Medicine">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Unidad II Enfermedades Del Aparato Respiratorio

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 29

Unidad II

Enfermedades del Aparato Respiratorio


Objetivos
Conocer las principales causas de las diferentes enfermedades del aparato
respiratorio
Identificar las enfermedades según las manifestaciones clínicas
Contenido
En definitiva se considera una enfermedad o trastorno respiratorio cualquier
condición o afección que afecta al sistema respiratorio.
Enfisema: El enfisema es una afección pulmonar que causa dificultad para
respirar. Las personas que padecen enfisema tienen dañados los sacos de aire de
los pulmones (alvéolos). Con el correr del tiempo, las paredes internas de los
sacos de aire se debilitan y se rompen, lo que crea espacios de aire más grandes
en lugar de muchos espacios pequeños. Esto reduce la superficie de los pulmones
y, a su vez, la cantidad de oxígeno que llega al torrente sanguíneo.

Cuando exhalas, los alvéolos dañados no funcionan normalmente y el aire viejo


queda atrapado sin dejar lugar para que entre aire fresco y rico en oxígeno
La mayoría de las personas que padecen enfisema también tienen bronquitis
crónica. La bronquitis crónica es la inflamación de los tubos que transportan aire
hacia los pulmones (bronquios), lo que produce tos persistente.

El enfisema y la bronquitis crónica son dos afecciones que forman la enfermedad


pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El tabaquismo es la causa principal de la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica. El tratamiento puede retrasar el avance
de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pero no puede revertir el daño.
El enfisema puede estar presente durante muchos años sin que notes signos o
síntomas. El principal síntoma de enfisema es la dificultad para respirar, que
habitualmente comienza en forma gradual.

Podrías empezar por evitar las actividades que te dificultan la respiración, para
que el síntoma no se transforme en un problema que interfiera en tus tareas
diarias. Con el tiempo, el enfisema produce dificultad para respirar incluso cuando
estás descansando.

La causa principal del enfisema es la exposición prolongada a irritantes


transmitidos por el aire, los que comprenden:

Humo de tabaco
Humo de marihuana
Contaminación atmosférica
Vapores químicos y polvo
El enfisema rara vez se produce a causa de un trastorno hereditario en una
proteína que protege las estructuras elásticas de los pulmones. A esta afección
también se la denomina «enfisema por deficiencia de alfa-1 antitripsina».

Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de padecer un enfisema comprenden:

Tabaquismo. La manifestación del enfisema es más probable en los fumadores de


cigarrillos, aunque los fumadores de cigarros y pipa también son propensos. El
riesgo para todos los tipos de fumadores aumenta con los años y la cantidad de
tabaco fumado.
Edad. Aunque el daño pulmonar que se produce en el enfisema se manifiesta
gradualmente, la mayoría de las personas con un enfisema relacionado con el
tabaco comienza a notar síntomas de enfermedad entre los 40 y los 60 años de
edad.
Exposición al tabaquismo pasivo. El tabaquismo pasivo, también denominado
«tabaquismo ambiental», se refiere al humo que inhalas del cigarrillo, la pipa o el
cigarro de otra persona, sin darte cuenta. Permanecer en medio del humo
ambiental aumenta el riesgo de sufrir enfisema.
Exposición laboral a emisión de gases o polvo. Si inhalas gases emanados por
ciertos productos químicos o polvo de cereales, algodón, madera o productos
mineros, tienes más probabilidades de padecer enfisema. Este riesgo es aún
mayor si fumas.
Exposición a contaminación ambiental interna y externa. Inhalar contaminantes
internos, como los gases de un combustible para calefacción, como así también
contaminantes externos, por ejemplo, de caños de escape vehiculares, aumenta el
riesgo de padecer enfisema.
El enfisema y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica no pueden curarse,
pero existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas y a
desacelerar el avance de la enfermedad.

Medicamentos
Dependiendo de la gravedad de los síntomas, el médico podría sugerirte lo
siguiente:

Broncodilatadores. Estos medicamentos pueden ayudar a aliviar la tos, la falta de


aire y los problemas respiratorios relajando las vías respiratorias constreñidas.
Corticoesteroides inhalados. Los corticoesteroides inhalados, como los
atomizadores en aerosol, reducen la inflamación y pueden ayudar a aliviar la falta
de aire.
Antibióticos. Si tienes una infección bacteriana, como la bronquitis aguda o la
neumonía, los antibióticos son adecuados.
Terapia
Rehabilitación pulmonar. Un programa de rehabilitación pulmonar puede
enseñarte ejercicios y técnicas de respiración que podrían reducir la dificultad para
respirar y mejorar tu capacidad de hacer ejercicios.
Terapia nutricional. También recibirás asesoramiento sobre cómo alimentarte
adecuadamente. En los primeros estadios del enfisema, muchas personas
necesitan bajar de peso, mientras que quienes se encuentran en un estadio
avanzado a menudo necesitan aumentar de peso.
Administración de oxígeno. Si tienes enfisema grave con bajos niveles de oxígeno
en sangre, utilizar oxígeno periódicamente cuando estás en casa y cuando haces
ejercicio podría proporcionarte cierto alivio. Muchas personas utilizan oxígeno las
24 horas del día. Habitualmente se administra a través de un tubo delgado que se
coloca en las fosas nasales.
Cirugía
Según la gravedad del enfisema que padeces, el médico podría sugerirte uno o
más tipos diferentes de cirugía, entre ellos:

Cirugía de reducción del volumen pulmonar. En este procedimiento, los cirujanos


extraen pequeños gajos de tejido pulmonar dañado. Extraer el tejido enfermo
ayuda a que el tejido pulmonar restante se expanda y funcione eficientemente, lo
que es útil para mejorar la respiración.
Trasplante de pulmón. El trasplante de pulmón es una alternativa si tienes daño
pulmonar grave y otras opciones no funcionaron.

Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): Es común que se cometan


errores en el diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Muchas
personas que tienen enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden no ser
diagnosticadas hasta que la enfermedad esté avanzada.

Para diagnosticar tu afección, el médico revisará tus signos y síntomas, analizará


tus antecedentes médicos y familiares, y conversará sobre cualquier exposición
que hayas tenido a irritantes pulmonares, especialmente a humo de cigarrillo. El
médico puede solicitar varias pruebas para diagnosticar tu afección.

Entre las pruebas, se pueden incluir las siguientes:

Pruebas de la función pulmonar. Estas pruebas miden la cantidad de aire que


puedes inhalar y exhalar, y si tus pulmones suministran suficiente oxígeno a tu
sangre. Durante la prueba más común, llamada espirometría, soplas en un tubo
grande conectado a una máquina pequeña para medir cuánto aire pueden
contener los pulmones y con qué rapidez pueden expulsarlo. Otras pruebas
incluyen la medición del volumen pulmonar y la capacidad de difusión, la prueba
de caminata de seis minutos y la oximetría de pulso.
Rayos X del tórax. Una radiografía de tórax puede mostrar enfisema, una de las
principales causas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los rayos X
también pueden descartar otros problemas pulmonares o insuficiencia cardíaca.
Tomografía computarizada. La tomografía computarizada de los pulmones puede
ayudar a detectar el enfisema y determinar si la cirugía para la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica podría ser una buena opción para ti. Las tomografías
computarizadas también pueden usarse para detectar el cáncer de pulmón.
Análisis de gas de la sangre arterial. Este análisis de sangre mide lo bien que los
pulmones llevan el oxígeno a la sangre y eliminan el dióxido de carbono.
Pruebas de laboratorio. Las pruebas de laboratorio no se usan para diagnosticar la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pero pueden usarse para determinar la
causa de tus síntomas o descartar otras afecciones. Por ejemplo, se pueden
utilizar pruebas de laboratorio para determinar si tienes el trastorno genético de
deficiencia de alfa-1-antitripsina, que puede ser la causa de la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica en algunas personas. Esta prueba se puede hacer si
tienes antecedentes familiares de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y
desarrollas enfermedad pulmonar obstructiva crónica a una edad temprana.

Tratamiento
Muchas personas con EPOC tienen formas leves de la enfermedad para las que
se necesita poca terapia aparte de dejar de fumar. Incluso en las etapas más
avanzadas de la enfermedad, existe una terapia eficaz que puede controlar los
síntomas, retrasar la progresión, reducir el riesgo de complicaciones y
exacerbaciones, y mejorar la capacidad de llevar una vida activa.

Dejar de fumar
El paso más esencial en cualquier plan de tratamiento para la EPOC es dejar de
fumar. Dejar de fumar puede evitar que la EPOC empeore y reduzca tu capacidad
de respirar. Pero dejar de fumar no es fácil. Y esta tarea puede parecer
particularmente desalentadora si has intentado dejarlo y no has tenido éxito.

Habla con el médico sobre los productos de reemplazo de nicotina y los


medicamentos que podrían ayudar, así como sobre cómo manejar las recaídas. El
médico también puede recomendar un grupo de apoyo para las personas que
desean dejar de fumar. Además, evita la exposición al humo de segunda mano
siempre que sea posible.

Medicamentos
Se utilizan varios tipos de medicamentos para tratar los síntomas y complicaciones
de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Puedes tomar algunos
medicamentos de forma regular y otros según sea necesario.

Broncodilatadores
Los broncodilatadores son medicamentos que suelen venir en inhaladores, que
relajan los músculos alrededor de las vías respiratorias. Esto puede ayudar a
aliviar la tos y la falta de aire, y facilitar la respiración. Según la gravedad de tu
enfermedad, es posible que necesites un broncodilatador de acción corta antes de
las actividades y un broncodilatador de acción prolongada que utilices todos los
días, o ambos.

Entre los ejemplos de broncodilatadores de acción corta se incluyen:

Albuterol (ProAir HFA, Ventolin HFA, otros)


Ipratropio (Atrovent HFA)
Levalbuterol (Xopenex)
Entre los ejemplos de broncodilatadores de acción prolongada se incluyen:

Aclidinio (Tudorza Pressair)


Arformoterol (Brovana)
Formoterol (Perforomista)
Indacaterol (Arcapta Neoinhaler)
Tiotropio (Spiriva)
Salmeterol (Serevent)
Umeclidinium (Incruse Ellipta)
Esteroides inhalables
Los corticosteroides inhalados pueden reducir la inflamación de las vías
respiratorias y ayudar a prevenir las exacerbaciones. Los efectos secundarios
pueden incluir moretones, infecciones orales y ronquera. Estos medicamentos son
útiles para las personas con exacerbaciones frecuentes de la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica. Los ejemplos de esteroides inhalados incluyen:

Fluticasona (Flovent HFA)


Budesonida (Pulmicort Flexhaler)
Inhaladores combinados
Algunos medicamentos combinan broncodilatadores y esteroides inhalados. Entre
los ejemplos de estos inhaladores de combinación se incluyen:

Fluticasona y vilanterol (Breo Ellipta)


Fluticasona, umeclidinio y vilanterol (Trelegy Ellipta)
Formoterol y budesonida (Symbicort)
Salmeterol y fluticasona (Advair HFA, AirDuo Digihaler, otros)
También se dispone de inhaladores de combinación que incluyen más de un tipo
de broncodilatador. Algunos ejemplos de esto son:

Aclidinio y formoterol (Duaklir Pressair)


Albuterol e ipratropio (Combivent Respimat)
Formoterol y glicopirrolato (Aerosfera de Bevespi)
Glicopirrolato e indacaterol (Utibrón)
Olodaterol y tiotropio (Stiolto Respimat)
Umeclidinio y vilanterol (Anoro Ellipta)
Esteroides orales
En el caso de personas que experimentan períodos en los que su enfermedad
pulmonar obstructiva crónica se vuelve más grave, lo que se conoce como
exacerbación aguda moderada o grave, los cursos cortos (por ejemplo, cinco días)
de corticosteroides orales pueden prevenir un mayor empeoramiento de la
enfermedad. Sin embargo, el uso a largo plazo de estos medicamentos puede
tener efectos secundarios graves, como aumento de peso, diabetes, osteoporosis,
cataratas y un mayor riesgo de infección.

Inhibidores de la fosfodiesterasa 4
Un medicamento aprobado para personas con enfermedad pulmonar obstructiva
crónica grave y síntomas de bronquitis crónica es el roflumilast (Daliresp), un
inhibidor de la fosfodiesterasa 4. Este medicamento disminuye la inflamación de
las vías respiratorias y las relaja. Los efectos secundarios más comunes incluyen
diarrea y pérdida de peso.

Teofilina
Cuando otros tratamientos no han sido efectivos o si el costo es un factor, la
teofilina (Elixofilina, Theo-24, Theochron), un medicamento menos costoso, puede
ayudar a mejorar la respiración y prevenir episodios de empeoramiento de la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los efectos secundarios están
relacionados con la dosis y pueden incluir náuseas, dolor de cabeza, latidos
rápidos del corazón y temblores, por lo que se utilizan pruebas para controlar los
niveles sanguíneos del medicamento.

Antibióticos
Las infecciones respiratorias, como la bronquitis aguda, la neumonía y la gripe,
pueden agravar los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los
antibióticos ayudan a tratar los episodios de empeoramiento de la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, pero generalmente no se recomiendan para la
prevención. Algunos estudios muestran que ciertos antibióticos, como la
azitromicina (Zithromax), previenen episodios de empeoramiento de la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pero los efectos secundarios y la
resistencia a los antibióticos pueden limitar su uso.

Terapias pulmonares
Los médicos suelen utilizar estas terapias adicionales para las personas con
enfermedad pulmonar obstructiva crónica moderada o grave:

Oxigenoterapia. Si no hay suficiente oxígeno en la sangre, puede que necesites


oxígeno complementario. Hay varios dispositivos que suministran oxígeno a los
pulmones, como unidades portátiles y ligeras que puedes llevar contigo cuando
haces recados y te mueves por la ciudad.

Algunas personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica usan el oxígeno


solo cuando hacen actividades o mientras duermen. Otras personas usan el
oxígeno todo el tiempo. La oxigenoterapia puede mejorar la calidad de vida y es la
única terapia para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica que ha demostrado
prolongar la vida. Habla con el médico sobre tus necesidades y opciones.

Programa de rehabilitación pulmonar. En general, estos programas combinan


educación, ejercicios de entrenamiento, consejos nutricionales y asesoramiento.
Trabajarás con una variedad de especialistas, que pueden adaptar tu programa de
rehabilitación a tus necesidades.

La rehabilitación pulmonar después de episodios de agravamiento de la


enfermedad pulmonar obstructiva crónica puede reducir la posibilidad de tener una
readmisión en el hospital, aumentar tu capacidad para participar en las actividades
cotidianas y mejorar tu calidad de vida. Habla con el médico sobre la remisión a un
programa.

Terapia no invasiva de respiración asistida en el hogar


Según los datos disponibles, se avala el uso en el hospital de algunos dispositivos
de respiración asistida, como el sistema de bipresión positiva en las vías
respiratorias (BiPAP), pero, según algunos estudios, ahora se avalan los
beneficios de usarlos en el hogar. Una máquina de terapia no invasiva de
respiración asistida con mascarilla permite mejorar la respiración y a disminuir la
retención de dióxido de carbono (hipercapnia), que puede provocar una
insuficiencia respiratoria aguda y la hospitalización. Es necesario llevar cabo más
investigaciones para determinar cuáles son las mejores formas de usar esta
terapia.

Control de las reagudizaciones


Incluso con un tratamiento continuo, puedes experimentar momentos en los que
los síntomas empeoran durante días o semanas. Esto se llama "exacerbación
aguda", y puede conducir a una insuficiencia pulmonar si no se recibe un
tratamiento rápido.

Las exacerbaciones pueden ser causadas por una infección respiratoria, la


contaminación del aire u otros factores desencadenantes de la inflamación.
Cualquiera que sea la causa, es importante buscar ayuda médica inmediata si
notas un aumento sostenido de la tos o un cambio en la mucosidad, o si te cuesta
más trabajo respirar.

Cuando se producen exacerbaciones, puede que necesites medicamentos


adicionales (como antibióticos, esteroides o ambos), oxígeno suplementario o
tratamiento en el hospital. Una vez que los síntomas mejoren, tu médico puede
hablar contigo sobre medidas para prevenir futuras exacerbaciones, como dejar de
fumar; tomar esteroides inhalados, broncodilatadores de acción prolongada u otros
medicamentos; recibir tu vacuna anual contra la gripe y evitar el aire contaminado
siempre que sea posible.

Cirugía
La cirugía es una opción para algunas personas con formas de enfisema severo
que necesitan ayuda adicional aparte de los medicamentos que toman. Las
opciones de cirugía incluyen las siguientes:

Cirugía de reducción del volumen pulmonar. En esta cirugía, el cirujano extrae


pequeñas porciones de tejido pulmonar dañado de la parte superior de los
pulmones. Esto crea un espacio extra en la cavidad torácica para que el tejido
pulmonar sano restante pueda expandirse y el diafragma pueda trabajar de forma
más eficiente. En algunas personas, esta cirugía puede mejorar la calidad de vida
y prolongar la supervivencia.

La reducción endoscópica del volumen pulmonar, un procedimiento mínimamente


invasivo, ha sido recientemente aprobado por la Administración de Alimentos y
Medicamentos de EE.UU. para tratar a las personas con EPOC. Se coloca una
pequeña válvula endobronquial unidireccional en el pulmón, que permite que el
lóbulo más dañado se contraiga para que la parte más sana del pulmón tenga más
espacio para expandirse y funcionar.
Trasplante de pulmón. El trasplante pulmonar puede ser una opción para aquellas
personas que reúnen ciertos criterios. El trasplante puede mejorar tu capacidad
para respirar y estar activo. Sin embargo, es una operación importante que tiene
riesgos significativos, como el rechazo de órganos, y necesitarás tomar
medicamentos inmunosupresores de por vida.
Bullectomía. Se forman grandes espacios de aire (bulla) en los pulmones cuando
se destruyen las paredes de los sacos de aire (alvéolos). Estas bullas pulmonares
pueden llegar a ser muy grandes y causar problemas respiratorios. En una
bullectomía, los médicos quitan las bullas de los pulmones para ayudar a mejorar
el flujo de aire.

Edema pulmonar: El edema pulmonar es una enfermedad causada por un


exceso de líquido en los pulmones. El líquido se acumula en las numerosas bolsas
de aire de los pulmones y dificulta la respiración.

En la mayoría de los casos, los problemas del corazón ocasionan edema


pulmonar. Sin embargo, el líquido se puede acumular por otros motivos que
incluyen la neumonía, la exposición a ciertas toxinas y medicamentos, el
traumatismo en la pared torácica y el visitar lugares de gran altitud o hacer
ejercicio en este tipo de lugares.

El edema pulmonar que se manifiesta de manera repentina (edema pulmonar


agudo) es una emergencia médica que se debe atender de inmediato. En algunas
ocasiones, el edema pulmonar puede causar la muerte, pero el panorama mejora
si recibes atención rápidamente. El tratamiento del edema pulmonar varía según la
causa, pero, por lo general, incluye el suministro de oxígeno adicional y la
administración de medicamentos.

Los signos y síntomas del edema pulmonar pueden aparecer repentinamente o


desarrollarse con el tiempo. Los signos y síntomas que presentas dependen del
tipo de edema pulmonar.

Signos y síntomas de edema pulmonar repentino (agudo)


Dificultad para respirar (disnea) o falta de aire extrema que empeora con la
actividad o al acostarse
Sensación de asfixia o ahogamiento que empeora al acostarte
Tos que produce esputo espumoso y que puede estar teñido con sangre
Silbido del pecho al respirar o jadeos
Piel fría y húmeda
Ansiedad, agitación o sensación de aprehensión
Labios azulados
Latidos del corazón irregulares y rápidos (palpitaciones)

Las causas del edema pulmonar varían. El edema pulmonar se divide en dos
categorías según su origen.
Si el edema pulmonar es consecuencia de un problema cardíaco, se denomina
"edema pulmonar cardiogénico". A menudo, la acumulación de líquido en los
pulmones se debe a una cardiopatía.
Si el edema pulmonar no está relacionado con el corazón, se denomina "edema
pulmonar no cardiogénico".
En ocasiones, el edema pulmonar puede deberse a un problema cardíaco y a un
problema no cardíaco.
Para poder explicar por qué se producen los edemas pulmonares, es importante
entender la relación que existe entre el corazón y los pulmones.

Neumonía intersticial aguda: La neumonía intersticial aguda (NIA) es una


enfermedad pulmonar idiopática infrecuente y fulminante que se manifiesta en
forma similar al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).
La neumonía intersticial aguda, una forma de neumonía intersticial idiopática,
afecta por igual a mujeres y varones aparentemente sanos, en general aquellos >
40 años.

La neumonía intersticial aguda se define histológicamente por daño alveolar difuso


en organización, un patrón inespecífico que sucede en otras causas de lesiones
pulmonares no relacionadas con la neumonía intersticial idiopática. La
característica distintiva del daño alveolar difuso en organización es el edema de
los tabiques alveolares marcado y difuso con infiltración de células inflamatorias,
proliferación de fibroblastos, ocasionales membranas hialinas y engrosamiento de
las paredes alveolares. Los tabiques están revestidos por neumocitos de tipo II
atípicos e hiperplásicos y espacios aéreos colapsados. En las arterias pequeñas
se forman trombos, pero son inespecíficos.

Los síntomas de la neumonía intersticial aguda consisten en la aparición brusca


de fiebre, tos y dificultad para respirar, que en la mayoría de los pacientes
aumentan en gravedad durante 7 a 14 días y progresan a la insuficiencia
respiratoria.

Asma: Es una enfermedad crónica que provoca que las vías respiratorias de los
pulmones se hinchen y se estrechen. Esto hace que se presente dificultad para
respirar como sibilancias, falta de aliento, opresión en el pecho
El asma es causada por hinchazón (inflamación) de las vías respiratorias. Cuando
se presenta un ataque de asma, el recubrimiento de las vías respiratorias se
inflama y los músculos que las rodean se tensionan. Esto reduce la cantidad de
aire que puede pasar por estas.

Los síntomas de asma pueden ser provocados por la inhalación de sustancias


llamadas alérgenos o desencadenantes, o por otras causas.

¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad pulmonar crónica (de largo plazo). Afecta las vías
respiratorias, los conductos que llevan el aire hacia y desde los pulmones. Cuando
tiene asma, sus vías respiratorias pueden inflamarse y estrecharse. Esto puede
causar sibilancias, tos y opresión en el pecho. Cuando estos síntomas son peores
que lo habitual, se conoce como ataque de asma o crisis asmática.

¿Qué causa el asma?


No se conoce la causa exacta del asma. Es probable que la genética y el
ambiente influyan en quién padece asma.

Un ataque de asma puede ocurrir cuando está expuesto a un desencadenante del


asma. Un desencadenante es algo que puede propiciar o empeorar los síntomas
del asma. Diferentes desencadenantes pueden causar diversos tipos de asma:

El asma alérgica es causada por alérgenos. Los alérgenos son sustancias que
provocan una reacción alérgica. Pueden incluir:
Ácaros del polvo
Moho
Mascotas
Polen de pasto, árboles y malezas
Desechos de plagas como cucarachas y ratones
El asma no alérgica es causada por desencadenantes que no son alérgenos,
como:
Respirar aire frío
Ciertos medicamentos
Productos químicos domésticos
Infecciones como resfriados y gripe
Contaminación exterior del aire
Humo de tabaco
El asma ocupacional es causado por respirar químicos o polvos industriales en el
trabajo
El asma inducida por el ejercicio ocurre durante la actividad física, especialmente
cuando el aire está seco
Los desencadenantes del asma pueden ser diferentes para cada persona y
pueden cambiar con el tiempo.

¿Quién está en riesgo de padecer asma?


El asma afecta a personas de todas las edades, pero a menudo comienza en la
niñez. Ciertos factores pueden aumentar su riesgo de tener asma:

Haberse expuesto al humo de segunda mano cuando su madre estuvo


embarazada de usted o cuando usted era un niño pequeño
Estar expuesto a ciertas sustancias en el trabajo, como irritantes químicos o
polvos industriales
Genética e historia familiar: Es más probable que tenga asma si uno de sus
padres la tiene, especialmente su madre
Raza o etnia: Los afroamericanos y los portorriqueños tienen un mayor riesgo de
asma que las personas de otras razas o etnias
Tener otras afecciones médicas como alergias y obesidad
Haber tenido varias infecciones respiratorias virales cuando niño
Sexo: En niños, el asma es más común en los varones. En adolescentes y
adultos, es más común en mujeres
¿Cuáles son los síntomas del asma?
Los síntomas del asma incluyen:

Opresión en el pecho
Tos, especialmente por la noche o temprano en la mañana
Problemas para respirar
Sibilancia, que provoca un silbido al exhalar
Estos síntomas pueden variar de leves a graves. Pueden presentarse todos los
días o solo de vez en cuando.

Cuando tiene un ataque de asma, sus síntomas empeoran mucho. Los ataques
pueden aparecer de forma gradual o repentina. En ocasiones, pueden poner en
peligro la vida. Son más comunes en personas que tienen asma grave. Si tiene
ataques de asma, es posible que necesite un cambio en su tratamiento.

¿Cómo se diagnostica el asma?


Su profesional de la salud puede usar muchas herramientas para diagnosticar el
asma:

Examen físico
Historia clínica
Pruebas de función pulmonar, incluyendo espirometría para evaluar qué tan bien
funcionan sus pulmones
Pruebas para medir cómo reaccionan sus vías respiratorias a exposiciones
específicas. Durante esta prueba, se inhalan diferentes concentraciones de
alérgenos o medicamentos que pueden tensar los músculos de las vías
respiratorias. La espirometría se realiza antes y después de la prueba
Pruebas de flujo espiratorio máximo para medir qué tan rápido puede expulsar aire
con el máximo esfuerzo
Prueba de fracción exhalada de óxido nítrico para medir los niveles de óxido
nítrico en su aliento al exhalar. Los niveles altos de óxido nítrico pueden significar
que sus pulmones están inflamados
Análisis de sangre o de piel para alergias, si tiene antecedentes de alergias. Estas
pruebas verifican qué alérgenos causan una reacción de su sistema inmunitario
¿Cuáles son los tratamientos para el asma?
Si tiene asma, su profesional de la salud y usted crearán un plan de tratamiento. El
plan incluirá formas de controlar sus síntomas y prevenir ataques, incluyendo:

Estrategias para evitar desencadenantes: Por ejemplo, si el humo del tabaco es un


desencadenante para usted, no debe fumar ni permitir que otras personas fumen
en su casa o automóvil
Medicamentos de alivio rápido, también llamados medicamentos de rescate:
Ayudan a prevenir los síntomas o aliviarlos durante un ataque de asma. Incluyen
un inhalador para que lo lleve consigo todo el tiempo. También puede incluir otros
tipos de medicamentos que actúan rápidamente para ayudar a abrir las vías
respiratorias
Medicamentos de control: Estos se toman todos los días para ayudar a prevenir
los síntomas. Actúan reduciendo la inflamación de las vías respiratorias y
previniendo su estrechamiento
Si tiene un ataque severo y los medicamentos de alivio rápido no funcionan,
necesitará atención de emergencia.

Su profesional de la salud puede ajustar su tratamiento hasta que se controlen los


síntomas del asma.

A veces, el asma es grave y no se puede controlar con otros tratamientos. Si es un


adulto con asma no controlada, en algunos casos su proveedor puede sugerirle
una termoplastia bronquial. Este es un procedimiento que usa calor para encoger
el músculo liso de los pulmones. La contracción del músculo reduce la capacidad
de las vías respiratorias para contraerse y permite respirar con más facilidad. El
procedimiento tiene algunos riesgos, por lo que es importante conversarlos con su
médico.

Exploración física

El médico te hará una exploración física para descartar otras posibles afecciones,
como una infección respiratoria o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC). También te hará preguntas sobre tus signos y síntomas y sobre cualquier
otro problema de salud.

Pruebas para medir la función pulmonar

También es posible que te sometas a estudios de la función pulmonar para


determinar la cantidad de aire que inhalas y exhalas. Estas son algunas de las
pruebas:

 Espirometría. Esta prueba ofrece estimaciones sobre el estrechamiento de


los bronquios al verificar la cantidad de aire que puedes exhalar después de
una inhalación profunda, así como la rapidez con la que puedes exhalar.

 Flujo espiratorio máximo. Un medidor de flujo espiratorio es un dispositivo


simple que mide la fuerza con la que puedes exhalar. Los valores de flujo
espiratorio máximo inferiores a los habituales son un signo de un posible mal
funcionamiento de los pulmones y de que el asma podría estar empeorando.
El médico te dará instrucciones específicas sobre cómo rastrear y abordar los
valores bajos de flujo espiratorio máximo.
Los estudios de la función pulmonar, generalmente, se realizan antes y después
de tomar un medicamento llamado "broncodilatador", como salbutamol, para abrir
las vías respiratorias. Si la función pulmonar mejora con el broncodilatador, es
probable que tengas asma.

Pruebas adicionales

Otras pruebas para diagnosticar el asma son las siguientes:

 Prueba de provocación con metacolina. La metacolina es un


desencadenante del asma conocido. Cuando se inhala, hace que las vías
respiratorias se estrechen ligeramente. Si tienes reacción a la metacolina, es
probable que tengas asma. Esta prueba puede utilizarse incluso si la prueba
de función pulmonar inicial arrojó resultados normales.

 Pruebas por imágenes. Una radiografía de tórax puede ayudar a identificar


cualquier anormalidad estructural o enfermedad (como una infección) que
pueda causar o agravar los problemas respiratorios.

 Pruebas de alergia. Las pruebas de alergia pueden realizarse mediante un


análisis de piel o de sangre. Te dicen si eres alérgico a las mascotas, al
polvo, al moho o al polen. Si se identifican los desencadenantes de la alergia,
el médico puede recomendar inyecciones para la alergia.

 Análisis de óxido nítrico. Esta prueba mide la cantidad de óxido nítrico


gaseoso en tu aliento. Cuando se inflaman las vías respiratorias (un signo de
asma), es posible que tengas niveles de óxido nítrico superiores a los
normales. Esta prueba no está ampliamente disponible.

 Eosinófilos en esputo. Esta prueba busca la presencia de glóbulos blancos


(eosinófilos) en la mezcla de saliva y moco (esputo) que se elimina durante la
tos. Los eosinófilos están presentes cuando se desarrollan los síntomas y se
hacen visibles cuando se tiñen con una tinción rosa.

 Análisis de provocación para el asma inducida por el frío y los


ejercicios. En estas pruebas, el médico mide la obstrucción de las vías
respiratorias, y luego la persona debe realizar una actividad física intensa o
inhalar aire frío varias veces.
Cómo se clasifica el asma
Para clasificar la gravedad del asma, el médico tendrá en cuenta la frecuencia y la
gravedad de los signos y síntomas. Tu médico también tendrá en cuenta los
resultados de tu examen físico y tus pruebas de diagnóstico.

Determinar la gravedad del asma ayuda a que el médico elija el mejor tratamiento.
La gravedad del asma se modifica con el paso del tiempo, lo cual requiere que se
hagan ajustes al tratamiento.

El asma se clasifica en cuatro categorías generales:

Clasificación del Signos y síntomas


asma

Intermitente y leve Síntomas leves que se manifiestan hasta dos veces por
semana y hasta dos noches por mes

Persistente y leve Síntomas que se manifiestan más de dos veces por semana,
pero no más de una vez por día

Persistente y Síntomas que se manifiestan una vez por día y más de una
moderada noche por semana

Persistente e Síntomas que se manifiestan durante todo el día, todos los


intensa días y que son frecuentes por la noche

Bronquitis crónica: La bronquitis es una inflamación del revestimiento de los


bronquios que llevan el aire hacia adentro y fuera de los pulmones. Las personas
que tienen bronquitis suelen toser mucosidad espesa y, tal vez, decolorada. La
bronquitis puede ser aguda o crónica.

La bronquitis aguda es muy frecuente y, a menudo, se produce a partir de un


resfrío u otra infección respiratoria. La bronquitis crónica, enfermedad más grave,
es una irritación o inflamación continua del revestimiento de los bronquios, en
general, por fumar.

La bronquitis aguda, también conocida como «resfrío», suele mejorar a la semana


o a los diez días sin efectos duraderos, aunque la tos puede permanecer durante
semanas. No obstante, si tienes episodios recurrentes de bronquitis, es posible
que tengas bronquitis crónica, la cual requiere atención médica. La bronquitis
crónica es uno de los trastornos de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Los signos y síntomas de la bronquitis aguda y crónica pueden ser los siguientes:

Tos
Producción de mucosidad (esputo), que puede ser transparente, blanca, de color
gris amarillento o verde —rara vez, puede presentar manchas de sangre—
Fatiga
Dificultad para respirar
Fiebre ligera y escalofríos
Molestia en el pecho
Si tienes bronquitis aguda, es posible que tengas síntomas de resfrío, como
dolores generalizados o dolores de cabeza leves. Si bien estos síntomas suelen
mejorar en, aproximadamente, una semana, es posible que tengas tos molesta
durante varias semanas.

La bronquitis crónica se define como una tos productiva que dura, al menos, tres
meses, con episodios recurrentes durante, por lo menos, dos años consecutivos.

Si tienes bronquitis crónica, es probable que tengas períodos en los que la tos u
otros síntomas empeoran. En esos momentos, es posible que tengas una
infección aguda además de la bronquitis crónica.

Consulta con tu médico si la tos tiene las siguientes características:


Dura más de tres semanas
No te deja dormir
Está acompañada de fiebre mayor de 100,4 °F (38 °C)
Produce mucosidad descolorada
Produce sangre
Está acompañada de un silbido o de dificultad para respirar

Por lo general, la bronquitis aguda es causada por virus, generalmente los mismos
virus que causan los resfríos y la gripe (influenza). Los antibióticos no matan los
virus, por lo que este tipo de medicamentos no resulta útil en la mayoría de los
casos de bronquitis.

La causa más frecuente de la bronquitis crónica es fumar cigarrillos. La


contaminación del aire y el polvo o los gases tóxicos en el medio ambiente o en el
lugar de trabajo también pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de contraer bronquitis son:

El humo del cigarrillo. Las personas que fuman o que viven con un fumador tienen
un mayor riesgo de contraer tanto bronquitis aguda como crónica.
Baja resistencia. Puede ser resultado de otra enfermedad aguda, como un resfrío,
o de un trastorno crónico que compromete tu sistema inmunitario. Los adultos
mayores, los bebés y los niños pequeños son más vulnerables a la infección.
Exposición a agentes irritantes en el lugar de trabajo. El riesgo de contraer
bronquitis es mayor si trabajas cerca de ciertos irritantes pulmonares, como
granos o textiles, o si estás expuesto a gases de sustancias químicas.
Reflujo gástrico. Los episodios recurrentes de ardor de estómago grave pueden
irritar la garganta y hacer que seas más propenso a contraer bronquitis.

Durante los primeros días de la enfermedad, puede resultar difícil distinguir los
signos y síntomas de la bronquitis de los de un resfriado. Durante la exploración
física, el médico utilizará un estetoscopio para escuchar atentamente los pulmones
mientras respiras.

En algunos casos, tu médico podría sugerir las siguientes pruebas:

Radiografía de tórax. Una radiografía torácica puede ayudar a determinar si tienes


neumonía u otra enfermedad que podría explicar la tos. Esto tiene especial
importancia si actualmente eres fumador o alguna vez lo fuiste.
Examen de esputo. El esputo es la mucosidad que escupes desde los pulmones al
toser. Se puede analizar para determinar si padeces enfermedades que podrían
tratarse con antibióticos. El esputo también puede analizarse para detectar signos
de alergias.
Prueba de la función pulmonar. Durante una prueba de la función pulmonar,
soplas en un dispositivo denominado espirómetro, que mide la cantidad de aire
que los pulmones pueden retener y la rapidez con la que puedes expulsar el aire
de los pulmones. Esta prueba detecta signos de asma o enfisema.

Medicamentos
Dado que la mayoría de los casos de bronquitis son causados por infecciones
virales, los antibióticos no resultan eficaces. Sin embargo, si el médico sospecha
que tienes una infección bacteriana, es posible que te recete un antibiótico.

En algunos casos, el médico puede recomendarte otros medicamentos, entre los


que se incluyen los siguientes:

Medicamento para la tos. Si la tos no te deja dormir, puedes probar con


inhibidores de la tos a la hora de dormir.
Otros medicamentos. Si tienes alergias, asma o enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC), el médico puede recomendarte un inhalador y otros
medicamentos para disminuir la inflamación y abrir las vías estrechadas de tus
pulmones.
Bronquiectasia: Es una enfermedad en la que las vías respiratorias mayores de
los pulmones se dañan. Esto ocasiona que las vías respiratorias se ensanchen de
forma permanente.

La bronquiectasia se puede presentar al momento del nacimiento o en la infancia


o desarrollarse más adelante en la vida.
Causas
La bronquiectasia a menudo es causada por inflamación o infección de las vías
respiratorias que sucede una y otra vez.
Algunas veces, comienza en la infancia después de sufrir una infección pulmonar
grave o inhalar un cuerpo extraño. La inhalación de partículas de alimentos
también puede llevar a esta afección.

Otras causas de la bronquiectasia pueden incluir:

Fibrosis quística, una enfermedad que ocasiona la acumulación de mucosidad


gruesa y pegajosa en los pulmones
Trastornos autoinmunitarios, como artritis reumatoidea o síndrome Sjögren
Enfermedades pulmonares alérgicas
Leucemia y cánceres relacionados
Síndromes de inmunodeficiencia
Disquinesia ciliar primaria (otra enfermedad congénita)
Infección por bacterias no tuberculosas
Síntomas
Los síntomas se desarrollan gradualmente. Pueden presentarse meses o años
después del hecho que causa la bronquiectasia.

La tos prolongada (crónica) con grandes cantidades de esputo de olor fétido es el


síntoma principal de la bronquiectasia. Otros síntomas pueden incluir:

Mal aliento
Tos con sangre (menos frecuente en los niños)
Fatiga
Palidez
Dificultad para respirar que empeora con el ejercicio
Pérdida de peso
Sibilancias
Fiebre baja y sudoración nocturna
Dedos de las manos en forma de palillo de tambor (poco común, depende de la
causa)

Neumoconiosis: La neumoconiosis de los mineros del carbón (NMC) es una


enfermedad pulmonar que resulta de la inhalación del polvo del carbón mineral,
grafito o carbón artificial durante un período prolongado.
La NMC también se conoce como enfermedad del pulmón negro.

Causas
La NMC se presenta en dos formas: simple y complicada (también llamada fibrosis
masiva progresiva o FMP).

El riesgo de presentar NMC depende del tiempo que usted haya estado cerca del
polvo del carbón. La mayoría de las personas con esta enfermedad tienen más de
50 años. El tabaquismo no aumenta el riesgo de presentar esta enfermedad, pero
puede tener un efecto dañino adicional sobre los pulmones.

Si la NMC se presenta con artritis reumatoidea, se denomina síndrome de Caplan.

Síntomas
Los síntomas de la NMC incluyen:

Tos
Dificultad respiratoria
Tos con esputo negro
El tratamiento puede incluir cualquiera de los siguientes según qué tan graves
sean los síntomas: Medicamentos para mantener las vías respiratorias abiertas y
reducir el moco. Rehabilitación muscular para ayudarlo a aprender maneras para
respirar mejor. Oxigenoterapia
También debe evitar seguir exponiéndose al polvo del carbón.
Eosinofilia pulmonar: Es la inflamación de los pulmones a raíz de un incremento
de la cantidad de eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco. Pulmonar se refiere a los
pulmones.

Causas
La mayoría de los casos de esta afección se deben a una reacción alérgica por:

Un medicamento, como el antibiótico sulfonamida o un fármaco antiinflamatorio no


esteroideo (AINE), como ibuprofeno o naproxeno
Una infección por un hongo como Aspergillus fumigatus o Pneumocystis jirovecii
Un parásito, como los áscaris Ascaris lumbricoides, o Necator americanus, o
Ancylostoma duodenale (anquilostomas)
En algunos casos, no se encuentra una causa.

Síntomas
Los síntomas pueden incluir cualquiera de los siguientes:

Dolor torácico
Tos seca
Fiebre
Malestar general
Respiración acelerada
Erupción
Dificultad para respirar
Sibilancias
Los síntomas pueden variar desde absolutamente ninguno hasta presentarse
síntomas graves y pueden desaparecer sin tratamiento.
Tratamiento
Si usted es alérgico a un medicamento, su proveedor puede decirle que lo deje de
tomar. Nunca deje de tomar un medicamento sin consultar primero con su
proveedor.

Si la afección se debe a una infección, lo pueden tratar con un antibiótico o


medicamentos antiparasitarios. Algunas veces, pueden recetarle medicamentos
antiinflamatorios llamados corticosteroides, en especial si tiene aspergilosis.

Hipertensión pulmonar: La hipertensión pulmonar es un tipo de presión arterial


alta que afecta a las arterias de los pulmones y al lado derecho del corazón.

En una forma de hipertensión pulmonar, llamada hipertensión arterial pulmonar,


los vasos sanguíneos de los pulmones se estrechan, bloquean o destruyen. El
daño reduce el flujo de sangre a través de los pulmones, y la presión en las
arterias pulmonares se eleva. El corazón debe trabajar más duro para bombear la
sangre a través de los pulmones. El esfuerzo adicional termina por hacer que el
músculo del corazón se debilite y falle.

En algunas personas, la hipertensión pulmonar empeora lentamente y puede


poner en riesgo la vida. Aunque no hay cura para algunos tipos de hipertensión
pulmonar, el tratamiento puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad
de vida.

Los signos y síntomas de la hipertensión pulmonar se desarrollan lentamente.


Puede que no los notes durante meses o incluso años. Los síntomas empeoran a
medida que la enfermedad progresa.

Entre los síntomas de la hipertensión pulmonar se encuentran los siguientes:

Falta de aire (disnea), en un inicio mientras haces ejercicio y con el tiempo durante
el descanso
Fatiga
Mareos o episodios de desmayos (síncope)
Presión o dolor en el pecho
Hinchazón (edema) en los tobillos, las piernas y, con el tiempo, en el abdomen
(ascitis)
Color azulado en los labios y la piel (cianosis)
Pulso acelerado o palpitaciones del corazón.
El corazón tiene cuatro cavidades, de las cuales dos son superiores (aurículas) y
dos son inferiores (ventrículos). Cada vez que la sangre pasa por el corazón, la
cavidad derecha inferior (ventrículo derecho) bombea sangre a los pulmones a
través de un vaso sanguíneo grande (arteria pulmonar).

En los pulmones, la sangre libera el dióxido de carbono y toma el oxígeno. La


sangre normalmente fluye fácilmente a través de los vasos sanguíneos de los
pulmones (arterias pulmonares, capilares y venas) hacia el lado izquierdo del
corazón.

Sin embargo, los cambios en las células que recubren las arterias pulmonares
pueden hacer que las paredes de las arterias se vuelvan rígidas, hinchadas y
gruesas. Estos cambios pueden disminuir o bloquear el flujo sanguíneo a través
de los pulmones y provocar la hipertensión pulmonar.

La hipertensión pulmonar se clasifica en cinco grupos, según la causa.

Grupo 1: Hipertensión arterial pulmonar (HAP)


Las causas incluyen las siguientes:

Causa desconocida (hipertensión arterial pulmonar idiopática)


Una mutación genética transmitida de padres a hijos (hipertensión arterial
pulmonar hereditaria)
Uso de algunos medicamentos de dieta recetados o drogas ilegales como las
metanfetaminas (y otras drogas)
Problemas cardíacos presentes al nacer (enfermedad cardíaca congénita)
Otras afecciones, como trastornos del tejido conectivo (escleroderma, lupus,
otros), infección por virus de la inmunodeficiencia humana o enfermedad hepática
crónica (cirrosis)
Grupo 2: Hipertensión pulmonar causada por enfermedad cardíaca del lado
izquierdo
Las causas incluyen las siguientes:

Enfermedad de la válvula cardíaca izquierda, como enfermedad de la válvula


mitral o aórtica
Insuficiencia de la cavidad cardíaca izquierda inferior (ventrículo izquierdo) del
corazón
Grupo 3: Hipertensión pulmonar causada por enfermedad pulmonar
Las causas incluyen las siguientes:

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)


Fibrosis pulmonar, una afección que causa cicatrices en el tejido entre los sacos
de aire de los pulmones (intersticio)
Apnea obstructiva del sueño
Exposición a largo plazo a grandes altitudes en personas que pueden tener un
riesgo mayor de hipertensión pulmonar
Grupo 4: Hipertensión pulmonar causada por coágulos sanguíneos crónicos
Las causas incluyen las siguientes:

Coágulos sanguíneos crónicos en los pulmones (embolia)


Otros trastornos de la coagulación
Grupo 5: Hipertensión pulmonar desencadenada por otras afecciones médicas
Las causas incluyen las siguientes:

Trastornos de la sangre, como la policitemia vera y la trombocitemia esencial


Trastornos inflamatorios, como la sarcoidosis y la vasculitis
Trastornos metabólicos, como la enfermedad de almacenamiento de glucógeno
Enfermedad renal
Tumores que presionan las arterias pulmonares
Síndrome de Eisenmenger e hipertensión pulmonar
El síndrome de Eisenmenger es un tipo de enfermedad cardíaca congénita que
causa hipertensión pulmonar. La causa más común es un orificio grande en el
corazón que se encuentra entre las dos cavidades cardíacas inferiores
(ventrículos), denominado comunicación interauricular.

Este agujero en el corazón hace que la sangre fluya incorrectamente en el


corazón. La sangre que transporta oxígeno (sangre roja) se mezcla con la sangre
con poco oxígeno (sangre azul). La sangre vuelve a los pulmones en lugar de ir al
resto del cuerpo, lo que aumenta la presión en las arterias pulmonares y causa
hipertensión pulmonar.

Factores de riesgo
Envejecer puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión pulmonar. La
afección se diagnostica con mayor frecuencia en personas de 30 a 60 años. Sin
embargo, la hipertensión arterial pulmonar idiopática es más común en los adultos
jóvenes.

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de hipertensión pulmonar incluyen:

Antecedentes familiares de la afección


Sobrepeso
Trastornos de coagulación de la sangre o antecedentes familiares de coágulos de
sangre en los pulmones
Exposición al asbesto
Trastornos genéticos, incluidas enfermedades cardíacas congénitas
Vivir en altitudes elevadas
Uso de ciertos medicamentos para perder peso
Uso de drogas ilegales, como la cocaína
Uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), utilizados
para tratar la depresión y la ansiedad
Complicaciones
Las complicaciones de la hipertensión pulmonar incluyen:
Agrandamiento del lado derecho del corazón e insuficiencia cardíaca (cor
pulmonale). En el cor pulmonale, el ventrículo derecho del corazón se agranda y
tiene que bombear con más fuerza de lo habitual para impulsar la sangre a través
de arterias pulmonares estrechadas o bloqueadas.

Al principio, el corazón intenta compensar engrosando sus paredes y expandiendo


la cavidad del ventrículo derecho para aumentar la cantidad de sangre que puede
contener. Pero estos cambios generan más tensión en el corazón, y finalmente se
produce una insuficiencia en el ventrículo derecho.

Coágulos sanguíneos. La hipertensión pulmonar hace más probable que se


formen coágulos en las arterias pequeñas de los pulmones, que es peligroso si ya
tienes vasos sanguíneos estrechados o bloqueados.
Arritmia. La hipertensión pulmonar puede causar latidos cardíacos irregulares
(arritmias), que pueden provocar palpitaciones, mareos o desmayos. Ciertas
arritmias pueden ser poner en riesgo la vida.
Sangrado en los pulmones. La hipertensión pulmonar puede provocar un sangrado
en los pulmones que puede poner en riesgo la vida y tos con sangre (hemoptisis).
Complicaciones en el embarazo. La hipertensión pulmonar puede poner en riesgo
la vida de una mujer y su bebé en desarrollo.

Es difícil diagnosticar la hipertensión pulmonar de manera precoz debido a que a


menudo no se detecta en una exploración física de rutina. Incluso cuando la
enfermedad está más avanzada, los signos y síntomas son similares a los de otras
afecciones cardíacas y pulmonares.

Tu médico te realizará un examen físico y te hablará sobre tus signos y síntomas.


Te hará preguntas sobre tus antecedentes médicos y familiares.

Tu médico ordenará pruebas para diagnosticar la hipertensión pulmonar y


determinar su causa. Las pruebas para la hipertensión pulmonar pueden incluir las
siguientes:

Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden ayudar a tu médico a


determinar la causa de la hipertensión pulmonar o a buscar signos de
complicaciones.
Rayos X del tórax. Una radiografía de tórax crea imágenes del corazón, los
pulmones y el pecho. Esta prueba puede mostrar el agrandamiento del ventrículo
derecho del corazón o de las arterias pulmonares, que puede producirse en la
hipertensión pulmonar. Tu médico también puede utilizar una radiografía de tórax
para verificar si existen otras afecciones pulmonares que puedan causar
hipertensión pulmonar.
Electrocardiograma. Esta prueba no invasiva muestra los patrones eléctricos del
corazón y puede detectar latidos anormales. El electrocardiograma también puede
revelar signos de agrandamiento o distensión del ventrículo derecho.
Ecocardiograma. Las ondas sonoras pueden crear imágenes en movimiento del
corazón latiendo. El ecocardiograma le permite ver al médico cómo funcionan el
corazón y sus válvulas. Se puede usar para determinar el tamaño y el grosor del
ventrículo derecho, y para medir la presión en las arterias pulmonares.

A veces, se realiza el ecocardiograma mientras haces ejercicio en una bicicleta fija


o en una cinta de correr para comprender cómo funciona el corazón durante la
actividad. Se te puede pedir que uses una mascarilla para verificar lo bien que
usan tu corazón y tus pulmones el oxígeno y el dióxido de carbono.

También se puede hacer un ecocardiograma después del diagnóstico para evaluar


si están dando resultados tus tratamientos.

Cateterismo cardíaco derecho. Si un ecocardiograma revela hipertensión


pulmonar, es probable que se realice un cateterismo del lado derecho del corazón
para confirmar el diagnóstico.

Durante el procedimiento, un cardiólogo coloca un tubo delgado y flexible (catéter)


en una vena en el cuello o la ingle. El catéter se inserta luego en el ventrículo
derecho y en la arteria pulmonar.

El cateterismo del lado derecho del corazón permite al médico medir directamente
la presión en las principales arterias pulmonares y en el ventrículo derecho del
corazón. También se utiliza para ver qué efecto pueden tener los distintos
medicamentos en la hipertensión pulmonar.

Es posible que el médico solicite una o más de las pruebas siguientes para
verificar el estado de los pulmones y las arterias pulmonares y para determinar la
causa de la hipertensión pulmonar:

Tomografía computarizada. Esta prueba por imágenes proporciona imágenes


transversales de los huesos, los vasos sanguíneos y los tejidos blandos del interior
del cuerpo. Una tomografía computarizada puede mostrar el tamaño del corazón,
detectar coágulos sanguíneos en las arterias de los pulmones y examinar
atentamente si hay enfermedades pulmonares que puedan causar hipertensión
pulmonar, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o la fibrosis
pulmonar.

A veces, se inyecta un tinte especial, llamado sustancia de contraste, en los vasos


sanguíneos antes de la tomografía computarizada (angiografía por tomografía
computarizada). La sustancia de contraste ayuda a que las arterias se vean con
más claridad en la imagen.

Imágenes por resonancia magnética (IRM). Las imágenes por resonancia


magnética utilizan un campo magnético y pulsos de energía de onda de radio para
generar imágenes del cuerpo. Tu médico puede ordenar esta prueba para verificar
la función del ventrículo derecho y el flujo sanguíneo en las arterias de los
pulmones.
Prueba de la función pulmonar. Esta prueba no invasiva mide cuánto aire pueden
retener los pulmones y el aire que entra y sale de estos. Durante la prueba,
soplarás en un instrumento sencillo denominado "espirómetro".
Polisomnografía. Esta prueba mide la actividad cerebral, la frecuencia cardíaca, la
presión arterial, los niveles de oxígeno y otros factores mientras duermes. Puede
ayudar a diagnosticar un trastorno del sueño como una apnea obstructiva del
sueño, que puede causar hipertensión pulmonar.
Ventilación pulmonar/perfusión. En esta prueba, se inyecta un marcador en una
vena del brazo. El radiomarcador realiza una cartografía del flujo sanguíneo y el
aire a los pulmones. La exploración de ventilación pulmonar/perfusión puede
usarse para determinar si los coágulos sanguíneos causan los síntomas de la
hipertensión pulmonar.
Biopsia abierta de pulmón. Rara vez, un médico podría recomendar una biopsia
abierta de pulmón para buscar una posible causa de hipertensión pulmonar. Una
biopsia abierta de pulmón es un tipo de cirugía en la que se extrae una muestra
pequeña de tejido de los pulmones bajo anestesia general.
Pruebas genéticas
Si un miembro de la familia ha tenido hipertensión pulmonar, el médico podría
analizar tus genes asociados a la hipertensión pulmonar. Si el resultado de la
prueba es positivo, el médico podría recomendar que se analice a otros familiares.

Clasificaciones de la hipertensión pulmonar


Una vez que se te haya diagnosticado hipertensión pulmonar, el médico podría
clasificar la gravedad de la enfermedad en una de varias clases, entre ellas:

Clase I. Si bien se te ha diagnosticado hipertensión pulmonar, no tienes síntomas


con la actividad normal.
Clase II. No tienes síntomas en reposo, pero tienes síntomas como fatiga, falta de
aire o dolor en el pecho con una actividad normal.
Clase III. Estás cómodo en reposo, pero tienes síntomas cuando estás físicamente
activo.
Clase IV. Tienes síntomas mientras estás en reposo y durante la actividad física.

Síndrome respiratorio agudo grave: El síndrome respiratorio agudo severo


(SARS, por sus siglas en inglés) es una enfermedad respiratoria contagiosa y a
veces mortal. El síndrome respiratorio agudo severo apareció por primera vez en
China, en noviembre de 2002. En pocos meses, el síndrome respiratorio agudo
severo se propagó por todo el mundo, transportado por viajeros desprevenidos.

El síndrome respiratorio agudo severo demostró la rapidez con la que una


infección puede propagarse en un mundo altamente móvil e interconectado. Por
otra parte, un esfuerzo internacional de colaboración permitió a los expertos en
salud contener rápidamente la propagación de la enfermedad. No se conoce
ninguna transmisión de síndrome respiratorio agudo severo en el mundo desde el
2004.
Por lo general, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en
inglés) comienza con signos y síntomas similares a los de la gripe: fiebre,
escalofríos, dolores musculares, dolor de cabeza y, ocasionalmente, diarrea.
Después de aproximadamente una semana, los signos y síntomas incluyen:

Fiebre de 100,5 °F (38 °C) o más


Tos seca
Falta de aliento
El síndrome respiratorio agudo grave es causado por una cepa del coronavirus, la
misma familia de virus que causa el resfriado común. Anteriormente, estos virus
nunca habían sido particularmente peligrosos para los seres humanos.

Sin embargo, los coronavirus pueden causar enfermedades graves en los


animales, y es por eso que los científicos sospecharon que el virus del síndrome
respiratorio agudo grave podría haber pasado de los animales a los seres
humanos. Ahora parece probable que el virus haya evolucionado de uno o más
virus animales a una nueva cepa.

Cómo se propaga el síndrome respiratorio agudo grave


La mayoría de las enfermedades respiratorias, incluido el síndrome respiratorio
agudo severo, se propagan a través de gotitas que entran al aire cuando alguien
con la enfermedad tose, estornuda o habla. La mayoría de los expertos piensan
que el síndrome respiratorio agudo severo se propaga principalmente a través del
contacto personal cercano, como el cuidado de alguien con síndrome respiratorio
agudo severo. El virus también se puede propagar a través de objetos
contaminados, como las manijas de las puertas, los teléfonos y los botones de los
ascensores.

Factores de riesgo
En general, las personas con mayor riesgo de síndrome respiratorio agudo severo
son aquellas que han tenido contacto directo y cercano con alguien que está
infectado, como miembros de la familia y trabajadores de la salud.

Complicaciones
Muchas personas con síndrome respiratorio agudo severo tienen neumonía, y los
problemas respiratorios pueden llegar a ser tan graves que se necesita un
respirador mecánico. El síndrome respiratorio agudo severo puede llegar a ser
mortal en algunos casos, a menudo debido a una insuficiencia respiratoria. Otras
posibles complicaciones incluyen insuficiencia cardíaca y hepática.

Las personas mayores de 60 años, especialmente aquellas con afecciones de


fondo como la diabetes o la hepatitis, tienen el mayor riesgo de sufrir
complicaciones graves.

Prevención
Los investigadores están trabajando en varios tipos de vacunas contra el síndrome
respiratorio agudo severo, pero ninguna ha sido probada en humanos. Si las
infecciones de síndrome respiratorio agudo severo reaparecen, sigue estas pautas
de seguridad si estás cuidando a alguien que pueda tener una infección de
síndrome respiratorio agudo severo:

Lávate las manos. Lávate las manos frecuentemente con jabón y agua caliente o
usa un desinfectante para manos a base de alcohol que contenga al menos un 60
% de alcohol.
Usa guantes desechables. Si tienes contacto con los fluidos corporales o heces de
la persona, usa guantes desechables. Tira los guantes inmediatamente después
de usarlos y lávate bien las manos.
Usa una máscara quirúrgica. Cuando estés en la misma habitación que una
persona con síndrome respiratorio agudo severo, cúbrete la boca y la nariz con
una máscara quirúrgica. El uso de anteojos también puede ofrecer cierta
protección.
Lava los artículos personales. Usa jabón y agua caliente para lavar los utensilios,
las toallas, la ropa de cama y la ropa de una persona con síndrome respiratorio
agudo severo.
Desinfecta las superficies. Usa un desinfectante casero para limpiar cualquier
superficie que pueda haber sido contaminada con sudor, saliva, moco, vómito,
heces u orina. Usa guantes desechables mientras limpias y tira los guantes
cuando termines.
Cuando el síndrome respiratorio agudo severo apareció por primera vez, no había
pruebas específicas disponibles. Ahora varias pruebas de laboratorio pueden
ayudar a detectar el virus. Sin embargo, no se ha producido ninguna transmisión
conocida de síndrome respiratorio agudo severo en el mundo desde el 2004
A pesar de un esfuerzo mundial concertado, los científicos aún no han encontrado
un tratamiento eficaz para el síndrome respiratorio agudo severo. Los
medicamentos antibióticos no funcionan contra los virus, y los antivirales no han
mostrado muchos beneficios.

Infecciones pulmonares: La neumonía es una infección que causa inflamación


en uno o ambos pulmones y que puede ser causada por un virus, una bacteria, un
hongo u otros gérmenes.

Su doctor podría llevar a cabo un examen físico y usar una radiografía del tórax,
una TAC del tórax, un ultrasonido del tórax, o una biopsia por aguja de los
pulmones para ayudar a diagnosticar su condición. Su doctor podría evaluar más
detalladamente su condición y la función de sus pulmones usando la
toracocentesis, la colocación de un tubo en el tórax, o el drenaje del absceso con
la guía por imágenes.
a neumonía es una infección que causa la inflamación de uno o ambos pulmones.
Puede ser causada por un virus, bacteria, hongo u otros gérmenes. La infección
generalmente se adquiere cuando una persona respira aire que contiene los
gérmenes.

Los pacientes con neumonía podrían tener los siguientes síntomas:

tos que produce flema y a veces sangre


fiebre
falta de aliento o dificultad para respirar
escalofríos o temblores
fatiga
transpiración
dolor muscular o del pecho
Los niños pequeños y la gente mayor de 65 años son los que presentan el mayor
riesgo de desarrollar neumonía.

Las personas con problemas de salud también tienen un riesgo elevado. Los
factores de riesgos y las circunstancias que podrían incrementar las posibilidades
de que una persona desarrolle neumonía incluyen:

padecer enfermedades tales como el enfisema, HIV/AIDS u otras enfermedades


del pulmón o condiciones que afectan el sistema inmunitario
padecer de gripe
exposición a, e inhalación de, varias sustancias químicas
fumar o beber en exceso
una estadía prolongada en el hospital o en terapia intensiva
cirugía reciente
lesión reciente
La neumonía a veces puede llevar a complicaciones serias, tales como una falla
del sistema respiratorio, la diseminación de infecciones, fluido alrededor de los
pulmones, abscesos o inflamación descontrolada a lo largo del cuerpo (sepsis). La
enfermedad también puede ser fatal, de manera que es importante buscar
atención médica inmediata si usted está experimentando estos síntomas.
Para evaluar si usted tiene neumonía podrían ordenarse uno o más de estos
exámenes:

Rayos X del tórax: un examen por rayos X permitirá a su médico visualizar los
pulmones, corazón y vasos sanguíneos para ayudar a determinar si usted padece
de neumonía. Cuando interprete los rayos X, el radiólogo buscará puntos blancos
en los pulmones (llamados infiltrados) que son característicos de una infección.
Este examen también ayudará a determinar si usted padece de algunas de las
complicación relacionadas con la neumonía, tales como efusiones pleurales (fluido
alrededor de los pulmones).
TAC de los pulmones: se puede realizar una exploración por TAC del tórax para
ver detalles finos dentro de los pulmones y detectar neumonías que podrían ser
más difíciles de ver en un rayo X simple. La exploración por TAC también muestra
con gran detalle las vías aéreas (tráquea y bronquios) y puede ayudar a
determinar si la neumonía podría estar relacionada con un problema dentro de las
vías respiratorias. La exploración por TAC también puede identificar
complicaciones relacionadas con la neumonía, abscesos o efusiones pleurales y
ganglios linfáticos agrandados.
Ultrasonido del tórax: se puede utilizar un ultrasonido cuando se sospecha que
hay fluido alrededor de los pulmones. El examen por ultrasonido ayudará a
determinar la cantidad de fluido presente, y también puede ayudar a determinar la
causa de la acumulación del fluido.
RMN del tórax: por lo general, la RMN no se utiliza para evaluar la neumonía, pero
podría ser utilizada para visualizar el corazón, los vasos sanguíneos del tórax y las
estructuras de las paredes del tórax. Si los pulmones son anormales debido al
exceso de fluido, infección o tumor, una RMN puede proporcionar información
adicional sobre las causas y la extensión de estas anormalidades.
Biopsia pulmonar por aspiración: su médico podría ordenar una biopsia del/los
pulmón/es para determinar la causa de la neumonía. Este procedimiento involucra
la remoción de varias muestras pequeñas del/los pulmón/es y su posterior
evaluación. Las biopsias del pulmón pueden llevarse a cabo utilizando rayos X,
TAC, ultrasonido y/o RMN.

Los siguientes tratamientos guiados por imágenes pueden ser utilizados para
tratar la neumonía:

Toracocentesis: para ayudar a su médico a determinar qué tipo de germen está


causando su enfermedad, se puede extraer fluido de la cavidad de su tórax para
su posterior análisis. Durante la toracocentesis se pueden usar rayos X, TAC y/o
ultrasonido. El fluido extraído durante el procedimiento, también podría ser de
ayuda para aliviar los síntomas.
Colocación de un tubo torácico: durante este procedimiento, también conocido
como toracostomía, se inserta un tubo delgado de plástico dentro del espacio
pleural (el área entre las paredes del tórax y los pulmones). El tubo puede ayudar
a remover el exceso de fluido o aire. El procedimiento se realiza bajo la guía de
una TAC o un ultrasonido.
Drenaje de absceso: guiado por imágenes: la guía por imágenes ayuda
directamente a la colocación de la aguja dentro de la cavidad del absceso, y
puede ayudar durante la inserción de un tubo de drenaje (catéter). Se utiliza la
guía por imágenes con fluoroscopia, rayos X, ultrasonido o TAC.
Cada uno de estos exámenes ayudará a su médico a evaluar más extensivamente
sus pulmones y su función pulmonar, o ayudarán a determinar el tipo de germen
que está causando su neumonía.

También podría gustarte