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Complejo Adamelitico de Rio Supe

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COMPLEJO ADAMELITICO DE RIO SUPE- RIO HUAURA

COMPLEJO LA MINA

COMPLEJO SANTA ROSA

El complejo Santa Rosa es el componente principal del batolito y se extiende, como

un afloramiento contínuo, a través de la parte occidental y central del Batolito. Su


afloramiento tiene un ancho de 32 km y consiste de tres unidades de las cuales la más antígua,
(tonalita

Huaricanga) fue precedida por el desarrollo de fajas angostas de milonita y esquisto


cuarzohornbléndico llamado “Milonitas Puca Punta”. Además dentro de este complejo se ha
distinguido pequeños afloramientos de dacita y cuarzo que constituyen la unidad Cuyhuay
Chico,

así como stocks de aplitas pertenecientes a la unidad denominada “ Aplita Pedregal” .

COMPLEJO DE PACCHO

Este complejo se halla en la parte este del batolito, entre altitudes de 1,200 y 1,400

m. (Fig. 23). En forma general es un complejo de meladiorita, diorita-cuarcífera y monzodiorita

cuarcífera, de grano fino en los cuales los contactos gradacionales parecer ocurrir con más

frecuencia que los contactos nítidos.

- El complejo Paccho consiste de dos tipos

de rocas: una meladiorita homogénea, de grano fino, que carece de xenolitos y una diorita

leucócrata, de grano grueso con numerosos xenolitos pequeños y redondeados de meladiorita.

Al este de Chasquitambo, en el cerro Carapunco, una de estas unidades grada hacia la otra,

dentro de una distancia de 100 m. En otros lugares ambas unidades gradan, por incremento

en la proporción de feldespato potásico respecto a la plagioclasa, a una monzodiorita y

monzonita.

COMPLEJO DE PATAP

El complejo Patap intruye a los volcánios del Gurpo Casma

y es cortado por diques de microdiorita, de dirección andina, y por el complejo Paccho. Es

probablemente equivalente a los gabros antíguos, dioritas y melagabros mapeados por

COBBING y GARAYAR (1973) y COBBING y PITCHER (1972) en el Batolito Costanero del sur de
esta región.

Composición y estructura interna .- Los gabros y las dioritas del complejo Patap

pueden dividirse, de acuerdo a sus texturas primarias en :


1. Gabros y dioritas de grano fino y textura ofítica

2. Gabros y dioritas de grano grueso y textura ofítica

3. Gabros y dioritas pegmatíticas

4. Diorita hornbléndica laminada

5. Diorita hornbléndica orbicular

La historia de la geología superficial de los cuadrángulos de Huarmey y Huayllapampa

comienza en el Valanginiano, justo antes de un gran episodio de subsidencia del bloque


occidental. Arenas limpias se acumularon en la parte NE de la región en un ambiente de deltas
y

planicies de inundación (WILSON, 1963), sobre un paisaje de bajo relieve originando la

formación Chimú. Entre el Valanginiano y el Albiano medio, el relieve terrestre permaneció

bajo, acumulándose los depósitos del Grupo Huayllapampa dentro de la cuenca de subsidencia

occidental. Cuando el bloque SO del eje de Tapacocha se hundía, las lutitas de la formación

Chala se depositaba en el mar retirándose simultáneamente la línea de costa hacia el oeste.

Cuando la rapidez de subsidencia disminuyó, la cuenca fue rellenada por los conglomerados

de la formación Chinchipe provenientes del lado oriental, que cubrieron a las lutitas. La

subsidencia lenta del bloque occidental nuevamente se intensificó y el conglomerado fue


cubierto por limos y lutitas de la formación Huamancay en el borde exterior, al oeste del am

biente deltaico de la formación Carhuaz y fue acompañado por los primeros signos

de vulcanismo provenientes del SO.

INGEMMET

154

Durante el Albiano medio, el bloque occidental se hundió por lo menos 3,000 m. en

relación al bloque oriental y fue enterrado por escombros volcánicos que cubrieron la mayor

parte del área de los cuadrángulos de Huarmey y Huayllapampa. Las primeras erupciones

principales ocurrieron en agua profunda, en el oeste, y sólo pequeñas cantidades de material

piroclástico fueron transportados al este de la región. Cuando la rapidez de subsidencia

disminuyó o cuando la cantidad de material volcánico aumentó los escombros volcánicos se

acumularon hacia la superficie del mar. Durante el Albiano medio, el cúmulo volcánico
localmente emergió en el este y probablemente formó una cadena volcánica (Formación La
Zorra).
En la parte central y suroccidental de la región existió un período de relativa inactividad
volcánica durante al cual se acumuló el chert de la formación Breas. Las erupciones de

andesita comenzaron nuevamente a acumularse en aguas relativamente profundas en toda la

región. Cúmulos de lavas y piroclásticos se depositaron hacia el océano, sea porque la

subsidencia disminuyó o porque aumentó la cantidad de material volcánico expulsado


(Formación Lupín). Las erupciones de lavas y piroclásticos continuaron en el lado oriental,
constituyendo a la formación Pararín.

Los volcánicos y sedimentos fueron luego deformados y metamorfizados durante las

oscilaciones de los bloques del basamento. La deformación fue más intensa sobre las zonas

de cizalla y formaron la faja plegada Tapacocha, al este, y el sinclinal Canoas, al oeste. Estas

a su vez fueron zonas de máximo flujo de calor, donde se observa los efectos de
metamorfismo

de más alto grado (facies esquisto verde en la parte superior a facies de anfibolita en la

inferior).

El complejo más antíguo (Patap), del Batolito Costanero pudo haber sido intruído

durante una etapa tardía de esta deformación, emplazándose por socavamiento en una faja,

entre la zona plegada Tapacocha y el sinclinal Canoas siendo deformado durante su


cristalización. Este complejo constituyó una faja con paredes verticales, paralela al margen
continental, y con techo plano, en el cual se intruyeron los plutones de tonalita, granodiorita y

granito, del B atolito Costanero, en forma intermitente. Estos plutones fueron intruídos

por socavamiento junto con el desplazamiento de volcánicos y plutones anteriores hacia abajo.
Este hecho es un ejemplo clásico de subsidencia tipo “cauldrón” en la parte alta de la

corteza y también de deformación dúctil local, seguida por fallas a lo largo de planos verticales
y horizontales, sobre magmas en ascenso.

Conforme los magmas ascendían hacia la superficie, sus fases gaseosas se expandían,
ensanchando las fracturas sub-verticales. Esporádicamente, gas, magma y fragmentos

de las cajas ascendieron en forma veloz por las fracturas ensanchadas, abriéndose camino a

lo largo de las fracturas sub-horizontales debajo de los bloques de roca más antiguas. Algunas
de las fisuras verticales que se extendían hasta la superficie formaron calderas de las que

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grandes cantidades de lava y material piroclástico fueron expulsados, constituyendo parte de

los volcánicos Calipuy, sobre una superficie de erosión labrada en los volcánicos Casma. El

Batolito ascendió de esta forma y cortó a su propio escombro volcánico a través de 3 o 4 km

de la superficie, entre el Cretáceo superior y el Terciario inferior.


Luego de la terminación del vulcanismo asociado con la intrusión del Batolito Costanero, la
región permaneció como una zona de relieve bajo hasta el Terciario medio o superior.

Desde entonces la región fue levantada en forma intermitente para formar la Cordillera de los

Andes. La primera superficie fue arqueada mostarndo una mayor pendiente en el lado
oriental, y profundamente erosionada en un número de etapas, con períodos intermedios de

denudación. Antes del último episodio mayor de levantamiento y erosión que formó los

cañones principales de la vertiente occidental de los Andes, una ignimbrita fue erupcionada

en la vecindad de Conococha (Cuadrángulo de Recuay), la que corrió a lo largo del antiguo

valle del río Fortaleza.

Durante los tiempos más recientes, la mayor parte de los antiguos escombros y suelos fueron
removidos de las laderas, en la parte occidental, debajo de altitudes de 1,500

m.s.n.m. los que en esta parte de la región sólo se preservan en los valles, a diferencia de las

cercanías de la costa, donde se presenta en mayor abundancia.

La frecuente actividad sísmica creciente (terremoto del 31 de Mayo de 1970), indica

que la región es aún tectónicamente activa. Siendo inestables los escombros de las laderas,

las lluvias y los temblores ocasionales causan huaycos, transportando cuesta abajo, pequeñas

cantidades de grava, arena y limo, a lo largo de los valles, hacia las planicies costeras. En las

partes oriental y central de la reigón, los valles todavía están siendo profundizados mientras

que al oeste, la planicie costera y el zócalo continental son áreas de deposición. Existe en la

actualidad una reactivación del transporte eólico de arenas de plata, las que son acarreadas

hacia el NE por los vientos diurnos preponderantes

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