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8vo Unidad 3

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NOTA:

EVALUACIÓN LENGUA Y LITERATURA, 8VO BÁSICO


Nombre: _______________________________________________________________________
Curso: 8vo básico Fecha: miércoles 12 de octubre Puntaje obtenido:
Objetivos de aprendizaje a evaluar: OA8- OA12.

Lee el siguiente texto y responde las preguntas 1 a la 5 marcando la alternativa correcta.

El avaro (Molière)
Acto IV
Escena VII
HARPAGÓN. -- ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! ¡Al asesino! ¡Al criminal! ¡Justicia, justo Cielo! Estoy perdido, asesinado,
me han degollado, me han robado mi dinero. ¿Quién puede haber sido? ¿Qué habrá sido de él? ¿Dónde está? ¿Dónde
se esconde? ¿Qué haré para encontrarlo? ¿Adónde ir? ¿Adónde no ir? ¿No está acá? ¿No está allí? ¿Quién es?...
¡Alto! ¡Devuélveme mi dinero, granuja...! (Se coje su propio brazo). ¡Ah soy yo! Mi mente está trastornada y no sé
dónde estoy, quién soy ni que es lo que hago. ¡Ah ¡Pobre dinero mío, pobre dinerito mío, mi querido amigo! Me han
privado de ti; y puesto que me has sido arrebatado, he perdido mi sostén, mi consuelo, mi alegría; todo se ha
terminado para mí; y ya no tengo nada que hacer en este mundo; sin ti, no puedo vivir. Se acabó, no puedo más; me
muero, estoy muerto y enterrado. ¿No hay nadie quien quiera resucitarme, devolviéndome mi querido dinero o
diciéndome quién se lo ha llevado? ¡Eeeh! ¿Qué decís? No es nadie. Quienquiera que haya sido el que ha dado el
golpe ha tenido que estar acechando el momento con mucho cuidado; y ha elegido precisamente el rato en que
hablaba con el traidor de mi hijo. Salgamos. Voy en busca de la justicia, y haré que den tormento a toda la casa: a
sirvientes, a criados, a hijo, a hija y también a mí. ¡Cuánta gente junta! No pongo los ojos en nadie que no me
parezca sospechoso, y todos me parecen mi ladrón. ¡Eh! ¿De qué hablan ahí? ¿Del que me ha robado? ¿Qué ruido
hacen ahí arriba? ¿Es mi ladrón el que anda ahí? Por favor, si alguien sabe algo de mi ladrón, le suplico que me lo
diga. ¿No está escondido entre vosotros? Todos me miran y se echan a reír. Seguro que han participado en el robo
que me han hecho. Vamos, deprisa, comisarios, arqueros, prebostes, jueces, instrumentos de tortura, horcas y
verdugos. Quiero que cuelguen a todo el mundo; ¡que, si no recupero mi dinero, yo mismo me colgaré después!
1. Tenía el ánimo trastornado, porque:
A. Había perdido el amor de su vida.
B. Solo le quedaba un poco de dinero.
C. Le habían arrebatado su dinero.
D. Sus amigos lo habían olvidado.

2.- “Se acabó; ya no puedo más; me muero; estoy muerto; estoy enterrado. ¿No hay nadie que quiera
resucitarme, devolviéndome mi dinero o diciéndome quién lo ha cogido?”

¿Cuál es la intención del protagonista al enunciar el fragmento leído?:


A. Mostrar flexibilidad.
B. Manipular
C. Mostrar generosidad.
D. Negar.
3. Según el avaro el hijo es un traidor, porque:
A. Guarda un profundo silencio.
B. Observa el desvarío del padre.
C. No entrega el nombre del culpable.
D. Hablaba con él durante el robo.

4. Las amenazas con la justicia y sus palabras provocan en los acusados


A. Miedo de las consecuencias.
B. Fuertes y espontáneas risas.
C. Temor de que les detengan.
D. Sorpresa y desconfianza.

5. “La avaricia está presente en el mundo actual” Cuál de las siguientes alternativas defines mejor lo que
significa la avaricia en la actualidad:
A. Poseer riquezas y bienes para sí mismo
B. Desprenderse de los bienes y riquezas.
C. Ser generoso con aquellos que lo necesitan.
D. Manifestar desinterés por los bienes y las riquezas.

Lee el siguiente texto y responde las preguntas 6 a la 10 marcando la alternativa correcta.


El enfermo imaginario
ESCENA V
ARGANTE, ANGÉLICA Y ANTONIA
ARGANTE (Sentándose). — Ahora, hija mía, te voy a dar una noticia que seguramente te tomará de
nuevas. Me han pedido tu mano. ¿Qué es eso?… ¿Te ríes? Bien mirado, no puede imaginarse noticia más
halagüeña para una joven … ¡Oh, naturaleza! Ya veo bien claro que no tengo para qué preguntarte si te
quieres casar.
ANGÉLICA. - Mi único deseo es obedeceros, padre mío.
ARGANTE. - Me complace esa sumisión. Hemos ultimado el asunto y ya estás prometida. ANGÉLICA. -
Acataré a ojos cerrados vuestra voluntad, padre mío.
ARGANTE. - Tu madrastra pretendía que tú y Luisa, tu hermana menor, entrarais en un convento. Desde
hace tiempo ese era su propósito.
ANTONIA (Bajo). - ¡Su razón tiene la muy bribona!
ARGANTE (Continuando). - Por lo cual se negaba al ahora a autorizar este matrimonio; pero he logrado
reducirla y dar mi palabra.
ANGÉLICA. - ¡Cuánto tengo que agradecer a vuestras bondades, padre mío!
ANTONIA. - Seguramente, ésta es la acción más cuerda de vuestra vida.
ARGANTE. - Aun no conozco a tu futuro; pero me afirman que quedaré satisfecho y tú también.
ANGÉLICA. - Puesto que vuestro consentimiento me autoriza a abriros mi corazón, no os ocultaré que hace
seis días el azar nos puso frente a frente, y que la petición que os han hecho es consecuencia de una
inclinación mutua, experimentada desde el primer instante.
ARGANTE. - No me habían dicho nada, pero me alegro, porque más vale que sea así. Según parece, se trata
de un buen mozo.
ANGÉLICA. - Sí, padre mío.
ARGANTE. - Arrogante.
ANGÉLICA. - Sí
ARGANTE. - De aspecto simpático.
ANGÉLICA. - Ya lo creo.
ARGANTE. - De fisonomía franca.
ANGÉLICA. - Muy franca.
ARGANTE. - Digno y juicioso.
ANGÉLICA. -Precisamente.
ARGANTE. - Honrado.
ANGÉLICA. - Como el que más.
ARGANTE. - Que habla el latín y el griego a maravilla.
ANGÉLICA. - Eso no lo sabía yo.
ARGANTE. - Y que dentro de tres días será recibido de médico.
ANGÉLICA. - ¿Médico, padre mío?
ARGANTE. - Sí, ¿tampoco lo sabías?
ANGÉLICA. - No. ¿Quién os lo ha dicho?
ARGANTE. - El señor Purgon.
ANGÉLICA. - ¿Lo conoce el señor Purgon?
ARGANTE. - ¡Vaya una pregunta! No lo ha de conocer, si es su sobrino.
ANGÉLICA. - ¿Cleonte sobrino de Purgon?
ARGANTE. - ¿Quién es ese Cleonte? Hablamos del joven que ha pedido tu mano.
ANGÉLICA. - ¡Claro!
ARGANTE. - Que es sobrino del señor Purgon e hijo de su cuñado, el señor Diafoirus, médico también. Ese
joven se llama Tomás: Tomás Diafoirus, y no Cleonte. Con él es con quien hemos acordado esta mañana tu
boda, entre el señor Purgon, Fleurant y yo. Mañana mismo vendrá el padre a hacer la presentación de tu
futuro. Pero ¿qué es eso? ¿Por qué pones esa cara de asombro?
ANGÉLICA. - Porque vos hablabais de una persona y yo me refería a otra.
ANTONIA. - ¡Eso es una burla! Teniendo la fortuna que tenéis, ¿seríais capaz de casar a vuestra hija con un
médico?
ARGANTE. - ¿Quién te mete a ti donde no te llaman, imprudente?
ANTONIA. - ¡Calma! ¿Por qué no hemos de discutir sin acaloramientos? Hablemos tranquilamente. ¿Qué
razones habéis tenido para consentir ese matrimonio?
ARGANTE. - La razón de que, encontrándome enfermo —porque yo estoy enfermo—, quiero tener un hijo
médico, pariente de médicos, para que entre todos busquen remedios a mi enfermedad. Quiero tener en mi
familia el manantial de recursos que me es tan necesario; quien me observe y me recete.
ANTONIA. - Eso es ponerse en razón. Cuando se discute pacíficamente, da gusto. Pero con la mano sobre el
corazón, señor, ¿es verdad que estáis enfermo?
ARGANTE. - ¡Cómo, granuja! ¿Qué si estoy enfermo?… ¿si me siento mal, insolente?
ANTONIA. - Conforme, señor; estáis malo. No vayamos a pelearnos por eso. Estáis muy malo, lo reconozco;
mucho más malo de lo que os podéis figurar, estamos de acuerdo. Pero vuestra hija, al casarse, debe tener un
marido para ella, y estando buena y sana, ¿qué necesidad hay de casarla con un médico?
ARGANTE. - Si el médico es para mí. Una buena hija debe sentirse dichosa casándose con un hombre que
pueda ser útil a la salud de su padre.
ANTONIA. - ¿Me permitís, señor, que os dé un consejo leal?
ARGANTE. - ¿Qué consejo es ése?
ANTONIA. - No volváis a pensar en ese matrimonio.
ARGANTE. - ¿Por qué?
ANTONIA. - Porque vuestra hija no consentirá con él.
ARGANTE. - ¿Qué no consentirá?
ANTONIA. - No.
ARGANTE. - ¿Mi hija?
ANTONIA. - Vuestra hija, que no quiere oír habla del señor Diafoirus, ni de su hijo, ni de ninguno de los
Diafoirus que andan por el mundo.
ARGANTE. - Pues yo sí. Además, esa boda es un gran partido. El señor Diafoirus no tiene más hijo ni
heredero que ese; y el señor Purgon, que es soltero, lega en favor de ese matrimonio sus ocho mil duros de
renta.
6. ¿Cuál es la noticia que le da el padre a Angélica? que:
A. Ingresarán al convento.
B. Comenzará sus estudios.
C. Le han pedido su mano.
D. Van a casa de Diafoirus.
7. Argante responde a Angélica: “Me complace esa sumisión”. ¿Cuál es el motivo?
A. Su hija le manifiesta su total obediencia.
B. Angélica muestra su negación a casarse.
C. Angélica reconoce su libertad de decisión.
D. Su hija declara las variadas dificultades.
8. En el siguiente diálogo entre Angélica y su padre, ANGÉLICA. - Puesto que vuestro consentimiento
me autoriza a abriros mi corazón, no os ocultaré que hace seis días el azar nos puso frente a frente, y que la
petición que os han hecho es consecuencia de una inclinación mutua, experimentada desde el primer instante.
ARGANTE. - No me habían dicho nada, pero me alegro, porque más vale que sea así. Ella reconoce que:
A. Desconoce a su prometido.
B. Su prometido es Diafoirus
C. Está prometida a Purgon.
D. Sabe a quién está prometida.
9. En la descripción del prometido, Argante menciona: - “Y que dentro de tres días será recibido de médico”.
Provocando la sorpresa de Angélica, porque:

A. Expresa su gran admiración hacia su prometido Cleonte.


B. Descubre que no están hablando de la misma persona.
C. Revela algunos aspectos desconocidos de su amado.
D. Deja ver un aspecto que la enorgullece del prometido.
10. ¿Cuál es el interés de Argante de que el futuro hijo sea médico
A. Que su fortuna se una a la de la familia.
B. Que se unirá a la familia un hijo hombre.
C. Que le sea útil para mantenerlo saludable.
D. Que llega a la familia un buen mozo.

Lee el siguiente texto y responde las preguntas 11 a la 15 marcando la alternativa correcta.


“Algo muy grave va a suceder en este pueblo”
Gabriel García Márquez
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija
de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa
y ella les responde: “No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a
este pueblo”. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el
otro jugador le dice: “Te apuesto un peso a que no la haces”. Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la
hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Y él contesta: “Es cierto, pero
me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a
suceder a este pueblo”. Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su
mama, o una nieta o en fin, cualquier pariente, feliz con su peso dice y comenta: –Le gané este peso a Dámaso
en la forma más sencilla porque es un tonto. –¿Y por qué es un tonto? –Porque no pudo hacer una carambola
sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a
suceder en este pueblo. Y su madre le dice:
–No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen... Una pariente oye esto y va a comprar
carne. Ella le dice al carnicero: “Deme un kilo de carne”, y en el momento que la está cortando, le dice: “Mejor
córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado”. El carnicero
despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar su kilo de carne, le dice: “Mejor lleve dos porque hasta
aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas”.
Entonces la vieja responde: “Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos...”. Se lleva los cuatro kilos, y para
no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y
se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo está esperando que pase algo.
Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde, alguien dice: –¿Se ha dado cuenta del calor que
está haciendo? –¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor! Tanto calor que es pueblo donde los músicos
tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a
pedazos. –Sin embargo –dice uno–, a esta hora nunca ha hecho tanto calor. –Pero a las dos de la tarde es
cuando hace más calor. –Sí, pero no tanto calor como ahora. Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de
pronto un pajarito y se corre la voz: “Hay un pajarito en la plaza”. Y viene todo el mundo espantado a ver el
pajarito. –Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan. –Sí, pero nunca a esta hora. Llega un momento
de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de
hacerlo. –Yo sí soy muy macho –grita uno–. Yo me voy. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete
en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: “Si éste se atreve,
pues nosotros también nos vamos”. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los
animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: “Que no venga la desgracia a caer sobre lo
que queda de nuestra casa”, y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo
y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio que le
dice a su hijo que está a su lado: “¿Viste, mi hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?”
11. La expresión de preocupación de la señora se debe a que:
A. Su hijo se va a jugar al billar con su hermano.
B. Ambos hijos se unen para ganar en el juego
C. Algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
D. Sus vecinas no comprenden su desconsuelo.
12. ¿Quién y dónde difunde el presentimiento de la madre?
A. Dámaso en el billar.
B. La vecina en la plaza.
C. Su amiga en la panadería.
D. Su prima en la iglesia.
13. El carnicero alerta a sus clientas sobre la situación, provocando que:
A. El rumor no se expandiera a todos.
B. Decidieran no comprar carne.
C. Se mantuviera en total reserva.
D. Se expandiera el rumor en el pueblo.
14. Las siguientes aseveraciones “¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo? “Hay un pajarito en la
plaza”, provocan en los habitantes del pueblo:
A. Una sensación de satisfacción.
B. Actitudes de alegría y tranquilidad.
C. Que comenzaran a entrar en pánico.
D. Sentimiento de tranquilidad y paz.

15. Las conductas más extremas de los habitantes los llevan a:


A. Encerrarse en sus casas y evitar exponerse con los vecinos.
B. Quemar sus viviendas y huir como una migración de guerra.
C. Realizar una procesión para evitar el calor y las migraciones.
D. Limpiar profundamente sus casas y cuidar la comunidad.
Lee el siguiente texto y responde las preguntas 16 a la 19 marcando la alternativa correcta.

CARA O SELLO
Tengo el listado, pero el fin de semana no lo pude mirar. Sé que debo reducir el personal, pero a quién
corto. Al guatón Sanhueza, a la chica Teresa, a mi compadre Juan, al narigón Castro. Quizás a la vieja Elena
que le queda poco para jubilar. A Susanita ni pensar, espera guagua y la dejaron botá. Cómo lo hago, a
quién elijo. Todos somos amigos, cómo se los voy a decir. Debo ser profesional, los sentimientos deben
quedar fuera. Una moneda. Si, una moneda.
16. ¿Cuál es el dilema al que se enfrenta el protagonista?
A. Incrementar el personal.
B. Readecuar el equipo.
C. Reducir el personal.
D. Reubicar el personal.
17. ¿Por qué pata el protagonista es tan complejo despedir a alguien?:
A. Porque son muy cercanos.
B. Porque los hombres son amigos.
C. Porque las mujeres son amigas.
D. Porque todos son amigos.
18. Para que su decisión sea profesional, debe excluir:
A. Los sentimientos.
B. La amistad.
C. Los problemas.
D. La edad.
19. A Elena no la quiere despedir porque:
A. es una persona que se encarga de lo complicado.
B. está hace nueve años trabajando para la empresa.
C. es una persona que trabaja en variados equipos.
D. le queda poco tiempo para jubilarse y la perjudicaría.

20.- ¿Estás de acuerdo con la forma en la que el protagonista toma la decisión? ¿Qué habrías hecho tú en su
lugar? Para redactar tu respuesta considera:

 Dos argumentos que expliquen tu propuesta o tesis


 Utilizar adecuadamente la ortografía puntual, acentual y literal
 La estructura de todo texto (Inicio, desarrollo, final)

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