Comunicación Social

Parcial final de español

Nazly Liceth Cadena Alfonso

Espectadores de la muerte
Ficha técnica

Titulo: Crónica de una muerte anunciada

Autor: Gabriel García Márquez
Genero: Narrativo
Editorial: La Oveja Negra
País: Colombia
Ciudad: Bogotá
Fecha de publicación: 1981
Número de páginas: 156

Introducción
Gabriel García Márquez, fue el autor de esta sensacional novela llamada Crónica de una
muerte anunciada, fue escrita en el año 1981. Está basada en un acontecimiento real, una
historia que mal contada pudo ser muy simple y aburrida, pero el escritor nos ofrece
detalles y giros en el tiempo, lo cual nos hace sentir y vivir apasionadamente cada
momento.
Esta narración nos permite observar muchas de las injusticias que son más comunes en la
sociedad. Donde por odio, por desinterés o egoísmo, preferimos que la vida de una persona
se vea afectada, y si, en algunos casos las víctimas salvan sus vidas, mientras que en otros
los agresores cumplen con su cometido. Eso sucede en esta gran narración, aunque lo que
estaba por ocurrir se comentó por todo el pueblo, el destino no permitió que aquellos que
querían intervenir, lo hicieran por un conjunto de casualidades o aquellos que lo deciden,
lo hacen muy tarde. A su vez, algunos personajes por acelerados cometieron errores, que
les arruinaron sus sueños por completo, como para otros fue más factible porque no
cargaban con remordimientos, la lectura de esta obra hace algo más que distraer, asimismo,
es necesario conocer esta historia por completo para aprender a no ser espectadores de la
muerte y poner la vida sobre cualquier cosa.
Aunque desde un inicio se dice que Santiago Nasar ha muerto, el autor va contando poco a
poco lo que paso, para que dejemos de un lado la intriga y nos tomemos nuestro tiempo en
analizar los sucesos. Lo mejor es que la muerte no es el único tema que se logra evidenciar
en la obra, también el amor idealizado, los problemas familiares, la venganza y creencias
dependientes de la época, entre otras cosas más.
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Resumen expositivo
Para iniciar Santiago Nasar, era un joven de 21 años, esbelto, pálido, de párpados árabes y
cabellos rizados. Era hijo único, el matrimonio de sus padres había sido por conveniencia,
por lo cual no hubo un momento de felicidad. Pero a él aparentemente no le afectaba eso,
porque parecía feliz con su padre hasta que este murió repentinamente, de él aprendió desde
muy niño el poder de las armas de fuego, el cariño por los caballos y la maestranza de las
aves, también la importancia de los valores y la prudencia. De su madre, Plácida Linero,
adquirió el instinto. Además de eso el joven tenía la capacidad de interpretar los sueños
ajenos.
Tras la muerte de su padre, se vio forzado a abandonar sus estudios, para hacerse cargo de
la hacienda familiar llamada El Divino Rostro, la cual administraba con muy buen juicio
aunque sin mucho dinero. Santiago Nasar por sus méritos propios, se reconoció como una
persona alegre, pacífica, y de corazón fácil.
La casa donde vivían era un antiguo depósito de dos pisos. En la planta baja había un salón
que servía para todo, se encontraban los cuartos de servicio, en el fondo se observa la
caballeriza, y la cocina. En la planta alta se encontraban dos dormitorios amplios, cinco
camarotes y un balcón sobre los árboles de la plaza.
El día anterior a la muerte de Santiago Nasar, el pueblo estaba de fiesta por el matrimonio
de Ángela Vicario y Bayardo San Román, festividad considerada la más grande, puesto que
se habían visto muchos regalos, grandes espectáculos de bailarines, excelentes orquestas de
valses, bandas locales, papayeras y grupos de acordeones, todo era espectacular y
despampanante.
Bayardo San Román tenía treinta años, aunque por su compostura no los aparentaba. La
primera vez que lo vieron llegar al pueblo, estaba vestido con una chaqueta corta y un
pantalón muy ajustado, ambos de un material fino. Según se decía él había llegado a ese
pueblo en busca de una esposa, lo cual parecía normal porque su llegada no generaba
inquietud. Un día por causalidad miro a Ángela Vicario, la hija menor de una familia
empobrecida, de la cual se enamoró.
Según lo que el narrador indago, ellos dos se habían conocido por primera vez en las fiestas
patrias de octubre, donde ella estuvo encargada de cantar las rifas. El hombre al quererla
sorprender compro todas la rifas, y gano su premio. Cuando Ángela Vicario volvió a su
casa, encontró allí la ortofónica envuelta en papel de regalo y adornada con un moño, como
un presente de cumpleaños, nunca se supo cómo él se enteró de ese acontecimiento, lo cual
generaba mucha incertidumbre.
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Del pasado de Bayardo San Román no se sabía mucho, era tan prudente sobre su origen que
hasta el comentario más raro podría ser cierto. Entonces, para terminar con esos
comentarios decidió traer a su familia, la cual estaba conformada por el padre quien era un
general, héroe de las guerras civiles y una de las mayores glorias del régimen conservador,
la madre una mulata grande de Curazao, quien en su juventud había sido una de las más
bellas de Antillas y dos hermanas perturbadoras, los cuales le presento a toda la familia de
su enamorada.
El noviazgo de ellos había durado solamente 4 meses, muy poco tiempo para lo que era
costumbre en esa época, no fue más corto porque la madre de Ángela Vicario, Pura Vicario,
exigió esperar a que terminara el luto de la familia por una de sus hijas. Hasta ese momento
no había hecho el mínimo esfuerzo por conquistarla a ella, sino que se enfocó más en
mostrarle sus encantos a la familia. Lo cual funciono, porque una noche en medio de la
sala de la casa, su familia le impuso la obligación de casarse con el hombre que apenas
había visto, pero el hecho de que no amara a Bayardo no era el único problema. Ella tenía
un secreto: no era virgen.
Él le compro la casa de sus sueños, casa que le pertenecía al viudo de Xius, al cual le
costaba dejarla, por todo los recuerdos que tenía ahí, después de ofrecerle una suma elevada
de dinero, consiguió su nuevo hogar. Con el cual de cierta manera buscaba comprar el amor
de Ángela Vicario.
Se acercó el momento de la noche de bodas, entonces se retiraron del sitio y los demás
continuaron bailando, como el esposo les había dicho que lo hicieran. Aterrorizada la
mujer, olvido los consejos de sus amigas para fingir su desfloro, así que Bayardo se percató
de inmediato del hecho, y regreso a Ángela Vicario a su casa.
Su madre al recibirla, la golpeo tanto, que le dejo su cara llena de moretones, aunque sus
lágrimas brotaban de dolor, por fin se sentía tranquila porque su secreto la estaba
atormentando. Sus hermanos al enterarse de la situación, preguntaron por el culpable, y ella
asustada, les dio el nombre de Santiago Nasar y en ese momento es cuando comienza el
plan de asesinato y de venganza.
Ese día Santiago Nasar, se encontraba ansioso por la llegada del Obispo, se despertó con el
ruido de las campanas, porque pensó que las habían soltado en honor del obispo, así que
rápidamente se vistió con un traje elegante de lino blanco similar al que había usado el día
anterior para la boda por si tenía la oportunidad de besarle el anillo al obispo.
Plácida Linero, la madre. Demostraba un desinterés por el obispo, en realidad lo único que
le importaba de esa llegada, era que el hijo no se fuera a mojar, pues lo había oído
estornudar mientras dormía.
El narrador nos ofrece más detalles del asesinato. Los gemelos Vicario: Pedro y Pablo,
primero se dirigieron al depósito de la pocilga, donde guardaban los útiles de sacrificio, y
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escogieron los dos mejores cuchillos: uno de descuartizar y otro de limpiar, y se fueron a
afilarlos en el mercado de carnes, en la carnicería hablaron sobre la grandiosidad de boda.
Comentaron sobre lo que estaban por hacer, pero tenían reputación de gente buena, que
nadie les hizo caso y lo ignoraron.
Durante el amanecer los hermanos Vicario, estaban a la espera de ver encender la luz del
cuarto de Santiago Nasar, para su suerte él entró a su casa, pero no tuvo que encender
ninguna luz porque el bombillo de la escalera permanecía encendido durante la noche y
alcanzaba a reflejarse.
Cansados de esperar a la luz de luna, llegaron a la única tienda que se encontraba abierta en
la plaza, atendida por Clotilde Armenta, donde continuaron bebiendo. Luego de tres días
seguidos bebiendo ya no estaban borrachos, sino que parecían que su cuerpo caminaba
desvelado, sin embargo, el instinto continuaba funcionando, y los despertó por completo
cuando Santiago Nasar salió de su casa, ambos agarraron el rollo de periódicos donde
llevaban las armas, para atacarlo. Pero Clotilde Armenta les insistió que respetaran la
presencia del obispo y no cometieran ninguna locura, por lo cual los gemelos no hicieron
más que esperar.
Clotilde Armenta logro comunicarse con el coronel Aponte, quien al llegar al sitio, no
interrogó sobre sus intenciones, sino que les quitó los cuchillos y los mandó a dormir. El
coronel para causarle tranquilidad a la mujer le mostró los cuchillos como un argumento
final, y se marchó, porque según él no se detiene a nadie por sospechas. A pesar de eso los
hermanos Vicario no se quedaron sin hacer nada, antes de que Clotilde Armenta vendiera la
leche, volvieron los hermanos Vicario con otros dos cuchillos envueltos en periódicos, con
el filo perfecto para cometer un crimen.
A esa hora la mayoría de personas del pueblo ya sabían que a Santiago Nasar lo iban a
matar, y las razones, pero esa noticia no era lo suficientemente impactante, como la llegada
del obispo. El puerto era el centro de atención, y se encontraba lleno de gente, se podían
ver los huacales de gallos que le llevaban de presente al obispo, porque la sopa de crestas
era su plato favorito. Pero las personas quedaron defraudadas por todos los esfuerzos, que
no fueron valorados porque el obispo no se bajó del buque, simplemente les ofreció
bendición desde el barco, y se alejó entre resoplidos de vapor.
Cuando Santiago se dirigía a su casa, decepcionado, se encontró con Margot quien solía
invitarlo a desayunar a su vivienda cuando preparaban caribañolas de yuca, y por
casualidad la madre las estaba haciendo aquella mañana. Santiago Nasar aceptó
entusiasmado, pero le dijo que luego de que fuera a su casa a cambiarse, porque debía
ponerse su atuendo para ir a la hacienda a castrar terneros. Ella insistió en que se fueran
juntos de inmediato porque el desayuno estaba servido, tanto que parecía que Margot ya
sabía que lo iban a matar y quería esconderlo en su casa. Se despidió de ella con la misma
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señal de la mano con que se había despedido de su madre, y esa fue la última vez que lo
vio con vida.
Cuando él se desplazaba, muchas de las personas lo buscaban para advertirlo, pero no
lograban coincidir, hasta cuando llego a la casa de su novia, Flora Miguel, se dio por
enterado de la situación. A lo cual salió directo para su casa para protegerse, pero para su
mala suerte la puerta principal estaba cerrada, pues la madre creía que su hijo estaba en su
cuarto, y quería resguardarlo, puesto que también se acababa de enterar. Entonces fue ahí
cuando los gemelos al ver que este no podía entrar a su casa lo rodearon, y lo acuchillaron
de tal forma que muriera desangrado.
Plácida Linero escuchaba a su hijo, pero se imaginaba que los estaba ofendiendo desde el
balcón, hasta cuando ella se asomó al balcón del dormitorio, y vio a Santiago Nasar frente a
la puerta, boca abajo, tratando de levantarse de su propia sangre. Él como pudo se arrastró,
para darle la vuelta completa a la casa y entrar por la puerta de la cocina, como solía
hacerlo.
Los hermanos Vicario, en cuanto recapacitaron de lo que habían hecho y de inmediato
corrieron hacia la iglesia, pusieron los cuchillos en la mesa del padre Amador, ambos
exhaustos por el trabajo inhumano de la muerte, tenían la ropa y los brazos empapados y la
cara untada de sudor y de sangre todavía viva, pero el párroco recordaba la rendición como
un acto de una gran dignidad.
Después de hacer el levantamiento del cuerpo, el paso siguiente era realizar la autopsia, en
la cual notaron que los estragos de los cuchillos fueron apenas un principio. Siete de las
numerosas lesiones eran letales. El hígado estaba casi dividido por dos perforaciones
profundas en la parte interior. Tenía cuatro cortes en el estómago, y una de ellas tan
profunda que lo atravesó por completo y le destruyó el páncreas. Tenía otras seis
perforaciones menores en el colon transverso, y múltiples heridas en el intestino delgado.
La única que tenía en el dorso, a la altura de la tercera vértebra lumbar, le había perforado
el riñón derecho. La cavidad abdominal estaba ocupada por grandes témpanos de sangre.
La cavidad torácica mostraba dos perforaciones: una en el segundo espacio intercostal
derecho que le alcanzó a interesar el pulmón, y otra muy cerca de la axila izquierda. Tenía
además seis heridas menores en los brazos y las manos, y dos tajos horizontales: uno en el
muslo derecho y otro en los músculos del abdomen. Unía una punzada profunda en la
palma de la mano derecha, y entre el lodazal de contenido gástrico apareció una medalla de
oro de la Virgen del Carmen que Santiago Nasar se había pasado a la edad de 4 años. El
doctor Dionisio Iguarán dijo “que de todos modos le quedaban muy pocos años de vida,
que en efecto le había tratado una hepatitis a Santiago Nasar a los doce años”. Finalmente,
el informe concluía que la causa de la muerte fue una hemorragia intensiva ocasionada por
cualquiera de las siete heridas mayores.
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Al escucharse mucho rumores, respectos a venganzas, el Coronel Aponte, visitó a los

árabes familia por familia, pero solo los encontró perplejos y tristes, con símbolos de duelo
en sus altares, y algunos lloraban a gritos sentados en el suelo, pero ninguno demostraba
propósitos de venganza. Esa mañana habían reaccionado de forma alterada por el calor del
crimen, y comentaron que en ningún caso habrían pasado de los golpes, pues no eran
personas tan violentas.
Pedro Vicario tenía largas noches de insomnio pues fue él quien tomó la decisión de matar
a Santiago Nasar, y el hermano restablecido concilió su primer sueño sin remordimiento.
Así los encontró Purísima Vicario a las tres de la madrugada, cuando el alcalde la llevó a
despedirse de ellos, porque la familia completa, se debían ir mientras se calmaban los
ánimos, según la decisión del alcalde, pero no regresaron jamás. Se fueron sin que nadie se
diera cuenta, a la luz de la luna.
Antes de irse Purísima Vicario, le pidió al sacerdote Amador que confesara a los hijos en la
cárcel, pero Pedro Vicario se negó, y convenció al hermano de que no tenían nada de que
arrepentirse. Como una demostración de esto, el día del traslado a Riohacha estaba tan
convencidos de su razón, que no quisieron ser sacados de noche, como hicieron con la
familia, sino a pleno luz y con su propia cara.
Después del suceso contra Santiago Nasar, se hicieron todos los juicios legales, donde el
abogado sustentó la tesis del homicidio en legítima defensa de honor, la cual fue admitida
por el tribunal de conciencia. En espera del juicio permanecieron en la prisión de
Riohacha, donde estuvieron tres años porque no tenían con que pagar la fianza para la
libertad condicional.
Luego de un tiempo, cuando los gemelos fueron absueltos se quedaron en Riohacha, a solo
un día de viaje de Manaure, donde vivía la familia. Allá fue Prudencia Cotes a casarse con
Pablo Vicario, que aprendió el oficio del oro en el taller de su padre y llegó a ser un orfebre
refinado. Pedro Vicario, sin amor ni empleo, se reintegró tres años después a las Fuerzas
Armadas, mereció las insignias de sargento primero, y una mañana espléndida su patrulla
se internó en territorio de guerrillas cantando canciones vulgares, y nunca más se supo de
ellos.
Por otra parte, Bayardo San Román, lo había perdido todo, sus penas las refugio en el
alcohol, se fue del pueblo, tal vez para retomar su vida y olvidar todo. Y lo último que les
quedó de él a las personas del pueblo fue: un recuerdo de víctima.
Años después el narrador se encontraba vendiendo enciclopedias y libros de medicina por
los pueblos de la Guajira, y por causalidad observo la ventana de una casa frente al mar,
donde había una mujer con gafas y cabellos de color claro, acompañada de un canario que
no paraba de cantar, ella estaba bordando a máquina en la hora que más hacia calor. Pero
para su sorpresa era: Ángela Vicario, 23 años después del drama. Era una mujer totalmente
diferente, la describía de una manera tan madura e ingeniosa.
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Por su parte, la familia de Plácida Linero tomo represalias, fueron gentes de poder y de
venganza hasta que se les acabó la fortuna, habían contratado más de dos matones. Flora
Miguel, la última pareja de Santiago Nasar, huyó con un teniente de fronteras quien la
prostituyó. Y finalmente la mayoría de quienes tuvieron la oportunidad de interrumpir el
crimen y no lo hicieron, pero se reconfortaron con la excusa de que los asuntos de honor
son estancos sagrados a los cuales solo tienen acceso los dueños del melodrama.

Comentario crítico
Esta novela fue de mi total agrado, puesto que a pesar de ser muy corta en extensión,
permite que como lectores reflexionemos y aprendamos a ser más críticos y menos
acelerados. Me llevo un texto de calidad, el cual luego de leerlo me cambio la perspectiva
total de Gabriel García Márquez, puesto que, había leído otros textos, pero no había podido
terminarlos, tal vez porque no era el momento. Pero puedo decir que me enamore de la
manera en que el relata la historia, cada detalle que nos ofrece de esta muerte que fue tan
anuncia pero a su vez silenciada. También, como a lo largo del texto nos lleva varias veces
al pasado, presente y el futuro, sin dejar de un lado ese hilo. En muchas partes del libro me
centre tanto que, sentía angustia, impotencia y de cierta manera culpa por la muerte de
Santiago Nasar.
En la obra se observan variedad de personajes, lo que a su vez es difícil acordarse del
nombre de todos, pero lo bueno es que a medida que se avanza en la lectura, se logra
identificar los personajes realmente importantes, del mismo modo, es interesante la manera
en que los personajes se relacionan entre si y ayudan a construir esa trama tan sensacional.
Por su parte, Gabriel García Márquez describió a la sociedad en varios fragmentos, casos
como en el que la vida de una persona depende de nosotros, pero somos tan egoístas, que
dejamos de un lado temas tan delicados por cosas que a la hora de la verdad son
insignificantes, y cuando tomamos decisiones, ya es demasiado tarde. Un ejemplo claro es
la llegada del obispo y el asesinato de Santiago Nasar.
Este suceso no solo acabó con una vida, también con una familia que cargo con
remordimientos y venganzas en su día a día, otros prefirieron tomar caminos hacia la
perdición como Flora Miguel, que luego que falleciera su enamorado, decidió escapar con
un hombre que a fin de cuentas la prostituyo o Pedro Vicario que termino en un territorio
de guerrillas.
Es indignante como la muerte de un ser humano de bien, dependió de la palabra de una
sola persona, que tal vez dio su nombre por encubrir a otra o por levantar falsos testigos,
porque según lo que el autor indago, nadie en el pueblo los había visto juntos. Asimismo,
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las acciones por parte del pueblo al no avisarle a tiempo a Santiago sobre lo que le estaban
por suceder, porque creyeron que con un tema tan sensible, se podía jugar.
Otra situación que me llamo la atención, fue cuando a Ángela Vicario la regresaron a su
casa porque había perdido su virginidad antes del matrimonio, pero como pudimos notar en
ningún momento a Santiago Nasar o a ningún otro hombre que tenía la reputación de ser un
picaflor, fueron juzgados por esos actos, se pueden evidenciar los prejuicios que había en la
época y el acto machista que se presentaba. 
De los libros que he leído, ha sido el único que como inicio tiene su final, pero lo extraño
es que por ese hecho no deja de ser interesante, ahora ya no es tan importante que había
pasado, sino como había pasado, me encanta como el autor es capaz de escribir de esta
manera.
Conclusiones
Esta novela desde el momento en el que la empecé a leer fue de todo mi gusto, aunque al
final nos deja con una inquietud grande, sobre si realmente Santiago Nasar era culpable o
inocente por lo que lo asesinaron los hermanos Vicario, desde mi perspectiva considero que
él no era culpable, y que simplemente Ángela Vicario dio su nombre, porque creía que al
tener su familia una amistad con él, no le harían ningún mal y se encontraba encubriendo a
alguien más.
Aunque, el autor en ningún momento nos cuenta sobre la época en la que transcurre la
historia, se logra evidenciar que sucedió en una época antigua, porque se presentaban actos
machistas y el deshonor se vengaba con la muerte, algo que actualmente ha dejado de ser
así, pues asesinar a una persona por temas de honor no es manera viable de solucionar las
cosas entre seres humanos, lo más correcto, es que se hubieran preguntado o indagado
sobre el responsable, y buscaran llegar a un acuerdo entre familias.
Esta obra también, me permite como estudiante de comunicación social, tomar el trabajo de
investigación que realizo el autor como una guía para ponerlo en práctica como
profesional, puesto que, el hecho de recolectar tantos detalles del suceso, lo hace más
interesante, a su vez aunque él hizo parte de ese momento, busco más perspectivas y
opiniones. La manera en como él, relato la historia es muy valiosa, porque a pesar de que
esta historia había sucedido años atrás, genera un impacto aun siendo otra período de
tiempo, en donde se supone hemos avanzado pero siguen ocurriendo situaciones similares.