El documento describe la vida y trabajo de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. Kübler-Ross fue pionera en el estudio de la muerte y las fases por las que pasan los moribundos. Describió cinco fases por las que pasan los pacientes terminales: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Gracias a su trabajo, mejoró el tratamiento de pacientes con enfermedades terminales y desestigmatizó el tema de la muerte. Su investigación también mostró que los niños son los más valientes al enf
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El documento describe la vida y trabajo de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. Kübler-Ross fue pionera en el estudio de la muerte y las fases por las que pasan los moribundos. Describió cinco fases por las que pasan los pacientes terminales: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Gracias a su trabajo, mejoró el tratamiento de pacientes con enfermedades terminales y desestigmatizó el tema de la muerte. Su investigación también mostró que los niños son los más valientes al enf
El documento describe la vida y trabajo de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. Kübler-Ross fue pionera en el estudio de la muerte y las fases por las que pasan los moribundos. Describió cinco fases por las que pasan los pacientes terminales: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Gracias a su trabajo, mejoró el tratamiento de pacientes con enfermedades terminales y desestigmatizó el tema de la muerte. Su investigación también mostró que los niños son los más valientes al enf
El documento describe la vida y trabajo de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. Kübler-Ross fue pionera en el estudio de la muerte y las fases por las que pasan los moribundos. Describió cinco fases por las que pasan los pacientes terminales: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Gracias a su trabajo, mejoró el tratamiento de pacientes con enfermedades terminales y desestigmatizó el tema de la muerte. Su investigación también mostró que los niños son los más valientes al enf
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Martínez Sánchez Fátima.
Lic. en Psicología.
Acompañar a morir Una mirada de amor
Es cierto que la vida sobrepasa nuestra razón y nuestras razones; la vida es
misterio rompedor de límites, como lo es el amor, se mire por donde se mire, y como lo es el dolor allá donde se sienta. La vida es germen de una existencia que supera que supera los mismos límites del tiempo, es tensión que aspira hacia una plenitud que no siempre alcanzamos y, paradójicamente también tiene su ocaso natural. Mantener la esperanza en la vida, también cuando esta se acaba exige un precio: poner los propios talentos al servicio de causas más grandes que nosotros mismos. Así la vida recobra su sentido. Este planteamiento es el que nos presenta Elisabeth Kübler-Ross. Elisabeth Kübler-Ross nació en Zurich en 1926 con muy pocas posibilidades de sobrevivir: -tercera melliza en la Suiza de los años veinte-; estudió Medicina, a pesar de la negativa de su familia, y luchó para ser reconocida como mujer médico, primero, en su país y, después, como psiquiatra en los EEUU y ha sido una de las mayores expertas mundiales en la muerte, los moribundos y los cuidados paliativos. Con un enfoque humano y cercano, Elisabeth lo dio todo para desestigmatizar la muerte y por mejorar el tratamiento de las personas que sufren enfermedades crónicas. Es la primera psiquiatra que describió las fases de la muerte: pánico, negación, depresión, pacto y aceptación, que se convirtió en un clásico de la psiquiatría. Mostró también que son los niños los más valientes en el momento de enfrentarse a la muerte. Sus últimos días los pasó en retiro en el desierto; mayor y cansada, esperando su propia muerte acaecida en el 2004. Su trayectoria es el objeto del documental "Elisabeth Kübler-Ross: acompañar a morir", que hilvana con fluidez y hondura imágenes de época, Martínez Sánchez Fátima. Lic. en Psicología.
entrevistas también a familiares y amigos de la doctora. Tal como señala J.J.
Martín, el tono es hagiográfico, pero suficientemente objetivo como para mostrar también las sombras del personaje, así como su insuficiente formación antropológica y teológica, que le llevó a una ecléctica visión del más allá: inicialmente calvinista, cercana después al espiritismo y, finalmente, en la línea de un sincretismo panteísta, un punto anticlerical y alejada del catolicismo en cuanto al juicio particular y al infierno, realidades que ella no aceptaba. En todo caso, resultan valiosas las reflexiones de Elisabeth Kübler-Ross sobre el valor de la trascendencia en la atención a enfermos terminales y, sobre todo, sus emotivas entrevistas con algunos de ellos, que ponen de manifiesto su sensibilidad y su respeto por la dignidad de cada vida humana. Un respeto en las antípodas del ensañamiento terapéutico y del cruel materialismo individualista en que se sustenta la propaganda actual a favor de la eutanasia. El trabajo de la doctora Elisabeth Kübler-Ross nos confirma que la muerte es un pasaje hacia otra forma de vida, y nos hace comprender que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia, el paso a un nuevo estado de conciencia en el que también se experimenta, se ve y se oye, se comprende y se ríe, y en el que existe la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual. Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final del camino, y que a medida que nos aproximamos a esa luz blanca, de una claridad absoluta, nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar.