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Fray Junípero Serra 1963

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ÍI1SPÁNICO

EXTRAORDINARIO
DEDICADO A FRAY
UNIPERO SERRA
1
Enamórese de España
E sp a ñ a e s u n p a í s d e c o n t r a s t e s , d o n d e h a y to r e r o s , b a ila o r e s d e
f la m e n c o , f e s t i v a l e s y f ie s t a s . P o s e e m a g n í f i c a s c a t e d r a le s , c u r io s o s
p u e b l e c i t o s p e s q u e r o s , c a s t i ll o s m e d i e v a l e s y m a g n í f i c a s p l a y a s m e ­
d it e r r á n e a s r o d e a d a s d e p a lm e r a s . T o d o e s t o , a m u y p o c a s h o r a s d e
v u e l o c ó m o d o e n I b e r ia , u n a d e la s c o m p a ñ ía s a é r e a s m á s c o n f o r t a b le s
d e l m u n d o . L ea u s t e d lo q u e p u e d e v e r y h a c e r e n E sp a ñ a p o r u n a
c a n t id a d ta n m ó d ic a c o m o e l e q u i v a l e n t e a 50 d ó la r e s s e m a n a le s .

L moderno sistema de viaje en bles de España, le proporcionan deli­ en una extensión de 500 kilómetros,

E reactor ha hecho posible que


millones de personas puedan
ciosas comidas con sus correspondien­
tes vinos.
disfrutar de la belleza, precios y cli­ Iberia posee los Jets DC-8 más mo­
ma únicos de España. dernos. Son cuidados con toda meticu­
aproximadamente, a lo largo de la
Costa Brava, la Costa Blanca y la
Costa del Sol. En el Atlántico existen
ciudades estivales como Santander y
La variedad de color y escenarios losidad. Sus cabinas están decoradas San Sebastián.
no tiene rival en ningún punto de Eu­ con gusto, son espaciosas y cómodas. Puede usted contar con buen tiem­
ropa. Encontrará aquí montañas cu­ El entrenamiento de sus pilotos so­ po de marzo a noviembre en la Costa
biertas de nieve, frescas arboledas de brepasa los niveles más estrictos. Su Brava y en la Costa Blanca. Y puede
olivos y naranjos, ciudades modernas piloto es un veterano con millones de nadar durante todo el año en la Costa
y animadas y cientos de castillos me­ kilómetros de vuelo. del Sol.
dievales. Puede usted obtener una comida Pasearse por España es una ver­
Los precios de España los maravi­ completa en un restaurante de pre­ dadera ganga. Los taxis cuestan al­
llarán. Podrá alojarse en un hotel de cios moderados por 1,50 dólares. Un rededor de la tercera parte de lo que
primera clase por seis dólares al día, restaurante de lujo le ofrecerá a us­ cuestan en los Estados Unidos. Pue­
comidas incluidas. O podrá usted so­ ted la misma comida por 3,50 dóla­ de usted alquilar un coche, que con­
lazarse y permanecer en un hotel de res. Un restaurante económico le per­ ducirá usted mismo, por siete dóla­
lujo por una cantidad diaria que osci­ mitirá saciarse por una cantidad que res al día, más siete centavos de dó­
la entre 7,50 dólares y 10 dólares. oscila entre 0,75 a 1 dólar. lar el kilómetro.
Si lo prefiere, puede obtener una Las cosas que se pueden ver o ha­ Las comunicaciones aéreas son ex­
habitación sin comidas. Esto le cos­ cer en España no tienen fin. Casi celentes en España. Iberia efectúa
cada día del año hay un festival o servicios a las principales ciudades
fiesta en alguna parte: hay corridas españolas en Jets Caravelle. Los bi­
todos los domingos desde Pascuas lletes son baratos. Puede volar de Ma­
hasta finales de octubre, y bailes fla­ drid a Valencia por 10,70 dólares. O
mencos en salas nocturnas todas las desde Barcelona a la isla de Mallorca
noches. por 8,30 dólares.
El Museo del Prado, de Madrid, po­ Además, por menos de 50 dólares
tará de seis dólares diarios en un see las mejores colecciones pictó­ puede usted pasar una semana en un
hotel de lujo a tres dólares en un ricas del mundo. Podrá admirar en buen hotel madrileño, comer hasta sa­
buen hotel. él obras de los grandes maestros es­ ciarse, presenciar corridas de toros y
La cocina española es apetitosa ; pañoles: Goya, el Greco, Velázquez, partidos en el Jai Alai, acudir a un
pero no es, ni mucho menos, tan car­ Murillo, Ribera. La entrada cuesta cabaret flamenco y visitar el Prado
gada de especias como mucha gente 10 pesetas. Unos 16 centavos de dólar. El modo de llegar a España es
cree. Una comida típica puede estar Existen tres ciudades medievales IBERIA.
compuesta de gazpacho (una sopa ex­ en un radio de 100 kilómetros de Ma­ Iberia, Líneas Aéreas, le llevará a
celente hecha con pepinos, ajo, toma­ drid: Avila, Segovia y Toledo. Pue­ usted desde las más importantes ciu­
tes y una docena de otros ingredien­ de explorar allí castillos, palacios y dades de América a Madrid (la Puer­
tes), cochinillo asado y media botella fortalezas antiguos; cuando se acer­ ta de Europa), en un sorprendente
de vino. ca usted a Toledo desde Madrid, el tiempo récord. España se está con­
La Compañía de Líneas Aéreas aspecto del cielo toledano se le ofrece virtiendo a pasos agigantados en el
Iberia le ofrece las primicias de la tal como lo pintó el Greco en el si­ lugar turístico ideal. Decídase. Su
suculenta cocina española. Durante el glo XVI. agente de viajes se ocupará de todos
vuelo, las azafatas, elegidas entre las Las playas españolas son maravi­ los detalles.
señoritas más simpáticas y agrada­ llosas. En el Mediterráneo hay playas Enamórese de España.

La playa de F o rm e n to r, en la isla de
M a llo rc a , es una de las playas más
agradables de l M e d ite rrá n e o . M a llo rca
s® halla situada a unos 180 k iló m e tro s
ai sur de B arce lo na, e Ib e ria Líneas
Aereas efectúa vue lo s d ia rio s a este
ugar desde varias ciudades españolas.

3
1 Podrán concurrir a este Certamen to­ nombrado por la Dirección del Instituto de
dos los fotógrafos y periodistas españoles, his­ Cultura Hispánica y por la revista MUNDO
panoamericanos, brasileños y filipinos, con HISPANICO, y sus nombres se darán a cono­
tantos reportajes como estimen oportuno. cer oportunamente. Dictarán su fallo en el mes
2. a Cada reportaje constará de un número de diciembre de 1963.
de fotografías no inferior a seis, cuyas dimen­ 6. a Se establecen los siguientes prem ios
siones mínimas se fijan en 18 X 24 cm. Si el conjuntos:
reportaje viene realizado total o parcialmente
en color, el tamaño de las transparencias, po- PRIMERO .................. 30.000 ptas.
sitivadas, no será inferior a 6 X 6 cm. SEGUNDO ................. 15.000
3. a' El texto correspondiente tendrá unas TERCERO .................. 10.000 »
L a r e v is ta M U N D O H I S P A N IC O dimensiones que pueden oscilar de los tres a
los diez folios, escritos a máquina y a dos Los reportajes premiados quedarán de pro­
a b re s u s p á g in a s a la colaboración
espacios. Debe entenderse que este texto puede piedad de la revista.
de c u a n to s fo tó g r a fo s y p e r io d is ta s constituir un trabajo paralelo a las fotografías 7. a MUNDO HISPANICO se reserva el de­
q u ie r a n e n v ia r n o s r e p o r ta je s p a r a que lo acompañen, o estar redactado de ma­ recho de publicar, a medida que los vaya re­
n u e s tr a p u b lic a c ió n , en los que se v a ­ nera que sirva de amplios «pies» para esas cibiendo, los reportajes que, a criterio de la
lo ra r á n s u in te r é s y , de m a n e r a esp e­ mismas fotografías. En el primero de los casos, Dirección, merezcan ser incluidos en sus pági­
estas fotografías traerán, al dorso, una breve nas, abonando en todo caso el importe de esta
cial, s u v ig e n c ia y n o v e d a d p e r io d ís ­
leyenda explicativa de su significado. colaboración.
tica . N o h a b r á lim ita c ió n a lg u n a de 4. a El plazo de admisión de los reportajes 8. a La publicación anticipada en MUNDO
te m a s , p e ro se te n d r á n m u y e n c u e n ­ está abierto desde la publicación de las presen­ HISPANICO de cualquiera de los reportajes
ta a q u ello s r e p o r ta je s qtie r e fle je n la tes Bases y quedará cerrado el 30 de noviembre recibidos será dictada por los intereses inme­
re a lid a d v iv a y a c tu a l del p a ís d o n d e de 1963. Los envíos se harán a MUNDO HIS­ diatos y específicos de la revista e indepen­
PANICO, apartado postal núm. 245, Madrid-3 dientemente de la decisión final del concurso.
se rea licen .
(España), especificando en el sobre: «Para el 9. a La participación en este concurso su­
E s te co ncurso se r e g ir á p o r las s i­ Concurso de Reportajes.» pone la conformidad con las presentes Bases
g u ie n te s 5. a El jurado que otorgará los premios será por parte del concursante.

4
MUNDO SUPLEMENTO AL N U M . 183 - JU N IO DE 1963
HISPANICO n ú m e ro e x tr a o r d in a r io d e d ic a d o a

Director:
Francisco LEAL INSUA
Subdirector:
José GARCIA NIETO

D IR E C C IO N , R E D A C C IO N P A G S.
Y A D M I N IS T R A C IO N
A v e n id a d e los R e y e s C ató lico s,
C iu d a d U n iv e r s ita r ia , M a d r id (3 )
PORTADA: Estatua de Fray Junípero en Petra. Mapa insular de Cali­
TELEFO N O S
R e d a c c ió n ................... 244 06 00
fornia.
A d m in is tr a c ió n ........ 243 92 79 Concurso de reportajes en MUNDO HISPANICO ..................................... 4
D IR E C C IO N P O S T A L
P A R A T O D O S L O S S E R V IC IO S
Su nombre es legión. Por José María Pemán ............................................ 6
A p a r ta d o d e C o rre o s 245 - M a d rid Petre, Petra, Piedra. Por Francisco Umbral ............................................ 8
E M P R E S A D IS T R IB U I D O R A Calle de Barracar, número 6 ......................................................................... 14
E d ic io n e s I b e r o a m e r ic a n a s
( E . I. S . A .)
Notas genealógicas sobre los Serra de Mallorca ......................................... 21
O ñ a te , 11 - M a d r id (2 0 ) Peregrinos 1963 ................................................................................................. 23
IM P R E S O : EN LA FA B R IC A N A C IO N A L Figura, obra y conmemoración ..................................................................... 31
DE M O N ED A Y T IM B R E , LAS P A G IN A S
DE COLOR Y DE T IP O G R A F IA , Y EN Mapa histórico. Por Manuel Criado de Val ................................................ 35
H . F O U R N IE R , L A S D E H U EC O G R A B A D O
La navegación y la fe. Por Julio Guillén .................................................. 39
ENTERED
AT T H E
AS
PO ST
SE C O N D
O F F IC E
CLASS
AT N E W
M ATTER
YORK,
Españoles en Norteamérica. Por Darío Fernández-Flórez ....................... 43
M ONTHLY :
NEW YORK
1963
«M U N D O
NUM BER 183, R O IG ,
H IS P A N IC O » ,
ENCARTE: Mapa del Mar Pacífico (1589).
S P A N IS H BOOKS, 576, 6 th A ve. El hombre y el misionero. Por M. H. Sánchez-Barba ............................. 47
N . Y . C.
Apoyo estatal a la evangelización. Por M. Calvo Hernando ................... 49
P R E C IO S D E S U S C R IP C IO N
E spa ñ a . — S e m e stre : 85 p e s e ta s . Sacramento, la capital del Estado de California. Por Rafael Salazar ... 53
A ñ o : 160 p e s e ta s . D os a ñ o s : 270
p e s e ta s . T r e s a ñ o s : 400 p e s e ta s . El misionero agricultor. Por Federico Díaz-Falcón ................................... 58
América.— A ñ o : 5 d ó la re s U . S. 50 fichas juniperianas ..................................................................................... 62
D os a ñ o s : 8,50 d ó la re s U . S. T r e s
a ñ o s : 12 d ó la re s U . S.
ENCARTE: Vida, trabajos y fundaciones de Fray Junípero Serra.
E stados U nidos y P uerto R ico.—
Las misiones españolas en la música sinfónica estadounidense. Por E.
A ño: 6,50 d ó l a r e s U . S. D os Sánchez Pedrote ......................................................................................... 63
añ o s: 11,50 d ó la re s U . S. T r e s
años : 16,50 d ó la re s U . S. Entre los indios pames. Por M. R. Majó-Framis ..................................... 65
E uropa y otros países .— A ñ o : c e r- Tras las huellas de Fray Junípero en California. Por F. Sintes Obrador. 67
tif ic a d o , 330 p e s e ta s ; s in c e r ti­
f i c a r , 170 p e s e t a s . D os a ñ o s : Un símbolo para la humanidad. Por Jacob Canter .................................... 77
c e r tific a d o , 595 p e s e ta s ; s in c e r ­
t i f i c a r , 475 p e s e ta s . T r e s a ñ o s :
c e r tific a d o , 865 p e s e ta s ; s in c e r­ (Colaboración artística de Fernández-Cancela, González Collado e Yraola.)
t i f i c a r , 685 p e s e ta s .

E n los p re c io s a n te r io r m e n te in d i­
c ad o s e s tá n in c lu id o s los g a s to s d e
e n v ío p o r c o rre o o r d in a r io .

D e p ó sito le g a l : M . 1.034 - 1958

M O L IN O M A L L O R Q U IN H O R N O S O L A R IE G O C A M IN O D E P E T R A

SAN CA RLO S BORROM EO


JOSE MARIA
lil
(De la Real
Academia Española)

nom bre
es
legión
D E las partes que evidentemente se juntan en
la síntesis y complejo que llamamos España,
Khan, sino que siguió impulsando todo el esfuerzo
conquistador, que, sin ahorrarse fatigas y ascensio­
fueron las más épicas, místicas y medioevales nes andinas, fue siempre hasta el Este buscado por
—Castilla, Extremadura—, y la más imaginativa y el Oeste, hacia los fondos áureos del saco continen­
«torera»— Andalucía—, las que tuvieron a su cargo tal, dedicando todo su mimo a los imperios estiliza­
la conquista y asentimiento de la que había de lla­ dos de incas y aztecas, donde fundó sus prim eros
marse América española. virreinatos.
Esto dejó su sello en la primera era de los descu­ Aquello tenía un inmenso atractivo fa n tá s tic o
brimientos y fundaciones. El dinamismo de los libros — ¡tesoro de Atahualpa, pirámides de México!—y un
de caballería no es de los menores resortes en el im­ relativo valor comercial y estratégico allá en las cos­
pulso de esta primera tarea. Hay palabras mágicas, tas del Pacífico, frente al silencio y la inmovilidad
objetivos novelescos, que explican buena parte del de un Asia dormida y sin presencia activa. En cam­
primitivo esfuerzo. Potosí, «Eldorado»; la «Fuente bio, se descuidó, por años, la dotación y fortificación
de la Juventud», que buscaba Ponce de León; todos de las costas atlánticas, donde estaban los puertos
éstos son objetivos típicamente mágicos y caballeres­ verdaderamente comerciales y estratégicos para la
cos. La misma sed de oro de que se ha hablado tiene comunicación con la metrópoli. Donde pueblos más
mucho menos carácter de valor financiero de lo que concretos, con menos libros de caballería y más li­
se piensa. Se trata, en buena parte, de un oro vaga­ bros de contabilidad, iban a establecer estratégicas
mente fantástico e im a g in a tiv o ; en el fondo, tan bases y factorías—las Tortugas, Trinidad, Jamaica—,
mágico como Eldorado o la Fuente de la Juventud. desde las que cortarían el pretendido «río de oro»
Bastaba recorrer, hace días, las salas de la exposi­ de las provincias de ultramar. Fue preciso el nuevo
ción del «Oro del Perú» en el Casón de Madrid para sentido modernizador y económico de los Borbones
darse cuenta de que, tanto o más que su valor venal, del XVIII para que se hicieran murallas en Carta­
excitaba a sus buscadores la fantástica sugestión de gena de Indias o Puerto Rico. Poco antes se había
sus formas: de aquellas caretas, manípulos, corazas establecido el «virreinato» de Río de la Plata. Bas­
y rostros de ídolos, que anunciaban un mundo sun­ tante retrasado con relación a Perú y México, exigi­
tuoso y demoníaco, que incitaba a su vencimiento dos por lo novelesco antes que por lo político y lo
como cualquier dragón o palacio encantado de frente económico.
a un Amadís o Florisel. Y entonces es cuando en la isla de Mallorca, en
La prueba fehaciente de la buena parte que en la Petra, donde, entre pinos e hinojos, hay un conven­
primera epopeya americana tiene este impulso caba­ tillo que se llama proféticamente Nuestra Señora de
lleresco, típicamente de planicie y tierra adentro, es Bonany— o sea, «buen año» o «buena cosecha»— , na­
la ceguera «orientalista», que no sólo cegó a Colón, ce Fray Junípero Serra. Viene a reparar una urgen­
que siempre creyó estar en tierra de Catay o el Gran cia histórica: la aportación a la obra s in té tic a de

6
América del tono periférico y mediterráneo de Espa­ pero el que los hace volver. Tocaba la campana de un
ña: el tono concreto, laboral, activo. Ya en la misma modo entrañable e irresistible. Regresaban a su lla­
edad heroica de los siglos anteriores se había reve­ mada, en tropel, los catecúmenos... y «la mano de
lado la necesidad de injertar en la epopeya este esti­ obra».
lo más creador y administrativo. Castilla, extenua­ Es una visión simplista y sinóptica esa que cree
da de reconquista, apenas tenía instituciones de paz: que, a partir del siglo XVII, la idea imperial y la
el adelantado, el mesnadero..., son todas institucio­ epopeya han sido abandonadas en España. En la ho­
nes de avance y frontera. Cuando quiso estabilizarse ra del virrey Bucarelli el Imperio español tiene su
en paz en América tuvo que recurrir a institucio­ extensión máxima. Dos tercios de la tierra de los
nes aragonesas y mediterráneas como el «virrey», actuales Estados Unidos son españoles. Es el mo­
nacido en el reino de Aragón y Valencia, donde, por mento, además, en que los s ile n c io s o s vecinos del
primera vez, con relación a Nápoles, hubo, en ma­ otro lado del Pacífico entran en acción. Alaska va a
queta, sentido de metrópoli y posesiones ultra-ma­ conocer la presencia rusa. Y Fray Junípero sentirá
rinas. también la Cruzada como sintió la Misión. A la expe­
Fray Junípero, que hasta parece que providencial­ dición de las tropas de Bucarelli deberá América no
mente toma el nombre del gracioso de las «Floreci- ser—o haber sido— rusa en la zona oriental. A Fray
llas», sin énfasis heroico, significa la plena aparición Junípero, estabilizando el esfuerzo de Ayala, deberá
en la extrema América de un nuevo estilo medite­ América poseer el puerto estratégico de San Fran­
rráneo: organización, gracia estética, aprovechamien­ cisco, «puerto de puertos», garantía del Pacífico y
to agrícola. No llevaba la obsesión orientalista y ca­ centinela y guarda frente a toda peligrosa expansión
balleresca de los expedicionarios de la meseta. Lle­ asiática.
vaba la obsesión campesina. Al pasar por Sanlúcar Los norteamericanos, tan comerciales y pragmáti­
y el Puerto mete en su equipaje los primeros plan­ cos, entendieron bien que Fray Junípero, a pesar de
tones de cepas. Su profecía incluía los vinos de Ca­ su nombre seráfico, no es el simple frailecito plan­
lifornia, incluía el sueño de ese paraíso floral y tador de uvas, rosas y árboles frutales. En el Capi­
frutal que había de ser pronto la tierra que Ewyn tolio de Washington le han representado en actitud
Bryan calificaría como «un largo y alegre día de enfática y casi teatral, enarbolando el crucifijo. Es
fiesta». el Mediterráneo asimilando su sentido comercial al
Pero nadie crea que por eso había sido cancelado sentido heroico primario de fu n d a ció n extremeña,
el superior sentido religioso, misional y épico de los castellana y andaluza de América. «Su nombre—po­
primeros pasos hispánicos en América. La misión es dríamos decir, como en la Escritura—es legión.» Es
el instrumento máximo de aquel agricultor mallor­ plantador, misionero, político, estratega. Con él se ha
quín. Los Gálvez y los Ayala se desesperan porque monumentalizado en el Capitolio de Washington to­
los indios huyen donde ponen el pie. Es Fray Juní­ da una obra.
PETRE,
encuentra, sin duda, en la p arte alta del se hunden entre las tapias. Una, dos,
pueblo. P ero hacemos un alto a la e n tra ­ varias fig u ra s in c l i n a d a s , silenciosas,
da de P e tra para tom ar una prim era fo­ tra b a ja n a lo lejos en los sembrados que
to con la luz que se santigua en la cruz rodean el pueblo.
de los caminos. Cruz de piedra con flo­ E l convento de San B ernardino fue
res a su vera. Hemos entrado en el pue­ fundado en 1607. La iglesia actual, re ­
blo por donde dicen que saliera el fraile, nacentista, se term inó en 1677, y se
camino de San Ju a n ; aldea cercana don­ conserva tal como la conoció el padre
de acaso le esperaba fra y Luis Jaim e Serra, quien cantó aquí como infante de
para irse con él y m orir en San Diego coro, al ser bendecida la imagen de la
a manos de indios. P urísim a del a lta r mayor. La gran nave
—E n mil setecientos setenta y cinco está rodeada de capillas. Con el tiempo,
caía m á rtir fra y Luis Jaim e. el niño de P etra, siendo fra ile funda­
— Eso es; en mil setecientos setenta dor en el Nuevo Mundo, recordaría una
y cinco. por una estas capillas p a ra ir poniéndo­
Dicen que ayer había rom ería en el les sus nom bres a las misiones del Se­
san tu ario de Bon-Any. Allá queda el san­ ñ o r: San Diego, San Carlos Borromeo,
tuario, alto y distante. T arde hemos lle­ San A n to n io , San Gabriel, San Luis,
gado p a ra tom ar una vela y echar mon­ San Francisco, San Juan C a p i s t r a n o ,
ta ñ a arrib a , un pie detrás de otro. Como Santa Clara, San B uenaventura. Son ca­
rom eros tardíos, pero fervientes, e n tra ­ pillas barrocas que resum en ya, en una
mos ahora en el pueblo de F ra y Ju n í­ vieja iglesia española, toda la geografía
pero. La inalterable luz m editerránea co­ californiana bautizada en castellano. Los
rre por estas calles estrechas y largas, padres y la herm ana de F ra y Junípero
enciende los tonos ocres de las casas y fueron enterrados en esta iglesia.
los tejados. H ay una paz mecida de pal­ Todo el pueblo— P etre, P e tra , P iedra—
m eras. Se adivinan los huertos húmedos está dedicado a San Pedro. La iglesia
y claros tr a s las cancelas, se re sp ira un parroquial, cuya prim era piedra fue co­
aire de zaguanes en sombra. P o r la calle locada el 30 de m a y o de 1580, es de
sin aceras, rozando con las fachadas, lle­ estilo gótico. Fue bendecida solemnemen­
ga despacio un ligero carrito tirad o por te el 15 de octubre de 1730 y term inada
un burro. Dos campesinos de edad in­ en 1766. Tiene en torno una hilera de
definida, con som breros de paja, viajan árboles, y a su costado inconmovible he­
en el carro. E n la c a rre tera nos había­ mos visto parado un moderno tra c to r de
mos cruzado vehículos y gentes seme­ labranza. T res niñas b a rría n el a trio de
jantes. Gentes que viven, quizá, en otro la iglesia cuando penetram os en ésta. En
tie m p o . Que viven, desde luego, otro su pila bautism al fue bautizado el niño
tiempo más largo y más espacioso que Serra, al que se le dieron los nombres
N su Guía de Mallorca, Menorca e el nuestro. Van en su carro sin prisa de Miguel José. Cuando el joven S erra

El E Ibiza, José Pía escribe de P e tra :


«Pueblo antiquísim o, a la vera del
de que la calle se acabe. Y los vecinos,
que han de echarse a un lado para de­
ja r paso, tampoco parecen impacientes,
P u ig de Bon-Any, donde hay un san tu a­ precisam ente, por seg u ir su camino. Pe­
pronunció sus votos religiosos en la Or­
den franciscana, en 1731, tomó el nom­
bre de Junípero, por devoción al com­
pañero de San Francisco de Asís. Hoy la
rio dedicado a la V irgen, como en casi ro nosotros sí hemos de seguir el nues­ pila bautism al tiene delante una verja
todos los de M allorca...» P ero el volu­ tro. de hierro. U na de las niñas, delicada y
minoso libro de Pía nos lo habíam os de­ E n una calle tran sv ersal dos obreros cantarína, parlotera en mallorquín y en

pueblo jado en Palm a, y sólo n u e stra curiosidad


v iajera iba a orientarnos por las ru ta s
juniperianas.
Saliendo de la capital por la c a rre tera
tra b a ja n en una zanja. P asa el médico
del pueblo, pasa el vendedor am bulante
o el cura, y saludan con fam iliaridad »
los dos hom bres de la zanja. La lengua
castellano, deja su escoba en un rincón
para ayudarnos a a b rir la verja y foto­
g ra fia r la pila. El púlpito está en pe­
num bra. Desde este púlpito predicó el
de Manacor, son tre in ta kilóm etros de mallorquina, vivaz, caliente, a ta nudos padre S erra en d istin tas ocasiones. Aquí
llanura verde y arbolado, tre in ta kiló­ de confianza entre los vecinos de P etra. nació la flor de su oratoria, tím ida p r i­ NUESTROS ENVIADO S ESPECIALES
m etros de molinos mallorquines, altos E n una plaza cuadrada, con palm eras y

de
mero y a media voz, p a ra comunicar a
molinos que mueven en su ru leta v e rti­ bancos de piedra, se alza la estatua de los feligreses verdades del cielo y de la Para una más directa visión e infor­
cal el aire quieto de la isla. H ay una F ra y Junípero. E s la plaza un pozo de tie rra . G igantesca luego, como una pal­
desviación a la izquierda de la c arrete­ sosiego y soledad, un rincón íntim o y
mación del tema juniperiano, MUNDO
mera balear con som bra sobre dos con­
ra, con un cartel que avisa de la proxi­ alegre, donde se r e s p i r a la tem plada tinentes, en la predicación m isionera a HISPANICO ha desplazado a Mallorca
midad del pueblo y nos ofrece la p ri­ eternidad de las m añanas m editerráneas. los pueblos de ultram ar. E n un púlpito (origen y escenario de los primeros
m era imagen de Ginebró Serra, fraile P asa un chico en bicicleta. Las palme­ de pueblo puede b ro ta r con don de uni­ desvelos del misionero) a Francisco
franciscano que cruzaría los m ares y se ras cabecean apenas cuando una brisa versalidad la grandeza del verbo. V isita­

Fray llam aría Junípero.


— ¿Y qué fue de los molinos?
Ya no hay molinos en esta desviada
alta y tenue llega del m ar o de la mon­
taña. De rincones como éste debió de
a sp ira r el fraile f u n d a d o r la in fin ita
mos en esta iglesia el retablo de Santa
Ana, con su aire de renacim iento m a­
llorquín de principios del xvn y la tabla
Umbral, redactor, y Alfredo Benito,
reportero gráfico.

carretera, más bien camino entre pastos calma que todavía orea los patios de las gótica de los Santos médicos Cosme y
y árboles, con una perspectiva de mon­ misiones californianas. Damián, del xv...
tañ a lejanísim a. El pueblo asoma sus Casa y Museo de F ra y Junípero, igle­ Pero el párroco— un sacerdote joven y

Junípero
to rres en una v u e lta del camino. E se sia, convento, consistorio... Y el pueblo, cordial—nos pasa a la sacristía. E n las
cam panario es el de la iglesia parroquial desde las azoteas, desde cualquier azo­ sacristías—tan to o más que en los tem ­
—gótica— , y aquel otro, ta n visible, el tea. Las palm eras asoman por entre los plos— , y sobre todo en las sacristías de
del convento de San B ernardino, que se tejados, los huertos bordados y breves pueblo, es donde puede encontrarse siem-

8 9
P e t r a , un
E l m o n u m e n to es o b ra de G alm és, e s­
c u lto r n a c id o en P a lm a y d e sc e n d ie n te
de u n a f a m ilia de P e tr a .
— L a in ic ia tiv a p a r a le v a n ta r e s ta e s ­
t a t u a se debe a m o sén F ra n c is c o T o r r é n s
y N ic o la u .
— ¿ Y q u ié n e r a m osén F ra n c is c o ?
— U n s a c e rd o te de e s te pueblo, lleno
de e n tu s ia s m o p o r F r a y J u n íp e r o . S ie n ­
do a ú n s e m in a r is ta , leyó la b i o g r a f í a
ju n ip e r ia n a e s c r ita p o r el p a d r e P a lo u ,
y desde e n to n c e s se p ro p u so h a c e r todo
lo que e s tu v ie r a a su a lc a n c e p o r la m e ­
m o ria del f r a n c is c a n o .
Y a en 1892 h a b ía c o n se g u id o m osén
F ra n c is c o q u e se d ie r a el n o m b re de S e ­
r r a a e s ta p la z a . E s t a t u a y m o n u m e n to
fu e r o n p a g a d o s p o r su sc rip c ió n p o p u la r.
Se c e le b ra ro n g r a n d e s f ie s ta s p a r a su
in a u g u r a c ió n , a la s q u e a s is tie r o n m ás
de diez m il p e r e g r in o s de to d a M allorca.
M is te r C h a rle s E . C h a p m a n f u e el dele­
g a d o que o s te n tó en ellas la r e p r e s e n ta ­
ció n de C a lifo rn ia .
— Q ue el s e ñ o r alcalde- n o s in v ita a
to m a r u n c a f é ...
— P u e s no s e r á uno q u ie n d esd eñ e la
o p o r tu n id a d de to m a r c a fé con el se ñ o r
a lc a ld e de P e tr a .
E n la C a s a -A y u n ta m ie n to se c o n se rv a
u n in te r e s a n te óleo de F r a y J u n íp e r o
S e r r a y o tr o de su so b rin o f r a y M ig u el
de P e tr a , h ijo de J u a n a M a ría , la h e r ­
m a n a del a p ó sto l. F u e el p a d re M iguel
c é le b re a r q u ite c to y m a te m á tic o , y d e li­
neó el m a p a de M allo rca del c a r d e n a l
D e sp u ig . E l a lc a ld e y el s e c r e ta r io del
A y u n ta m ie n to so n se ñ o re s m u y se ñ o re s,
q u e c h a r la n con u n o y le in v ita n a c a ­
fé , d a n d o c a rp e ta z o m o m e n tá n e a m e n te a
los e x p e d ie n te s m u n ic ip a le s. L u eg o nos
m u e s tr a n los p la n o s de lo que s e r á b a ­
r r io ju n ip e r ia n o y t u r í s t i c o de P e tr a .
U n a v ía de p ró x im o tr a z a d o u n ir á la
E vocadora rotulación de la «Calle de C alifornia». c a s a y el m u seo del V e n e ra b le con d
c o n v e n to de S an B e r n a r d in o . P a r a a b r i r
e s ta n u e v a calle e s p re c iso d e r r ib a r a l­
p re ese r e ta b lo g ó tic o , ese i n c u n a b l e — L a e s ta tu a d a ta de m il n o v e c ie n ­ g u n a c a s a in te r m e d ia de n u lo in te r é s .
in so sp e c h a d o , e sa r e liq u ia r e lig io s a o a r ­ to s tre c e . Se le v a n tó p a r a c o n m e m o ra r N o h a y q u e d e c ir que e s ta calle a r m o ­
tís tic a q u e com pone la h is to r ia in c o m ­ el d o sc ie n to s a n i v e r s a r i o de su n a c i­ n iz a r á p e r f e c ta m e n te , en su c a r á c te r y
p a ra b le de n u e s tr a re lig ió n . E n la s a ­ m ie n to . p e r f il, con el r e s to del p ueblo, q u e es
c r is tía de la p a r r o q u ia de P e tr a , el lib ro
r e g is tr o con la p a r tid a b a u tis m a l del
E n las escuelas de P e tra se estudia con carii io todo lo re fe re n te a las tie rra s evangelizadas
n iñ o S e r r a y u n óleo con el a p ó sto l de por F ra y Junípero.
C a lif o r n ia p re d ic a n d o a los in d io s. T a m ­
b ié n h a y e x p u e sto s bellos o rn a m e n to s del
sig lo xv y v a rio s o b j e t o s y v a so s s a ­
g ra d o s.
C u a n d o sa lim o s de la ig le s ia , la s n iñ a s
q u e a n te s b a r r ía n el a tr io ju e g a n a h o ra
a la p e lo ta en la e x p la n a d a q u e h a y a n te
el tem p lo . E n f r e n te , u n a c a sa s o la rie g a
q u e tie n e ju n to a la p u e r ta u n b a n zo
de tr e s e scalo n es. A e s te b a n z o se s u b ía n
la s g e n te s de la ép o ca y se su b ió F r a y
J u n íp e r o p a r a m o n ta r en la c a b a lg a d u ­
r a . D e e s to s tr e s esc a lo n e s a r r a n c a la
a v e n tu r a a n d a r ie g a de u n f r a ile esp a ñ o l
q u e h a b ía de p is a r le ja n o s m a p a s en
n o m b re de C risto .
— L a t o r r e de la ig le s ia tie n e fo r m a
de tia r a .
— ¿D e tia ra ?
— Sí. T odo el p u eb lo , d e d ic a d o a S a n
P e d ro , se aco g e a la t i a r a p o n tif ic ia ,
sím b o lo del V ic a rio de C ris to .
V olvem os a p a s a r p o r el c e n tro del
p u eb lo , la a c o g e d o ra p la z a de J u n íp e r o
S e rra .

10
pueblo de labriegos y artesanos
todo él com o u n a a c u ñ a d a r e liq u ia del
p a sa d o , a la s o m b ra del s a n tu a r io de
B o n -A n y .
■— E l s a n tu a r io f u e e rig id o a p r in c i­
pios del sig lo x v n , en h o n o r de N u e s tr a
S e ñ o ra , P a t r o n a de los ca m p o s y de la s
b u e n a s co sech as.
S e g ú n la tr a d ic ió n , M a llo rc a s u f r i ó
u n a p ro lo n g a d a se q u ía , y p o r la i n t e r ­
cesión de N u e s tr a S e ñ o ra , P e t r a o b tu v o
u n a a b u n d a n te co sech a, y d esd e e n to n ­
ces, en a c c ió n de g r a c ia s , se la lla m a
a s í : N u e s t r a S e ñ o ra de B o n -A n y . L a
f ie s ta p r in c ip a l del s a n tu a r io se c e le b ra
el m a r te s d e P a s c u a . E n 1749, el p a d re
S e r r a p re d ic a b a la c u a re s m a en P e tr a ,
y el m a r te s de P a s c u a , d ía 8 de a b r il,
p re d ic ó su ú ltim o se rm ó n en el s a n tu a ­
rio , en la m is a so le m n e de la ro m e r ía
a n u a l de P e t r a y p u e b lo s c o m a rc a n o s.
E n 1949, el m a g n ífic o A y u n ta m ie n to
de P e t r a e r ig ió u n a c ru z de p ie d r a en
m e m o ria de F r a y J u n íp e r o , al c e le b ra rs e
el se g u n d o c e n te n a r io de su s a lid a de
M a llo rc a . L a c ru z , le v a n ta d a en la a n t i ­
g u a c u e s ta del S a n tu a r io , se ñ a la el s itio
d o n d e el p a d r e S e r r a se d e sp id ió de los
c o n c u r r e n te s a la r o m e r ía . N o tu v o e n ­
to n c e s d e c isió n p a r a d e c ir a s u s p a d re s
que a q u é lla e r a su ú ltim a d e sp e d id a .
L o s e r m ita ñ o s de la C o n g re g a c ió n de
S an P a b lo y S a n A n to n io , de M allo rca,
c u id a n del s a n tu a r io , d o n d e o fre c e n a los
v is ita n te s la h o s p ita lid a d de la s c eld as
y de la co cin a, en u n c lim a de p a z q u e
e n s e ñ o r e a lla n u r a s , c a m p o s, p u e b lo s y
m a r.
E n la ép o ca de F r a y J u n íp e r o , P e t r a
e ra u n p u e b lo v in íc o la q u e c o n ta b a c e rc a
de dos m il h a b ita n te s . L a s v iñ a s c e ñ ía n
el c o n to rn o de c a s a s y calles, y la f a m i­
lia S e r r a m a n te n ía en a c tiv id a d u n la g a r
del q u e a ú n se c o n s e rv a n cu b o s y h e ­
r r a m ie n ta s , p o r los qu e, en n u e s tr a v is i­
ta , h e m o s p a s a d o u n a m a n o em o c io n a d a .
M ás ta r d e , los d e m o n io s s u tile s de la
f ilo x e r a se lo lle v a ro n to d o . L a P e t r a de
h o y — c u a tr o m il h a b ita n te s a p r o x im a d a ­
m e n te — es a g ríc o la y a r te s a n a . C om o en
c a si to d o s los p u e b lo s de la isla , se r e ­
g i s t r a a q u í u n v a r ia b le ín d ic e de e m i­
g ra c ió n h a c ia la c a p ita l. P a lm a , t u r í s t i c a
y c o sm o p o lita , a t r a e en su to rb e llin o a
la g e n te jo v e n de la p ro v in c ia . E n P a l­
m a h a y t r a b a j o p a r a to d o s y p a g a d o en
to d a s la s m o n e d a s. L a s m u c h a c h a s de
P e t r a — la s q u e a ú n n o se h a n d e cid id o
a c a m b ia r la tr a n q u ila v id a r u r a l p o r el
p o lig lo tism o t r a s el m o s tr a d o r de u n a
c a f e te r ía de la c a p ita l— a c u d e n d i a r ia ­
m e n te a M a n a c o r p a r a t r a b a j a r en la
in d u s tr ia de la s p e r la s c u ltiv a d a s , p u ­
liendo y e n s a r ta n d o e x q u is ita m e n te esos
c o lla re s de d is c r e to b rillo q u e a lg u n a vez
h a n d e s lu m b ra d o — y s ig u e n d e s lu m b r a n ­
do— a to d a s la s m u je r e s del m u n d o .
E l ta lle r y la b o tic a . L a b o d e g a y ía
ca sa de la b o r. P e t r a v iv e su s h o r a s a p a i­
sa d a s con s a b id u r ía y so sie g o . L a s p u e r ­
ta s de la s c a s a s su e le n a p a r e c e r e n to r ­
n a d a s. L a g e n te sa le y e n tr a p o r la o tr a
p u e r ta — la q u e d a a l cam p o , a la l a b r a n ­
za— , sin ru id o , s in p r is a , sin p a u s a . P e ­
t r a , fe u d o á r a b e h a s t a la c o n q u is ta de
J a im e I, c re c e y se d o b la a s í m ism a con
J a im e I I . B ie n c la r a se ve, p a s e a n d o p o r
e s ta s c a lz a d a s , la d iv isió n h is tó r ic a y
ra c ia l. La to rre de la iglesia, que recuerda una tia r a pontificia, acoge a su som bra los m odernos
E n lo q u e f u e b u r g o á r a b e , la s ca- ú tiles de lab ran za.

11
—Ya lo creo que recuerda.
E n la escuela de P e tra los niños a p re n ­
den la lección de F ra y Ju n íp ero . Y can­
ta n en n u estro honor el him no al Ve­
nerable. E s una escuela am plia y alegre,
rodeada de p a l m e r a s . Los chicos nos
m uestran sus m apas de C alifornia y sus
dibujos de las m isiones, trazado s con
cuidadosa e ingenua m ano in fa n til. El
cielo y el m ar tienen colores inefables
en los m apas de estos colegiales. Todo
el pueblo vive em papado del r e c u e r d o
— de la presencia incluso—juniperian o .
P e tra es p iedra inm em orial que dio cu­
na a un g ra n español. F ra y Jun íp ero ,
m isionero y ag ric u lto r, perfu m a con su
ejemplo los campos cereales del in te rio r
de la isla.
«Calle de F ra y Junípero», «Calle del
P a d re Palou», «Calle de C alifo rn ia» ...
U nas chicas guapas cruzan cogidas del
brazo. F re n te al convento de San B e r­
nardino, la e te rn a moza de cán taro es­
pañola suelta el caño de la fuente. Re­
gresam os— cam ino vecinal, c a rre te ra de
Palm a— hacia los m olinos y el m ar. P e­
tr a se c ie rra a n u e stra espalda como un
solo e íntim o hu erto tapiado con sus Miguel Serra, último descendiente de los
Serra de Petra. Abajo: el alcalde con el
recuerdos. Dicen que ay er hubo rom ería secretario del Ayuntamiento y el presiden­
en el sa n tu a rio de Bon-Any. te de la A. A. de F. J., examinando los
—T arde hemos llegado, compañero... planos de la futura zona juniperiana.

lles serpentean ligeram ente. E n una de


ellas se encuentra la casa donde nació Nada menos que M iguel S erra, el últim o
F ra y Junípero. La o tra m itad del pue­ de los S e rra que aún queda en el pueblo.
blo e stá como tra z a d a con una cuadrícu­ — Su p e rfil recuerda b a sta n te al de la
la, y cada vía se ab re en re c ta perspec­ estatu a de F ra y Ju n íp e ro ...
tiv a, que va a desem bocar fre n te a ia E fectivam ente, Miguel S e rra — un la ­
iglesia, fre n te al prado o la m ontaña. briego de se te n ta y tan to s años—tiene
MV 'I.- ,;; una cabeza m uy sem ejante a la que a p a ­
39 U nas niñas que reg resan del colegio.
U na m adre joven, en cualquier ventana, rece en la iconografía del fra ile . Los Se­
& con el hijo en los brazos. O tro c a rrito rra son un anciano m atrim onio de a g r i­
lento, llevado por m ano de m u jer. Al p a­ cultores. E lla, que tien e la ciencia in ­
sa r fre n te a la p u e rta de algún taller tu itiv a de la m eteorología, nos dice el
- tiempo que h a rá m a ñ a n a . E n tr e ellos
artesan o , el ru m o r escondido de la tarea,
que no tu rb a la quietud de la calle. Pe- hablan el m allorquín, pero entienden y
tre , P e tra , P ie d ra ... E l pueblo tien e sus responden en castellano. E n su huerto,
eruditos. M iguel R am is M oragues, m aes­ de viejos árboles y verdes increíbles, he­
'> • tro nacional, lleva con tin o y conocim ien­ mos estrechado la m ano del últim o de
10 to el Museo de F ra y Ju n ípero. Miguel los S erra.
R am is nos ha llevado a n te otro Miguel. — Dicen que de p e rfil recuerda m u­
cho a ...
'1
•1»

CALLE DE BARRACA», UNI


ARRACAR alt, dicen los mallor­ de fachada. La vigencia del fraile briego. Tras el muro de piedra, el za­

B quines. En el número 6 de esta


calle, larga, semiempedrada y
trazado árabe, se encuentra la casa
mallorquín en nuestro siglo no le ha
sido dictada por nadie a estas gentes
polvorienta, de bella perspectiva y viajeras y curiosas. Fray Junípero
está espontáneamente vivo en todo
guán y el jardín. Restaurada inte­
riormente por un grupo de mallorqui­
nes, éstos regalaron la propiedad a la
ciudad y condado de San Francisco
donde nació Fray Junípero Serra. Y conocedor de la historia de América de California, el 12 de mayo de 1932.
junto a ella, el museo juniperiano. A y de la colonización española. La «Society of California Pioneers»,
este escondido rincón de un pueble- que es la sociedad histórica más an­
i cito del interior de Mallorca, con pal­ tigua de California, asumió, en 1958,
meras hermanas de todas las palme­ La c a s a Antonio Serra y la responsabilidad de conservar y ad­
ras mediterráneas, llegan cada día vi­ Margarita Ferrer ministrar la casa solariega. El Ayun­
sitantes de todo el mundo. Los turis­ eran agricultores. La casa solariega tamiento de San Francisco sigue te­
tas californianos, llenos de fervor re­ de la familia—cuya autenticidad se niendo el título de propiedad.
ligioso o simple admiración históri­ demostró documentalmente en 1930, Los mallorquines le llaman a este
ca por la figura del padre Serra. Visi­ gracias a investigaciones llevadas a lugar «Ca’l Pare Serra». La antigua
tan la casa y el Museo. Hacen foto­ cabo en los archivos de Petra por Mi­ cochera se ha convertido en Sala Mu­
grafías. Se fotografían ante la humil­ guel Ramis—es sencilla y de aire la­ seo que conmemora y exalta las tra­

il
Un vestíbulo con m uebles oscuros y paredes encaladas...

16
U na a lta h ornacina con las a rte s de la labor. El la g a r donde se hollaban la s uvas.

17
f . x¿VA”*.jp fli
WQO Tal

E n tra d a al Museo de F ra y Ju n íp ero .

diciones de la vida campesina que sir­ «Para visitar la casa Serra, dirigir­ tero. ¥ la chimenea, que sube, en­
vió de fondo a la juventud del padre se al número 17 de la misma calle. sombreciéndose, hasta el tragaluz de
Serra. La sala contiene el lagar donde Cuidadora, Magdalena Roselló.» Este allá arriba. En la alcoba, junto a la
se hollaban las uvas para la elabora­ es el aviso que hay en la puerta del cama como recién hecha, un candil y
ción del vino. Esta reliquia de las ac­ que fue domicilio del misionero. Lue­ un rosario, colgados de la pared. Si
tividades de la familia Serra en épo­ go se entra en un vestíbulo de mue­ el candil arde, la estampa se ilumina
cas de vendimia fue recientemente bles oscuros y paredes encaladas. A con un vivo fervor de llama que alar­
descubierta y ha sido restaurada. la izquierda, una breve hornacina con ga sobre la pared la sombra del ro­
Pueblan la reducida habitación obje­ las artes de la labor femenina: una sario. Basta cualquier* cosa—sólo es­
tos de uso diario en la tarea de los pequeña silla de mimbre, el copo y to, una pequeña llama— para que to­
labriegos de la comarca. Los conoci­ el huso de hilar. A la derecha, gra­ da esta vida del pasado despierte y
mientos y prácticas agrícolas, arqui­ bados y recuerdos del fraile. Un libro se nos haga actual... A la derecha del
tectónicas y de artes y oficios intro­ para que firmen en él los visitantes pasillo, un establo para las caballe­
ducidos en América por el fundador y unas flores. La cuidadora, Magda­ rías. Y por fin, el huerto.
de las Misiones de California tienen lena Roselló, viste traje típico de la El huerto, largo y estrecho, tiene
aquí un breve santuario que pone su isla, con gran toca blanca. Hay un un h o rn o , donde ya sólo se cuece,
más sugestivo revés humano, artesa­ breve pasillo, que tiene a la izquierda como un pan redondo, el sol de me­
no, laboral, a la figura ideal del Ve­ la cocina y una alcoba. En la cocina, diodía. Flores, chumberas, un césped
nerable. tenazas, calabazas, una bota, el mor­ fresco... Al fondo, una pequeña ta-

18
pia y una puerta, que da a otra calle.
El cielo, altísimo. Pasa por este huer­
to el más secreto meridiano medite­
rráneo. Entre un cactus y una palme­
ra cabe toda la paz del mundo. Com­
prendemos ahora que hace falta mu­
cha vocación y mucha a d iv in a c ió n
para arrancarse de todo esto y echar­
se a los caminos, como el fraile na­
vegante y andariego.
En la parte alta de la casa hay una
p eq u eñ a alcoba con cama, un bar­
gueño y una ventana. Otro rosario
en la pared. Sobre la madera de los
muebles han p asad o tiempos, años,
días, pero no ha pasado el tiempo.
Sólo la sutil arañadura de la luz se
va llevando los colores exactos que
entonces—en el entonces de nuestro
fraile— debió de tener todo esto. En
el desván, útiles de labranza, abando­
nados, una sillita junto a la escalera,
un ronzal colgado de la pared... Y la
que fue gran puerta de la casa, agu­
jereada como por un silencioso obús,
abandonada a la carcoma. Todo tiene
un aire de ta r e a interrumpida, de
haber dejado para, mañana lo que ya
no se podía hacer hoy. Las manos del
novicio anduvieron en todo esto.

El M u seo Al lado de la ca­


sa se levanta este
nuevo edificio, de elegante estilo ma­
llorquín, creado por la Asociación de
Amigos de Fray J u n íp ero Serra, y
que recoge cuanto se relaciona con
el padre Serra y su obra misional.
Tiene centro de estudios, museo, bi­
blioteca y salón de conferencias. Fue
inaugurado el 19 de julio de 1959. Lo
diseñó el arquitecto mallorquín Ga­
briel Alomar. R eúne las nobles ca­
racterísticas de la arquitectura tra­
dicional de la isla en el siglo XVIII,
y es obra de los artesanos de Petra.
Ha servido en varias ocasiones como
marco de ceremonias y fiestas hispa­
noamericanas.
A la derecha del jardín se alza un
gran ciprés, sobre tapias y tejados.
En el porche de la casa hay varias
lápidas, españolas y americanas, alu­
sivas a la figura del Venerable y a
la propia fundación. Iconografía ju-

EN MEMORIA DEL HOMENAJE


QVE EN LA FIESTA DE LA HISPANIDAD DEL AÑO MCMLX.
¿u p « -A c » \ A C IO N A L
EL SEÑOR MINISTRO DE ASVNTQS EXTERIORES
i. Y O PRINCIPA! OBJETIVO ES EL FOMENT O DON FERNANDO M A CASTIELLA
Y LOS SEÑORES EMBAJADORES DE IBERO-AMERJCA
PE VOCACIONES .ACERDOTALES. OFRENE ESTADOS VNIDOS Y FILIPINAS
fcSTA ? \ . MMEM '’P A H VA AL PUEB Y EL INSTITVTO DE CVLTVRA HISPANICA
DF P E T JA COMO HOMENAJE RINDIERON A FRAY JVNIPERO SERRA
APOSTOL Y FVNDAD ÓR DE CALIFORNIA
V HIJO ESCLARECIDO FkA Y JUNIPERO í
D. D. D:
u’E C k í A. A l ¡ON. 9 SEPT lEMHRE I9 6 0 XXIV - XI - MCMLXt
CCXLVIII ANIVERSARIO NATALICIO DEL VENERABLE

19
M rs. Moore Bowden acom pañada, en una estan cia del Museo, por los señores R am is y B auzá.

niperiana, mapas de la ép o ca , ma­ fuerzos y su singular cultura a la isla del mar Pacífico. Cierto visitan­
nuscritos, documentos y objetos de exaltación de Fray Junípero, aparece te ofreció a la Asociación de Amigos
gran valor histórico pueblan las dos efigiada, asimismo, en dos óleos de de Fray Junípero un cheque en blan­
plantas del edificio. E s te Museo lo la biblioteca. co para comprar este mapa, pero los
dirige don Miguel Ramis, m a e str o «Fray Buenaventura Sitjar. 1739- fervorosos juniperianos de Petra se
nacional, gran erudito y fervoroso de 1808. Nació en Mallorca, llegó a Ca­ niegan a especular con su Museo. So­
Fray Junípero, hombre de ejemplar lifornia en 1774 y fue destinado a la lamente cuentan con los fondos que
modestia. En la biblioteca encontra­ misión de San A n to n io de Padua. les llegan e sp o n tá n e a y generosa­
mos a b u n d a n te bibliografía junipe- Lingüista experto, compuso un dic­ mente.
riana, así como los a r c h iv o s de la cionario de la lengua mitsun.» «Ve­ Para dar unidad al conjunto de la
Asociación, muy interesantes y com­ nerable Fray Luis J a u m e, de San casa natal y el Museo de Fray Juní­
pletos. Sobre la repisa de la chime­ Juan, religioso fr a n c is c a n o , proto- pero ha sido n e c e s a r io adquirir la
nea, pequeñas imágenes del misione­ mártir de California. 1740-1775.» Son propiedad que hoy es Centro de Es­
ro. En las paredes, retratos de algu­ las inscripciones de una breve gale­ tudios Juniperianos. Pero la Asocia­
nos de lo s misioneros mallorquines ría de misioneros que se exhibe en ción, el Ayuntamiento y el pu eb lo
que acompañaron a Fray Junípero en el salón de actos de la Casa-Museo. todo nunca han reparado en esfuer­
sus r u ta s evangelizadoras, y foto­ Un proyector de cine frente a una zos para llevar adelante su tarea de
grafías de personalidades españolas pequeña pantalla, varias colecciones exaltación juniperiana. Cuando desde
y americanas patrocinadoras de la de diapositivas, etc., completan la do­ este lugar al convento de San Ber­
difusión del nombre y de la obra de tación de e s t e archivo juniperiano. nardino se haya abierto calle direc­
la gran figura balear. Mistress Dina Un bajorrelieve de moderna e inspi­ ta, Petra tendrá completo su periplo
Moore Bowden, honorable represen­ rada factura y tema misionero deco­ histórico, p ia d o so y turístico. Este
tante de la ciudad de San Francisco ra la escalera. En el arranque de és­ nuevo proyecto se lleva hoy el afán
en relación con la Casa Serra, dama ta, un mapa italiano de la época mi­ y la atención dç todos los paisanos
que viene dedicando sus mejores es­ sional, donde aparece California conto de Fray Junípero.

20
n o ta s g e n e a ló g ic a s

sobre los S erra


d e M a llo r c a
a ig le s ia p a r r o q u ia l de la v illa de P e tr a , del p a r tid o ju d ic ia l de M a n a c o r,

L en B a le a re s , es u n bello y m o d e sto tem p lo , b a jo la ad v o cació n d e S a n P e d ro ,


r e m a ta d o p o r u n c a m p a n a rio de p la n ta e x a g o n a l, con a m p lio s v e n ta n a le s
o jiv a le s. E n el to m o se g u n d o de su a rc h iv o p a r r o q u ia l— a l fo lio 63, al p rin c ip io
de la p á g in a , b a jo el n ú m e ro 85— se e n c u e n tr a la s ig u ie n te p a r tid a d e b a u tis m o ,
e s c r ita en m a llo rq u ín , se g ú n v ie ja c o s tu m b re del le v a n te esp añ o l, q u e e s c r ib ía
su s d o c u m e n to s o fic ia le s en c a ta lá n , v a le n c ia n o o m a llo r q u ín : « A is 24 9 b re. 1713
b a p tisé yo B a r to lo m é L led ó , p re sb . y V ic a r i a M ig u e l J o se p h S e r r e , f i l l de A n ­
to n io y de M a r g a r ita F e r r e r , c ó n y u g e s. F o r e n P a d r in s B a r to lo m é F io l y S e b a s ­
tia n a S e r r e . N a s q u é d it d ie a la u n a d e sp u é s de m i t j a n i t .— B a r to lo m é L led ó
(sig n a d o ).-» — A l m a r g e n : «85. M ig u e l J o se p h S e r r a y F e r r e r .»
T a m b ié n e x is te to d a v ía la p ila d o n d e se celeb ró a q u e l b a u tiz o , t a n b re v e ­
m e n te re s e ñ a d o en s u s o ríg e n e s p a r a la im p o r ta n c ia q u e h a b ía de a lc a n z a r aq u e l
nuevo c a tó lic o : F r a y J u n íp e r o S e rra .
E s de n o ta r q u e en la c ita d a p a r tid a de b a u tis m o a p a re c e a lg u n a vez el a p e ­
llido p a te r n o e s c r ito S e rre , en lu g a r de S e r r a , lo que a m á s de u n in v e s tig a d o r
h a co ndu cid o a d u d a s ; p e ro , a p a r te de q u e el a p e llid o S e r r e no e x is te en M a­
llorca, en la n o ta m a r g in a l de la p a r tid a f ig u r a c la r a m e n te el n o m b re del b a u ti­
z a d o : «M ig u el J o s e p h S e r r a y F e r r e r » , y en el lib ro d e c o n firm a c io n e s de la
m ism a p a r r o q u ia (26 de m a y o de 1715) f i g u r a c o n firm a d o p o r el e n to n c e s o b isp o
de M a llo rc a , e x c e le n tísim o y re v e re n d ís im o s e ñ o r don A ta n a s io de E s t a r r i p a y
T r a n a já u r e g u i, a q u e l n iñ o , M ig u e l S e r r a , h ijo de los có n y u g e s A n to n io y M a r ­
g a r i t a F e r r e r , sie n d o p a d r in o el re v e re n d o P e r e M e stre , p r e s b íte r o .
C am b ió su n o m b re a l p r o f e s a r en el c o n v en to de J e s ú s de la O rd e n f r a n c is ­
c a n a , en la c iu d a d 'd e P a lm a , el 15 de se p tie m b re de 1731, a n te s de c u m p lir los
dieciocho a ñ o s y al a ñ o d e su n o v iciad o , a b a n d o n a n d o su n o m b re p ro p io p o r el
de J u n íp e r o , en re c u e rd o a l fie l y b o n d ad o so c o m p a ñ e ro de S a n F ra n c is c o de
A sís.
L a f a m ilia S e r r a h a b ía te n id o en le ja n o s tie m p o s g r a n lu s tr e y nobleza,
a u n q u e a lg u n a de su s lín e a s, com o e s ta d e F r a y J u n íp e r o , h u b ie s e n b a ja d o n o ­
ta b le m e n te de p o sic ió n . S in h a c e r caso de los o ríg e n e s le g e n d a rio s q u e se a t r i ­
b u y e n a los S e r r a — h a c ié n d o lo s d e sc e n d e r d e u n o s ric o s c o m e rc ia n te s ita lia n o s A rrib a : reproducción de un óleo del A yun­
que e je r c ía n s u p ro fe s ió n e n tr e los p u e r to s de G énova y de B a rc e lo n a , a llá p o r tam ien to de P e tra y el escudo de los S e rra
los sig lo s IX y X, y q u e te r m in a r o n p o r r a d ic a r s e en C a ta lu ñ a — , es m á s c ie rto en el m onum ento. A bajo: el escudo f r a n ­
que p ro v ie n e n de M o n tp e llie r ( F r a n c ia ) , de d o n d e p a s a r o n a C a ta lu ñ a y A ra g ó n , ciscano, que tam bién fig u ra al lado del de
F ra y Junípero.
y, com o ta n to s lin a je s de a q u e lla s re g io n e s, b a ja r o n a la s c o n q u is ta s de V a le n ­
cia y M u rc ia .
L o s S e r r a d e M a llo rc a d e sc ie n d e n de u n c a b a lle ro lla m a d o P e d r o S e r r a , h o m ­
b r e d e c o n fia n z a del r e y D on J a im e I, q u e le e n c a rg ó de d iv id ir en c u a r te la d a s
los cam p o s de r e g a d ío in m e d ia to s a P a lm a de M a llo rc a en el a ñ o 1240, sie n d o
d e sig n a d o u n o de los p r im e ro s ju r a d o s de e s ta c a p ita l. P o r e sa época, en el r e ­
p a r to g e n e ra l de t i e r r a , se concede a u n S e r r a (q u e, a u n q u e no f i g u r a su n o m ­
b re , b ie n p u d ie r a s e r el a n te r io r ) u n a p ro p ie d a d en S ó ller, lla m a d a M an so -N o v a,
y u n a c a s a en d ic h a v illa, to d o d e n tr o de la p o rc ió n de don G a stó n , v izco n d e de
B e a rn e .
J o a q u ín M a r ía B o v er, en su N o b ilia rio m a llo rq u ín , re c o g e n u m e ro s a s d e s ig ­
n a c io n e s p a r a c a rg o s h o n o rífic o s re c a íd o s en m ie m b ro s de e s ta fa m ilia d esd e
el a ñ o 1240 h a s ta f in a le s del sig lo xvil, m e n c io n a n d o la s c a sa s m á s ilu s tr e s de
e s te ap ellid o , s itu a d a s en la c iu d a d de P a lm a y en la s v illa s de A lc u d ia , M u ro ,
S a n ta M a r g a r ita , P u e b la y B u ñ o la .
M ig u e l S e r r a , en 1285, f u e u n o de los sín d ic o s n o m b ra d o s p o r la v illa de
Selva p a r a p r e s e n ta r s a c ra m e n to y h o m e n a je a l r e y D on A lonso- I I I de A ra g ó n .
F ra n c is c o S e r r a , e n 1302, f u e ju r a d o d e e s ta c iu d a d y re in o p o r el e s ta m e n to
de c iu d a d a n o s. D a lm a o S e r r a , fa m o so c a p itá n de su época, p r e s tó im p o r ta n te s
se rv ic io s en 1308 a rm a n d o u n a g a le r a su y a p a r a d e fe n s a de la isla . G u ille rm o
S e r r a f u e ju r a d o p o r c iu d a d a n o s en 1332 y 1335. T o m á s S e r r a f u e u n o d e los
c a b a lle ro s q u e en 1343 ju r ó o b e d ie n c ia y v a s a lla je a l r e y D on P e d r o IV de A r a ­
gón, c o n q u is ta d o r de M allo rca, com o r e p r e s e n ta n te de la c iu d a d de P a lm a . Y en
sig lo s p o s te r io r e s c o n tin ú a b rilla n d o e s te lin a je , que, a p a g a d o poco a poco, h a b ía
de lu c ir d e sp u é s con d e ste llo s de s a n tid a d .
T r a e n los S e r r a p o r a r m a s d e sd e tie m p o in m e m o ria l la s q u e se d e sc rib e n en
un p riv ile g io re a l co ncedido a los S e r r a m a llo rq u in e s p o r D on F e lip e IV , en 20
de m a rz o de 1 6 4 5 : « .. . E n cam po de g u le s ( r o jo ) , u n a s ie r r a p u e s ta en el cen tro
v e r tic a lm e n te , con el h ie rro y la cu e rd a de p la ta y el r e s to del color de la m a d e ­
ra.» N in g u n a m e jo r in d ic a c ió n p a r a r e p r e s e n ta r la v id a e m p re n d e d o ra y la b o ­
r io s a de F r a y J u n íp e r o q u e e s ta s ie r r a h e rá ld ic a , te n s a y v ib r a n te com o su p ro ­
p ia a lm a .

21
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D ir e c c ió n t e le g r á fic a e n t o d a s la s o fic in a s y a g e n c ia s : A U C O N A

22
P E R E G R IN O S

Los
e la California soleada despegan avio­ Los p e r e g r in o s 1963—o 1953, o 1973—ha­

ru ta s D nes rumbo a E sp a ñ a . De todos los


puertos, de todos los aeropuertos, sa­
len cada día los turistas del mundo para gas­
cen las rutas de Fray Junípero emocionada-
mente.
Arrancando de la C a lif o r n ia hispanizada,
de tarse el primer dólar de sus vacaciones—el áurea y millonaria; arrancando de a q u e llo s
primero y los sucesivos, hasta el último—, el campanarios coloniales, el vuelo del turista-
p r im e r marco, la primera libra, en el país peregrino se remonta por el aire o se desliza
Fray que tiene y ofrece la fórmula ideal para pasar sobre la piel del mar. En plena temporada, 250
unas semanas inigualables. «España es diferen­ aviones se posan diariamente en el aeropuerto

J u n íp e ro , te», dicen ellos. Pero hay, entre los turistas de


short y souvenir, un matiz que debemos distin­
de Palma de Mallorca. Pára el visitante que
llega por mar, la bahía y el puerto de Palma
guir de los demás. Es la especie singular del se despliegan ante un panorama de modernos
en turista-peregrino que no solamente busca sol y hoteles, de montañas y palmeras. A la derecha,
escaparates. El peregrino siglo xx, que se dirige la silueta noble de la catedral.

barco hacia la Ciudad Eterna o a cualquier otro lu­


gar santo o simplemente devoto. De California,
Ya en tierra, con plaza en el hotel y mapa
en el bolsillo, el callejeo por los viejos sopor­
por ejemplo; de toda Norteamérica, despegan tales y las recientes avenidas. La familia viaje­
ra, el matrimonio cogido de la mano, la pareja
y aviones, zarpan barcos, para desandar las rutas
que anduvo un fraile español, y visitan el pue­ de chicas rubias, van descubriendo, con pasos
al azar, el corazón provinciano y feliz de la
a v ió n blo natal del franciscano evangelizador y fun­
dador. capital, y también su alrededor cosmopolita.

23
L a llegada al puerto de Palm a.

E s el m om ento de cam biar la san d alia p e re g rin a por un fino zap ato E n los quioscos se exhiben tre s periódicos m allorquines editados en
de Inca. inglés.

24
poliglota y ruidoso. De la última palmera fran­
ciscana del Pacífico a la primera del Medite­
rráneo, la que se alza, junto al pozo, en el
patio de San Francisco del convento de Palma
de Mallorca. El autocar torpón que invade las
estrechas calles o el coche tirado por un ca­
ballejo de buena voluntad acabarán desembo­
cando—desembocándonos—en la plaza de San
Francisco, íntima y señora, orlada de automó­
viles aparcados. Hemos llegado. H a c ie n d o el
recorrido juniperiano a la inversa, el convento
de los franciscanos es la primera etapa del pe­
regrino en tierra española. Junto a la iglesia, la
residencia y el colegio de los frailes. El claus­
tro, como- en tiempos del misionero. Es inevi­
table la alusión: «Por aquí paseaba él...», «Por
esta puerta entraría...»
En la sacristía hay unos arcones con fechas
grabadas de mil setecientos y pico. En ellos,
casullas y ornamentos sagrados. Y un aroma
que se despereza al abrirlos, un aroma arcaico
y litúrgico. También en todo esto, entre todo
esto, anduvo el novicio con mano silenciosa.
Con mano ruda aún, perfumada de recientes
tareas campesinas. Puede ser que cuando llegue
el turista haya una boda en la iglesia. Puede
ser que los colegiales alboroten en sus galerías,
festoneadas siempre, allá arriba, de palomas y
escolares. Puede ser que el fraile sacristán vaya
y venga, un poco ajeno al peregrino curioso
que lee las lápidas de la pared y se emocio­
na al encontrar el nombre de Fray Junípero,
el nombre que venía buscando desde tan lejos.
En la biblioteca del convento, un artesonado
«de la época del padre Junípero», según se
le informa al peregrino. Este convento tiene En carro o au to car llegan los pereg rin o s al convento de San Francisco.
la paz. U nas h o ras p a ra el callejeo por P alm a, com ercial y cosm opolita.

25
«Devs scientiarvm dominvs», dice en la fa­
chada de la residencia franciscana. Una foto­
grafía al gran rosetón de la iglesia. Al San Jorge
que se las entiende con el dragón sobre la
puerta de entrada. Y otra vez el autocar. O
al carrito de caballejo, que es muy frecuen­
te y preciado vehículo de turistas por las ca­
lles de la ciudad. Mañana hay que salir para
Petra.
Pero ahora, vuelto al torbellino pagano y
profano de la ciudad comercial, el peregrino
—la peregrina—curiosea escaparates y quioscos
de periódicos. Toma el primer refresco contra
los primeros calores. En cada tienda, collares,
loza mallorquina, souvenirs para el turista... Y
finos zapatos femeninos de la cercana industria
de Inca, para el pie peregrino que ahora calza
sandalia. En cada quiosco, la alegría de descu­
brir que exhibe revistas en inglés, en francés,
en italiano... Un quiosco abundante y variada­
mente surtido es el mejor síntoma del cosmo­
politismo de una ciudad. Nos da mejor que
nada su dimensión en el mundo. Por sus quios­
cos conoceréis a las ciudades. El peregrino, que
ha viajado lo suyo, se sabe bien este axioma.
Pero junto a las grandes publicaciones, el Mu-
jorca Times y el Majorca News, periódicos de
la isla escritos en inglés. O el Majorca Daily
Bulletin.
Se sale hacia Petra de mañana, por la carre-
terra de Manacor. El automóvil conoce el ca­
mino. Hay un cartel que avisa de la desviación
hacia Petra. Y los vecinos de la villa no se
asombrarán demasiado de ver llegar a los exó­
ticos. Aunque sea un gran automóvil. Aunque
sea un autocar lleno de gentes rubias. Ellos, los
paisanos de Fray Junípero, le tienen bien to­
mada la dimensión al bendito fraile y reciben
al recién llegado con la sencilla naturalidad de
quien sabe que aquello tenía que ocurrir. Antes
o después. América tenía que venir a Petra. Y
ha venido sin necesidad de reclamos. Por eso
P or fin, en la casa n a ta l de F ra y Ju n íp ero , m eta de la peregrinación.
estos payeses sin tiempo no se asombran. Sa­
ludan, reciben, muestran y no se cosen a la
ropa del turista con viles ambiciones o pacatas
curiosidades. Esto de ser payés debe ser una
forma—otra forma—de ser señor.
El productor norteamericano esta­ teniéndose en cada uno de los hermo­ La casa natal, el museo, el convento, la igle­
blecido en España Mr. Samuel Brons- sísim os lu g a r e s escogidos por Fray sia parroquial, la calle y la plaza, el monumen­
ton, que en la actualidad realiza aquí Junípero y sus seguidores para las to... Sabe el turista—por peregrino—lo que tie­
«La caída del Imperio romano», ha fundaciones, todos los cuales siguen ne que visitar. Sabe el peregrino—por turista—
terminado estos días el rodaje de un llevando nombre español, y en los que
hermoso documental, en Cinemascope se conservan perfectamente los edi­ cómo lo puede encontrar. Y comprueba que
y Technicolor, sobre la vida y la obra ficios con el sabor arquitectónico re­ todo es verdad, que todo fue así : el huerto, la
de Fray Junípero Serra. ligioso e hispánico que les imprimie­ cocina, las alcobas, el horno, el establo... Y
Bronston encargó a don Jaime Pra­ ron sus fundadores. gentes que hablan un castellano reteñido de
des, vicepresidente e j e c u t iv o de la A su regreso de California, el se­
mallorquín, locuaz y elocuente como debió de
compañía, la producción de este fil­ ñor Prades se trasladó con las cáma­
me. El señor Prades, acompañado de ras a Mallorca, y en Petra fotografió ser el de Fray Junípero. En cualquier rincón,
un equipo de operadores y técnicos, los paisajes que de niño contemplara herramientas hermanas de las herramientas que
ha recorrido de sur a norte el «cami­ en su villa natal el dinámico misione­ allá, en California, podaron huerto y levanta­
no real» californiano, deteniéndose en ro español. ron misión. El peregrino ha encontrado lo que
cada una de las misiones fundadas Al mismo tiempo que un delicado
homenaje a Fray Junípero, esta pe­ buscaba. Por los caminos del aire, por los del
por los franciscanos e s p a ñ o le s , que
fueron la base de la creación de la lícula es una lección de historia sobre mar o los del asfalto, se desandan los pasos
actual California, el más próspero de uno de los más interesantes capítulos que anduvo la descubridora sandalia misione­
los Estados que constituyen la Unión. de la obra de España en América, y ra. La historia, esta historia, se repite todos
Desde San Diego de Alcalá, en el y por la belleza de sus paisajes y mo­
los días. Gentes que llegan a Petra, descubren
e x tr e m o sur del Estado, hasta San numentos, recogidos con los más mo­
Francisco de Solano, en el norte, las dernos medios técnicos, un verdadero Petra, hacen su jubiloso jubileo en Petra. Con
cámaras cinematográficas fueron de­ regalo para el espíritu. fervor.

26
Pueblo antiguo y
labrador, a la vera
del Puig de Bon-
Any, Petra vive
una perpetua paz
en sus huertos y
en sus calles
En una plaza con sardana de palmeras,
el monumento a Fray Junípero. Y ele­
vándose sobre los tejados, la mole impo­
nente del templo parroquial
1
Torre y claustro
de San Francisco,
en Palma de Ma­
llorca, abierto a
las escalas de to­
das las gentes
FIGURA, OBRA Y CONMEMORACION
nacimiento de Fray Junípero Serra. do Samuel Bronston, en un gesto de

ROBLES El Jefe del Estado se ha dignado


aceptar la presidencia honoraria de
las conmemoraciones, y el ministro de
simpatía por nuestra gran figura mi­
sionera.
—¿Se trata del estreno mundial del
Información y Turismo ostenta la film?

P IQ U E R : presidencia efectiva.
—Como ustedes saben, los actos
comenzarán aquí, en Palma, el día 29
—Efectivamente, este documental,
rodado en color y con arreglo a las
mejores posibilidades técnicas, será
de mayo, prolongándose hasta el 4 dado a conocer por primera vez en el
de junio. Dicho día 29, a las siete de teatro Principal, de Mallorca. Tam­
"Es de e sp e ra r la tarde, tendrá lugar una recepción
en la que hablará el señor Villalonga,
bién habrá una conferencia del pa­
dre Moholy, que es la segunda autori­
presidente de la Diputación Balear, dad en el proceso de beatificación de
que las capitales siendo contestado por una personali­ Fray Junípero. Y unos Juegos Flora­
dad californiana. Seguidamente será les centrados, naturalmente, en la fi­
re s p e c tiv a s de inaugurada la Exposición Fray Ju­ gura y la obra del Venerable.
—¿Qué idiomas se admiten a con­
nípero.
curso?
Baleares y Cali­ —¿Día 30 de mayo?
—El día 30, por la noche, ofrecerá —Inglés, castellano y catalán. La
un concierto la Orquesta Nacional en reina de los Juegos será una señorita
fo rn ia cu e n te n el claustro del convento de San Fran­ californiana.
cisco, hermosísimo marco para este —Y llegamos al día 1 de junio...
pronto con su es­ acto. Dirigirá la orquesta el presti­
gioso José Iturbi, que por su prolon­
—Para el día 1, a las siete de la
tarde, está prevista la presentación
gado afincamiento en California, tan­ de la compañía del teatro Español,
tatua de Fray Ju­ to como por su origen mediterráneo, de Madrid, que pondrá en escena «El
es un vínculo vivo entre las dos ori­ perro del hortelano», de Lope de Ve­
nípero." llas juniperianas que ahora se unen
en la conmemoración.
ga, bajo la dirección de Cayetano Lu­
ca de Tena. Por la noche, a las diez y
Deseando conocer de forma oficio­ media, tendrá lugar un segundo con­
sa la totalidad del programa a des­ cierto de la Orquesta Nacional, diri­
arrollar, le hemos rogado que conti­ gida esta vez por su titular, Frühbeck,
UEDA de prensa en Palma de núe detallándonos los actos previstos. con Iturbi como solista al piano.

R Mallorca con el director gene­


ral de Información. Don Car­
—El viernes 31 de mayo, a las sie­
te de la tarde, tendrá lugar, en el
los Robles Piquer nos habla de los ac­ teatro Principal, de Palma, el estre­
tos que se organizan con ocasión de no de la película que sobre Fray Ju­
—¿Actos en Petra?
—El domingo 2 de junio se exalta­
rá en Petra como Día de la Orden
Franciscana, con misa y concierto en
celebrar el «cuarto de milenio» del nípero, Mallorca y California ha roda­ la iglesia de San Bernardino, a las
once de la mañana. También habrá un
acto literario. Por la noche, en Pal­
ma, el teatro Español ofrecerá su se­
gunda actuación, presentando, posi­
blemente, «El lindo don Diego», de
Moreto, que, en versión de José Gar­
cía Nieto, ha sido estrenada con gran
éxito en Madrid durante la presente
temporada.
El día 3 de junio se conmemora la
fundación por Fray Junípero de la
misión de San Carlos Borromeo, en
Carmel, donde se encuentra enterra­
do, y hemos querido saber qué carác­
ter tendrán en ese día especialmente
señalado los actos juniperianos.
— A las diez de la mañana, en Pe­
tra, se oficiará una misa cantada, en
la que intervendrán prelados norte­
americanos. A las once habrá ofren­
da de flores ante el monumento de
Fray Junípero y visita a la casa na­
tal. Y seguidamente, un acto acadé­
mico en San Bernardino, que será ce­
rrado con la intervención del minis­
tro de Información y Turismo, señor
Fraga Iribarne. Para la celebración
de este acto en la iglesia de San Ber­
nardino se ha solicitado permiso del
señor obispo de Mallorca.
—Ultimo día del programa...
—El.jnartes día 4, a las siete de la
tarde, en el castillo de Bellver, ten­
drá lugar un festival de folklore ba­
Los señores Robles Piquer, director general de Inform ación, y Soriano, delegado provincial lear, con intervención de los Coros y
en M allorca, m u estran el c a rte l de la conmemoración. Danzas de la Sección Femenina.

31
FIGURA,
OBRA Y
C O N M EM O R AC IO N

—¿Otras realizaciones, al margen


de este programa?
—La promulgación del carácter de
ciudades gemelas entre Petra y Car­
mel. La emisión de un sello y un ma­
tasellos alusivos y la publicación de
libros y folletos sobre el tema. Per­
sonalidades norteamericanas y mexi­
canas—puesto que también en Méxi­
co misionó Fray Junípero—nos visi­
tarán en esta ocasión. La colección
«Temas Españoles» prepara un volu­
men sobre Fray Junípero, así como
la Editora Nacional. También es de
esperar que las capitales respectivas
de Baleares y California, Palma y Sa­
cramento, cuenten pronto con su es­
tatua de Fray Junípero. Habrá un
concurso periodístico sobre el cente­
nario, etc.
—¿Qué tiempo permanecerá el se­
ñor ministro en Mallorca?
—Esperamos que dos o tres días.
—Usted ha viajado recientemente
por Norteamérica y, concretamente,
por las rutas juniperianas. ¿Qué vi­
gencia tiene allí la acción misionera
y cultural de España?
—El castellano es el segundo idio­
ma de California. En anuncios, avi­
sos, nombres de calles y lugares pue­
de comprobarse esto. Y los norteame­
ricanos, con frecuencia descendientes
de españoles—esos Argüello, esos Ar­
mijo...—, cuidan sus reliquias histó­ Mrs. Bowden, e n tre sus im ágenes y libros juniperianos.
ricas o se agrupan en los «Serra-
Clubs», círculos creados para el fo­
mento de las vocaciones sacerdotales.
—¿Qué hay del proceso de beati­
ficación de Fray Junípero?
—Según mis informes, sigue ade­
lante.
El delegado provincial de Informa­
D IN A M O O R E
ción de Mallorca, señor Soriano, pre­
sente en la rueda de prensa, nos' in­
forma de un proyecto según el cual "La alegría de C alifornia es,
va a ser convocado un concurso entre
estudiantes españoles de bachillerato
y su equivalente norteamericano para
una alegría
premiar trabajos sobre el tema de
Fray Junípero. Ese premio será un
viaje a Mallorca—para los estudian­
tes norteamericanos—o a California ORTALS Nous es un rincón pri­ juniperiano. No es la primera vez que
—para los españoles—, en compañía
del profesor respectivo. La finalidad
de este concurso es que en los cen­
tros de enseñanza se hable con fre­
P vilegiado en la privilegiada isla
de Mallorca. En P o rta ls Nous
vive Mrs. Dina Moore Bowden, re­
la prensa mallorquina se ocupa de es­
ta ilustre dama californiana radicada
en la isla desde 1932 y ferviente im­
presentante honoraria de la ciudad pulsora de la exaltación del misione­
cuencia del fraile fundador. y el condado de San F ra n cisco de ro de Petra. Mrs. Bowden nos mues­
Después, los señores Robles y So­
riano nos muestran los carteles anun­ California en relación con la casa de tra ahora la medalla de referencia,
ciadores: «Celebration of the 250th Fray Junípero Serra. En un núme­ que reproduce en su anverso la efigie
anniversary of Fray Junípero Serra, ro del diario «Baleares», de Palma, del virtuoso predicador y en su re­
founder of California. Petra & Pal- vemos un reportaje donde se infor­ verso el sello del estado califomiano.
ma-Majorca-Spain. May 29 to June 4- ma que el estado de C a lifo rn ia ha A la medalla acompaña un folleto
1963», se lee en uno, y en el otro: acuñado la medalla conmemorativa donde se explica la vida y obra de
«Majorca Cloister of Friary of San
Francisco. Palma. Spain. Fray Juní­
del 250 aniversario de Fray Junípero Fray Junípero y su extraordinaria la­
pero Serra went out from here to Serra, reportaje ilustrado con una fo­ bor evangelizadora y colonizadora. De
found California in the 18th Cen­ tografía de Mrs. Bowden frente al esta pequeña obra de arte que es la
tury». cartel anunciador del 250 aniversario medalla, debida al escultor Ralph J.

32
VAN A SER REPUESTAS LAS CAM PANAS DEL "C A M IN O R EA L"
Menconi, se han hecho tres versio­ noche ni encontrar un restaurante en bolo indio del río de la vida, símbolo
nes : una en bronce, otra en plata, que Petra. Acompañando a grupos de todavía vigente cuando los misione­
consta de 7.500 piezas, y una en pla­ norteamericanos en su visita al pue­ ros españoles llegaron a América.
tino, numerada y limitada a 75 ejem­ blo he comprobado repetidamente que —Mi labor la desarrollo al margen
plares. muchos de ellos hubieran querido pro­ de la política o de cualesquiera otros
—El «Camino Real»—nos dice Mrs. longar su estancia allí, y nunca han intereses. Sólo el amor y el interés
Bowden—, que fue creado por los es­ podido hacerlo por las razones apun­ por estos comunes vínculos históricos
pañoles, unía las diversas misiones tadas. nos mueven a mis colaboradores y
que se habían establecido a lo largo —¿Conoce usted el programa ofi­ a mí.
de la co sta californiana: San Luis cial de los actos para este 250 ani­ —Aparte de los testimonios en pie­
Rey, Santa Bárbara, San Miguel, San versario ? dra y de las huellas materiales, ¿qué
Antonio, San Francisco... De tramo en —Desde luego. Y me parece mag­ resta en California del espíritu de
tramo existían unas campanas para nífico. aquellos frailes evangelizadores ?
convocar a los nativos a la predica­ Mrs. Dina Moore Bowden está en —Yo creo que la natural alegría de
ción y a otros actos piadosos. Estas posesión del Lazo de Dama de la Or­ California es, en gran parte, una he­
campanas pendían de un poste, al que den del Mérito Civil. Su castellano es redada alegría franciscana.
estaba adosado un letrero con el nom­ claro y armonioso. Ahora nos mues­ Mrs. Bowden ha tomado un libro
bre de la misión correspondiente. tra con orgullo el diploma que le ha en sus manos y nos lo muestra : «The
Pues bien, con motivo de la próxima concedido la villa de Petra. Life and Times of Fr. Junípero Se­
magna conmemoración juniperiana, —Estoy escribiendo un libro sobre rra O. F. M. Or the man who never
estas campanas del «Camino Real», la vida de Fray Junípero en Mallor­ turned back». El autor es Maynard
ya desaparecidas, van a ser de nuevo ca. Irá ilustrado con fotografías. Qui­ J. Geiger, O. F. M.
instaladas en los mismos lugares que zá lo titule «Fray Junípero en su isla —Lo estaba leyendo cuando han
antes ocuparan. Van a ser fundidas natal». llegado ustedes...
de nuevo tomando el modelo de la Grabados, fotografías, documentos, Y cuando nos vayamos continuará
única existente: la de la misión de libros e imágenes patentizan el diario sumida en la lectura. Nos ha mostra­
Santa Bárbara. Esta misma campana fervor que Mrs. Bowden dedica al te­ do también el original, todavía in­
será en breve traída a Mallorca y do­ ma juniperiano. Pero su amor por to­ completo, de su propio libro sobre el
nada a la «Sociedad de Amigos de do lo relativo a la epopeya misional franciscano de Petra. Contiene muy
Fray Junípero Serra», de Petra. desborda el despacho y la biblioteca. bellos textos y unas asombrosas foto­
En un extremo de Palma, a la ori­ En la puerta del jardín ha colocado grafías del húngaro Stephen Laszlo.
lla del mar, y de espalda al estirón Mrs. Bowden una cancela de hierro Será el mejor y más delicado home­
turístico y funcional de la ciudad, se diseñada por ella misma, cuyas ver­ naje de esta gran dama a la figura de
encuentra esta casa silenciosa y be- jas ondulantes corresponden al sím­ Fray Junípero Serra.

B O W D EN :
en gran parte,
franciscana.H

llísima, con un jardín silvestre cuyos


senderos desvarían hasta despeñarse
en el Mediterráneo. La residencia de
Mrs. Bowden es, sin duda, consulado
oficioso y cordial de California en Ma­
llorca.
—Vivo en esta casa desde 1933.
Hace muchos años que se despertó
en mí el interés por Fray Junípero.
Es una figura muy respetada por to­
dos los califomianos.
—¿Qué cosa desearía usted p a ra
Petra como ciudad de jubileo junipe­
riano ?
—Un hostal que acoja debidamen­
Recibiendo del m inistro de A suntos E x teriores, don F ernando M aría C astiella, el Lazo de
te a los visitantes. No es fácil hacer D am a de la O rden del M érito Civil.
F IG U R A , O B R A Y
C O N M EM O R AC IO N A N T O N IO BAUZÁ:
// u
Nuestra Asociación recibe numerosos donativos americanos.

A «Asociación de Amigos de

L F r a y Junípero Serra», de Pe­


tra, tiene por escudo una cruz,
sobre la que aparece una sierra car­
pintera, símbolo del apellido Serra.
Preside esta Asociación el doctor don
Antonio Bauza Roca. El juez don
Martín Oliver Febrer es el secretario
general de la misma, y don Miguel
Ramis Moragues, maestro nacional,
director del Museo. Esta Asociación.,
cuya única finalidad es la exaltación
de la figura y de la obra del gran mi­
sionero mallorquín, se ocupa del man­
tenimiento del Museo y Centro de Es­
tudios «Fray Junípero Serra», que es
un singular lazo espiritual entre nues­
tro país y la nación americana. La
Asociación tiene su sede en la calle
de Fray Junípero, y se nutre, por par­
te de sus socios, con una cuota única,
que es de 6.000 pesetas para el miem­
bro de honor distinguido, 1.500 para
el miembro de honor, 600 para el
miembro cooperador y 150 para el
miembro protector. Los donativos
pueden hacerse en dólares o en mo­
neda española.
El señor Bauzá, presidente de la
Asociación, es quien nos ha propor­
cionado los anteriores datos. Médico
titular de Petra y vecino nacido en la
villa, Antonio Bauzá dedica un entu­
siasmo ejemplar a la causa junipe-
riana.
—La Asociación fue fundada en
1954.
—¿Cuál era la idea inicial?
—Nuestra idea y nuestro proyec­
to nacieron con el deseo de correspon­
der a los visitantes americanos que
con frecuencia llegaban a Petra para
visitar los lugares del misionero e in­
cluso manifestaban el deseo de entre­
gar algún dinero o contribuir de al­
gún modo a la perpetuación de su me­
moria. Oliver se encargó de redactar Q uerem os c re a r en P e tra Posada del Californiano.»
unos estatutos y pronto quedábamos
integrados en los mismos los doce di­
rectivos de la Asociación. El doctor Bauzá tiene ya, como su estatua a la entrada de Palma...
—¿Con qué medios contaba, en su acompañante de los visitantes que Nosotros iniciamos las gestiones al
origen, el Centro de Estudios? con frecuencia llegan a Petra, un am­ respecto, que están ya en vía oficial.
—Entre otras cosas, tuvimos a plio repertorio de anécdotas, que son —¿Próximos objetivos de la Aso­
nuestra disposición algunos donativos el mejor testimonio humano de la de­ ciación
americanos. Diversas entidades ofi­ voción por el gran franciscano del si­ —La apertura de la calle que co­
ciales, entre ellas el Patronato de Fo­ glo XVIII que alienta en las gentes munique casa y convento y la crea­
mento del Turismo en Mallorca, nos del Nuevo M undo. Cierto visitante ción de la Posada del Californiano,
han ayudado después con cantidades ilustre manifestó su alegría, al llegar una residencia con habitaciones para
importantes. Y, sobre todo, con un frente a la casa natal, de ver que el estudiosos.
gran estímulo moral y una inmedia­ fraile había tenido un origen humil­ Bauzá nos habla largamente de mi-
ta comprensión para nuestro trabajo. de. Y dijo: ’’Como Nuestro Señor Je­ siología californiana.
—¿Solamente han recibido aporta­ sucristo.” Un almirante de la VI Flo­ — Como u ste d sabe, el tema de
ciones en dinero? ta norteamericana manifestaba, por Fray Junípero es asignatura obligada
—No. En cierta ocasión, un ameri­ su parte, la sorpresa de no haber en­ en los colegios de California.
cano nos donó una colección de libros contrado al llegar al puerto de Palma
que consta de 84 tomos, todos ellos una estatua de Fray Junípero. F R A N C IS C O UM BRAL-
de interés para nuestra biblioteca ju- —Afortunadamente—nos dice Bau­
zá—, Fray Junípero tendrá algún día A L FR E D O B E N IT O
niperiana.

34
MAPA
HISTORICO
P or M A N U E L C R IA D O DE V A L

R A Y Junípero Serra nace en el m ism o año (1713) de apasionada aventura de Federico II el Grande, sím bolo anti­

F la paz de Utrecht, una fecha triste que cambiará el


destino de España, cerrando dos siglos de poderío y
alejándola d el escenario político europeo. La guerra de Su­
cipado d e otras futuras aventuras prusianas de signo sim ilar.
Tam bién será frecuente el que a raíz de ellas tom e nueva
fuerza el gigante, a menudo dorm ido, de Rusia.
cesión española inclinaba definitivam ente la balanza a favor Pero la historia de Europa, que es la gran historia del
de la Casa de Borbón. Francia, todavía bajo el esplendor de mundo en estos años, ha encontrado un nuevo cam po de ba­
Luis X IV , se adueñaba del estilo, del pensam iento y de la talla: Norteamérica. A llí tratarán de decidir el destino de su
dirección política europea, al menos en la vertien te occiden­ hegemonía Francia e Inglaterra. A l fin serán sobrepasadas las
tal. A l otro lado del Rhin, el Im perio austríaco, expulsado dos por la propia Unión Am ericana, que se alzará no sólo
de sus dom inios peninsulares, disputaba con Suecia, con R u­ con la independencia, sino con todo el beneficio de los nue­
sia y con el naciente poderío de Prusia una posición de equi­ vos avances industriales y políticos.
librio en la Europa O riental cada día más difícil e inestable.
Bien puede decirse que toda la estructura del m undo estaba
cambiando de signo en esta prim era m itad del siglo X V III,
* * *
que iba a ver m orir las grandes monarquías absolutas y nacer
el trem endo ferm ento de la ilustración. N Hispanoam érica la honda colonización española man­
tiene en este siglo firm em ente los la z o s con la m e­
% % % trópoli, a pesar de la acechante vigilancia de Inglate­
rra. H ay, es cierto, sublevaciones y otros varios síntomas de
N 1784, cuando muere Fray Junípero Serra, tam bién son transformación interna; pero tam bién otros hechos, como la
varios los acontecimientos en el m undo que revelan la creación de grandes rutas y el establecim iento d e poderosas
existencia de un profundo cam bio político y social. A compañías industriales, tienden a la unidad continental. La
raíz de la m uerte del R ey Sol, Francia ha cedido, al menos futura independencia, lograda con iniciativas más o menos
en su papel de protagonista europeo, ante el creciente em ­ independientes, interrum pirá esa evolución. De m om ento, es­
puje de Inglaterra, beneficiaria prin cipal de la decadencia te siglo X V III, que ta n ta s cosas esenciales transforma en
española y de las riquezas humanas y m ateriales de Am érica. Europa y en N orteam érica, verá a las provincias españolas
Los países del centro de Europa han visto la inquietante y de ultram ar vivir en una íntim a y casi tranquila evolución.

1713. Se firm a el T ra ta d o de U tre c h t, sím bolo de la 1714. Paz de R asttat. C om plem ento fin a l de la de
desm em bración del gran Im perio español y U tre ch t. Los Países Bajos españoles, M ilá n , N á -
p u n to de p a rtida para el nuevo e q u ilib rio po ­ poles y Cerdeña pasan a ser austríacos. In g la ­
lític o de Europa. terra consigue G ib ra lta r y M enorca. Saboya se
incorpora a Sicilia y se con vie rte en reino.
1713. El em perador Carlos V I prom ulga la «prag­
m ática sanción», que pretende regular la su­
cesión hereditaria. 1715. M ue re Luis X IV . Cambia el e stilo y el destino
de Francia. Todavía m antendrá su gran pode­
1713. C apitulación del ú ltim o e jé rc ito sueco de Car­ río en Europa, pero el signo p o lític o de In g la ­
los X I I en la fo rta le za de T ó n n in g . C o in ci­
terra inicia su predom inio.
diendo con la decadencia p o lítica española, Sue­
cia cede ante Rusia la posición de hegemonía
en la Europa O rien ta l. Ing laterra , Prusia y Ru­ 1717. Campaña española fre n te a S icilia. El abate A l-
sia, ju n to a Francia, serán las principales p ro ­ beroni, consejero de Felipe V , in te n ta hacer
tagonistas del siglo X V I II . resurgir el poderío español.
1713. T ratado de A sie n to en tre España e Inglaterra,
consecuencia económ ica de la Paz de U tre c h t. 1717. Fundación de Nueva Orleáns. N orteam érica em ­
Ing laterra puede in tro d u c ir esclavos negros en pieza a v iv ir. Son pocos los años que fa lta n para
las Indias O ccidentales. su independencia.

35
L ililí
TÒNNI6N.-CÀPITULACI0N
do. CARLOS X I I

6USTAV0 III DE SUECIA


VUELVE AL PODER ABSOLUT!

LElPZl& i-------- u
JUAN SEBASTIAN BAC.H
ES CANTO© EN ST2 TORIBIO

EL GENERAL IN6LES CORNWALL


CAPITULA EN YORKTOWN 1*7831 UI72]
Wide VERSALLES Polonia se reparte entre
E S I F Wei mar.- Goethe lee fausto Au s t r ia , p r u s ia y rusia
T R A W o fe UTRECHT / ______,
DECLARACION NORTEAMERICANA j f / . 1)7571 *-= 1*7511
DE INDEPENDENCIAr-LOS INGLE­ ¿ t f á r r r ? ' r r r »•» r - 11 t ■■ EL GENERAL AUSTRIACO TRATADO de VARSÒVIA
SES ocupan Boston y fil AdelfiA ' ¡ g HÀDIK ENTRA EN BERLIN
PAZ DE CAMBWY, 3 HI r r r f l M prr —
1*7561
felOAMUBr FRONTERAS
sajonia capitula en pirna
■ENTRE CHINA Y RUSIA BAVIERA.-MUERE MAXIMILIANO T U 1750
LAMAKOUESA da POMPADO^
GRAN SEÑORA <U FRANCIA. voltaire triunfa En la
DURANTE NUEVE ANOS SE CORTE DE- FEDERICO
EXTENDERA SU DOMINIO
FUNDACION DE
NUEVA ORLEANS BUNDZELWIT2FEDERICO EL GRANDE
ORGANIZA SU DEFENSA

iSRANA RECON'Y MILAN. ÑAPOLES. CERDEÍ


QUISTA ORAN. \ PASAN ASER AUSTRIA!
TERREMOTO da LISBOA

fSPAÑA P1ER.DE P-7631


LA F L O R ID A
ESPAÑA PIERDE
menoría
CREACION DE LA COMPAÑIA
DECOMERCIO EN CARACAS
LA ESCUADRA INGLESA CONQUISTA
LA HABANA Y FILIPINAS España declara la LllZáJ
GUERRA A INGLATERRA RUSIA OBTIENE LA
1)7)71 desembocadura
MOTIN DE SAN FEUE K L DNIEPER y CRIMEA
CAMPAÑA ESRAÑOU
n is i FRENTE A SICILIA

SUBLEVACION DE
TUBAC AMARU NAPOLEON NACE EN
AJACCIO
J.COOK DESCUBRE LAS COSTAS ona
ORIENTALES DE ASTRDLIA U INDIA ES CONQUISTADA
POR INGLATERRA.

RIO dC. JANEIRO


CAPITAL DEL BRASIL

SE FUNDA EL virreinato
DE LA P U T A
1718. La in ic ia tiv a española in q u ie ta a las potencias 1761. Federico II el Grande, a p u n to de ser d e rro ­
europeas. Se firm a la C uádruple A lia n za co n ­ tado, organiza su defensa en el cam pam ento
tra España e n tre A u s tria , H olanda, In g la te rra de B u n d ze lw itz.
y Francia.
1761. A lia n z a de España y Francia co n tra Ing laterra .
1720. Paz de C am bray. V en cid o Felipe V , ha de se­
parar de su G obierno a A lb e ro n i y ceder S ici­ 1762. M ue re Isabel de Rusia, y cam bia el de stino de
lia y Cerdeña. Poco después abdicará el p ro pio Federico el G rande, que firm a una alianza con
rey Felipe V . Ha fa lla d o el in te n to español de su a n te rio r enem igo.
recuperar su hegem onía en Europa.
1762. In g la te rra im pone su poderío naval. La escua­
1721. W a tte a u p in ta su ú ltim a obra. Juan Sebastián dra inglesa conquista La Habana y las islas
Bach es ca n to r en Santo T o rib io , de Le ip zig . F ilipin as. Se firm a una paz provisional en Fon­
El m undo cortesano de Luis X I V deja paso al tainebleau.
nuevo e s p íritu de la Europa germ ánica.
1763. Paz e n tre In g la te rra , Francia y España. España
1725. C atalina I, esposa de Pedro I, es zarina de pierde M enorca y Florida.
Rusia. 1763. Río de Janeiro, cap ital del Brasil.
1727. Se fija n las fro n te ra s en tre Rusia y C hina en
1764. M ue re la marquesa de Pompadour.
el río A m u r.

1728. C reación de ía Compañía de C om ercio de Ca­


1764. W a tt in ve n ta la m áquina de vapor, aunque to ­
davía tarda rá once años en fa b rica r la prim era
racas.
m áquina u tiliz a b le .
1731. In g la te rra reconoce la «p rag m ática sanción». 1769. Nace Napoleón en A ja ccio . Un año antes Fran­
Tres años antes había sido reconocida por
cia ha com prado Córcega a los genoveses. Es
Prusia. com o la predestinación francesa de Bonaparte.
1732. Reconquista de O rán por España. José P atiño 1769. J. Cook descubre las costas orien ta les de A u s ­
in te n ta la expansión por el M ed ite rrá n e o . tra lia .
1733. España, Francia y Cerdeña in te rvie n e n en la 1770. M aría A n to n ie ta casa con el D e lfín , fu tu ro
guerra de Sucesión de Polonia. Luis X V I.
1737. Se e x tin g u e ia gran fa m ilia de los M é d icis, tan 1770. V ic to ria naval de los rusos sobre los turcos
ligada a España, en Toscana. en Tschesme.

1739. G uerra de In g la te rra con España. 1772. Una vez más se rep arte Poionia en tre A u stria ,
Prusia y Rusia.
1740. Federico I de Prusia prohíbe el re c lu ta m ie n to
forzoso y concede am plias libertades de p re n ­ 1772. G ustavo I II de Suecia cam bia la C o nstitución
sa y re lig ió n , y vuelve al poder absoluto. Es una tardía reac­
ción fre n te a las ideas de la Ilu stra ció n fra n ­
1740. Federico I I, rey de Prusia. El doble poderío cesa.
ge rm án ico se in clin a a favo r de la M onarquía
berlinesa. 1774. Paz e n tre Rusia y T urqu ía. Rusia ob tien e la
desem bocadura del D nieper y C rim ea. Se acer­
1741. M o tín de San Felipe en las pro xim id ad es de ca al M e d ite rrá n e o .
Caracas.
1774. Reina en Francia Luis X V I.
1742. Francia e In g la te rra en tra n en lucha por sus
1775. Com ienza la guerra de la Independencia n o rte ­
colonias de u ltra m a r.
am ericana. Jorge W a sh in g to n es com andante
1745. La marquesa de Pom padour, gran señora de en je fe de la Federación. Los prim eros com ­
Francia. D urante nueve años se extenderá su bates son favorables a los ingleses.
do m in io.
1775. G oethe, en W e im a r, lee su p rim e r «Fausto».
1750. T riu n fa V o lta ire en la corte de Federico II. Las
1776. Declaración de la Independencia no rte am e rica­
ideas francesas de la Ilu stra ció n se extie n d e n
na. N o ob stante, ios ingleses ocupan Boston
po r toda Europa.
y, un año después, F ila dè lfia.
1751. T ra ta d o de Varsòvia. In g la te rra se alía con A u s ­
1777. M u e re M a x im ilia n o I I I de Baviera, y com ienza
tria y Rusia fre n te a Federico II.
la guerra de Sucesión.
1753. J- J. Rousseau p u b lica las «Causas de la des­ 1778. A lia n z a de Francia con los nuevos Estados U n i­
igualdad e n tre los hom bres». La Ilu s tra c ió n se
dos fre n te a Ing laterra .
extie nd e por Europa.
1778. M u e re n en el m ism o año los dos principales
1755. Lisboa casi desaparece en el te rrib le te rre m o to , representantes de la Ilu s tra c ió n : V o lta ire y
cuyo balance fu e de 3 0 .0 0 0 m uertos. Rousseau.
1755. Francia lucha fre n te a In g la te rra en N o rte ­ 1778. España declara la guerra a In g la te rra , pero no
am érica, y fre n te a Prusia en Europa. consigue reco nq uistar G ib ra lta r.

1756. Prusia avanza con la n e u tra lid a d de In g la te ­ 1778. Se fu n d a el V irre in a to de la Plata.


rra. C onquista de Sajonia, que c a p itu la en
Pirna. 1780. Sublevación de Tupac A m aru .

1757. La India pasa le nta pero firm e m e n te a poder 1781. El general inglés Cornw all ca p itu la en Y o rk ­
de In g la te rra . tow n ante franceses y norteam ericanos.

1757. El Im p e rio austríaco consigue fo rm a r una gran 1782. España recupera M enorca.
alianza para con tene r el em puje de F ederi­
co II de Prusia. Rusia, Polonia y Suecia en­ 1783. Paz de Versalles en tre In g la te rra , Francia, Es­
tra n en com bate. El general austríaco H a d ik paña y Estados Unidos. In g la te rra reconoce la
llega a Berlín el 5 de noviem bre. Independencia norteam ericana.

38
JU L IO
GUILLEN
(D e la s R e a le s
A c a d e m i a s E s p a ñ o la
y d e la H is t o r ia )

NAVEGACION

uando H e rn á n C o rtés h u b o d o m i­

C n a d o g r a n p a rte de la N u e v a
E sp a ñ a y llegó a las c o sta s del
o c é a n o P acífico — q u e N ú ñ e z de B alboa,
p o r su o rie n ta c ió n al a v ista rlo , d e n o m i­
n ó (1513) la M a r del Sur— , c o m p re n d ió
q u e e ra p re c iso re g is tra r sus c o sta s en
b u sca de u n e stre c h o . F u n d ó p a r a e llo u n
a stille ro , y p r o n to d isp u so de dos b e rg a n ­
tin e s (1524), d e los q u e e sc rib ió u fa n o al
e m p e ra d o r : «...T engo p o r c ie rto q u e co n
ellos, sien d o D ios N u e stro S eñ o r servido,
te n g o de ser c a u sa de q u e V u e stra C esá­
re a M ag estad sea en estas p a rte s se ñ o r de
m ás re in o s y se ñ o río s q u e los q u e h a s ta Iglesia, convento y ra n c h e rías de la Misión del C arm elo en los años de la fundación.

39
JO R N A D A S A P A S IO N A N T E S EN LA
h o y en n u e s tra n a c ió n se tie n e n o tic ia , ka, p o r lo q u e h u b o de c o n v e rtirse en n a lista , q u e h a n d a d o lu g a r a esas in ju s­
p u e s c re o q u e c o n h a c e r y o e sto n o le p lu ra l— las C a l i f o r n i a s — al d iv id irse en tic ia s c o m o la del n o m b re de A m é ric a o
q u e d a rá a V u e stra E x c e lsitu d m á s q u e a lta y b a ja ta n e n o rm e e x te n sió n , a u n q u e a los a b s u r d o s de lla m a r A m a z o n a s y
h a c e r p a ra se r m o n a r c a d el m u n d o .» p o r a n to n o m a sia q u e d ó p a ra las c o sta s de P a t a g o n i a a d o n d e n o h u b o , re sp e c tiv a ­
N o c o n ésto s— p u es a rd ie ro n a n te s de su m e d ia n ía , q u e presid e h o y la c iu d a d m e n te , n i m u je re s g u e rre ra s c o m o en la
a rm a rse — , sin o c o n o tro s, c o m e n z ó C o r­ de San F ran cisco , sin q u e h ic ie ra n m ella, G re c ia de los m ito s n i los h o m b re s gigan­
té s las j o r n a d a s m a rítim a s, u n a d e las c o m o en ta n to o tro lu g a r, los n o m b re s te s c o n d esm ed id o s p ies q u e p o p u la riz ó
cu ales, c o m o h o m b re g en ial q u e e ra , m a n ­ p u e sto s p o r el p ira ta D ra k , q u e qu iso el inglés M an d ev ille en sus tr u c u le n ta s re
d ó él m ism o y a u n g o b e rn ó p o r m u e rte d e n o m in a rla N u e v a A lb ió n , g ra c ia s a lo lacio n es.
de los p ilo to s, a lc a n z a n d o (1534) el e x tr e ­ c u a l p u d ie ro n flo re c e r d esp u és esos en ­ T ras el d e sc u b rim ie n to del o c é a n o Pa­
m o m á s m e rid io n a l de la p e n ín su la qu e, c a n ta d o re s n o m b re s sa c a d o s del sa n to ra l c ífic o , q u e c ie rta m e n te n o lo es, y el to r ­
s e g u ra m e n te p o r lo á rid a y p o c o aco g ed o ­ se rá fic o que son c o m o u n e n c a n to de te r­ n a v ia je de E lcano en la p rim e ra c irc u n n a ­
ra , c o m o la isla q u e d o m in a b a la re in a n u ra en la m a ra v illo sa g e o g ra fía de a q u e ­ v eg ació n del globo (1521), el N u e v o M u n ­
C a la fia de Las Sergas d e E splandian, el lla a n tig u a p ro v in c ia e sp a ñ o la p o r la que do, e v id e n te m e n te , y a n o p o d ía se r ni

Indios de M onterrey.

h ijo de A m ad ís, lib ro q u e a n d a b a y a im ­ a ú n lla m a n a m isa c a m p a n a s de Sevilla. A sia n i p a r te de las In d ias d e la E specie­
p re so d esde 1511, d e n o m in a ro n C a lifo r­ Q ue n o sólo sa b ía m o s n i q u e ría m o s f u n ­ ría , m ó v il m e d ie v a l del su e ñ o y p ro y e c to
n ia . N o m b re q u e b a u tiz ó to d a e sta re g ió n d ir c a ñ o n e s p a ra n u e s tra s e m p re sa s u ltr a ­ c o lo m b in o : A m é ric a e ra u n b e n d ito fra ­
y a c ita d a p o r el so ld ad o c ro n ista d e C or­ m a rin a s, sino q u e e n tre a ro m a d e m a d re ­ c aso g e o g rá fic o al c o n s titu ir to d o u n v a s­
té s d e ta n g ra n se n tid o p e rio d ístic o q u e selvas y claveles fa b ric á b a m o s los b ro n ­ to c o n tin e n te , in m e n so v a lla d a r de n o rte
fu e B ern al D íaz del C astillo en su H isto ­ ces c o n q u e to c a r y lla m a r a o ra c ió n . a su r, q u e se o p o n ía a las an sia d a s d e r r o ­
ria verd a d era d e la c o n q u ista d e N u e v a Los d e sc u b rim ie n to s p o r las C alifo rn ia s ta s del M a lu c o y de la In d ia. P o r ello
E spaña, y q u e en la c a rto g ra fía a p a re c ió c o n s titu y e n u n o d e los c a p ítu lo s m ás a p a ­ m e n u d e a ro n p o r u n o y o tro la d o — A tlá n ­
p o r v ez p rim e ra en el m a p a del p ilo to C as­ sio n a n te s d e la h isto ria de la g eo g ra fía , tic o y P acífico— la s e x p e d ic io n e s m a ríti­
tillo de 1541. p u e s h a y de to d o : o sad ía, su frim ie n to s, m as, q u e n o b u sc a b a n el o ro ta n c a c a re a ­
El to p ó n im o , so n o ro y h a s ta c o n c ie rto te só n , in c o n c e b ib le re siste n c ia al m ed io , do p o r n u e stro s d e tra c to re s , y q u e, al fin
tu fillo a h o m e n a je al e m p e ra d o r C a r­ p e rfe c ta o rg a n iz a c ió n p re v iso ra , y su frid í­ y al ca b o , e ra c o m o a h o ra el p e tró le o y
los V, h iz o ta n ta f o rtu n a , q u e so b rev iv ió sim a, an g élica p e rse v e ra n c ia m isio n e ra , los m in e ra le s e stra té g ic o s, p o r lo s q u e se
a lo s m u c h o s d e sc u b rim ie n to s p o r e sta sin q u e en lo re fe re n te a n a v e g a c io n es in ­ p la n te a n g u e rra s y re v o lu c io n e s, sin o que
b a n d a a m e ric a n a del P acífico s e p te n trio ­ c re íb le s fa lte n lo f a n tá s tic o e irre a l, c o n se a fa n a b a n p o r h a lla r el p a s o d e u n o a
n a l, y en su in m u ta b ilid a d a lc a n z ó a b a u ­ viajes a p ó c rifo s de esos q u e g u sta n ta n to o tr o m a r q u e re su lta se m ás c ó m o d o que
tiz a r to d a s las tie rra s, in c lu so la s d e Alas- al v u lgo sen sib le a la m e n tira sensacio- el c asi im p ra c tic a b le de M ag allan es, en

40
H IS T O R IA DE LA G E O G R A F IA
c u y a re g ió n ta n ta s y ta n ta s n av es h a b ía n su p ilo to F errelo, a lc a n z a ro n los 44 g ra ­ la e x p e d ic ió n de L egazpi (1564), q u e iba
dad o y a a l tra v é s, c o m o las de L oaysa dos de la titu d n o rte , q u e d a n d o las c a rta s a la c o n q u ista de lo q u e lla m a ría n , en h o ­
(1525), C a m a rg o (1539) y del p ro p io M a ­ p re p a ra d a s p a ra la a u té n tic a n a v e g a c ió n n o r del R ey P ru d e n te , las Filipinas, y U r-
gallanes. de ese m a r e x c lu siv a m e n te su rc a d o p o r d a n e ta , y a en ellas, al re b u llirle la idea
N u e stra c o n stru c c ió n n a v a l su rg ió p ro n ­ esp añ o les que e ra el P acífico. del to rn a v ia je p o r la v u e lta d e p o n ie n te ,
to en las rib e ra s m e x ic a n a s del P acífico, P o r o rd e n de C arlos V, C o rté s h a b ía se r e m o n tó m u y al n o r te h a sta los 39 g ra ­
d o n d e so n a ro n h a c h a s afa n o sa s p o r los d e sp a c h a d o p a ra la E speciería— las «Islas dos, e n c o n tra n d o , c o m o c re ía , los v ie n to s
m o n te s de la s c o sta de la M a r del S ur des­ d e P o n ie n te » — a A lv a ro de S aavedra largos, y e m p u ja d o p o r e sto s c o n tra a lisio s
m o n ta n d o y la b ra n d o o lo ro sa s m a d e ra s (1527), y p o ste rio rm e n te nav eg ó en de­ re c a ló c ó m o d a m e n te p o r la C a lifo rn ia y
tro p ic a le s, q u e los c a rp in te ro s d e rib e ra , m a n d a d e ellas L ópez de V illalobos (1542), e n tró en A c a p u lc o . Se h a b ía d o m in a d o el
c a la fa te s y re m o la re s c o n v e rtía n en b e r­ c o m e n z a n d o a a p a re c e r en los m a p a s g ra n O c é a n o y las c o sta s c a lifo m ia n a s c o b ra ­
g a n tin e s y m in ú sc u la s n a o s, cap aces, sin p a r te de la s islas y a rc h ip é la g o s q u e es­ ría n especial in te ré s e stra té g ic o p o rq u e en
e m b arg o , al m o n ta rlo s c o ra z o n e s esp a ñ o ­ m a lta n el m á s g ra n d e de los o c é a n o s : ellas re c a la b a la lla m a d a na o d e C h in a o
les, de re g is tra r y b a ra ja r lo s reco v eco s H a w a ii, L adrones, Jard in es, M in d a n a o ... d e M anila, en la c e c o m e rc ia l y e sp iritu a l

E l conde de L aperousse visita el Carm elo.

de la c o sta en b u sc a del e sc o n d id o e stre ­ P ero to d a s estas ex p ed icio n es, c o m o las co n las Filipinas, c o m o de las de M enda-
ch o , e n sa n c h a n d o d e p a so el h o riz o n te de M ag allan es, L oaysa y A lv a ra d o , que ñ a (1569), J u a n F e rn á n d e z (1574), R o d rí­
del m u n d o c o n los co lo res d e C astilla y d e sa p a re ció , fra c a sa b a n en su m a r ito m a r , guez C e rm e ñ o (1595) y F e rn á n d e z d e Q ui-
León. y a q u e los v ie n to s so p la b a n sie m p re a ró s (1605), q u e te rm in a ro n de d e sc u b rir
En 1539, F ra n c isc o de U llo a re c o rrió p o n ie n te , y h a b ía n de re g re sa r p o r la o tro s g ru p o s de islas q u e q u e d a b a n des­
to d o el g o lfo q u e se lla m ó de C o rtés, y v u e lta del c a b o de B uena E speranza. p erd ig ad as p o r ta n a n c h o m a r, in clu so la
que c o m p a ra ro n al A d riá tic o , y p o r la Las «Islas de P oniente» se c o n v e rtía n m a y o r del m u n d o , q u e es A u stra lia , sin
c o n tra c o sta m u c h o m á s a rrib a del istm o , en u n c e m e n te rio de n aves, y a u n q u e no o lv id a r p o r ello a las d e S ebastián V iz­
casi al a c tu a l M o n te rre y , m ie n tra s fra y e ra d ifícil a lc a n z a rla s, el re g re so a las cos­ c a ín o p o r la p ro p ia C a lifo rn ia (1602), en
M arcos d e N iz a in a u g u ra b a las « e n tra ­ ta s e sp a ñ o la s m ás c e rc a n a s, las d e M éx i­ la q u e se b a u tiz ó al c a b o M e n d o cin o , y
das» tie rra a d e n tro , y al a ñ o sig u ien te, co, se te n ía p o r im posible. N o lo p en só el f u e rte de M o n te rre y , aq u él en re c u e rd o
con la d e V ázq u ez de C o ro n a d o p o r el así A n d ré s de U rd a n e ta , a n tig u o p ilo to de del v irre y M en d o za y é ste e n el del c o n ­
río C o lo rad o , se lleg aría al sen sacio n al L oaysa, y y a fra ile a g u stin o p ro fe so , a fir­ d a d o del m ism o n o m b re .
G ran C a ñ ó n , o rg u llo geoló g ico d el g ran m a b a en la c o rte se r c a p a z d e re g re sa r ¿Y el e stre c h o de Ju a n d e F uca? Pues
país a m e ric a n o . p o r el P acífico n o y a con un bajel, sino e ste in e x iste n te y c e le b é rrim o p a so es
Poco d esp u és (1542), C ab rillo , q u e, co­ con u n a carreta. u n o de los ab su rd o s a c e p ta d o s p o r el pa-
m o ta n to s o tro s, m o riría en el e m p e ñ o , y Lo e m b a rc a ro n c o m o p ilo to m a y o r en p a n a tism o g eo g ráfico , c ré d u lo p a ra cu an -

41
to aseg u ra u n e x tra n je ro , c o m o h ip ercrí- je su íta s, se fu n d ó en San Blas u n ap o s­ c a lifo rn ia n o s, así c o m o v istas d e las m i­
tic o de c u a n to re a liz a n los esp añ o les. ta d e ro n a v a l c o n el ex c lu siv o o b je to de siones y fo rtin e s — p resid io s— en el asp ec­
U n ta l J u a n d e F u ca, grieg o , c u y o v e r­ se rv ir d e base a los p e q u e ñ o s b u q u e s q u e to p rim itiv o en q u e los v iv ió F ra y Ju n í­
d a d e ro n o m b re e ra A p o stó lo s V a le ria n u s, h a b ía n d e d e d ic a rse a re c o n o c e r p ro lija ­ p e ro , fa lle c id o m u y p o c o an tes.
a firm ó en V en ecia a u n m e rc a d e r inglés m e n te aq u e lla s c o sta s y h a s ta e v ita r q u e P o r e n to n c e s c o b ró a c tu a lid a d en la
q u e en 1592 h a b ía d e sc u b ie rto lo q u e él los. ru so s, re c ié n esta b le c id o s en A laska, A c a d e m ia de C iencias de P arís la e te rn a
lla m ó estre c h o de A n ia m p o r o rd e n del se c o rrie ra n m á s al su r. c u e stió n del su p u e sto e stre c h o d e F uca, y
v irre y de N u ev a E sp añ a, y h a s ta le m o s­ Los oficiales de m a rin a de San Blas h i­ h u b o d e o rg a n iz a rse o tra e x p e d ic ió n : la
tr ó u n a c a rta co n el e stre c h o b o n ita m e n te c ie ro n b u e n a s m igas co n los h ijo s de San d e V ald és y A lcalá G a lia n o en la S u til
p in ta d o , a se g u rá n d o le h a b e rlo n a v e g a d o F ran cisco , y la c o rb e ta Santiago, c o m o y M e x ic a n a (1792), q u e d esh izo del to d o
v e in tita n to s d ías. las g o le ta s F elicidad y Sonora, v isita b a n la p a tr a ñ a del p re te n d id o n a v e g a n te A pos­
N o fu e éste el so lo d e sc u b rim ie n to sen ­ p e rió d ic a m e n te las m isio n es p o r ellos fu n ­ tó lo s V a le ria n u s, p e ro ta m b ié n c o n la fe ­
sa c io n a lista : F e rre r M a ld o n a d o , q u e e ra d a d a s, p ro te g ie n d o y sirv ie n d o esa evan- liz c irc u n s ta n c ia de q u e sus d ib u ja n te s
de A lcalá de H en ares, in v e n tó (1588) o tro g eliz a c ió n c o sta n e ra d e aq u ello s s u frid o , n o s legasen in te re sa n tísim a d o c u m e n ta ­
m á s al n o r te c o n to d a s u e rte d e p elo s y e in fa tig a b le s fra ilu c o s, c o m p a ñ e ro s del c ió n g rá fic a , b ien c o n o c id a de los e stu ­
señales, y el a lm ira n te B a rto lo m é F o n te fo rm id a b le F ra y Ju n íp e ro en a q u e lla co ­ diosos de N o rte a m é ric a y C a n a d á y d ig ­
(1640) n o se q u e d ó a trá s, m u c h o m á s h a ­ lo n iz a c ió n d e estilo fe n ic io de fa c to ría s n a d e q u e v e a la lu z, c o n ju n ta m e n te con
c ia el p o lo ; c o n la c irc u n s ta n c ia d e q u e y fu e rte s casi en la m ism a p la y a . la de M a la sp in a , en o b ra q u e d e sp e rta ría
p o r C alifo rn ia d e se m b a rc ó u n D iego de Los m a rin o s n o c e ja b a n en su ta re a , y e n o rm e in te ré s, c o m o se d e m o stró e n la

V ista del fu e rte de M onterrey.

P eñ alo sa, q u e a su vez a firm ó h a b e r d es­ p o r allí q u e d a n in m o rta liz a d o s, d a n d o e x p o sic ió n q u e o rg a n iz ó n u e stro M useo
c u b ie rto tie r r a a d e n tro n a d a m e n o s q u e n o m b re a e n se n a d a s, islas y cab o s, los de N a v a l, c o n ju n ta m e n te c o n el M u n icip al
el fa b u lo so re in o d e Q u iv iria , c u y a des­ Bodega y Q u a d ra , P érez, H e c e ta , A rte a ­ de A rte de O a k la n d , n o h a c e m u c h o .
c rip c ió n escrib ió sin o lv id a r su in creíb le ga, H a ro , E lisa, Fidalgo y M a rtín e z , algu­ En la c o n m e m o ra c ió n a c tu a l de F ray
riq u e z a , p u e s h a sta e m p le a b a n el o ro p a ­ n o s de los c u a le s lle g a ro n (1779) a l e x tr e ­ J u n íp e ro to d o s esto s d o c u m e n to s c o b ra n
ra h a c e r te ja s ... m o d e A lask a so b re débiles e m b a rc a c io ­ esp ecial im p o rta n c ia al c o n sid e ra r esos
nes, en aq u ello s e m p in g o ro ta d o s tie m p o s ú n ic o s te stig o s de las tie rra s y de lo s h o m ­
de la p e lu c a y la ca sa c a . b re s q u e c o n o c ió el in c a n sa b le an d arieg o
H a c ia 1792 lle g a ro n la s c o rb e ta s D es­ y s a n to fra ile m a llo rq u ín . P o rq u e sin la
c u b ie rta y A tre v id a , de la e x p e d ic ió n de M a rin a n o se h u b ie ra p o d id o e x te n d e r
Llegó la é p o c a d e la h id ro g ra fía c ie n tí­ M a la sp in a y B u sta m a n te , q u e h a b ía n sa­ esa a c c ió n q u e h o y no s m a ra v illa , lo que
fic a , co n in s tru m e n to s p reciso s, m a n e ja ­ lid o de C ádiz y lle v a b a n y a m á s de do s c o n firm a c u a n to a firm a b a F ra y Luis de
dos p o r m a rin o s m e d io a stró n o m o s, y en a ñ o s de v ia je c ie n tífic o p o r to d o s los m a ­ G ra n a d a e n su S y m b o lo de q u e p o r la
1768, casi co in c id ie n d o c o n la lleg ad a de res, p o r ta n d o a b o rd o n a tu ra lis ta s y h a sta n a v e g a c ió n ta m b ié n n a v e g a la fe h a s ta el
lo s p a d re s fra n c isc a n o s p a r a h a c e rse c a r­ p in to re s y d ib u ja n te s, y g ra c ia s a é sto s se c a b o del m u n d o .
go de las a c tiv id a d e s m isio n e ra s de los c o n se rv a n los p rim e ro s d ib u jo s d e tip o s J. G.

42
N O R T E A M E R IC A
EN
ESPAÑOLES

El despacho de F ra y Ju n íp ero en la Misión de San Carlos Borrom eo (C arm elo de M onterrey) ta l como quedó el día de su trá n sito .

Fray Junípero Serra,


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BBIB B B MB
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II os e sp añ o les so m o s p o c o afic io n a d o s
al reg o d eo del re c u e rd o . A esa re-

flfl BA Al
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BABí B bA
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IB b u sca del tie m p o p e rd id o , p a ra de-
c irl° c o n fra se p ro u s tia n a . C o m o som os
m ás a c tiv o s q u e c o n te m p la tiv o s, te n e m o s
sie m p re p risa p o r tir a r h a c ia ad e la n te ,
h a c ia el f u tu r o q u e p o d e m o s c re a r, o lv i­
d a n d o u n p a sa d o q u e , c o m o y a fu e, o fre ­
ce m e n o s in te ré s p a ra n o so tro s. C arece­
m os, p ues, en g e n e r a l , de ese se n tid o
h isto ric ista , ta n a c u sa d o en las ú ltim a s
d écad as de n u e s tro siglo.
E sta c a re n c ia p ro d u c e u n a c ie rta ig­
n o ra n c ia de n u e s tra h isto ria , in clu so de
n u e s tra m á s g ra n d e h isto ria . Q ue tie n e su
p a ra le lism o in d iv id u a l en esa o tr a escasez
de p e rso n a le s m e m o ria s, de re la to s auto-

Por D A R IO F E R N A N D E Z -F L O R E Z la vid a p a sa d a . Y c u a n d o alg ú n español

43
PERSONALIDADES SOBREHUMANAS
que no corresponden a conquistadores de mercedarios, porque recibían en sus Or­
segunda fila, pues lo son de prim erísim a, denes demasiados m ozos criollos y mes­
sino que sufren la som bra producida por tizos. ..
el trem endo resplandor de los otros; nom ­
La etapa inicial
bres que son engullidos por esa vertigi­
nosa y frondosa producción de persona­ en México
lidades y de hechos a que me he referido
Fray Junípero S e r r a era franciscano.
anteriorm ente.
Había nacido, el 24 de noviem bre del
Estoy seguro de que m uchos aún des­ año 1713, en la villa m allorquina de Pe-
conocen la histórica figura de Fray Ju­
nípero S e r r a . Que tan sólo la m inoría
culta y más o menos erudita que se p re ­
ocupa por nuestra historia am ericana sa­
be de este fraile que vivió gran parte de
su vida como vivían los misioneros por
aquellas tierras del N u e v o M undo, que
nacían para la cultura occidental, hasta
que encontró la afortunada c o y u n t u r a
para desarrollar su extraordinaria perso­
nalidad y entrar de lleno en la grande
historia am ericana.
Tras los prim eros años de la conquista,
una vez sólidam ente establecidos los es­
pañoles en Santo Domingo y Cuba, se
com ienza una incesante exploración de
N orteam érica. Por la banda a t l á n t i c a ,
Gordillo y Vázquez de Ayllón llegaron
hasta el cabo Jear, en la Carolina del
Sur. Por el continente, varias expedicio­
nes se pasearon trágicam ente por la Flo­
rida, la posterior Louisiana y Texas, des­
cubriendo el Mississippi, cerca de la actual
Menphis, y dejando bajo sus aguas el ca­
dáver de H ernando de Soto. A más de
entrar hasta el río Colorado y de llegar
Vázquez Coronado, en su búsqueda de
las siete fam osas ciudades de Cíbola, has­
ta Quivira, en el actual Estado de Kansas,
com enzando tam bién la exploración de
la península de California.
Era aquél un horm igueante ir y venir
de naos y de expediciones terrestres, pa­
ra descubrir siempre una tierra más, una
costa nueva; para alcanzar ese ignorado
y misterioso Norte, ese paso del noroeste
que fue el sueño de todos los navegantes,
de todos los exploradores, de todos los
e s t a d i s t a s norteam ericanos. Y si Pedro
M enéndez de Avilés consolidó, al cabo,
la conquista de la Florida y fundó a San
Agustín (1565)— la villa más antigua de
los Estados Unidos— , dos siglos más ta r ­
de, por la costa del Pacífico, las naves es­
pañolas llegaban repetidas veces (del 1774
a 1779) hasta las costas de Alaska, ya
apetecidas por los rusos de la em peratriz
América.—En el año del Señor 1948, el Instituto Catalina.
Estela pétrea tallada por el escultor tarraconense José Cañas, que figura en la Misión de San Carlos. La leyenda dice así: «Misiones españolas en Con los exploradores y conquistadores
de Cultura Hispánica de Madrid ofrece este monumento en conmemoración de la obra misionera de España en California.»
— a veces antes— iban siempre los frailes.
los nom bres más grandes y los más des­ A nte todo, los franciscanos. Después, los
coge la plum a p ara tra ta r del pasado exactitud geográfica, veracidad histórica yor parte—salvada esta e x c e p c ió n de
tacados hechos. dominicos, los agustinos, los mercedarios.
histórico de su pueblo, o de su propio y, especialm ente, un s in c e r o realism o, quienes nos interesam os por el pasado—
Todo el m undo conoce, sí, algo de Co­ los hospitalarios y los betlem itas. Y, ya
pasado personal, lo hace siem pre de una a b s o l u t a m e n t e h u m ano; es decir, que se ocupe poco de su historia. Y especial­
lón, de Núñez de Balboa, de H ernán Cor­ a fines del siglo xvi, los jesuítas, tal vez
m anera realista, sin deform aciones imagi­ m uestran al héroe com o hom bre, con sus m ente de su quizá más grande y asom­
brosa em presa histórica, que es el descu­ tés, de Pizarro y quizá hasta de Valdivia. los más rígidos y disciplinados. En este
narias. Valga com o notable ejem plo de lo defectos, sus horas m alas y hasta sus te­
brim iento, exploración, conquista y pobla­ Pero ¿quién sabe ya de Pedro de Alva­ aspecto, resulta m uy interesante una car­
dicho el Poema de Mío Cid, escrito por mores. Algo bien distinto de esas gestas
carolingias, burgundas, germ ánicas o es­ ción de las Indias Occidentales, es decir, rado, el de G uatem ala; de Sebastián de ta, fechada el 8 de m ayo de 1588, escrita
un juglar anónim o en los comienzos del
lavas, donde los héroes son desorbitados de casi todo el continente am ericano. Belalcázar, el de Q uito; de Gonzalo Ji­ por el virrey del Perú, conde de Villar,
siglo xii, y la «verdadera y notable rela­
por el orgullo nacional y por la más in­ Esta h i s t o r i a es ta n precipitada, tan ménez de Quesada, el de Colom bia; de a Felipe II, sobre los clérigos, frailes y
ción» de Bemal Díaz del C a s tillo , un
verosímil fantasía. vertiginosa, tan inverosímil, tan rica en Hernando de Soto, el de la Florida; de prelados que más convenía recibir en el
m odesto soldado de Cortés que relata la
personalidades sobrehum anas y tan fro n ­ Orellana, el del A m azonas; de Almagro, Nuevo M undo. En dicha carta existe una
conquista de M éxico en los finales del xvi.
dosa en p r o d ig io s o s hechos, que, para el de Chile; de M artínez de Irala, el de alabanza a los franciscanos, «que son los
Porque am bos relatos— dedicado el prim e­ Asombrosa empresa histórica
gran parte de los españoles, aparece co­ Paraguay, o de A lvar Núñez Cabeza de que hacen la doctrina con m ayor cuida­
ro a unos hechos ajenos y el segundo a
m o una fábula m aravillosa, com o un fres­ Vaca, el m áxim o peatón am ericano, por do y ejem plo, y menos codicia...», m ien­
una experiencia propia— m uestran u n a s A nadie puede sorprender, pues, que,
co enorm e del que tan sólo se recuerdan citar tan sólo algunos nombres? Nombres tras que se q u e ja de los dom inicos y
sorprendentes y p r o f u n d a s analogías: dada esta nuestra m anera de ser, la m a­

44
C enotafio del p ad re S e rra en la M isión de San C arlos Borrom eo (C arm elo de M o n terrey ).

tr a , h ijo de u n h u m ild e m a trim o n io la­ x ic o , d e m o stra n d o y a a q u í su en erg ía, E n fe rm e d a d d e p ie y p ie rn a q u e le hi­


b ra d o r. Según sus b ió g ra fo s, e ra h o m b re p u es, re c h a z a n d o m u ía y c a b a llo , e m p r e n ­ zo s u frir m u c h o d u r a n te el re sto d e su
m á s b ie n c a rn o so y so n ro sa d o , de v o z d ió el v ia je sin o tr a a y u d a q u e el c a y a d o v ida, p e ro d e la q u e n o m u rió , q u iz á p o r
a te n o ra d a y a sp e c to r e d o n d o y su av e. y el b re v ia rio , c o m o b u e n p e a tó n f r a n ­ n o d e ja rse n u n c a t r a ta r p o r físico s y ci­
M as, b a jo e sta s b la n d a s a p a rie n c ia s le­ c iscan o . ru ja n o s, sino ta n sólo, en u n a o casión,
v a n tin a s, el fra ile p o se ía u n a in c a n sa b le Lo p a s a ro n m a l los fra ile s, p u e s a q u e ­ p o r u n v e te rin a rio .
e n e rg ía , u n a te n a c id a d y u n a c o n sta n c ia llas c ie n leguas m e x ic a n a s d el tra y e c to U n a vez en M éx ico , F ra y J u n íp e ro co­
q u e ja m á s se a g o ta b a n . P o r lo d e m á s, su — m á s de tre sc ie n to s k iló m e tro s — a tra v e ­ m ie n z a u n a o sc u ra e ta p a de m isio n e ro en
in ic ia l v id a a m e ric a n a fu e la de u n o de sa b a n , p rim e ro , los so focos de la tie rra X a lp á n , p o r la S ierra G o rd a , h a s ta que
a q u e llo s m isio n e ro s q u e p a sa b a n c o n ti­ c a lie n te y , d espués, los h ie lo s d e las a lta s vu elv e a la c a p ita l, lla m a d o p o r el pre­
n u a m e n te a las In d ias, llen o s de celo . El m o n ta ñ a s. T a n m a l lo p a só F ra y Ju n íp e ­ la d o del colegio fra n c is c a n o de San Fer­
llegó a V e ra c ru z el 7 de d ic ie m b re del ro , que, de ta n to p a te a r, se le llag ó el n a n d o , q u e p e n sa b a e n v ia rle a c o n v e rtir
a ñ o 1749, e in m e d ia ta m e n te se d irig ió , p ie d e re c h o , in fla m á n d o se le ta m b ié n la a los in d io s a p a c h e s. Y es e n to n c e s cuan-
c o n o tro relig io so , h a c ia la c iu d a d de M é p ie rn a . (Continúa en la página 66.)

46
ie tu n x In Orina
m ites. M A R IS P A C IF IC I,
(q u od vulgo Mar d el Z u r)
cum r y io n ib u s á n u m i a a n t i f y j injuGsque m e o £ m
uivixa
J jx ir jù , n o v ifn m a tíé fc rtp tio .
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GENIO ET IN G E N IO N O ^
BILI DN. N IC O L A O ROCCOXIO, jfecSaL
1811 !
P A T R IC IO A N T V E R P I E N S I
EIVSDEMQVE V R BIS SEN A TO R I
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EL HOM BRE Y
EL M IS IO N E R O
Por M A R IO HERNANDEZ S A N C H E Z -B A R B A
v erdadera vocación, que le em pujaba hacia
el apostolado m isionero en tie rra s de gen­
tiles. P or fin había llegado su cédula de
em barque, un día dichoso p a ra él de m arzo
de 1749. El 13 de ab ril se había despedido
de sus herm anos de religión. Poniendo de
relieve su n a tu ra l hum ilde, pidió perdón a
padres y novicios, besó sus pies uno a uno
y solicitó la bendición del su perior p a ra él
y su acom pañante, el padre Palou, que h a ­
b ría de ser su inseparable com pañero y
biógrafo en las sin g lad u ras m isioneras.
Todas estas escenas pasaban ráp idam ente
por la im aginación del joven franciscano
que, inclinado sobre la m esa de una celda
del convento de Cádiz, escribía una c a rta
de despedida al religioso del convento de
P e tra fra y Francisco S e rra : «Amigo de mi
alm a: en e sta hora me fa lta n las palabras,
si bien me sobran los afectos p a ra despe­
d irm e y p a ra re ite ra ro s la súplica de que
consoléis a m is pobres padres, que no dudo
se se n tirá n en g ra n aflicción. Yo quisiera
poder infundirles siquiera no fuese m ás que
un poquito de la grande a le g ría en que me
siento inundado, y que me da fu erza p a ra
p a sa r adelante y nunca retroceder... D ecid­
les que yo siento muy mucho no poder es­
ta r m ás tiem po cerca de ellos p a ra conso­
larlo s; pero pensando tam bién que lo p ri­
m ero es lo prim ero, y que lo prim ero es
hacer la voluntad de Dios a n te s que cual­
quier o tra cosa, por am or de Dios los he
N la pequeña villa de P e tra , de la lu ­ dejado. Y si yo por am or de Dios los he

E m inosa isla m ed iterrán ea de M allor­ dejado, se rá muy puesto en razón que ta m ­


ca, M a rg a rita F e rre r, esposa ejem ­ bién ellos, por am or de Dios, estén conten­
p lar de A ntonio S erra, tra ía al mundo tos de quedar privados de mi compañía...»
el 24 de noviem bre del año del Señor 1713 H e aquí el hom bre. Bajo el im pulso de
a Miguel Jo sé S e rra F e rre r, cuya p rim era su llam ada vocacional, abandona M allorca,
educación corrió a cargo de su v irtu o sa se a le ja de sus padres— que han visto con
madre, que supo inculcarle entusiasm os r e ­ p ro funda pena m orir a tre s de sus hijos—,
ligiosos y v irtu d es de ran cia prosapia h is­ sin fu erza p a ra despedirse de ellos. P a ra
pánica. M ás ad elan te a sistirá a la s clases sus p adres van sus últim os pensam ientos
que los buenos fra ile s franciscanos del con­ la víspera de su p a rtid a p a ra las Indias,
vento de su m ism a villa n a ta l im p artían rum bo a las misiones de gentiles, a fin de
g ra tu ita m e n te a la chiquillería. Al te rm i­ cum plir como paladín esforzado las consig­
nar estos estudios, en los que destacó por n a s evangélicas. De todos se va despidien­
su dominio del la tín , el pequeño Miguel do en e sta c a rta el padre S erra, el día 20
José m an ifestó sus deseos de to m a r h áb i­ de agosto de 1749. A hora se a b re un p a ­
tos; su co rta edad se lo im pidió, pero en ré n te sis en su vida: va a e n tre g a rse , con
Palm a tuvo ocasión de p re p a ra rse bajo la toda la fuerza de su alm a ejem plar, con
tutela de un sacerdote. Al cum plir los die­ todo el a rd ien te celo m isionero que le en­
ciséis años solicitó form alm en te al provin­ vuelve y le perfum a, a su v erdadera y
cial de la O rden de San Francisco su ad ­ an helada ta re a , la expansión generosa de
misión como religioso, y, efectivam ente, en la sem illa de C risto, el á m b ar de la s v ir­
el convento de Jesú s, ex tram u ro s, vistió tudes del seráfico padre San Francisco. E s ­
por prim era vez el hábito, el 14 de sep ­ ta c a rta señala el eje central de la vida de
tiem bre del año 1730. Un año después pro­ F ra y Junípero. A nte él, desde la ventana
fesaba en el mismo cenobio, tom ando el de su celda g ad itan a, se abre y se contem ­
nombre, que h ab ría de glorificar, de F ra y pla la inm ensidad a tlán tica, que ya hace
Junípero. mucho, por el esfuerzo de m arinos españo­
Muy pronto sobresalió por sus especiales les, h a dejado de ser M ar Tenebroso, p a ra
condiciones p a ra el estudio de la Filosofía co nvertirse m ás bien en el Lum inoso O céa­
y la Teología, en agudo co n traste con su no por donde llega h a sta el c o n tin e n te
parvedad física. N om brado lector de F ilo­ am ericano la fe de C risto. No se a tre v e a
sofía an te s de ser ordenado, com ienza a pensarlo, acaso ni siquiera se lo im agina
despuntar por sus condiciones de pedagogo —su radical sentido de la hum ildad se lo
y por sus dotes de teólogo y orador s a g ra ­ im pediría—, pero su nom bre ya está d e sti­
do. N ada le sa tisfa c ía ta n to como volar en nado a fig u ra r, con puesto preem inente, en
alas de la fa n ta sía , en resp u esta de su la legión gloriosa de los difusores de esa fe.

47
L a c a rta a F rancisco S e rra supone, efec­ que im plica un sacrificio y, en consecuen­ como p residente, dejó m a n ifie sta co n stan ­
tiv a m e n te , la fro n te ra que divide la bio­ cia, una renunciación. Se n ieg a F ra y J u ­ cia de sus valo res y d o tes; después sería
g ra fía de F ra y J u n íp e r o en dos e ta p a s nípero a u sa r los c a rru a je s p re p a ra d o s p a ­ m i s i o n e r o volante por los cu atro obispa­
p e rfe c tam e n te d iferen ciad as. Su fondo es ra el tra sla d o de los m isioneros fra n c is­ dos— L a P u e b l a , A n teq u era, V alladolid y
el de u n a despedida, en la que ju e g a n b á ­ canos h a sta el colegio de San F e rn an d o de G u a d a la ja ra —in te g ra d o s en el arzobispado
sicam en te los sen tim ien to s de am o r filial, México, y, acom pañado de o tro fra ile p e r­ de México, labor en la que perseveró d u ­
f r a te r n a l; es el adiós de la e n tre g a , el h o ­ ten eciente a la provincia de A ndalucía, d e ­ ra n te siete años. H a sta que sobrevino la
m enaje de adiós a todo cuanto h ab ía cons­ cide hacer el durísim o v ia je a pie. L a con­ g ra n llam ada. L a disolución de la C om pa­
titu id o los linderos de su sensibilidad como secuencia de ello fue una tre m e n d a lla g a ñía de Je sú s im ponía el relevo de sus e fi­
hijo de fam ilia y m iem bro em inente de una que d u ra n te toda su vida hubo de m a r tir i­ caces m isioneros; el rey hab ía dispuesto
com unidad relig io sa. A p a r tir de aquí, F ra y z a rle con agudos dolores e hinchazones de lo hiciesen los fran ciscanos, al tiem po que
Ju n íp e ro se pro y ecta, como u n a centella la pierna, que casi le im pedían cam inar. se los u tiliz a ría p a ra una posible expansión
lum inosa y resp lan d ecien te, h acia el firm a ­ Buena e n tra d a tuvo F ra y Ju n íp e ro en el hacia el n o rte . E l su p e rio r del colegio de
m ento de su v erd ad era vocación al servicio cam po m isional. A sus tr e in ta y seis años San F e rn an d o pensó que nadie con m ayo­
de D ios: la conversión de g en tiles, em presa de edad, cuando alcan za la p u e rta del ap o s­ re s m érito s que F ra y Ju n íp e ro p a ra ocupar
en la que iba a volcarse el frondoso ra m i­ tólico colegio de San F ern an d o , el día p ri­ el p u esto—delicado, ya que a la s funcio­
lle te de to d as sus v irtu d es relig io sas y h u ­ m ero del año 1750, u n a m u ltitu d de m é ri­ nes p u ra m e n te m isioneras, en ta l ocasión,
m anas. to s y v irtu d e s acom pañan a aquel pequeño h abía de un irse una función política— de
«El m isionero». T al p odría ser el títu lo fra ile , cuyo corazón es incapaz de se n tirse p residente. E n julio de 1767 se pone en
sin tético y re p re se n ta tiv o que r e s u m ie s e contenido en ta n frá g il a rm a d u ra corporal, cam ino el g ra n an d arín , h a s ta lle g a r a Te-
to d a la labor de F ra y Ju n íp e ro desde el cuya alm a, en su p u g n a por evad irse h a ­ pic, donde em barca todo el grupo con ru m ­
m om ento en que, después de u n a d ra m á ­ cia Dios, a g ig a n ta la persona, negándose, bo a C alifo rn ia en el paquebote «La Con­
tic a tra v e sía del A tlán tico , y tr a s breve por o tra p a rte , a a b a n d o n ar aquel cuerpo cepción», desem barcando en la m isión de
escala en P u e rto Rico— que ap rovecha p a ra h a sta poder p re se n ta r una lab o r efectiva. L oreto el 1 de a b ril de 1767. P ro n to en ­
d é sa rro lla r una fru c tífe ra m isión— , pisa E s v erd a d e ram e n te increíble, por colo­ tr a r á F ra y Ju n íp e ro en relación con otro
tie r r a m exicana, en la ciudad de V eracruz, sal, la la b o r m isionera del p a d re S e rra . g ra n perso n aje del siglo X V III en la A m é­
el 7 de diciem bre de 1749, y decide in iciar F ueron p rim ero las m isiones fra n c isc a n as rica esp añ o la: Jo sé de G álvez, el g ra n im ­
su la b o r evangélica con u n a p rep aració n de S ie rra G orda o C erro Gordo, en la s que, pulsor de la ú ltim a expansión española en
A m érica; el últim o p o lític o español que
tuvo en su m ente, dib u jad a con g ra n cla­
ridad, la idea de Im perio. E n el proyecto
de G álvez ocupan F ra y J u n í p e r o y sus
fra ile s un puesto em inente; es tam bién 'a
o po rtunidad, ta n an siad a y esp erad a por
el g ra n m allorquín, de to m a r contacto con
los gentiles. N ad a im p o rtan los dolores de
la lla g a del pie; no se preocupa de la h in ­
chazón de la p ie rn a ; pide que se le pongan
los m ism os em plastos que se hacen p a ra las
m a ta d u ra s de la s bestias, y a se g u ra que se
sie n te m uy aliviado. R echaza la s p a rih u e ­
la s y se lan za hacia el n o rte. Y comienza
la asom brosa la b o r m isionera y fundacio­
nal de F ra y Ju n íp e ro : San D iego de A lca­
lá, S an C arlos Borrom eo, San A ntonio de
P ad u a, S an G abriel A rcángel, San L uis de
Tolosa, San F rancisco, San J u a n C a p istra ­
no, S a n ta C lara, San B u en av en tu ra, son los
nom bres que d e sg ra n a n , como en un ro sa ­
LO S F R A N C IS C A N O S M A L L O R Q U IN E S rio, la s a la b a n z as a su fundador, F ra y J u ­
Q U E M IS IO N A R O N EN C A L IF O R N IA nípero S e rra . Y en to rn o a cada una de
e sta s fundaciones m isioneras, ¡c u á n ta s h is­
to ria s em ocionantes de conversiones, cuán­
to am or derrochado a m anos llenas y cuán­
FECHA Y LUGAR A Ñ O S EN FECHA Y LUGAR
D B NACIMIENTO CALIFORNIA D E LA M UERTE ta correspondencia hacia aquel ad m irab le y
sa n to F ra y Ju n íp ero !
Jeró n im o B oscana 23 M ayo 1776 5 Julio 1831
L lu ch m ay o r (San G abriel) Con la m ism a placidez y hum ildad con
(¿España?)
que h abía vivido m uere F ra y Ju n íp e ro Se­
Ju an C abot 9 M arzo 1781
B uñola rr a , en la ciudad in cipiente de M onterrey,
3 O c tu b re 1777 i O ctu b re 1836 el día de la fie sta de San A g u stín (28 de
B uñola (S an F ern an d o ) ag o sto de 1784), después de h ab er consa­
i M arzo 1721 i E n e ro 1782 g rad o su vida por e n tero al servicio de
P alm a (S an Carlos)
Dios y de sus se m e ja n te s; de sus h e rm a ­
F ran cisco D um etz 1734 14 E nero 1811 nos, los gentiles, que tu v iero n en él o p o rtu ­
P alm a (S an G abriel)
nidad de c o n tra s ta r to d a la gam a de valo­
B artolom é Gili 16 F e b re ro 1759 (¿España?)
re s que pueden c o n cen trarse en un hom bre
A rtá
i D iciem bre 1829
arcangélico. Su b ió g ra fo y fiel com pañero,
A ntonio Jaum e
(S . B árbara) el p ad re P alou, dedica to d a la s e g u n d a
18 O c tu b re 1740 5 N oviem bre 1775 p a rte de su obra al re la to porm enorizado
S an Ju an (S. D iego) de la s v irtu d e s del p ad re S e rra . No hay
F ran cisco Palou. 22 E n e ro 1723 6 A b ril 1789 ex ageración, no hay pasión de b ió g rafo ;
P alm a (Q uerétaro Méx.)
es la a u té n tic a realid ad . Todo aquel que
M ariano P a y e ra s xo O c tu b re 1769 28 A b ril 1823 tuvo o p ortunidad de conocerle se convertía,
Inca (P urísim a)
de inm ediato, en su m ayor adm irador. Q ui­
14 A bril 1795
M iguel P ieras 174»
(S. F e m a n d o Méx.) zá no e x ista n in g u n a fig u ra de la h isto ria
P alm a
(¿España?) española en A m érica sobre quien con ma
A ntonio R ipoll 27 M arzo 1785
P alm a yor unanim idad re c a ig a la coincidencia de
M ariano R u b í 26 M arzo 1772 (¿España?) juicios y acciones. Ello, m antenido hasta
L lu ch m ay o r n u e s t r o s días, re su lta su m ejor corona.
J u a n B au tista Sancho i D iciem b re 1772 9 F e b re ro 1830 F ra y Ju n íp e ro S e rra , apóstol de C alifo r­
A rtá (San A ntonio)
nia, si de su s p a d re s y am igos se despidió
Ju n íp ero S e rra 24 N ov iem b re 1713 28 A gosto 1784 con aquella c a rta que a n te s m encionam os,
P e tra (S an C arlos)
se despide a h o ra de sus queridos «genti­
9 D iciem b re 1739 3 Septiem bre 1808
B u en av en tu ra Sitjar les», ya m isionados, con su s o fe re n te s m a ­
P o rre ra s (S an A ntonio)
nos com pletam ente llenas. O bras son am o­
re s.— M. H . S.-B.
Xilografía*Buaap
Misión de San Diego de Alcalá, fundada por Fray Junípero el año 1769.

na a u to rid a d com o el d o c to r c ia h isp á n ic a , u n a h e re n c ia q u e h a sido


c o n m e m o ra c o m o h é ro e e sp a ñ o l. En

U H . B o lto n , h is to ria d o r de la U n i­
v e rsid a d de C a lifo rn ia , h a escri­
W a sh in g to n , u n a e s ta tu a q u e le c o n sa ­
g ra c o m o h é ro e de C a lifo rn ia . Y alg ú n día
to esta fra se sig n ific a tiv a : « A m érica fueh a b rá ta m b ié n e n M éxico u n a e s ta tu a s u ­
el do n q u e a E u ro p a h ic ie ro n E sp a ñ a y y a . E n to n c e s esos tre s m o n u m e n to s sim b o ­
c a lific a d a en E stados U n id o s c o m o «la
p ie d ra a n g u la r del a rte , la lite r a tu r a y los
se n tim ie n to s de C a lifo rn ia » .
En estos a ñ o s en q u e, p re n d id o s e in c i­
P o rtu g a l... En c in c u e n ta a ñ o s los h ijo s de liz a rá n la h e re n c ia c o m ú n de E sp añ a, M é­ ta d o s p o r el fu tu ro , p a re c e c o m o si e stu ­
Iberia e n se ñ a ro n a l m u n d o la m ás e x tr a ­ x ic o y C a lifo rn ia .» Y es q u e el re c o n o ­ v ie ra d e m o d a el o lv id o de la tra d ic ió n
o rd in a ria le c c ió n de g e o g ra fía q u e ja m á s c im ie n to n o rte a m e ric a n o de la im p o rta n ­ y de las ra íc e s, es b u e n o r e c o rd a r q u e u n
h abía re c ib id o d u r a n te n in g ú n o tr o m e­ cia de su a sc e n d e n c ia e sp a ñ o la re su lta a u to r m o d e rn o n o rte a m e ric a n o , P. H a n ­
dio siglo de h isto ria .» Y a ñ a d e el p ro fe ­ re a lm e n te c o n m o v e d o r. P o d ría m o s c ita r n a , ta m b ié n a firm ó lo sig u ie n te : «T ras
sor B olton, re firié n d o se a F ra y Ju n íp e ro : m u c h o s te stim o n io s m á s. T odos ellos c a d a c a lifo rn ia n o , lo m ism o si es n a tiv o
«En M allo rca h a y u n m o n u m e n to q u e le c o in c id e n e n e n o rg u lle c e rse de su h e re n ­ q u e a d o p ta d o , e x iste u n n o b le lin a je . En

49
poco más de siglo y medio, California ha siones extendidas sobre setecientas millas
dejado de ser una tierra de bárbaros para a lo largo de la costa de California fueron
convertirse en una de las com unidades establecidas en el breve período de tiem ­
más progresivas del m undo. En ella se ha po com prendido entre 1769 y 1823. «La
desarrollado una verdadera aristocracia, breve era española de cincuenta y tres
fundada sobre un extraordinario, si n o fe­ años— se ha escrito— legó a los califor­
nom enal, archivo de proezas individuales nianos m odernos una crecida herencia,
y colectivas. m uy en desproporción con su brevedad.»
Los españoles trajeron a California el Y otro escritor am ericano actual afirm a :
rom anticism o, la imaginación y la apre­ «Las misiones franciscanas de California
ciación de la belleza que son inherentes son la huella física de una de las insig­
a su raza. La contribución de ellos a la nes empresas de la historia escrita. Con
cultura esencial fue básica y de la m ayor toda seguridad no existe en la conquista
im portancia. Los californianos m odernos de los actuales Estados U nidos por el
tienen una gran deuda hacia ellos por las hom bre blanco ningún episodio más asom­
cualidades con que los enriquecieron.» broso.»
La Iglesia y el Estado cam inaban u n i­
Iglesia y Estado dos por un mismo impulso cristianiza-
dor y civilizador. Las expediciones se or­
Porque la característica más im p o rtan ­ denaban desde México. El virrey Antonio
te de la colonización española en el sur Bucareli, a quien Chapm an presenta como

Las misiones fundadas por el Venerable Serra, en un cartel dibujado por los escolares de
su villa natal.

de los Estados Unidos, y especialm ente «recto, em prendedor, generoso, de pen­


de la tarea gigantesca de Fray Junípero, sam iento claro y sinceram ente religioso»,
fue esta de ser adelantados de una orga­ ordenó diversas expediciones y explora­
nización estatal que funcionaba a pleno ciones. «El fue— afirm a el profesor Keys,
rendim iento. No se tratab a ya de los após­ de la Universidad de Portland— el respon­
toles o de los conquistadores aislados del sable de la valiosa exploración de Juan
siglo xvi. Estamos en el siglo xvin, y el M anuel de A yala, que recorrió y carto-
Estado español ha adquirido una m adu­ grafió la bahía de San Francisco, descri­
rez que le perm ite actu ar como retag u ar­ ta por él como «la m ejor que había vis­
dia eficaz en los avances civilizadores. La to en aquellos m ares desde el cabo de
obra fabulosa de Fray Junípero Serra se Hornos hacia el norte». El 17 de febrero
explica no sólo por la inteligencia, el en­ de 1779 escribía Bucareli estas palabras,
tusiasm o y el espíritu cristiano del misio­ que bien pueden repetirse com o una gran
nero, sino porque detrás de todo esto h a­ lección : «Siempre he m irado la conserva­
bía un país organizado. Las veintiuna m i­ ción de esos establecim ientos como uno Monumento juniperiano en bronce, obra de Sallie James Farham. Fue inaugurado el mes de noviembre de 1925, en la Misión de San Fernando.

50 51
E sta Misión de San Ju a n C apistrano ha sido creada por F ra y Junípero el año 1776. L a iglesia, de 60 m etros por 30, tiene form a de cruz
y está considerada como una de las m ás bellas en tre las 21 fundadas por los franciscanos españoles a lo largo de la costa californiana.

de los p rim e ro s c u id a d o s d el G o b iern o .» La prosperidad m aterial tra v é s de las q u e b ra d a s y las a rte sa s, te ­


La a c titu d del v irre y B u careli, típ ic a n ie n d o en alg u n o s sitios q u e e x c a v a r los
de aq u ella é p o c a h isp á n ic a , se h a lla e x ­ F ra y Ju n íp e ro , al s e m b ra r la fe y la c a n tile s d e a re n isc a , c o n sig u ió tr a e r el
p u e sta c o n to d a c la rid a d en la c a rta d iri­ religiosidad, se m b ró ta m b ié n la p ro sp e ri­ agua h a s ta u n d e p ó sito p ró x im o a la p la ­
gid a al c o m a n d a n te m ilita r c a p itá n F a ­ d a d m a te ria l. Pero é sta e ra la tó n ic a ge­ za de la M isión. C o n stru y ó u n m o lin o
ges de fe c h a 18 de m a rz o de 1 7 7 2 : «E n­ n e ra l. El 14 d e ju lio de 1771 fu n d ó la m i­ m o v id o p o r u n a ru e d a h id rá u lic a , c o n el
c a rg o a V m . m u y e stre c h a m e n te g u a rd e sión de San A n to n io de P ad u a. El m a n te ­ cu al se c o n seg u ía la m e jo r h a rin a de to d a
b u e n a a rm o n ía con los p a d re s m isio n e­ n im ie n to de la p o b la c ió n d e p e n d ía p rin c i­ la p ro v in c ia . B uen n ú m e ro de las v e in te
ro s y q u e los deje o b ra r lib re m e n te en sus p a lm e n te , d ice K eys, de los aso m b ro so s m illas de z a n ja s e x iste n to d a v ía p a ra de­
fa tig a s a p o stó lic a s, a y u d á n d o le s c o n to ­ siste m a s de irrig a c ió n c o n stru id o s p o r el m o s tra r la m a g n itu d de la em p re sa . La
dos los a u x ilio s ca p a c es d e c o n s e g u ir..., p a d re S itja r : «C on la h a b ilid a d d e u n m o ­ efic ie n c ia de su n iv elació n h a q u ed ad o
p a ra lo c u a l c o n v e n d rá m u c h o q u e V m . d e rn o in g en iero c o n stru y ó en p rim e r lu­ e sta b le c id a p o r su uso c o n s ta n te en la ac­
les fa c ilite las e sc o lta s y d em ás avíos de g a r u n a p re sa c e rc a del río San M igue1. tu a lid a d p o r los p ro p ie ta rio s d e ra n c h o s
su su b siste n c ia c o n a te n c ió n a la lib eral C u a n d o el h a m b re de 1772 le c o n v e n c ió situ a d o s en las cercan ías.»
m a n o del R ey q u e m a n tie n e esas m isio ­ d e q u e la p e q u e ñ a c o rrie n te e ra su fic ie n ­ U n a fe viv a y p ro fu n d a , u n e sp íritu m i­
nes co n el c a tó lic o y a rd ie n te d eseo de te p a r a g a ra n tiz a r la seg u rid ad , e m p re n ­ sio n ero serv id o p o r h o m b re s d e D ios, u n a
q u e se p ro p a g u e el E vangelio.» d ió a n im o sa m e n te la in m e n sa ta re a de c o n ju n c ió n feliz d e esfu erzo s en lo espi­
En 1766, o tro v irre y de g ra n c a p a c id ad u tiliz a r las aguas m á s a b u n d a n te s del río r itu a l y en lo m a te ria l. H e a h í las n o ta s
y d ecisió n , el m a rq u é s de C ro ix , h a b ía San A n to n io .» p rin c ip a le s de la p re se n c ia h istó ric a de
ta m b ié n p u e sto de reliev e e sta c o o p e ra ­ Y B erger rin d e ig u a lm e n te tr ib u to a la E spaña en A m é ric a y lo q u e la d istin g u e
ción d e la Iglesia y el E stado, ta n c a ra c te ­ h a z a ñ a in g en ieril del p a d re S itja r : «C on de o tro s tip o s de c o lo n iz a c ió n civ iliza­
rístic a de la ta re a m isio n al y civ ilizad o ­ u n a e ficacia y u n c o n o c im ie n to q u e le c a ­ d o ra . D e o tra s n a c io n e s se p o d rá n d ecir
ra de E spaña. El m a rq u é s de C ro ix e sta ­ lific a co m o u n o d e los m á s d ie stro s m e­ m u c h a s co sas fa v o ra b le s y p o sitiv a s; de
b le c ió u n d e p a rta m e n to en San Blas, q u e cán ico s del p e río d o m isio n a l, él c o n stru y ó E spaña se h a p o d id o a firm a r a llí m ism o
se c o n v irtió en u n p u e rto de ap ro v isio ­ u n a seg unda p re sa , q u e se e x te n d ía m ás q u e to d a v ía en la a c tu a lid a d «se h a lla vi­
n a m ie n to p a ra las a v a n z a d as se p te n trio ­ de tre s m illas sobre c a ñ ó n . P o r m e d io de v ie n d o v ig o ro sa m e n te en C a lifo rn ia » . Esta
n a le s del fu tu ro . diques, acequias, ca n a le s d e a lb a ñ ile ría a es n u e s tra m a y o r aleg ría. - M . C. H .

52
RAFAEL
SALAZAR

la
c a p ita l
d el
Estado
de
C a lifo rn ia

CASO lo primero que llame la atención del viajero

A por tierras californianas, por esas tierras que un día


lejano evangelizó Fray Junípero Serra, sea el hecho
de que, pese al tiempo transcurrido, se tropiece a cada ins­
tante con recuerdos del glorioso pasado español, y que es­
pañoles sean, todavía ahora, los nombres geográficos de
casi todo el Estado. El californiano de hoy repite en español
esos nombres sonoros de ríos y ciudades, de valles y mon­
tes, porque españoles fueron los que así los bautizaron : San
Joaquín y Santa Clara, San José y San Luis Obispo, San
Francisco y Los Angeles...
Causa sorpresa también el descubrimiento de la capi­
talidad del Estado, que no es San Francisco, una de las más
bellas ciudades norteamericanas, puerto el más importan­
te de la costa del Pacífico; ni Los Angeles, la mayor aglo­
meración urbana de todo el país; ni siquiera San Diego,
base naval y centro militar de primer orden. No, la capital
de California es Sacramento, y allí, en Sacramento, no en
A rriba: el Capitolio del E stado. A bajo: una calle céntrica de S a ­ San Francisco, ni en Los Angeles, ni en San Diego, donde
cram ento. está el Capitolio, por cierto uno de los más hermosos de

53
El río fue descubierto por los españoles
toda la Unión, donde tiene su sede el vo ni excepcional en Norteamérica. ciudades con personalidad propia, de
Congreso del Estado y donde vive el El Estado de Nueva York no tiene la que no se olvida jamás quien haya
gobernador. Sin que todo esto quiera por capital a la ciudad de los rasca­ tenido la suerte de visitarla—y su ca­
significar que Sacramento sea, pura cielos, sino a Albany; Michigan, que pital es Baton Rouge...
y simplemente, una ciudad burocráti­ cuenta entre sus ciudades nada me­
ca, sin otra actividad que la política, nos que a Detroit, capital mundial de
puesto que sin gobernador y sin le­ la industria del automóvil, optó por California, a la cabeza...
gisladores, sin Capitolio, tendría vida Lansing; Illinois escogió a Spring-
propia y próspera. Y sin que, por lo field y no a Chicago, y Louisiana des­ De Sacramento, con sus ciento no­
demás, el hecho sea ciertamente nue­ deñó a Nueva Orleáns—otra de las venta y pico mil habitantes, cifra ri-
un día de Jueves Santo
dícula si se compara con la de San Sacramento, sino California. Si ello
Francisco o la de Los Angeles, ape­ es así, imagine el lector la idea que,
nas si se ha oído hablar, e incluso en­ en general, se tendrá de California
tre los norteamericanos que no viven más allá de las fronteras del fabu­
allí sería difícil conseguir demasia­ loso Estado. Un Estado que, dicho sea
dos datos concretos. Me atrevería a de paso, acaba de superar al de Nue­
decir que infinidad de californianos va York en lo que al número de ha­
no han estado jamás en Sacramento bitantes se refiere, del mismo modo
y que son legión los ciudadanos de que ya antes le había dado alcance en
otros estados que desconocen, no ya cuanto a ingresos por habitante
y año.
Hollywood, con sus famosos estu­
dios cinematográficos, que no son los
únicos próximos a Los Angeles, aun­
que sí los más conocidos, contribuyó
sin duda a dar al mundo una visión
del país—no de California, sino de los
Estados U n id o s en general—, pero
muy probablemente una visión erró­
nea: «cowboys» con pistola al cinto,
indios con plumas sobre sus cabezas,
«gangsters» de rostros patibularios a
los que la Justicia no podía probar E ste grupo escultórico del C apitolio de Sa­
cram ento recuerda la ayuda de Isabel la
nunca sus delitos y periodistas que C atólica a Colón.
trabajan siempre, por supuesto que
en mangas de camisa, pero sin qui­ legisladores, que desde Puebla de San
tarse el sombrero y con los pies sobre José, ciudad fundada en 1777 en ple­
la mesa, postura que uno se atreve a no Valle de Santa Clara por catorce
suponer muy incómoda para trabajar. familias españolas, pasaron a Valle-
California, que hace veinticinco jo, donde una veintena de hombres
años era el séptimo de los estados de trabajaron sin descanso por espacio
la Unión en número de habitantes y de cuatro días para preparar la re­
que hace diez pasó a ocupar el tercer unión de los diputados, y fueron lue­
puesto, se encuentra ya, desde hace go a Benicia, población con su mi­
muy poco, a la cabeza de todos. Las llar escaso de habitantes por aquel
gentes que antaño iban allá en busca tiempo. Habían sido españoles, los
de riquezas—tras de una mina de nombres lo proclaman, quienes funda­
oro— tienen ahora otras razones, qui­ ron ciudades, bautizaron ríos y valles
zá no menos importantes: el clima y establecieron las primeras colonias.
suavísimo, la agricultura, muy flore­ Aunque no sea ése el caso de Sacra­
ciente; el establecimiento de las gran­ mento, capital del estado, ciudad si­
des presas que proporcionan electri­ tuada tierra adentro, en una región
cidad barata, agua abundante para en la que nuestros compatriotas no se
las tierras y facilidades para la nave­ establecieron pese a que trescientos
gación fluvial... Pero sólo el que va a años antes de su fundación por el ca­
California a tiro hecho, con un pro­ pitán John A. Sutter ya los nuestros
pósito concreto y definido, sabe algo habían ocupado muchas regiones cali-
de California y muy poco de su capi­ fornianas. A Sutter, que había naci­
tal, esa bella ciudad que es Sacramen­ do en Baden-Baden en 1803, y al que
to, situada no lejos de San Francisco. sus padres llevaron todavía niño a
Berna, se debe el origen de la ciudad,
aunque no su nombre ni el permiso
El río Sacramento para establecerse que hubo de conse­
guir en Monterrey del gobernador don
Sacramento no fue la capital—no Juan Bautista Alvarado. Fue este ca­
lo fue al menos definitivamente— ballero español quien, ya adquirida la
hasta 1854. El Gobierno pasó de una ciudadanía mexicana por el animoso
a otra ciudad sin que los llamados a joven nacido en Alemania y criado en
resolver el problema se decidieran por Suiza, le concedió autorización para
establecer definitivamente su sede. llevar a cabo su ambiciosa empresa,
«Capitolio sobre ruedas» llegó a lla­ y con la máxima autoridad en aque­
marse a ese constante traslado de los llos parajes le dio el título de «Encar­
gado de Justicia y representante del
E strech as y em pinadas calles conducen a Gobierno en las fronteras del río Sa­
la Colina del T elégrafo, en la ciudad de cramento».
San Francisco.

55
C a lifo r n ia tu v o 10 g o b e rn a d o re s e s p a ñ o le s
Porque ya existía el río, y a éste sí cana, pero en la guía telefónica de lón intentaba. Un banquero de Cali­
que fueron los españoles los que, al Sacramento son muchos los abonador fornia, luchador de los primeros tiem­
descubrirlo, lo bautizaron. Sin soñar con apellidos tan españoles como Gó­ pos, pionero con suerte en sus em­
con que un día, al correr de los años, mez y Martínez, Fernández, Pérez o presas, regaló la estatua, en la que
iba a ser aquel nombre el que llevase Rodríguez. Con la particularidad de con la reina y el navegante aparece
la capital de uno de los más próspe­ que muchos de ellos, que ni siquiera un paje. Y todavía hay más, incluso
ros, ricos y florecientes estados del hablan nuestro idioma, tienen a gala sin salir del edificio en el que se alo­
más poderoso país del mundo. Si Sut­ que su nombre de pila aparezca en jan ambas Cámaras y tiene su sede
ter, al establecerse en aquel paraje, todas partes escrito en español. Nom­ el gobernador. Porque en el primer
decidió llamarlo Nueva Helvetia, mu­ bres tan nuestros como Manuel o An­ piso, en torno a la balaustrada circu­
cho tiempo antes Moraga y sus hom­ tonio, José o Julio. El español es ade­ lar, exactamente sobre el vestíbulo en
bres, todos ellos procedentes de la mi­ más, entre todos los idiomas extran­ que está el grupo escultórico, apare­
sión de San José, dieron al río que jeros que se cursan en los centros de cen las banderas que a lo largo de su
baña aquellas tierras el nombre de enseñanza oficial, el que tiene mayor historia tuvo California. Dos de ellas
Sacramento, en atención a que lo des­ número de adeptos, y no son menos son españolas, como la dama egregia
cubrieron un día de Jueves Santo. elocuentes otras huellas de España. a las que todas dan guadia de honor.
En la rotonda principal del Capi­ Una es el estandarte imperial de Car­
tolio hay un grupo escultórico, labra­ los V, utilizado en los primeros tiem­
Colón, junto a Isabel do en blanco mármol de Carrara, en pos ; otra, la enseña roja y gualda que
el que, junto a Isabel la Católica, apa­ lo sustituyó.
Suizo, alemán de nacimiento, fue rece Cristóbal Colón. Esculpidas en
Sutter, el fundador del fuerte en tor­ oro están las palabras que Isabel dijo
no del cual se creó la ciudad; pero es­ al famoso navegante al prometerle su La historia, en la pared
pañol es el nombre que a la ciudad apoyo para la histórica empresa. Dis­
se puso en homenaje al Santísimo Sa­ puesta estaba la reina, que sujeta en­ La historia del Estado, la historia
cramento por los soldados de Espa­ tre sus manos un rico collar de pe­ de estas tierras, se ofrece al visitan­
ña. No hay actualmente en la capital drería, a empeñar sus joyas si el Te­ te aquí mismo, en el interior del Ca­
una colonia española propiamente di­ soro no podía hacer frente a los gas­ pitolio, en una serie de pinturas mu­
cha, aunque sí es numerosa la mexi­ tos de la estupenda aventura que Co- rales. En una de ellas, un grupo de

L a estación term inal de Los A ngeles en la zona del puerto.

56
V ista aérea parcial de San Diego, con un aeropuerto en la bahía.

indios contempla desde una playa, y nada menos que diez gobernadores de otras nuevas y que, sin importar­
no sin fundada inquietud, la llegada españoles, desde Gaspar de Portolá, le la fatiga, sin prestar atención a los
de una embarcación desconocida. En en 1769, a Pablo Vicente de Sola, en dolores de su pierna enferma, iba y
otra aparecen las misiones, una mi­ 1822... venía de uno a otro confín de la Ca­
sión, en la que, bajo la amorosa mi­ Sacramento es hoy una ciudad mo­ lifornia que estaba evangelizando.
rada de los buenos padres francisca­ derna, próspera y rica, situada a me­ Si alguna vez se detenía para con­
nos, trabajan los nativos rodeados del dio camino entre las montañas cubier­ templar unos instantes el azul de un
ganado, de los aperos y de las herra­ tas de nieve y las costas, de clima mar infinito, tan distinto del de su
mientas... Sin que falte, claro está, el templado, del océano Pacífico. La flo­ Mediterráneo, o para admirar unas
recuerdo al descubrimiento del oro, reciente industria y la riqueza agrí­ sencillas flores, quizá plantadas por
hallazgo que transformó radicalmen­ cola de sus alrededores contribuyen sus propias manos, no podían prolon­
te la economía de California y que a su esplendor actual. ¡Qué distinto garse estos descansos porque la ta­
llevó hasta aquellas tierras a miles de todo esto de la lucha de los primeros rea era siempre mucha y muy urgen­
forasteros que desde todos los rinco­ tiempos ! te. Había que seguir bautizando, era
nes del país acudían en busca del pre­ necesario predicar, escuchar confesio­
cioso metal. nes, acudir en auxilio de un enfermo,
Mas todo esto ya es historia. Como Tierras de misión para sanarle, o de un desvalido indí­
lo es también el fuerte Sutter, que gena, para decirle al oído palabras de
se conserva para recreo de los que De entonces quedan, con los sono­ consuelo que levantasen su corazón.
acuden a recorrer sus estancias, o el ros nombres españoles, que aún hoy Para volver siempre, cada vez con
Pony Express, la primera estación de se repiten porque fueron respetados, mayor fatiga, con más dificultad, con
la que salían a caballo los correos que los bellos parajes californianos que menos fuerzas, pero invariablemente
establecieron las primeras comunica­ evocan en el viajero, sobre todo si el animoso y alegre, a su humilde celda
ciones postales entre Sacramento y viajero es español, las estupendas ha­ de adobes de la misión de San Car­
otras ciudades más o menos próxi­ zañas de nuestros misioneros. De los de Monterrey, en la que había de
mas. Historia son las misiones y los aquel Fray Junípero Serra que en los exhalar su último suspiro. A los se­
presidios, los pueblos y los ranchos, últimos tiempos, viejo y achacoso ya, tenta y un años de edad y hace ahora
e historia es recordar que antes de recorría incansable, a lomos de una exactamente dos siglos y medio de su
que un norteamericano empuñase las paciente muía, las misiones recién nacimiento.
riendas del gobierno tuvo California creadas, que soñaba con la fundación R. S.

57
DE M ALLORCA

ICEN los mallorquines que

EL D Fray Junípero fue un «calax


de sastre». Cajón de sastre,
efectivamente, el misionero isleño,
que sabía de todo: construir una ca­
sa, levantar una tapia, podar unos al­
mendros, injertar unos frutales, es­

M IS IO N E R O cribir un libro...
Fray Junípero, agricultor. Sus pa­
dres eran payeses. Les nacieron los
dientes entre siembras y viñedos. Por
entonces había en el pueblo muchas
más vides, y se cultivaba una gran <4

AGRICULTOR variedad de legumbres. El ser payés,


a mi entender, tiene un matiz dife­
rencial respecto de ser simplemente

58
A C A L IF O R N IA

labriego o campesino. El payés tiene tro de una olla. Lo primero que hacía En la casita natal de Petra, arreos,
algo de jardinero. Es como un horti­ antes de fundar una misión era bus­ monturas, azadas, colleras... Como
cultor doblado de floricultor. No hace car agua. agricultor y como viajero, Serra ha
falta demasiado esfuerzo para imagi­ D e sp u és se inventaba acueductos dejado estela entre los mallorquines,
nar el esmero con que nuestro fraile para conducirla, que resultaban ver­ que—el pueblo de Sóller es un buen
trabajaría la feraz tierra de Califor­ daderas obras m a e s tr a s . ¥ , desde ejemplo— salen al mundo con sus fru­
nia, a la que dio la máxima prospe­ luego, él mismo tr a b a ja b a con los tos, exportan y acompañan ellos m is­
ridad. obreros en la construcción de templos mos sus mercancías, «misionan» a su
En una carta que le escribió Fray y viviendas, recolectaba las cosechas manera.
Junípero a su sobrino el capuchino y talaba los árboles. Uno de los exportadores más im­
padre Miguel de Petra le decía que, en Todo esto, sin duda, debió de faci­ portantes de la isla suele confesar en
efecto, el trigo de las Indias equivale litar su labor religiosa en aquellas tie­ su tertulia de Sóller: «Muchas veces
a lo que en mallorquín se llama «Blat rras, pues el hecho de realizar casi me ha dado moral en mis viajes el
de les Indris». En otra ocasión Fray milagros con los injertos y las podas ejemplo de Fray Junípero.»
Junípero pedía injertos para Califor­ contribuiría a su prestigio entre los
nia, que deseaba se le enviasen den­ aborígenes. FEDERICO DIAZ-FALCON

59
Colenio AIAMAN M A D R ID (E S P A Ñ A )

Alumnos internos, Primaria, bachillerato, preparación


mediopensionistas de grados y curso preuniversitario
y externos
Una v is ita al C o le g io A la m á n

S una im presión g ra tísim a la que produce la v isita detenida a

E este Centro, en sus edificios de la calle de P inar, 2, 4 y 6; en


su Residencia y Ja rd ín de Infancia de P inar, 7, y, sobre todo,
en el complejo situado en la finca F u en te del Olivo, denominado
Colegio de Campo, a pocos kilóm etros de M adrid. E sta finca, con m ás
Un colegio de auténtica solera de 500.000 pies cuadrados, posee unas m odernas instalaciones, donde
y m odernísim as instalaciones. el niño, desde la edad de tre s años, encuentra un am biente agradable,
E n este C entro modelo convi­ sano y comprensivo, que le hace ir a su Colegio con a le g ría y asim ilar
ven en fra te rn a l cam aradería conocimientos, de una m anera grad u al y metódica, desde su m ás tem ­
e s p a ñ o le s , hispanoam ericanos p ra n a edad h a sta lleg ar a sus estudios universitarios.
y ex tran jero s, a te n d id o s por E n el Colegio de Campo conviven en fra te rn a l cam aradería espa­
un profesorado com petente y ñoles, hispanoam ericanos y extranjeros, en régim en de internado y
rodeados de toda clase de co­ mediopensionado. E n sus instalaciones deportivas—campos de p a tin a ­
modidades y medios para el es­ je, de baloncesto y de fútbol; frontón, a p a ra to s de gim nasia y piscina—
tudio y el sano ejercicio físico. se form an cuerpos sanos y robustos; sus clases, aireadas con am plios
ventanales (algunas de ellas al a ire lib re), equipadas con micrófonos
y altavoces, p a ra seguir la Dirección la m archa de los alum nos; su
instalación de rayos X, sus museos de Física y Ciencias N aturales,
laboratorio, etc.; su profesorado, con una plena dedicación a la a lta
ta re a de la que son portadores, sirven de m arco, acicate y directriz a
unos alum nos a quienes espera un porvenir brillante, dentro de una
vocación profesional ya encauzada desde los años de colegio.
E l internado es en este C entro como una continuación del propio
ho g ar; es un vivir en fam ilia alrededor, en los ra to s de esparcim iento,
de las sesiones de cine, de televisión o de juego de pelota.
Si llegam os al Colegio du ran te las horas de clase, nos se rá difícil
creer que en él hay cientos de muchachos. Las explicaciones del pro­
fesor discurren, claras y precisas, an te el grupo reducido de unos
quince alum nos. Luego, la labor de cada uno de ellos se verá re fle ­
ja d a sem analm ente en las calificaciones que reciben sus padres y en
los exám enes trim e stra le s y finales, a p a rte del intercam bio de im pre­
siones con la D irección del Colegio.
E s n o rm a del C entro d a r u n a im portancia al estudio de idio­
m as en todos los cursos, a la exposición clara de ideas, oralm ente
o por escrito, con clases adicionales de o rto g ra fía y redacción.
Tam bién se com plem enta la form ación escolar con excursiones
periódicas a museos, ciudades o lu g ares históricos, m onum entos
o países e x tran jero s, como las realizad as a P o rtu g al, M arruecos
o F rancia.
E n m a te ria pedagógica, el D irector de este C entro, don M a­
nuel A lam án Velasco, su fundador y p ropietario, en su cons­
ta n te a fá n de renovación, h a conseguido asim ilar, p a ra su puesta
en p ráctica en esta m ag n a institución, los procedim ientos, orien­
taciones y técnicas m ás ad elan tad as en m a te ria docente que en
la actualid ad se ofrecen en los colegios m ás acreditados de E s ­
p añ a y el ex tran jero . Asimismo, m erece d estacar que la Dirección
del Colegio tiene a la disposición de profesores y alum nos, p a ra
su consulta, una m agnífica biblioteca con m ás de 10.000 volú­
m enes. De ig u al fo rm a se preocupa de la p a rte m oral y religio­
sa, que tie n e confiada a celosos sacerdotes ad scritos al C entro,
que adem ás de la dirección esp iritu al de los colegiales, actú an
como pro feso res de Religión, ya que el Colegio ALAM ÁN, sin
descuidar el que sus alum nos brillen p o r el sa b e r adquirido en
sus cursos, tr a ta de conseguir p a ra ellos la n ecesaria pureza
de vida, honestidad y buenas costum bres, que, en definitiva, con­
trib u irá n a fo rm a r su carácter.
J. A. P.

V ista parcial g rá fic a de alg unas de las dependencias e


instalaciones del Colegio ALAMÁN, en sus edificios de la
calle del P in a r (M adrid) y F u e n te del Olivo (B a ra ja s).

61
I O - B I L I O G R A F I A
ENTREGA
DE LA CASA NATAL
DE FRAY JUNIPERO SERRA
50 FICHAS JUNIPERIANAS
A 1. VENEGAS, V.: «Histoire naturelle et civile de la Californie enrichie
D. JUAN C. CEBRIAN
de la carte du pays, et des mers adjacent». Año 1767.
REPRESENTANTE OE LA CIUDAD Y CONDADO
2. CROIX, Marqués de (virrey de Mexico): «Diario histórico de los
DE SAN F R A N C IS C O D E C A L IF O R N IA viajes de mar y tierra hechos al norte de California». México, 1770.
3. PALOU, Francisco: «Relación histórica de la vida y apostólicas
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fundó en la California septentrional y nuevos establecimientos de
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4. FIGUEROA, José: «Manifiesto a la República Mexicana que hace
el general Figueroa, jefe político de la Alta California, sobre
su conducta y la de los señores don José María Hijar y don José
María Padres, como directores de la Colonización en 1834 y 1835».
5. «Relación histórica de la vida del Venerable Padre Fray Junípero Se­
rra. En Clavigero. Historia de la Antigua California». México, 1852.
6. JACKSON, Helen Hunt: «Father Junípero Serra and the Mission
Indians of California». Boston, 1883.
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Very Rev. Francis Palou». San Francisco, 1884.
P U B L IC A C IO N E S 8. MILLER, Cherter Gore: «Father Junípero Serra. A new original
DE LA historical drama four acts». Chicago, 1894.
R E V IS T A D E L A S E S P A N A S
9. JACKSON, Helen Hunt: «Father Junípero and the Mission Indians».
N .' 13
Boston, 1902.
10. TORRENS, Francisco: «Bosquejo histórico del V enerable Padre
CHARLES J.G. M AX IM IN PIETTE. O J M . Fray Junípero Serra, fundador y apóstol de la California septen­
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11. WILLIAMS, C. Scott: «Francisco Palou's Life of Father Serra».
Pasadena, 1913.
12. FITCH, Abigail H.: «Junípero Serra: the man and his work». Chi­ Jm y,
cago, 1914.
ÉVOCATION DE
13. ENGELHARDT, O. F. M. Zephyrin: «Missions and Missionaries of J u n íp e r o
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•liin i p e r o S erra
14. A. S. C. FORBES: «California missions and landmarks. El camino
real». Los Angeles, 1925.
Sem y
15. RAMIS, Miquel: «junípero Serra». Palma, 1931. ¿í apóstol de California-
FONDATEUR DE LA CALIFORNIE 16. «Acceptance and Unveiling of the Statues of Junípero Serra and
Thomas Starr King presented by the State of California. Proceed­
IX»/rf //orx-Tez/e) ings in the Congress and in the Statuary Hall. United States Ca'
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18. WATSON, Douglas, S.: «The Expedition into California of the Ve­
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19. MORRISON: «Junípero Serra, Padre-pioneer, story of California’s
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pero Serra». Santa Barbara, 1934. l«x riudnde* rir Olifurnia BA------ — .__™
qut el franrisrana nuilliirqiiln fray .lampero Serra «lenUba en lamo
E D IT IO N S
20. WAGNER, Henry R.: «Fages-Serra Letters. A. D. 1772». San Fran­ de xas miuiinn. la tida del i’rrrtriiw de Son traurisra ' roMstiiuie
Lecture au Foyer
2. rw Orent-dOôou
Granger Frire*
M oucM, rut Notre-Dare*.
cisco, 1936. una hwtorin de enMiríon imprexionanie. j el autor arierta en mit libro
Montréal 21. CALLAHAN, Rev. Leroy: «Early Life of Serra These a Fribourg. .a ir.txmilinuM el enramo de aquellns midan/AK en unan poguiux
llena* dt diiWHiKirm > belleza
Ms. dans Provincial Annals of Santa Barbara». Años 1941-1944.
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24. HILDEGARDE HAWTHORNE: «California’s Missions». Nueva York,
año 1942.
25. HERRERA CARRILLO, Pablo: «Fray Junípero Serra, civilizador de
las Californias». México, 1943.
26. PALOU, Fr. Francisco: «Evangelista del mar Pacífico, Fray Juní­
LE SECRET l»E
pero Serra, padre 'y fundador de la Alta California». Madrid, 1944.
27. PALOU, Francisco: «Relación histórica de la vida y apostólicas
•J u n ip e r » S e r r a
tareas del Venerable Padre Fray Junípero Serra y de las misiones F o n d a te u r d e la C a lifo r n ie -S o n v e lle
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28. CICOGNANI, Amleto C.: «Sanctity in America. Fray Junípero Se­ 1769 - 1784
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29. GEIGER, Maynard: «A Letter to Padre Junípero Serra». Santa Bar­
bara, 1945.
30. O’FARRELL, Michael J.: «Junípero Serra, Priest and Pioneer». Pa­ DEUXIÈME VOLUME
terson, N. J., 1945.
31. MELON Y RUIZ DE GORDEJUELA, Amando: «Las exploraciones
españolas en América del Norte alentadas por la obra misional de
Fray Junípero Serra». Año 1946.
32. PIETTE (O. F. M.), Charles J. G. Maximin: «Evocation de Junípero
Serra, fondateur de la Californie». Montreal, 1946.
33. PIETTE, Charles J. G. Maximin: «Le secret de Junípero Serra,
fondator de la Californie Nouvelle. 1769-1784». Washington, 1948. TWliiJioi «ÍW IKUr™».n: li'W
34. CASAS, Augusto: «Fray Junípero Serra, el apóstol de California». VU»u04»
w»)«l«,~UC. IB
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l.u«W
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37. KEYS, James M.: «Las misiones españolas en California». Madrid,
año 1950.
38. ZIEGLER, Isabelle Gibson: «The Nine Days of Father Serra». Nue­
IV iis s io n : va York, 1951.
39. PALOU, Francisco: «Palou’s Life of Fray Junípero Serra. Trans­
lated, annotated by Maynard J. Geiger». Washington, 1955.
By Hilôegarde Hawthorne 40. MAJO FRAMIS, Ricardo: «Vida y hechos de Fray Junípero Serra,
fundador de la Nueva California». Madrid, 1956.
41. MACKINLEY, Helm: «Fray Junípero Serra». Stanford, 1956.
42. ENGELBERT, Omer: «Junípero Serra (1713-1784)». Nueva York,
año 1956.
43. ENGELBERT, Omer: «Fray Junípero Serra (1713-1784)» (versión
española de Margarita Nelken). México, 1957.
44. SANZ DIAZ, José: «Fray Junípero Serra». Plasència, 1957.
45. WHITTING, George: «La cruz y la espada (Fray Junípero Serra)».
Barcelona, 1958.
46. IGUAL UBEDA, Antonio: «Fray Junípero Serra». Barcelona, 1958.
47. RAMIS, Miguel: «Fray Junípero Serra, el gran misionero mallor­ RICARDO MAJO FRAMIS
quín». Palma, 1959.
48. MAYNARD J. GEIGER: «The Life and Times of Fray Junípero
Serra, O. F. M., Or The Man Who Never Turned Back». Richmond,
Virginia, 1959. FUNDADOR DI LA NUEVA CALIFORNIA
49. FELIX RIESENBERG, Jr.: «The Golden Road». Nueva York, 1962.
50. CEBRIAN, D. Juan C.: «Entrega de la casa natal de Fray Junípero E S P A S A -C A L P E . S. A
Serra». Madrid (s. a.).

62
VIDA, TRABAJOS Y FUNDACIONES DE FRAY JUNIPERO SERRA

1713 : nacímóento, pa tr ia y padres T O M A R E HÁBITO Y EJERCICIOS


1 7 3 1 : / 7 4 - 9 L íA tU íO D ios PARA DOCTORAE 4 7 4 - 9 : embarcase para veracruz
DEL VENERABLE PADREJUNÍPERO. QUE TUVO ANTES DE SALIR PARÁÁhÉRÍC; LAS G EN TES. SOLÍCÍTim A INDIAS. Y lo QUEPRACTICO ENEJE CAMINO .

•ii IHIhh/tilth mnln,

- a » |.
176 9 : FUNDA L A SEGUNDA M I 1 7 7 0 ‘LLECA AL P W MONTERREY 1771' FUNDASE LA M ÍS id v JÛE 1 7 7 2 ‘.BAJA EL V.PADRE DE SDÍECO
S I O N ,D E « A A D I E G O . Y FUNDA IA MISIÓNDE SAN GARIOS. SAN ANTONIO DE PAPUA, Y FUNDA LA MISION VE SUMÍS OBISi»°

1776: LL E G A SOCORRO DE TROMY 1 7 7 7 : fundación de v n p u e b l o ue 1 7 7 7 : PECí BE PB4Y JUNÍPERO LA JFA 1 7 8 f : ESTABLECIMIENTOS DE W CANIL
FAVORABLES OXDEAfES. FUNDACIÓN
r Viiv/.V«V¡1 D E ESPAÑOLE TITULADO S.JOSÊ DE CWMMTC, CULTADAWTÓUCCPARA CONFIRMAR. DE SANTA BARBARA.
SAN J U A N 1)E CAVÍ9TRANO

üÜ
U
Sfl
^ W w W if l
« ü lL ilii» .

( 1 7 2 1 - : ULTIMA VISITA QUE HIZO MUERTE EJEMPLAR DJB 47 84*. SOLEMNE ENIÍEJRHO QUE
17 S í: FUNDA LA M IS IÓ N D E 4 7 8 4 :
\ EN LAS FISIONES’ DELNORTl SEUEüilO AL VENERABLE,
t ■
ENRIQUE
SANCHEZ
PEDROTE

Las
misiones
españolas
en la
música
sinfónica
estadounidense

Misiones de la costa californiana fundadas por fray Junípero y por los franciscanos
españoles

a h ic im o s n o t a r e n o c a s ió n a n te r io r la m is m a f u e r z a q u e e n la s p á g in a s d e la s la s m is io n e s e s p a ñ o la s , f u n d a d a s a llí
Y la g r a n a tr a c c ió n e je r c id a p o r el n o v e la s o e n la s s o ñ a d o r a s d e s c r ip c io ­
O e s te d e lo s E s ta d o s U n id o s s o b re los n e s d e su s p o e ta s .
p o r f r a y J u n í p e r o y su s c o m p a ñ e r o s .
A l b u s c a r la t r a d i c i ó n c a lif o r n ia n a , e l
c o m p o s ito re s d e e s t a g r a n n a c ió n . D e ­ S in e m b a r g o , e l L e ja n o O e s te se h a e s ta d o u n id e n s e s ie m p r e t r o p e z a r á c o n
je m o s a u n la d o la s c o n s id e ra c io n e s d e id o fi a g u a n d o a tr a v é s d e sig lo s d e p r e ­ a lg o q u e le r e c u e r d e l a g e s ta in e n a r r a b le
tip o c o m e rc ia l — el fa b u lo s o se ñ u e lo d e s e n c ia h is p a n a . Y y a s a b e m o s q u e lo s d e lo s fr a n c is c a n o s m is io n e ro s . L o s
la d o r a d a m e c a d e l c in e — p a r a r e c o r ­ im p e r io s p a s a n , la s c u ltu r a s se t r a n s m u ­ e je m p lo s q u e h e m o s e n tr e s a c a d o n o so n
d a r la p r e s e n c ia d e la s g r a n d e s r u t a s t a n ; p e ro e n e l s e d im e n to p o p u la r p e r ­ lo s ú n ic o s , p e r o sí d e lo s m á s e x p r e s i­
d e l F a r W e s t, su s in m e n s o s d e s ie r to s , su s m a n e c e la c a n c ió n , la d a n z a o la c o n s e ja . v o s e n la t e m á t i c a d e la s m is io n e s , c o m o
f a n tá s tic o s « c a ñ o n e s » , t o d a la N a t u r a ­ Y a n t e e lla se e n c o n tr a r o n m u c h a s v e c e s m o tiv a c ió n d e o b r a s s in fó n ic a s a c tu a le s .
le z a , e n fin , q u e se p r e s e n ta c o m o te m a , lo s f o r ja d o r e s d e p a r t i t u r a s q u e t o m a r o n H a r l M c D o n a ld es « u n p r o d u c to d e l
a v a s a lla d o r a m e n te , a n te los o jo s d e e s t a z o n a d e lo s E s ta d o s U n id o s c o m o L e ja n o O e s te » , s e g ú n n o s a f ir m a J o h n
a q u e llo s c re a d o r e s d e m ú s ic a . E s p o s i­ c e n tr o d e s u in te r é s a r tís tic o . M u c h o T a s k e r H o w a r d , e n O u r C o n te m p o ra ry
b le q u e e se h o n d o s e n tid o te lú r ic o , d e l p o d ía m o s h a b la r a q u í d e la s h u e lla s h is ­ C o m p o sers. N a c e a l e x p ir a r el sig lo X I X ,
c u a l h a b ló m á s d e u n p e n s a d o r d e a q u e ­ p á n ic a s e n la m ú s ic a n o r te a m e r ic a n a , e n C o lo ra d o . S u m a d r e e s la p r im e r a
lla o rilla , se h a g a p a t e n t e e n e l p e n t a ­ p e ro q u é d e s e t a n s u g e s tiv o t e m a p a r a p r o f e s o r a d e m ú s ic a q u e tie n e y , q u iz á
g r a m a d e m u c h o s p o e m a s s in fó n ic o s c o n o t r a o c a s ió n y c iñ á m o n o s a h o r a a l d e p o r e s t a c ir c u n s ta n c ia , se n o s m u e s t r a

63
t h e C a lifo rn ia M issio n s» ) la m á s r o m á n ­
tic a e im p o r ta n te de la s m is io n e s en
r u in a s . F u e la s é p tim a e n la c a d e n a d e
f u n d a c io n e s , e n t r e S a n D ie g o y S a n G a ­
b r ie l, b e n d e c id a p o r e l P a d r e F e r m ín
d e L a s u é n e l 30 d e o c tu b r e d e 1775, y
a b a n d o n a d a a l p o c o tie m p o p o r la
s u b le v a c ió n c r u e n t a d e lo s in d io s d e
S a n D ie g o . L a s e g u n d a f u n d a c ió n o r e s ­
i?-. 4L ta b le c im ie n to se h iz o a l a ñ o s ig u ie n te .

íh w
S e h a l l a b a p i e s e n t e e l P a d r e J u n íp e r o
S e r r a , e l P a d r e A m u r r io — a n tig u o c o m ­

:& p a ñ e r o d e L a s u é n — y el P a d r e M u g á r-
te g u i. H is tó r ic a m e n te , ti e n e u n a e s ­
p e c ia l sig n ific a c ió n la ig le s ia d e S a n
■■. g s b g R j f f f i » ■• 1 J u a n d e C a p is tr a n o , p o r q u e e n e lla
a c o s tu m b r a b a a c e le b r a r M isa e l g r a n
f u n d a d o r b a le a r . S ig u e lla m á n d o s e a ú n
á l l r ■ <j í r O « c a p illa d e l P a d r e S e r r a » . S i t u a d a e n
u n f é r t i l v a lle , f r u c tif ic a r á p i d a m e n t e la
ÎV . ' p e q u e ñ a c o n s tr u c c ió n q u e a lb e r g a r a a
4 "* «
a q u e llo s e s f o rz a d o s m is io n e ro s .
U n a h e r m o s a le y e n d a se h a te jid o
a lr e d e d o r d e S a n J u a n d e C a p is tr a n o :
la « R o m e r ía d e la s g o lo n d r in a s » . E s
tr a d i c i ó n d e q u e e s ta s a v e s e m ig r a n te s
lle g a n a la m is ió n e n u n a f e c h a i n v a r i a ­
b le : e l 19 d e m a r z o . Y q u e r e g r e s a n a
su t i e r r a in v e r n a l e l 23 d e o c tu b r e , s e a
c u a lq u ie r a el c lim a d e e s t a f e c h a d e
o to ñ o . E l d ía tie n e u n a e s p e c ia l s ig n ific a ­
c ió n , y a q u e e l fa m o s o S a n to m u r ió e l
23 d e o c tu b r e , v í c t i m a d e l a p e s te . E n
h o m e n a je a t a l h e c h o , la le y e n d a s e ñ a la
q u e la s g o lo n d r in a s e s p e r a n e l d ía d e l
t r á n s i t o d e S a n J u a n d e C a p is tr a n o p a r a
a c o m p a ñ a r c o n s u s c a n to s y e v o lu c io ­
n e s la s fie s ta s c o n m e m o r a tiv a s .
M e r e d ith W ills o n , f l a u tis ta , c o m p o s i­
t o r , d ir e c to r d e o r q u e s ta d e r a d io ,
t a m b i é n se s ie n te a t r a í d o p o r C a lifo r­
n ia . S u p r i m e r a s in f o n ía se s u b t i t u l a
« S a n F r a n c is c o » . M á s a d e la n te se e n ­
t u s i a s m a c o n e l t e m a d e la s m is io n e s
y s u r g e l a s e g u n d a s in f o n ía , e n d o m a y o r ,
« M isio n e s d e C a lifo rn ia » . D e s ta c a e n
e lla el t e r c e r m o v im ie n to , u n « s c h e rz o » ,
b a s a d o e n la in g e n u a le y e n d a d e la s
g o lo n d r in a s . E l a ir e m o v id o se a p r o v e ­
c h a e n e l t e m a d o m in a n te p a r a o f r e c e r ­
n o s e l v u e lo d e lo s p a ja r illo s e n r a p i ­
d ís im a s e s c a la s c r o m á tic a s q u e lle g a n a
r e g io n e s d e e x t r a o r d i n a r i a a l t u r a . E n el
Misión de Santa Bárbara, en la ciudad californiana de su nombre tr ío i n tr o d u c e u n v ie jo c a n to tr a d ic io n a l
in d io , e n e l c u a l se h a c e a s c e n d e r a u n
R a m ó n Y o r b a , ú ltim o c a n t o r d e su
c o m p o s ito r p r e c o z a lo s s ie te a ñ o s d e s a s » ( o b r a o r q u e s ta l) , « P io n e e r s O P i o ­ r a z a e n la m is ió n , q u e se c r e e p e r te n e c e
e d a d . S e i n s t r u y e e n e l m a n e jo d e d iv e r ­ n e e r s » ( p a r a c o ro m ix to ) , « E l c a m in o d e a l sig lo X V I I I . E s t a s e r e n id a d t r a n s i ­
so s in s t r u m e n t o s . A m p lía su s e s tu d io s S a n t a F e » ( 1 .a s in f o n ía ) — n o s c o r r o b o r a t o r i a se v u e lv e a v e r i n t e r r u m p i d a p o r
e n s u p r o p io p a ís y e n A le m a n ia . e s te p u n t o d e v is ta . E s p e c ia lm e n te su e l v e lo z v u e lo y lo s tr in o s d e la s g o lo n ­
L as ta re a s de in s tru m e n tis ta de M acD o ­ s e g u n d a s in f o n ía , s u b t i t u l a d a « R u m b a » , d r in a s . L a o b r a ti e n e u n a f u e r t e c o n ­
n a ld le lle v a n a a c t u a r c o m o o r g a n is ta , o fre c e u n m o v im ie n to c u y o t í t u l o e s t e x t u r a q u e n o s r e c u e r d a a lg u n o d e lo s
c o m o c o n c e r tis ta d e p ia n o , a s í c o m o e n o r m e m e n te e v o c a d o r , p u e s to q u e , m á s f a m o s o s p o e m a s s in fó n ic o s e u r o p e o s .
a c o m p a ñ a n te . A lg u n a v e z e s m a e s tr o a t r a í d o p o r la s a n tig u a s t r a d ic io n e s c a - N o q u e d a a g o ta d o a q u í e l t e m a d e la
d e c o ro s. P r o f e s o r e n l a U n iv e r s id a d d e lif o r n ia n a s , lo lla m a « M isió n » . N o t e n e ­ h e r m o s a m is ió n d e S a n J u a n C a p is ­
P e n s ilv a n ia , r e a liz a e x p e r im e n to s e n c o ­ m o s e s p a c io p a r a u n a n á lis is m u s ic a l t r a n o , q u e , g r a c ia s a l P a d r e O ’S u lliv a n
la b o r a c ió n c o n in g e n ie r o s y físic o s d e l m in u c io s o d e la p a r t i t u r a , p le n a d e y a l e s f u e r z o d e o tr o s c o m p a tr io ta s , se
s o n id o , p a r a b u s c a r n u e v o s h o r iz o n te s r e s o n a n c ia s h is p á n ic a s ta m i z a d a s p o r h a p o d id o r e c o n s t r u i r e n b u e n a p a r t e ,
e n la s e x p e r ie n c ia s d e l a m ú s ic a e le c ­ e n o r m e s in f lu e n c ia s a n tilla n a s — e l p r o ­ sin o q u e e l m is m o c o m p o s ito r d e l q u e
t r ó n ic a , a y u d a d o p o r la F u n d a c ió n R o c ­ p io t í t u l o d e la s in f o n ía n o s lo a n u n ­ h ic im o s m e n c ió n a n t e r i o r m e n t e — H a r l
k e f e lle r . T a m b ié n h a o c u p a d o el c a rg o c ia — y q u e n o d e b e e x t r a ñ a r n o s . M ás M c D o n a ld — d io a l a p u b lic id a d u n a
d e m a n a g e r d e la O r q u e s ta d e F ila d è l­ p r ó x im o s a n u e s t r a m e n t a l i d a d y a n u e s ­ p a r e j a d e n o c tu r n o s , e n 19 3 8 , c u y o títu lo
fia . P e r o a n o s o tr o s n o s i n t e r e s a su a s ­ t r a g e o g r a f ía se h a l l a b a n m u c h o s c o m ­ e s e l m is m o : « S a n J u a n d e C a p is tr a ­
p e c to d e c o m p o s ito r y , e s p e c ia lm e n te , p o s ito r e s d e l sig lo p a s a d o ( c o n c r e ta ­ n o » ( T w o N o c tu r n e s ) .
c o m o a u t o r d e o b r a s q u e se e n c u e n t r a n m e n te lo s g a lo s) y v ie r o n E s p a ñ a y su E s t a s le v e s m u e s tr a s s o n e l re fle jo
e n la c la r a lín e a d e l p o e m a s in fó n ic o . m ú s ic a a t r a v é s d e l a ir e b in a r io y c a ­ d e u n a g r a n p r o d u c c ió n m u s ic a l, c u y o
E s t e a r t i s t a n o r te a m e r ic a n o e s u n a d e n c io s o d e la h a b a n e r a . f e n ó m e n o , b a jo el p u n t o d e v i s t a h is ­
t í p ic a m u e s tr a d e lo q u e a s e g u r a m o s S a n J u a n d e C a p is tr a n o e s e l n o m b r e p á n ic o , h a b la p o r sí m is m o d e la s h u e ­
r e f e r e n te a la p r e s e n c ia d e l a d e s o la d a m á g ic o q u e h a s e r v id o d e t e m a a o b r a s lla s q u e u n a c u l t u r a h a g r a b a d o d e
n a t u r a l e z a o c c id e n ta l d e lo s E s ta d o s d e g r a n s ig n ific a c ió n e n el s in fo n is m o f o r m a in d e le b le .
U n id o s e n la m ú s ic a s in f ó n ic a . U n a la r g a c o n te m p o r á n e o . A e s t a f u n d a c ió n l a h a
l i s t a — « L e y e n d a d e l v ia je r o d e A r k a n ­ lla m a d o K u r t B a e r ( « A r c h ite c tu r e o f E . S. P .

64
e n tre lo s

in d io s pam es

por M. R. MAJÓ-FRAMIS Bajorrelieve en cobre, del Museo de Petra

L a enorme labor evangelizadora de fra y Juní­ de Concá. A s í se iba apretando el cerco de salva­
pero en México no está divulgada como merece, ción. «En torno del m anchón de gentilidad se
por haber preferido los exégetas modernos la tendió, pues, el cordón de San Francisco», según
etapa final de California para su mayor exalta­ la gráfica frase del historiador mexicano Pablo
ción. Y , sin embargo, en México se prefigura ya Herrera. L a lucha estaba en desarrollo, pero
la santidad de este apóstol, que desde el Convento una lucha singular en la que los vencidos serían
de Sa n Fernando va a irradiar hasta los más los verdaderos vencedores. Las enfermedades
difíciles y selváticos lugares, después de oir las originadas por el clima caliente y húmedo diez­
palabras del Padre Guardián: «Estoy convencido maban a los frailes. Y por si eso no bastara,
de que alguno de los que ahora me escuchan no surgía siempre, en último término, el valladar del
pararán mucho en esta santa casa y que, cobrando idioma, la dificultad de la comunicación oral
ánimos, marcharán a las misiones de Sierra con los pames. Por eso fra y Junípero se dispuso
Gorda.» a permanecer entre ellos todo el tiempo que fuera
Y allá se fue, en junio de 1750, el franciscano necesario, para dominar su lengua, para parti­
balear con otros compañeros del Colegio fernan- cipar en sus costumbres y para enseñarles a
dino. Para empezar, fra y Junípero rechaza uno subsistir... trabajando.
de los caballos preparados por tos indios de S a n ­ S u milagro de cada día era el ejemplo que daba
tiago de Jalpan, ya que prefiere ir a pie, en a los indios. S e encargó de las ocupaciones más
alpargatas, que al deshacerse en el camino son penosas, acarreó materiales, alzó muros, trabajó
sustituidas por huaraches de cuero crudo. Y así en cuanto fue necesario, para lograr al mismo
llegó a Jalpan, «casi arrastrándose»; pero los tiempo que mano de obra, el sentido de respon­
dolores físicos no le importaban a aquel sufridor sabilidad del indio, del que antes carecía. Y con
excepcional que sólo deseaba estudiar la situación las prescripciones sociales, con los principios mo­
y conocer inmediatamente las circunstancias que rales, los aperos, las semillas, los ganados... N o
hicieran fracasar a otros misioneros, para supe­ conoció nunca el descanso fra y Junípero, ade­
rarlas. E l indio parné actuaba acosado principal­ lantando todas las etapas posibles. Y a propor­
mente por el hambre, y fra y Junípero pensaba cionada la casa humilde, que sustituía a la cova­
que la atracción debía iniciarse en condiciones cha, el santo misionero se dirigía a las almas
de que desapareciera la miseria atávica que para redimirlas en la purificación sacramental.
venía soportando. Miseria corporal y espiritual, Hábito raido para obras enteras. S u compa­
pues el Padre Soriano, que también misionó ñero y biógrafo se alarmaba: aquella vida tan
entre los pames, asegura que «el tratar con ellos intensa, de tan alto y noble sacrificio, no podía
es lento y dilatado martirio..., raramente agra­ continuar. Dios sólo exige lo posible. Pero fra y
decen el beneficio..., son muy maliciosos..., muy Junípero hacía la menor concesión al descanso
flojos y sólo les agrada andar por el monte como para que toda la Sierra Gorda — que cubre
fieras». parte de los Estados de Guanajuato, Querétaro,
Toda la Sierra Gorda — o Cerro Gordo— Hidalgo y San Luis de Potosí— oyera la voz
era el refugio de los indios, que acosaban, asal­ del Evangelio. Para ello tuvo que llegar a do­
taban y mataban, sin que fuera fácil contener minar la lengua parné como si fuera su dulce
este alud de las alturas, que traía en jaque a las mallorquín. A sí enseñó a rezar directamente a
autoridades y a los soldados y que obligaba a los indios durante casi nueve años. ¡Nueve años
los habitantes de los poblados a permanecer en de fe , de esperanza y de caridad!
guardia para evitar las trágicas sorpresas. Y En todo ese tiempo fue sacerdote, constructor,
aún así, la fuerza armada de poco servía contra labrador, médico, maestro. F ray Junípero ganó
los pames, «a causa de que aunque salgan las al indio parné utilizando incluso la música y la
autoridades locales a combatirlos, la fragosidad representación teatral. Domó sus instintos y le
del país los ampara por no poderse andar en él hizo hombre útil, redimiéndolo para la vida
a caballo». social. Asombra la actividad misionera del
Estatua del Padre Serra, en San Diego
Pero donde las armas carecían de efectividad Venerable en aquellas tierras, antes inhóspitas,
llegó la palabra evangélica que todo lo puede y después recuperadas para la civilización. Por
si es reiterada por seres colmados de virtudes, eso, cuando, obligado por la obediencia, tuvo que
como lo estaba el Padre Serra. Encomendada dejarlas, sintió una amargura infinita. Pero su Destinado a sustituir a los mártires de San
la conquista y colonización de Sierra Gorda obra quedaba vigente. Las misiones ya podían Sabá, en la lejana Texas, tendría que emprender
a don José Escandón, se habían fundado las continuar. La Virgen ya recibía culto de los la evangelización de los feroces indios apaches.
misiones de S anta M aría del Agua de Landa, adoradores de la diosa Cachum, y los poblado­ Pero el hombre propone y Dios dispone. Y no
Nuestra Señora de la L u z de Tancoyol, San res se dirigían a la Sierra Gorda sin temor. S u sería Texas sino California el lugar de su glori­
Francisco del Falle de Tilaco y S a n M iguel labor apostólica estaba, pues, consolidada. ficación.

65
ESPAÑO LES EN N O R T E A M E R IC A
(Continuación de la página 46.) ciudades del m undo. Y, entre estas tres gran­ C uando la fundación com ienza a afirmarse,
des fundaciones, otras m ás — San A ntonio de cuando el virreinato mexicano se ensancha ya
Padua (1771), San G abriel (1771), San Luis con nuevas provincias, cada vez más al N orte,
do dos circunstancias históricas le ofrecen la
oportunidad de desarrollar su vocación fun d a­ (1772), San Juan C apistrano (1776), Santa el visitador Gálvez, term inada su misión, pues­
Clara (1777), San B uenaventura (1782)— , to ya todo en orden, se vuelve a E spaña, apa­
cional, su genio organizador.
continuadas después de la m uerte de fray reciendo en M éxico un nuevo virrey. E l bailío
Junípero por sus discípulos franciscanos. de la O rden de San Juan, fray A ntonio M aría
HACIA EL SUPREMO DESTINO L a fundación de San Francisco y de su m i­ de Bucarelli.
sión, D olores, tuvo u n antecedente curioso. L a alarm a fue grande en las fundaciones, la
L a prim era de ellas es la expulsión de los E l visitador Gálvez, al in stru ir a fray Junípero crisis se produjo y se trataba ya del abandono,
jesuitas, decretada p o r Carlos I I I el 27 de en su entrada a la nueva California, había cuando fray Junípero bajó una vez más hasta
febrero de 1767, y seguida en M éxico por el dejado bien sentados, como hom bre m inu­ M éxico, habló con el virrey, y, con su elocuen­
subdecreto virreinal de 25 de junio del m ism o cioso que era, los nom bres de los santos pa­ cia de orador, con su pasión de fundador, lo
año. L a segunda, la aparición del visitador tronos que habían de llevar las fundaciones. convirtió en su más firm e aliado.
G álvez en el virreinato mexicano. Y com o ninguno de ellos era el del poverello Pero en 1779 m uere Bucarelli, después de
L a expulsión dio lugar al abandono de las de Asís, fray Junípero se quejó al visitador de m ejorar notablem ente la hacienda y el com er­
misiones fundadas p o r la C om pañía de Jesús que para su Padre San Francisco no había m i­ cio del virreinato, y una nueva crisis conm ueve
en la península de la Baja California, donde sión. Gálvez, u n tanto am ostazado, le advirtió la labor fundacional, pues se había declarado
había dieciséis padres jesuitas. L a aparición de entonces al fraile, con cierta aspereza: la guerra al inglés y las fragatas que abaste­
G álvez provocó no sólo la sustitución de estos — Si San Francisco quiere m isión, que haga cían las fundaciones ya no tenían libre el cam i­
misioneros p o r franciscanos, sino la explora­ se halle su puerto y se le pondrá. no. Los negocios de las nuevas provincias de­
ción y conquista de la nueva California, te rri­ Y, según parece, el santo seráfico quiso se pendían ya de una nueva C om andancia gene­
torio que hoy corresponde, más o m enos, al hallara su puerto. ¡Y qué puerto! El m ar y ral establecida en Sonora. Pero fray Junípero
E stado de este nom bre en U . S. A. la tierra configurando la más bella, la más continuó luchando contra la creciente bu ro ­
D on José de Gálvez, apellido que va a ten er grandiosa de las arm onías, el más noble de los cracia, con su pie llagado, su pierna hinchada
gran fortuna en la historia mexicana, y que da contrastes. y ya rígida, y todo perm aneció, realizándose
lugar al nom bre de la ciudad de G alveston, Los m isioneros, claro está, eran protegidos milagros para abastecer a las fundaciones por
en T exas, era u n m alagueño honrado y tra ­ por tropas del virreinato y abastecidos por dos tierra, por la larga y penosa ru ta continental.
bajador infatigable, que, tras u n a gran labor en fragatas que iban y venían desde el puerto
el virreinato, llegó más tarde, a su vuelta a m exicano de San Blas a los nuevos puertos de
E spaña, a ser m inistro universal de las Indias. las fundaciones. Pero, adem ás, la entrada se EL TRANSITO
E ste gran hom bre, al pedir franciscanos al hizo llevando algo precioso. «Doscientas reses
Colegio de San Fernando, se encontró, para de vacas, toros y bueyes para poblar aquella E l fraile estaba ya cansado, viejo. N o de espí­
gloria de nuestra H istoria, con fray Junípero nueva tierra de este ganado mayor», base de ritu , sino de cuerpo. H abía cum plido ya
que había sido designado padre presidente de la rica ganadería posterior californiana. los setenta años y, en realidad, estaba m ori­
bundo. Pero, desde su sillón de bejuco, con­
tinuaba siendo el alm a de aquellas cuatro pro­
vincias nuevas del virreinato (San D iego, Santa
B árbara, M onterrey y San Francisco). H asta
que, agotado, encontrándose en su m isión de
M onterrey, acabó sus días el 28 de agosto
de 1784, de resultas de una «fluxión de pecho»,
que apenas le perm itía alentar. A ntes de m orir,
este hom bre, pequeño de cuerpo, pero de una
estatura m oral gigantesca, se alzó de su lecho
y se fue a recibir el viático a la iglesia de la
misión. C ien varas que recorrió sin adm itir
ayuda, arrastrando su pierna derecha, m ori­
bundo y rodeado de sus frailes, de sus indios
y de los soldados del presidio. C uando tornó,
tam bién andando, a su celda, sólo le sostenía
su asom brosa voluntad. Allí, en su celda, se
despojó del m anto, se recostó sobre la dura
tabla del lecho, puso encim a de su sofocado
pecho una cruz grande y pesada y, así yacente,
Fray Junípero Serra escribía al virrey de México, don Antonio Bucarelli, en junio dijo que iba a descansar. Se retiraron todos;
de 1774, dándole cuenta del floreciente estado de las misiones de la Alta California y pero u na hora más tarde, uno de sus más fieles
las buenas perspectivas para lograr nuevas conversiones. Esa carta está fechada en San franciscanos, fray Palou, entró en la celda, a
Carlos de Monterrey —misión que el Venerable había fundado cuatro años antes y en vigilar su sueño. Y lo halló descansando, sí,
una de cuyas celdas rendirá cuenta al Señor diez años después— y se conserva con pero en el descanso definitivo del Señor.
otros valiosísimos documentos juniperianos en el Archivo de Indias, de Sevilla M urió, pues, no con las botas puestas, como
los soldados, pero sí con el cordón de su Santo
Patrono firme en su sitio hasta el postrer alien­
este grupo m isionero. E n cuentro q u e liga a DISTANCIAS INCREIBLES to. H abía sido fray Junípero S erra no sólo un
los dos hom bres en el gran em peño fundacio­ fraile ejem plar y un gran misionero, sino algo
nal de la nueva California. Sobre todo este m undo fundacional, la m ucho m ás im portante para la H istoria: u n
El 3 de mayo de 1769 llega fray Ju n íp ero a figura de fray Junípero se crece, se agiganta. El fundador colosal.
Vellicatá, que era entonces la frontera de la fraile está en todo, se m ueve sin descanso, E sta grandeza histórica, este valor civil, es el
gentilidad, la frontera india de lo desconocido. recorre distancias increíbles — m il leguas de que recuerdaes pecialm ente la estatua del
Y desde ese día com ienza la fiebre fundacio­ la ciudad de M éxico a San Francisco, más de fraile, que se encuentra en el vestíbulo del
nal. A nte todo, San D iego (17 de julio de 1769), tres mil kilóm etros en la línea recta del aire— ; Capitolio, en W ashignton. E n una m ano alza
que será la base de todos los posteriores tra ­ baja cuando le llam a el visitador, sube para el franciscano la cruz; en la otra sostiene la
bajos. D espués, San Carlos de M onterrey (3 de M onterrey de nuevo, arrastrando sus años, y, pequeña m aqueta de una de sus fundaciones,
junio de 1770) y, al cabo, San Francisco (9 de lo que es peor su pie y su pierna, cada día más y debajo, en el pedestal, un letrero dice, sen­
octubre de 1776). ¡San Francisco de Califor­ llagados. Y casi siem pre por tierra, ahora sobre cillam ente:
nia! E l p uerto más bello de la costa, la funda­ m uía, porque tiene que detenerse en todas par­
ción que va a convertirse en u n a de las mejores tes, arreglar algo en cada lugar. JU N IP E R O SER R A . C A L IF O R N IA

66
«w
HISPÁNICO DOCUMENTOS

Francisco Sintes Obrador

Tras las huellas de


Fray Junípero en California
(Diario de viaje)

{Texto taquigráfico de la conferencia que pronunció don Francisco Sintes


Obrador el año 1961 en la “Asociación de Amigos de Fray Junípero Serra”).

I la C ultura de Occidente el ejem plo y la vida exponer al com entario público su in tim id ad p e r­
del excepcional m allorquín. Y, en tre ellos, p er­ sonal. «Lo que m ás sorprende en casi todos los
m itidm e que h ag a u n a m ención especial de la libros sobre los E stad o s U nidos — dice Ju lián
onstituye u n a prueba de delicadeza es­ b enem érita Mrs. D ina Moore Bowden, rep resen ­ M arías, en Los Estados Unidos en escorzo— es

C p iritu a l del P residente de la Asociación


de Amigos de F ra y Junípero S erra su
deseo de que m i intervención en la
Asociación se celebre precisam ente en este día
ta n te p erm an en te del Condado y ciudad de
San Francisco, ta n ju stam e n te galardonada, re ­
cientem ente, con u n a de las m ás a lta s condecora­
ciones del Gobierno español.
lo poco que en ellos se dice de lo que el au to r ve.»
Pues bien, yo ahora voy a in te n ta r an te ustedes
la experiencia co n traria: hablarles exclusivam en­
te de lo que yo vi y que, sin tiem po, ni tam poco
de P entecostés, en recordatorio de aquel otro M uy consciente de m is posibilidades y, m uy propósito, de docum entarlo, pasé — sobre la m ar­
Pentecostés m em orable — el del día 3 de junio especialm ente, d em is lim itaciones, quisiera m a­ cha, a veces en el m ism o avión o en un breve
de 1770— que el colosal frailecito de P etra, ta m ­ tiz a r e sta intervención m ía de hoy de u n calor descanso— de la re tin a a la cuartilla. P a ra que
bién con u n a delicada intención espiritual, eli­ de in tim id ad personal — y de ahí que h ay a adop­ estas im presiones no p ierd an lo único que de
gió p ara fu n d ar la Misión de San Carlos de Mon­ ta d o la charla y no la conferencia como m étodo valioso p u ed an contener, que es su virginidad,
terrey, en California, sede después de u n a especie de exposición— pues, indiscutiblem ente, m i ex ­ no las he querido m ancillar después con adi-
de cu artel general suyo en el activo ir y venir periencia personal es lo m ás au tén ticam en te mío m entos de n o ta s o de cualquier o tra su p erestru c­
fecundo a que se entregó por vida, y, finalm ente, que puedo ofrecer a todos ustedes en com pensa­ tu ra docum ental, m anteniéndolas en su feroz y
lugar elegido por Dios p ara definitivo descanso ción a su doble bondad de in v itarm e y de escu­ virginal indocum entación prim aria.
de sus restos m ortales en las tie rra s de la A lta charm e. Pero, dejando bien sen tad o que el des­ Así, pues, m i charla v a a consistir en espigar
California, que ta n to am ara. velar hoy an te ustedes algunas de m is reacciones aquí y allá, en aspectos que, n atu ralm en te, te n ­
Pero habréis de perm itirm e que, a mi vez, personales a n te el m undo am ericano, tiene esa gan u n a directa conexión con la California juni-
recabe yo de la Providencia D ivina la gracia de inicial y p rim aria función de hom enaje mío a periana, las n o ta s diarias de u n viaje p o r los
un efectivo Pentecostés, personal, actu al y ope­ ustedes, quisiera tam b ién av e n tu ra r m i opi- \ E stad o s U nidos de N orteam érica que realicé el
ran te — u n a au tén tica donación de luz y de fu er­ nión de que en tre la obra escrita p o r españoles se año 1956 por invitación del D ep artam en to de
za— que me perm ite sup erar la difícil y arries­ no ta, en general, la fa lta de esa in tim id ad cordial E sta d o del Gobierno F ederal de la U nión Ame­
gada av e n tu ra que acabo de iniciar de atreverm e que dan las Memorias, fa lta que se acusa m ás si rican a y bajo los auspicios del «Com mittee on
a h ab lar de F ra y Juníp ero a quienes han hecho com param os la n u estra con o tras lite ra tu ra s ex ­ th e L eaders Program». A lgunos de los vértices
objeto fu n d am en tal de sus vidas o de sus ocios tra n je ra s y que ni aú n en el caso de los escritos m ás im p o rta n tes de m i itin erario am ericano
—en el noble sentido rom ano, «otium», de la de viajes que parecen p restarse m ás al género, fueron :
palab ra— el m an ten er viva la llam a del recuerdo en cu en tra su excepción. F s algo así como si el New Y o rk ; W ash in g to n ; W illiansburg (Vir­
y de la am orosa am istad con lo que supone y español, conocedor de la terrib le capacidad crí­ ginia) ; S an A gustín (Florida) ; N ew O rleans (Lui-
significa entre los altos valores perm anentes de tic a del medio en que vive, estuviera tem eroso de siana) ; S a n ta F e (New México) ; G rand Canyon

67
(Arizona) ; L os A ngeles, S an F rancisco (California) ; Chica­ que, p o r últim o, aquel peligroso sen tim ien to diferencial
go; B oston; Philadelphia. h uye de él. Y si se resiste a abandonarlo, lo v o m itan y lo
P erm ítan m e que les diga, p o rq u e en conciencia no puedo d ejan pudriéndose al borde del cam ino p a ra no ser ni
p a sa r adelante sin hacerlo, que el viaje an terio r rep rese n ta p a rte de ellos ya, n i tam poco to d a v ía libre.» E n u n reciente
la m ás generosa invitación que he recibido. Y al h ab larles artículo, A ngela C. Ionescu recu erd a que, según técnicos
de generosidad m e in te resa aclararles, aun q u e ello no sea, publicitarios de d eterm in ad o s países, «dentro de m u y poco
posiblem ente, necesario que no m e refiero al aspecto m a te ­ todos n u estro s im pulsos, n u estro s deseos, apetencias, gus­
rial — im portantísim o , sin em bargo, p a ra h acer posible el tos, e sta rá n regidos p o r ellos. H a n enco n trad o p a ra ello
viaje—- sino al hecho, fu n d am e n tal p a ra m í, de que no un nom bre pom poso y sonoro : biocontrol y — se p re g u n ta —
se m e exigió an tes n i se m e pidió después n in g u n a con­ ¿ Qué le q u ed ará al hom bre ?... ¿A dónde se puede ir a p a ra r
tra p a rtid a , co n trap restació n personal alguna en com pensa­ de este m odo? ¿Al cruel, despiadado, sangriento y desga­
ción. T uve am plia fac u ltad p a ra establecer m i itin erario y rra d o r m undo de L a hora veinticinco? ¿Al estú p id o m undo
p a ra intro d u cir en él cu a n ta s m odificaciones parciales se de S hneider (John Shneider, The Golden Kazoc}? ¿Al caó­
m e an to jaro n , sobre la m archa. T u v e to d a la lib e rta d p a ra tico de Orwell (Orwell, 1984) o al espantoso, infrahum ano
v er lo que quise y p a ra h a b la r o no h ab lar, según quise, y dem ente de H u x ley (Aldous H uxley, Un m undo feliz} ?
dando conferencias, charlas, intervenciones p o r ra d io ... e t­ ¿ O al frío m ecánico e indiferente de que h a b la S teinbeck ?
cétera, y, después, no se m e pidió que, de v u elta a mi país, C ualquiera y to d o s ju n to s p arecen probables. Pero en­
diera conferencias o p u b licara escrito alguno en relación tonces el hom bre h a b rá desaparecido.»
con el viaje, h a s ta el ex trem o de que con la intervención M ientras, en la v id a del in telectu al m oderno, se rep ite
de hoy, a los cinco años de efectuado, es la seg u n d a vez con frecuencia la te n tac ió n dem oníaca: «Todo esto te daré
que hago u n a referencia en público al mismo. Y este res­ si p o strán d o te m e adorares.» A nte se m ejan te te n tac ió n y
p eto a la lib e rta d in dividual es lo que m ás estim o de u n a con independencia del valo r in telectu al de quienes son
invitación que ta n ta s cosas estim ables contenía, y que, o b jeto de ella, dos reacciones m orales son ind iv id u alm en te
po r e n tra ñ a r u n a a c titu d que m e p arece d irectam en te re ­ posibles: el som etim iento y la rep u lsa, el «Vade Sátana».
lacionada con posiciones v itales de u n a co n tien d a que se D os casos m u y recientes nos aclaran cuales son las dos
desarrolla en el m undo en que vivim os, y que no siem pre m etas a que conducen. Con Boris P astern ack , a la persecu­
acertam os a entender, quisiera deten erm e u n poco m ás ción y a la m u erte en el ostracism o. Con Iliy a E rem b u rg a
en ella, p ues no la creo, adem ás, n a d a desconectada del u n a de las m ás elevadas posiciones en la es tru c tu ra social
te m a que h oy nos congrega. y a uno d e los m ás cuantiosos sueldos de la U R S S; es
E n el prólogo a la publicación de las resp u estas al cues­ decir, del m undo. Dios m e libre de caer en la te n tac ió n de
tion ario de la UNESCO sobre «Las relaciones cu ltu rales y q u erer m inim izar el problem a de la aniquilación de la in ­
m orales en tre el viejo y el nuevo continente», don Jo sé dividualidad, creyendo qu e pu ed e aislarse en d eterm in ad as
M aría P em án recuerd a la idea de don E ugenio D ’O rs según áreas geográficas, cuando se tr a ta , p o r el contrario, de
la cual la «prehistoria» no es u n a e ta p a que precede y p ro ­ algo que e s tá difuso por la to ta lid a d del universo m undo,
loga a la h isto ria y luego term in a. «La p reh isto ria, que m ás por ser característico de to d a u n a época h istórica. Pero sí
bien debiera llam arse sub-historia, es algo que e s tá siem pre quiero decir, seguro, adem ás, de h a b la r en nom bre de todos
□ □

ahí, p resente b ajo la h isto ria, com o u n a am enaza de eru p ­ los que se m u e stran indóciles a d ejarse «masificar» p o r el
ción volcánica, como la sub-conciencia está siem pre am en a­ fú tb o l — ese au tén tico opio del pueblo— p o r la televisión,
zando la conciencia. Y así como si las fuerzas ac tiv a s y vi­ p o r la rad io y p o r ta n to s o tro s ingenios m odernos, electró­
gilantes de la conciencia se adorm ecen, la sub-conciencia nicos o no, que donde encontrem os u n hom bre que, como
reaparece —-en el sueño, en el in stin to , en el com plejo R a b in d ra n a th T agore, en Sadhana, sea cap az de decir que
neurótico-— del m ism o m odo cuando las fuerzas activ as «el peso de to d o el U niverso no pu ed e an iq u ilar m i indivi­
y creadoras de la C u ltu ra aflojan sus reso rtes y vigilancias, d u alid ad ...» allí reconocem os, en el acto, a u n herm ano
la prehistoria reaparece, im poniendo sus m odos y sus es­ y que en to d a persona, in stitu ció n o país que sea capaz
tilos. que llam am os p rim itiv o s y, en realidad, debiéram os de reconocer el v alo r m oral de u n a ta l a c titu d y resp etarla
llam ar permanentes, p o rq u e no son m ás que la expresión allí ten em o s un am igo, y qu e yo encontré, individual y
de los fondos m ás p erm an en tes, tu rb io s y opacos de la colectivam ente, p riv a d a e in stitu cio n alm en te, ese respeto
n atu ra lez a hum ana.» Así, «toda creación h u m a n a está y ese reconocim iento en los E sta d o s U nidos de N o rteam é­
d isp u ta d a polém icam ente p o r la p reh isto ria o b arb a rie de rica. Y aú n diré m ás. D iré que en este m om ento de «guerra
u n lado, y po r la C u ltu ra de otro». fría» y de «coexistencia hostil» en tre dos e stru c tu ra s eco­
O curre, sin em bargo, con frecuencia, que la b arb a rie nóm icas, dos organizaciones trasnacionales, y dos concep­
p id a prestad o s a la técn ica tra je s con que cubrirse y en g a­ ciones de vida, en que con ta n ta frecuencia el trem endism o
ñarn o s bajo la falsa apariencia de u n rev estim ien to fo r­ p ropagandístico nos llega a crear como u n a seg u n d a con­
m al, ap a ren tem en te cu ltu ral. T al sucede, e n tre otros, en ciencia según la cual en el enem igo está siem pre la in teli­
ese m undo profu n d am en te com plejo que podem os consi­ gencia y en el am igo la b ellaquería, yo, p o r el contrario,
d e ra r incluido bajo el títu lo de la «Sicología de las p ro fu n ­ tengo u n crédito ilim itado de esperanza p u esto en quienes,
didades». D esde que, con F reu d , Palow , Y oung y A dler resp e tan d o la conciencia individual, to m a n el b an d o de la
se h a progresado ta n to en la «Sicología clínica» y ab ierto el C u ltu ra en su d isp u ta polém ica con la b arb arie, d ando con
cam ino de la «Sicosociología» el alm a h u m a n a h a venido a ello la posibilidad de que en el U niverso se realice lo que
q u ed ar com o indefensa frágilm ente ex p u e sta a to d o s los Bergson estim a b a ser su función esencial, la de co n stitu ir
procedim ientos m odernos de «masificación» de la colectivi­ «una m á q u in a de hacer dioses».
dad, a tra v é s ta n to de la p ublicidad com ercial como de la
pro p ag an d a política. Y desde que las agrupaciones m oder­
n as de estados, en el entrechoque de sus políticas de p oder
y de dom inio, hacen u n uso creciente de la p ro p ag an d a
política, que necesita apoyarse ta n to en las técnicas m a­
teriales de difusión del pensam iento, como en el p en sa­
m iento m ism o, en el v alor dialéctico y polém ico de la p a ­ I I
lab ra, los que h an hecho de su v id a especial dedicación
al tra b a jo intelectual, a la b ú sq u ed a de la verd ad , a la
labor de experim entación científica o de creación literaria
— a quienes llam arem os intelectuales p a ra llam arles de
alguna m anera— se ven convertidos en ob jeto de a tra c ­
ción de los ap a rato s propagandísticos, de las e stru c tu ra s E n trem o s ah o ra en el te m a ce n tral de m i intervención, la
económ icas y políticas, de los g randes centros de nuclea- le ctu ra de alguna de las im presiones de m i D iario de Viaje
ción de poder del m undo contem poráneo, y a qu e se h a del que he pro cu rad o escoger algo del am b ien te español
com probado, u n a vez m ás, que prim ero es la p a la b ra y que enco n trad o en F lorida, L u isian a y N uevo Méjico, como
es necesario que ésta p receda a la acción, ta n to p a ra crear preludio a u n a visión d e algunos p aisajes y aspectos de
el clim a de u n a defensa heroica com o p ara llev ar a u n California y del que h e ten id o que prescindir, p o r razones
grupo revolucionario al sacrificio. Pero ese deseo de a tra c ­ de tiem po, de la v isita al G ran C añón del Colorado, pese a
ción, ese sú b ito interés del p o d er p o r la inteligencia, no la vinculación de su descubrim iento a la o bra y presencia
es g ratu ito , sino que exige la entrega del alm a. E n A l Este de E sp a ñ a en esas tie rra s y a la im p o rtan cia geopolítica
del Edén, Steinbeck exclam a, por boca de C yrus: «No te de la r u ta del río Colorado com o v ía de p en etració n a la
p erm itirán llevar siquiera un rasguño, ni p ren d e rte u n a A lta California desde el V irreinato de la N ueva E sp añ a,
n o ta en el pecho qu e diga: soy y o ... d iferente del resto. a la clara visión qu e de este asu n to tu v o siem pre F ra y J u n í­
De vez en cuando hay un hom bre que se niega a h acer lo pero S erra, g ran e s tra te g a de la colonización, y a la cone­
que exigen de él ¿ Pero sabes lo que ocurre? L a m á q u in a x ión en tre la o bra colonizadora ju n ip e rian a con la fam osa
e n te ra se dedica desde entonces, fríam ente, a d estru ir expedición de J u a n B a u tista de A nza a tra v é s del río Colo­
aquella diferencia. G olpean el esp íritu y los nervios de aquel rado. Por la m ism a razón de la fa lta de tiem po, algunas
hom bre, su cuerpo y su alm a, con b a rra s de hierro, h a s ta im presiones h a n ten id o que ser reco rtad as.

68
Sábado, 7 de Mayo. —San Agustín, en E sp añ a — según copia exacta de la original—- en la er­
m ita, reconstruida según d atos de construcción y en el
Florida lugar de la prim itivam ente fu n d ad a por los españoles.
E x trao rd in ario oir, aquí y ahora, en el serm ón, los nom ­
bres de E sp añ a, Ponce de León y M artínez de Avilés, en
medio de m u ltitu d es que rezan al Dios por el que aquéllos
Por la m añana, en el hotel, desayuno seguido de «photo­
realizaron sus em presas de semidioses.
graphy and press», según el program a hecho por el señor
Nos convida a com er el Arzobispo, en com pañía del
Pellicer, P residente de la «Historical Society» de St. Agus-
Obispo, dos monseñores Mr. P. y F a th e r M., que acaba de
tine, Florida.
llegar de Miami, donde vive, p ara e sta r con nosotros. El
E l hotel, uno de los antiguos grandes hoteles americanos,
Arzobispo es u n a persona m uy inteligente y em prendedora.
fue m andado construir por u n m agnate del petróleo —re­ V iaja constantem ente por los extensos terrenos de su dió­
cordado, vestido de levita, en un gran cuadro de época
cesis a la que rige con dinam ism o, energía y g ran derroche
colgado en el hall— que inició con ello la explotación tu rís­ de espíritu de iniciativa, con ritm o igual al ritm o vertigi­
tica a fondo de L a Florida, la que hoy atrae am ericanos noso de los negocios aquí. A sus em presas las llam a «af­
de todos los rincones del continente, h a s ta originar esas faires». H a vivido en R om a y habla algo español ; por ello, su
m asivas y periódicas migraciones dentro de la USA y que inglés-americano se h a dulcificado m ucho y resu lta m uy
han producido ese extraordinario fenómeno de expansión fácilm ente inteligible, gracias a Dios, pues por el Sur el
de un a ciudad, que se llam a Miami. Los arquitectos y deco­ inglés resu lta to d av ía m ás difícil a causa de acentos locales,
radores recibieron la orden de hacer y decorar un gran edi­ que en algunos casos resu ltan francam ente chocantes. E sta s
ficio en estilo español. E l resultado fue este caserón, en autoridades eclesiásticas vestidas de «clerigman», in v itan ­
torno a u n gran patio, en el que m urm ura un hilo de agua do a com er en el m ejor hotel de la localidad, hablando libre­
en un surtidor conventual, m iradores y torres que parecen m ente de todo y, al mismo tiem po, estando m uy en lo
de influencia m ejicana y, en el interior, los techos con suyo, m e tra e n inevitablem ente a la m em oria el recuerdo
p in tu ra s polícrom as y escayola abundante que se rep arten de algunas diócesis europeas, de sus rebaños de fieles y de
carabelas y yelmos, entre frondas de vegetaciones, ta l vez sus pastores, y nunca estas p alab ras m e han parecido venir
heráldicas. Los escudos de todas las provincias, de ciudades ta n pesadam ente lastrad as de ruralidad.
y de personajes de E spaña, están colgados aquí y allí en
variadas formaciones. M ientras desayuno, levanto la vista
de los huevos fritos con bacón, entre el jugo de n ara n ja y
el acuoso café y m e encuentro con este rotundo letrero
celtibérico: «Soria pura, cabeza de E xtrem adura.»
Conferencia de prensa al estilo de aquí con abundantes Limes, g de mayo.— Florida
preguntas, como disparadas por am etralladoras, ¡y am etra­
lladoras en lengua inglesá! A sisten a ella Mr. A., del Cuer­
po de P arques Nacionales, portorriqueño de origen y gran
am ante de los estudios históricos y el señor Pellicer, el
Salida m uy tem prano p ara una pequeña excursión a la
presidente de la H istorical Society, hom bre de arraigo y
abadía benedictina de San Leo', excursión que ocupa un
gran actividad aquí, vicepresidente del «St. A gustine N a­
pequeñísim o pedacito del plano de carreteras de L a Flo­
tional Bank», descendiente de m enorquines, como clara­
rid a ... y que equivale, aproxim adam ente, a ir de M adrid a
m ente indica su apellido Pellicer, que aquí pronuncian
Barcelona. H acem os la excursión F ., el p ad re M. y yo en
Palisier, Mr. Palisier.
el «Chevrolet» negro del Arzobispo, conducido por el p a ­
Almuerzo en el hotel con M onseñor F. P ., encargado por dre M. y, a la vuelta, p o r F . Todo el paisaje es delicioso,
la Diócesis de St. A gustine del cuidado de la M isión N om ­
profundam ente arbolado y tapizado de u n a alfom bra de
bre de Dios, la prim era que se fundó en N orteam érica, con
verde hierba, m oteada por centenares o, ta l vez m illares de
el señor P. y con el señor A. P or la tard e, visita al Castillo
de lagos y laguitos de todos tam años. E n medio de este
de San Marcos. U na pequeña fortaleza, m uy im portante paisaje u n as carreteras cuidadísim as — utilizam os sucesi­
en su tiem po como defensa de San A gustín, flanqueo te ­ vam en te las ru ta s 1-17-11 — canalizan u n a m uy abu n d an te
rrestre de la ru ta de los galeones y adelantada defensiva circulación autom ovilística. De vez en cuando, las agrupa­
de las posesiones de E sp añ a ante la incesante m archa hacia ciones de casitas con ja rd ín individual se hacen m ás com­
el su r de los ingleses de Georgia. Conoció la clásica historia p actas, aparece el puesto de feria alegre de un su rtid o r y
de estos lugares: asedios y defensas, intercam bio con La estación de servicio y se suceden los anuncios de todo gé­
H abana, recuperación española y la final cesión diplom á­ nero, con escaparates y servicios: estam os atravesando un
tica, ap arte de historias m enores de piratería, no exentas de pueblecito, uno de esos pueblecitos am ericanos que, por
interés. H oy está m uy bien conservada por el Cuerpo de pequeños que sean, producen u na im presión gratísim a de
P arques Nacionales, excelente cuerpo que p resta servicios alegría, lim pieza y bienestar. E n algunas ocasiones, el pue­
de extraordinario interés en orden a la conservación, pero blo es m ayor y en posición de predom inio im p o rtan tes edi­
tam bién al estudio de la historia local —con un buen archi­ ficios, en los que juegan a co n traste crom ático ladrillos en­
vo, especialm ente de microfilm— y su conocimiento por el cam ados y v en tan as inglesas de guillotina, con sus m aderas
pueblo, al que hacen de guías los guardianes uniform ados. p in tad as de blanco, nos indican la presencia de un College,
Grupos num erosos m ulticolores y diversos de hom bres en con sus campus, en el que, frecuentem ente, se ven grupos
cam isas de colores, m ujeres en shorts, fam ilias, niños... de estu d ian tes haciendo deporte o trasladándose de un
visitan constantem ente estos lugares. Se calcula en medio lado a otro llevando voluminosos grupos de libros. Según
millón los que anualm ente pasan por el Castillo de San el P adre M. los estu d ian tes am ericanos se dedican menos a
Marcos y el producto de sus tickets de en tra d a se em plea estu d iar que a acarrear libros.
p ara rellenar el presupuesto de conservación, que es exce­
A veces, el pueblecito está form ado p o r agrupaciones de
lente. H ondea hoy, con la am ericana, una antigua bandera
rem olques vivienda, a los que frecuentem ente se h an ido
española.
adhiriendo superestructuras urbanas, tales como patios, an ­
ten as de radio y televisión, m acetas con flores, etc... O tras,
los anuncios — en los que siem pre se despliega gran cantidad
de ingenio p ara a tra e r la atención, por su com binación de
colores, su luz, su situación o su m ovim iento— tom an
Domingo, 8 de Mayo.— San Agustín, form as verdaderam ente graciosas. T al ocurre con los gran­
Florida des telones que se suceden d u ran te m illas y millas, anun­
ciando reiteradam ente las fuentes — springs— de Ponce de
León. E n ellos aparece Ponce de León, que nunca deja,
n atu ralm en te, su b arb a, su espada al cinto y su casco ca­
Misa y alm uerzo en el Club de golf, gozando de unas lado, del brazo de un a guapísim a b añ ista, «desvestida» con
horas excelentes en el campo. Después, con Mr. Pellicer, two pieces, en alegre cam aradería m archando por el cam ­
nos unim os a una peregrinación, un «Pelgrinaje», a la Virgen po — sin d uda hacia las fuentes, p a ra inducir al tu rista
de la Leche en la misión Nombre de Dios, la prim era en a hacer lo mismo— igual que si fueran un a joven p areja
estas tierras y anterior en unos doscientos años a las de de teenagers en vacaciones.
California. Rosario, serm ón y exposición, todo presidido G randes plantaciones de n aran jales perfectam ente for­
por el Arzobispo de San Agustín. L ugar delicioso bajo los m ados en sim étricas alineaciones ocupan todo el espacio
árboles abundantes y el m ar en el horizonte. Sol en la abarcable h asta el horizonte visible y arom an la m añana
ta rd e inm ensam ente bella. P az y u n a gran unción en la con su olor. Inm ensos rem olques llenos a rebosar de n ara n ­
m u ltitu d de creyentes, entre los que, con frecuencia, la ja s cruzan sin cesar las carreteras m últiples. Según el
n o ta de color de pieles negras, p ara las que aquí no hay P adre M. las n aran jas de L a Florida no son ta n grandes
segregación, según especial disposición del Arzobispo. O ra­ como las de California, pero tienen m ejor sabor. E sta s plan ­
ción ante la im agen de la Virgen de la Leche, reproducida taciones suceden a pastizales inm ensos en los que pacen

69
rebaños de razas diversas de ganado vacuno. E n estos rado u n a salv a cerrad a de aplausos al explicarles que los
casos, las agrupaciones u rb an as se hacen m enos frecuentes chicos que se veían en algunas tran sp aren cias eran hijos
y algunas veces las casas de m ad era tien en aspectos m ucho míos. D espués de la conferencia, desfile de descendientes
m ás pobres; pero c o n tra sta con la m odestia de la vivienda de los «minorcans» y m iem bros de la Sociedad y regalo
el gran coche estacionado a su p u e rta y casi n u n ca falta por su P residente de u n a edición en inglés del Barcia.
la an ten a de la televisión, lo que nos recu erd a h a s ta qué U na recepción al estilo de los desfiles en el Salón del tro n o
p u n to es ella el gran in stru m en to fo rjad o r de m asas de los en los Gobiernos m ilitares de provincias los días de F iesta
tiem pos modernos. Nacional.
Llegam os finalm ente a O rlando, u n a ciudad que se
E n el hotel, con F ., Mr. y Mrs. P., tom am os u n a «Coca-
anuncia como ideal p a ra retira rse y en la qu e existen, efec­
Cola» — a coke— en el b ar, an tes de acostarnos. U n acor­
tiv a m e n te m uchas urbanizaciones, «Retired homes», m on­
deonista nos pide perm iso p a ra to c ar «Spanish songs».
ta d a s con este fin. P arece que el hecho de que v iv a to d a v ía
R esu ltan ser algunos tangos, mezclados con: «Si a tu ven­
en ella un im p o rta n te general am ericano retirad o , com pa­
ta n a llega u n a palom a...» y o tras cosas p o r el estilo, que,
ñero del General P erkins de la P rim era G uerra M undial,
sin em bargo, suenan m uy bien aq u í y ahora. P or la p u e rta
le h a dado u n gran prestigio. P or o tro lado, el hecho de que
del b ar, ab ierta, puede verse algo de la decoración del
p uedan existir negocios del tip o de las urbanizaciones «Re­
pasillo que conduce al com edor. B ajo yelmo y lam bre-
tired homes» indica h a s ta qué p u n to es ésta, de retirad o ,
quines heráldicos u n escudo con fortalezas y to rre corona­
u n a situación que en este país perm ite gozar sin preocupa­
das de cruz. D ebajo, en un letrero, puede leerse P o n te­
ciones los últim os años de u n a v id a g astad a en su g ran vedra. ..
p a rte en un duro trab a jo . P o r esto aquí, la vejez es u n
espectáculo agradable y confortador, diría yo energético,
utilizando e sta p alab ra, «energetic», que ta n to g u sta en
este país. U nida a O rlando, W in ter P a rk es uno de los
lugares en que ta l vez con m ás ju sto m otivo puede decirse
que L a F lorida es u n au tén tico paraíso. E n él, cen tra la
v ida estu d ian til el «Rollins College» del que visitam os d ete­
Viernes, 13 de mayo.— Nueva Orleans,
nidam ente su Capilla, Salón de A ctos y Biblioteca. Los Louisiana
directivos del College nos ofrecen u n alm uerzo en u n
m oderno h otel —inaugurado hace dos meses— desde cuyo
com edor, en el piso m ás alto, se tiene la im presión de con­
te m p la r la exhu b eran te n atu ra lez a de L a F lorida desde
E l Alcalde de N ew O rleans, Mr. de Lesseps-M orrison,
u n a vivienda situ a d a en la copa de u n árbol, como es po­ m e h a conferido el n o m bram iento de ciudadano de honor
sible que la contem p laran los ojos de los h a b ita n te s in ­
de la ciudad en u n escrito acom pañado de u n a m in iatu ra
dígenas. A sisten varios profesores del College, en tre ellos
de la llave de la m ism a. Ju n ta m e n te con el E m b ajad o r
u n a española que explica lite ra tu ra española, desde hace
de Chile en la P an am erican U nion he sido declarado hués­
m uchos años y que, a p esar de su inteligencia y sus buenos
ped de honor de la ciu d ad — guest of honor— y nos h an
deseos, e stá aislada de E sp añ a y desconoce p o r com pleto
puesto un y a te a n u e stra disposición —el «Good neyboord»,
las últim as generaciones literarias de n u estro país. N adie
«Buen vecino»— p a ra recorrer las instalaciones p o rtu arias
p asa aquí de G arcía L orca y algunos ni llegan a él. Menos
del Missisipi. E l E m b a jad o r se h a venido con to d a su fa­
m al que C ervantes m an tien e en alza su prestigio. U n pedes­
m ilia y u n num eroso séquito y, adem ás, estab an a bordo
ta l espera la llegada o p o rtu n a de su b u sto en el P atio de
m iem bros de la C ám ara de Comercio, u n A lm irante y re ­
las N aciones, a él dedicado, en la «Casa hispánica», que
p resen tan tes del E jército y de las F uerzas Aéreas. Al p asar
visitam os después de alm orzar. E s u n a deliciosa casita
fren te a la Base N aval h a n sido disparados los diecinueve
an tig u a con m uebles españoles, algunos buenos, como u n as
cañonazos protocolarios p a ra u n E m bajador.
sillas y u n a cam a ca ta lan a de época en la h ab itació n de
A p esar de que el Servicio Meteorológico anunciaba un
los invitados. E n u n pequeño p atio , m u y bien am b ientado
to rm en tó n p a ra hoy, hace un sol espléndido y la brisa
con un pequeño cam panario y u n a virgen sevillana de azu­
ev ita el calor a bordo, donde alm orzam os deliciosam ente,
lejo tra s rejas, nos fotografiam os, em prendiendo seguida­
regresando a New O rleans a m edia tarde.
m ente el viaje hacia «St. Leo». S a n Leo es u n a abadía
V isito el Recepción Center del D ep artam en to de E sta d o
benedictina y sem inario, ju n to a los que funciona u n Colle­
y a las 4 p. m, m e recoge en el h o tel Mrs. E . S. que se h a
ge p a ra chicos, en m edio de un p aisaje de p u ra delicia.
ofrecido p ara acom pañarm e en su coche a v er lo que quiera
Dos alligator prisioneros en tre hierros después de c a p tu ra ­
de la ciudad. E l «appointem ent» es típico de los E stad o s
dos en las proxim idades, indican h a s ta qué p u n to la n a tu ­
U nidos, debido a la fa lta ab so lu ta de terren o p a ra el
raleza está aquí siem pre p ro n ta a volver p o r el rescate
«parking» de los coches (hay que te n e r en cu en ta que no
de sus fueros.
conozco a Mrs. S. n i ella a mí, n aturalm ente).
E x te n sa conversación con el A bad y con el F a th e r J e ­
Mrs. E . S. (Blue Oldsmobile) — W ill pick you up a t
rom e, antiguo am igo epistolar, anciano h isto riad o r que
th e G ravier S tre e t en tran ce of th e St. Charles H otel.
propugnó la traducció n al inglés y subsiguiente p ublica­
4.00 p. m.
ción del poem a sobre L a F lorida, del P ad re Escobedo, larga
Con Mrs. S., u n largo paseo en coche de dos horas por
em presa que está a p u n to de llegar a feliz térm ino. T ras
to d o s los barrios residenciales y . alrededores de la ciudad,
deshacer lo andado, en u n largo viaje de v u elta, del que
algunos de los cuales son deliciosos, d ando v istas al in ­
im presiona el derroche de luz de los pueblecitos am erica­
m enso lago. V isita al Club N áutico, P arq u e Zoológico,
nos, llegam os ya, m uy e n tra d a la noche, n u ev am en te a
cam pos de d ep o rtes y campus de las U niversidades de
St. A gustine.
T ulane y Loyola (Com pañía de Jesús). A las 6 p. m. vam os
a sn casa, u n a casita deliciosa y confortable en uno de los
m ejores barrios residenciales de New O rleans, donde nos
espera Mr. S., u n señor de m ediana edad, fu erte, bien con­
servado y sim pático. E s ta b a leyendo el prim er volum en
de la H istoria de los pueblos de habla inglesa, de Sir W hins-
Martes, io de mayo.— ,S an Agustín, to n Churchill. Comemos m u y bien los señores S. y yo,
Florida servidos por u n a sirv ie n ta negra, y después Mr. S. m e en­
seña su afición fav o rita — su hobby— unos bulldog ingleses
de aspecto feroz y com portam iento sociable, uno de los
cuales ganó u n im p o rta n te cam peonato. Vemos, en la te ­
Cocktail’s party y com ida con los m iem bros directivos levisión, u n com bate de boxeo en W ashington, donde un
de la «St. A gustine H istorical Society» en los «Trade negro de piernas y brazos interm inables p ropina u n a con­
Winds» — vientos alisios— u n re sta u ra n te decorado con siderable paliza a un blanco, en medio de los aullidos de
elem entos tropicales y en el que, a v o lu n tad , puede sim u­ un num erosísim o público, que debe estar com puesto, en
larse la lluvia y los relám pagos, los tru en o s y el viento su m ayoría, por negros. Surge inevitablem ente la conver­
de una furiosa te m p e sta d tropical. Los consabidos speeches sación sobre este g ran problem a in terio r de los E stad o s
al final de la com ida, a cargo de Mr. P resid en t (el señor U nidos; él y el problem a ruso están siem pre p resentes en
Pellicer) y yo. este país, en conversaciones, en rev istas, en periódicos...
A ntes de esta com ida y cocktails, interview en la R adio y aú n en los casos en que no se hab la n i lee de ellos, que
St. A gustine, con p reg u n tas sin p re p a ra r al estilo de aquí son pocos.
— very inform al— . D espués, v isita a la exposición h istó ­ H e aquí u n aspecto característico de la v id a n o rteam e­
rica p rep a ra d a por el Servicio d e P arq u es en la «Oldest ricana poco y m al conocido en E sp a ñ a y pienso que, en
House», sede de la «St. Aug. H istorical Society» y, final­ general, en E u ro p a ; el de su inm ensa, agradable, sencilla
m ente, conferencia en su biblioteca, p asan d o y explicando y n a tu ra l h o spitalidad. Mi relación de hoy con el m a tri­
cu a ren ta slides sobre M enorca, que h an ten id o u n gran monio S., y a, por sí m ism a, es reveladora de u n espíritu
éxito. La gente aquí es m u y fam iliar y sensible y h a disp a­ cívico y de u n a especial h o sp italid ad ; pero lo m ás carac­

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terístico y revelador y lo que, sin em bargo, sea ta l vez al pie de la le tra y no en su espíritu, podría objetarm e las
m ás difícil de d ejar registrado es la ex trem ad a n atu ra lid a d enorm es construcciones u rb an as de la cap ital federal. Pero,
con que se h a realizado. Como si nos conociéramos, no sólo a m i m anera de ver, estas construcciones acen tú an m ás,
de to d a la vida, sino desde el principio de los tiem pos. agudizan, afinan, las aristas del problem a porque es indu­
dable que existe en ellas un abism o en tre su intención y su
logro. E n su intención, pocas veces ta l vez, se m u estra m ás
claro el deseo de exteriorizar form alm ente, a trav é s de u n
despliegue urbano, u na v o lu n tad de poder y u n a realidad
de riqueza. E n su planeam iento, en la m ente de los polí­
Miércoles, 18 de mayo.— Alburquerque, ticos que la pensaron, W ashington es u n a ciudad profun­
Nuevo México dam ente im perial, cesárea, rom ana. Pero luego vino la
realización y ah í fallaron los proyectos, no por fa lta de
medios m ateriales, no p o r escasez de m árm oles, no por
fa lta de dinero, que se ve a rebosar, se respira en el «am­
M añana v isita a la U niversidad de New México, que biente» de todos los edificios. Pero no b a s ta copiar u n a co­
ofrece un duro contraste con la de T exas. Poseedora esta lu m n a griega p ara ten er u n a o bra de arte. L a copia puede
últim a de unos im portantes terrenos petrolíferos, cuya asp irar a Grecia. E l deseo del P arth en o n puede e sta r siem­
explotación saca periódicam ente a su b asta, cuenta con pre p resen te... y al mismo tiem po estar m ás o m enos au­
unas posibilidades económicas que la hacen colocarse, en . sen te su realidad estética. Todo esto y m uchísim o m ás
este terreno, en el segundo lugar en todo el país, después y m ejor que podría decirse de W ashington contribuye, a
de H arv ard y le proporcionan la posibilidad de te n e r un mi m anera, p ara m i sensibilidad, a darle ese aire incon­
cuerpo de profesores bien pagado, »y por ta n to m uy ele­ cluso y cam pam ental. Y W ashington está situ ad o a orillas
gido, asi como unos medios m ateriales extraordinarios, p er­ del Potom ac, en unos terrenos de relleno sobre lagunas,
m itiéndose, adem ás, el lujo de no exigir a los estudian tes sobre un perm anente y delicioso ta p iz verde. ¿ Cuál no
téjan o s m ás que u n a cantidad m uy exigua como derechos sería el efecto si nos traslad áram o s al desierto? Pues en
de m atrícula. Su biblioteca, enriquecida adem ás por im ­ medio de u n auténtico desierto, sin los m edios económicos,
p o rtan tes fundaciones privadas, es u n in strum ento de tr a ­ sin lluvia sobre un terren o reseco, sin la vida oficial y social
bajo de prim er orden, destacando en ella su sección griega de la capital federal, la cap ital u n iv ersitaria y económ ica
y, sobre todo, su sección hispanoam ericana de la que podría de N uevo México — la C apital política es S a n ta P e— pro­
decirse, como el vasco del cuento, que, en principio, lo duce inevitablem ente la sensación de que u n a inm ensa
tiene todo sobre e sta v asta m ateria. Su campus, bien cui­ trib u nóm ada hubiera acam pado por un tiem po en el de­
dado, rodeado de los modernos edificios de sus fraternitis, sierto.
sororilis y otros organism os estudiantiles, así como de E n medio de él, la U niversidad se extiende, d esp arra­
to d a s las iglesias que las varias confesiones h a n construido m ando un conjunto de edificios construidos todos en el
en los bordes m ism os del lím ite universitario —podríam os estilo mejicano del aquí llam ado Spanish adobe. E s del E s­
decir que con un pie dentro ,p ara irrad iar desde ellos sus tad o , como en T exas, pero e stá sostenida sólo por él y
m ovim ientos de apostolado y captación— dan a la U ni­ p o r las m atrículas de los alum nos que, en gran porcentaje
versidad de A ustin un aspecto grandioso, que corona, con proceden de fam ilias que viven en la localidad, sin a tra e r
m ás orgullo que buen gusto, una elevada to rre paralele- p o r ta n to a sus aulas los m illares de estu d ian tes de locali­
pipédica con im ponente reloj. De unos edificios a otros, dades ajenas, y au n ex tran jeras, que, en im presionantes
riadas de estudiantes de am bos sexos en continua tra sla ­ riad as de juvenil hum anidad, acuden cada año en m ayor
ción de clase a clase, en descanso o repasando n o ta s en proporción a la U niversidad de A ustin. Los m edios m ate­
postu ras realm ente m uy «informales», dan una n o ta de vida riales g uardan un riguroso paralelo con esas posibilidades
y co ntinuidad: son como la expresión viva de que algo no económicas. U n pequeño m useo antropológico — ¡en esta
v a a m orir. De que los d atos acum ulados en los libros van región, que es u n a m ina inagotable!— es el exponente
a fructiferar en cerebros jóvenes. De que los alum nos suce­ de esta m ayor pobreza. L a biblioteca, tam b ién m ucho m ás
d erán a los profesores. H ay algo vivo y auténtico ahí. m odesta, es otro reflejo inevitable, porque en ningún sitio
U na vital transm isión de la antorcha de la C ultura de u na se refleja m ejor u n a institución, u n a com unidad o u n a per­
generación en declive a una generación ascendente. sona, que en su biblioteca. Sin em bargo, en medio de ella,
Al p asar de T exas a New México el paisaje, siem pre la Sección hispanoam ericana es un oasis, bien cuidado y
m uy seco, v a adquiriendo gradualm ente u n a aridez to d a ­ ab u n d an te, gracias especialm ente al doctor F. V. S., dis­
vía m ayor. New México es, realm ente, un gran desierto, tinguido profesor, historiador e hispanista, que ocupa, desde
m oteado aquí y allá de pequeños oasis en los que se apro­ hace once años, el puesto de V icepresidente de la U niver­
vecha p ara in stalar un a ciudad. A lburquerque ocupa uno sidad, del que ansia liberarse p ara entregarse de lleno a
de esos pequeños oasis, pequeños en relación con la to ta ­ sus libros en preparación. El doctor S. es amigo personal
lidad, pues la ciudad tiene una extensión enorm e o, por del doctor H ., de A ustin, pero es un tip o hum ano radical­
m ejor decir, se desparram a a lo largo de una extensión m ente distinto. Algo m ayor en edad, reposado, con buen
enorme. Sin em bargo, no sé si la palabra ciudad es realm en­ sentido del hum or y aire algo descuidado. Con su pelo
te adecuada p ara h ab lar de A lburquerque. Al pronunciarla largo entrecano, hay algo de bohem ia en él que le d a un
acuden inm ediatam ente a n u estra im aginación u n con­ aspecto m ás hum ano, m enos duro y ejecutivo que H ., en el
ju n to de realidades y circunstancias, que en A lburquerque que, a veces, la pasión por la acción dom ina excesivam ente
no se dan ciertam ente y que podrían resum irse m uy breve­ el trab ajo . E l doctor S. h a form ado escuela y tiene dos
m ente diciendo que la N aturaleza h a sido vencida y dom i­ magníficos colaboradores inm ediatos en las personas de
n ad a por el hom bre. L a ciudad es el producto de la aler­ Miss A. y de Mr. B. E ste últim o, recién llegado de E sp añ a
gia del hom bre a ciertos elem entos naturales, el agua, el donde, según me dice, fue m uy bien atendido por el per­
v ie n to ... eso que se llam a la intemperie. Y en A lburquerque sonal del Archivo H istórico Nacional, especialm ente por
hay u n a perm anente sensación de intem perie. Pese a su su D irector. P rep ara trab a jo s m uy im p o rtan tes sobre el
larga calle central, de varias m illas de longitud. Pese a al­ te m a de la Inquisición en E sp añ a y parece que su publi­
gunos im portantes edificios m odernos, como el de las ofi­ cación exigirá la revisión de todo lo publicado en inglés
cinas federales y el m odernísim o y bello Sim s Building, sobre este tem a, incluso la o bra de Lea. que fue escrita
A lburquerque es m ás bien como un inm enso Campamento. con una idea preconcebida, buscando en los docum entos
\ olvemos aquí a encontram os con un aspecto m uy curioso confirmaciones a sus ideas previas, pero que una im parcial
y creo que m uy im portante de la vida am ericana: el no­ revisión de la to ta lid a d de los docum entos disponibles
madismo. B s necesario hablar b astan te de él si querem os obliga a revisar fundam entalm ente. H e aquí, pues, un
p en etrar en algo esencial a la vida am ericana. Pero no es capítulo de n u estra L eyenda N egra que iniciará u n a revi­
este el m om ento. Sólo ahora quiero resaltar que uno de los sión y precisam ente gracias a u na colaboración bien en ten ­
aspectos o m atices de ese nomadismo es la sensación de dida en tre los Archivos españoles y un investigador de
cam pam ento el aspecto cam pam ental, de algo inconcluso, u n a U niversidad norteam ericana.
que ofrecen m uchas ciudades am ericanas. Agrupaciones in ­ Precisam ente el te m a de esta necesaria y bien estable­
m ensas de pequeñas casitas —tiendas— en torno a dos o cida colaboración h a sido el fundam ental de la larga conver­
cuatro direcciones fundam entales •—calles se llam an ta m ­ sación que he tenido esta m añ an a con el doctor S., quien
bién en los cam pam entos auténticos— que facilitan gene­ me h a llevado a alm orzar al resta u ran te donde suele h a ­
ralm ente la división de la ciudad en distritos, según los cerlo su m ujer, que tra b a ja como profesora, con el deseo de
pu n to s cardinales de la rosa de los vientos, lo cual no deja presentarm e a ella; pero precisam ente hoy no h a ido.
de ten er tam bién algo de castrense y cam pam ental. Y D etalle curioso éste de la vida aquí en que m arido y m ujer
no se crea que esta sensación la dan sólo ciudades pequeñas no saben exactam ente cada uno dónde alm orzará el o tro
o grandes agrupaciones urbanas recientes, sin solera o tr a ­ en un día laborable cualquiera. L a com ida en general, pero
dición en el país. Por el contrario, ciudades ta n im portan tes m uy especialm ente el alm uerzo, es aquí un acto rap id í­
como W ashington me han producido este mismo efecto simo que se hace en p u ro cum plim iento de la necesidad de
las veces que la he visto. Quien in te rp re ta ra los escritos su sten ta r el organism o con determ inada dosis de proteinas,

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v ita m in a s... con el ob jeto de seguir tra b a ja n d o a co n tin u a­ Lunes, 23 de mayo.— Santa Bárbara,
ción, no buscando en el acto el m enor p lacer g astro n ó ­
mico. Se come p u ram e n te p a ra vivir, al revés d e o tro s California
pueblos que d an la im presión d e v iv ir p u ram e n te p a ra
comer.
7 a. m . S alida h o tel p a ra estación. Y a a e s ta h o ra
im presionante riad a de autom óviles en alineaciones d e a
cu a tro en ca d a dirección. E n Los A ngeles — la ciu d ad que
posee m ás autom óviles del m undo— es donde m ejor puede
Domingo, 22 de mayo.— Los Angeles apreciarse esta n u ev a civilización m ecanizada del a u to ­
móvil qu e son los E sta d o s U nidos. L a m ism a ciudad, que
California es m o nstruosam ente deform e m edida con m ódulos europeos,
es, sin em bargo, la ciu d ad m ás lógica del m undo si se p a rte ,
com o u n id ad de evaluación, no del hom bre aislado, sino
el hom bre-autom óvü norteam ericano, que es u n a de las
E l tre n atrav iesa inm ensas llan u ras desérticas, m ien tras
características que tipifican este pals. A dm itido este su­
se to m a el desayuno. A trav é s de los cristales del wagon-
puesto previo, no pueden considerarse com o d ato s la m era
re sta u ra n t, se n o ta el am biente e x terio r — pesado y cálido—
capacidad física del hom bre dinám ico, de velocidad o de
y, después del desayuno, se agradece m ucho u n a larga
rad io de acción, en sus posibilidades de traslación. T a m ­
estan cia en el w agon-lobbie, cuyo aire acondicionado pro­
poco el hom bre estático ocupa solo el espacio de su p er­
porciona u n a agradable te m p eratu ra . D espués, se ve, a
sona, de su casa o de su oficina, sino ese espacio, m ás el
tra v é s de las v en tan a s, el prodigio — del o rd en casi del
espacio necesario p a r í a p a rcar su autom óvil. H e aquí,
m ilagro— de inm ensos arenales a los que, a fuerza de riego
pues, cóm o surge uno de los m ás acuciantes y m ás típicos
se les saca la producción de h ierb a p a ra p asto del g anado de
problem as norteam ericanos, el del ap arcam ien to o parking.
¡ los ranchos, que se suceden sin p a ra r, lo m ism o que las
E n ciudades inm ensas, pero to d a v ía concebidas con m en­
s pequeñas ciudades, esas ciudades am ericanas, como de
ta lid a d europea, com o N u ev a Y ork — ciudades m ás bien
feria, con sus pintorescas estaciones-servicio. V agones vie­

¡
verticales— , el problem a parece, p o r el m om ento, insolu­
jos de tre n utilizados como oficinas. R em olques em pleados
ble. De aq u í que, en el in terio r de N u ev a Y o rk debe irse
en ca n tid a d com o vivienda. P or to d a s p a rte s aflora ese
a pie o en M etro si quiere llegarse a los sitios a tiem po.
nomadismo que está en la sangre de A m érica.
De ahí, tam b ién, que cuando u n a ciudad pu ed e m o n tarse
11,55 a- m. L legada a la estación de Los Angeles en la
a la inversa, p artien d o d e las necesidades del hom bre-
que m e espera Mr. S.
autom óvil am ericano, ese m oderno centauro, m ita d au to ­
R ápido baño en el h o tel y alm uerzo en casa de Mr. S. m óvil, m itad hom bre, n ad a mitológico, sin em bargo, sino
con él, su m ujer, su herm ano — un b uen arq u itecto de estricta m e n te real, p ro d u cto típ ico de u n a época, histórico,
N ew Y ork— y la m u jer d e este últim o. L a casa d e los S., p o r ta n to , surge u n a ciudad com o Los Angeles, p ro to tip o tal
p ro y ectad a po r su herm ano el arq u itecto , es realm en te u n a vez de u n a ciudad n o rteam erican a horizontal. U n proble­
m aravilla, que m u estra el grado de confort de la v id a am eri­ m a secundario im p o rta n te, uno de los m uchos que se ori­
I
cana m edia. E s u n g ran chalet de u n a sola p la n ta , m uy ginan es el de la form ación de u n a p erm an en te cap a de
extendido, situ ad o en el cen tro de u n a apreciable extensión niebla, p ro ducto, en tre o tra s cosas, de los escapes de ta n to s
de terren o , que contiene, adem ás, h u erto de árboles fru ­ m otores de explosión, que oprim e m ás qu e corona, a la
ta les — al señor S. le g u sta com er la fru ta d irectam en te inm ensa ciudad, produciéndola u n a p erm an en te ja ­
to m a d a del árbol— p ista de ten n is, piscina, b año de vapor, queca.
estudio de tra b a jo del d u eñ o ... etc., adem ás de irnos p re ­ A com pañado del G eneral B., P resid en te local de la
ciosos greens, con h ierb a supercuidada. Todo el b arrio re ­ H ispanic Society, v isita a la Misión de S a n ta B árb ara,
sidencial en que está enclavado está constituido p o r chalets donde nos esp erab a y acom paña el franciscano P h a te r O’B.,
sim ilares, teniendo com o vecino inm ediato al de la a rtista que es u n a ex tra o rd in aria persona, m uy inteligente y cor­
de cine S usanne H ayw ard. E l in terio r es igualm ente m o­ dial. E l jo v en P h a te r O ’B., h a tra b a ja d o con el y a anciano
derno, cóm odo y m uy confortable. L a m esa m oderna, en L a Mur, el conocido h isto riad o r de P ra y Ju n íp e ro S erra
form a de doble riñón, que no p erm ite u n a colocación si­ y su época. V istos con ex trao rd in ario deten im ien to todos
m étrica, sino asim étrica, de los com ensales — elim inando los detalles de la Misión y de m odo especial capilla, biblio­
de an tem ano to d a preocupación de pu esto s y categorías te ca y archivo, donde tien en , conservada cuidadosam ente,
en la colocación— es como un sím bolo de m u ch as cosas copia del ex pediente de canonización de F ra y Ju n íp ero
m u y im p o rta n tes y arraig ad as en la v id a n o rteam erican a, S erra y m uchos docum entos, d ato s y m icrofotograflas de
y facilita la disposición «informal» a la que los hom bres in terés p a ra la h isto ria de California en general y m ás p a r­
ay u d an quitándose la ch a q u eta p a ra defenderse de un ticu larm en te del periodo hispánico y de las Misiones. R e­
calor, en v erd ad fu erte y pegajoso. S irven a la m esa dos su lta e x tra o rd in aria y p ro fu n d am en te em ocionante la con­
negras —negras como el b etú n — , em b u tid as en b lan q u í­ tem plación de los restos, m uy bien conservados unos y
sim os uniform es de te la de nylon o dacron y la com ida, resta u rad o s otros, del g ran sistem a de v id a, tra b a jo y o ra­
m u y buena p o r cierto, es serv id a ta m b ié n con esa «informali­ ción que era u n a M isión: la capilla, la s celdas, los «oficios»,
dad» am ericana, en lo que se refiere a l a m ezcolanza de p lato s los resto s del acueducto p a ra irrigación de esta s tie rra s,
y gustos diferentes. Como siem pre, los icecreams am erica­ m o n tan d o las b ases de u n cultivo perfecto del cam po, que
nos fran cam en te buenos y el coffee, fran cam en te aguado. hoy se sigue con m edios técnicos m odernos, pero sin fu n d a­
Casi inm ediatam en te después de alm orzar, m u y en las m entales cam bios en su concepción funcional.
prim eras horas de la ta rd e , a u n a h o ra en que en la m ayoría V isita al soberbio edificio del County, hecho en u n estilo
de las casas en M adrid se esta ría alm orzando, em piezan a «español», que si nb es en realid ad ex cesivam ente puro,
llegar los prim eros in v itad o s al «cocktail’s party». es, sin em bargo, m u y de agradecer a los ciudadanos de
E l servicio es reforzado p o r u n barman, ta m b ié n negro. S a n ta B á rb a ra p o r su b u en a intención y el deseo de no
E n tre los invitados figuran profesores de la U niversidad d e ja r m orir el p asad o español, que se recu erd a aq u í a
de California, en sus campus de Los A ngeles; el Cónsul ca d a m om ento. E n el g ran salón de sesiones, u n a am biciosa
de E sp añ a en esta ciudad, escritores de guiones p a ra p e­ p in tu ra m ural cubre to ta lm e n te sus pared es, contándonos
lículas, de H ollyw ood, businesmen con sus puros, enérgica­ la h isto ria de S a n ta B árb ara. E n ella pued e leerse te x tu a l­
m ente m ordidos, y u n rab in o con ca ra ta lm ú d ic a y u n a m en te, com o explicación d e u n a s escenas, p in ta d a s a g ran
m u jer gorda y sim pática. Los in v itad o s que h a n llegado ta m añ o :
m u y tem prano, se m arch an tam b ién tem p ran o . N o se está «1542 fifty y ears a fte r Colum bus J u a n R odríguez Cabrillo
aquí m ucho tiem po en los cocktails. Como siem pre, lo lan d s a t L as Canoas w ith th e F lag of Spain.»
im p o rta n te es cam biar, m overse. Todo lo que q u ed a y 1786. F ra y P resid en te F erm ín de L asu er b u ilts th e
perm anece corre el riesgo d e caer bajo el dom inio lingüís­ X th . Misión a t S ta. B á rb a ra a fte r th e d ea d of F ra y J u n í­
tico y la prisión filosófica de la p a la b ra — trem en d a p a la ­ pero S erra a t Carmen.»
b ra — obsolete, anticuado. Y al final del m u ral, este o p tim ista rem ate, en español:
P o r la noche com emos, y a en fam ilia casi, los dos m a tri­ «Salud y P esetas. G racias a Dios.»
m onios herm anos, m ás u n te rc er m atrim onio am igo, todos V isita al C ity H all y visto la E ncom ienda de Carlos I I I a
invitados po r Mr. S., u n as excelentes tru c h a s en u n re sta u ­ la ciudad. V isita al M ajor (Alcalde).
ra n te agradable y m u y de m oda, p u es h a sido alabado A lm uerzo con el G eneral B. en u n a especie de p a tio
públicam ente y por escrito, por Louela P arson. E n el ja r ­ andaluz, al aire libre. T om ado el abalone, m arisco clásico
dín del re sta u ra n te , u n a serie de laguitos y can alito s a rti­ de la co sta californiana. T ard e, fotografía con el M ayor
ficiales, ligados por unos puentecitos, casi de ja rd ín «japo­ y u n bailarín que m arch a a E sp a ñ a p a ra docu m en tarse en
nés», donde se pueden pescar tru ch a s. D espués de com er, dan zas españolas con v istas a los festivales que anualm ente
largo paseo en coche — el magnifico «Lincoln» d escap o ta­ se celebran en S a n ta B á rb a ra, titu lad o s «Old S panish
ble de Mr. S.— a lo m ás im p o rta n te de la ciu d ad ; campus days», cuyo nom bre b a s ta p a ra d arn o s id ea de su signi­
u niversitario, zona residencial de B everly H ills... etc. ficado. R ecorrido delicioso, rincones españoles que sobre-

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viven, am orosam ente cuidados, y adobes de antiguas fam i­ m ás cualificados y al preocuparse constantem ente por todos
lias. Largo recorrido en coche por los alrededores de la aquellos problem as prácticos, de aplicación inm ediata, de
ciudad, que es realm ente m u y herm osa, abierta, sim pática las teo rías científicas a las realidades sociales, económicas,
y española. industriales, comerciales y de to d o género de la vida. P or
ello, el profesor universitario, si bien no es uno de los jobs
m ejor pagados de este país — si bien lo está en form a que
p erm ite u n a dedicación to ta l, y despreocupada de aten ­
ciones m ateriales inm ediatas, a la ta re a científica y pedagó­
Viernes, 27 de mayo.— San Francisco, gica— es, en cam bio, uno de los que confiere m ayor cua-
lificación social, cosa m uy im p o rta n te aquí, donde corren
California paralelos u n a dem ocrática igualdad política con u n a tr e ­
m enda discrim inación social — que hace de la p alabra
exclusivo (el club m ás exclusivo, la sociedad m ás exclu­
siv a...) algo en teram en te made in U S A — . D on Eugenio
9 a. m. S alida p a ra S tandford U niversity, donde estoy D ’Ors nos habló de ciertas co n stan tes históricas encarna­
citado con el profesor H ., D irector de la Sección de E stu d io s d as en d eterm in ad as realidades arquitectónicas (la idea
H ispánicos, director de la R adio «La U niversidad del Aire» m onárquica y la cúpula por vía de ejemplo). Pues bien,
y rep resen tan te del D epartam ento de E stado. yo m e atrev erla a decir que estas to rres de las bibliotecas
Casi to d a la m añ an a y p a rte de la ta rd e , invertid a en la centrales — las m ain libraries— del sistem a bibliotecario
grabación de seis conferencias p a ra la U niversidad del norteam ericano representan, en u n sentido d ’orsiano, v a­
Aire, estación de radio d estin ad a a H ispanoam érica, con lores históricoculturales equivalentes a los que, en su
m ás de un m illón de auditores. m om ento, representaron en E u ro p a los cam panarios y las
A lm orzado en el re sta u ra n te de la U niversidad con los cúpulas de las catedrales.
Profesores H . y B ., este últim o Jefe de la Sección de L en­ E n este sentido, ninguna ta l vez ta n rep rese n tativ a como
guas de la m ism a. E . es u n m exicano de gran finura in te­ la de la U niversidad de T exas, en A ustin. L a propia U ni­
lectual, pero sum am ente concentrado, introverso, h a sta versidad ocupa u n lu g ar casi cen tral y dom inante sobre la
parecer falto de vitalidad. E stu d ió en E sp añ a y conoce de ciudad en tera y el centro de la U niversidad está ocupado
su época de estudios a varios buenos bibliotecarios espa­ p o r su biblioteca, coronada por su soberbia —n u n ca m ejor
ñoles. Conoce, tam bién, m uchas cosas de la E sp añ a de em pleada la p alab ra— to rre, que dom ina la ciudad en tera,
la época juvenil de sus estudios, y, parece que su panoram a incluso la cúpula del Capitolio, sede del G obernador del
de nuestro país se quedó p arado en aquella hora. Su con­ E stad o y que, como se sabe, es en T exas, un a pulgada
cepción política canaliza su afecto hacia aquella m ism a m ás a lta que la del Capitolio de la C apital federal, W as­
E sp añ a, hoy tam bién con u n paisaje suspendido en el hington.
tiem po sobre n u e stra in te rn a realidad nacional. L a S tan d fo rd U niversity es otro tip o de universidad.
T arde. V isita a la B iblioteca de la U niversidad y a la P roducto de u na inicial donación del R ancho de Palo Alto,
Biblioteca H oover. L a prim era no tiene especial significa­ e in stalad a en él, posee el m ás extenso campus universi­
ción, d entro desde luego del general funcionam iento exce­ ta rio del m undo y h a posido p erm itirse el inm enso lu jo de
lente de las bibliotecas aquí. m an ten er un tu p id o telón verde, de frondoso arbolado,
E n la segunda se dan dos características que requieren en tre las vecinas y q u ietas agrupaciones residenciales y
especial mención. Prim ero, su naturaleza, y a que se tr a ta las instalaciones u niversitarias que, lo m ismo que las resi­
de u n a biblioteca especial e independiente dentro de su dencias de profesores y alum nos, están disem inadas y como
conexión con el sistem a bibliotecario general de la U niver­ un poco perdidas en el inm enso y delicioso bosque. L a p arte
sidad. E s sabido que los P residentes de los E stad o s U nidos cen tral corresponde m ás bien a la inm ensa capilla — con
tienen derecho, reconocido po r Ley federal de la Nación, num erosos mosaicos hechos por m anos italian as— y copias
de llevarse consigo todos los papeles —oficiales y priv a de arcad as rom ánicas, que confieren a to d a la edificación
dos— de la época de su m andato presidencial. E s ta ley, un cierto aire religioso, expresión a la vez del espíritu pro­
concebida y cum plida p a ra ev itar que un P residente fu n d am en te religioso de la esposa del d o n an te y de per­
saliente pudiera se r objeto de ataq u es por enemigos polí­ m anente m em orial funerario del hijo único — m uerto p re­
ticos, basados en u n a interpretación parcial de su propia m a tu ram e n te en Ita lia — de u n m atrim onio rico, que hizo,
docum entación, h a originado la pérdida de considerables e en su recuerdo, la donación.
im p o rtantes docum entos p a ra la historia de este país. Con Sin em bargo, merece aquí destacarse la torre-depósito
el o b je to de evitarlo, es ah o ra tradición el establecim iento de la Biblioteca H oover, por co n stitu ir u n a especie de ré­
de u n a fundación presidencial p ara la constitución de un a plica en cem ento de la to rre de la cated ral nu ev a de Sala­
biblioteca o m useo donde se conserven m useal y archivística- m anca, en E spaña.
m ente los papeles y recuerdos del P residente cuyo nom bre Si aq u í la to rre no tien e esa orgullosa función de ser el
lleva, m ás u n as colecciones de libros especializados en un sím bolo de la elevación u n iv ersitaria, cum ple perfecta­
te m a concreto. T al es la H oover L ibrary, fundada en honor m ente su misión, igual en todas, de ser el g ran depósito
del ex Presidente H oover, distinguido Profesor que fue de de la biblioteca. E sta s se construyeron en la época en que
esta U niversidad y hoy m iem bro del Board of trustees o
P atro n ato de la m ism a. Lo que constituye la Biblioteca
propiam ente dicha, son fondos especializados, por especial
en tre los arq u itecto s y los técnicos en biblioteconom ia p re­
valecía la te o ría de la m ayor econom ía de la circulación
vertical, y como aquí, en A m érica, las te o rías no se quedan
(STANDFORD
deseo de H oover, en el te m a «Revolución, guerra, paz»
(ver papeles Stanford), y el Museo tiene dos secciones:
una, p equeña, d estin ad a a Mrs. H oover, y en realidad ta l
en tales, sino que se trad u cen en realidades, todos los depó
sitos principales de las grandes bibliotecas de la época
están situados en construcciones con evidente predom inio
UWtRSny
vez excesivam ente dom éstica, p a ra todo lo que no sea u n a de la verticalidad, como siguen construyéndose en otros
historia m uy personal e íntim a, y o tra, dedicada al ex países, así en la Biblioteca N acional M artí, de Cuba, cuando
P residente, en la que él tien e su m esa de despacho y trab a jo y a aquí, en los E stad o s U nidos, son m uchos m ás los
cuando viene a p asar tem poradas a Standford. G uarda d etracto res que los p artid ario s de este sistem a de depó­
estos papeles con un sentim iento y u n a pasión ex trao rd i­ sitos. Son legión los bibliotecarios a quienes h a oido qu ejar­
narios una señ o rita y a m ayor, m uy fum adora, que, con se de que u n a leve interrupción en los m ontacargas y en
aspecto algo estrafalario y voz carraspeante cuenta las los ascensores d eja paralizad a la vida de la biblioteca
excelencias del m useo y de la persona en cuyo honor se entera.
fu n d ara, exigiendo con su ac titu d u n a atención casi reli­
giosa de los visitantes. Creo que se tr a ta de u n a antig u a
secretaria del propio H oover, que h a ocasionado alguna
dificultad a la U niversidad de S tandford al llevar a la
prensa algunas de sus ideas personales, no siem pre o portu ­
nas. L lam a agradablem ente la atención, entre los libros y Domingo, 29 de mayo.— San Francisco,
recuerdos la bella edición de la traducción al inglés del California
Arte M etálica, realizada po r Hoover.
L a o tra p articu la rid ad es la torre-depósito de la biblioteca.
No debiera serlo, en principio, puesto que estas torres-
depósito son características de bibliotecas am ericanas y, Misa en la iglesia católica de C hinatow n, fu n d ad a por el
m ás aún, de bibliotecas de universidades. Así te n ía que ser prim er Obispo de San Francisco, español, que se llam aba
pues son ellas, en cierta m edida, resum en, com pendio y A lem any y era de C ataluña. M uy bella y grande iglesia y
expresión de dos grupos de ideas. Uno de ellos concierne al la m isa, como siem pre aquí, u n a com pacta y em otiva re­
propio orgullo universitario. L a U niversidad ocupa un unión de creyentes. D espués, atravesam os el Golden
lugar preem inente en la vida am ericana, y, con razón, G ate, p a ra gozar la contem plación de S an Francisco desde
pues ella h a contribuido y sigue contribuyendo en prim era la o tra ribera. E l aspecto es sencillam ente im presionante,
fila, a la grandeza de este país, al form ar a sus hom bres por su equilibrada com binación d e grandiosidad y belleza.

73
E s ta o tra ribera, salvo en u n a p a rte de instalaciones mili­ de los E stad o s U nidos de A m érica con respecto a n u estro
ta re s, que se atraviesa ráp id am en te, está form ada p o r u n a país. E s necesario darse cuenta, de un a vez por to d a s,
agrupación u rb an a residencial que tien e fam a de ser m uy que en las universidades am ericanas tenem os m al am biente.
bohem ia, algo así como un pequeño M o n tm artre o G reen­ Y que de estas universidades salen las cabezas rectoras del
w ich W illage. Desde la te rra z a del único re sta u ra n te que país. Si, de verdad, creem os que este inm enso país (los
la tiene, alm orzam os contem plando u n espectáculo de u n a E stad o s U nidos de América) tiene algún peso decisivo en
belleza que a la vez tiene algo de la im presionante m ajestad los acontecim ientos del m undo m oderno, y que algo es
u rb an a de N ueva Y ork en su Skyline y de la p ro fu n d a y posible hacer en com ún con él, lo prim ero que E sp añ a
tie rn a h um anidad de los lagos italianos, en la p a rte de las necesita es conquistarlo, en los m últiples aspectos en que
pequeñas calas donde am arran los balandros, que hoy, esto es necesario y posible: tra ta n d o de vender p ro d u cto s
aprovechando el dia festivo y el b u en viento, se h an la n ­ españoles aquí previos serios estudios de m ercado, tra ta n d o
zado a poblar de p u n to s blancos la inm ensidad azul de de que, periódicam ente y en form a sim pática, se hable
la bahía. de to d o lo agradable de n u estro país, que no es poco,
De v uelta, param os u n m om ento fren te a la e s ta tu a del colocando profesores españoles de g ran calidad en las
constructor del puen te Golden G ate, el de m ayor luz del U niversidades am ericanas, recuperando la dirección de los
m undo. E s una e s ta tu a en bronce, dem asiado ch a ta y sin Sem inarios de E spañol, colocando m ás inm igrantes espa­
gracia, sobre un m uy pequeño pedestal, lo que le d a como ñoles, conseguida la derogación de los actuales e in ju sto s
el aire pesado y poco gracioso de ta n ta s e s ta tu a s bolche­ cupos..., etc. L a ta re a es inm ensa, pues to d o está por
viques de Lenin. E n la p laca puede leerse: h acer; pero sin d ejar de valo rar to d a s sus dificultades,
estoy convencido de que los resultados p agarían m uchas
Jo seph B. S trau s veces el esfuerzo. No deben olvidarse tam poco los núcleos
Chief E ngineer G olden’s G ate Bridge de hispanism o científico en U niversidades con buenos
fondos españoles. (H arw ard, A u stin ...) y de hispanism o
Se n o ta que el verdadero m onum ento no es éste, sino el
p o p u lar en regiones de abolengo español (Florida, N ew
puente mismo, un m onum ento racional de caten aria de
México, California...).
ecuaciones diferenciales a la intrepidez, a la ten acid ad , a la
V isita al señor J . P eriam D anton, D irector de la E scuela
inteligencia y al tra b a jo del hom bre. Al lado del m onu­
de B iblioteconom ia de la U niversidad y au to r de L a for­
m ento a S tra u s una sección del cable principal — m ain
m ación profesional del bibliotecario, publicada por la
cable— y la inscripción:
UNESCO.
G olden G ate Bridge
W orld’s longest span
4.200 feet
Contains 27.253 wires
L ength of wire 80.000 ms. Martes, 1 de junio.— San Francisco,
W igth 3.000 lbs. per lin. ft.
W eigth of cable 23.250 Tons. California
Y los niños juegan m ontándose en los lomos del m ain
cable, como si fueran la m o n tu ra de u n caballo. Se piensa
inevitablem ente en el A cueducto de Segovia y luego en V isita al M ayor de San Francisco, Mr. George Chistofer,
la tradición m edieval, que liga la construcción de los acom pañados del Cónsul de E sp añ a, del «Capitán» y del
p uentes al diablo y, a veces, al am or. Siem pre faltab a Jefe de la Oficina d e T urism o española. E l edificio del
u n a p iedra o u n a h ora p a ra te rm in a r la o bra a tiem po. A y u ntam iento de S an Francisco ocupa en teram en te uno
Siem pre la intervención del diablo conseguía finalizar el de los lados de la G ran P laza d estin ad a a edificios oficiales
trab a jo . Siem pre un alm a como pago p o r la lab o r diabó­ de la A dm inistración de la ciudad, del E sta d o y federal.
lica. ¿Qué h a b rá exigido, cuál h a b rá sido el pago exigido L a su n tu o sa escalera del A yun tam ien to corresponde, en el
po r el diablo p a ra el Golden G ate? interior, a la bella cúpula exterior, que descubre sus p re­
Noche. Visito «El Toreador», m uy elegante y bien tensiones de Capitolio. E l A lcalde es u n hom bre fornido,
puesto bar español, con re tra to s de «Manolete», B elm onte..., de ed ad m ediana, que llegó de Grecia a los nueve años y
carteles de toros, u n a g ran cabeza de toro, deliciosos cu a­ que hizo fo rtu n a personal con el negocio de granjas. H a
dros antiguos y grabados antiguos de T aurom aquia. R eal­ em prendido — como D e Lesseps-M orrison en N ueva
m ente m uy bien puesto. E s la o bra de u n antiguo cónsul O rleans— u n a lim pieza de los garitos y de las diferentes
am ericano en E sp añ a, g ran aficionado a los toros y au to r form as de p ro stitu ció n que infectaban la ciudad, que to d a ­
de u n a novela sobre am biente ta u rin o , con el m ismo n om ­ vía tien e en sus burlesque u n a lacra difícil de ex tirp ar.
bre de este bar. D espués visito night club m exicano, con N atu ralm en te, el A lcalde es m uy com batido en esos tu rb io s
españolada, en un am biente de suciedad y grosería. ¿Será m edios por su decidido em peño de lim pieza m oral de la
éste el pago por el G olden G ate? ciudad y parece que no to m a to d o lo seriam ente que debiera
el problem a de su seguridad personal (siem pre am enazada,
tam b ién , como la de Lesseps-M orrison en N ueva Orleans).
L a en tre v ista h a sido brev e y m uy cordial. Le he entregado
el pergam ino, que m e fue enviado desde P etra, por el
P residente de la Sociedad, nom brándole m iem bro de la
Lunes, 30 de mayo.— San Francisco, Sociedad de Amigos de F ra y Ju n íp ero S erra y él m e ha
California entregado la llave de la ciudad en hom enaje personal. La
llave es inm ensa y no m uy b o n ita ; pero es el m áxim o honor
que concede la ciudad. O tra igual fue concedida al Presi­
den te Gronchi de I ta lia y con este m otivo la p rensa local
V isita a la Biblioteca de la U niversidad de Berkeley, llam ó la atención del A lcalde sobre la conveniencia de cui­
alm orzando en el Club U niversitario con la p lan a m ayor d a r m ejor este regalo, adecuando su expresión form al a su
de los bibliotecarios del sistem a bibliotecario de la U ni­ a lta significación.
versidad, presididos por el librarian Mr. G. y con asisten­ E n el Club N áutico — desde el cual se ve u n a bellísima
cia del Profesor A., que se ocupa de te m a s de h isto ria p erspectiva de la bah ía— , alm uerzo ofrecido por los S erra
relacionados con E sp añ a. Todo el día in v ertid o en esta Club, de California, y el S erra Club, de San Francisco, con
visita. B iblioteca especializada en te m as históricos espa­ asistencia de num erosos m iem bros y los P residentes de
ñoles y am ericanos... Ver papeles de B erkeley y recordar am bos. Cada uno de los S erra Club ad m ite u n núm ero
en esta U niversidad la belleza de su campus y la general lim itado de businesman católicos. Son, pues, selectos y
adecuación en él de los edificios a la n atu ra lez a y, en los exclusivos. P or ta n to , enorm em ente im p o rtan tes. Cabe
edificios mism os, un ponderado equilibrio en tre funciona­ h acer m ucho con ellos.
lismo y sentido estético de líneas clásicas, que hace de este Noche. In v ita d o a com er con Mr. y Mrs. F. en The
conjunto universitario algo grandioso y m u y g rato a la Glad H and, u n m u y pintoresco re sta u ra n te de la o tra
vista, sobre todo después de h ab e r visto el pastiche gótico- orilla de la b ah ía (pasado el Golden Gate), donde se sirven
rom ánico-bizantino de S tandford. T am bién aq u í la v isita u n as langostas m uy b uenas por unas cam areras m uy e stra­
resu lta m ejor, pues, afo rtu n ad am en te, no existe un pro­ falariam en te vestidas. E l local tiene am biente. Parece
fesor H . que quiera m onopolizar, y se puede h ab lar m uy algo de la Côte d ’A zur o de la R iviera. Del m atrim onio F .,
librem ente con todos, m áxim e al no ex istir en ellos u n a el m arido se dedica a im portaciones y la m u jer tra b a ja
deliberada opinión co n traria a E sp añ a, aunque, realm ente, en el S tan d fo rd R esearch In s titu te en cuestiones de eco­
el Sem inario de E spañol es de u n a pobreza que d a pena. nom ía. E sp era u n niño y está asu stad a en form a que nunca
Creo que si E sp añ a no recupera estos Sem inarios en las alcanza a disim ular. D esde luego no es p ara m enos, pues
principales universidades n orteam ericanas es inútil espe­ aquí, sin servicio, en m atrim onios jóvenes, sin tam poco
r a r cualquier cam bio de opinión de los elem entos dirigentes dem asiado dinero, el papel de la m adre es enorm em ente

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sacrificado. D espués de la com ida, a Santro's, u n ex tra ñ o au tén tica «paz conventual» — hecha de mil elem entos su­
museo en que se d an c ita las cosas m ás ra ra s y dispares tiles, difícilm ente definibles— , fren te al cam panario hispa-
—antiguos coches, cosas de enanos, u n a S agrada Cena no-morisco de San Carlos de Borrom eo, en Carmel. E m p e­
escenificada..., etc.— y u n skating inm enso, donde gente cemos aislando de las dem ás u n a de estas ideas, la últim a
joven p a tin a al son de m úsicas adecuadas. E s u n a e x tra ñ a enunciada: el hecho, p o rtentoso, de encontrarm e fren te a
mezcla de cosas, un entrechoque de m undos, m itad genial u n a reliquia, suave y bella, de esa conjunción arq u itec­
m itad dem encial, escenificado — creo— por u n antiguo tó n ica de cu ltu ras que es lo hispano-m orisco. Los m isione­
director de circo, que, m uy propiam ente, pudo poner en ros españoles en California tu v iero n que crearlo to d o desde
grandes letras a la en tra d a: sus principios, orígenes y fundam entos. N o encontraron
«If you h av en ’t seen S u tro ’s, Y ou h av en ’t seen San aquí restos de grandes civilizaciones, como la azteca, m aya
Francisco», pues este «parque museo» —llam ém osle así— o incaica, sino u n m undo como recién salido de las m anos
resum e en su desordenada variedad algo de la desorde­ del Creador y u n as agrupaciones h u m an as en plena edad
n ad a v ariedad de S an Francisco, O riente y Occidente, de piedra, com puestas de seres que vivían en la ignoran­
E uropa, Am érica y Asia, a la vez, en un paisaje de ensueño. cia de la rueda, la ag ricu ltu ra y la e scritu ra, que devoraban
raices y no conocían dom inio o vecindad am istosa sobre
los anim ales, excepción hecha del perro, ese viejo cam arada
asociado del hom bre. E n lo que es hoy el Suroeste am ericano
algunas trib u s especialm ente av an zad as, como los navajos,
Sábado, 28 de mayo.— Monterrey, hacían cestas de fibras y ram as, u sad as con fines dom és­
ticos p ara recogida de alim entos y au n la cerám ica estab a
California m uy poco extendida. T uvieron que ser los españoles, con
las ovejas im p o rtad as de E sp a ñ a los que ad iestraran a los
indígenas en el uso de la lan a y en la confección de m an tas.
Con S. —y en su coche— , el «Capitán» y S. C., excursión E n cuanto a urbanism o, sólo algunos grupos indígenas
a M onterrey, p a ra visitar en su rancho a Miss A ntonia F. poseían u n a cu ltu ra m ás av an zad a y vivían en poblados
y M. de A., últim o m iem bro de u n a antigua fam ilia espa­ perm anentes. P or eso se les designó y conoce to d a v ía
ñola, que vive en California, sin solución de continuidad, como indios Pueblos. Si los españoles hubieran estad o poseí­
desde que pasaron por aquí los hom bres de la Conquista. dos por el dem onio de la superioridad racial o cu ltu ral y
In v ertim o s to d a la m añ an a en el viaje de ida, po r u na hubieran em prendido u n a colonización «a la moderna» es
am plia carretera que ta rd a m ucho en poder desprenderse m uy probable que hoy no q u ed a ra n ingún recuerdo de
de aglom eraciones u rb an as suburbiales de S an Francisco, estas épocas, o, a lo sum o, algunas piezas en algún Museo
instalaciones de la N avy — enorm es hangares p a ra dirigi­ A ntropológico de M adrid. Pero, gracias a Dios, nuestros
bles, cam pos de aviación, etc.— , p a ra en tra r en u n a inm en­ antepasados — cuya nóm ina de defectos nos h a sido ta n ta s
sa y fértil llan u ra en la que los ranchos se suceden a uno veces recordada, oportnne et im portune—- tu v iero n , en tre
y o tro lado de la carretera. Finalm ente, después de subir sus grandes virtu d es, la conciencia de su a lta m isión espi­
unas p equeñas elevaciones, el terreno se hace un poco ritual. E l g ran historiador Silvio Z ab ala y a salió al paso,
m ás solitario h a s ta encontrar el cam ino que conduce al en sus Ensayos sobre la colonización española en América,
R ancho San A ntonio. L a p u e rta se abre autom áticam en te a la errónea tesis de que la g ran av e n tu ra am ericana de
a n u e stra presencia, accionada desde la casa de cam po, E sp añ a h ab ía constituido algo así como u n a especie de p re­
y tra s subir pequeña y leve cuesta nos encontram os fren te a im perialism o m undial m oderno, al estilo de los fenóm enos
la p u e rta principal y en ella la castellana, en la figura posteriores de Im perialism o colonialista. Ni ta n siquiera
y a un poco arrugada, pero vigorosa aú n de la que creo u n Sepúlveda, el m ás llam ém osle «imperialista» de la legión
nonagenaria A ntonia. La casa es m uy herm osa, llena de de tra ta d ista s que, p o r encargo de la Corona, se afanaron
recuerdos y de escudos fam iliares, pues A ntonia no vive, en estu d iar las razones teológicas y las im plicaciones polí­
ni sueña, ni piensa, ni habla, sino p a ra su genealogía y su tic as y económicas de la Conquista, olvida ja m ás la razón
heráld ica..., y tam bién un poco p a ra hab lar de los im pues­ fu n d am en tal de elevación del indígena a form as superiores
tos —taxes— y de la desconsideración del Gobierno n o rte­ de vida y convivencia h u m an a, como d eterm in an te de la
am ericano, que obra enteram ente como si preten d iera presencia de E sp añ a en A m érica. E ste sentido últim o es el
ignorar que California es del R ey de E sp añ a y se atrev e a que inform a la to ta lid a d de los actos de los dos fundam en­
llenar este país con pobres gentes inm igrantes de México tales estam entos, el religioso y el m ilitar, en la Conquista
y P u erto Rico, a los que h ay que hacer escuelas... que salen y Colonización, d ando a todos sus actos hum anos la tr a ­
del bolsillo de los pocos españoles que quedan como du e­ yectoria bien definida de u n a «política de misión».
ños n aturales. E s la diferencia en tre «culturación y transculturación»,
Comemos unas albóndigas, pues parece que desde hace ta n bellam ente expresada por el m exicano F u en tes Mares
unos años Miss A ntonia ha establecido u n a estrech a afini­ en un libro sobre México y E sp a ñ a hace tiem po leido y
d ad en tre la hispanidad y las albóndigas, de ta l m an era cuyo nom bre no recuerdo con ex a ctitu d , aunque sí las
que cuando quiere h o n rar «a la española» a su m esa de co­ líneas generales de su tesis que, aquí y ahora, en el ja rd ín
m ida, confecciona un p lato de albóndigas, ella m ism a, pues de la Misión ju n ip erian a de San Carlos Borrom eo, en el
no se fía de que sus criadas, que no son españolas, sepan Carmelo, adquieren u n a ex tra o rd in aria lum inosidad. Fue,
in te rp re ta r bien su fórm ula española p a ra hacer albón­ sin du d a, como p roducto de ese fenóm eno de «transcultu­
digas. L a verdad es que las albóndigas e stá n bien y que la ración» el que los españoles de N uevo México (que incluía
com ida resu lta m uy agradable. todo el actu al E stad o de este nom bre de la U nión A m eri­
Por la ta rd e , visitam os Carmel y la Misión de S an Carlos cana, m ás .Arizona y p a rte de T exas, Colorado y U tah),
Borromeo. L a playa, como la ciudad de Carm el, es un a a diferencia de las «colonias» inglesas de la costa atlán tica,
m aravilla. D esde un precioso hotel — el «Del M onte supieran realizar u n a síntesis, u n a integración superior,
Lodge»—, el p anoram a que se abarca parece como u n For- de técnicas y form as de expresión indígenas y españolas.
m entor m ás grandioso y abierto. Con la v e n ta ja p aisajís­ E l adobe, m aterial indígena básico de construcción, cons­
tica, adem ás, de las capas de hierba verde, sucediendo a las titu id o por u n a m ezcla d e yeso y arcilla bajo la acción
extensiones de pinos h a s ta las rocas, que el m ar blanquea endurecedora del Sol, fue perfeccionado, agregando p a ja
de espum a. E l p u erto pesquero es de u n a gran belleza, con a la mezcla y p o r u n a cocción de ésta, a la que se d ab a
esos b arq u ito s pesqueros que parecen pequeños yates, los la form a de bloques p o rtátiles, estableciendo con ello un
«Monterrey boat». L a bahía, inm ensa, y la iglesia de la rem oto antecedente de la construcción de viviendas con
Misión, em ocionadam ente evocadora. m aterial prefabricado, hoy ta n en boga en la m oderna
La Misión de S an Carlos de Borrom eo es, de las que he técnica am ericana de construcción u rb an a, así como el
visto, la m ás franciscanam ente sencilla, con la em oción, estilo arquitectónico ranchero de ta n ta y ta n general acep­
adem ás, de ofrecer la lápida sepulcral sobre la tu m b a de tación en E sta d o s U nidos. E l patio es o tra introducción
F ra y Ju níp ero Serra. E s ta misión, que esta b a m uy a b a n ­ española, así como la plaza, objeto de creciente interés
donada, se conserva hoy gracias al entusiasm o de un arq u i­ urbanístico. T am bién en to d o ese v asto y com plejo m undo
tecto de origen irlandés (ver papeles Carmel), que h a en torno al caballo, m o n tu ras, espuelas, etc., es im presio­
constituido un pequeño museo y la biblioteca con los libros n an te la aportación española, y donde nos quedaríam os
que q uedan de la auténtica. Todo verdadero y auténtico , verdaderam ente adm irados y sorprendidos serla en el
nos tran sm ite la profunda emoción de u n a ob ra realizada, dominio lingüístico, donde qu ed a — en N uevo México,
a la vez, con am or trascendido de divinidad y con p ro ­ T ex a s...— un depósito inm enso de p alab ras, que si bien
fundo sentido práctico. Con los pies m uy firm em ente asen­ se h an ido luego m uchas veces ad a p tan d o a ca d a nu ev a
tados en la tie rra , u n a tie rra a la que la previsión «payesa» circunstancia — en ese proceso vivo en que todo idiom a
de Ju n íp ero S erra no podía jam ás disociar de su función consiste— conservan vigente la to talid ad , o reconocible
nu tricia prim aria. gran p arte , de su originario significado español Creo que
Tengo la im presión de que m e v a a resu ltar sum am ente está por hacer, y h a b rá inm ensas sorpresas cuando se
difícil poner orden al tropel de ideas que m e invad en haga, el estudio a fondo de la aportación española a la
y se entrechocan m ientras estoy sentado, gozando de u n a C ultura norteam ericana.

75
Al revés que en N uevo México, los colonizadores espa­ estas gracias, aunque son m u y adm irables y apreciables,
ñoles de California no pudieron disponer de u n a ag ru p a­ no co n stitu y en la sa n tid a d esencial qu e se vincula a la
ción indígena de cu ltu ra m ás av an zad a, como los pueblos, g racia santificante.»
ni u n vivero de a rtista s indígenas que, fundiendo viejos F ra y Ju n íp ero , hom bre de sa n tid a d esencial, hum ilde
te m as originarios de m ilenario sim bolism o con las form as h a s ta el extrem o de no v iv ir u n a sa n tid a d ruidosa, como
de la im aginería ren acen tista española, d aría n esas o b ras dice ad m irab lem en te Palou, es p a ra m í la expresión de
m aestras de los santeros que hoy adm iram os. T odo hubo algo m u y de e s ta tierra. Los idiom as poseen tam b ién
de se r tra id o del ex terio r y de ah í que, no sin que siem pre características q ue no son intercam biables. Creo que la
esa facilidad de asim ilación de los indígenas d e ja ra de d a r p alab ra juicio o, y a ad jetiv ad a , la expresión castellana
su fru to , sean los te m as y las form as españolas — p o r vía buen juicio no es capaz de ex p resar to d o el contenido de
doble, directam en te u n as e in d irectam en te o tra s tr a s los n u e stra p alab ra seny, y p o r eso m e es indispensable recu­
procesos de «transculturación» con las cu ltu ras m exica­ rrir a ella p a ra caracterizar a n u estro «amigo» Miguel
n as— las que aquí, en California, im peren. E s p o r eso, Jo sé S erra F errer, en religión F ra y Ju n íp e ro Serra. Si,
que en esta ta rd e apacible de h o y puede realizarse el p ro ­ efectivam ente es Ju n íp e ro S erra u n a de las m anifesta­
digio de que esté yo contem plando u n a jo y a de la arq u i­ ciones históricas m ás sublim es — como que está aureolada
te c tu ra hispano-m orisca, como este cam panario de la de sa n tid a d — del fam oso seny catalán , y es a trav é s de
Misión de S an Carlos Borrom eo, en Carmel. esa a ta d u ra del seny como su p ersonalidad liga con la del
P ero lo que, rea lm en te em ociona y obliga a m e d ita r es R ey P ru d en te de la Corona d e A ragón, Ja im e I I , ta n adm i­
la lim pia p ero pobrísim a celda en q u e m urió F ra y Ju n íp e ro . rab lem en te biografiado p o r don Je sú s E . M artínez F erra n ­
do h a s ta en aquel episodio de la ju v e n tu d del M onarca que
con ta n ta finura literaria com o precisión de detalle his­
tórico nos cu en ta su biógrafo.
No acabaríam os n u n ca si quisiéram os en u m erar las
esencias que pudiéram os llam ar de lo mallorquín conteni­
I I I
d as en el carácter de F ra y Ju n íp ero , p ro to tip o , p o r m allor­
q uín y por payés, de ese adm irable seny catalán . Si pro­
fundizáram os en su re ta rd a d o m edievalism o (creo since­
ram en te que S erra era m ucho m ás gótico-rom ánico que
Llegam os con esto al final de m i intervención. D e to d o renacentista-barroco, pese a la época en que vivió) estoy
cuanto he recordado, d estaca siem pre, por su e x tra o rd in a­ seguro qu e nos enco n traríam o s con im p o rta n tes huellas
ria grandeza, la figura d e F ra y Ju n íp ero , el frailecito de del pensam iento y del m étodo pedagógico de R am ón Llull.
de P e tra que, enferm izo, p equeñito, pretuberculoso casi y Pero no tem áis qu e m e a tre v a a com eter sem ejan te osadía
con u n a trem en d a úlcera en u n pie, realizó las m ás p ro ­ aquí, en la p a tria del D octor ilum inado, donde ta n d o cta­
digiosas y trem en d as an d ad u ras, y, p o r un puro p ro d i­ m en te se m an tien e al d ía la an to rch a de los estudios
gio de su vo lu n tad al servicio de su fe, se convirtió en u n a lulianos y en que mi ad m irad o am igo don J u a n Pons h a
de las m ás gigantescas figuras de la H istoria. N o sin g ran escrito esa bella Introducció a la edición del tLlibre de Evart
p en a debo d ejar p a ra m ejor ocasión el incidir m ás en as­ e A lom a e de Blanquernan. Sólo quiero reco rd ar que el
pectos peculiares de la personalidad de Ju n íp e ro Serra, colosal hijo de P etra, F ra y Ju n íp e ro S erra, que, como u n o
dejando adelan tad o ah o ra que el que m ás m e tie n ta , por de los creadores de los m odernos E stad o s U nidos de N o rte­
parecerm e la clave diferencial de su carácter es p recisa­ am érica duerm e u n sueño de in m o rtalid ad en el Capitolio de
m ente el de ser u n payés mallorquín. E l depósito inm enso W ashington, es tam b ién , sin d u d a alguna, uno de los expo­
de prudencia, de hu m ild ad y de b uen sen tid o práctico que n en tes m áxim os d e la m allorquinidad, d e las m ás p u ras
es capaz de contener u n payés es algo qu e q u ed a claro esencias del ser m allorquín y que, si la im presión perso­
en la lección que es la v id a de Ju n íp e ro S erra, y esto es, nal que saqué en su celda m o rtu o ria era correcta y no h a
precisam ente, lo que hace que su tip o de sa n tid a d sea dis­ sido luego m odificada, M allorca está en d eu d a con su hijo
tin to al que considero característico de lo español — u n a m ás ilustre. P o r ello, considerando que n in g u n a persona
sa n tid a d de contem plación y arreb ato s m ísticos—-. P or el — in dividual o ju ríd ica— e s tá m ás ca p ac ita d a que esta
contrario, es la de F ra y Ju n íp e ro u n a sa n tid a d su av e y Asociación de A migos d e F ra y Ju n íp e ro S erra y cono­
hum ilde — como de an d a r por casa, sin darle im p o rta n ­ ciendo las condiciones de te n ac id ad y eficacia, realm ente
cia— y trem en d am en te eficiente (en el sentido p u ram e n te ju n ip erian as, de su P resid en te, personificando en él a todos
hum ano y te rren a l de e sta palabra). N i au n en S a n ta T eresa los asociados, co n stitu y e u n h o n o r p a ra m í te rm in ar este
de Jesús, con la que puede te n er contactos, encontram os acto, elevando al P residente de la Asociación de Amigos
la vida paralela de F ra y Junípero. S u g ran biógrafo, el de F ra y Ju n íp e ro S erra, de P e tra , M allorca, la p ro p u esta
P ad re Palou, nos ad v ierte al final de su obra, en su «Adver­ de colocar en la celda m o rtu o ria de F ra y Ju n íp ero , en la
te n cia al curioso lector y ú ltim a protesta», que presum e Misión de S an Carlos Borrom eo, del Carm el, California,
que los lectores «echaran de m enos el don de la co ntem ­ un a lápida que exprese el reconocim iento, el afecto y el
plación del Siervo de Dios, revelaciones, profecías, m ila­ recuerdo p erm a n en te de M allorca al m ás hum ildem ente
gros y to d o aquel ap a rato de las gracias, gratias datas, que pequeño y ai m ás h istó ricam en te grandioso d e sus hijos.
hacen adm irable y ru id o sa la sa n tid a d de algún Siervo
de Dios». «Pero tengo m uy presen te — añade— que to d a s F . S. O.

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JACOB CANTER

Un símbolo
para la humanidad
(Discurso pronunciado por Mr. Jacob Canter, Agregado Cultural que fue
de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid, en la inauguración del
«Museo y Centro de Estudios Fray Junípero Serra», de Petra, en el mes
de julio de 1959).

e encuentro entre ustedes en repre­ cia, hablarles a ustedes durante unos m i­ Cuando hablam os en inglés de «conquista­
M sentación del señor E m bajador de nutos acerca de lo que F ray Junípero es
los Estados Unidos, y antes que nada deseo para muchos millones de norteam ericanos;
dores» no aludimos a A lejandro ni a César,
ni a Aníbal. Los «conquistadores» son, para
transm itirles de p a rte del E m bajador su acerca de F ray Junípero visto desde N orte­ nosotros, exclusivam ente, aquellos in­
profundo sentim iento por haberle sido im ­ am érica y, particularm ente, desde Cali­ creíbles españoles que con unos cuantos
posible venir a participar en este acto por fornia. caballos, unos arcabuces de dudoso fun­
encontrarse ausente, cumpliendo sus de­ U na cosa es leer acerca de aquel gran cionam iento, un gran corazón y una cruz,
beres como capitán de navio de la A rm ada hom bre hum ilde, y de sus notabilísim os conquistaron y civilizaron casi en su to ta ­
de los Estados Unidos. E l señor Em bajador colaboradores (Ju a n Crespí, Ferm ín La- lidad dos continentes.
me ha encargado que les traiga su saludo y suén, Francisco Palou, que fueron ta m ­ P ara los norteam ericanos, F ray J u n í­
sus felicitaciones, y que les exprese su bién compañeros cuyos en las aulas del pero fue un «conquistador» de cuerpo ente­
esperanza de poder venir en una fecha pró­ Monasterio de Palm a, y dos de los cuales ro, y una de las cosas que conquistó p ara
xim a para adm irar la obra cuya inaugura­ reposan p ara siempre junto a él en la siempre fue el corazón de los norteam eri­
ción venimos a celebrar y que se debe a los Misión de San Carlos Borromeo) ; una cosa canos.
esfuerzos, al celo, a la devoción, de los es leer acerca de su obra fabulosa, cimen­ Cuando José de Gálvez recibió el real
hombres y m ujeres que form an la Asocia­ tad a en la fe y en la voluntad de su propó­ m andato de establecer puestos m ilitares
ción de Amigos de F ray Junípero Serra. sito, de su bondad, y otra es ver los efectos en San Diego y otros lugares que estaban
Yo quisiera ser capaz de explicarles a de su labor cuando viajando por la carre­ desguarnecidos a la sazón, eligió para co­
ustedes la ex trañ a e íntim a emoción que te ra que aún conserva el castizo nom bre laborar con él, en la difícil empresa, a un
supone para un norteam ericano el venir español de «Camino Real», en California, extraño ayudante: un fraile de cincuenta
a esta isla afortunada: el encontrarse, m er­ desgranamos las cuentas de piedra y de y cinco años, que andaba renqueando a
ced a una coyuntura favorable, en la ve­ fe de aquel rosario de veintiuna misiones causa de una pierna ulcerada, que jam ás
cindad de P etra, cuna de Miguel José que allí dejaron F ray Junípero y sus fran­ sanó. El fraile enfermo aceptó el encargo
Serra, m ás conocido por el nom bre de J u ­ ciscanos. con tranquilidad porque tenía dentro de sí
nípero, que adoptó al profesar en la Orden Hace falta imaginación, al rodar por fuerzas que no pueden expresarse en m edi­
franciscana. Y siento tam bién singular pla­ esa m oderna carretera, p ara darse cuenta das hum anas, y se puso en camino desde
cer porque mi visita se debe al acto que de las condiciones en que recorrió aquellos Loreto, dirigiéndose a San Diego. ¡Nada
en honor de F ray Junípero se celebra aquí, parajes un frailuco m allorquín que busca­ m ás que unos 1.300 kilóm etrosI...
en Petra, y al cual me asocio con todo ba llevar la civilización a la A lta Califor­ Hoy podemos seguir fácilm ente en auto­
fervor y cariño. nia. U na vez que hemos reconstruido el móvil la ru ta de F ray Junípero atravesan­
Sería más que ocioso que tra ta ra yo de paisaje de antaño, nos parece singular­ do con frecuencia cam piñas ricas en vege­
decir algo nuevo en Mallorca acerca de m ente idóneo que Omer Englebert llam ara tación productiva. F ray Junípero no tenía
Fray Junípero, o glosar ante sus paisanos a F ray Junípero, en su biografía E l último ni autom óvil ni carretera. ¡Tenía... una
lo que hizo aquel hom bre, peregrino en las Conquistador. E n efecto. F ray Junípero m uía! Y sobre ella cabalgó durante tres
dos acepciones del vocablo: peregrino por com partía plenam ente las m ás egregias y meses, con su pierna enferma, h asta que
insólito; peregrino por viajero incansable asombrosas facultades que han dado al como buen conquistador, llegó a San
en tierras extrañas. Preñero, por pruden­ idiom a inglés la palabra «conquistador». Diego.

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La California de entonces era una Ca­ no solam ente la religión, inm ejorable preclaros, California votó que uno de los
lifornia desértica, ardiente, escondida to ­ cimiento cultural, sino tam bién el arte personajes que la representara fuera F ray
davía su prodigiosa feracidad bajo la ganadero, la carpintería, los viñedos y los Junípero Serra.
corteza reseca de sus tierras sedientas, olivares de E spaña, sus naranjales, sus Y allí está el fraile, con su hábito de fran­
separada del fértil valle m exicano por are­ sistemas de regadío, que, ampliados, con­ ciscano, entre estadistas, filántropos, poe­
nales trem endos, abundante en serranías, vertirían poco a poco a California en un tas, inventores y otros hom bres ilustres,
cuyo adusto espinazo lleva el nom bre his­ exuberante vergel. Y tam bién exportaron representando a California, pero irreme­
pánico de Sierra Morena. E ra entonces a California otros artículos egregios que diablem ente tam bién a E spaña y a lo que
aquello un infierno, escasam ente poblado no figuran en ningún arancel aduanero, E spaña h a significado y significa en el m un­
por indios salvajes. P ara entenderse con ni en ninguna estadística comercial o finan­ do; evangelización y cultura, o sea espi­
ellos era necesario conocer h a sta ciento ciera: la espiritualidad de E spaña y su ritualidad.
tre in ta lenguas distintas. ¡Era una ru ta tradicional hospitalidad. Aquellos frailes Cuando los niños norteam ericanos que
plenam ente digna de un conquistador!... tenían siempre abiertas p ara los visitantes visitan el Capitolio nacional preguntan
Cuando recorremos hoy aquel territorio las puertas de sus despensas. Si hoy Cali­ ante la estatu a de F ray Junípero quién es
privilegiado, los nom bres de sus pueblos y fornia produce los mejores vinos de los aquel fraile, pudiéram os contestarles:
ciudades nos hablan a coro de la gigantesca Estados Unidos, los californianos no olvi­ «Realmente no es un fraile. Es un símbo­
labor civilizadora que allí realizaron los dan que fueron los frailes españoles los que lo, el símbolo de lo que E spaña es p a ra las
españoles: San Francisco (nacido de una iniciaron la ind u stria; pero m ás a gala Américas. E sta estatu a representa la vo­
hum ilde misión), Los Angeles, Sacram en­ tienen su extraordinaria hospitalidad, cuya lu n tad , la reciedum bre, la grandeza de co­
to, Santa Mónica, Santa María, San Die­ tradición se rem onta a la de las misiones razón, la civilización m ilenaria, la espiri­
go... Todos, o con nom bres de santos o de de F ray Junípero Serra. tualidad de E spaña. Tiene muchos nom ­
significado religioso. Y con no menos am or conservan en Ca­ bres: San Ignacio de Loyola, Calderón,

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Tres meses duró aquella trem enda ca­ lifornia otros recuerdos de) fraile m allor­ R aim undo Lulio, Miguel Servet, Zurbarán,
balgada del fraile cojo. Tres meses por quín. La m ayoría de las misiones tienen Ju a n Sebastián Elcano, Gonzalo de Cór­
vericuetos llenos de peligro, soportando hoy una iglesia abierta al culto. Sus cam ­ doba, Velázquez, F ray Luis de León, los
to d a clase de privaciones. No parece aven­ panas son las originales fundidas en E spa­ herm anos Pinzón, Isabel de Castilla, San
turado suponer que P'ary Junípero estaría ña, las mismas que sirvieron a F ray Ju n í­ J u a n de la Cruz, Pedro de Valdivia, Fray
h arto necesitado de descanso al cabo de pero y a sus com pañeros franciscanos. Luis de G ranada, Cervantes, Lope de Vega,
aquellos noventa días de fatigas y peligros. Cuando repican llam ando a misa, hablan Quevedo, Santa Teresa de Jesús...
Y su descanso consistió en comenzar a tra ­ con su voz de bronce de la fe, de la volun­ Y tam bién F ray Junípero Serra.
bajar, y a las dos sem anas de rendir viaje tad , del am or de F ray Junípero Serra, Pocos hom bres podrían simbolizar más
estableció su prim era misión: San Diego m allorquín y español y padre de la civi­ adm irablem ente los lazos espirituales que
de Alcalá. Cuando m urió, nueve años más lización en California. unen a E spaña y a los Estados Unidos que
tarde, dejó establecidas nueve misiones. F ray Junípero representa en N orte­ el insigne fraile. Y, por ello, reitero la
Sus herm anos de religión aum entaron el am érica las m ás excelsas virtudes de E s­ devoción con que me asocio al acto que
núm ero h asta veintiuno. paña, y, como tal, es venerado y querido aquí hemos venido a celebrar.
Cada una de aquellas misiones fue una en todos los E stados Unidos. Es digno de Porque pocos m onum entos podrían ser­
rica fuente de civilización, un núcleo de recordarse que cuando se decidió estable­ vir m ejor como demostración de esa uni­
cultura y de espiritualidad. cer en el Capitolio de W ashington una Ga­ dad espiritual que este Museo y Centro de
Aquellos frailes m allorquines y de otras lería de la Fam a, en la que cada E stado E studios F ray Junípero Serra.
regiones españolas llevaron a California estaría representado por sus dos hijos más J . C.

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