Science">
Parcial 1 Psico Social
Parcial 1 Psico Social
Parcial 1 Psico Social
Anotaciones de clases: Focalizar los objetos de estudio de la PSP (de Oriente) y la PSS
(de Occidente). En la PSS encontramos a Marx, Weber, Le bon, Durkheim, Tarde y Freud
en un interaccionismo simbó lico. Cada enfoque no es neutral, sino q se posicionan desde
una postura. Hay tensió n, dicotomizacion y frontera entre ambas corrientes PSS y PSP.
La Psicología Social: Enlaza la conducta a fenó menos micro y macro sociales. A su vez,
implica una perspectiva no individual para enfrentar la problemá tica humana; aborda
las experiencias subjetivas de las personas, tal como se construye en la interacció n
social. Las personas intentan explicar sus experiencias de vida, atribuyendo significado
intersubjetivamente a las circunstancias vividas. Se desarrolló en un terreno empírico al
ritmo de las demandas de la sociedad y de la utilidad de las respuestas que fue
brindando.
D. Cartwright plantea que la Psicología Social (PS) es una rama de las ciencias sociales
que intenta explicar có mo la sociedad influyó en la cognició n, la motivació n, el
desarrollo y el comportamiento de individuos y es influida por ellos. Destaca las
relaciones recíprocas entre sociedad e individuo a través de dos constructos bá sicos, el
ambiente social (normas, roles, grupos, organizaciones) y comportamiento social
(ejercer poder, votar, liderar). Identifica a la 2da GM como la influencia en el desarrollo
de la PS y a Hitler como la persona que mayor impacto tuvo en el surgimiento de
problemas humanos como la bú squeda de soluciones.
Los precursores: Los comienzos de la PS se remontan a fines del siglo XIX, en Francia
con los trabajos de GABRIEL TARDE (precursor de la PS, asociado a Durkheim). Es así
como Durkheim afirmaba que lo social y las normas sociales son exteriores del
individuo y ejercen sobre él una coerció n que le es extrañ a. Tarde enfatizó el papel del
individuo, de sus innovaciones y sus invenciones, sobre el desarrollo social. La persona
interioriza las normas que se transforman en lo má s íntimo del sujeto. La conciencia
colectiva no tiene una existencia independiente de los individuos. Subraya el cará cter
diná mico y selectivo de la imitació n. Somos el resultado de la combinació n de una
multiplicidad de otros y preanuncia así la posterior teoría del rol y la perspectiva social
de sí mismo que deriva de “asumir el rol del otro”. La inter-psicología se refiere a la
reciprocidad de las imitaciones. En el proceso social, los individuos se influyen
recíprocamente, construyendo una conciencia colectiva.
WUNDT crea una la psicología experimental (no social) como disciplina autó noma,
ciencia de la naturaleza, una metafísica científica y una psicología social histó rica
(ciencia social no experimental) ciencia del espíritu. También crea una psicología que
estudió estados o contenidos de la CC, con el método de la introspecció n (cuantificació n
y control de las variables psíquicas) o aná lisis de la experiencia consciente, poniendo
énfasis en la consideració n de lo psíquico como estructura de sensaciones y
sentimientos. El objetivo legítimo de la investigació n científica es aquello presente en la
CC. De mucho interés para la PS es la psicología de los pueblos(PSS), un trabajo de
corte etnoló gico que estudia las formas de comportamiento colectivo y los procesos
mentales que trascienden a los individuos y que surgen por asociació n en una
comunidad cultural y son importantes para la comprensió n de procesos cognitivos
superiores no cognoscibles por introspecció n. Estudia la relació n entre lenguaje y
pensamiento. A su vez, desarrolla la historia psicoló gica de la humanidad diferente a la
psicología de la CC individual. Aborda al espíritu o mente del pueblo, buscando que hace
que varios individuos formen una comunidad. Considera a la cultura como un proceso
colectivo, influido por los cambios histó ricos. Analiza la mente en sus manifestaciones
externas, má s allá del pensamiento individual consciente. Wundt busca develar los
procesos mentales superiores, producto de creaciones sociales, culturales y artísticas
ú nicamente explicables a partir de un punto de vista histó rico. Sus aportes será n el
germen de la PS Socioló gica, que estudiará la CC individual como resultado de la
creació n de significados en la interacció n social. Separó la psicología de la especulació n
metafísica y la convirtió en ciencia experimental, y creó una PS no positivista, ligada a
los desarrollos de una historia de la cultura y a la comprensió n de la conducta humana,
emergiendo de la interacció n en contextos sociales.
LE BON analiza los fenó menos de masas q eclipsan todas las características humanas
individuales positivas. El ascenso de las masas coincide con la declinació n de la
civilizació n ya que al “alma colectiva”, a través de la sugestió n y el contagio, tiende a una
conducta ICC e irracional, de modo que los hombres “sienten, piensan y actú an de un
modo completamente distinto a como lo harían cada uno de ellos por separado”. La
masa se transforma así en una entidad psicoló gica distintiva e independiente de los
miembros que la componen.
HISTORIA DE LA PS: En EEUU la PS aparece en 1908 con la publicació n de dos manuales
de Ross (PSS) y Mc. Dougall. ROSS es quien inscribe la PS como parte de la sociología,
estudiando las uniformidades en la conducta humana debidas a las causas sociales, tales
como el lenguaje, los mitos, las costumbres,una psicología de las modas colectivas.
Destaca la imitació n como explicació n de la conducta. MC. DOUGALL produce un
desarrollo inicialmente en una Psicología individual. Considera a los instintos como
origen o causa de la conducta humana individual o social, cada instinto corresponde a
una conducta específica que explica su expresió n emocional. La influencia tiene una
importancia secundaria en este desarrollo teó rico, ya que los componentes emocionales
de los instintos son inmutables. Para él, existen instintos sociales que determinan la
conducta social. Hubo muchas críticas al pensamiento de MC. Dougall por su posició n
biologicista e instintiva de la conducta humana y por la incapacidad del cambio en el ser
humano (PSP). Un tiempo después incursionó en la psicología colectiva, con una
perspectiva genética y má s social de la mente humana que “está modelada por la
sociedad en la que se desarrolla”, siendo el producto de la interacció n humana (PSS). El
grupo tiene un poder de influencia sobre las CC individuales. Negocia por la existencia
de una conciencia colectiva, un espíritu de grupo que se impone sobre las CC
individuales a través de la sugestió n.
Es posible proporcionar definiciones diferenciadas de los fenó menos psicoló gicos como
de los sociales. Admiten que entre los fenó menos hay relació n pero es de exterioridad.
Se produce una desocializació n del individuo, una individualizació n de lo social
PSICOANÁLISIS nace con Freud y con la influencia de Le Bon. Modifica su teoría del
aparato psíquico para dar cuenta de los fenó menos de masa, de lo social. Lo má s
significativo de la vida humana no está presente en la conciencia y se haya tanto el el
ICC como en la cultura
HUMER sistematizo los fundamentos del interaccionismo simbó lico que proporciona un
punto de vista sobre la sociedad, sobre el individuo y sobre las relaciones
interpersonales. Las personas interpretan o definen las acciones de los demá s. Sus
respuestas se basan en el significado que atribuyen a las acciones de otros y estos
significados mediatizan las relaciones con los demá s. La conducta humana implica un
proceso de construcció n activa de la realidad social, a través del cual los hombres le dan
sentido a su medio social y físico. El interaccionismo simbó lico reposa en tres premisas:
1.La importancia de los significados. El ser humano actú a sobre la base de los
significados que atribuye a los objetos. Es fundamental conocer cuá l es la interpretació n
subjetiva que una persona hace de una situació n para entender su conducta en esa
situació n
2.La importancia de la interpretació n social. Los significados no los traen los objetos en
sí mismos sino que emergen del intercambio y relaciones entre personas. Es en la
relació n con otros donde se forja nuestro modo de interpretar la realidad.
3.Importancia del cará cter activo de la persona. No son los otros quienes nos transmiten
estos significados sino que nosotros mismos los elaboramos siempre y cuando haya
interacció n con los otros. La persona ejerce un papel activo negociando los significados
que se modifican a través de un constante proceso de interpretació n.
PSICOANÁ LISIS: Freud marca una ruptura con el modo de conocer. Examina el origen y
reproducció n de las instituciones y el vínculo social en la instauració n de la ley como
prohibició n; los fundamentos de la aparició n de las religiones, que representan la
posibilidad de externalizar conflictos ICC; el vínculo entre los hombres y la noció n de
líder..
DURKHEIM que piensa la sociedad como una fuerza real que imparte a través de sus
instituciones el sentido de una autoridad moral que sobrepasa al individuo porque
ejerce coerció n. EL individuo seria como un soporte de normas y valores colectivos.
GOFFMAN hace un aná lisis de las interacciones de la vida cotidiana. Contempla los
encuentros “cara a cara” entre un nú mero limitado de sujetos y que conforman una
trama continua de interacciones. Su perspectiva es institucional. La construcció n de las
representaciones sociales es resultante del “escenario” como el teatro donde juegan los
actores.
-Hubo dos posiciones en la teoría psicoanalítica: una apolítica y otra con Pichon Riviere,
Bleger, que armaron una perspectiva de trabajo psicoanalítico con incidencia en pos de
la transformació n social.
DÉ CADA DEL 80’ es una década de reconstrucció n política de los Estados, luego de las
dictaduras militares. En la PS se retoma todo lo anterior, y es un Pichó n re trabajado y
discutido en la restauració n del Estado democratico. Los conceptos centrales q estudio
fueron: vínculo, salud/enfermedad, grupo operativo, aprendizaje, etc. Estos fueron
revisados porque diferentes condiciones de recepció n se habían modificado. Se
fortalecen las corrientes institucionalistas y grupalistas en el país y desde las posiciones
menos legitimadas del poder, se continuó formulando ensayos, teorizaciones,
comentarios en pos de pensar con sentido crítico la trama sociocultural en donde se
constituye la subjetividad.
DÉ CADA DEL 90’ es el fin de la historia, de las ideologías, del trabajo, del Estado
benefactor, indicando la producció n de un fenó meno de ruptura de los modelos
existentes de funcionamiento socio-cultural habitual. Se instala un desorden en las
formas de regulació n y una progresiva crisis de credibilidad en las instituciones
sociales. Se produjo una crisis de enunciados fundantes y emergencia de formas de
resolució n de los lugares que van posicioná ndose en el poder. La lucha de poder se
caracterizó por el éxito del mundo financiero, lo que aumentó la desigualdad y formas
de exclusió n. En este marco, la PS profundiza estudios sobre diversos campos de
aplicació n, rescatando y profundizando las elaboraciones en torno a representaciones
sociales. La fragilidad de las relaciones sociales tiene su consecuencia en los lazos
psicosociales y en la crisis profunda de las instituciones. Con ello el sujeto queda
indefenso y vulnerable.
3. Construcción y crítica de la PS – MONTERO
1) Ser suficientemente carente de antecedentes como para haber podido atraer a un grupo
duradero de partidarios, alejá ndolos de los aspectos de la competencia.
2) Ser lo bastante incompletas para dejar muchos problemas sin estar resueltos para el
redelimitado grupo de científicos.
Anotaciones de clases: acá vemos como el Psicoaná lisis trae una nueva visió n.
Plantean una preocupació n distinta: de qué manera se constituye la masa
psicológica, como funciona este nuevo fenó meno (es un paradigma emergente). Las
relaciones sociales son por ej. la familia, la relació n del médico con el paciente, amigos,
etc. No hay oposició n entre psicología individual y psicología social. El sujeto humano
no es sin el otro. Es muy importante focalizar el concepto de identificació n, mecanismo
por el cual introyectamos estos mecanismos del Otro (social) para formar el Yo. Lo
social configura lo má s singular: el Yo. Tiene una formació n constitutiva. Esta psicología
de las masas, este fenó meno que estudia Le Bon, se puede explicar desde la teoría de la
libido de Freud. Le Bon menciona causas de la perdida de la individualidad psíquica del
individuo en la masa. Freud piensa de qué manera el sujeto en la masa se transforma
debido a estos lazos libidinales. Algo relevante también es el narcicismo. La libido del yo
se modifica porque se desplaza hacia 2 fuentes: 1) líder de la masa, y 2) sus pares, los
que forman la masa. Freud le hace una crítica a Le Bon y a Tater. El líder ocupa ese lugar
del ideal del Yo en la masa. La identificació n seria compartir el mismo ideal del yo.
Freud dice q también en los fenó menos colectivos podemos encontrar algo q no
podemos encontrar de forma aislada. Freud nos da un aporte para superar la dicotomía
entre el individuo y la sociedad. Su forma de ver a la psicología social. Para Freud el
fenó meno de las masas no es instintivo. Cuando Freud analiza las masas artificiales lo
hace porq le permite conocer el lugar del conductor. El problema de la masa tiene q ver
con la exclusió n del otro. Es necesario saber por qué compara el fenó meno de las masas
con la hipnosis o el enamoramiento. Por qué los lazos libidinales entre miembros y líder
no tienen las mismas características. Identificació n es un concepto muy importante:
Freud dice q es la má s temprana ligazó n q tiene una persona con otro o un objeto. Acá
vemos como Freud piensa la relació n con el afuera, con el Otro y estas, son relaciones
libidinales. El sentimiento fraterno surge por identificació n. El yo ideal es un estado
primario donde todo es placer y completud. En la masa descansa la neurosis porq
permite acortar la distancia entre el yo y el yo ideal.
Psicología individual y Psicología Social: Freud propone que no hay una verdadera
oposició n entre Psicología individual y Psicología Social tal como se creía. Considera que
si bien es verdad que la psicología individual estudia al ser humano singular y los
caminos por los cuales busca alcanzar la satisfacció n de sus mociones pulsionales, rara
vez, este individuo, puede prescindir de los vínculos con otros. En la vida anímica del
individuo, el otro cuenta como modelo, como objeto, etc. Por ello, desde el comienzo la
psicología individual es simultá neamente psicología social. De este modo, el autor
plantea que, todos los vínculos indagados por el psicoaná lisis pueden ser considerados
fenó menos sociales.
Constitució n de las masas: Freud plantea que, al integrar una multitud, el individuo
cambia su manera de sentir, pensar y actuar. Esto lo lleva, a interrogarse acerca de ¿Qué
es una masa? ¿Por qué influye tan decisivamente en la vida anímica del individuo? Para
responder a estas preguntas, Freud retoma a tres autores: Le Bon, McDougall y Trotter.
Le Bon postula que los individuos que componen una masa se hallan dotados de una
especie de alma colectiva, en virtud de la cual sienten, piensan y actú an de manera
distinta de como lo harían de forma aislada. La masa es un ente provisional formado por
elementos heterogéneos, los cuales se unen por un determinado lapso, dando lugar a un
fenó meno nuevo. Ademá s, el autor considera que en la masa desaparecen las
peculiaridades individuales, aflora el inconsciente racial, lo heterogéneo se hunde en lo
homogéneo y el individuo muestra nuevas propiedades que no había poseído hasta
entonces: Adquiere un sentimiento de poder y desaparece el sentimiento de
responsabilidad que suele frenarlo; Producto del contagio, el individuo sacrifica su
interés personal por el interés colectivo; Como consecuencia de la sugestió n, al formar
la masa, el individuo posee un impulso irresistible a ejecutar ciertos actos. Dicho
impulso, al ser idéntico en todos los individuos que componen la masa, se acrecienta por
reciprocidad. Es decir, el contagio es un efecto de la sugestionabilidad.
A su vez, realiza una descripció n del alma de las masas, postulando que esta es
impulsiva, influible, excitable, se guía casi con exclusividad por lo inconsciente y nunca
se impone lo personal, ni el interés de autoconservació n. Ademá s, posee un sentimiento
de omnipotencia, es acrítica, conservadora, etc. Como resultado de esto, el individuo, al
formar parte de la masa desciende varios escalones en la escala de la civilizació n.
Aislado era, quizá s, un individuo culto; en la masa una criatura que actú a por instinto.
Por otro lado, el autor plantea que la masa no puede vivir sin un jefe, un conductor, el
cual posee ciertas propiedades: para suscitar la creencia de la masa, él mismo debe
estar fascinado por una intensa creencia. De este modo, atribuye tanto a esas ideas
como al conductor, un poder que denomina prestigio: una suerte de imperio ejercido
por un individuo, obra o idea.
La critica que Freud realiza a Le Bon es que se aboca a considerar la alteració n del
individuo dentro de la masa, sin dar respuesta a aquello que los une. Para Freud es
fundamental dar cuenta de este cará cter, dado que es lo propio de la masa. Por ello,
considera que no hace falta atribuir valor a la emergencia de nuevas propiedades, sino
que, basta con dar cuenta que el individuo al entrar en la masa, queda sometido a
condiciones que le permiten sortear las represiones de sus mociones pulsionales
inconscientes.
Otro de los autores retomados por Freud es McDougall. De él recupera la distinció n
entre masas efímeras y masas permanentes, a partir del factor de la organizació n.
Por un lado, con masas efímeras se alude a la reunió n de individuos de diversos tipos
con miras a un interés pasajero. É stas carecen de organizació n y las denomina
“multitudes”. Ademá s, son excitables, impulsivas, apasionadas, violentas,
sugestionables, fá ciles de conducir, sin responsabilidad, etc. Por otro lado, respecto de
las masas permanentes, es decir, aquellas que poseen organizació n, McDougall
desarrolla una serie de condiciones que éstas deben cumplir:
● Continuidad en la persistencia de la masa.
● Existencia en los individuos de la masa de una determinada representació n acerca de
la naturaleza, funció n, operaciones y exigencias de la misma. Con el propó sito de
establecer un vinculo afectivo entre los mismos.
● Relació n de la masa con otras formaciones de masa semejantes, pero divergentes a la
vez. Por ejemplo, que rivalice con estas.
● Posesió n de tradiciones, usos e instituciones.
● Especializació n y diferenciació n de las operaciones que corresponden al individuo.
Para ejemplificar lo que se considera como masas permanentes, Freud propone
analizar la Iglesia y el Ejercito. Considera que son masas de alto grado de
organizació n, duraderas y artificiales en el sentido de que se emplea cierta compulsió n
externa para prevenir su disolució n e impedir alteraciones en su estructura. En ambas
masas, existe un jefe que ama por igual a todos los individuos que la integran. De esta
ilusió n depende todo. La ligazó n de cada individuo con el jefe es la causa de la ligazó n
que los une a todos.
Vale aclarar que, ya sean masas efímeras o permanentes, para que haya masa debe
haber líder. É ste, no necesariamente debe ser una persona, puede ser también una idea
abstracta. Ademá s, el conductor o la idea conductora podrían volverse negativos: el odio
a determinada persona o institució n podría producir el mismo efecto y generar las
mismas ligazones afectivas que la dependencia positiva.
Por ú ltimo, alude a la noció n de instinto gregario desarrollada por Trotter. É ste
postula que los fenó menos anímicos de la masa derivan de un instinto gregario: nuestra
tendencia a agruparnos, a vivir con otros. En consecuencia, el individuo se siente
incompleto cuando está solo. Dicho instinto es innato en el hombre, como en otras
especies animales. Es decir, es primario no susceptible de posterior descomposició n.
Frente a esta concepció n, Freud objeta que Trotter no atiende suficientemente al papel
del conductor dentro de la masa, ya que considera, justamente, que la esencia de la
masa no puede concebirse descuidando al conductor.
Es por esto, que Freud apunta a corregir el enunciado de Trotter segú n el cual el ser
humano es un animal gregario, planteando que es má s bien un animal de horda, el
miembro de una horda dirigida por un jefe.
Doble lazo libidinal: Freud busca hallar la explicació n psicoló gica del cambio anímico
que los individuos sufren en la masa. Para responder a ello, introduce el concepto de
libido, entendiendo por ésta, la energía de aquellas pulsiones que tienen que ver con
todo lo que puede designarse como “amor”: a si mismo, por el otro, objetos concretos e
ideas abstractas. De esta manera, plantea que los vínculos de amor constituyen la
esencia del alma de las masas. A partir de esta idea, Freud advierte que, dentro de la
masa cada individuo posee una doble ligazó n libidinal: con el conductor y con los otros
individuos de la masa. Este doble nexo permite explicar la alteració n y la restricció n
observada en la personalidad del individuo. El doble lazo libidinal implica, por un lado,
una idealizació n con el conductor: los integrantes de la masa, colocan su ideal del yo en
un mismo objeto, el líder. Por otro lado, como consecuencia de ello, los miembros de la
masa se identifican entre sí.
La identificació n: Freud define a la identificació n como la má s temprana exteriorizació n
de una ligazó n afectiva con otra persona. Distingue tres tipos o fuentes de la misma:
● En primer lugar, la identificació n como la forma má s originaria de ligazó n afectiva con
un objeto.
● En segundo lugar, la identificació n como sustitució n de una ligazó n libidinosa de
objeto, por vía regresiva, mediante introyecció n del objeto en el yo.
● En tercer lugar, la identificació n a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse
en una persona, que no es objeto de las pulsiones sexuales. Se basa en querer o poder
ponerse en el lugar del otro. Freud la denomina como infecció n psíquica. Su principal
característica es que es de meta sexual inhibida. Es decir, esta identificació n prescinde
por completo de la relació n de objeto con la persona copiada. Este tipo de identificació n
es la que se da en la masa.
Anotaciones de clases: Este texto nos sirve para pensar la relació n de Psicología Social
con el Psicoaná lisis. La primera definició n que Freud da es que “Toda psicología es
psicología social” en tanto que el Otro forma parte de mi subjetividad. Las relaciones
sociales son relaciones q el psicoaná lisis siempre estudio. Le Bon dice que existen al
menos 3 cosas que hacen que el individuo entre en la masa: 1) El simple hecho que hay
numerosidad de personas sería una causa de emergencia del fenó meno de las masas.
Crea un alma colectiva, como todo lo má s arcaico que existe en el ser humano. 2)
Contagio de los afectos en masa: aparece a idea de percepció n en un afecto del Otro que
se produce en un efecto contagioso. 3) La sugestionabilidad de los individuos en la
masa, relacionado con el contagio. Freud en sus principios estudio el método de la
sugestió n (la hipnosis), después abandona ese método intercambiá ndolo por el de la
asociació n libre. En la hipnosis el sujeto hacia cosas que fuera de ese efecto, en su Cc no
existía nada. La fuente que produce a la sugestió n, Freud va a decir que el líder de la
masa va a ser aquel que ocupe el lugar de hipnotizador y de hipnotizado. Un fenó meno
es la sugestió n ligada a un fenó meno psicoló gico: ligado a su ideal del Yo; y otra cosa es
el contagio, que en realidad es la identificació n: un fenó meno Icc, como la idealizació n,
por el cual un sujeto detecta un efecto Icc que coincide con algú n factor del Otro. La
identificació n con esa idealizació n es el fundante de la subjetividad y de lo psíquico. El
ideal del Yo es un estado del Yo perdido que nosotros mismos queremos alcanzar. En la
melancolía hay un padecimiento q no coincide con la realidad de esa persona. En la
manía encontramos a la euforia, Freud dice que el Yo encuentra satisfacció n en su ideal:
esto produce el estado de euforia: satisfacció n narcisista del sujeto. El ideal del yo es
como una construcció n sociocultural y de los padres también. La masa, segú n Freud, es
un descanso de la neurosis. El líder ocupa el lugar del ideal del Yo, produciendo un
efecto hipnó tico en cada sujeto que forma parte de la masa. Existen lazos libidinales que
unen a la masa.
La idealizació n en la masa: el sujeto exterior ocupa el lugar del ideal del Yo. El rasgo
comú n en la masa es el objeto del ideal del yo. Si no existiría la idealizació n del líder, se
rompería el ideal de la masa.
Freud dice que cuando nace un hermanito en una nueva familia, nacen los celos
también. Lo social no es primario para el sujeto segú n Freud, sino que es secundario. El
niñ o muta sus celos por el amor a los padres y no perderlos a ellos ante la llegada del
bebe. Esa es la base de todas las normas sociales y culturales.
El mito del padre de la horda: para Freud como es un mito, no se le puede poner fecha.
Esto explica fenó menos de la cultura.
Freud dice q la masa es un fenó meno regresivo al momento primitivo.
En una masa psicología, segú n Freud, no es necesario q haya mucha gente, solo 2
personas bastan. Es necesario q una de esas personas se coloque en el lugar del ideal del
Yo, ya q en la medida q idealizamos ubicamos al sujeto en ese ideal del Yo.
Características
● Siempre es la representació n de un objeto, es decir, el aspecto de imagen, figurativo de
la representació n, es inseparable de su aspecto significante.
● Tiene un cará cter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la
idea, la percepció n y el concepto. De este modo, la representació n no es puro reflejo del
mundo exterior, no es una huella que se imprime.
● Tiene un cará cter simbó lico y significante, a partir de la cual nos permite explicar
nuestras interacciones significativas con el mundo.
● Tiene un cará cter constructivo, de modo que siempre hay una actividad de
construcció n y de reconstrucció n en el acto de representació n.
● Tiene un cará cter autó nomo y creativo.
● Siempre conlleva algo social.
Se presenta un aná lisis de los diferentes aspectos que se combinaron en la emergencia de una
psicología social crítica en América Latina, a partir de los añ os 70; las tendencias que
aparecieron dentro de aquella orientació n y sus consecuencias para el desarrollo posterior de la
psicología latinoamericana. Congreso de Psicología social de la Liberació n, este movimiento
crítico de la psicología social, no ha sido analizado de una perspectiva histó rica por ninguno de
sus protagonistas. En diferentes momentos histó ricos y en diferentes contextos, la psicología
social ha presentado una orientació n crítica relacionada con la vocació n y el compromiso social
de algunos de los sectores comprometidos con este campo de la psicología. En América Latina
este cará cter crítico ha sido estimulado por la especificidad del contexto socioeconó mico de
América Latina y los conflictos que histó ricamente han marcado las aspiraciones de
independencia de los países de la regió n, y que tomaron una connotació n muy particular en la
década de los añ os sesenta. En el desarrollo de la crítica en el campo de la psicología social
pienso que el impacto del marxismo tuvo un importante papel, que primero se manifestó en
Argentina, en los brillantes trabajos de autores como Bleger y Pichon Riviere, y que después, de
una forma u otra, y desde perspectivas diferentes, influyó el desarrollo de la psicología social
crítica en América Latina de una forma general.
La mayoría de los autores define a la psicología comunitaria como aquella que se trata de la
comunidad y que es realizada con la comunidad. Por lo tanto, lo comunitario incluye el rol activo
de la comunidad, su participació n, no solo como invitada sino como agente activo, con voz y
voto. Los primeros psicó logos comunitarios no estuvieron inclinados a definir a la psicología
comunitaria. Lo primero en estar claro fue el objeto de estudio y su fundamentació n valorativa y
es justamente a partir de su definició n y enriquecimiento en la prá ctica que se fueron
produciendo conceptos y haciendo aportes al método, tomados en gran parte de la psicología
social y otras ciencias social. En los añ os ochenta, Montero definió por primera vez a la
psicología comunitaria como la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores
psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los
individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para solucionar problemas que
los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social. Esta definició n implica
un rol diferente para los profesionales de la psicología, dado que los ubica como agentes de
transformació n social. Ademá s, plantea a la subdisciplina como un campo interdisciplinario,
dado que al plantear cambios sociales asume un objetivo igualmente planteado por otras
ciencias sociales. Así mismo, la psicología comunitaria surgió como una disciplina que se
encargaría de hacer una prá ctica aplicada al á mbito de la comunidad y de reflexionar y crear
propuestas teó ricas acerca de esa prá ctica. Ademá s, bajo este nombre se abre una gran cantidad
de diferentes prá cticas y relaciones posibles entre psicología y comunidad.
Características de la Psicología Comunitaria 1) Se ocupa de fenó menos psicosociales producidos
en relació n con procesos de cará cter comunitario, tomando en cuenta el contexto cultural y
social en el cual surgen. 2) Concibe a la comunidad como ente diná mico compuesto por agentes
activos, actores sociales relacionados constructores de la realidad en que viven. 3) Hace énfasis
en las fortalezas y capacidades, no en las carencias y debilidades. 4) Incluye la diversidad. 5)
Asume las relaciones entre las personas y el medio ambiente en que viven. 6) Tiene una
orientació n hacia el cambio social dirigido al desarrollo comunitario. 7) Incluye una orientació n
hacia el cambio personal en la interrelació n entre individuo y comunidad. 8) Busca que la
comunidad tenga el poder y el control sobre los procesos que la afectan 9) Tiene una condició n
política en tanto supone formació n de ciudadanía y fortalecimiento de la sociedad civil 10) La
acció n comunitaria fomenta la participació n y se da mediante ella 11) Es ciencia aplicada,
produce intervenciones sociales
Por ú ltimo, un aspecto que forma parte de la psicología comunitaria y que le es característico es
que ha surgido de una conjunció n de ramas de la psicología y ha apelado a la integració n de
saberes provenientes de otras ciencias sociales. Esta multidisciplinariedad es entendida como
una condició n indispensable dado que la psicología comunitaria al integrar aspecto
psicosociales, socioló gicos, culturales y políticos, se convierte en una disciplina compleja.
Objeto de estudio: Para poder definir su objeto de estudio, la psicología comunitaria necesito
en sus primeros añ os de existencia, deslindar la naciente rama de la psicología de otras
prá cticas ya existentes en las ciencias sociales. Décadas má s tarde la psicología comunitaria ha
dado cuenta de sus diferencias con estas prá cticas y definió su objeto de estudio: el poder y el
control sobre las circunstancias de vida por parte de las personas que integran las comunidades
y el cambio social. En que lo respecta al cambio social, es preciso dar cuenta de que no se trata
de cambios señ alados desde afuera a la comunidad, si no que las transformaciones se hacen
desde la propia comunidad y sobre todo desde las aspiraciones, deseos y necesidades de la
comunidad. Hablamos de un sujeto activo de las acciones que en ella se llevan a cabo; como
actor social, constructor de su propia realidad.
Método: La psicología comunitaria para poder dar lugar al desarrollo de una metodología,
debió apoyarse primero en algunos de los métodos y técnicas existentes, aunque su aplicació n
estaba orientada por principios y objetivos totalmente diferentes. Estos provenían
principalmente de la psicología social, aunque también otras disciplinas hicieron aportes. A
mediados de los añ os setenta, comenzaron a encontrarse dificultades: los problemas sociales no
podían ser estudiados ni resueltos mediante la aplicació n de las formas usuales de tratamiento
desarrolladas hasta el momento por la psicología. Ademá s, comenzó a gestarse la convicció n de
que tales problemas debían ser enfrentados no solo por los psicó logos sino también por las
personas afectadas. Es decir, estos métodos permitían diagnosticar, pero no intervenir. Esto
llevo a que, ademas de acudir a las técnicas propias de la psicología social, se añ adiera a la
metodología los enfoques participativos y la sensibilidad. De este modo, surge la investigació n-
accion participativa. Sin embargo existe dentro de la disciplina un pluralismo metodologico, ya
que no se descartan las formas tradicionales de investigació n e intervenció n social.