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El Sistema Respiratorio

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Las 

fosas nasales son dos cavidades que comunican el aparato respiratorio con el exterior por la nariz. En
ellas el aire se calienta, humedece y se limpia de polvo que queda retenido en los pelillos de la entrada.
La laringe es tun tubo que contiene las cuerdas vocales, que son las que producen el sonido al vibrar por el
paso del aire.
La faringe es una cavidad que comunica la boca, la nariz, la entrada del esófago y la laringe.
La tráquea es un tubo rígido que conduce el aire hasta los bronquios.
Los bronquios son don conductos con ramificaciones, llamadas bronquiolos, que introducen el aire en los
pulmones.
Los pulmones son dos órganos esponjosos formados por millones de saquitos llamados alvéolos.
Los alvéolos son pequeñas cámaras con paredes muy finas en las que se produce el intercambio de gases, el
oxígeno pasa a la sangre y el dióxido de carbono es expulsado al exterior.
El diafragma es un muúsculo plano que interviene en los movimientos respiratorios.

Tipo de enfermedad que afecta los pulmones y otras partes del aparato respiratorio. Las enfermedades respiratorias se
producen por infecciones, consumo de tabaco o inhalación de humo de tabaco en el ambiente, y exposición al radón,
amianto u otras formas de contaminación del aire. Las enfermedades respiratorias incluyen el asma, la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la fibrosis pulmonar, la neumonía y el cáncer de pulmón. También se llama
enfermedad pulmonar y trastorno pulmona

0 ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

El sistema respiratorio, como su propio nombre indica, está compuesto por los órganos y estructuras que permiten el
intercambio de aire entre el entorno y nuestro cuerpo. Entre otras muchas cosas, está compuesto por la nariz, la
garganta, la laringe, la tráquea, los bronquios, los bronquiolos y los pulmones. Un mal funcionamiento del aparato
respiratorio puede tener efectos muy graves sobre la salud, pues favorece cuadros potencialmente letales como
hipoxia (falta de oxígeno a los tejidos), arritmias y pérdida de conocimiento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 condiciones respiratorias figuran entre las 10 causas más
frecuentes de muerte en todo el mundo. Como mínimo, esto subraya la importancia de los sistemas de intercambio
de gases en el cuerpo humano y que, sin ellos, la vida es imposible. Con esta idea en mente, te mostramos 10
enfermedades respiratorias comunes y cómo detectarlas a tiempo.

1. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, abreviada como EPOC, es la tercera causa de muerte en todo el
mundo. En 2019, esta condición causó más de 3 millones de defunciones, el 80 % de ellas registradas en países de
ingreso medio-bajo. El desencadenante principal de esta condición suele ser la exposición continuada a irritantes
capaces de dañar los pulmones y las vías respiratorias, sobre todo el tabaco. Se estima que hasta el 15 % de las
personas fumadoras terminarán desarrollando EPOC a lo largo de su vida.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica es progresiva y los signos clínicos no suelen hacerse evidentes hasta
que el daño en los pulmones es considerable. Entre ellos, se incluyen sibilancias, falta de aire, opresión en el pecho,
tos permanente con esputos, falta de energía y bajada de peso involuntaria. El daño producido en los pulmones no se
puede revertir, pero dejar de fumar y evitar la exposición a químicos irritantes sí que permite experimentar una clara
mejoría a nivel de síntomas. Los medicamentos broncodilatadores, esteroides inhalables y más también pueden
paliar los signos más molestos de la enfermedad.

2. Asma

El asma es una enfermedad respiratoria crónica que provoca la hinchazón y el estrechamiento de las vías
respiratorias pulmonares. Sus signos y síntomas principales, como los de otras muchas condiciones que involucran al
aparato respiratorio, comprenden falta de aire, dolor de pecho, sibilancias y problemas para dormir, entre otros. Este
cuadro afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo y, curiosamente, parece presentar una
mayor incidencia en países de alto ingreso.

No está claro por qué algunas personas desarrollan asma y otras no, aunque se sospecha que su aparición depende
de factores tanto ambientales como genéticos. De todas formas, sí que hay diversos compuestos que pueden
desencadenar los conocidos ataques de asma, entre los que destacan el polen, el aire frío, los contaminantes, la
actividad física y las infecciones respiratorias. El asma no tiene cura, pero se puede controlar a nivel sintomático con
corticoides inhalados, teofilina, modificadores de leucotrienos y otros medicamentos.

3. Infecciones de las vías respiratorias superiores


Las infecciones agudas de las vías respiratorias o aéreas superiores son muy comunes en la población general,
sobre todo en picos estacionales como otoño e invierno, en los que las personas tendemos a aglomerarnos más en
espacios cerrados. Aquí se engloban algunos de los cuadros más conocidos y capaces de contagiarse a través de
toses y estornudos, como el catarro, la gripe, la sinusitis, la faringitis o la epiglotitis.

La mayoría de los agentes causales de estas infecciones son de tipo vírico, especialmente los
géneros Rhinovirus, Coronavirus, Influenzavirus, Parainfluenzavirus, Pneumovirus y Adenovirus,  entre otros. Algunas
de estas infecciones también pueden ser causadas por bacterias, como es el caso de la faringitis estreptocócica y su
desencadenante Streptococcus,  si bien en adultos esto no es tan común. El tratamiento de estos cuadros depende
de los microorganismos causales, aunque en muchos casos basta con reposo, medicación de soporte y una buena
hidratación.

4. Cáncer de pulmón

El término cáncer engloba a un grupo heterogéneo de enfermedades que tienen una característica en común: el
crecimiento y división descontrolado de células mutadas, capaces de viajar a otras partes del cuerpo y generar una
metástasis. El cáncer es la primera causa de muerte en todo el mundo y el de pulmón es el segundo más prevalente
en la sociedad, solo superado por el de mama. La OMS estima que cada año se producen más de 2 millones de
casos de cáncer de pulmón y, por desgracia, el pronóstico no suele ser favorable. La tasa general de supervivencia
a 5 años del diagnóstico en todas las fases combinadas es del 21 %.

Como ya sabrás, fumar es el principal factor del riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón. Hasta el 90 % de las
muertes por esta neoplasia maligna están vinculadas al consumo de tabaco y la probabilidad de desarrollar cáncer de
pulmón es hasta 25 veces mayor en las personas fumadoras. El consumo de tabaco está vinculado a una infinidad de
condiciones más, así que la conclusión en este apartado es clara: no fumar nunca, o dejar de hacerlo, es una de las
decisiones más saludables que puede tomar un ser humano en toda su vida.

5. Bronquitis

La bronquitis es una de las enfermedades respiratorias más comunes. Esta condición se produce cuando los
bronquios, conductos en que se bifurca la tráquea, se inflaman. En su variante aguda y limitada en el tiempo, la
bronquitis suele estar causada por los mismos virus citados en el apartado 3 de esta lista, mientras que el cuadro
progresivo y crónico casi siempre está desencadenado por el consumo de tabaco.

Fuentes profesionales estiman que, cada año, el 5 % de la población mundial reporta al menos un episodio de
bronquitis aguda. Por suerte, la mayoría de los casos son autolimitados y mejoran por sí solos sin necesidad de
tratamiento, ya que el propio sistema inmunitario suele ser capaz de combatir la infección por sí solo. En caso de que
el paciente presente una bronquitis crónica y no aguda, se puede optar por rehabilitación pulmonar y un enfoque
multidisciplinar (además de dejar de fumar, por supuesto).

6. Bronquiolitis

Aunque esta palabra se parezca mucho a la anterior, en este caso hablamos de una inflamación de los bronquiolos,
las vías aéreas pequeñas en las que se subdividen los bronquios dentro de los pulmones. Se trata de una afección
pulmonar bastante común en bebés y niños pequeños, siendo en muchos casos desencadenada por el virus sincitial
respiratorio.

La bronquiolitis en su variante más común representa la infección más habitual en lactantes,  pues afecta al 11-12 %
de ellos de manera anual. Suele ser una enfermedad autolimitada y que no requiere tratamiento, pero en un
porcentaje reducido de los casos se puede necesitar hospitalización por dificultades para respirar.

7. Neumonía

La neumonía es un diagnóstico general que hace referencia a una infección que inflama los sacos aéreos de uno o
ambos pulmones con acumulación de líquido y secreciones. La diferencia entre este cuadro y los anteriores es clara:
en los 2 apartados previos las áreas afectadas eran los bronquios o los bronquiolos, mientras que aquí fijamos
nuestra atención en los alveolos pulmonares. Este cuadro causa unos 2,5 millones de muertes anuales en todo el
mundo, de las cuales más de 1/3 correspondían a niños menores de 5 años. Por este motivo, se considera una de las
condiciones más letales en edad pediátrica.

La neumonía suele estar causada por bacterias, sobre todo la especie Streptococcus pneumoniae. También puede
desencadenarse por la infección de ciertos virus, como el COVID-19, o algunos hongos capaces de instaurarse en
los pulmones (aunque esto se limita de forma casi exclusiva a pacientes inmunosuprimidos). Sea como fuere, esta
enfermedad se mueve en un espectro de leve a grave y se asocia a complicaciones como bacteriemia, derrame
pleural, absceso pulmonar y más. El tratamiento depende del agente causal, aunque a veces se requiere
hospitalización.

8. Tuberculosis

La tuberculosis o TB es una de las enfermedades respiratorias más conocidas por su representación en la cultura
general. Está causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis,  un microorganismo intracelular patógeno obligado
que por lo usual ataca a los pulmones, aunque también puede afectar a otras partes del cuerpo (como riñones,
columna vertebral, cerebro y más). La tuberculosis puede llegar a ser mortal y ha supuesto una causa de muerte
global muy importante en el pasado, pero se puede tratar de forma efectiva con los antibióticos adecuados.

Los síntomas principales de esta infección son los siguientes: tos intensa que dura 3 semanas o más, dolor en el
pecho, esputos sanguinolentos, fatiga, falta de apetito, pérdida de peso, escalofríos, sudores nocturnos y más. La
pauta más habitual de tratamiento de la tuberculosis es la combinación de los antibióticos isoniazida, rifampicina y
pirazinamida. El abordaje se mantiene por varios meses (al menos 6), pues el agente patógeno es bastante difícil de
combatir.

9. Fibrosis quística

La fibrosis quística (FQ) es una de las excepciones en esta lista de enfermedades respiratorias, pues se trata de una
condición de origen genético. La FQ está causada por diversas mutaciones en el gen CFTR y se hereda de forma
autosómica recesiva, es decir, que se requieren ambas copias del gen defectuosas (una del padre y otra de la madre)
para que se manifieste. Los síntomas son muy variables y pueden presentarse desde el nacimiento o, en su defecto,
aparecen en la adolescencia o la edad adulta.

Hace unas décadas la esperanza de vida de esta condición no superaba los 20-25 años, pero en la actualidad se ha
duplicado o más. Cada vez se diagnostica antes, lo que permite realizar un abordaje proactivo y comenzar el
tratamiento antes de que la condición se agrave. No existe una cura para la fibrosis quística, pero la combinación de
antibióticos, medicamentos que diluyen la mucosidad pulmonar, broncodilatadores y más pueden ayudar mucho a
sobrellevarla.

10. Otros tipos de cáncer de las vías respiratorias

El cáncer de pulmón no es el único tipo de cáncer que afecta a las vías respiratorias. También hay que destacar los
siguientes, a modo de cierre de este espacio:

 Cáncer de tráquea: la incidencia global del cáncer de tráquea es de 2,6 pacientes por cada 1 000 000 de habitantes al año,
lo que supone un 0,4 % de los cánceres totales.
 Cáncer de garganta: este término engloba a diversos tipos de cáncer, como el nasofaríngeo, el orofaríngeo, el glótico, el
supraglótico y el subglótico. Las cifras epidemiológicas, el tratamiento y el pronóstico varían según la variante consultada.
 Cáncer del seno paranasal y la cavidad nasal: en este caso, las células cancerosas aparecen en el entorno nasal. El tipo
más común de cáncer de seno paranasal y de cavidad nasal es el carcinoma de células escamosas.

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