El Árbol de La Ciencia - Estudio
El Árbol de La Ciencia - Estudio
El Árbol de La Ciencia - Estudio
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El árbol de la ciencia: estudio crítico
XIX y principios del XX. Destacan Camino de perfección, La busca, Zalacaín el aventurero y,
especialmente, El árbol de la ciencia.
2. Novelas escritas entre 1913 y 1936, en las que Baroja demuestra su maestría como narrador, pero faltas
de profundización ideológica. Sobresalen La sensualidad pervertida, Los pilotos de altura o Las noches
del Buen Retiro.
3. Novelas escritas a partir de 1936, que poco añaden a la imagen de Baroja como el escritor consagrado
que era; ejemplos de este grupo son El puente de las ánimas y Las veladas del chalet gris.
• Características de su novela:
▪ Novela = "un saco donde cabe todo" (escribió en sus Memorias). Un género literario abierto,
polimorfo, en el que todo puede inventarse y donde lo único importante es acertar con el tono que la
obra requiere. Nos encontramos, pues, ante un novelista instintivo que expresa su visión de las cosas
con la mayor verdad y amenidad posibles.
▪ Estilo: sencillo y fluido. Destaca, en primer lugar, por su claridad y precisión y, si se puede, por su
elegancia.
▪ Sitúa a un personaje (=alter ego de Baroja) en un ambiente conocido y asimilado. El personaje suele
ser un inadaptado al mundo que le rodea.
o Publicación: 1911. Es la novela más representativa de Pío Baroja y del "espíritu del 98", ya que refleja la crisis
existencialista de un ser inadaptado al mundo en el que vive. Tiene mucho de autobiografía. Además, es toda una
radiografía de una sensibilidad y de unos conflictos espirituales latentes en la época. La trama central es la historia
de una desorientación existencial.
o Título: Baroja titula al tercer capítulo de la PARTE CUARTA: “INQUISICIONES” “El árbol de la vida y el árbol
de la ciencia”. Esta parte cuarta, como veremos más abajo, coincide con la mitad de la obra, con el intermedio
reflexivo donde Andrés Hurtado dialoga con su tío Iturrioz sobre varias cuestiones. Esta cuarta parte se convierte
en el eje temático y estructural de la obra (actúa como el tronco de un árbol quedando las estructuras simétricas a
un lado del tronco y a otro y además incluye la reflexión de los temas desarrollados en la obra).
El título de este capítulo y de la obra procede de La Biblia, de su primer libro el “Génesis”. Aquí nos explican
cómo en el Jardín del Edén existían dos árboles: el “Árbol del conocimiento del bien y del mal” (=El “Árbol de
la ciencia”) y el “Árbol de la vida”. Dios había prohibido a Adán y Eva comer del Árbol de la Ciencia y ellos
desobedecen, condenándose a sí mismos a la expulsión del Paraíso y condenando a toda la humanidad al Pecado
Original.
En la obra de Baroja, Andrés Hurtado y su tío Iturrioz hablan de estos árboles: Tú habrás leído [en el Génesis, le
dice Iturrioz a Andrés] que en el centro del Paraíso había dos árboles: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia
del bien y del mal. El árbol de la vida era inmenso, frondoso y, según algunos santos padres, daba la inmortalidad.
El árbol de la ciencia no se dice cómo era; probablemente sería mezquino y triste. [...] Y Dios, seguramente,
añadió: "Comed del árbol de la vida, sed bestias, sed cerdos, sed egoístas, revolcaos por el suelo alegremente;
pero no comáis del árbol de la ciencia, porque ese fruto agrio os dará una tendencia a mejorar que os destruirá"
(IV, 3).
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El árbol de la ciencia: estudio crítico
Ambos árboles simbolizan la desorientación e inadaptación del protagonista (el tema central de la novela): La
vida de Andrés Hurtado es un debate entre los dos árboles, símbolos de la contradicción del espíritu humano (el
afán de conocimiento y la vida). Andrés sería una especie de Adán, joven inocente e inexperto que tras muchas
experiencias es expulsado del Paraíso (=la felicidad de la vida) precisamente por su inquietud intelectual (=el
Árbol de la Ciencia) y por su incapacidad de conformarse con lo que se le ofrece (=el Árbol de la Vida) hasta el
punto de rebelarse contra Dios (en la Biblia se rebelan comiendo la manzana, en el libro se rebela suicidándose).
Andrés renuncia al Árbol de la Vida que le recomienda su tío Iturrioz (que ejerce de Dios-Padre del protagonista)
constantemente enseñándole a vivir la vida y a alcanzar la felicidad. Igual que Adán, decide ignorar los consejos
de su Padre-Iturrioz e incumple la norma de comer del Árbol de la Vida, eligiendo el Árbol de la Ciencia. Esta
elección lo alejará de la vida haciéndolo infeliz y llevándolo a la muerte. El sufrimiento vital de Andrés sería la
expulsión simbólica del Paraíso, que sería la terraza de Iturrioz, donde se producen los diálogos intelectuales,
donde no pasa el tiempo, donde no solo hay que contemplar, hablar y pensar, el vitalismo sereno que defiende
Iturrioz (la ataraxia).
Por lo tanto, hacerse adulto, madurar y crecer, es un camino hacia el conocimiento (de uno mismo y del mundo),
camino que aleja al individuo de la inocencia feliz y de la ignorancia inconsciente. Es como abandonar la sombra
del árbol de la vida para ir en busca del árbol de la ciencia. Cuantas más experiencias y descubrimientos, más
conocimiento, pero también más tristeza, más escepticismo y sufrimiento.
Andrés quiere confiar en el progreso de la ciencia como modo de resolver los problemas más profundos de la vida
humana y alcanzar un mundo mejor. La ciencia nos revelará las leyes de la naturaleza, y el hombre -a través de la
razón y de la experiencia- logrará alcanzar la verdad. Pero la verdad que encuentra es la del nihilista Schopenhauer:
que el mundo es puro determinismo sometido a las rígidas leyes de la naturaleza, voluntad ciega, irracional y
amoral, y que el conocimiento –la ciencia- es incompatible con la vida. Andrés –que ha comprobado que ni la
medicina ha podido salvar a su mujer ni la Naturaleza a su hermano Luisito- se ve así abocado al más trágico final.
o Argumento: resumen detallado en https://josecarlosaranda.com/2014/12/22/el-arbol-de-la-ciencia-resumen-de-
la-obra-por-partes-y-capitulos/.
La novela responde a lo que la crítica alemana llama Bildungsroman (“novela de la formación” de un personaje).
Nos cuenta la vida de Andrés Hurtado, un joven estudiante de Medicina de finales del siglo XIX. Un personaje
perdido en un mundo absurdo y en medio de circunstancias adversas que constituirán una sucesión de desengaños.
Su ambiente familiar hace de él un muchacho triste; se siente solo y abandonado. A la vez siente sed de
conocimiento y de algo que dé sentido a su vida. Pero, aunque llega a la universidad con muchísimas ganas de
aprender, pronto se desilusiona al comprobar el deplorable estado de la universidad y la ciencia española. Allí
conoce a sus amigos Julio Aracil, Montaner y Lulú. Descubre las lacras que rodean a Lulú y la muerte de su
hermano Luisito será, por otro lado, un hecho decisivo que lo conduce al escepticismo ante la ciencia y a las más
negras ideas sobre la vida. Se consuma así, la “educación” del protagonista, quien en la parte IV dirá: “Uno tiene
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la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin
brújula, sin luz adonde dirigirse.” De vuelta a Madrid, mantiene con su tío Iturrioz largas conversaciones sobre la
sociedad, la ciencia y la filosofía. En estos encuentros, Pío Baroja aprovecha para ponderar las ideas de sus
adorados Kant y Schopenhauer.
Es destinado como médico al pueblo manchego de Alcolea del Campo, donde es testigo de la ignorancia, del
caciquismo y del egoísmo que presiden las relaciones sociales. El ambiente deforme del pueblo en donde comienza
a ejercer como médico le produce un “malestar físico”. Se desilusiona nuevamente y decide regresar a Madrid,
ciudad en la que ejerce como médico de Higiene. Su relación profesional con los pacientes no hace sino aumentar
su pesimismo vital. Madrid es “un pantano” que le produce la misma angustia. Andrés Hurtado, deriva hacia un
absoluto pesimismo político, se aísla cada vez más y adopta una postura pasiva en busca de una paz desencantada.
Finalmente, decide casarse con Lulú y durante más de un año y por primera vez en su vida, Andrés Hurtado será
plenamente feliz. Lulú le ha traído algo que no conocía a su vida: la tranquilidad. Pero todo cambia cuando su
esposa se queda embarazada. Y es que el protagonista no quiere hijos, pero su mujer le convence de lo contrario.
Obviamente, vuelve la pesadumbre, la ansiedad y la depresión. Para colmo de males, el bebé muere antes de nacer
y su madre, Lulú, lo hace a los pocos días. El final de Andrés Hurtado, dictado casi desde la primera página, es el
suicidio. El mismo día del entierro de su mujer, el protagonista se toma un bote de pastillas que acaban con una
vida de sufrimiento y tristeza infinita.
o Estructura: se compone de 7 partes que suman 53 capítulos. Estas siete partes se organizan en dos partes
separadas por el intermedio reflexivo de la parte IV.
Hay un paralelismo formal entre las partes:
• Etapa I (partes 1, 2 y 3): planteamiento y primera mitad del conflicto. Nos presentan al personaje y a su
familia; su acceso a la universidad, amistades y prácticas; y el Madrid marginal. Termina con la muerte
de su hermano, que aumenta la sensación de desorientación de Andrés. Temas: desorientación e
inadaptación al mundo estricto y exigente que le ha tocado vivir.
• Etapa II (partes 5, 6 y 7): segunda mitad del conflicto y desenlace. Tratan las experiencias profesionales
de un Andrés maduro. Intenta adaptarse a un nuevo entorno pero fracasa. Termina la muerte de su familia
y su posterior suicidio.Temas: desorientación y angustia existencial.
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La estructura de la novela es simétrica y paralela. El juego de repeticiones y paralelismos nos recuerda a la idea
del sentimiento trágico que hace que la vida sea siempre igual de forma infinita e incansable: una continua sucesión
de hechos que, aunque cambien las características externas, representan la misma sensación de desorientación y
absurdo → Schopenhauer (voluntad trágica y nihilismo) y Nietzsche (nihilismo e idea del “eterno retorno”). A
continuación vemos las repeticiones y paralelismos entre partes:
• Partes 1 y 5: nuevos ambientes. Universidad y familia / Alcolea del Campo.
▪ Entrada de Andrés en ambientes nuevos que resultan ser cerrados y atrasados (universidad / Alcolea)
donde dominan el absurdo y la desgana.
▪ Aparecen personajes que viven ajenos a la realidad (Lamela / Don Blas).
▪ Escenas de crueldad del hombre hacia la mujer (médico-enfermera / Pepinito-Dorotea).
▪ Andrés Hurtado intenta alejarse del mundo que le rodea (lecturas filosóficas / astronomía y escritura).
▪ Vida sexual corrompida e insana (enfermedades venéreas en el hospital S. Juan de Dios / éxito de la
pornografía).
▪ Sentimiento de rabia e inconformismos en ambos lugares → ideales revolucionarios (anarquismo /
deseo de una revolución que acabe con la moral de España)
• Partes 2 y 6: estancias en Madrid.
▪ Aparecen en la parte 6 reencuentros con personajes de la parte 2: Aracil, Montaner, Fermín Ibarra,
Lulú y Villasús.
▪ Pobreza, corrupción y sexo: en la parte 2 aparecen los ambientes marginales y la prostitución en
Madrid / en la parte 6 aparecen las prostitutas en el trabajo de Médico de Higiene en Madrid.
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o Personajes:
• Andrés Hurtado: Baroja retrata a AH dentro de su ambiente. No lo destaca, ni siquiera hace descripción física
porque quiere enfatizar el lado intelectual y emocional. AH va tomando forma poco a poco con el avance de
la historia, a través de situaciones concretas en las que vemos cómo siente, habla y actúa. Todas las
experiencias que vive como testigo o protagonista desencadenan reflexiones en el personaje. AH se comporta
como un científico ante el mundo: primero observa o experimenta y luego saca conclusiones de carácter
general → modelo inductivo de la clínica: se observa al enfermo, se extraen datos y se propone un diagnóstico.
AH da un paso más, reacciona ante estas situaciones que van constituyendo su personalidad. AH se caracteriza
por su densidad psicológica, firme a sus convicciones morales y a su sentido de rectitud y exigencia moral y
por ello choca frontalmente con el mundo que lo rodea y consigo mismo. No sabe alcanzar la felicidad
deseada. Es un personaje perdido espiritualmente e inadaptado.
El mundo que rodea a AH es cruel y hostil. Baroja utiliza la técnica del contraste mostrando el carácter del
protagonista mediante sus reacciones ante otros personajes (rechazo, desprecio y repulsión hacia los demás,
insultos donde se manifiesta una sinceridad espontánea). Vemos las convicciones morales del autor a través
del personaje. Son pocos los personajes hacia los que AH muestra simpatía, normalmente debido a que son
tipos raros y extravangantes (Lamela, Don Blas, Cleto, Villasús. Y los únicos personajes hacia los que siente
verdadera aprobación son Iturrioz y Lulú, por su complicidad espiritual e intelectual; Margarita y Fermín
Ibarra, a los que admira; y Dorotea, por la atracción erótica.
• Iturrioz: actúa como interlocutor y guía filosófico del protagonista además de ayudar al protagonista con
problemas de su vida cotidiana. Simbólicamente juega el papel de Dios-padre frente al Adán que es AH.
Mantiene diálogos con AH al modo platónico donde tratan temas como la lucha darwinista por la vida, el
sentido de la vida y la felicidad, el espíritu de resignación de los pobres, la eugenesia, etc.
• Lulú: AH ve en ella un espejo espiritual. Es espontánea y sincera, desprecia los convencionalismos sociales
y es un personaje neurótico con fuertes oscilaciones emocionales. Todo esto aproxima a los dos personajes
hasta casarse. Lulú siempre ha estado enamorada de AH y este la quiere, pero AH no llega a amarla más allá
de la complicidad y la tranquilidad (hasta felicidad) que le proporciona.
• Personajes secundarios: aparecen unos 130 personajes secundarios en la obra además de personajes colectivos
y anónimos como alumnos, , cantaroras y bailaoras, chulos, camareras, médicos, enfermeras, curas,
pueblerinos, etc. que se convierten en piezas del ambiente y que generalmente son víctimas de la crítica, ironía
y crueldad de AH. Estos personajes son reflejo de la vida misma, aparecen a nuestro alrededor un momento
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y despiertan nuestra atención para, seguidamente, volver a desaparecer. Esta técnica se basa en el “boceto
apresurado” y pretende crear unos arquetipos de personajes que ayuden a reflejar el medio ambiente y la
sociedad que rodea al personaje además de mostrar el vacío de las relaciones humanas, superficiales e inútiles.
Entre los personajes secundarios encontramos representantes de distintos tipos:
▪ Personajes para mostrar la miseria y la flaqueza del cuerpo y el alma: Moñete, los profesores de AH,
el hermano Juan, Estrella, la tía Negra, doña Pitusa, etc.
▪ Personajes que muestra el mundo de los explotadores, crueles e inhumanos: el padre de AH, Aracil,
Doña Virginia, etc.
▪ Personajes que muestran el mundo de los explotados: la familia de Villasús, las Minglanillas, la
Venancia, el tierno Luisito, etc.
Todos los personajes contribuyen a crear una atmósfera. Para los personajes principales Baroja utiliza la
caracterización paulatina: se van definiendo poco a poco por su comportamiento y sus reflexiones y por
contraste con otros personajes. Evolucionan y ganan espesor humano. Sin embargo, los personajes
secundarios son trazos rápidos, bocetos con carga satírica que no evolucionan y solo están para mostrar el
papel que representan.
o Espacio y tiempo:
• Espacio: la vida de AH es itinerante. Parte de Madrid y se va extendiendo a la periferia de España con
un vaivén constante: Madrid-Valencia-Madrid-pueblo de Burgos-Madrid-Alcolea del Campo-Madrid.
Los viajes del protagonista sirven para mostrar su aprendizaje en distintos ambientes (rurales y urbanos)
y ver cómo se va formando y para reflejar los ambientes y la diversidad de la España de la época
(enfermedad del alma nacional). Cada espacio se trata como un microcosmos cerrado y autónomo que
no tiene contacto con los otros microcosmos. No hay continuidad de un espacio a otros. AH penetra en
cada uno, aprende y es expulsado para penetrar en el siguiente.
▪ Madrid: la universidad, el hogar familiar, los barrios bajos (donde cabe incluir el paso por
hospitales y por el trabajo de médico de Higiene), el (trágico) hogar matrimonial, y la terraza de
Iturrioz.
▪ Valencia: el pueblo (lugar saludable) y la capital (lugar enfermizo).
▪ Burgos: no se dice nada de él.
▪ Alcolea del Campo: el microcosmos más unitario y aislado del relato. De entre todos ellos, la
Por su parte, el aislamiento y la clausura de cada espacio por el que pasa AH sugieren a) que España es
una sociedad desarticulada, descompuesta (“invertebrada” la llamó Ortega), que AH vive en un país
donde cada cosa (individuos, clases sociales, regiones, etc) marcha por su lado, aislada y cerrada, sin
contacto ni comunicación con el resto de la realidad; y b) que las reacciones y los aprendizajes de AH en
cada espacio son experiencias también desarticuladas, descompuestas, a las que AH no logra dar cohesión
ni coherencia. En lugar de una personalidad que se forma, en AH nos encontramos con una identidad que
se de-forma, que se disgrega o dispersa, que vive perdida en los ambientes por los que pasa y en el interior
de sí misma.
Los personajes y los ambientes señalados constituyen un mosaico de la vida española de la época.
Son los años en torno al 98 (en la VI parte se habla del Desastre). Baroja critica la situación de España:
la pobreza cultural (ineptitud de los profesores, desprecio de la ciencia e investigación); las lacras sociales
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(especialmente revelada con la oposición campo/ciudad). El mundo rural es inmóvil, allí reina la
insolidaridad y pasividad ante las injusticias. Se denuncia el caciquismo, lo que conlleva la ineptitud o
rapacidad de los políticos. La ciudad, Madrid, es un “campo de ceniza” por donde discurre una “vida sin
vida”, despreocupación de los pudientes, de los “señoritos juerguistas”. Ante la iniquidad (injusticia)
social, el protagonista siente una cólera impotente. Ideológicamente, Andrés, como Baroja, se inclina por
un anarquismo espiritual, basado en la simpatía y en la piedad, sin solución práctica ninguna.” O en
palabras de Iturrioz: “la justicia es una ilusión humana.”
• Tiempo: la biografía de Andrés en la obra va desde su infancia hasta los 28 años y se sitúa a finales del
s. XIX. Sin embargo, la forma de narrar los hechos provoca una doble impresión:
▪ Los acontecimientos importantes en la vida de Andrés ocurren muy aprisa, y son narrados con
rapidez; a veces, en aceleración constante: la entrada en la univerdidad; los momentos de
superación de cada curso académico; la primera enfermedad de Luisito; la segunda enfermedad
de este y la noticia de su muerte; los incidentes médicos en Alcolea; la declaración a Lulú, el
hogar conyugal y la tragedia final.
Se trata de los momentos extraordinarios, que se salen de lo corriente, los hechos que el
protagonista o el azar han convertido en trascendentes.
▪ Junto a los acontecimientos importantes, gran parte de la novela se centra en describir (desde el
punto de vista de AH) el mundo social y los personajes que lo rodean; en hacer valoraciones
(morales) acerca de todo ello; y en resumir costumbres y hábitos de la vida de AH. Estos
momentos de la novela detienen el ritmo narrativo, le imprimen lentitud o incluso paran en seco
la acción. Es el pesado tiempo de la vida corriente, de todo aquello que ocurre y se repite sin
cesar, amarga y dolorosamente, en medio del cual acontecen los hechos importantes vistos antes.
Este tiempo que se sucede pero que no avanza, en que siempre pasa lo mismo, sería, desde el
punto de vista de la filosofía de Schopenhauer, la vida misma, es decir, la expresión de la fuerza
ciega, irracional y amoral de la voluntad. Baroja lo expresa así en la novela: “la vida es estúpida,
sin emociones, sin accidentes… el mundo es ciego; (…) la vida cruel, canalla, infame, la vida
sin finalidad, sin objeto, sin principios y sin moral…”
o Técnica y estilo:
• Estilo ágil, sencillo y preciso. Antirretórico. Capítulos y párrafos breves. Predomina la oración simple.
El lenguaje literario se desnuda y se simplifica para mostrar el detalle y la claridad de sus ideas y
descripciones.
• Fragmentarismo: la historia es un conglomerado de ambientes, personajes y situaciones donde el punto
de unión es AH y su visión de todo. Se rompe a menudo el ritmo del relato para introducir valoraciones
o para incluir personajes secundarios que aparecen y desaparecen en la historia.
• El estilo de la novela responde al tono del narrador: es una confesión malhumorada del propio autor, que
utiliza la historia y los personajes para explicar su estado de ánimo. Utiliza mucho la ironía, el sarcasmo
y la sátira hasta ser macabro. Recurre a expresiones insultantes y a la animalización grotesca de
personajes.
• Naturalidad expresiva en los diálogos: ágiles, con intervenciones muy concisas (salvo en las
conversaciones de ideas), y adaptados al registro sociocultural de cada personaje.
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