundamental en la conformación de las áreas de expansión, compitiendo
en jerarquía y representatividad con la principal. Se definirían así las dos zonas que
caracterizan la ciudad tradicional: el Área Central o Casco Fundacional, de calles angostas y sin
arbolado con una única plaza en su centro y el Área Pericéntrica o Casco Liberal, con calles de
veredas más anchas y arboladas y plazas con centros focales, limitado por un anillo de
bulevares o avenidas arboladas con plazoletas.

Sin embargo, la historia de Plaza Belgrano se remite ya a principios del s. XIX y su conformación
ha de estar relacionada directamente con la gesta independentista. El predio donde se instala
la actual plaza fue un lugar destacado durante la Batalla de Tucumán en el año de 1812, pero
se trataba de un lugar marginal puesto que se hallaba fuera del trazado de la ciudad por ese
entonces, descampado y por ende, apto para el movimiento de tropas.

Cuando el General San Martín asume el mando del Ejército del Norte en 1814, manda a
construir en cercanías de la plaza una serie de atrincheramientos fortificados que luego
recibirán la denominación de La Ciudadela, una fortificación –según Lizondo Borda- del tamaño
de cuatro manzanas desde calle Lavalle hacia las afueras de la ciudad.
A la izquierda el plano de la acción de Campo de las Carreras dibujado por el ingeniero Antonio M. Correa. Primer
centenario de la Batalla de Tucumán (1912). En el centro una reconstrucción de la ubicación de la fortificación de La
Ciudadela y a la derecha la localización del predio de la casa de Belgrano hacia 1816 realizada por Felipe Bertrés,
donde queda manifiesta la diferente orientación respecto de la cuadrícula. Fuente: Informe de Intervención
Arqueológica Plaza Gral. Belgrano, Arql. Sergio M. Randace, 2012)

En torno a La Ciudadela, en predios pertenecientes al Cabildo, hacia 1816 Manuel Belgrano


mandó a construir su vivienda posiblemente en la esquina del hoy Hospital Padilla. Hacia 1834
la misma se reducía a cimientos. La destrucción de la vivienda significó una pérdida importante
en la memoria histórica del pueblo tucumano y dio lugar a recreaciones desde pictóricas a
materiales sin los suficientes sustentos y evidencias para ello.

A la izquierda “El Cuartel del General Belgrano en la Ciudadela” por Honorio Mossi. Fuente: Informe de Intervención
Arqueológica Plaza Gral. Belgrano, Arql. Sergio M. Randace, 2012). A la derecha, la reinterpretación de la Casa
Belgraniana realizada en 2012 por la MSMT frente a Plaza Belgrano. Foto: DPUA MSMT

En 1818 en conmemoración de la victoria en la batalla de Chacabuco por parte de San Martín,


Belgrano erige la pirámide en el área de la Ciudadela. La pirámide, además de tener el enorme
valor de constituir el primer monumento de nuestra Provincia, ha de ser el foco a partir del
cual se ha de formalizar el ámbito de la plaza.

Hacia 1820, posteriormente a la muerte de Belgrano, se evidencia una regularización del área
de La Ciudadela como lo demuestra el mapa de Bertres de 1821, ajustándose al trazado
rectilíneo de la ciudad que iba creciendo y avanzando. Sin embargo, estos ajustes respetan
algunas estructuras existentes como la Pirámide, la vivienda de Belgrano y la acequia que
vinculaba la actual plaza con la laguna existente en la hoy Plaza San Martín.
El gobernador Marcos Paz decretó el 13 de junio de 1858 la delineación de una plaza con el
nombre de “General Belgrano”, un cuadrado perfecto en cuyo centro quedaría la pirámide, a
pesar que la misma quedó sucia y abandonada entre matorrales que alcanzaban a cubrir su
pedestal, sin indicaciones del porqué de su presencia, y con un nido de hornero en su cúspide
(Medina 2003; Carranza 1985:598). Esto explica el porqué del trazado irregular de la calle
Lavalle en las proximidades del actual colegio, siendo el lugar donde el camino se arquea hacia
el norte y donde se amplía la actual plaza, el límite de la que otrora se inaugurara en 1878.

La ampliación de la plaza hasta su tamaño actual se efectuaría en un momento posterior, hasta


ahora no definido, a inicios del siglo XX.

Plano municipal del terreno de la plaza Belgrano, al centro, al momento de su inauguración en 1878 (copia cortesía
de Rosario Medina).

En la Memoria Histórica y Descriptiva de la Provincia de Tucumán, publicada en 1882, Javier F.


Frías, describe la forma de la plaza Belgrano cerca de una década después de su inauguración:
“Su forma es…cuadrada con calles de naranjos, eucaliptos y otros variados árboles. En el centro
está la pirámide que es igual en su forma, aunque un poco más baja, á la de Mayo que se
levanta en la plaza Victoria de Buenos Aires”.

“El espacio que dejan las calles de árboles y rodeando la pirámide, está ocupado por un bonito
jardín cuyas plantas entretejiendo sus tallo, confundiendo sus flores, forman una alfombra
perfumada, como si quisieran proteger de la pisada de los indiferentes esa tierra mezclada con
las cenizas de tantos héroes”(en Groussac etal.1882:669).

El aspecto de la Plaza Belgrano sufrió distintas modificaciones a lo largo del tiempo, aunque
siguió siendo el lugar elegido para las conmemoraciones de la Batalla de Tucumán. Así fue
sumando monumentos, placas y estatuas que se agregaron al paisaje de la plaza a lo largo del
tiempo. Uno de los elementos más antiguos que se incorpora a la plaza es la estatua de
Belgrano que, paradójicamente, no estaba destinada originalmente para ese lugar.
A lo largo del siglo XX tuvieron lugar a una nueva serie de cambios en la plaza, algunos de los
cuáles se evidencian aún en la actualidad, mientras que otros se aperciben sólo a partir de
fotografías y postales de la época. En el caso de éstas últimas, aún no hemos sido capaces de
datar exactamente el momento en que fueron tomadas, y sólo disponemos de una datación
relativa.

Entre los cambios de la plaza se encuentran monumentos conmemorativos y placas. Una de las
más antiguas corresponde al año 1912 (ver foto 1), al cumplirse el centenario de la Batalla de
Tucumán. Hoy se encuentra revestido de cemento en su base tras la última remodelación de la
plaza.

La plaza fue remodelada y reinaugurada para el aniversario de la Batalla de Tucumán en 1962


por la Comisión de Monumentos (presidida por Roberto Avellaneda). En ésta colaboraron el
Profesor Horacio Juárez por parte de la UNT, el arquitecto Alejandro Kotowcz por parte de la
Dirección de Arquitectura de la Provincia, y por parte de la Dirección de Paseos y Jardines de la
Municipalidad el Arquitecto Pablo Albornoz. En esta remodelación se dispusieron en forma de
círculo alrededor del monumento esculturas referidas a mujeres de la patria modeladas en
relieve y en bulto redondo (Fagalde 2003).

Las intervenciones de la plaza no terminarían por aquel entonces. Para conmemorar el 24 de


septiembre de 1987, durante el gobierno de Antonio Domingo Bussi, se modifica la plaza
nuevamente. En esta oportunidad se pavimentan varios sectores de la plaza, cubriéndose
incluso uno de los escalones cubiertos de mármol de la pirámide y se eleva el nivel de la plaza
alrededor. También se coloca una placa conmemorativa de mármol y se modifica el
parquizado.

En las fotos se observan los monumentos luego de la intervención de 1987. Se destaca la construcción del muro
curvo detrás del monumento al Gral. Belgrano. Foto: DPUA MSMT

PIRÁMIDE CONMEMORATIVA DE LA BATALLA DE CHACABUCO

En 1817, el General Manuel Belgrano mandó construir en el sector Este de la actual plaza la
pirámide de mármol - que aún se conserva – y que originalmente era una construcción de
ladrillos sin revestimiento, para homenajear el cruce de los Andes y la liberación de Chile
después de la Batalla de Chacabuco, obtenida por San Martín al frente del Ejército Libertador.
Luego de ello este campo prácticamente estuvo abandonado y la sencilla y humilde pirámide,
quedó olvidada y cubierta por la vegetación, como indica Lizondo Borda (1916) citando las
memorias de Juan Bautista Alberdi:
“Ya el pasto ha cubierto el lugar donde fue la casa del General Belgrano, y si no fuera por
ciertas eminencias que forman los cimientos de las paredes derribadas, no se sabría el lugar
preciso donde existió. Inmediato a este sitio está el campo llamado de Honor, porque en él se
obtuvo en 1812...Este campo…Prodigiosamente plano y vestido de espesa grama….A dos
cuadras de la antigua casa del General Belgrano, está la Ciudadela. Hoy no se oyen músicas ni
se ven soldados. Los cuarteles derribados, son rodeados de una eterna y triste soledad.
Únicamente un viejo soldado del General Belgrano, no ha podido abandonar las ilustres ruinas
y ha levantado un rancho que habita solitario con su familia en medio de los recuerdos y de los
monumentos de sus antiguas glorias y alegrías”.

“Entre la Ciudadela y la casa del General Belgrano se levanta humildemente la pirámide de


Mayo, que más bien parece un monumento de soledad y muerte. Yo la vi en un tiempo
circundada de rosas y alegría; hoy es devorada de una triste soledad. Terminaba una alameda
formada por una calle de media legua de álamos y mirtos”.

Pasarían más de cuarenta años para que en 1858 el teniente coronel de la independencia don
Emilio Salvigni, que combatió como soldado de Belgrano, de su propio peculio hiciera restaurar
aquel monumento casi destruido por la inclemencia del tiempo y el olvido. El Teniente Coronel
la modificaría con respecto a su forma original, la rodea de una reja de hierro, y le inscribe a
sus costados las leyendas que decían: al norte–La Independencia de la República Argentina se
juró en este suelo que sirvió de tumba a los tiranos–al sud, a la jornada de Chacabuco la
consagró el general en jefe del ejército auxiliar del Perú, don Manuel Belgrano–al oeste, En
este campo el ilustre general Belgrano venció al ejército español en la batalla del 24 de
setiembre de 1812–al este, la República Argentina fuerte y feliz por la Constitución de Mayo,
que debe al ilustre Presidente Urquiza, vé a su nombre restaurado este monumento. En la
segunda escalinata del este decía: “Restaurada por Emilio Salvigni, en julio de 1858” (Carranza
1985:597).

Una foto de Paganelli , muestra un momento posterior al rescate del monumento por parte de
Salvigni. Dicha fotografía muestra al monumento previo a cualquier trazado de la plaza y
muestra el estado de abandono del lugar, donde no se aprecian más que pastizales y arbustos.
En ella también se observa la verja de hierro de Salvigni, aunque no se aprecian ninguna de las
inscripciones descriptas antes por Carranza.

Fotografía de Paganelli (Arsenio Granillo 1872). Imagen cortesía de Ferrari. Fuente: Informe de Intervención
Arqueológica Plaza Gral. Belgrano, Arql. Sergio M. Randace, 2012)
En 1877 durante la administración de Tiburcio Padilla se arregló la pirámide pero
modificándose su propósito original, grabándose caprichosamente en sus costados sobre
mármol (obsequiados por Andrés Egaña) lo siguiente:
“1812 General Belgrano; 1812 General Eustaquio Díaz Vélez; 1840 Marco Avellaneda; y
Tucumán Bernardo Monteagudo” (Carranza 1985:598).

Durante el gobierno de Federico Helguera, siendo su ministro Luis F. Araoz en 1878, se encargó
al doctor Ángel Padilla que hiciera nivelar el terreno y delinear la plaza, para cumplir
finalmente con el decreto de Padilla. Para este fin, los ciudadanos de Tucumán también
ayudaron contribuyendo por medio suscripciones (Carranza 1895:599 598). A partir de esta
nivelación del terreno se perderían muchos rastros de los vestigios previos.

Paganelli documenta la inauguración de la plaza Belgrano, acto que se cumplió el 25 de mayo


de 1878 (Páez de la Torre (h) 2005). En la foto se aprecian una serie de cambios con respecto a
la primera foto de Paganelli: aparece el trazado de las calles de la plaza hacia el monumento.
La disposición de una suerte de peón sobre su punta (antes aguda), la verja de Salvigni ha sido
reemplazada por otra de mayor altura (poco más del de una persona) y con diseño
rectangular. La altura del obelisco parece conservarse, por lo que se infiere que el motivo
esférico que remata la punta posteriormente podría haber implicado el truncado previo de la
punta del mismo. También se aprecian signos del parquizado en torno a los caminos, además
de la realización de una construcción con techo a dos aguas (hoy ausente).

Fotografía de Paganelli durante la inauguración el 25 de Mayo en 1878, con la pirámide al fondo. A la derecha un
acercamiento al monumento de la misma imagen (Páez de la Torre (h) 2005; Foto extraída de Fundación del Banco
Empresario de Tucumán 2000:37). Fuente: Informe de Intervención Arqueológica Plaza Gral. Belgrano para
Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Arql. Sergio M. Randace, 2012)

A partir de las postales de la ciudad, posiblemente a principios del siglo XX, pueden verse otros
cambios que tuvieron lugar en la plaza. Se ve como la pirámide fue despojada de su reja, y
cambios generales en el trazado de las caminerias y el parquizado, como los bancos de la plaza
y la vegetación, todos cambios que respondieron al modelo de “plaza paisajista”
En esta foto de muy a principios del siglo XX, se aprecia como el monumento fue despojado de su reja, y que la base
de la misma ha quedado bajo el nivel de plaza. Fuente: Informe de Intervención Arqueológica Plaza Gral. Belgrano
para Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Arql. Sergio M. Randace, 2012)

MONUMENTO CONMEMORATIVO AL GRAL MANUEL BELGRANO

La estatua de Manuel Belgrano fue donada por el Presidente Julio Argentino Roca a la
provincia para ser colocada en el centro de la Plaza Independencia (donde estuvo hasta que
fue reemplazada por la estatua de La Libertad, de Lola Mora), fue incorporada a la Plaza
Belgrano recién en 1904. Es la primera estatua que tuvo San Miguel de Tucumán, y es obra del
célebre escultor Francisco Cafferata (1861-1890), uno de los primeros escultores argentinos y
autor de varias obras destacadas. El escultor le había enviado la efigie en yeso, y Roca la hizo
fundir en bronce en el Parque de Artillería, remitiéndola a Tucumán en 1883. De esta manera
pide demoler la columna de la plaza Independencia erigida en 1864, y reemplazarla por la
estatua de Belgrano, la cual se inaugura solemnemente el 25 de mayo de 1884 (Lizondo Borda
1965).

A la izquierda, en una postal se observa la columna conmemorativa con que contaba el centro de la Plaza
Independencia que luego es sustituida por el monumento al Gral. Belgrano (a la derecha, en una imagen
perteneciente a la Fundación del Banco Empresario). Fuente: Informe de Intervención Arqueológica Plaza Gral.
Belgrano para Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Arql. Sergio M. Randace, 2012)
Junto con la estatua, venían su basamento en mármol y la reja que la rodeaba, elementos que
hoy ya no existen: “Se trata de una magnífica pieza escultórica, donde el prócer es
representado de pie, con una mano en el pomo de la espada, mientras otra sostiene un rollo
de papel”, relata Celia Terán.

La estatua fue fundida dos veces, teniendo una réplica en la Cuidad de Salta. La misma se
encuentra situada en la Plaza Güemes, y cuanta con el basamento original diseñado por
Caferatta.

A comienzos del siglo XX se traslada el monumento a Plaza Belgrano, la misma se encontraba


presumiblemente erigida en el centro de la escarapela de mosaicos con que contaba el paseo,
intervención realizada con la remodelación de la plaza en los años setenta presumiblemente
con el objeto de servir de helipuerto al Hospital Padilla, ubicado frente a este espacio verde.

En la postal de la izquierda se observa al monumento trasladado a su emplazamiento en Plaza Belgrano, sin ser el
definitivo, con el pedestal reconstruido siguiendo los lineamientos del basamento original y definiendo la
característica bifocalidad del paseo materializada por la Pirámide de Chacabuco hacia el Este . Se observan además
las caminerias de trazados curvos y de polvo de ladrillo, los bowling green y las especies vegetales exóticas que
definen el modelo de plaza paisajista de principios del s. XX. Fuente desconocida.

Posteriormente, sufre un tercer traslado con fecha es incierta a donde se encuentra


actualmente, en el perímetro oeste de la plaza, consolidándose en un segundo foco junto a la
Pirámide, vinculados mediante un eje jerarquizado, y definiendo la característica bifocalidad
del paseo. Como parte de esta intervención, se construye un muro de hormigón armado con
un trazado curvo tanto en planta como en elevación, con el objeto de generar un ámbito
contenido para el monumento, al tiempo que generar una especie de “telón de fondo” que
permita dar mayor visibilidad a la efigie en clara desproporción en relación a su pedestal.
La imagen muestra el emplazamiento definitivo, con el pedestal modificado respecto al de su traslado, que
modificaba sustancialmente la relación entre éste y la efigie. Se observa además el muro ubicado a su espalda, con
el propósito de contener el ámbito conmemorativo. A la derecha, un detalle de la efigie. Fuente: DPUA

Acá iria la descripción de tu intervención desde la conservación…


Falta ordenar, mover, sacar y agregar fuentes y referencias…no se si irían al final todas o
vamos poniéndolas en cada pagina….

(1) Se hace referencia a la Constitución Nacional en su artículo 41, a la Ley Nacional Nº 25.743 sobre la
preservación, protección y tutela del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico como parte integrante del
Patrimonio Cultural de la Nación; a la Ley Nº 7.500 que establece el Sistema de Protección de los Bienes
Culturales de la Provincia de Tucumán y a la Ordenanza 1773/91 acerca de la Preservación de Bienes de Interés
Municipal y Componentes del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Municipalidad de San Miguel de
Tucumán.

*María Eugenia Fagalde. Licenciada y profesora en Artes Plásticas UNT. DEA en Conservación
del Patrimonio Histórico Artístico del Doctorado en Artes de la Universidad Politécnica de
Valencia (España). Ex becaria CIUNT y Fundación Antorchas en el área museología. Docente.
Miembro del Instituto de Investigación en Arte Americano y Regional de la Facultad de Artes
UNT. Conservadora y restauradora independiente. (Revisar lo de miembro o miembro titular)

** Marcelo Beccari. Arquitecto. Jefe de Trabajos Prácticos en la Cátedra de Historia de la


Arquitectura II. Maestrando del Magister en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo
Latinoamericanos del Instituto de Historia y Patrimonio de la UNT. Jefe del Departamento de
Planificación Urbana de la Dirección de Planificación Urbanística Ambiental de la Municipalidad
de San Miguel de Tucumán. Gestor cultural independiente, miembro del colectivo Sitios
Tangentes.

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