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Somos Estrellas: Una Guía Moderna de Astrología

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S O M O S E S T R E L L AS

UNA GUÍA MODERNA


D E A S T R O LO G Í A

Juliana McCarthy
I LU S T RAC I O N E S D E A L E JA N D R O C A R D E N A S
© Juliana McCarthy, 2018
© de las ilustraciones, Alejandro Cardenas, 2018
Publicado por acuerdo con Shambhala Publications, Inc.
© de la traducción del inglés, Victoria Barreno, 2019
© Ediciones Koan, s.l., 2018
c/ Mar Tirrena, 5, 08912 Badalona
www.koanlibros.com • info@koanlibros.com
Todos los derechos reservados
ISBN: 978-84-949134-6-4 • Depósito legal: B-5.723-2019
Maquetación: Cuqui Puig • Diseño de cubiertas de colección:
Claudia Burbano de Lara • Ilustración de cubierta: Alejandro Cardenas
Impresión y encuadernación: Liberdúplex
Impreso en España / Printed in Spain
CONTENIDO

Prólogo.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ix
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

1. Los signos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2. El Sol. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
3. La Luna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
4. El ascendente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
5. Los planetas interiores: Mercurio, Venus y Marte .. . . . . . . . . . . . . . 143
6. Los planetas sociales: Júpiter y Saturno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
7. Los planetas exteriores: Urano, Neptuno y Plutón . . . . . . . . . . . . . . 187
8. Las casas .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
9. Los aspectos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
10. Entrelazándolo todo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243

Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
Glosario de términos astrológicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
Páginas web recomendadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
Lecturas recomendadas .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
PRÓLOGO

Mi primer contacto con la astrología fue a los dieciocho años. Yo


era una chica callada y reservada y con un gran desconocimiento
de mí misma. Como había hecho baile la mayor parte de mi vida,
me sentía cómoda sobre un escenario, pero en cambio me aislaba
en los actos sociales. La verdad es que la gente me desconcertaba.
Siempre me había sentido como una extraterrestre, incapaz de
entender el ilógico mundo de la complejidad humana, incluso mi
propio interior. Un día, alguien me regaló un libro de astrología y
empecé a buscar mis planetas y sus características. Me asombró
la precisión de las descripciones, y de repente todo cobró sentido.
Había encontrado un sistema lógico que me permitía comprender
las contradicciones de la vida.
Mi timidez era fácil de entender. Al fin y al cabo, mi Sol y
mi ascendente están en Virgo, que es dócil y recatado. Pero, por
otro lado, soy extremadamente romántica, lo cual también tie­
ne explicación, porque mi Venus, el planeta del amor, cae en el
amoroso Libra. Que tenga Marte en Leo explica mi capacidad
para subirme a un escenario: el planeta del esfuerzo físico y de
la seguridad en uno mismo se encuentra en el signo del entrete­
nimiento y de la expresión creativa. Conforme fui aprendiendo,
apliqué estos arquetipos a otras personas y empecé a entender
muchas cosas. Por primera vez, mi mente se abría a la magia y a
la posibilidad de que en la vida hubiera dimensiones invisibles
y proféticas sincronicidades.

 ix
De pronto tenía la llave maestra para comprender la psicolo­
gía de la gente, su carácter y las relaciones humanas. Y me lancé
con fervor obsesivo a estudiar astrología. Busqué los emplaza­
mientos planetarios de todas las personas de mi entorno y em­
pecé a entender las energías de los planetas y de los signos, su
significado y cómo se manifestaban dichas personas. Aprendí rá­
pidamente lo suficiente para comenzar a leer cartas y desde en­
tonces no he parado de hacerlo.
Años más tarde conocí a un profesor de astrología en Colora­
do que me ayudó a resolver dudas y me enseñó las facetas más
complicadas de la astrología, como las progresiones y la revolu­
ción solar. Ese profesor era el maravilloso Kelly Lee Phipps, cuya
mente era rápida y casi inhumanamente brillante. Cuando llevaba
un par de años estudiando con él, a Kelly le diagnosticaron un tu­
mor, y falleció al cabo de unos meses. Durante su fase terminal me
dijo que ya estaba preparada para ser astróloga profesional. El
momento en el que me lo comunicó fue tan potente que me conven­
cí de que podía hacerlo y transmitir así su legado y su sabiduría.
Me apasiona la astrología, el arte de leer mapas de energía que
nos revelan quiénes somos a través de mitos y arquetipos. Me en­
canta ser intérprete para otras personas, ayudarlas a descubrir su
conexión con el cosmos. Es maravilloso contribuir a que gente que
no conoces alcance su máximo potencial. Mis clientes me trans­
miten que la astrología valida lo que de alguna manera ya sabían
de sí mismos pero no tenían cómo verbalizar. Les consuela sentir
que son vistos y reconocidos, y descubrir que se reflejan en las es­
trellas. De esta forma, la astrología nos ayuda a aceptarnos a noso­
tros mismos, tanto nuestros dones como nuestros retos. Dado que
la información viene de los planetas y no de la subjetividad de otra
persona, logramos no ponernos a la defensiva, asumiendo y acep­
tando cada dimensión de nuestro complejo ser.
En paralelo a mis estudios de astrología dediqué años a prac­
ticar y estudiar budismo con el maestro Sakyong Mipham Rinpo­
che. Inevitablemente, mi perspectiva espiritual influye en cómo

x SOMOS E ST R E LLAS
interpreto las estrellas. Esto le ocurriría a cualquiera, fuera bu­
dista, ateo o cualquier otra cosa. Sin embargo, lo que me interesa
y lo que resulta útil es encontrar el punto donde convergen dis­
tintas perspectivas espirituales, filosóficas y científicas. Aquí es
donde hallamos la verdad universal.
La lectura de cartas debe hacerse siempre con sensibilidad y
un matiz espiritual. Por ejemplo, no hay una posición astral o un
aspecto malos. Las dificultades existen para ayudarnos a expandir
nuestro potencial, abriéndonos a la vulnerabilidad, la ternura y la
empatía. De este modo, podemos vivir nuestros talentos con
autenticidad y humildad, mostrándonos al mundo con más sentido.
La astrología es una gran herramienta para la autoconciencia,
pero también para abrir nuestra mente y conectar con la inmen­
sidad. Que nuestra personalidad y nuestra psicología estén refle­
jadas en las posiciones de los planetas es asombroso. Nos abre la
mente a la posibilidad de que la vida no sea tan plana como pen­
samos. Esto amplía nuestras capacidades y nos ayuda a ser más
receptivos, sin creencias limitantes que bloqueen nuestra percep­
ción. También aumenta nuestra curiosidad por los otros, y profun­
diza en nuestra comprensión de la naturaleza humana nos vuelve
más compasivos, porque comprender que todos tenemos nuestras
propias batallas y relacionarnos con mayor conciencia con la gente
mejora la aceptación de nosotros mismos y de los demás.
El objetivo de este libro es transmitir mi amor y mi fascina­
ción por la astrología. Aunque pueda parecer inverosímil o fanta­
sioso, te pido que investigues por ti mismo. Busca las descripcio­
nes de tus planetas o los de conocidos y compruébalo por ti mismo.
A medida que aprendas el arte de la astrología expandirás tu
potencial e irás convirtiéndote en quien de verdad eres. Espero
que tras esto puedas ayudar a los demás en su crecimiento, mos­
trándoles este poderoso y revelador espejo celestial.
Feliz viaje a la tierra encantada de los mitos cósmicos.

JULIANA McCARTHY


P RÓLOGO
 xi
xi
xii SOMOS E ST R E LLAS
INTRODUCIÓN

La astrología es un lenguaje. Si entiendes


este lenguaje, el cielo te hablará.
dane rudhyar

La mitología es fundamental para el ser humano. Hace que los


sentimientos dispares, los pensamientos erráticos y los sucesos
fortuitos cobren sentido. Sin estas historias nos desviaríamos de
nuestro propósito vital, deambulando por la vida a trompicones
de forma irracional. La astrología es una práctica antigua de mi­
tología sistematizada que está conectada con las estrellas. Como
tal, nos proporciona un mapa para navegar mejor por nuestras vi­
das, infundiéndoles magia, sentido y mayor autoconciencia.
La astrología también es un lenguaje. Al aprender el lenguaje
del cielo, podemos estar en comunión con los planetas y las estre­
llas, y así descifrar mensajes importantes acerca de quiénes so­
mos. Las estrellas nos hablan y la astrología nos enseña a escuchar.
En numerosas ocasiones me he preguntado cómo pueden los
sincronismos cósmicos revelar nuestra naturaleza de forma tan
exacta. Después de leer innumerables cartas planetarias he com­
probado, una y otra vez, el poder y la utilidad de esta práctica. La
astrología nos proporciona una continuidad dentro de lo imprede­
cible que es la vida. Expande nuestra consciencia, mejora nuestras
relaciones y revela los talentos que podemos ofrecer al mundo.
La astrología es mucho más que nuestro signo solar. Muchos
de nosotros sólo nos hemos acercado a la astrología al leer nuestro

 1
horóscopo en periódicos y revistas, donde se nos dice, por ejem­
plo, que los Escorpio somos intensos y manipuladores, los Virgo,
tensos y neuróticos, y los Cáncer, malhumorados y excesivamente
sensibles. ¿Cómo no vamos a sentirnos limitados si nos creemos
estas descripciones reduccionistas y simples de quiénes somos?
La astrología tiene muchas más dimensiones.
Cuando miramos nuestra carta natal –el mapa del cielo en
el momento en el que respiramos por primera vez– descubrimos
que aparecen múltiples planetas además de nuestro Sol y nuestra
Luna. Cada planeta representa una faceta distinta de nuestro ca­
rácter, nuestras tendencias y nuestro potencial. Al ir aprendiendo
sobre nuestros planetas vamos descubriéndonos continuamente
y desvelamos cómo podemos vivir de forma más plena.
¿Cuáles son nuestros talentos naturales? ¿Dónde nos encon­
tramos obstáculos continuamente? ¿Cuáles son las claves para
nuestro crecimiento espiritual? La astrología nos ayuda a res­
ponder estas y más preguntas. Los mitos, los arquetipos y las his­
torias conectadas a nuestras posiciones planetarias nos ayudan
a dibujar nuestra alma, tejiendo un profundo e intenso tapiz con
nuestra personalidad y nuestras predisposiciones.
Los estudios astrológicos son extensos e innumerables, pero
hay que empezar por algún sitio. Este libro es un punto de parti­
da. Muestra los principios básicos de la lectura de cartas natales,
que son los signos, los planetas, los aspectos y las casas. Con estos
pilares podemos conocer nuestra propia naturaleza según las es­
trellas. Al acabar el libro, sabrás interpretar una carta natal.
Leyendo nuestra carta natal podemos aprender a aprovechar
nuestros dones y conciliarnos con nuestras debilidades. Podemos
entender mejor nuestra forma de pensar, de actuar, cómo nos rela­
cionamos y cómo amamos. En resumen, la lectura de cartas revela
cómo lograr la comprensión, la satisfacción, la aceptación y la ale­
gría. Nuestro Sol nos aclara lo que nos aporta felicidad y vitalidad,
nuestra Luna desvela nuestra naturaleza emocional más profun­
da y lo que nos satisface, nuestro Venus nos cuenta cómo son

2 SOMOS E ST R E LLAS
nuestros valores y nuestras relaciones, y nuestro Marte señala lo
que nos impulsa y las energías que nos estimulan. En resumen, la
astrología nos ayuda a conectar de lleno con todo nuestro potencial.
Ésta es una lista de los planetas y sus áreas de influencia en
nuestras vidas:

PLANETA SÍMBOLO ÁREA DE INFLUENCIA

Uno mismo, preocupaciones principales,


Sol
vitalidad

Luna Emociones, instintos, hábitos

Mercurio Comunicación, intelecto, razón

Venus Amor, belleza, arte

Marte Acción, deseo, fuerza

Júpiter Expansión, optimismo, abundancia

Saturno Restricción, pesimismo, estructura

Urano Rebelión, excentricidad, disrupción

Neptuno Imaginación, sueños, fantasías

Plutón Transformación, obsesión, poder

Conocer nuestros planetas nos ayuda a alimentarlos de for­


ma consciente y a acercarnos más a nuestra esencia, sin descui­
dar ninguna faceta de nosotros mismos. Si sabemos, por ejemplo,
que nuestro Sol cae en Libra, reconoceremos nuestra necesidad
de perseguir cualidades de Libra como la belleza, el amor y la paz

IN T ROD U CC IÓN 3


para sentirnos alegres y vivos. Si nuestra Luna cae en Leo, sabe­
mos que debemos alimentar periódicamente nuestros deseos leo­
ninos de afecto y adulación para sentirnos realizados. Y si nuestro
Marte está en Géminis, sabemos que nos sentiremos enérgicos si
nos dedicamos a actividades sociales e intelectuales.
Sean cuales sean nuestros motivos para explorar la astrolo­
gía, ésta puede constituir una poderosa herramienta para la auto­
conciencia. A medida que aprendamos este arte cósmico, este
lenguaje, podremos convertirnos en nuestros propios guías y de­
sarrollar nuestra verdadera naturaleza. La astrología nos propor­
ciona un nexo entre el mundo terrestre y el astral, el poético y el
científico. Jugar con este sistema astral antiguo y lógico nos abre
portales a la sabiduría y al alma, entrelazando de una manera pre­
ciosa los mitos, los cuentos, la magia y el poder de la adivinación.

LA HISTORIA DE LA ASTROLOGÍA

La astrología es una práctica ancestral nacida hace más de dos mil


años. En el segundo milenio a. C., los babilonios fueron los prime­
ros que crearon un sistema organizado de astrología. Inicialmen­
te, lo utilizaban para predecir las estaciones y el tiempo. Después
se convirtió en una forma de adivinación celestial.
En el siglo iv a. C., los babilonios introdujeron la astrología
entre los griegos y éstos siguieron desarrollando su práctica.
Tras las conquistas alejandrinas de Egipto, a finales del siglo ii o
principios del i a. C., se fusionaron la astrología babilónica y la
egipcia en lo que se dio en llamar astrología helenística, que era
horoscópica. Ésta incluía un ascendente y doce casas celestes, tal
como la conocemos hoy. El enfoque se había trasladado hacia la
carta natal individual y la interpretación de las posiciones de los
planetas en el momento del nacimiento.
La astrología helenística se extendió rápidamente por todo el
mundo antiguo, en Europa y Oriente Medio. Los grandes filósofos

4 SOMOS E ST R E LLAS
y científicos de la época comenzaron a estudiar astrología y pron­
to se convirtió en una ciencia muy respetada, indisociable de la
astronomía. De hecho, muchos científicos y filósofos legendarios
como Copérnico, Galileo, Kepler e Isaac Newton eran astrólogos.
La consideraban una ciencia del alma.
Durante la época de la Ilustración empezó el declive de la as­
trología, al tiempo que el materialismo científico empezó a dominar
el pensamiento filosófico. Las personas ponían cada vez mayor én­
fasis en lo tangible, concreto y comprobable, y no en lo esotérico. La
astrología se quedó por el camino, clasificada como superstición
sin sentido. Sin embargo, no se extinguió. A pesar de sus numero­
sos detractores, la astrología ha sobrevivido a lo largo del tiempo.
En el siglo xx, astrólogos pioneros como Dane Rudhyar y
Charles Carter comenzaron a reformular la astrología, conclu­
yendo que era útil para entender la psique, la personalidad, el ca­
rácter y los talentos innatos. El tono se alejó del moralismo y el
fatalismo que históricamente habían estado presentes en la astro­
logía y se convirtió en una comprensión espiritual y psicológica
más sofisticada. La noción del libre albedrío, de que nuestra vida y
nuestra personalidad fluyen y son mutables, se convirtió en la pie­
dra angular de la astrología contemporánea. Empezó a ser recono­
cida como una poderosa herramienta para el autodescubrimiento.
Carl Jung, el prestigioso fundador de la psicología analítica,
contribuyó en gran medida al resurgimiento y a la reformulación
de la astrología. Gran parte de su comprensión de la psicología la
obtuvo a partir de sus estudios astrológicos. En una carta a Sig­
mund Freud en 1911, escribió:

Ahora le estoy dando vueltas a la astrología, cuyo conoci­


miento parece algo imprescindible para la comprensión
de la mitología. En estos oscuros dominios existen co­
sas maravillosamente extrañas. Déjeme, por favor, vagar
a mis anchas por estas infinitudes. Traeré un rico botín
para el conocimiento de la psique humana.


IN T RODU CC IÓN 5
Las indagaciones de Jung en la astrología fueron fructíferas. Ayu­
daron a esclarecer la importancia de los arquetipos y del mito en
el proceso de conocernos a nosotros mismos y sanar nuestra psi­
que. Jung creía que los símbolos de los arquetipos eran el lenguaje
del alma y que nuestras cartas natales nos proporcionaban mapas
de quiénes somos. En casos de pacientes difíciles, Jung incluso
miraba sus cartas astrológicas. En una carta de 1947 al astrólogo
hindú B. V. Raman, Jung escribió:

En casos de difícil diagnóstico psicológico, normalmente


obtengo un horóscopo para tener un punto de vista adi­
cional y perspectiva distinta. Debo decir que en muchas
ocasiones los datos astrológicos dilucidaron algunos pun­
tos que de otra manera no habría sido capaz de entender.

La correlación entre los pacientes y sus cartas era tan fuerte


que Jung a menudo obtenía más información de las mentes de sus
pacientes a través sus cartas natales que tratándolos en persona.
Los estudios de Jung de psicología, astrología y mitología
moldearon la astrología moderna. La astrología psicológica se
convirtió en la perspectiva astrológica dominante en el siglo xx
gracias a la influencia de éste. Hoy en día, muchos astrólogos
importantes siguen recomendando la lectura de los trabajos de
Jung como referencia fundamental del estudio de la astrología.
Avanzado el siglo xx, la popularidad de la astrología aumen­
tó, en concreto durante la revolución cultural de los años sesen­
ta, momento en el que muchos se interesaron por las prácticas
de la filosofía oriental y por la sabiduría antigua. En los años se­
tenta, la astrología se convirtió en una parte integral de la cul­
tura general, con horóscopos en todos los periódicos y revistas
principales. La pregunta «¿De qué signo eres?» empezó a ser ha­
bitual en las conversaciones.
Hoy la astrología goza de mayor popularidad que nunca. Hay
cerca de diez millones de astrólogos trabajando en Estados Uni­

6 SOMOS E ST R E LLAS
dos, más de dos millones de páginas web que mencionan la astro­
logía y un número creciente de universidades que incluyen la as­
trología en su plan curricular. Habiendo cautivado la mente y el
corazón de muchos pensadores profundos e inteligentes, la astro­
logía ha demostrado ser una poderosa herramienta para la auto­
conciencia y una forma esclarecedora de entender la psicología
y la naturaleza humana. Los mitos celestiales y los arquetipos
han demostrado ser verdaderos y universales, resonando duran­
te milenios.

El cosmos es un inmenso ser vivo, del que todavía somos parte.


El Sol es un gran corazón cuyos temblores recorren nuestras venas
más finas. La Luna es un gran centro nervioso desde el que temblamos
eternamente. ¿Quién sabe el poder que ejerce Saturno sobre
nosotros?, ¿o Venus? Pero es un poder vital, que nos recorre
constantemente de forma exquisita.
D. H. Lawrence

CONCEPTOS BÁSICOS

Los pilares básicos de la astrología que necesitamos conocer para


leer cartas son los planetas, los signos, las casas y los aspectos.
Los planetas nos dicen con qué energías humanas trabajamos;
los signos nos dicen cómo se manifiestan estas energías; las ca-
sas nos cuentan hacia dónde dirigimos estas energías, o en qué
área de la vida las aplicamos; y los aspectos o ángulos nos indican
cómo se interrelacionan estas energías en nuestro interior.
Antes de avanzar es importante entender que cada uno de
nosotros tiene un Sol, una Luna y un ascendente, además de ocho
planetas adicionales. Nuestra carta natal consiste en una rueda
zodiacal dividida en doce casas que representan distintas facetas
de la vida, como el dinero, las relaciones personales, la carrera

IN T ROD U CC IÓN 7


profesional y la espiritualidad. Nuestros planetas están posicio­
nados a distintos grados dentro de nuestra carta natal, cada uno
en una casa. La Tierra siempre se refleja en el centro de nuestra
carta y la situación de los planetas dentro de los 360º de la rueda
del zodíaco representa sus posiciones con respecto a la Tierra.
El primer paso para involucrarte de lleno en este libro es
realizar tu carta natal. Muchos sitios web hacen las cartas gratis
si introduces tu fecha, hora y lugar de nacimiento. La mejor web
para esto es astro.com. Una vez tengas tu carta y sepas en qué sig­
nos caen tus planetas, podrás adentrarte en este libro buscando el
significado de cada una de las posiciones.
A continuación encontrarás un ejemplo de una carta natal
para que puedas ver la disposición de los conceptos. Ahora mis­
mo te pueden parecer líneas aleatorias y símbolos indescifrables,
pero cuando termines el libro tendrás las herramientas necesa­
rias para interpretar su significado. Entenderás el lenguaje de la
astrología, sus símbolos, ángulos y mitos, y podrás aplicar este
conocimiento a ti mismo y a aquellos a quienes desees conocer
mejor. Ten en cuenta que el estudio de la astrología es un pro­
ceso continuo e interminable. Podríamos pasarnos toda la vida
estudiando astrología y seguir aprendiendo de las innumerables
perspectivas, métodos y descubrimientos que siguen perfeccio­
nando nuestra comprensión.

8 SOMOS E ST R E LLAS
MC 27°32’

25°48’

9°21’ 10 9
13°46’
0°40’
11 8

12°43’

12°44’
12 7

27°45’

AC 27°57’ DC 27°58’
1 6

17°14’
4°01’

25°51’
2 5
22°30’

9°21’
3 4

IC 27°32’

CARTA NATAL DE LEONARD COHE N


Aries Tauro Géminis Cáncer

Leo Virgo Libra Escorpio

Sagitario Capricornio Acuario Piscis

Cuando tengas tu carta natal puedes usar esta lista de signos


y sus símbolos como referencia para determinar dónde se sitúan
los planetas. También puedes consultar los símbolos de los pla­
netas en el cuadro de la página 3.

UN ARTE INTUITIVO

A medida que aprendemos el arte de la astrología, es importan­


te adentrarnos en nuestra mente intuitiva, reflexionar sobre los
arquetipos y, más que pensar en ellos de forma racional, sentir­
los. Por ejemplo, sabiendo que Géminis es sociable, comunicati­
vo e intelectual, podríamos intentar contemplarlo desde el cora­
zón, notando cómo se manifiesta esa energía en nuestro interior.
¿Cómo nos sentimos cuando operamos principalmente desde
nuestra mente? ¿Somos curiosos, habladores y rápidos? O, en el
caso de Venus, el planeta del amor, del romance, el lujo y la estéti­
ca, podemos de nuevo adentrarnos en nuestro corazón y fijarnos

10 SOMOS E ST R E LLAS
en qué sentimos al conectar con nuestro lado romántico y con
nuestro amor por la belleza y el arte. Así conectamos con Venus
directa e intuitivamente.
Una vez nos sentimos cómodos con nuestras impresiones de
estas energías, podemos validarlas con otra persona. Por ejemplo,
con relación a Tauro, podríamos comenzar considerando las cua­
lidades principales de este signo, que es sensual, sin pretensio­
nes y prudente. Después de considerar estos rasgos, percibiendo
cómo se manifiestan en nuestra persona, podríamos buscar a al­
guien a quien conozcamos o una persona famosa a la que domine
Tauro en su carta. ¿Qué nos transmite esta persona? ¿Encarna los
rasgos lentos y sensuales de este signo?
De la misma manera, ¿cómo se siente alguien que tiene Mar­
te como planeta dominante (o Aries dominado por Marte) en su
carta? ¿Parece apasionado, impulsivo y seguro de sí mismo? ¿Re­
sultan evidentes sus cualidades de Marte? Así es como podemos
iniciarnos en el divertido e iluminador camino de la exploración
astrológica intuitiva, guiándonos por la experiencia, más que por
el mero estudio y la memorización de datos.
Las intensas ilustraciones de este libro, creadas por el ta­
lentoso artista Alejandro Cardenas, sirven para ayudarnos a co­
nectar de forma más visceral con las energías y los arquetipos
astrológicos. Recomiendo detenerse en ellas a medida que vaya­
mos avanzando y ver cómo se alinean con las descripciones de
los signos. Permite que estas imágenes penetren en tu mente no
pensante.
Por ejemplo, mirando la imagen de Capricornio (véase la pá-
gina 54), ¿en qué te fijas? Capricornio está representado por el
torso de una cabra y una cola de pez. ¿Qué te suscita la imagen de
esta combinación? ¿Qué sentimientos o asociaciones surgen al
pensar en la cabra firme que poco a poco sube la montaña, dando
un paso tras otro, y que a su vez se sumerge en las profundidades
del océano? Puede que esto represente una habilidad para conec­
tar con el fluido mundo de las emociones y la espiritualidad a la


IN T RODU CC IÓN 11
vez que abarca el pragmatismo y las habilidades terrenales. Com­
para la descripción de Capricornio con la ilustración y detente en
lo que ves y lo que sientes. Poder conectar con nuestra mente in­
tuitiva de esta manera, con pinceladas del sentir y observar de
forma no intelectual, es importante en el arte de la astrología, que
es sistemática e intuitiva a partes iguales.

LA VISIÓN GENERAL

Al ir comprendiendo las distintas dimensiones de la astrología e


ir tejiendo la tela cósmica de quiénes somos, vamos disponien­
do de un marco lógico y profundo que nos ayuda a dar sentido a
nuestras incoherencias. Al fin y al cabo, somos seres polifacéticos,
complejos y contradictorios. Podemos ser contenidos en ciertos
momentos, y libres y desenfrenados en otros. O necesitar mucha
seguridad emocional y a la vez grandes dosis de aventura y espon­
taneidad. En lugar de sentir ansiedad o confusión por nuestras
paradojas, podemos arrojar luz sobre éstas utilizando la astrolo­
gía para entenderlas mejor. Así, podremos acercarnos a nosotros
mismos y a los demás con mayor conocimiento, compasión y ob­
jetividad.
A la vez que la astrología gana popularidad, este arte atem­
poral nos brinda la posibilidad de aumentar nuestra sabiduría.
Puede ayudarnos a desarrollar tolerancia, profundidad y humor,
encontrando más sentido y mayor conexión, creciendo y acercán­
donos a nuestro verdadero ser. Podemos apreciar mejor nuestros
talentos y abrazar nuestros retos con humildad. Desde ese lugar
podremos descubrir nuestro verdadero propósito. ¿Cuáles son
nuestros dones y cómo podemos ofrecerlos al mundo de manera
alegre y cargada de sentido?
Al empezar a aprender este arte místico y práctico, ten pre­
sente la noción presentada en el prólogo: no hay malos aspectos
o posiciones de los planetas. Allí donde encontramos dificultades

12 SOMOS E ST R E LLAS
aparece nuestra oportunidad de sanar, de empatizar y el deseo
de ayudarnos unos a otros. Dicho de otro modo: nuestro dolor se
puede convertir en nuestro mayor regalo.
Por supuesto, nosotros decidimos qué hacer con nuestro ta­
lento. Como se suele decir, los planetas predisponen, no determi­
nan. En última instancia, nuestra vida la gobierna nuestro libre
albedrío.

IN T ROD UCC IÓN 13


1

LOS SIGNOS
Los doce arquetipos de la personalidad

Los doce signos del zodíaco son el fundamento de la astrología.


Representan los arquetipos o personalidades presentes en la na­
turaleza humana. Llenos de símbolos, mitos e imágenes, con los
signos empieza nuestro viaje de autodescubrimiento. Mientras
que la mayoría conocemos nuestro signo solar (comentado en
el capítulo 2), nuestra personalidad en realidad incluye los doce
signos del zodíaco. Algunos signos tienen más peso que otros, de­
pendiendo de las posiciones de los planetas en el momento en el
que nacimos. Por ejemplo, si muchos de nuestros planetas caen en
Cáncer, este signo será dominante en nuestra personalidad. Por
el contrario, con una carta sin planetas en Capricornio, nuestros
rasgos de este signo estarán ocultos o poco desarrollados.

EL ZODÍACO

Para entender realmente los signos del zodíaco, ayuda conocer en


primer lugar el significado exacto de la palabra zodíaco. El zodíaco
es un círculo alargado que atraviesa el cielo, extendiéndose 8º por
encima y por debajo de la eclíptica, que es el plano que genera la

LOS SIGNOS 15
Polo norte celeste

Eclíptico

Equinoccio Solsticio
de otoño de verano

23,5°
Ecuador
celeste

Equinoccio
Solsticio de primavera
de invierno

Polo sur celeste

trayectoria del Sol desde la perspectiva de la Tierra. Este círculo


incluye las órbitas de todos los planetas que giran alrededor del
Sol, excepto Plutón, que tiene un recorrido especialmente ancho.
El zodíaco también incluye los planetas visibles desde la Tierra.
En la Antigüedad observaron que las figuras que formaban las
estrellas más brillantes parecían animales y por ello se empezó
a conocer el círculo de constelaciones como el zodíaco, que tiene
su origen en la palabra griega zodiakos, que significa «círculo de
animales».
En astrología, nuestra carta natal consiste en una rueda del
zodíaco, un círculo perfecto de 360º que representa la eclíptica.
Este círculo se divide en doce signos de unos 30º cada uno. Los
signos se corresponden aproximadamente con las constelacio­

16 SOMOS E ST R E LLAS
Solsticio de
invierno

O O
RN Capricornio Sagitario
T

O
E
VI

Ñ
O
IN

Acuario Escorpio



Piscis Libra
Equinoccio Equinoccio
de primavera de otoño
Aries Virgo

VER
A
PR

Tauro Leo

NO
A

O
IM
ER

N
V Géminis Cáncer
A

ER
AV A R
A
PRI
M VE

Solsticio de
verano

nes, con Aries situado en el equinoccio de primavera, Cáncer en el


solsticio de verano, Libra en el equinoccio de otoño y Capricornio
en el solsticio de invierno.
Los signos del zodíaco tienen nombres de animales o figuras
que fueron asignados por astrólogos antiguos inspirados en las
constelaciones. Cada signo y cada constelación tienen su propia
historia, que ha ido pasando de generación en generación duran­
te milenios a través de la mitología antigua. Estos mitos siguen
constituyendo nuestra forma de entender los arquetipos astro­
lógicos.

LOS SIGNOS 17
APRENDIENDO LOS SIGNOS

El punto de partida ideal para el estudio astrológico es apren­


der bien los signos, ya que ese conocimiento se aplica en el resto
de las áreas de interpretación de cartas. Todos tenemos un Sol,
una Luna, un ascendente y ocho planetas adicionales, cada uno
posicionado en distintos signos que revelan facetas de nuestra
personalidad. Para entender la posición de cualquiera de nues­
tros planetas, primero debemos familiarizarnos con los signos
y comprender profundamente sus características y sus energías
únicas.
Los signos operan con un patrón cíclico. Empezamos nues­
tro viaje en Aries, el pionero y el primogénito del zodíaco; des­
pués pasamos a Tauro, que despierta nuestro cuerpo; Géminis,
que abre nuestro intelecto; Cáncer, que nos conecta con las emo­
ciones; y Leo, que revela nuestra expresión creativa. A partir de
Leo, los signos se vuelven progresivamente más complejos hasta
acabar en Piscis, que representa la espiritualidad, la trascenden­
cia y la unidad. Como último signo, Piscis engloba todos los sig­
nos anteriores. Después de él, volvemos a nuestros cuerpos y em­
pezamos de nuevo en Aries, signo de nacimiento, frescura y
primavera.

18 SOMOS E ST R E LLAS
DUALIDADES, TRIPLICIDADES Y CUADRUPLICIDADES

Hay tres agrupaciones principales de los signos que nos ayudan


a entenderlos mejor. En primer lugar, encontramos dualidades.
Cada signo se clasifica como masculino o femenino. Los signos
masculinos son directos, extrovertidos y enérgicos, mientras que
los femeninos son más receptivos y contenidos.

MASCULINO FEMENINO

Aries Tauro

Géminis Cáncer

Leo Virgo

Libra Escorpio

Sagitario Capricornio

Acuario Piscis

En segundo lugar, clasificamos los signos según sus elemen-


tos y cualidades, llamados también triplicidades y cuadrupli-
cidades. Los elementos (o triplicidades) son fuego, tierra, aire
y agua. Los signos de fuego son entusiastas, espontáneos e inspi­
radores (Aries, Leo, Sagitario). Los signos de tierra son estables,
lentos y pragmáticos (Tauro, Virgo, Capricornio). Los signos de
aire son intelectuales, sociables y comunicativos (Géminis, Libra

LOS SIGNOS 19
Cardinal

Fijo

Mutable

Fuego Tierra Aire Agua

y Acuario), y los signos de agua son sensibles, intuitivos y emocio­


nales (Cáncer, Escorpio, Piscis).
Las cualidades (o cuadruplicidades) representan las tres
condiciones básicas de la vida: la creación, la conservación y la
transformación. Los signos cardinales (Aries, Cáncer, Libra y
Capricornio) están conectados con la creación y con el comienzo
de las estaciones. Los signos fijos (Tauro, Leo, Escorpio y Acua­
rio) encarnan las cualidades de conservación, estabilidad y fiabi­
lidad. Marcan el punto medio de cada estación. Los signos mu-
tables (Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis) tienen que ver con
la transformación, la flexibilidad, el cambio y la adaptabilidad, y
aparecen al final de cada estación.
A partir de aquí estudiaremos cada signo recorriendo el via­
je zodiacal. En las páginas siguientes conoceremos el planeta
regente de cada signo, su símbolo y el mito griego que le corres­
ponde. Tómate tu tiempo para contemplar las imágenes, las des­

20 SOMOS E ST R E LLAS
cripciones y las historias mitológicas. Abrirán tu mente intuiti­
va, que es esencial para leer cartas. También se incluyen algunos
elementos zodiacales menos tradicionales, como los colores o
las piedras preciosas, que pueden aportar mayor comprensión
de cada signo porque explican los conceptos a partir de metáfo­
ras más terrenales.

LOS SIGNOS 21
22 SOMOS E ST R E LLAS
ARIES
EL LÍDER

21 de marzo-19 de abril

Planeta REGENTE Marte, planeta de la sexualidad y de la fuerza

SÍMBOLO El carnero

RASGOS PRINCIPALES Valiente / Testarudo

DUALIDAD Masculino

Elemento Fuego

CUALIDAD Cardinal

PALABRAS CLAVE YO SOY

PARTES DEL CUERPO Cabeza, cara, glándulas suprarrenales, sangre

Color Rojo, el color de la pasión

PIEDRAS PRECIOSAS Piedra de sangre, venturina, diamante

Atributos 
Obstinado, agresivo, entusiasta, inocente,
independiente, directo

Intereses 
Caza, asumir riesgos, esgrima, carreras,
competir

motivación Ser pionero

LOS SIGNOS 23
PROGRESIÓN Y PLANETAS

Al ser el primer signo del zodíaco, Aries representa el principio


del viaje mitológico por las estrellas. Aries también representa
el comienzo de las estaciones y la energía de la vitalidad, la de las
crías de los animales y los primeros brotes de primavera. El últi­
mo signo del zodíaco es Piscis, que es envolvente, espiritual y so­
ñador. Cuando regresamos a Aries, volvemos de un salto a nues­
tros cuerpos, empezando de nuevo con frescura, inexperiencia y
simplicidad. Regido por Marte, el planeta del esfuerzo físico, la
energía de Aries es inagotable. Lidera a los demás con valentía,
marcando el camino sin pensárselo dos veces.

EL SÍMBOLO

Simbolizado por el carnero, Aries carga contra sus contrincantes,


sin temer darse cabezazos. Mientras que las ovejas son pasivas,
los carneros pueden ser dominantes e incluso peligrosos. De una
intrepidez incomparable, Aries se lanza a territorios desconoci­
dos y el resto lo sigue. A veces su energía se manifiesta como fran­
queza, porque dice lo que piensa sin dudar. Aunque su descarada
sinceridad pueda ofender, nace de la autenticidad y de la inocen­
cia. A menudo no es consciente de los sentimientos que ha herido,
pero esta simplicidad y franqueza son parte del encanto de Aries.

24 SOMOS E ST R E LLAS
EL MITO

El mito más asociado con Aries es la historia griega de Frixo y


Hele, hijos del rey Atamante. Su madrastra, Ino, los odiaba e ideó
un retorcido plan para que los mataran. Justo antes de su asesi­
nato, un carnero mágico con el vellón dorado llegó volando para
salvarlos. Había sido enviado por Néfele, su madre biológica y
anterior esposa de Atamante. El carnero voló con los niños a lo­
mos y los llevó a un lugar seguro. El vellocino de oro se despren­
dió entonces del carnero, y continuó siendo fuente de inspiración
y leyenda. Zeus colocó la imagen del carnero en el cielo para in­
mortalizar su valentía. Desde allí, Aries simboliza el liderazgo y
el coraje, junto con los poderes protectores de su legendario ve­
llocino de oro.

LOS SIGNOS 25

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