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Los Dioses Griegos

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LOS DIOSES GRIEGOS

AFRODITA

Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma


con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija
de Urano y según otra de Zeus y Dione. En el caso de la primera
historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del
tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar,
de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como "la diosa
nacida de las olas" o "nacida del semen de dios".

Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos
Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la
vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.

Posteriormente, Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e
hija de Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo
esta es una concepción filósofica tardía.

Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino
cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra).

APOLO

Apolo era hijo de Zeus y de Leto. Su hermana gemela fue la diosa


Artemis, ella fue la que en la isla de Delos ayudó a que su hermano
gemelo naciera. Apolo fue el Dios de la belleza, es por ello que hay
numerosas representaciones de su figura en monumentos en los que se
pretende ensalzar la belleza masculina, asímismo fué el encargado de
poner música en el Olimpo, acompañado por su Lira amenizaba a los
demás dioses. También destacó su capacidad atlética por ello fue el
primer ganador de los antiguos juegos Olímpicos, así como un hábil
cazador, al igual que su hermana Artemis.

Apolo en uno de sus relatos mitológicos dió muerte a la serpiente


Pitón que custodiaba el santuario de Parnaso, por ello se construyó en su honor el templo
que aún hoy se conserva parcialmente en la isla de Delfos, este era un templo sagrado que
alcanzó un grandísimo prestigio en Grecia por las predicciones de sus oráculos. Apolo puso
a Pitia como sacerdotisa del mismo, mediante ella los hombres podían hablar con el mismo
Dios e interpretar las predicciones que la pitonisa ofrecia, siempre un tanto ambiguas y
que permitía siempre una interpretación acertada en ambas direcciones. Se cree que las
sacerdotisas se ponían a los pies de un laurel y habiendo ingerido antes substancias
alucinógenas entraba en estado de trance.Muchos hombres entregaban sacrificios y tesoros
al templo en su honor, sobre todo después de una victoria o por el cumplimiento de la
profecía.Apolo ofreció protección a los jóvenes y era especialmente querido por los
agricutores debido a su condición de Dios del sol. Así mismo fue el artífice de entregar el
arte de la medicina a los hombres.

Hay una visión positiva de su carácter en la mayoría de las leyendas sobre este dios, no
obstante en otras se muestra algo cruel como cuando violó a Creusa, princesa ateniense,
abandonándola posteriormente con su hijo.
ARES

Ares (en griego antiguo Ἄρης Arês o Ἄρεως Areôs, ‘conflicto bélico’) se
considera el dios olímpico de la guerra, aunque es más bien la
personificación de la fuerza bruta y la violencia, así como del tumulto,
confusión y horrores de las batallas, en contraposición a su hermanastra
Atenea, que representa la meditación y sabiduría en los asuntos de la
guerra y protege a los hombres y sus habitaciones de sus estragos. En la
mitología romana se identifica a Marte (al que habían heredado de los
etruscos) con él, pero éste gozaba de mucha mayor estima.

Se le representa como hijo de Zeus y Hera, aunque existe una tradición


posterior según la cual Hera lo concibió al tocar una determinada flor, en
lo que parece ser una imitación de la leyenda sobre el nacimiento de Hefesto, y es
recogida por Ovidio.[1] Su lugar de nacimiento y auténtico hogar estaba situado lejos, entre
los bárbaros y belicosos tracios, y a él huyó cuando fue descubiero acostándose con
Afrodita. Los helenos siempre desconfiaron de Ares, quizá porque ni siquiera estaba
influenciado por el espíritu de pertenecer a un bando, sino que a veces ayudaba a una
parte y a veces a la otra, según le dictaban sus inclinaciones. Su mano destructiva se veía
incluso tras los estragos provocados por plagas y epidemias [3]. Este carácter salvaje y
sanguinario de Ares le hacía ser odiado por otros dioses, incluidos sus propios padres.

ARTEMISA

Artemisa era la diosa virgen de la caza, los animales salvajes, las


tierras salvajes y los partos. Era adorada como una diosa de la
fertilidad y los partos en algunos lugares puesto que, según algunos
mitos, ayudó a su madre en el parto de su gemelo. Durante el periodo
clásico en Atenas fue identificada por algunos con Hécate. También
asimiló a Cariatis (Caria) e Ilitía. Artemisa fue adorada en casi toda
Grecia, pero sus lugares de culto más famosos fueron Braurón,
Muniquia (situado en una colina junto al puerto Pireo) y Esparta.

En Asia Menor, una diosa identificada con Artemisa era una deidad
importante. La ciudad de Éfeso es probablemente el centro de culto asiático más conocido,
por la historia en los Hechos de los Apóstoles, cuando los herreros efesios que se sentían
amenazados por las prédicas de la nueva fe que hacía Pablo se alzaron en fervorosa
defensa de la diosa, gritando «¡Grande es Artemisa de los efesios!» (Hechos 19:28). Los
festivales en honor de Artemisa incluían los Elafebolia, Muniquia, Brauronia y el festival de
Artemisa Ortia en Esparta. Las niñas atenienses eran enviadas entre los cinco y los diez
años al santuario de Artemisa en Braurón para servir a la diosa un año. Durante este tiempo
la niñas eran conocidas como arktoi (‘oseznas’). Un mito explicando esta servidumbre
cuenta que un oso había adoptado la costumbre de visitar regularmente la ciudad de
Braurón, cuyas gentes le alimentaban, de forma que con el tiempo el oso fue domado. Una
niña se burló del oso y en algunas versiones éste la mató, mientras en otras le sacó los
ojos. De cualquier forma, los hermanos de la niña mataron al oso y Artemisa se enfureció,
exigiendo que las niñas «actuaran como osas» en su templo como expiación por la muerte
del oso.

En muchos lugares de la antigua Grecia, las mujeres jóvenes dedicaban justo antes del
matrimonio juguetes, muñecos y mechones de su pelo a Artemisa.
ATENEA

En la mitología griega, Atenea o Atena (en griego Ἀθηνά Athēná o


Ἀθήνη Athḗnē; en dórico Ἀσάνα Asána) es la diosa de la sabiduría, la
estrategia y la guerra justa. Asociada por los etruscos con su diosa
Menrva, y posteriormente por los romanos con Minerva, Atenea es
atendida por un búho, lleva una coraza de piel de cabra llamada
égida que le dio su padre Zeus y es acompañada por la diosa de la
victoria, Niké. Atenea es también considerada una mentora de
héroes. Es una diosa guerrera armada, nunca una niña, y siempre
virgen (parthenos); se decía de ella que había propiciado los
progresos de los hombres para dejar de ser infantiles. El Partenón
de Atenas en Grecia es su templo más famoso.

Nunca tuvo consortes ni amantes, aunque una vez Hefesto lo intentó sin éxito. Herodoto y
Platón la identificaban erróneamente con la antigua diosa de los libios (actuales
bereberes) Neith, siendo quizás la deidad libia en su origen mitológico próxima a la Nuth
de los antiguos egipcios. Según Platón, Atenea derivaba de A-θεο-νόα (A-theo-noa) o H-
θεο-νόα (E-theo-noa), que significa ‘la mente de Dios’ (Crátilo 407b).

Palas es a veces considerado su padre, de ahí el epíteto Palas Atenea (Παλλάς Αθηνά).
Otras historias cuentan que Palas era una amiga de la infancia de Atenea. Mientras
jugaban, Atenea mató accidentalmente a Palas, y decidió entonces poner su nombre antes
del suyo para que Palas siempre fuese recordada.

DIONISIO

Dioniso es un dios de ritos religiosos mistéricos, como los


practicados en honor de Deméter y Perséfone en Eleusis, cerca de
Atenas. En los misterios tracios, Dioniso lleva el «bassaris» o piel de
zorro, simbolizando la nueva vida. Sus propios ritos, los misterios
dionisíacos, eran los más secretos de todos. (Véase también
Ménades.) Muchos investigadores creen que Dioniso es un
sincretismo de una deidad griega local de la naturaleza y un dios
más poderoso de Tracia o Frigia como Sabacio. Muchos griegos
estaban seguros de que el culto a Dioniso llegó a Grecia desde
Anatolia, pero sus nociones sobre si Nisa estaba situada en Anatolia,
en Libia («lejos al este junto al gran océano»), Etiopía (Herodoto) o
Arabia (Diodoro Siculo) son lo suficientemente variables como para sugerir que se
pretendía un lejano país mágico, quizás llamado Nisa, para explicar el ilegible nombre del
dios: ‘dios de Nisa’. Apolodoro parece seguir a Ferecides, quien cuenta cómo el infante
Dioniso, dios de la parra, fue criado por las ninfas de la lluvia, las Híades, en Nisa. Sin
embargo, el nombre que los hititas anatolios se daban a sí mismos en su propia lengua
(nesili) era ‘Nesi’. La influencia hitita en la cultura griega antigua casi nunca es apreciada.

El toro, la serpiente, la hiedra y el vino son los signos de la característica atmósfera


dionísica, infundida por la insaciable vida del dios. Su numinosa presencia significa que el
dios está cerca (Kerenyi 1976). Dioniso está estrechamente asociado con los sátiros, los
centauros y los silenos. Siempre porta un tirso. Además de la parra y su alter ego salvaje
estéril, la hiedra venenosa, estaba también a él consagrada la higuera. La piña que
coronaba su tirso le relacionaba con Cibeles, y la granada con Deméter.

En Atenas también se celebraban en su honor las Dionisias y las Leneas


HADES

En la mitología griega, Hades (el ‘invisible’), el dios del


inframundo, era un hijo del Titán Crono y Rea. Tenía tres
hermanas mayores, Hestia, Deméter y Hera, así como dos
hermanos menores, Poseidón y Zeus. Juntos constituían la
mitad de los dioses olímpicos.

Hades obtuvo su consorte definitivo, Perséfone, mediante


artimañas, en una historia que conectaba los antiguos
misterios eleusinos con el panteón olímpico. En muchos de
los tratados de mitología griega no se afirma que Hades y Perséfone tuvieran
descendencia. Sin embargo, en otros se dice que son los padres de las Erinias:
Tisífone, Megera y Alecto. A pesar de las connotaciones modernas de la muerte
como «maldad», Hades tenía en realidad un carácter más altruista en la mitología.
A menudo se le retrataba más como pasivo que como malvado: su papel era a
menudo mantener un relativo equilibrio.

Hades reinaba sobre los muertos, con la ayuda de demonios sobre los que tenía
completa autoridad. Prohibió estrictamente a sus súbditos abandonar sus dominios
y se enfurecía bastante cuando alguien intentaba abandonarlos o si alguien
intentaba robarle alguna de sus presas. Aparte de Heracles, las únicas personas
vivas que se aventuraron en el Inframundo fueron todas héroes: Odiseo, Eneas
(acompañado por la Sibila), Orfeo, Teseo y Psique. Ninguno de ellos estuvo
especialmente satisfecho con lo que presenciaron en el reino de los muertos

VULCANO

Vulcano (del latín, Volcanus, ‘Volcán’), en la mitología


romana, dios del fuego. Originalmente una antigua divinidad
italiana asociada con el fuego volcánico, Vulcano se
identificaba con el dios griego Hefesto en el periodo clásico.
Sus fiestas en Roma, las Vulcanalia, se celebraban el 23 de
agosto. Venerado especialmente en Ostia, cerca de Roma,
donde se le rendía el principal culto.

En la mitología romana, dios del fuego y los metales, hijo de


Jupiter y Juno y marido de Venus. Era dios del fuego y los
volcanes, forjador del hierro y creador de arte, armas y
armaduras para dioses y héroes. Corresponde con Hefesto en
la mitología griega. Otros nombres que recibe son: Mulciber
("el que ablanda") en la Mitología romana y Sethlas en la Mitología etrusca.
HERA

En el panteón olímpico de la mitología griega clásica, Hêra (en


griego Ἧρη o Ἧρα) era hija de Crono y Rea, y esposa y hermana
de Zeus, rey de los dioses. También presidía como diosa del
matrimonio, lazo patriarcal de su propia subordinación (Slater
1968).

Se representa a Hera majestuosa y solemne, a menudo en el


trono y llevando el polos, la alta corona cilíndrica usada por
varias de las Grandes Diosas. En su mano puede tener la
granada, símbolo de la fértil sangre y la muerte y sustituto de
la cápsula narcótica de la amapola (Ruck y Staples 1994). «Sin embargo, hay
registros de una representación anterior sin iconos, como una columna en Argos y
una tabla en Samos» (Burkert 1985 p.131).

En la mitología romana, la consorte de Júpiter (el equivalente de Zeus) era Juno.

MERCURIO

En la mitología romana Mercurio es el dios del


comercio, de la elocuencia y de los ladrones además de
ser el mensajero de los dioses. Es hijo de Júpiter y de
Maya, la hija del titán Atlante. Se identifica con el dios
griego Hermes, de origen arcadio, de quien toma sus
atributos y leyendas. Hermes era protector de los
ganados, y su cayado se convirtió en el caduceo de
Mercurio, y de conducir ganados pasó a ser heraldo de
Júpiter, guía de los caminantes y conductor de las
almas a los infiernos. Como caminante usa el sombrero
llamado petasus. Su nombre deriva de los términos
latinos merx y mercatura.

En el año 495 adC se introdujo en Roma el culto a este dios y se le dedicó un


templo cerca del Circo Máximo. Su fiesta se celebraba el 15 de mayo.Como heraldo
y mensajero, Mercurio lleva casi siempre el atributo del caduceo del que se
enrollan dos serpientes en alusión a la fábula: Mercurio vio luchar a dos serpientes
y las separó pacíficamente con el caduceo. Las serpientes dejaron de luchar en el
momento y se separaron.

Una de sus hazañas fue matar al monstruo lleno de ojos Argos que vigilaba a la
ternera Ío (mitología) por orden de Juno. Júpiter ordenó a Mercurio que lo hiciera.

En simbología el caduceo de Mercurio es la representación más completa del eje


que constituye el punto de enfrentamiento de los contrarios. Integra no sólo la
línea vertical axial sino las dos serpientes entrelazadas y simétricas que tienen
como significado las dos fuerzas en equilibrio y oposición.
NEPTUNO

Neptuno es el dios de los mares en la mitología romana. Está basado


en el dios griego Poseidón, dios de los mares y los terremotos.
Neptuno era el hermano de Júpiter y Plutón. Después de la derrota de
su padre Saturno, los tres hermanos dividieron el mundo en cuatro
partes: cielo, mar, tierra y submundo. Neptuno se quedó con el mar,
Júpiter con los cielos, Plutón con el submundo y entre los 3 regirían
la tierra, aunque la última palabra la tenía Júpiter.

Neptuno tenía fama de tener mal genio, las mareas y los terremotos
representan su rabia. Era representado como un hombre barbudo
sosteniendo un tridente y sentado en un caracol de mar tirado por caballos marinos. Un
día Neptuno vió a la ninfa Anfitrite bailando en la isla de Naxos y se enamoró de ella.
Rápidamente le pidió que se casara con él, pero ella se negó. Sin embargo, Neptuno no se
rindió y mandó a uno de sus criados llamado Delfín a buscarla. Gracias a su arte de
persuasión, Delfín convenció a Anfitrite de que se casara con el dios. Como recompensa a
su criado, Neptuno tomó la imagen de delfín y la puso en los cielos para crear la
constelación llamada Delfín. Neptuno y Anfitrite tuvieron varios hijos, uno de los cuales
era Tritón, cuyo nombre fue utilizado para ponerle nombre al satélite principal de
Neptuno. La mayoría de los hijos que tuvo el dios, no sólo con Anfitrite, fueron monstruos
o bestias. Este era motivo de celos hacia Júpiter que tenía como decendencia héroes y
doncellas hermosas. Por esto y por muchas razones más, Neptuno conspiró contra su
hermano Júpiter para quitarle el poder. Todos sus intentos fueron en vano. Uno de los
intentos de destronar a Júpiter fue castigado por él, que ordenó a Neptuno pasar un año
ganándose la vida como cualquier otro humano.

Una de las ciudades en las que al dios se le hacía tributo era la Atlántida, que por ira de
los dioses fue destruida.

ZEUS

En la mitología griega Zeus (en griego antiguo: nominativo Ζεύς


Zeús, ‘rey divino’, acusativo Δíᾰ Días, genitivo Δíος Díos) es el
líder de los dioses olímpicos, gobernante del monte Olimpo y
dios del cielo y el trueno. Sus atributos incluyen el trueno y el
relámpago, el cetro y el águila. Hijo de Crono y Rea, estaba
entre los más jóvenes de sus hermanos Hestia, Deméter, Hera,
Hades y Poseidón. Estaba casado con Hera, algunas fuentes
parecen insinuar que su esposa original fue Dione, sobre la que
se sabe poco. Conocido por sus numerosas aventuras y amantes,
también mantuvo relaciones pederastas, por ejemplo con Ganimedes. Fruto de
estas relaciones tuvo muchos descendientes, siendo algunos de los más conocidos
Apolo y Artemisa con Leto, Hermes con Maya, Dioniso con Sémele, Perseo con
Dánae, Heracles con Alcmena y las Musas con Mnemósine. Con Hera fue padre de
Ares, Ilitía, Hebe y Hefesto. Según Homero era padre de Afrodita con Dione. Su
equivalente en la mitología romana es Júpiter y en la etrusca Tinia.

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