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Nina
Nina
Nina
Desde el inicio de la película, se evidencia que Nina utiliza diversos mecanismos de defensa
para enfrentar sus conflictos internos. Estos incluyen la represión, donde niega sus dudas e
inseguridades para mantener la convicción de ser la única capaz de interpretar el papel
principal, contribuyendo así a su creciente inestabilidad. La formación reactiva se manifiesta
en la expresión hostil de la atracción hacia Lily, utilizando la agresión como escape para sus
emociones reprimidas. La proyección se observa al calificar a Lily como "mala bailarina",
externalizando sus propias inseguridades en lugar de confrontar directamente sus defectos.
La racionalización se presenta cuando Nina justifica su comportamiento autodestructivo,
ocultando la verdad sobre su lesión con vidrio y buscando explicaciones lógicas.
Estos mecanismos de defensa reflejan los conflictos yoicos de Nina, quienes se manifiestan
en su lucha entre deseos sexuales y la obsesiva búsqueda de perfección. Además, se observa
un conflicto yo-ello, ya que Nina lidia con deseos sexuales en conflicto con normas sociales y
expectativas personales. El conflicto yo-superyó se refleja en su perfeccionismo obsesivo,
generando tensiones entre sus propias expectativas morales y éticas. La dualidad en la
personalidad de Nina, representada como conflicto yo-yoico, entre la bailarina perfecta y la
mujer sensual, constituye una lucha constante.
En cuanto al desarrollo psicosexual, Nina está atrapada entre la etapa fálica y genital,
simbolizada por la lucha entre la atracción por Lily y la necesidad de perfección. Esta
dualidad culmina en la personificación destructiva de su sexualidad con el cisne negro.
La película "El cisne negro" puede interpretarse como una exploración del desarrollo
psicosexual de la protagonista, Nina Sayers. Nina está atrapada entre dos etapas del
desarrollo psicosexual: la etapa fálica, que se caracteriza por el descubrimiento de los
genitales y la atracción por los miembros del sexo opuesto, y la etapa genital, que se
caracteriza por la madurez sexual y la capacidad de establecer relaciones íntimas.
En la etapa fálica, Nina está dividida entre sus sentimientos de atracción por Lily y su
necesidad de ser perfecta. Lily representa el lado "malo" de Nina, el lado sexual y sensual
que Nina teme ser. Nina reprime sus sentimientos de atracción por Lily, lo que le lleva a
reprimir su sexualidad en general.
En la etapa genital, Nina finalmente acepta su sexualidad, pero lo hace de una manera
destructiva. Nina se convierte en el cisne negro, el lado oscuro de su personalidad. El cisne
negro es sexual y sensual, pero también es violento y autodestructivo.
El desarrollo psicosexual de Nina puede interpretarse como una metáfora de su lucha por la
identidad, ya que Nina estaba tratando de encontrar su lugar en el mundo, pero está
atrapada entre dos mundos: el mundo de la perfección y el mundo de la sexualidad.
En última instancia, Nina no puede reconciliar estos dos mundos. Su lucha la lleva a la
destrucción.
Por otro lado en Nina, se puede observar la manifestación del complejo pre-edípico, en Su
obsesión por ser la mejor bailarina que refleja la búsqueda de aprobación materna, ya que
ve a su madre como una figura crítica y exigente, se puede observar que La relación entre
ambas está marcada por la tensión y el conflicto, ilustrando los desafíos de resolver el
complejo pre-edípico de manera saludable. Además, la atracción ambivalente hacia Lily
puede interpretarse como una expresión de los sentimientos de amor y envidia hacia su
madre, contribuyendo a la complejidad emocional de Nina. La tragedia final en la película
sugiere las consecuencias devastadoras de no resolver estos conflictos psicológicos.