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Amparo

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UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN

BAUTISTA
Facultad de Derecho
1. - Elaborar un ensayo (Mínimo 5 páginas) del siguiente tema: Proceso constitucional de
Amparo en el Perú

El amparo es, por excelencia, el mecanismo procesal que protege el


goce y ejercicio de los derechos fundamentales de las personas;
derechos que están previstos en la Constitución, las leyes y los
tratados internacionales. Esta función tuitiva del amparo –es
pertinente enfatizar– ha sido continuamente reconfigurada y ha
ensanchado, las más de las veces, sus dimensiones y límites
garantistas, sea por anacronismos evidentes, por inadecuaciones
procedimentales y, sobre todo, por la emergencia de nuevos
derechos, que ponen siempre en cuestión la estabilidad tanto de la
ley como de las cláusulas normativas que pretenden agotar el elenco
de derechos que exigen reconocimiento y protección. Es en este
contexto que debe ubicarse el sentido mayor del libro que hoy se
publica, El amparo en la actualidad. Posibilidades y límites, pues
desde el título anuncia su propósito, de amplia dimensión y
notoriamente propositivo: repensar, reflexionar sobre la naturaleza
del amparo a la luz de estos tiempos –de cambios tecnológicos
permanentes, de continua movilidad social y cultural, de
globalización problemática, de inestabilidades epistemológicas, de
cuestionamientos que inciden incluso en la naturaleza misma de lo
humano–; además, esta reflexión es plural, pues la plantea un
reconocido conjunto de juristas y especialistas en el tema, tanto
nacionales como de nuestro continente; y, sobre Carlos Ramos
Núñez todo, su temperamento es, si cabe, pragmático, pues incide en
las variadas formas y las proyecciones tutelares que puede tener este
importante proceso constitucional. Este texto colectivo, a tal efecto,
muestra diversos abordajes a este instituto jurídico, desde los que
practican una revisión de sus presupuestos teóricos, hasta los que
someten a escrutinio su eficacia; desde los que analizan y,
eventualmente, cuestionan su configuración legal o jurisprudencial,
hasta los que fijan criterios o condiciones para un mayor ámbito de
aplicación; desde los que efectúan un ejercicio hermenéutico de su
vigencia –sea en nuestro país como en legislaciones como la
venezolana, mexicana, argentina, entre otras–, hasta los que
proponen la creación de nuevos procesos de tutela para derechos de
nueva andadura y cariz. El lector especialista y el común tendrán en
este libro, qué duda cabe, una valiosa herramienta para acceder a
una mejor comprensión de este proceso constitucional: tanto desde
una perspectiva doctrinaria como jurisprudencial; y, lo que
representa un valor añadido a este texto sugestivo, podrán también
reflexionar –y dialogar, y debatir con los autores– sobre la auténtica
vigencia y eficacia del amparo, el proceso constitucional más
versátil y proteico de la tradición jurídica de nuestro continente. Este
texto inaugura, con solvencia, la serie que hemos denominado
«Doctrina Constitucional», y que albergará en lo sucesivo
investigaciones, personales y colectivas, sobre diversas instituciones
propias del constitucionalismo. Se suma a las series que hemos ya
establecido y que han tenido varias publicaciones; entre estas
colecciones, podemos citar a la denominada «Biblioteca
Constitucional del Bicentenario», con cinco libros editados;
«Derecho, Cine y Literatura» con dos libros publicados; «Derecho y
Sociedad», con dos textos publicados; «Procesos Constitucionales»,
con dos libros publicados; «Jurisprudencia Relevante del Tribunal
Constitucional», con dos tomos publicados; Presentación 17 la
Revista Peruana de Derecho Constitucional (números 7, 8 y 9); y la
recientemente creada «Documentos Constitucionales del
Bicentenario». Creemos que, con ello, estamos dando cumplimiento
cabal a la tarea que nos hemos impuesto desde que el actual Pleno
del Tribunal, con los ilustres magistrados que lo integran, nos
confiaron la dirección general del Centro de Estudios
Constitucionales; tarea que no es sino difundir la cultura
constitucional en nuestro país, hacerla dialogar con otros saberes y
disciplinas sociales y acercarla a la comprensión de la ciudadanía,
razón de ser de cualquier sociedad moderna que se precie. Párrafo
aparte merece la inestimable y entusiasta participación del Colegio
de Abogados de Lima (CAL), representada por su decano, doctor
Pedro Angulo Arana, para que este libro tenga vida. Esta
colaboración dignifica y engrandece a este insigne gremio, sin duda,
porque lo sitúa en el lugar que siempre debe tener: promotor por
antonomasia de la cultura jurídica del país. El Tribunal
Constitucional reconoce y agradece la labor protagónica del CAL en
la publicación de este libro. Finalmente, pero no menos importante,
solo nos queda reiterar el agradecimiento a los autores de este libro
coral (nos honran con su presencia juristas extranjeros y nacionales);
sus trabajos, de cuya hondura y solvencia el lector podrá dar fe, le
dan la dimensión e importancia cabal a este libro. Este texto es de
ellos, rigurosamente, y del lector crítico. La publicación de una obra
colectiva puede responder a diversas finalidades. En algunos casos
se busca desarrollar un mismo tema desde diversas perspectivas o
enfoques. En otros casos supone el tratamiento de una materia por lo
general amplia, distribuida por sectores o submaterias, en los que
cada autor realiza su propio aporte. En ocasiones se pretende la
compilación de diversos estudios sobre un grupo de temas
especialmente seleccionados, ya sea por su importancia o por
mantener ciertos elementos en común. En rigor, el aporte colectivo
no es infrecuente y tiene varias ventajas, entre las que, por supuesto,
se encuentra ofrecer desde múltiples criterios un análisis que no se
agote en una sola metodología o técnica de investigación, sino que
nos ofrezca un abanico de alternativas en la manera de encarar un
tópico en particular. Los colectivos difícilmente agotan y ofrecen
interesantes opciones al investigador, e incluso al recién iniciado,
que por diversos motivos busca información inmediata o directa. En
esta oportunidad, el lector tiene entre sus manos un libro colectivo
sobre el amparo constitucional que intenta enmarcarse dentro de un
estilo bastante más ligero y abierto que las alternativas que
anteriormente hemos descrito. Y probablemente es así, pues su tema
central tiene que ver con el más importante de nuestros procesos
constitucionales, no solo por su ámbito de protección (el más
extenso de todos) sino por la abundante jurisprudencia que ha
venido −y seguramente seguirá− generando. El amparo puede dar
lugar a todo tipo de análisis y es esa la razón por la que el Centro de
Estudios Constitucionales, diligentemente representado por el
magistrado Carlos Ramos Núñez, insistió en dedicarle no solo un
volumen exclusivo, sino uno en el que cada autor pudiese sentirse
más cómodo para desarrollar el apartado que considerase de su
interés. De esta forma tenemos aportes en el ámbito específicamente
doctrinario, pero también, y como no podía ser de otra manera, en
los espacios propiamente jurisprudenciales y legislativos.
Hay que recalcar adicionalmente que todo tribunal constitucional,
por lo menos en América Latina, nació siempre como respuesta a
una necesidad y sustancialmente para controlar el poder y no para
servirlo. El Poder Ejecutivo, lo sabemos, si no tiene obstáculos,
arrasa a quien está al frente. Los ministerios cumplen, generalmente
labor discreta o de comparsa y apoyo cuando no de sumisión
absoluta al Presidente de la República. Del Poder Legislativo, en
medio de tantos enredos, no se puede esperar gran cosa y lo mismo
podemos decir del Poder Judicial y del Ministerio Público. Debemos
pues centrar nuestros esfuerzos en tener un mejor Poder Judicial y
por cierto en un Tribunal Constitucional más garantista. Pero esto no
sucederá de un día para otro. Mientras tanto y sobre todo mientras la
judicatura ordinaria en materia constitucional no dé mejores frutos,
tiene el Tribunal Constitucional una delicada tarea que cumplir y
esto es lo que nos dicen los hechos y lo que espera el justiciable. * *
* De lo antes expuesto es fácil desprender algunas consecuencias,
aun cuando sea a título provisional: 1. El Tribunal Constitucional
fue creado fundamentalmente para proteger la jerarquía jurídico-
normativa y defender en vía extraordinaria los derechos
fundamentales a través de procesos constitucionales. Esto último ha
ido en retroceso en los últimos meses, alterando de esta manera uno
de los fines para los cuales fue instituido. 2. Dentro de esta línea, ha
ido restado importancia e interés a los procesos constitucionales
contra resoluciones judiciales, olvidándose que el Poder Judicial en
materia de derechos fundamentales no es necesariamente un
referente válido. E igual podría decirse del Ministerio Público. 3. El
rechazo liminar sin audiencia y sin informes de los abogados, es sin
lugar a dudas, una mutación constitucional de carácter
«inconstitucional»6 que lesiona el derecho de defensa y la propia
competencia del Tribunal Constitucional. 4. Se ha inaugurado con el
nuevo colegiado una etapa no garantista con fines administrativos,
esto es, eliminar expedientes que «estorban» y presentar a la opinión
pública un «mejor» desempeño jurisdiccional. 5. El aparentemente
inofensivo precedente «Vásquez Romero» se ha ido extendiendo a
otros supuestos no previstos en él, en curiosa metástasis, cuyos
efectos se aprecian ahora más claramente y que están reñidos con los
fines de todo proceso constitucional.
6. Si una institución de tan alto rango como es un Tribunal
Constitucional, deja de lado –total o parcialmente– los altos fines
para los que fue concebido, podría llegar un momento en que su
existencia sea irrelevante. * * * Lo que se señala no es,
indudablemente, lo deseable y menos en un país como el nuestro. La
historia de nuestro Tribunal Constitucional, más allá de matices,
excesos o errores de todo tipo, ha sido siempre garantista. Y esa
senda puede ser retomada si existe voluntad para hacerlo.

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