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Historia de Las Emociones
Historia de Las Emociones
Historia de Las Emociones
20, n°
1, e119. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Historia Argentina y Americana
Dossier
Sandra Gayol
En los márgenes de los resultados parciales del taller que presenta este
dossier, mucho queda de lo debatido entonces. Numerosos puntos de acuerdo
y discrepancias enriquecedoras surgieron alrededor de aquella mesa a la que
llegamos, por un lado, con la inquietudes comunes sobre los aspectos no
resueltos en la historiografía de las emociones y, por otro, con el interés de
pensar en un posible derrotero propio, que aunque reconoce a la tradición de
estudios europea y americana como su fuente ineludible de inspiración y
formación, no puede eludir el hecho de que la singularidad de la historia de
cada sociedad no siempre se ajusta bien a los marcos de referencia teóricos,
metodológicos y conceptuales que fueron pensados para la historia de los
países centrales. Aunque sin la intención de forzar una toma de perspectiva
“desde el Sur” quienes, desde Argentina, nos plegamos al “giro emocional” –
con sus promesas y sus problemas–, tal vez debamos pensar en nuestras
articulaciones entre las emociones y lo político, lo social y lo cultural a la luz
de nuestras tradiciones historiográficas y, sobre todo, de un/unos pasado/s que
se muestran remisos a los modelos analíticos formulados en otras latitudes.
Lo prescriptivo, aquello que “es bueno o correcto sentir”junto con las reglas
que moderan la expresión de las emociones, constituye una de las
preocupaciones de los colaboradores de este dossier, aunque esa clave ocupa
mayor centralidad en los trabajos de Bjerg y López Sánchez. El de Bjerg se
pregunta sobre el impacto que la inmigración tuvo en las normativas y los
estilos emocionales de la Argentina entre fines del siglo XIX y la Segunda
Posguerra. Aborda los efectos emocionales de la movilidad espacial en la
familia transnacional y, a la vez, reflexiona, en una escala mayor, sobre la
posible reconfiguración de regímenes emocionales a la luz del problema de la
identidad nacional, intensamente afectada por el cosmopolitismo y la
heterogeneidad cultural, consecuencias indeseadas de las migraciones
masivas. La dimensión política y social también atraviesa el artículo de López
Sánchez, que analiza el ideario del amor romántico, poniendo el foco en las
iniciativas educativas y culturales para inculcarlo a los hombres y mujeres
mexicanos de las primeras décadas del siglo XX. Equivalente al matrimonio
heterosexual, el amor romántico estuvo lejos de limitarse al espacio
doméstico, erigiéndose en la emoción social y política por excelencia.
Referencias
Notas