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OTTATI, Gabriela. Análisis de Alda Espírito Santo.

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OTTATI, Gabriela

Análisis del poema Onde estão os homens caçados neste vento de loucura.

ESPÍRITO SANTO, Alda.

El título del poema es un enunciado interrogativo cargado de rabia y dolor: Onde estão
os homens (…). ¿Dónde están los desaparecidos en Ilha Verde en febrero de 1953?1.
Estos Seres Humanos fueron masacrados, caçados, como si fueran animales, en un
vento de loucura que representa la arbitrariedad, inmoralidad e injusticia cometida por
los colonos. El “yo enunciador”, que aún tiene en la memoria a aquellos hombres,
necesita saber, se cuestiona y se somete a una lucha interna contra la exploración
colonialista por las atrocidades cometidas.

El poema, como veremos más adelante, funciona como testimonio, homenaje o


evocación a la Masacre de Batepá, manteniendo un tono descriptivo para que el lector
aprecie el escenario de horror; la utilización de un vocabulario crudo, (…) homens
morrendo (...), sange (...), rubra de sangue (...), os grilhões, os golpes das pancadas
(...), dos gritos, dos uivos de dor (...), y repetición de determinadas palabras, caindo,
caindo (...), soarem, soarem, soarem (...), potencia el sentido de esas vidas
interrumpidas y nos dejan un paisaje visual y auditivo que parece detenido en el tiempo.
Existe una memoria atada al pasado, una Historia atada al presente, (…) para sempre
na história da Ilha Verde (…), y un “yo lírico” que se relaciona con el mar y con la
tierra para simbolizar la muerte que continúa retumbando en el silêncio das vidas
tombadas; el mar ya no aparece como sinónimo de libertad, sueños esperanzadores o
subsistencia, ahora todo es rojo, rojo sangre, rojo violencia: se tragó a los hijos de la
isla. El “sujeto enunciador”, inquisidor contundente, desde la Tierra con su mirada
indagatoria, cuestiona al mar de Fernão Dias2 y de esta manera nos sitúa, en forma
precisa, en el espacio. A lo largo del poema, hay marcas que detallan dónde y cuándo
sucedió el hecho: (...) Ilha Verde (...) o mar de Fernão Dias (...) cinco de Fevereiro

1
La Masacre de Batepá tuvo lugar en Santo Tomé y Príncipe el 4 de febrero de 1953, cuando, a mando
del exgobernador general portugués, el coronel Carlos de Sousa Gorgulho (1945-1948), los propietarios
portugueses de tierras desencadenaron una onda de violencia contra los africanos nativos.
https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Batep%C3%A1.
2
Fernão Dias é uma aldeia de São Tomé e Príncipe, localiza-se ao Norte no distrito da Lobata, ilha de São
Tomé, próxima ao Rio do Ouro, da aldeia de São Carlos e da Ponta Fernão Dias.
https://pt.wikipedia.org/wiki/Fern%C3%A3o_Dias_(S%C3%A3o_Tom%C3%A9)
2

(...), es decir, espacio y tiempo están delimitados: “São Tomé e Príncipe”. La voz lírica
deja constancia que el hecho ocurrió y da un espacio de enunciación para gritar silencios
acallados: (…) E eu respondo no silencio das vozes erguidas clamando justiça... (…).
Parece que aquellas muertes resurgieran, se alzaran y exhortaran un pedido de justicia
junto al pueblo para reafirmar la identidad; así el relato, la denuncia realizada en el
poema y ese “yo”, desde la Tierra impregnada de sangre, (…) O sangue caindo em
gotas na terra (…), también pide justicia por todos desde un “nosotros”, como símbolo
de pueblo, unión e identidad: (…) nossos olhos (...) Nossas vidas (...) nos campos (...).
Tomando el lugar de observador y al mismo tiempo de relator, el “yo poético”, que se
muestra empático, (...) meu povo (…), quiere reivindicar el patrimonio colectivo que
fue sometido a la acción depredadora: (…) as casas dos homens destruídas na
voragem do fogo incendiário, as vias queimadas, erguem o coro insólito de justiça
clamando vingança (…). Los gritos y los silencios se unen para que veamos los puntos
de contacto entre memoria y toma de conciencia; porque la población colonizada es un
grupo homogéneo, con sujetos iguales, con las mismas opresiones: algunos murieron,
(…) Um a um, toda em fila... (…), pero ese “ir uno detrás de otro” marca la insistencia
del “yo lírico” en mostrarnos la consistencia colectiva.

A pesar de que permanentemente hemos leído y “visto” imágenes desgarradoras por la


secuencia de descripciones, aparecen otros recursos estilísticos que intensifican la
finalidad del poema; en varias ocasiones las expresiones utilizadas para describir al
colono tienen carga semántica negativa, (…) verdugos sem nome (…), E vós todos
carrascos (…), e vós todos algozes (…), con el propósito de que sepamos que no hubo
lucha armada, son asesinos, gente sin Humanidad y, de este modo, dimensionar la
violencia de los hechos. También podemos observar la presencia de guiones, puntos
suspensivos e interpelaciones, acercándonos a la oralidad. El “yo lírico” parece entablar
un diálogo con alguien que no puede responder. Sin embargo, ese mismo “yo” responde
por todos: (…) E eu respondo no silencio das vozes erguidas clamando justiça... (…).
No hay perdón, pero tampoco habrá muertes; la lucha continúa y esa misma sangre que
la Tierra bebió traerá esperanzas nuevas porque a pesar de todo - Nós estamos de pé - y
a liberdade é a pátria dos homens...

El “yo poético”, que se muestra insubordinado, siempre estuvo dirigido a las críticas de
un período colonialista en un tiempo y espacio determinados, para que no exista el
olvido, para que la memoria colectiva, (de los que están y de los que no), esté presente,
3

para generar resistencia, para perseguir y alcanzar los sueños de otros y solidarizarse
con las voces mudas. El “yo enunciador” invocó esas voces enterradas y las trajo; el
silencio impuesto es censura, pero finalmente el silenciado reflexiona, cambia y se
transforma. Os corpos dos homens tombados nos matos (…) da morte se pusieron de
pie.

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