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22 de Abril

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DIA DE LA MADRE

Historia
Mientras algunos atribuyen la celebración del Día de la Madre a una estrategia mercadotécnica y comercial, la realidad
es que su origen tuvo un sentido muy diferente.
Las celebraciones por el día de la madre se iniciaron en la Grecia antigua, en las festividades en honor a Rhea, la madre
de Júpiter, Neptuno y Plutón.

El origen del actual Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, debido a la pobreza, una
forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o palacios, donde también se daba techo y comida.
Un domingo del año, denominado «Domingo de la Madre», a los siervos y empleados se les daba el día libre para que
fueran a visitar a sus madres, y se les permitía hornear un pastel (conocido como «tarta de madres») para llevarlo
como regalo.
Esta celebración se desarrollaba colectivamente, en bosques y praderas.
Aunque algunos colonos ingleses en América conservaron la tradición del británico Domingo de las Madres, en Estados
Unidos la primera celebración pública del Día de la Madre se realizó en el otoño de 1872, en Boston, por iniciativa de la
escritora Julia Ward Howe (creadora del «Himno a la república»). Organizó una gran manifestación pacífica y una
celebración religiosa, invitando a todas las madres de familia que resultaron víctimas de la guerra por ceder a sus hijos
para la milicia.
Tras varias fiestas bostonianas organizadas por Ward Howe, ese pacifista Día de la Madre cayó en el olvido. Fue hasta la
primavera de 1907, en Grafton, al oeste de Virginia, cuando se reinstauró con nueva fuerza el Día de la Madre en
Estados Unidos, siendo Ana Jarvis, ama de casa, quien comenzó una campaña a escala nacional para establecer un día
dedicado íntegramente a las madres estadounidenses.
En memoria de una madre
Luego de la muerte de su madre en 1905, Jarvis decidió escribir a maestros, religiosos, políticos, abogados y otras
personalidades para que la apoyaran en su proyecto de celebrar el Día de la Madre, en el aniversario de la muerte de
su propia progenitora, el segundo domingo de mayo.
Tuvo muchas respuestas, y en 1910 esta fecha ya era celebrada en casi todo Estados Unidos.
En 1914, el Presidente Woodrow Wilson firmó la proclamación del Día de la Madre como fiesta nacional, que debía ser
celebrada el segundo domingo del mes de mayo.
La primera celebración oficial tuvo lugar un día 10 de mayo, por lo que este día fue adoptado por muchos otros países
del mundo como la fecha del «Día de las Madres».
En México, los aztecas ya honraban la maternidad
A la madre de Huitzilopochtli
Honrar la maternidad también fue característico de las culturas que poblaron Mesoamérica antes de la Conquista. Una
de ellas, la azteca, rendía culto a la madre de su dios Huitzilopochtli, la diosa Coyolxauhqui o Maztli, que según era
representada por la luna.
La mitología cuenta que durante la creación del mundo fue muerta a manos de las estrellas, que celosas, le quitaron la
vida para que no diera a luz a su hijo Huitzilopochtli, quien representaba al sol, sin embargo, éste sí pudo nacer,
venciendo a las tinieblas.
Los indígenas rendían especial tributo a esta diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas en oro y plata, que no sólo
revelan profundo sentido artístico sino la importancia tan grande que ellos concedían a la maternidad.
La peregrinación al Tepeyac
El más representativo de estos rituales era el celebrado a mediados de la primavera, en el cerro del Tepeyac, con el fin
de honrar a la madre de los dioses, Tonantzin, cuyo nombre significa «nuestra madre venerable».
Los festejos a la maternidad entre los aztecas eran de carácter sacro. Peregrinar desde distintos puntos del antiguo
México para honrar a Tonatzin, era un acto de comunión cósmica y una ceremonia de reconocimiento a la propia
madre.
Tonatzin, como dice la historiadora Bibiana Dueñas, «era “la Madrecita”, y tenía por mayor atributo la vida; ella la
daba. De allí su importancia y su fuerza más grande. Era el elemento vital de la sangre y, por lo tanto, también la guerra
y la muerte eran sus atributos». En las fiestas se le invocaba como «madre de las divinidades, de los rostros y los
corazones humanos». Tonatzin aparecía muchas veces, según cuentan, como una señora vestida elegantemente de
blanco; de noche gritaba y pregonaba.
También cuentan que traía una cuna a cuestas, como quien trae a su hijo en ella; iba al mercado y se acomodaba entre
las otras mujeres; más tarde desaparecía, abandonando la cuna por ahí. Cuando las otras mujeres advertían la cuna
estaba olvidada, se asomaban a ella y encontraban un pedernal, con el cual se hacían sacrificios en su honor.

¡FELIZ DIA MAMA!

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