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Tema 4 Humanismo
Tema 4 Humanismo
Tema 4 Humanismo
TEMA: 4
HUMANISMO
SUCRE - BOLIVIA
2020
TEMA 4. HUMANISMO
INTRODUCCIÓN Y PRINCIPIOS BÁSICOS
La Psicología Humanista, llamada tercera fuerza psicológica, emergió oficialmente en EE.UU
en 1961, con la fundación de la American Association for Humanistic Psychology (AAHP).
Como parte del comité organizador de la asociación estaban nombres que ya son parte de la
historia de la psicología: Abraham Maslow, Anthony Sutich, Joe Adams, Dorothy Lee y Clark
Moustakas. Muchos rechazaban la idea de sujeto reprimido que planteaba el psicoanálisis y la
rigidez mecanicista del conductismo. Era la década del 60, momento en el que el mundo, después
de pasar por dos guerras mundiales, hablaba de libertad y de espiritualidad: el humanismo fue
aceptado como un signo de los tiempos.
La psicología humanista se centra en el estudio de la persona como un todo y parte de la idea de
que los seres humanos somos innatamente buenos. Los psicólogos humanistas no se observan la
conducta humana solo a través de los ojos del observador sino también a través de la persona que
actúa o piensa.
Para el humanismo el hombre no es un ser esclavo de sus instintos e ideas reprimidas, como
lo hace ver el psicoanálisis, ni una máquina programable desde el entorno que los
conductistas puedan manipular. Para la Psicología Humanista el hombre es libre,
autodeterminado; su comportamiento y su visión del mundo son altamente subjetivos e
importan en la terapia. El sujeto visto por un humanista es esencialmente bueno y se desarrolla
gracias a su afán de realización. Algunas concepciones claves de los humanistas:
En origen la psicología humanista seguía un único principio: el ser humano es un ser completo
que posee todas las habilidades necesarias para desarrollarse, realizarse y trascender en el camino
sano.
1. El ser humano es único, como es único debe desarrollarse en su propia autenticidad de forma
completa, siendo necesario utilizar el potencial creativo para ello.
2. El ser humano es bueno por naturaleza, este principio contradice muchas teorías y corrientes
psicológicas en las que se da por hecho que el ser humano es malvado por naturaleza. Como la
bondad que nace del interior del ser humano, todos los actos serán buenos, por lo que no hay que
reprimirse o controlar los actos sino dejarlo salir libremente.
3. El ser humano tiende a desarrollarse plenamente en todos los niveles de conciencia que
existen, además naturalmente tiene la capacidad de evolucionar y satisfacer todas sus
necesidades. Estos niveles nos hacen ser cada vez más conscientes de nosotros mismo, de nuestra
propia existencia y de lo que nos rodea.
4. La mente y el cuerpo forman parte de un todo, este todo es indivisible, únicamente se hace
distinción de los dos para que sea más fácil la comprensión de los conceptos. La mente y el
cuerpo son el reflejo de lo que somos, que se expresa mediante los actos, movimientos y gestos
que exteriorizamos.
5. Existen varios niveles de consciencia, como se ha dicho en varia ocasiones, la consciencia se va
adquiriendo por niveles. Mediante la superación de estos niveles el ser humano percibe con más
claridad su propio ser y la existencia de lo ajeno.
6. Reequilibrio y revalorización de lo emocional, que se ha desequilibrado a causa de las leyes
que la cultura occidental va imponiendo en el ser humano, donde se predispone el
comportamiento pasado por la razón ante lo emocional e intuitivo, a causa de esto se poder el
equilibrio interno.
7. Percepción de lo exterior como un ente igual, trabajar la comunicación y la percepción de lo
exterior para tratarlos con respeto, dejando a un lado el entendimiento de lo exterior como un
elemento que nos posibilita obtener beneficio propio.
La psicología humanista apuesta por la comunicación plena entre los seres que son individuos
únicos, esta unicidad debe ser entendida como tal y por ello no debemos ver a los otros seres por
una cualidad específica sino como un todo.
Cualidades que tienen las personas autorealizadas según Maslow: son 14 “valores del ser”:
Verdad- Apreciacion continua- Espontaneidad- No superficialidad- integridad- creatividad-
sentido del humor filososfico- bondad o tolerancia- trascendencia- carácter único- experiencia
mistica- lo esencial- esfuerzo- autonomía.
d) Carl Rogers
Carl Rogers apostó por una visión novedosa de hacer terapia, esa donde facilitar una relación más
directa con el “cliente” (término que acuñó dentro de la psicología, por considerarlo más
adecuado que “paciente”). En su libro Terapia centrada en el cliente muestra cómo en su
experiencia clínica rechaza las técnicas directivas, mostrando una relación más cercana con sus
clientes, para favoreciendo así un encuentro más significativo con ellos mismos.
Su contribución a la psicología desde esta perspectiva es de gran valor, pues considera al
individuo capaz de hallar en su interior todos los recursos necesarios para mantener un equilibrio
en su vida.
Para Rogers, las personas que pasan por un mal momento es porque están “dormidas” y es
necesario que despierten a través de su sabiduría interior. El terapeuta les sirve como guía para
que encuentren sus propias respuestas, puesto que confía en la capacidad autosanadora de cada
individuo.
CARLS ROGERS Y LA PERSPECTIVA CENTRADA EN LA PERSONA
Refiere “la conducta del hombre es exquisitamente racional, pues, a efecto de alcanzar los
objetivos que se plantea su organismo, procede con un orden y una sutileza de tal complejidad.
Nuestra tragedia consiste en que nuestros mecanismos defensivos nos impiden apreciar esta
racionalidad en su verdadera magnitud, de tal forma que, en el plano consciente, tomamos una
dirección muy diferente de la que nos obligan a seguirlas exigencias del organismo”.
A Roger le interesaban más las relaciones centradas en la persona, las cuales tenían implicaciones
para cualquier sistema político y social.
Antecedentes intelectuales
Carl Roger creía que al evitar una identificación demasiado estrecha con una corriente
conservaba la objetividad de su propio enfoque. Su teoría de la personalidad se originó gracias a
sus experiencias clínicas.
Sus ideas fueron influenciadas por Otto Rank un de los primero freudianos que se atrevió a
disentir de la ortodoxia psicoanalítica.
Conceptos principales:
En las obras de Carl Roger, es de gran importancia la idea de que las personas se definen a través
de la observación y la evaluación de sus propias experiencias. En su obra teórica más importante,
Roger define los conceptos que conforman la parte medular de su teoría de la personalidad.
- La esfera de la experiencia
Roger decía que cada individuo tenía una esfera de la experiencia, la cual contiene todo lo que
sucede dentro de la envoltura de cada organismo en cualquier momento y encierra la posibilidad
de acceder a la conciencia. Todo esto y de esta forma se comprenden los sucesos, las
percepciones y las sensaciones de las cuales la persona no tiene conciencia, pero podría adquirirla
si se concentra en esos datos empíricos.
Tal esfera de la experiencia es selectiva, subjetiva e incompleta. Ya que está sujeta a limitaciones
tanto de tipo psicológico (aquello de lo que quisiéramos tomar conciencia), como biológico
(aquello de lo que podemos tomar conciencia). Aunque desde el punto de vista teórico la atención
está abierta a cualquier experiencia, se centra en las preocupaciones o intereses más inmediatos,
con exclusión de casi todos los demás. Un ejemplo de la esfera de la experiencia es, cuando
tenemos hambre, ésta esfera se colma de pensamientos relacionados con alimentos y con la forma
de obtenerlos.
- El self es una entidad inestable que se encuentra dentro de la esfera del conocimiento. Carl
Roger se refiere al self:” no hablamos de entidad caracterizada por un crecimiento lento o por un
aprendizaje gradual”. Desde la perspectiva de Roger, el self es un proceso o sistema que cambia
constantemente. Rogers señala que en cada uno de nosotros hay una tendencia inherente a
explotar nuestras capacidades y competencias hasta donde lo permita nuestra estructura
biológica.
- Tendencia a la actualización
Rogers señala que en cada uno de nosotros hay una tendencia inherente a explotar nuestras
capacidades y competencias hasta donde lo permita nuestra estructura biológica. Así como un
vegetal crece para transformarse en una planta sana, y la semilla posee el impulso germinativo
para convertirse en un árbol, el ser humano se ve obligado a transformarse en una persona plena,
completa y autorrealizada
Si bien es cierto el ser humano no nace con una personalidad determinada, en el transcurso de la
vida ésta se le va moldeando y creando con base a las experiencias que vive, además de la
influencia del medio en el que se desenvuelve y de la herencia que adquieren a través del tiempo.
Esta teoría es que propone una terapia no directiva donde el propio paciente juega un papel
activo, no sólo en su curación sino durante todo el proceso. A diferencia de otro tipo de terapias,
es el paciente el que va a guiar al terapeuta y, es este último el que va a ir acompañándolo con su
escucha.
Por esta misma razón, por esa posición activa que ejerce el paciente durante sus sesiones de
terapia, Carl Rogers dejó de utilizar la denominación paciente -según la definición de la RAE
«Dicho de un sujeto: Que recibe o padece la acción del agente», es decir, un sujeto pasivo- por el
cliente, que colocaría al sujeto en una posición activa.
A su vez, al igual que se trata a la persona como un cliente y no de una manera pasiva, este
cambio de posición también lleva a que el terapeuta se coloque en un lugar diferente frente a su
cliente. En este caso, la propuesta de Carl Rogers es una relación simétrica entre ambos, donde
el terapeuta no está asociado a la figura del que sana sino que se basa en que el cliente tiene la
capacidad de tomar conciencia sobre qué es lo que sucede.
Reflejo
En un primer momento, Carl Rogers no desarrolló ninguna técnica para llevar a cabo esta terapia
sino que era imprescindible el uso de las actitudes propias para poder llevarla a cabo. Más tarde,
desarrollaría uno de los aspectos más importantes, el reflejo.
La técnica más conocida de la terapia de Rogers es el reflejo. Esta técnica consiste en captar el
sentimiento del cliente, qué es lo que se esconde tras sus palabras y devolvérselo sin ningún tipo
de interpretación u opinión personal. Para ello, es importante reutilizar las palabras del paciente,
no todas, sólo a las que le haya puesto más carga emocional.
Por ejemplo:
- “Me siento fatal, ¡La vida es una mierda!” – dice el cliente
- “Ya, la vida no te trata bien, ¿verdad?” – posible respuesta del terapeuta
Lo que se logra con este tipo de respuesta es que el cliente sienta que ha sido escuchado y
comprendido, lo que motiva a continuar hablando y profundizando en un tema sin tener que
realizar ningún tipo de pregunta directiva, es decir, es el cliente el que va profundizando y el
terapeuta le acompaña en el proceso.
A su vez, el cliente toma conciencia de lo que está diciendo y sintiendo a través del reflejo porque
se le devuelve la información tal como la dio, sin añadir ningún matiz personal por parte del
terapeuta.
El reflejo ha de ser algo sentido, no una simple repetición de lo que dice el paciente. La escucha
debe ser real y el terapeuta debe aprender a parar su propio pensamiento para poder estar
receptivo al mensaje que le están transmitiendo, es lo que se conoce como escucha activa.
Habilidades del terapeuta
Rogers recogió las habilidades y requisitos de los que debía constar un verdadero terapeuta. Son
tres cualidades que podrían resultar válidas para cualquier tipo de terapia que se quiera seguir,
pero que no todos los psicólogos y terapeutas tienen -como algo relacionado con su personalidad-
ni desarrollan -las habilidades del terapeuta se aprenden
a. Respeto (aprecio positivo incondicional): Es la aceptación del paciente tal cual es,
preocuparse de manera positiva incondicional hacia el paciente. Es decir aceptación de las
conductas del cliente
b. Congruencia: Ser genuino y honesto con el paciente.(ser genuino su conducta deb
igualar a su experiencia interna)
c. Empatía: Es la capacidad o habilidad de sentir lo que siente el paciente, ponerse en su
piel.
Rogers define estas tres cualidades como “necesarias y suficientes” ya que si es capaz de llevarlas
a la práctica, no serían necesarias otro tipo de técnicas para ver la mejora del cliente.
Sin embargo, a pesar de que el terapeuta utilice las mejores técnicas, si no tiene estas tres
habilidades la mejora sería mínima, porque una buena relación terapéutica se basará en el respeto,
la empatía y la congruencia.
Carl Rogers consideraba que la personalidad del terapeuta es fundamental en la sanación del
cliente, ya que la mitad de la terapia se basa en el vínculo establecido entre terapeuta y paciente.
Conclusiones:
1. Un estado de congruencia es aquel en el cual las experiencias simbolizadas reflejan las reales e
internas. Al contrario, cuando existe negación o distorsión, hay un estado de incongruencia.
2. La persona plenamente funcional, es aquella que experimenta un estado de congruencia entre
el sí mismo real y el sí mismo ideal. Se caracteriza por mostrar apertura a la experiencia, vida
existencial, confianza orgánica, libertad de experiencia y creatividad.
3. Rogers, desarrolló un método de terapia, no directivo, centrado en la persona o cliente, en el
cual tres actitudes terapéuticas eran fundamentales para el cambio: empatía, aceptación
incondicional y autenticidad.
LA RELACIÓN TERAPÉUTICA
Como toda corriente psicológica, el humanismo no solo tiene una concepción teórica sobre lo que
le rodea, sino que, partiendo de ese marco explicativo, crea métodos terapéuticos orientados a
aliviar a sus clientes. Porque sí, para el humanismo la persona que acude a un terapeuta no es un
paciente, sino un cliente con el que se relacionará casi de igual a igual. Varias son las terapias
surgidas de la Psicología Humanista, como la terapia centrada en la persona de Carl Rogers y
otras no directamente humanistas, pero sí inspiradas en este paradigma, como la terapia gestáltica
y las que surgen desde la psicología positiva. En la actualidad, el famoso coaching bebe
directamente del humanismo. Entre los principios esenciales de la terapia humanista clásica
están:
Mantener una actitud de comprensión empática hacia el cliente y su experiencia subjetiva.
Respeto por los valores culturales del cliente y por su libertad de expresión.
Explorar los problemas del cliente de forma auténtica y colaborativa, de manera que se le
ayude a ganar en conciencia sobre sí mismo y en responsabilidad.
Explorar las expectativas y metas del cliente, incluyendo lo que espera obtener del
proceso terapéutico.
Estimular la motivación del cliente
Clarificar el rol de ayuda del terapeuta, sin interferir en la autodeterminación del cliente.
Negociar un contrato que clarifique hacia dónde quieren ir en la terapia.