Iliberri
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ANALISIS Y COMENTARIOS
«El ejemplo de nuestro adjetivo más conocido, más famoso, el más gene-
ralmente considerado, lo ofrece la ciudad meridional de la Península que
Plinio, 111, 10, llama Iliberri, y Ptolomeo, 11, 4, 9, Illiberís, la cual
da el adjetivo Iliberritanus, repetido en varias inscripciones. Esa ciudad en
época mozárabe se llamó Eluira, nombre conservado como propio de la
sierra próxima a la ciudad y sustituido por el moderno de Granada, que era
un barrio de la antigua Iliberri» '.
«Ville de Bétique (Pline, 3, 10). L'adjectif dérivé Iliberritanus figure
sur plusieurs inscriptions latines. Ce nom se retrouve en territoire ibere:
Iliberri (Tite-Live, 21, 24, 1) est un oppidum de la Narbonnaise, aujour-
d'hui Elne (Pyrénées-Orientales) ... Iliberri signifie en basque «ville neu-
ve». Ili est devenu en basque actuel iri: Iriberri est le nom d'un caserío
d'oyarzun (Guipúzcoa), de trois localités ou hameaux en Navarre, et aussi
d'un hameau de la commune d'Osses (Basse-Navarre)~'.
«El topónimo de que más se ha tratado hasta ahora ha sido el tipo
documentado desde muy antiguo Iliberri (con variantes), hoy Elvira (Gra-
nada), Elna (Rosellón) y Auch (Gascuña); corresponde al vasco Iriberri
«Villanueva» con cambio regular de 1 en Y »4.
Como acabamos de verlo hay tres Iliberri, Illiberis, etc,, que nos inte-
resan, correspondiendo, respectivamente, a Gr~nada(España), Elne (Fran-
cia, dep. de Pirineos Orientales), y Auch (Francia, dep. de Gers). He aquí
las formas antiguas, atestiguadas en la literatura:
1. Granada: Iliberri, Illiberis.
2. Elne: Illiberis, (ad oppidum) Illiberi, (vicus) Eliberri, Eliberre.
«Le nom d'Illiberis fut porti aussi par le Tech, fleuve c6tier passant prks
d'Elne: av. 79 Flumina: Tecum.. . Oppida: Illiberis» '. El nombre del río,
Tech, se pronuncia tek. «Otra Iliberri nombra Tito Livio en la Narbonense
(Livio, XXI, 24, l ) , que es la que Mela (11, 84) conoce decaída, reducida
a un pequeño lugar, «vicus Eliberrae~,hoy Elne, en el departamento de los
Pyrénées Orientales, cuyo río tomaba antiguamente nombre de la ciudad,
llamado Ilíber~issegún Estrab6n, y hoy llamado Tech» 6. «Iliberris Fl. in Gall.
11. RENÉ LAFON, Sur la langue des Aquitains et celle des Vascons. Buiietin Philolo-
gique et Historique du Comité des Travaux Historiques et Scientifiques. Año 1957, p. 1.
o algo por el estilo. Se han dividido estos nombres en ili-berri, illi-beris, siguien-
do la tradición de Guillermo de Humboldt y de sus predecesores 12; quiero
decir, la tendencia a ver en la toponimia hispánica elementos vascos, tales
como iri, berri, tlr, aitz, arri, incluso en regiones donde, según toda probabi-
lidad, nunca se ha hablado un dialecto vascón 13. A veces son tan cortos y
vagos aquellos segmentos, sobre todo en su forma reducida (por ej. ar, as),
que pueden encontrarse en casi cualquier lengua del mundo.
Ocurre que topónimos aislados, pertenecientes a zonas lingüísticas miiy
diferentes, aparecen bajo la misma forma. Lima, capitzl del Perú, y Limd, pue-
blecito en la Suecia central, no tienen seguramente nada que ver la una con
la otra.
Fenómeno más interesante: toda una serie de esos nombres puede iden-
tificarse con otra (desde el punto de vista fonético), sin que haya, en el
fondo, la menor semejanza entre las dos. Un buen ejemplo de estas categorías
nos ofrecen los casos abajo referidos:
Aspe, Azpe, Axpe, Axpa en los Pirineos, desde el País Vasco hasta
Ariege; comp. Aitzgorria, Aizpuru (Navarra), y Aspuru (Alava).
Aspe, Aspen, Aspa en los países escandinavos (asp = álamo temblón).
Y aún más, tropezamos con otra congruencia particular: en la nomencla-
tura pirenaica corresponde Aspe a Espe, lo mismo que Aret y Eret están en
relación con Areta y Er(r)eta. ¡LOSAspe, Aspen y Aspa escandinavos tienen
sus correspondencias en Espe- (compuestos), Espen y Espa! Tan extraña
puede resultar una pura coincidencia fonética.
Como el examen de los nombres de lugar no es únicamente un privi-
legio del lingüista sino en alto grado una cuestión histórica y geográfica, no
podemos atacar el problema de Iliberri sin ponerlo en relación con la ex-
tensión del euskera y del ibero en tiempos remotos.
Según Menéndez Pida1 14, el «límite dentro del cual el vascuence predo-
minaba aún hacia los siglos IX - X», y el «límite de una romanización tardía,
hacia los siglos VI - VII» comprendían una zona que se extendía, a grandes ras-
12. "Todos los cuales, y los demás doctos en antigüedades de estos reinos, confiesan
que la lengua vascongada fue la antigua de las Españas". LICENCIADO ANDRÉSDE POZA,
Antigua Lengua de las Espurias; Bilbao, 1587; Madrid, 1959, cap. 1.
13. "En fin, el máximo desbordamiento de la cuestión vasco-ibérica nos lo da otra
área de barri que reaparece en Africa. en la Mauretania Cesariense, con la Sugabarri,
nombrada por Ammiano; Zuchabbarri, por Ptolomeo; Succabar, por Plinio". M. PID~L,
op. cit., p. 248.
"Schuchardt supuso que tambien el libio Tillibari, al Sur de la pequeña Sirte, es-
taba relacionado con el vasco Iliberri; ...la ecuación libico bari : vasco berri es muy
insegura...". HuBsca~m,op. cit., p. 454.
14. RAMÓNMENÉNDEZ PIDAL,Orígenes del espa6ol; Madrid, 1950, mapa frente a
la p. 464. Pero véase, para el Pirineo Central y Oriental, J. COROMINAS,Estudis de topo-
nimia catalana, sobre todo 1, Barcelona, 1965,p. 67 y SS.
gos, desde las comarcas entre Bilbao y Castro Urdiales hacia el suroeste y
sur (Burgos - Sierra de Urbión); desde allí hacia el nordeste (Zúñiga), sur
de Tafalla, proximidades de Huesca, Alcubierre, Tremp, Sort y Andorra.
En la vertiente francesa: desde Andorra en dirección nornoroeste hasta
las cercanías de Argeles-Gazost; por las tierras entre Tarbes y Pau, y desde
allí hasta el mar un poco al norte de Bayona.
Al trazar estos límites en un mapa vemos bien a las claras que el terri-
torio primitivo y principal del euskera, la cuna de la formación étnica del
pueblo vascón, todo esto se halla en los Pirineos occidentales y en tierras ve-
cinas al sur del Golfo de Vizcaya. Es verdad que la antigua capa de nombres
geográficos fuera de los límites así trazados contiene topónimos de aspecto
vasco, pero cuanto más alejados están de dichas regiones, tanto más re-
ducido es su número y tanto más cambiada es su estructura fonética.
Los elementos de «aspecto vasco» han sido interpretados a menudo
como restos de una vieja nomenclatura vascónica, a pesar de las consecuencias
discutibles. Si, por ejemplo, ili en Iliberis, Granada 15, significa «pueblo, ciu-
!ad», ¿no sería lógico aceptar el mismo valor para ili en Iliturgi, cerca de
Obulco (Porcuna)? Pero entonces queda por definir la segunda parte de
ia palabra: -turgi.
Me pregunto también cómo explicar la presencia, en pleno territorio
ibérico, de una multitud de topónimos vascos sin identificar, más o menos,
el vasco al ibérico. Pero la sola identificación que parece admisible es la que
se refiere al «parentesco por vecindad», o sea cierta influencia lingüística y
cultural propagada en el curso de los siglos.
Sin embargo, es un hecho incontestable que los vascos, en época de la
Reconquista, se establecieron en varias partes de la Península, a veces muy
lejos de su tierra natal. Francisco Marsá, en su estudio sobre la «Toponimia
de Reconquista», dice, a propósito del vascuence en el valle de Ojacastro:
«Plantea esto el arduo problema de si se trata de una supervivencia de len-
gua o de una vasconización lingüística como consecuencia de la repoblación» 16.
R. Lafon (Noms de lieux.. ., pág. 125) expresa la misma idea: «I1 faut
les examiner, chercher si ces concordances, lorsqu'elles ont des chances
d'etre fondées, ne s'expliquent pas par des mouvements de populations qui
auraient amené des Basques, apres la Reconquete, ? s'établir
i en Andalousie».
Pero lo que sabemos de una migración vasca de hace unos mil años no
nos ayuda para solucionar el problema de Iliberri, datado en época mucho
más remota.
17. TOVAR,op. cit., p. 12; VINCENT,op. cit., pp. 65-66; FREDRICKH . JUNGEMANN, La
teoria del sustrato y los dialectos hispano-romances y gascones; Madrid, 1955, p. 36;
ALBERT DAUZAT,Les Noms de Lieux; París. 1957, p. 94 y ss.
18. Nusvensk frekuensordbok (Diccionario de frecuencia del sueco contemporáneo);
Universidad de Gotemburgo, Suecia, 1970.
Podemos concluir, pues, que el vascuence, desde la época de los iberos,
habrá perdido aproximadamente el 20 - 25 por ciento de su vocabulario fun-
damental. Pero a pesar de que se haya conservado bastante intacto el nú-
cleo primitivo, éste no contribuye mucho a la interpretación del ibérico. «En-
tre un millar de palabras ibéricas hay apenas 50 coincidencias vasco-ibéricas,
la mayor parte problemáticas» 19. Son significativos estos datos, aun prescin-
diendo del hecho, en sí esencial, de que no sabemos nada de la frecuencia de
las voces epigráficas en su relación al vocabulario total.
El conjunto de los argumentos hasta ahora presentados me hace pen-
sar que los nombres de lugar Iliberri, Illiberis (Granada, etc.) son de otro
origen que ili-berri > iri-berri «pueblo nuevo*. Es muy probable que la ro-
manización temprana de ciertas regiones, por ejemplo las partes orientales de
los Pirineos, haya borrado allí toda huella de la primitiva toponimia vascónica.
Pero tenemos que partir, en este análisis, no de algo desaparecido sino de lo que
todavía existe: los nombres de lugar y los testimonios antiguos. Esta docu-
mentación, por incompleta y defectuosa que sea, nos indica los límites apro-
ximados de la extensión del euskera y de sus parientes en tiempos remotos,
así como el área del idioma ibero. A base de estos datos y de los demás
que acabo de mencionar prefiero ver en Iliberri un nombre ibérico.
Un examen de las formas recogidas y arriba citadas muestra una vacila-
ción considerable en las grafías, pero revela también otro fenómeno, más in-
teresante que los caprichos ortográficos: a través de toda esta serie hay (con
pocas excepciones) un elemento sólo que queda inalterado. Este elemento es
iber-, que debe identificarse, a mi juicio, con iber- en Iberus (Ebro) e Iberes
( iberos ) . Así obtendríamos:
11-iber(r)-i
IZl-iber-is ( Granada)
Il-ib,er-is
Il-iber(r) -is
Ill-iber-is
111-iber-i
El-iber( Y )-i ( Elne y Tech )
El-iber ( Y )-e
El-iber ( Y )-ae
El-iber(r) -is ( Auch )
19. ANTONIOTOVAR,
El e u k e r a y sus parientes; Madrid, 1959, p. 55.
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En cuanto a la situación geográfica de Granada, Elne, Auch y Collioure
conviene mencionar que se encuentran en la cercanía de ríos. Hemos visto
que el Tech fue llamado también Ilíberris o Illiberis, lo que excluye, a mi
parecer, la identificación con un «pueblo nuevo». En cambio, vamos a exa-
minar la ecuación Iliberris = Tech.
El nombre de este río, hace dos milenios Tecum, procede sin duda de
la raíz indoeuropea *tek- «laufen, fliessen*, lit. tekzi, -éti «laufen, fliessen,
rimen», lit. tekm& «Quelle, Fluss» 'O.
Denominaciones tales como Tech < Tecum y Ebro < Iberus son bue-
nos ejemplos de la formación de hidrónimos. Quisiera citar, a título de com-
plemento, unos pocos casos más:
El Rhin < RhGnus supone una base prehistórica "reinos «corriente de
agua, río» 'l. Su forma en alto alemán antiguo era Rin, y el verbo correspon-
diente es, en alemán, rinnen = correr (al hablar del agua). En sueco se ha
creado, sobre la misma base, la voz diminutiva rannil (pron.: rénníl) «arro-
yuelo, hilo de agua».
Dos de los lagos principales de Europa se llaman Vanern y Vattern (si-
tuados en Suecia). Estos nombres son tan sencillos y «primitivos» como
RhGnus, Iberus y Tecum, y reflejan ni más ni menos que el concepto de
agua» (uann, vatten).
Así concluimos, sin correr gran riesgo, que Tecum > Tech significa
simplemente «corriente de agua» o sea «río».
Según A. Tovar y otros U, Iberus se relaciona con el vasco ibar «valle,
ría», ibai «río». Soy de la misma opinión y creo, por consiguiente, que los
dos nombres llevados por el mismo río, Tecum .e Iliberris, tienen en el fondo
una significación muy parecida. En otros términos: sus raíces expresan, la
indoeuropea así como la ibérica, la idea de {{corriente de agua» o «río».
El primer elemento il- (con las variantes ill- y el- en nuestra serie) apa-
rece en otras muchas denominaciones de núcleos de población o de tribus
que se hallan esparcidos por el vasto territorio ibérico. Es verdad que es tan
corto y vago aquel componente que podría figurar en cualquier lengua del
mundo, pero se distingue por causa de su posición inicial bien marcada.
He aquí unos ejemplos de nombres de lugar y de tribus, desde la Bae-
tica en el sur hasta las tierras septentrionales de la Provincia Tarraconense u:
20. J U L I UPOKORNY.
~ Indogermanisches Etymologisches Worterbuch, tomo 1 ; Berna,
1959, pp. 1059-1060.
21. HANs K R ~ ESprache
, und Vorzeit; Heidelberg, 1954, p. 42.
22. TOVAR,El euskera ..., p. 50.
23. GUILLERMO DE HUMBOLDT, Examen de las investigaciones sobre los aborigenes de
España mediante la lengua vasca; Berlín, 1821; San Sebastián. 1935, trad. T de Aran-
zadi, pp. 45 y 105-106
Illunum, Ilipa (actualmente AlcaIá del Río, prov. de Sevilla), Ilipula, Iliberi,
Illurco, Ilurgis, Iliturgis, Ilurbida, Ilarcuris, (los) Ilergetes, Ileosca, Ildum,
( los ) Ilerca(u) ones ( región de Tortosa - Valencia ) : «Su propio nombre, so-
bre todo en la forma Illurgavonenses>>,y finalmente Iluro (hoy Mataró).
En cuanto a la vacilación ortográfica, comp. Iliberi - Iliberis; Iliturgi -
Iliturgis (véase nota 1 5 ) .
Además de estos nombres quisiera añadir los siguientes de la misma ca-
tegoría: Iltirta 24 > Ilerda > Lérida, ciudad famosa de la Ilergecia o país
de los Ilergetes, que dominaban la cuenca superior del Ebro hasta los Pirineos.
Iluro > Oloron (Basses-Pyrénées); comp. Iluro = Mataró.
Ilixone > Luchon ( Haute-Garonne).
Nombres de persona: Iltirbigis, Ildubeles, Illurtibas, con el cambio -1l-
< -Id-. «Son frecuentes en antropónimos ibéricos los elementos ildu, ildun,
ildur» ".
Ilunnus. a11 y a Ilunnus attesté comme nom d'une divinité aquitani-
que»
Conviene mencionar, antes de terminar nuestra enumeración (que está
lejos de ser completa), que los vocablos en que entra il- no aparecen exclu-
sivamente en posición inicial; por ejemplo Vmar-illun ( < -ildun), nombre
propio. Pero aquí se trata más bien del problema de «división de segmen-
tos», discutido ya en los primeros párrafos de este trabajo.
Sería una empresa demasiado arriesgada pronunciarse sobre el valor
semántico o la función sintáctica del componente il-, que parece constituir
uno de los signos característicos de la lengua ibérica.
CONCLUSIONES
Resulta evidente de lo que precede que Iber-us, por un lado, e Il(1)-
iber(r)-i(s), por otro, tienen un elemento común iber- que corresponde al
vasco ibar, ibai. Otro término emparentado lo hallamos en el pirenaico ibon
( < "ibone) «laguna de alta montaña» ". Me pregunto si también pertenece
a este grupo el nombre del pequeño río Ibor, que nace en la Sierra de Gua-
dalupe y desemboca en el Tajo 28.
Toponimia..., p. 247.
31. M. PXDAL,
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