Dedicatorias Literarias
Dedicatorias Literarias
Dedicatorias Literarias
Por suerte,
existes.
Como un sueño.
Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo.
Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, sin restricciones.
Sin límites ni complejos.
Después, con calma y serenidad, con paciencia y el tiempo que me permite la experiencia.
beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que, aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
no te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.
7- Amor eterno (Gustavo Adolfo Bécquer)
8-Sentir
Llegas,
piénsalo.
piensa en salvarte a ti mismo.
tu parte espiritual.
la parte de tus entrañas.
tu parte mágica y ebria.
sálvala.
no te unas a los muertos de espíritu.
mantente
con buen talante y garbo
y al cabo,
si fuera necesario,
apuesta tu vida en plena refriega,
al carajo las probabilidades, al carajo
el precio.
Mis amigos son todos así: Mitad locura, otra mitad santidad. No los escojo por la piel sino por la
pupila, que ha de tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante.
Escojo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta. No quiero sólo el hombro o el regazo,
quiero también su mayor alegría. El amigo que no sabe reír conmigo, no sabe sufrir conmigo.
Mis amigos son todos así: Mitad bromas, mitad seriedad. No quiero risas previsibles, ni llantos
piadosos. Quiero amigos serios de esos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje, pero
que luchan para que la fantasía no desaparezca.
No quiero amigos adultos ni comunes. Los quiero mitad infancia y mitad vejez. Niños para que no
se olviden del valor del viento en el rostro, y ancianos para que nunca tengan prisa.
Tengo amigos para saber mejor quién soy yo, pues viéndolos locos, bromistas y serios, niños y
ancianos nunca me olvidaré de que la normalidad es una ilusión estéril.