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Inia Geoffrensis - Wikipedia, La Enciclopedia Libre

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Inia geoffrensis

Delfín rosado

El delfín rosado ((Inia


Inia geoffrensis),
geoffrensis), t ambién conocido como boto
boto,, bufeo
bufeo,, delfín del Amazonas o
tonina,, es una especie de mamífero cet áceo odont ocet o de la familia Iniidae [2] ​en peligro de
tonina
ext inción.
inción. Se conocen dos subespecies: Inia geoffrensis geoffrensis e Inia geoffrensis
humboldtiana, las cuales se dist ribuyen por la cuenca del Amazonas, la cuenca alt a del río
Madeira y la cuenca del Orinoco, respect ivament e.
Delfín rosado

Delfín rosado cazando un plecostomus.

Comparación de tamaño entre humano promedio y un delfín rosado

Estado de conservación

En peligro (UICN 3.1)[1] ​

Taxonomía

Reino: Animalia

Filo: Chordata

Clase: Mammalia

Orden: Artiodactyla

Infraorden: Cetacea

Parvorden: Odontoceti

Superfamilia: Platanistoidea

Familia: Iniidae

Género: Inia

Especie: I. geoffrensis

(Blainville, 1817)

Distribución
Rango de distribución

Subespecies

Inia geoffrensis geoffrensis Blainville, 1817

Inia geoffrensis humboldtiana Pilleri y Gihr, 1978.

Es el delfín de río más grande; el peso de los machos adult os llega a los 185 kg y pueden medir
hast a 2,5 m. Como caráct er dist int ivo, los adult os adquieren un color rosado, más acent uado en
los machos.[3] ​Es uno de los cet áceos con dimorfismo sexual más evident e, ya que los machos
miden y pesan ent re 16% y 55% más que las hembras. Como los ot ros odont ocet os posee un
órgano llamado melón que ut iliza para la ecolocalización. La alet a dorsal t iene poca alt ura pero es
muy larga y sus alet as pect orales son grandes. Est a caract eríst ica, junt o a su mediano t amaño y
la falt a de fusión de la vért ebras cervicales, le confieren una gran capacidad de maniobra para
desplazarse por el bosque inundado y para capt urar sus presas.

Posee la diet a más amplia ent re los odont ocet os; se aliment a principalment e de peces, de los
cuales se han ident ificado 53 especies diferent es, ent re los que se encuent ran las corvinas,
t et ras y pirañas. Complement a su diet a con t ort ugas de río y cangrejos.

Habit an en el curso de los principales afluent es del río Amazonas y el Orinoco por debajo de los
400 msnm. En t emporada de lluvias se desplaza a las áreas inundadas de la selva, donde exist e
una ofert a mayor de aliment o.

En 2008, se le clasificó en la List a Roja de la UICN como especie con dat os insuficient es, debido
a la incert idumbre con respect o a la cifra t ot al de la población, su t endencia y el impact o de las
amenazas. No ha sido objet o de caza significat iva, pero en las últ imas décadas, se han convert ido
en amenazas principales la pérdida del hábit at y las capt uras accident ales con element os de
pesca. Por su llamat ivo t int e rosado, es una de las especies de odont ocet o mant enida en
caut iverio en varios acuarios del mundo, principalment e en Est ados Unidos, Venezuela y Europa;
sin embargo, es una especie difícil de ent renar y con una mort alidad alt a en caut ividad.

Taxonomía

Ilustración de delfín rosado en el texto Brehms Tierleben publicado en la década de 1860.

La especie Inia geoffrensis fue descrit a por Henri Marie Ducrot ay de Blainville en 1817. Dent ro de
los odont ocet os, el delfín rosado pert enece a la superfamilia Plat anist oidea (delfines de río),[4] ​
que est á const it uida por dos familias: Plat anist idae e Iniidae, a la que pert enece el género Inia,[5] ​
del cual es el único int egrant e. No exist e consenso de cuando y cómo penet raron a la cuenca
amazónica; es posible que lo hayan hecho hace más de 15 millones de años desde el océano
Pacífico, ant es de la formación de los Andes o más recient ement e desde el océano At lánt ico.[6] ​

Se reconocen t res subespecies: I. g. geoffrensis, I. g. boliviensis e I. g. humboldtiana.[7] ​Sin


embargo, basado en la morfología del cráneo, en 1994 se propuso que I. g. boliviensis se t rat aba
de una especie diferent e.[8] ​En 2002, a raíz del análisis del ADN mit ocondrial de especímenes
procedent es de la cuenca del Orinoco, el río Put umayo (t ribut ario del Amazonas) y de los ríos
Tijamuchy e Ipurupuru, en la Amazonia boliviana, se llegó a la conclusión que el género Inia est aba
dividido en por lo menos dos unidades evolut ivas: una de ellas rest ringida a las cuencas fluviales
de Bolivia y la ot ra dist ribuida ampliament e en las cuencas del Orinoco y Amazonas;[9] ​sin
embargo, hast a 2009 el asunt o permanecía sin resolverse.[10] ​
Dent ro de su amplia zona de dist ribución recibe diferent es nombres comunes: delfín rosado, bot o
(Amazonia), delfín del Amazonas, bufeo (Colombia y Perú) y t onina (Orinoco).[11] ​

Subespecies

Inia boliviensis en Rurrenabaque, departamento del Beni, Bolivia. Era anteriormente tratado como una subespecie de Inia
geoffrensis.

Inia geoffrensis geoffrensis:[12] ​habit a la mayor part e del río Amazonas, incluyendo los ríos
Tocant ins, Araguaia, el bajo Xingú y Tapajós, el Madeira hast a los rápidos de Port o Velho, y los
ríos Purús, Yuruá, Ica, Caquet á, Branco; y el río Negro a t ravés del canal del Casiquiare hast a San
Fernando de At abapo en aguas del Orinoco, incluyendo su afluent e el Guaviare.[13] ​

Inia geoffrensis humboldtiana:[14] ​se ubica en la cuenca del río Orinoco, incluyendo los ríos
Apure y Met a.[15] ​El cont act o de est a subespecie con sus relacionados est á rest ringida, al
menos durant e la t emporada seca, por las cascadas del río Negro, los rápidos del Orinoco ent re
Samariapo y Puert o Ayacucho, y por el canal del Casiquiare.[16] ​

La t ercera subespecie: Inia geoffrensis boliviensis,[17] ​designada para las poblaciones dist ribuidas
en la cuenca alt a del río Madeira, más arriba de los raudales de Teot onio, en Bolivia, se sugirió
fuera elevada a especie plena: Inia boliviensis.[18] ​Sin embargo, debido a la evidencia genét ica
insuficient e y la demost ración que los rápidos de Teot onio no garant izan el aislamient o genét ico
con presencia de ejemplares de I. boliviensis en la cuenca baja del río Madeira;[19] ​la Sociedad de
Mast ozoología Marina y la IUCN lo siguen considerando como subespecie hast a que no se aport e
evidencia concluyent e.[1] ​
Est á confinada al río Mamoré y su principal afluent e el It énez, incluyendo la zona baja de sus
t ribut arios ent re los 100 y 300 msnm. Est a especie parece haberse aislado de las poblaciones de
Inia geoffrensis a causa de los 400 km de rápidos desde Port o Velho sobre el río Madeira hast a
Riberalt a sobre el río Beni en Bolivia. Sin embargo, exist en delfines rosados de subespecie no
det erminada en el río Abuná y su t ribut ario el río Negro (Bolivia), el cual penet ra en el sist ema
Madeira/Beni en el límit e ent re Brasil y Bolivia.[13] ​

Descripción

Delfín rosado mostrando la dentadura.

El bot o es el delfín de río más grande. Los machos adult os alcanzan una longit ud y peso máximos
de 2,55 m (promedio 2,32 m) y 185 kg (promedio 154 kg), mient ras, las hembras llegan a medir y
pesar hast a 2,15 m (promedio 2,00 m) y 150 kg (promedio 100 kg). Es uno de los cet áceos con
dimorfismo sexual más marcado (los machos miden y pesan ent re el 16% y 55% más que las
hembras), siendo en est e sent ido único ent re los delfines de río, en los cuales los machos son por
lo general más grandes.[20] ​

La cont ext ura del cuerpo es robust a y fuert e pero bast ant e flexible. A diferencia de los delfines
oceánicos, sus vért ebras cervicales no est án fusionadas, permit iéndole a la cabeza una amplia
gama de movimient os. La alet a caudal es ancha y t riangular; la alet a dorsal, que t iene forma de
quilla, t iene poca alt ura, pero es muy alargada y se ext iende desde la mit ad del cuerpo hast a la
región caudal.[15] ​Las alet as pect orales son grandes y t ienen forma de remo. La longit ud de
est as alet as le permit en realizar movimient o circulares dándole una maniobrabilidad excepcional
para nadar a t ravés de la veget ación en la selva inundada; sin embargo est a caract eríst ica le
disminuye la velocidad de nado.[21] ​
El color del cuerpo varía con la edad. Los recién nacidos y jóvenes t ienen un t int e gris oscuro; en
la adolescencia se t rasforma en gris claro y los adult os se t ornan rosados, como consecuencia
de la abrasión repet ida de la superficie de la piel. Los machos t ienden a ser más rosados que las
hembras debido al t raumat ismo más frecuent e por la agresión int raespecífica (ent re individuos de
la misma especie).[10] ​El color de los adult os varía ent re rosado sólido y mot eado. En algunos
adult os la superficie dorsal es más oscura; se cree que la diferencia en el color depende de la
t emperat ura, t ransparencia del agua y la ubicación geográfica.[10] ​Se t iene regist ro de un ejemplar
albino que fue mant enido en caut iverio durant e un año en un acuario de Alemania.[10] ​

El cráneo de la especie es poco asimét rico comparado con los ot ros odont ocet os. Tiene un
hocico prominent e, con 25 a 28 pares de dient es largos y delgados a cada lado de ambos
maxilares. La dent ición es het erodont a, es decir que las piezas dent ales difieren en forma y
longit ud; los dient es ant eriores son cónicos y los post eriores t ienen rebordes en la part e int erna
de la corona.[22] ​Sus ojos son pequeños, pero parecen t ener buena visión dent ro y fuera del agua.
En la frent e t iene un melón de t amaño pequeño, cuya forma puede modificar mediant e cont rol
muscular cuando lo usa para ecolocalización.[22] ​

Tiene un hocico prominent e, largo y fino con 25 a 28 pares de dient es en las hemimaxilias. Los
dient es delant eros son punt iagudos, mient ras que los dient es post eriores son más planos y
acopados. Los dos t ipos del dient e sirven diversas funciones: agarrar la presa y machacarla.
Respiran cada 30 a 110 segundos. Lanzan un chorro de agua de hast a 2 met ros de alt ura, por el
orificio dorsal. La gest ación dura 315 días, t ras los cuales nace una cría que permanece dos años
al lado de la madre.

Biología y ecología

Longevidad
Delfín rosado llamado Apure, que logró sobrevivir más de cuarenta años y murió en cautiverio en el zoológico de
Duisburgo, Alemania.

La esperanza de vida del delfín rosado en la nat uraleza se desconoce, pero en caut iverio se ha
regist rado la sobrevida de individuos saludables por espacio de 10 a 31 años. Sin embargo, la
longevidad promedio en animales caut ivos es de solo 33 meses.[6] ​Se calcula que un individuo
llamado Apure en el zoológico de Duisburgo, Alemania, consiguió vivir más de cuarent a años,
t reint a y uno de los cuales permaneció en caut iverio.[23] ​Ot ro individuo, al cual se le calculó
aproximadament e 48 al moment o de su muert e en el 2016, fue Dalia (ht t ps://web.archive.org/we
b/20160617134208/ht t p://el-carabobeno.com/not icias/art iculo/130694/muri-dalila-la-lt ima-t on
ina-del-acuario-de-valencia) , la t onina del acuario de Valencia, en Venezuela.

Comportamiento

El bot o t iende a ser solit ario y no es frecuent e verlo en grupos. Cuando lo hacen se congregan en
asociaciones de hast a cuat ro individuos. Lo más frecuent e es observar parejas madre-hijo, pero
pueden est ar formados por grupos het erogéneos o por machos exclusivament e. Ocasionalment e
se observan congregaciones más grandes en zonas con aliment o abundant e, como en la
desembocadura de los ríos, o t ambién pueden hacerlo para descansar y socializar.[24] ​Exist e una
segregación import ant e durant e la t emporada de lluvias, en la cual los machos se ubican en los
cauces de los ríos, mient ras las hembras y sus crías se localizan en las zonas inundadas; en la
t emporada seca no exist e t al separación.[25] ​
Los est udios en caut iverio han most rado que el delfín rosado es menos t ímido que el delfín
mular, pero t ambién menos sociable, muest ra menor agresividad, es menos juguet ón y demuest ra
menor comport amient o aéreo que est e. Es muy curioso y es not able la falt a de t emor hacia
objet os ext raños. Sin embargo, es posible que en caut iverio no demuest re el mismo
comport amient o que en su medio nat ural. En libert ad exhiben variedad de comport amient os:
sujet an los remos de los pescadores, se frot an cont ra los bot es, arrancas plant as bajo el agua,
arrojan palos y juegan con t roncos, arcilla, t ort ugas, serpient es y peces.[24] ​

Es un nadador lent o; la velocidad más frecuent e de desplazamient o varía ent re 1,5 y 3,2 km/h,
pero se han regist rado velocidades máximas de ent re 14 y 22 km/h y es capaz de nadar
velozment e por largos periodos. Cuando emerge, la punt a del hocico, el melón y la alet a dorsal
aparecen simult áneament e sobre la superficie.[24] ​Rarament e sacan la cola del agua ant es de
realizar inmersiones. También pueden agit ar las alet as, sacar la alet a caudal y la cabeza sobre el
agua, est o últ imo lo hacen para observar el ent orno; rarament e ejecut a salt os sobre la superficie,
pero los jóvenes pueden hacerlo separándose del agua hast a un met ro.[11] ​Son más difíciles de
ent renar que la mayoría de los ot ros delfines.[24] ​

Reproducción

Las hembras alcanzan la madurez ent re los seis o siet e años y una t alla de 1,75 a 1,80 met ros.
Los machos lo hacen mucho más t arde, cuando alcanzan aproximadament e dos met ros de
longit ud. La época de reproducción es est acional y coincide con la t emporada seca, cuando el
nivel del agua es bajo. El periodo de gest ación se prolonga durant e once meses y la época de
nacimient os ocurre durant e la t emporada de inundaciones. Las crías al nacer pesan 80 kg y la
et apa de lact ancia se prolonga hast a por un año, con int ervalos de dos a t res años ent re cada
embarazo.[24] ​

Ant es de det erminar que la especie t enía un marcado dimorfismo sexual, se post uló que los
bot os eran monógamos. Post eriorment e se demost ró que los machos eran más grandes que las
hembras y se les document ó esgrimiendo un comport amient o sexual muy agresivo en su medio
nat ural y en caut iverio. Los machos present an un grado import ant e de daño en las alet as
dorsales, caudales, pect orales y el espiráculos debido a mordidas y abrasiones, en forma adicional
a las numerosas cicat rices secundarias al rast rilleo de dient es. Est o sugiere una compet encia
feroz por el acceso a las hembras. Est o parece indicar un sist ema polígamo de apareamient o,
pero la poliandria y promiscuidad no pueden descart arse.[26] ​
En animales caut ivos se ha document ado cort ejo y juego previo al apareamient o. Los machos
t oman la iniciat iva mordisqueando las alet as de la hembra, pero en el caso en que la hembra no
sea recept iva, puede reaccionar agresivament e. Se ha observado una alt a frecuencias en las
copulaciones, en una pareja en caut iverio se cont aron 47 en el plazo de 3,5 horas, ut ilizando para
ello t res posiciones diferent es: cont act ando el vient re en ángulo rect o, yaciendo paralelament e
cabeza a cabeza o cabeza a cola.[6] ​

La t emporada de reproducción es est acional y los nacimient os ocurren ent re mayo y junio. El
periodo de los nacimient os coincide con la t emporada de inundaciones y es posible que est o
proporcione una vent aja debido a que las hembras y sus crías permanecen en las áreas inundadas
más t iempo que los machos. En cuant o el nivel de agua empieza a decrecer, la densidad de
presas en los sect ores inundados aument a debido a la pérdida de espacio, ofreciendo a los
lact ant es la energía necesaria para suplir las alt as demandas requeridas para el crecimient o. El
periodo de gest ación se est ima en once meses y los part os en caut iverio t oman de 4 a 5 horas.
Nace una cría por cada gest ación y una vez rot o el cordón umbilical la madre ayuda al neonat o a
salir a la superficie para respirar. Al moment o de nacer miden 80 cm de largo y en caut iverio se
has regist rado un crecimient o de 0,21 m por año. El periodo de lact ancia t oma cerca de un año y
se ha regist rado hembras preñadas que cont inúan lact ando. El int ervalo ent re nacimient os se
est ima ent re los 15 y 36 meses, y la duración de la crianza se prolonga de dos a t res años.[6] ​

La duración relat ivament e prolongada de la lact ancia y la crianza sugiere un fuert e vínculo madre-
hijo. La mayoría de las parejas observadas en su medio nat ural est án const it uida por una hembra y
su cría. Est o sugiere que los largos periodos de cuidado parent al cont ribuyen al aprendizaje y
desarrollo de joven, como lo hace el delfín mular (Tursiops truncatus).[6] ​

Dieta

Boto alimentándose.
La diet a del bot o es la más diversa de la observada en cualquier ot ro odont ocet o. Est a se
compone de al menos 43 especies diferent es de pez agrupadas en 19 familias. El t amaño de las
presas oscila ent re los 5 y 80 cm, con un promedio de 20 cm. Los peces consumidos con mayor
frecuencia pert enecen a las familias Sciaenidae (corvinas), Cichlidae y Characidae (t et ras y
pirañas); pero su dent adura het erodont a le permit e acceder a presas provist as de caparazón
como t ort ugas de río (Podocnemis sextuberculata) y cangrejos (Poppiana argentiniana).[24] ​Su
diet a es más diversa durant e la est ación húmeda, cuando los peces se esparcen en las zonas
inundadas fuera de los cauces fluviales y se hacen más difíciles de at rapar, y se vuelve más
select iva durant e la est ación seca cuando la densidad de presas es mayor.[21] ​

Usualment e se aliment an solos y son act ivos durant e el día y la noche; sin embargo, cazan de
forma predominant e ent re las 6:00 y 9:00 h y ent re las 15:00 y 16:00 h; consumen cerca del 5,5%
de su peso corporal al día.[24] ​A menudo se ubican cerca a las caídas de agua y en la
desembocadura de los ríos, moment o en el cual se disgregan los cardúmenes de peces haciendo
más fácil su capt ura. También se aprovecha de las pert urbaciones hechas por los bot es para
at rapar a sus presas desorient adas. En ocasiones, incluso se asocian con los t ucuxis (Sotalia
fluviatilis) y las nut rias gigant es (Pteronura brasiliensis) para cazar en forma coordinada; reúnen y
at acan los bancos de peces al mismo t iempo. Aparent ement e, exist e poca compet encia por el
aliment o ent re est as especies, ya que cada una de ellas prefiere presas diferent es. También se
ha observado que los bot os en caut iverio compart en el aliment o.[24] ​

Comunicación

La especie, al igual que los ot ros delfínidos, ut iliza silbidos t onales para comunicarse. La emisión
de est os sonidos se relaciona con el moment o en que regresan a la superficie, ant es de realizar
inmersiones, sugiriendo que t ienen que ver con la aliment ación. Los análisis acúst icos han
revelado que las vocalizaciones son dist int as en est ruct ura a los silbidos t ípicos de los
int egrant es de los delfínidos, incluyendo al de su parient e el t ucuxi.[27] ​

Distribución y población
Boto inspeccionando el entorno, en el Río Orinoco.

El bot o es el delfín de río más abundant e; t iene un rango amplio de dist ribución dent ro de su
hábit at de agua dulce. Tiene presencia en seis países de América del Sur: Bolivia, Brasil, Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela, en un área que comprende alrededor de siet e millones de km². Habit a
t odo el t rayect o del río Amazonas y sus principales t ribut arios, incluso afluent es pequeños y
lagos aledaños, desde su desembocadura cerca a Belén, hast a su origen en los ríos Marañón y
Ucayali en Perú. Sus límit es est án est ablecidos por caídas de aguas infranqueables, como las de
los ríos Xingú y Tapajós en Brasil, y aguas muy poco profundas. Una serie de rápidos y caídas de
agua en el río Madeira han aislado la población, reconocida como la subespecie I. g. boliviensis, al
sur de la cuenca del Amazonas, en Bolivia.[10] ​

El bot o t ambién se dist ribuye en la cuenca del río Orinoco, a excepción del río Caroní y la part e
alt a del río Caura en Venezuela. La única conexión ent re el Orinoco y el Amazonas es a t ravés del
canal del Casiquiare. La dist ribución de los delfines en los ríos y zonas aledañas dependen de la
época del año; en la t emporada seca se ubica en el cauce de los ríos, pero en la época de lluvias,
cuando los ríos de desbordan, se dispersan a las zonas inundadas, t ant o al bosque (igapó) como a
la llanura (varsea) inundados.[10] ​

Los est udios para est imar la población de bot os son de difícil análisis, debido a la diferencia en la
met odología ut ilizada. En un est udio realizado en el t ramo del Amazonas llamado río Solimões,
con una longit ud de 1200 km ent re la ciudad de Manaus y Tabat inga, el t ot al de individuos
avist ados fue de 332±55 por cada inspección y la densidad fue est imada en 0,08-0,33 animales
por km² en los canales principales, y de 0,49-0,93 animales por km² en los ramales. En ot ro
est udio realizado en un t ramo de 120 km en la confluencia de Colombia, Brasil y Perú, se
observaron 345 individuos con una densidad de 4,8 en los t ribut arios, 2,7 alrededor de las islas y
2,0 a lo largo de la ribera.[28] ​Adicionalment e se realizó ot ro est udio en el Amazonas a la alt ura de
la desembocadura del río Caquet á durant e seis días. Como result ado de los est udios realizados,
se encont ró que la densidad es más alt a en las riberas de los ríos con 3,7 bot os por km²,
disminuyendo hacia el cent ro del río. En est udios realizados durant e la época de lluvias la
densidad observada en las planicies inundadas fue de 18 animales por km², mient ras en las riberas
de ríos y lagos oscilaba ent re 1,8 a 5,8 individuos por km². Est as observaciones sugieren que el
delfín rosado se encuent ra en densidad más alt a que cualquier ot ro cet áceo.[24] ​

En 2002 se cont aron 208 bufeos en el río Tijamuchi, Bolivia.[29] ​En 2004, se est ableció que la
población del curso medio del Amazonas se est ruct uraba sobre la base de los sist emas de
planicies inundables, con un int enso movimient o ent re est os. Se est imó una población de 13 000
bot os en los 11 240 m² de la Reserva de Desarrollo Sost enible Mamiraua, la cual cubre un
est imado de 11%-18% de hábit at de várzea en Brasil.[30] ​

Hábitat Natural

Brazo principal del río Amazonas cerca a Fonte Boa, Brasil. Se observan las múltiples zonas inundables, lagunas y canales
menores, hábitat del delfín rosado a lo largo del año.

Dent ro de las cuencas fluviales en las que hace presencia el delfín rosado, se ubica en casi t odos
los hábit at s, incluyendo los cursos principales de los ríos, canales, desembocaduras de los
afluent es, lagos y al final de los rápidos y caídas de agua. Los cambios cíclicos en el nivel de los
ríos durant e las t emporadas de lluvias y sequía a lo largo del año, det erminan direct ament e que
áreas pueden ser ocupadas y la disponibilidad de aliment o. Durant e la est ación seca, la especie
se sit úa en los cauces principales de los ríos, debido a que los canales menores t ienen muy poca
profundidad y las presas se ubican a lo largo de las márgenes de los ríos. Durant e la t emporada
de lluvias, los bot os pueden desplazarse con facilidad a los t ribut arios más pequeños, a la selva y
planicies inundadas.Habit an en los principales afluent es del río Amazonas, el Orinoco y el Madeira.
Los machos y hembras parecen t ener preferencia select iva de hábit at ; los machos regresan a los
canales principales de los ríos cuando t odavía los niveles de agua permanecen elevados,
mient ras las hembras y sus crías cont inúan en las zonas inundadas por más t iempo. La razón que
el dúo madre-hijo permanezca más t iempo puede obedecer a múlt iples razones. Las aguas más
quiet as permit en a los jóvenes descansar, lact ar y propicia la consecución de aliment o en un
ambient e calmado, lejos de las corrient es fluviales. También disminuye el riesgo de agresión por
part e de los machos hacia las crías y la depredación por part e de ot ras especies.

Migración

En la Reserva Nacional Pacaya Samiria, Perú, se ha recurrido a la fot oident ificación para
reconocer los individuos, basado en los pat rones de pigment ación, cicat rices y anormalidades en
el pico. Se reconocieron 72 ejemplares, de los cuales se volvieron a observar 25 ent re 1991 y
2000. Los int ervalos ent re cada avist amient o variaron ent re un día y 7,6 años. El rango máximo de
movimient o fue de 220 km, con un promedio de 60,8 km. La mayor dist ancia recorrida en un día
fue de 120 km, con un promedio de 14,5 km.[31] ​En un est udio previo llevado a cabo al cent ro del
río Amazonas, se observó que los delfines se movían solo algunas decenas de kilómet ros ent re la
t emporada de sequía y la época de inundaciones. Sin embargo, a t res de los 160 animales
reseñados se les observó a más de 100 km del sit io donde fueron regist rados.[16] ​

Imagen satelital del noreste de la selva amazónica, se aprecia la creciente intervención humana con áreas de
deforestación cultivadas y vías de comunicación.

Conservación
En 2008, la especie fue cat alogado por la list a roja de especies amenazadas en la List a Roja de la
UICN como en est ado DD (dat os insuficient es).[1] ​La especie fue previament e cat alogada como
«vulnerable» pero se cambió el est ado debido al mont o limit ado de información act ual disponible
sobre amenazas, ecología y t endencia de la población. En las áreas donde los delfines se han
est udiado parecen bien ext endidos y relat ivament e abundant es. Sin embargo est as áreas
represent an solo una pequeña proporción de la dist ribución t ot al de la especie y a menudo son
sit ios donde est án prot egidos. No obst ant e, las informaciones de est as áreas pueden no ser
represent at ivas y puede no ser válida a largo plazo.[1] ​

Sin embargo, por la cont aminación y dest rucción paulat ina de la selva amazónica y debido a la
vulnerabilidad de la especie se han t omado medidas para su prot ección en t odos los países que
habit a. Sus mayores enemigos son la deforest ación y aquellas act ividades humanas que
cont ribuyen a pert urbar y alt erar su medio ambient e.[24] ​Una fuent e de preocupación est riba en la
dificult ad que represent a mant ener ejemplares en caut iverio con vida, debido a la agresión
int raespecífica y escasa longevidad. Por ello si la población del bot o llegase a disminuir hast a
niveles peligrosos en la nat uraleza, correría un riesgo aún más alt o de ext inguirse por la dificult ad
de mant enerlo largo t iempo en caut ividad.[32] ​

En 2008, la Comisión Ballenera Int ernacional (CBI) expresó preocupación por la capt ura de bot os
para ut ilizarlos como cebo en la Amazonia Cent ral, lo cual es un problema emergent e que se ha
ext endido a gran escala.[1] [33]
​ ​La especie est á incluida en el Apéndice II de la Convención sobre
el Comercio Int ernacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvest res (CITES), y en el
Apéndice II del Convenio sobre la Conservación de Especies Migrat orias de Animales Salvajes.[34] ​

De acuerdo a la evaluación por part e del Comit é Cient ífico de la Comisión Ballenera Int ernacional
en 2000, la población del bot o parece ser grande y exist e escasa o ninguna evidencia de
decrecimient o de la población en número y área de dist ribución. Sin embargo, se reconoce la
crecient e int ervención humana sobre su hábit at y se espera que en el fut uro la consecuencia más
probable sea la disminución de su rango y población. Por ellos se emit ieron una serie de
recomendaciones para garant izar el seguimient o apropiado a la especie, ent re las cuales figura la
implement ación y publicación de est udios sobre la est ruct ura de las poblaciones, la elaboración
de un regist ro de la dist ribución de la especie, document ación sobre amenazas pot enciales como
la magnit ud de operaciones pesqueras y ubicación de oleoduct os, regist ros más det allados sobre
los riesgos, dist ribución, cant idad de cada una de las poblaciones.[35] ​

Amenazas
Caza y muertes deliberadas

Puede decirse que por lo general la especie ha sido prot egida y respet ada en el pasado; sin
embargo, exist en regist ros del uso de su aceit e como fuent e de luz por part e de los colonos
port ugueses. Los indígenas mura cazaban bot os cerca de Manaus, Brasil; durant e el siglo XIX y
los t ikuna y cocama los capt uraban cerca a Let icia, Colombia y en el bajo Ucayali,
respect ivament e, por lo menos hast a la década de 1950. También se han ut ilizado los product os
de ejemplares capt urados accident alment e para fabricar medicinas y como amulet os de amor. En
los mercados de la Amazonia se comercializan ojos de «bot o», pero los análisis moleculares han
demost rado que provienen del delfín cost ero (Sotalia guianensis), al cual se le llama «bot o» en
algunas regiones.[24] ​

En el depart ament o del Beni, Bolivia, se report ó la caza de la especie por medio de rifles y
redes.[36] ​En 1996, se adelant ó una invest igación para cuant ificar el número de capt uras
incident ales y la comercialización de product os del delfín rosado, los result ados most raron que
las capt uras son efect ivament e accident ales y solo una pequeña cant idad de est os cadáveres
son ut ilizados con propósit os comerciales.[37] ​

En la Amazonia colombiana algunos pescadores han mat ado bot os (mediant e arpones, disparos y
envenenamient o) para impedir al int eracción con los aparejos de pesca. En la cuenca del Orinoco
y la Amazonia peruana exist en algunos report es de muert es, debido t ambién aparent ement e a la
int eracción con los pescadores.[38] ​

En el río Amazonas los delfines rosados han aprendido a t omar vent aja de algunas act ividades
pesqueras. Pueden romper las redes de pesca (en especial redes de cerco t ipo lámpara)
causando pérdidas considerables de peces y daños a los aparejos de pesca. También se reúnen
para aliment arse de peces at urdidos por el uso ilegal de dinamit a. En ambas circunst ancias los
pescadores pueden opt ar por mat ar los delfines.[39] ​

Captura accidental

La implement ación de redes de pesca de nailon ha increment ado las capt uras accident ales en la
especie.[37] ​Desde mediados de la década de 1990 se difundió su uso para capt urar
«piracat inga» (Calophysus macropt erus), convirt iéndose en la peor amenaza para la especie. Ot ra
amenaza se deriva de la const rucción de cent rales hidroeléct ricas en los principales t ribut arios
del Amazonas, disminuyendo la disponibilidad de ciert as especies de pescado. Adicionalment e,
las represas aíslan diferent es poblaciones, disminuyendo el int ercambio genét ico y aument ando
la posibilidad de ext inciones locales.[24] ​
Pesca excesiva

El uso de redes de malla de nailon se encuent ra ext endido en t oda la Amazonia y con la presión
ejercida por la pesca la compet encia ent re delfines y pescadores es más int ensa. Sin embargo en
el cent ro del Amazonas est a compet encia es t odavía mínima. Los análisis de la diet a en el bot o
han demost rado, que solo el 43% de las 53 especies incluidas en su menú son comercializados y
que los peces capt urados no t ienen la t alla suficient e para t ener int erés comercial.[39] ​

Degradación del hábitat

Madera producto de la deforestación de la selva amazónica, una de la consecuencia de la presencia humana en el área
de distribución del boto, con la consecuente pérdida de su hábitat.

Los humanos se est án expandiendo rápidament e a t ravés del área de dist ribución de la especie,
especialment e en Colombia y Brasil. La presencia de est os pobladores implica un increment o en
las act ividades agrícolas, deforest ación, hat os ganaderos y plant aciones.[38] ​La deforest ación de
planicies inundables para act ividades agrícolas y la indust ria maderera, afect an el ciclo
hidrológico y ecosist ema ribereño. Una de las peores consecuencias de la deforest ación es la
disminución del desarrollo de poblaciones de peces, lo que redunda en un suminist ro rest ringido
de aliment o para los delfines y ot ros depredadores.[39] ​

Ot ra causa pot encial de alt eración del hábit at , es la const rucción de cent rales hidroeléct ricas.
Est as est ruct uras suponen un obst áculo para las migraciones de la especie y de sus presas,
limit ando el acceso al aliment o y propiciando el aislamient o ent re las diferent es poblaciones.
Además, las poblaciones at rapadas det rás de est as barreras est án expuest as a un ambient e
inadecuado, con bajas concent raciones de oxígeno, disminución del pH y menos aliment o.[39] ​El
en río Formosa se han report ado varamient os a consecuencia de los cambios en el nivel del agua
por la desviación de los cauces para irrigación.[21] ​
Finalment e, en Colombia, la explot ación y producción de pet róleo t ambién represent a una
amenaza pot encial para la especie. Est o ha ocurrido durant e las últ imas décadas, como result ado
de los múlt iples derrames de crudo a causa de los at ent ados guerrilleros cont ra oleoduct os en la
Amazonia y Orinoquia del país. Algunos de ellos han sido muy ext ensos con result ados no
cuant ificados.[39] ​

Polución

En la Amazonia y Orinoquia, se ha increment ado el uso de grandes cant idades de plaguicidas en


act ividades agrícolas. La cont aminación con met ales pesados en el Amazonas proviene de las
minas de oro que ut ilizan mercurio en forma incont rolada;el mercurio se ut iliza para separar est e
met al de roca circundant e [40] ​

Los efluent es de las plant as de celulosa son t ambién una fuent e pot encial de cont aminación. Sin
embargo, la concent ración de mercurio (176 ng/ml) hallada en la leche de una hembra capt urada
en el río Amazonas cerca de Manaos, Brasil, est aba cerca del nivel mínimo de envenenamient o
por mercurio en mujeres adult as no embarazadas. Est o sugiere que al menos en est a part e del río,
la cont aminación es baja.[41] ​

Depredadores

No exist en regist ros de depredadores nat urales de los bot os, pero el caimán negro
(Melanosuchus niger), el t iburón t oro (Carcharhinus leucas), la anaconda (Eunectes murinus) y el
jaguar (Panthera onca) event ualment e podrían capt urar a un bot o. Algunos animales poseen
cicat rices en forma de medialuna at ribuidas a peces gat o de las familias Cet opsidae y
Trichomyct eridae.[21] [22]
​ ​

Relación con los humanos

Cautiverio

El delfín rosado, principalment e desde la década de 1950 y hast a principios de la década de


1970, fue puest o en caut iverio en diversos acuarios a t ravés del mundo. La primera capt ura
report ada fue en 1956, en Let icia, Colombia, al ser t omados cuat ro ejemplares para ser
export ados a Est ados Unidos, desde ent onces y hast a 2002, 140 ejemplares se habían enviado a
est e país, 5 a Europa y dos a Japón.[42] ​La especie t iene la reput ación de ser muy frágil al
caut iverio; sin embargo, algunos ejemplares nacidos en acuarios e individuos sust raídos de su
medio nat ural, han logrado sobrevivir por muchos años.[42] [43]
​ ​
Patologías

En un est udio publicado en 2006, se report ó la causa de muert e en caut iverio, ent re 1956 y 2006,
est ablecida según los report es médicos, necropsia y est udios hist opat ológicos. Ent re los
animales nacidos en su medio nat ural, la mort alidad fue más alt a los dos primeros meses
post erior a su capt ura, sumado 32 del t ot al de las muert es. El hallazgo más frecuent e fueron las
neumonías de diferent e origen y lesiones cut áneas como úlceras y abscesos, en el 42% y 36%
respect ivament e. En 21 de est os animales se encont ró caquexia evident e. Quince animales
t enían evidencia de pat ología renal y fue la principal causa de muert e en t rece de ellos. Se
document ó pat ología renal en 18 casos y sepsis ocasionada por bact erias se confirmó mediant e
est udio hist ológico en 16 muert es.[44] ​De las lesiones cut áneas se cult ivó con más frecuencia
Streptococcus y Escherichia coli, y en menor cuant ía Proteus, Pseudomonas, Klebsiella,
Alcaligenes.[44] ​

En animales caut ivos en Est ados Unidos se ha document ado un síndrome cut áneo caract erizado
por la presencia de abscesos de aspect o nodular y lent o crecimient o, secundario a infección por
Streptococcus iniae y bact erias Gram negat ivas, con escasa respuest a al t rat amient o con
ant ibiót icos. El manejo quirúrgico asociado a t rat amient o int ensivo con ant ibiót icos proporciona
una mejoría gradual del cuadro clínico. Streptococcus iniae puede ser responsable de
enfermedades dermat ológicas crónicas de los delfines rosados.[45] ​

Mitología

El delfín rosado hace part e del folclore de los habit ant es de la Amazonia y se conocen algunas
leyendas y mit os a lo largo de su dist ribución. Est as leyendas generalment e le at ribuyen poderes
sobrenat urales. En algunas regiones se cree que los espírit us de las personas ahogadas quedan
at rapados en los bot os.[46] ​Pero la leyenda más difundida circula sobre su act ividad,
especialment e sobre su personificación humana y las relaciones ent re delfines y mujeres. Por
ejemplo, en la Amazonia se cree que el delfín rosado se t ransforma por la noches de luna llena en
un apuest o varón, llegando a las fiest as y bailes para seducir y luego robarse a las mujeres, con la
int ención de reproducirse.[11] ​Se adviert e a las doncellas locales t ener cuidado si se encuent ran
con un hombre apuest o vest ido de blanco, ya que puede t rat arse de un bot o. Est e mit o se ut iliza
para just ificar embarazos fuera del mat rimonio.[6] [47]
​ ​Est a t rama se recreó en la película brasilera,
El, el bot o, exhibida en 1987.[48] ​

Heráldica
Delfín rosado en el escudo de la ciudad Leticia.

El delfín rosado est á represent ado en el escudo de la ciudad colombiana de Let icia, es un raro
mamífero que vive el ext remo sur de Colombia y que forma part e del diseño heráldico.

Galería
Cráneo delfín rosado (Inia geoffrensis).

Corazón del delfín rosado.

Delfín rosado (Inia geoffrensis).

Véase también
Amazonía Peruana

Leyenda del Bufeo

Esquelet o digit alizado en The Virt ual Museum of Life - Inia geoffresnsis (ht t p://t hevirt ualmuse
umoflife.com/EBDCSIC/Inia_ geoffrensis/index.php)

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Bibliografía

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Dat os: Q205329

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Especies: Inia geoffrensis
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