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Tema 9. Las teorías orogénicas.

Deriva continental y
tectónica de placas.
Índice
1. Introducción
2. Las teorías orogénicas
2.1.Teorías fijistas y movilistas
2.2.Teorías basadas en la variación del volumen terrestre. Teoría del Geosincitial
2.3.Otras teorías fijistas: undación y oceanización
3. La deriva continental
4. Paleomagnetismo y extensión del fondo oceánico
5. Teoría de la tectónica de placas
5.1.Conceptos básicos. Las placas litosféricas y sus bordes
5.2.Ciclo de Wilson
5.3.Causas del movimiento de las placas
5.4.Movimientos verticales
5.5.Pruebas clásicas
5.5.1. Pruebas oceánicas
5.5.2. Pruebas continentales
6. Conclusión
7. Relación del tema con el currículo oficial
8. Transversalidad
9. Fuentes

1. INTRODUCCIÓN
El principal problema que se plantearon los primeros geólogos fue explicar los procesos
mediante los cuales se originan los sistemas montañosos. Los estudios e ideas principales
sobre la “orogénesis” se desarrollaron durante los siglos XIX y XX, surgiendo hipótesis
y teorías basándose en observaciones de la capa externa de la litosfera, ya que en su
momento, los geólogos no disponían ni de los avances tecnológicos actuales ni de los
métodos de investigación indirectos tan ampliamente utilizados hoy.
En la década de los 50 se admitían cerca de una docena de teorías orogénicas, muchas de
ellas con distintas variedades. Actualmente, la teoría aceptada es la Teoría de la
Tectónica de Placas (la que es a la geología lo que la evolución es a la biología), pero
hay que recordar que esta procede de estudiar y descartar hipótesis y aproximaciones
erróneas anteriores llegando a síntesis cada vez más aceptables.
Para comprender la Teoría de la Tectónica de Placas hay que recordar y revisar las teorías
anteriores (teoría del geosincitial, oceanización y undación), sobre todo los aspectos
coherentes con los hechos observados y examinar la evolución de las ideas.
Posteriormente, se tratarán los aspectos más relevantes de la deriva continental,

1
expansión del fondo oceánico, teoría de la tectónica de placas (conceptos básicos, placas
litosféricas y bordes, ciclo de Wilson, causas del movimiento y pruebas). Finalmente, se
realizará una conclusión, se relacionará el tema tanto con el currículo oficial de ESO y
bachillerato como con el resto del temario de oposición (transversalidad). Se citarán las
fuentes utilizadas.

2. LAS TEORÍAS OROGÉNICAS


Son las teorías que han surgido a lo largo de la historia para explicar los procesos
orogénicos.
Existen dos grupos principales: teorías fijistas y movilistas.
2.1. Teorías fijistas y movilistas
Las teorías fijistas o verticalistas proponen una elevación como causa inicial de la
orogenia.
La teorías movilistas u horizontalistas admiten grandes movimientos horizontales de
los continentes como la causa de la elevación de las montañas.

2.2. Teorías basadas en la variación del volumen terrestre.


Teoría del geosincitial
Son teorías fijistas. En el primer caso, se basan en la concepción de una reducción
continua del volumen de la Tierra, debido a una disminución de su temperatura.
Como consecuencia de este enfriamiento, la corteza sólida sufre contracción reflejándose
en un arrugamiento que originaría plegamiento y elevación de cordilleras. Otra
propuesta era que el volumen de la Tierra aumentaba al solidificarse los materiales del
interior, lo que desprendía mucha energía que originaba el plegamiento de los sedimentos.
Ambas teorías fueron desechadas al comprobarse que el volumen de la Tierra se mantiene
sin cambios esenciales.

En 1859, el geólogo americano Hall publicó un estudio sobre la cordillera de los


Apalaches, donde concluía que antes de que ocurriera una orogenia, allí se instalaba una
cuenca de sedimentación (geosinclinal) donde se acumulaban grandes espesores de
sedimentos. También observó y dedujo que la cuenca sufría subsidencia, que se
compensaba con rápida sedimentación.
En la misma época en Europa, una escuela apoyaba que lo importante del geosinclinal ni
era la subsidencia, sino su transformación posterior en
cadenas montañosas mediante plegamiento, magmatismo y
elevación. Esta es la teoría del geosincitial.
El gran problema de esta teoría es explicar de dónde
proviene la energía para plegar las rocas y producir el
magma. Hall propuso que cuando los sedimentos llegaban
a altas profundidades por subsidencia, se fundirían
formando magmas, que al subir deformarían los materiales
no fundidos. Esta explicación no resolvía el problema de
los pliegues que presentan las rocas donde se comprueba un
componente tangencial como causa del pliegue. Por lo
tanto, la transformación de geosinclinal a orógeno quedó
sin explicación.

2
2.3. Otras teorías fijistas: undación y oceanización
El término undación fue propuesto por el holandés Harmann en 1930 y redefinido por
Van Bemmelen. Según esta teoría, una cadena montañosa se forma en dos fases:
- Tectogénesis primaria: se genera un gran abombamiento en la corteza (geotumor),
provocado por la formación y ascenso desde el manto de una gran cantidad de magma
granítico (astenolito).
- Tectogénesis secundaria: se producen una serie de deslizamientos gravitacionales
que generarían pliegues, fallas inversas y mantos de corrimiento.
En esta teoría se pueden distinguir 3 problemas principales:
- El origen del geotumor, ya que los materiales del manto suelen ser basaltos.
- Las pendientes necesarias para que se produzcan los deslizamientos gravitacionales
requerirían geotumores de enormes alturas.
- La energía que se puede producir por las undaciones es más pequeña que la
desprendida por los terremotos en todo el mundo, por lo que está teoría no explicaría
el fenómeno sísmico ni resuelve el problema del origen de la energía para levantar y
deformar las rocas.
Más reciente que la undación y recogiendo algunas ideas de esta surgió la teoría de la
oceanización propuesta en 1967 por el geólogo ruso Beloussov.
Beloussov acepta que el magma formado en el manto terrestre es basáltico no granítico.
Grandes masas de magma de densidad 2.8 podrían invadir una zona de la corteza
continental, cuyos granitos de menor densidad (2.7) serían englobados en la roca basáltica
de densidad 3 que se formaría a partir del magma citado anteriormente, hundiéndose de
nuevo y formando una cuenca oceánica donde antes existía un continente. La formación
del orógeno ocurriría por elevación de los bordes de la cuenca hundida, que se
transformarían en cadenas montañosas. Según el autor, la oceanización estaría detenida
actualmente, pero habría sido activa en el pasado geológico reciente en las dorsales.
El principal punto débil de la oceanización está en el principio de la isostasia, según
el cual las rocas más ligeras se sitúan a mayor altura en la corteza terrestre que las más
densas, por lo que la corteza continental está más alta que la oceánica. Para poder hundirse
en el manto, cualquier material tiene que ser más denso que él. Además, el material
granítico se fundiría al llegar al manto, recuperando rápidamente su posición inicial.

3. LA DERIVA CONTINENTAL
Las ideas movilistas son muy antiguas, ya en 1600 Giordano Bruno defendía que las
tierras y los mares habían cambiado muchas veces de posición. En 1858 Snider-
Pellegrini indicó que los continentes actuales provenían de la fragmentación de un
supercontinente. Pero fue ya en el siglo XX, en 1915 cuando el meteorólogo alemán
Alfred Wegener publicó su obra “El origen de los continentes y océanos” donde exponía
la Teoría de la deriva continental.
De manera más intuitiva que práctica llegó a unir todos los continentes a modo de puzle,
enunciando su teoría según la cual, a partir del momento en que los continentes estaban
juntos formando el supercontinente “Pangea”, comenzó la fracturación y desplazamiento
originando los continentes actuales. Según Wegener, este desplazamiento estaría
originado por las mareas y por la fuerza centrífuga inducida por la rotación de la Tierra.
Las ideas de Wegener están basadas en una serie de evidencias que permiten establecer
el movimiento de las masas continentales, algunas de las cuales siguen vigentes en la
actualidad:

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Comprobado el movimiento de los continentes, la teoría explicaba como, la zona frontal
del continente está afectada por un rozamiento o frenado que produciría el plegamiento
de esa zona (orogénesis) y que cuando dos continentes colisionaban, los sedimentos
situados entre ellos se plegaban, formándose las cordilleras.
Independientemente de la solidez de las evidencias de la deriva continental, la debilidad
del mecanismo físico de desplazamiento de esta hipótesis impidió que fuera aceptada por
toda la comunidad científica.
Con la introducción de diferentes técnicas de estudio del interior de la Tierra a finales de
la década de los 50 y principios de los 60, varios geólogos ofrecieron una alternativa al
movimiento de los continentes, denominada teoría de las corrientes de convección. Se
basa en la presencia de hipotéticas corrientes de convección en el manto como mecanismo
de arrastre de los continentes suprayacentes. Se equipara el manto superior al que se
supone plástico, con un fluido en ebullición, de tal manera que debido a diferencias de
temperatura entre sus partes inferiores calientes y superiores más frías, se generan unas
corrientes más o menos circulares, cuyo ascenso originaría volcanes y su descenso
arrastraría el manto superior hacia abajo. Los continentes serían arrastrados en un plano
horizontal por las corrientes. Donde dos corrientes converjan en hundimiento se localizan
las zonas de compresión que estrujarían y plegarían los sedimentos.
Esta teoría también tenía puntos oscuros, debido sobre todo al escaso conocimiento del
interior terrestre.
Desde luego, el camino correcto estaba en el desarrollo de teorías movilistas, integrándose
las partes aceptadas de las distintas teorías en la Teoría de la Tectónica de Placas o
Tectónica Global.

4. PALEOMAGNETISMO Y EXTENSIÓN DEL FONDO OCEÁNICO


En 1962, un trabajo titulado “Historia de las Cuencas Oceánicas” del científico Hess
desarrollaba la teoría “la extensión del suelo oceánico”, que ofrecía una explicación
convincente sobre el mecanismo del origen del movimiento de los continentes propuesto
por Wegener.
Según su teoría, una vez que se formó el planeta la convección del manto se subdividió
en numerosos bucles de circulación que se extendían desde el núcleo. Cuando las
corrientes alcanzan la superficie, el material fundido rezuma, formando las dorsales

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centro-oceánicas y nueva corteza oceánica; a medida que el magma continua fluyendo,
la convección del manto que el fondo oceánico más antiguo se aleje en ambas
direcciones de la dorsal. Cuando las corrientes de convección descienden, la antigua
corteza oceánica que ya se ha enfriado vuelve a sumergirse en las profundidades
oceánicas. De esta forma, Hess subordinó la configuración de los océanos y continentes
a los movimientos de expansión del fondo oceánico. Aunque la expansión del fondo
marina resultaba una visión convincente, no se podía comprobar.

El mismo año que Hess propuso su teoría, la Marina de los EEUU publicó un trabajo que
resumía los resultados sobre el magnetismo de los suelos oceánicos. Encontraron
bandas alternantes de magnetismo débil y fuerte en las rocas del suelo marino. Estas
bandas, irregulares en anchura, no solamente corrían paralelas a las dorsales, sino que
estaban modeladas simétricamente alrededor de las cumbres de estas cordilleras.
El magnetismo fue provocado por la presencia de minerales magnéticos en las rocas
(magnetita). Cuando el magma sube y se enfría, los cristales de magnetita se alinean con
el campo magnético de la tierra.
Además, también observaron que el campo magnético no es constante, sino que fluctúa
en densidad y ocasionalmente invierte la dirección. Hoy considerados que el campo tiene
una polaridad “normal”. Sin embargo, una serie de veces en el pasado, la polaridad se ha
invertido. Este fenómeno de inversión magnética había sido previamente observado en
rocas continentales, y ahora parecía también ser el caso de las rocas oceánicas, de manera
que existía una alternancia de polaridades magnéticas positivas y negativas a ambos lados
de las dorsales.

Tanto la presencia de bandas alternantes de magnetismo débil y fuerte a ambos lados de


la dorsal, como el paleomagnetismo invertido ofrecieron la prueba necesaria para
corroborar la teoría de la extensión del suelo marítimo de Hess.

5. TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS


Esta teoría no se desarrolló hasta la década de los 70, con los avances geofísicos y con el
mayor conocimiento del interior de la Tierra. Actualmente, es la única teoría que de
manera coherente permite explicar la formación de los orógenos y todos los fenómenos
geológicos. Aunque aún quedan algunas cuestiones por dilucidar, no se han encontrado
contradicciones insalvables.
5.1. Conceptos básicos. Las placas litosféricas y sus bordes
Del estudio de la propagación de ondas sísmicas se comprueba que la velocidad de estas
aumenta desde la superficie hacia el interior, pero tras un aumento rápido, se produce un
descenso al pasar de la corteza al manto. Se propuso que en esta zona llamada “canal de
baja velocidad” ocurre un descenso en la rigidez de los materiales. Se corresponde con
la parte superior del manto (relativamente plástico), llamada astenosfera, que es
precisamente donde se pensaba que se apoyaba la litosfera rígida. La astenosfera suponía
en aquel entonces el “nivel de despegue” que se requiere para explicar los grandes
desplazamientos horizontales de la litosfera. En la década de los 90, los avances
geofísicos y estudios de tomografía sísmica aportaron datos contra la existencia de una
capa continua bajo la litosfera en estado de “fusión incipiente”, apareciendo penachos
de material fluido bajo la litosfera, separados por grandes bloques rígidos.
Hoy en día, la astenosfera es un término totalmente reconducido y válido, definiéndose
como todo el manto superior sublitosférico, constituyendo una capa débil bastante más

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fluida que la litosfera, reaccionando ante los esfuerzos como un fluido. Su límite inferior
coincide con la discontinuidad de Repetti.
La litosfera, que constituye la corteza y las primeras capas del manto se encuentra
dividida en fragmentos denominados placas litosféricas, las cuales están limitadas por
cinturones sísmicos.
En geología clásica y para didáctica, hay 7 grandes placas: Euroasiática, Africada,
Indoaustarliana, Norteamericana, Sudamericana, Pacífica y Antártica y otras tantas
medianas: Arábiga, Caribeña, Coco, Nazca, Juan de Fuca, Scotia y Filipina. Actualmente,
hay varias decenas más de placas como la de Anatolia, Amur, Somalia, Mar Egeo,
Galápagos, entre otras. (MIRAR MAPA DE PÁG 123 LIBRO GEOLOGÍA).
En función de su composición, se pueden distinguir 3 tipos de placas:
- Oceánicas: formadas solo por litosfera oceánica. Ej: placa Pacífica.
- Mixtas: formadas por parte de litosfera continental y parte de litosfera oceánica.
Ej: Placa Africana y Euroasiática.
- Continentales: solo presentan litosfera continental. Son casos poco definidos
correspondientes a microplacas como la Iraní o la China.
Las placas no tienen características permanentes ya que, a escala de tiempo geológico,
cambian continuamente de tamaño y forma. Estos cambios pueden producirse por
fragmentación de una placa, colisiones que unen dos placas diferentes o creación y
destrucción de litosfera oceánica. Además, también pueden cambiar su forma original
debido a los esfuerzos, por ejemplo, la costa andina de la placa Sudamericana se está
arqueando en la zona Boliviana a una velocidad de 4º/Ma.
Cada placa tectónica se comporta de forma rígida y se mueve como una sola unidad
mecánica, y generalmente hay pocos cambios que afecten a las zonas del interior de las
placas. Así pues, prácticamente todas las deformaciones y la mayoría de los procesos
geológicos internos tienen lugar en los bordes de placas, distinguiéndose 3 tipos
principales:
Bordes divergentes o constructivos:
Se corresponden con las dorsales oceánicas, zonas donde se crea nueva litosfera
oceánica, separándose las placas por la extensión del fondo oceánico. Estos bordes
representan las zonas volcánicas más activas e importantes de la Tierra. Este tipo de
límites se pueden crean como consecuencia inicial de la fragmentación de un continente
y la aparición y evolución de nuevos mares y océanos, en un fenómeno conocido como
“rifting”, en el que se distinguen varias etapas:
- Abombamiento o producción de un domo debido a la presencia de penachos
mantélicos (plumas calientes) y
formación de numerosas fallas normales
(distensivas) que producen la extensión y
adelgazamiento de la corteza continental,
formando fisuras en el terreno.
Topográficamente, se forman grandes
valles lineales (rifts continentales)
delimitados por fallas normales que
permiten el ascenso de materiales
fundidos, apareciendo coladas de lava y
grandes volcanes. La zona central suele
estar ocupada por lagos o grandes ríos.
Actualmente, el territorio de Tanzania,
Kenia y Etiopía están desarrollando una
estructura de este tipo. A esta zona se le

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conoce como valle del rift de África oriental, formando grandes lagos como el Lago
Victoria y el Tanganyica y grandes edificios volcánicos como el volcán Kilimanjaro.
- Si la extensión progresa, los lados originales del valle pueden llegar a estar a una
distancia considerable, y el fondo del valle estar constituido casi por completo por
roca basáltica formada por el volcanismo, dando lugar a litosfera oceánica nueva.
Generalmente, la zona del valle se encuentra por debajo del nivel del mar (debido a
la extensión y adelgazamiento de la corteza), y el agua tiende a invadir el valle,
formando mares lineales y muy restringidos entre dos masas continentales. Un
ejemplo es el Mar Rojo.
- En un estadio más avanzado, la zona central de la expansión se estructura como una
dorsal oceánica bien desarrollada. La zona continental original queda separada en
dos fragmentos bien diferenciados, en los que se han desarrollado sendos márgenes
continentales. Un ejemplo sería el caso del océano Atlántico.
Hay tres tipos de dorsales: lenta como la dorsal atlántica, velocidad intermedia como la
de Juan de Fuca y rápida como la dorsal pacífica.
Este proceso puede abortarse en las dos primeras fases de su formación, quedando como
estructuras relictas. Tanto la zona del valle del rift africano como el Mar Rojo pueden
evolucionar en un futuro a grandes océanos, estancarse en su desarrollo disminuir su
actividad hasta hacerse inactivos.
Bordes convergentes o destructivos
Para mantener el volumen de la Tierra constante, si existen bordes constructivos
generadores de litosfera oceánica, deben existir otros lugares donde se destruya la misma
cantidad de litosfera. Estos son los bordes convergentes o destructivos, en los que las
placas convergen, introduciéndose una por debajo de la otra hacia el manto, formando
trincheras o fosas submarinas en la superficie del fondo oceánico. A este proceso se le
conoce con el nombre de subducción. En estos límites se producen procesos geológicos
de todo tipo: volcanismo, metamorfismo, formación de cordilleras (orogénesis), gran
actividad sísmica y depósitos minerales importantes.
Se pueden diferenciar varios tipos de bordes en función de la naturaleza de las placas
implicadas en el proceso:
- Borde convergente oceánico-oceánico: cuando convergen dos placas de corteza
oceánica, una de ellas subduce debajo de la otra, formando una fosa submarina, en
cuya pared se produce un complejo de subducción con una cuña de sedimentos
plegados y fallados con restos de litosfera de la placa que se hunde. A medida que la
placa desciende, se produce la
fusión parcial y formación de
magma andesítico. Parte del
magma asciende a la superficie
de la placa que no subduce
formando estructuras de arco-
isla, definidas por la
alineación, generalmente
paralela al borde convergente,
de islas formadas por intenso
vulcanismo. Hay arcos-isla en
el Pacífico: Japón, Filipinas,
Tonga, Islas Aleutianas y en el
Atlántico: islas de Skotia y
Antillas en el Caribe.

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- Borde convergente oceánico-continental: la placa oceánica (menos densa 2,7
g/cm3 ) subduce bajo la
placa continental (3
g/cm3), formándose
igualmente una fosa en el
exterior de la placa que se
hunde. El magma
originado por rozamiento y
subducción asciende por
debajo del continente y
puede tomar dos caminos:
cristalizar en el interior
formando grandes plutones
graníticos o salir al exterior
produciendo volcanes de
magma andesítico y
cordilleras pericontinentales. Ej: formación de la cordillera de los Andes,
resultado de la subducción de la placa de Nazca (CO) por debajo de la placa
Sudamericana (CC).

El proceso de subducción asociado a estos dos primeros límites de placas produce


una sismicidad importante (fundamentalmente por formación de fallas inversas). La
lámina de la corteza que se sumerge se llama zona de Benioff. El plano de
rozamiento es donde se localizan los hipocentros sísmicos de esos lugares (plano de
Benioff).

- Borde convergente continental-continental: las placas formadas solamente por


corteza continental son muy escasas y de pequeño tamaño. Por ello, los límites
continental-continental suelen formarse cuando en un borde convergente
oceánico-continental subduce toda la litosfera oceánica y se aproxima la corteza
continental. En ese caso, ninguno de los continentes puede subducir por debajo
del otro, ya que su densidad se lo impide (3,5 g/cm3). Por ello, se produce la unión
continental formando una cordillera intracontinental y una sutura que marca
la antigua zona de subducción. En este tipo de convergencia no produce
volcanismo reseñable, los terremotos
son más superficiales peor los procesos
metamórficos son más intensos.
La cordillera que se forma contiene gran
cantidad de rocas sedimentarias marinas
muy deformadas, intrusiones ígneas y
rocas metamórficas junto a fragmentos
de corteza oceánica. Un ejemplo es la
cordillera del Himalaya, resultado de la
convergencia de la placa india y
euroasiática.
Cuando se produce la sutura de dos
continentes quedan unos materiales característicos denominados ofiolitas, que
son capas de sedimentos marinos sobre lavas almohadilladas, basaltos y gabro
metamorfizado.

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Bordes pasivos
Son fallas transformantes, donde no hay construcción ni destrucción de litosfera, pero
las fricciones entre las placas generadas por su deslizamiento lateral genera terremotos de
foco superficial. Son generalmente zonas de fractura que enlazan dorsales con fosas,
como la falla de San Andrés que conecta la zona de subducción de la Placa de Juan de
Fuca con la dorsal del Golfo de California, distintos fragmentos de una dorsal o de una
fosa entre sí (Nueva Zelanda).

Aunque la mayor parte de la actividad geológica interna ocurre en los bordes de placas,
hay actividad importante en otros lugares, como por ejemplo, los volcanes activos lejos
de los límites de placas. Su origen se debe a la presencia de focos térmicos denominados
puntos calientes (hot spot). En estos se produce un ascenso de material caliente que
termina saliendo a la superficie como un volcán. Como el penacho se mantiene estable y
la placa se mueve, se origina un rosario de islas volcánicas como es el caso de Hawai.
Los penachos también pueden formar mesetas submarinas que pueden llegar a emerger
como es el caso de Islandia.

5.2. CICLO DE WILSON


Las placas litosféricas están en continua evolución, se mueven, se fragmentan y se
sueldan. El modelo que engloba la mayoría de los procesos de movimiento de placas y la
creación y destrucción de litosfera es el ciclo de Wilson. Las etapas del ciclo de Wilson
se pueden describir de forma simplificada de la siguiente forma:
- Partimos de un supercontinente formado por la unión de placas litosféricas con
corteza continental. Esta disposición de placas es inestable, y se produce su
fragmentación inducida por plumas mantélicas provenientes de la astenosfera.
- La fragmentación progresa, formando primero grandes valles continentales, luego
mares restringidos y finalmente grandes océanos. El desarrollo de este proceso de
formación de bordes divergentes tiende a crear nueva litosfera oceánica.
- Cuando la cuenca oceánica alcanza el límite máximo de extensión se crean zonas
de subducción, es decir, nuevos límites de placas, que pueden ser de los 3 tipos
citados anteriormente (CO-CO, CO-CC y CC-CC).
- Este proceso de nuevos límites convergentes y divergentes implica el
desplazamiento de las masas continentales, que continúa hasta que en los bordes
convergentes CC-CO se consume la litosfera oceánica, produciéndose límites
convergentes CC-CC, donde se producen cordilleras intracontinentales de manera
que se vuelve al estado de supercontinente.
Del esquema básico del ciclo de Wilson se
podría deducir que, el continente que haya
pasado un ciclo permanecería sin cambios.
Pero esto no es así, durante la etapa
subductiva, los dos bordes destructivos de
placa funcionan como creadores de corteza
continental. Así, los bordes crecen por dos
motivos: aporte de rocas de origen
magmático que intruyen y perforan la
litosfera y la adición lateral de rocas
sedimentarias de la corteza oceánica
formando complejos subductivos. Este
último punto genera polémica, ya que para

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algunos investigadores la mayoría de los sedimentos subducen y para otros, la
subducción de sedimentos es excepcional.
Hay que remarcar que el ciclo de Wilson es un modelo teórico, y que en distintas partes
del planeta podemos encontrar representados cada uno de los estadios de este ciclo.

5.3. CAUSAS DEL MOVIMIENTO DE LAS PLACAS


La acción conjunta del flujo térmico y de la gravedad son los motores del movimiento.
En los años 30, se desarrolló una teoría llamada de las “corrientes de convección” que
supone la existencia de corrientes de convección en el manto. Efectivamente, la
convección es la clave para explica cómo y por qué se mueven las placas, pero, tal y como
apunta Fernández et al. (2013), las placas son parte activa de la convección. Hay varias
pruebas que rechazan la vieja hipótesis de las celdas de convección en el manto
sublitosférico como motor único del movimiento de las placas: evolución geométrica de
las placas, datos de tomografía sísmica, modelos físico-matemáticos, datos de las
velocidades absolutas.
Tanto la parte subducida de las placas como la levantada de las dorsales, ejercen fuerzas
que favorecen activamente su desplazamiento. De ahí, la nueva imagen de las placas
como elemento activo que impulsa su propio movimiento y protagoniza la convección
del manto. Es una idea conocida como el modelo top-down.
Por tanto, las placas litosféricas son movidas por dos procesos físicos que se superponen:
- Tirón causado por la densificación de la subducida.
- Deslizamiento gravitatorio desde las elevadas dorsales hasta las fosas
subductivas.
Este modelo se denomina movimiento de placas activas. El movimiento de las placas
explicado por las corrientes de convección recibe el nombre de pasiva.

5.4. MOVIMIENTOS VERTICALES


Los movimientos verticales de la corteza terrestre se llama movimientos epirogénicos,
estos son tanto elevaciones como hundimientos. La causa son las redistribuciones de
masas que originan los movimientos de las placas litosféricas y del manto que hay debajo.
La litosfera rígida alcanza un equilibrio llamado isostasia, que supone que cualquier zona
de la litosfera debe pesar igual. Como el peso depende de la densidad del volumen. Si un
sector de la litosfera contiene materiales de baja densidad, debe compensar este defecto
de masa con un aumento de volumen; por esa razón, la corteza continental es más gruesa
que la oceánica.
Si en una zona de la litosfera hay una acumulación de materiales como puede ser una
cadena montañosa, este exceso de masa se compensa con una densidad menor. Por ello,
debajo de las montañas hay una especie de raíz.
La ruptura del equilibrio se puede producir por dos procesos:
- Acumulación de sedimentos o de hielo durante una glaciación, lo que producirá
un hundimiento de la litosfera.
- Descarga de masa por erosión o desaparición de hielos, provocando una elevación
isostática.
Hay otras causas que provocan movimientos en la vertical, como son aquellos de origen
térmico. Cuando una corriente ascendente de material caliente forma una pluma domo
térmico del que parte sale al exterior, se forma una elevación. Posteriormente, el domo al
enfriarse se solidifica y aumenta la densidad (disminuye el volumen) produciéndose una
subsidencia térmica.

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5.5. PRUEBAS CLÁSICAS
Las pruebas a favor de la teoría de la Tectónica de Placas o Tectónica Global se pueden
dividir en dos grupos: oceánicas y continentales.
5.5.1. Pruebas oceánicas
• Volumen y distribución de los sedimentos en las cuencas oceánicas: la litosfera
oceánica cercana a las dorsales no presenta sedimentos, aumentando la cantidad de
estos a medida que nos separamos de la dorsal. Esto no sería posible si no se estuviera
creando litosfera oceánica en las dorsales.
• Edad de la corteza oceánica y sedimentos: la corteza oceánica es muy joven en las
dorsales y alcanza su edad máxima en las costas (180 ma como máximo).
• Bandeado magnético: el campo magnético terrestre ha sufrido variaciones y cambios
en la polaridad que quedan reflejados en el magnetismo remanente de las rocas. Hay
cierta asimetría en el magnetismo remanente a ambos lados de las dorsales, lo que
indica que la litosfera oceánica se produce en ambas direcciones.
• Sismicidad: las ondas sísmicas delatan el movimiento de las fallas que las originan,
pudiendo averiguar su mecanismo foca. En las dorsales es de distensión, en las zonas
de subducción es de compresión y en las fallas transformantes es de deslizamiento
lateral.
• Flujo térmico: en las dorsales se crea litosfera oceánica por medio de procesos
magmáticos, lo que origina un flujo térmico superior a la media de las llanuras
abisales. Al llegar cerca de los continentes, la corteza oceánica ya antigua pierde todo
el calor adquirido en la dorsal. El flujo de las zonas de subducción vuelve a ser muy
alto debido al calor generado en la subducción.

5.5.2. Pruebas continentales


• Engranaje de los continentes: las costas de los continentes coinciden a modo de puzle
originando un supercontinente llamado Pangea.
• Pruebas paleontológicas: las hay de dos tipos:
- Zonalidad: localización de fósiles en regiones donde las condiciones actuales no
permitirían su desarrollo, lo que implica el movimiento de los continentes. Ej:
presencia de fósiles coralinos en la provincia de Sevilla.
- Ruptura de provincia geográfica: hay fósiles comunes en continentes alejados,
lo que indica que éstos estuvieron unidos en el pasado. Ej: fósiles de los reptiles
Lystrosaurus y Mesosaurus de agua dulce, se encuentran en estratos continentales
en África, la India, Sudamérica, Antártida y Australia.
• Pruebas paleoclimáticas: la presencia de depósitos glaciares en zonas tropicales
(Sudamérica y África). Esto indica que en el pasado, los continentes estuvieron en
otras latitudes distintas a las actuales.
• Paleomagnetismo: las rocas presentes en los continentes también pueden presentar
magnetismo remanente. Midiendo dos componentes de este magnetismo fósil
(inclinación y declinación magnética) se puede saber la posición del continente en la
época que se formó la roca.
• Sismicidad en las zonas de subducción: los focos sísmicos se sitúan sobre el plano
de Benioff y las ondas se propagan más eficazmente en la litosfera que en el manto.

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6. CONCLUSIÓN
En la búsqueda de explicaciones razonables para interpretar los procesos geológicos, los
geólogos a lo largo de la historia han ido generando hipótesis basada en observaciones y
en las comprobaciones que la tecnología de su época permitía, junto a la intuición de
muchos de ellos. Estas hipótesis se enfrentaban con serios problemas que con el avance
tecnológico se fueron dilucidando descartándose muchas de las teorías antiguas y
probándose y aceptándose parte de otras que sirvieron de base para llegar a la teoría
actual, La tectónica de placas o Tectónica global.
El estudio de la teoría orogénica anterior es necesario para comprender que la teoría actual
no surge de una inspiración momentánea y que resuelve todos los problemas geológicos,
sino que, como en todas las ramas científicas, se van consiguiendo logros entremezclados
con aproximaciones erróneas hasta ir dando explicaciones cada vez más aceptable.
La teoría de la Tectónica de Placas, basada en hipótesis antigua y en comprobaciones
tecnológicas actuales, supuso una revolución en las geología, del mismo modo que la
teoría de la evolución lo es para la biología. La tectónica de placas es una teoría global e
integradora de la tierra.
Nuestro planeta es una máquina térmica que va disipando su calor interno, el cual es
responsable junto con la gravedad del movimiento de las placas y de los procesos
geológicos: magmatismo, metamorfismo, orogénesis, modelado del relieve, etc y
fenómenos que lógicos como la sinceridad y el volcanismo, entre otros.
La tectónica de placas actuales, una teoría razonable que permite explicar los fenómenos
geológicos de manera coherente. Aunque aún quedan preguntas por resolver y puntos por
dilucidar.

7. RELACIÓN DEL TEMA CON EL CURRÍCULO OFICIAL

8. TRANSVERSALIDAD

9. FUENTES

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