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32a Conferencia Angustia y Vida Pulsional

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Notas

Referencia: Freud, S. (1917). 32a. conferencia. Angustia y vida pulsional. En Obras


Completas XXII (pp.). Buenos Aires: Amorrortu.

Objetivo del artículo:

a)      Debate: El desarrollo de la angustia, angustia anterior a la represión;


Distinción de las pulsiones de vida y de muerte (compulsión de repetición,
masoquismo primario, sentimiento inconsciente de culpa)

b)      Tema: La angustia y las pulsiones

Aliados teóricos: Otto Rank (angustia)

Enemigos teóricos: -

Problema tratado y preguntas de investigación: ¿Qué es la angustia y cuáles son sus


tipos? ¿de qué se tiene miedo en la angustia neurótica? ¿Cómo caracterizar a las
pulsiones a partir de la compulsión de repetición?

Hipótesis o afirmación principal: 1. La angustia posibilita la represión, no al revés; 2.


Hay una pulsión de muerte que busca, como toda pulsión, regresar a un estado anterior,
pero esta busca la ausencia de toda excitación, es decir, la muerte.

Evidencia: -

Metodología: -

Tono: Teórico y expositivo

Descripción del texto y argumentos principales:

Sobre la angustia realista y neurótica (recuento de la conferencia 25)

Define a la angustia como un estado afectivo, que responde a las sensaciones de placer-
displacer.

Distingue entre angustia realista y neurótica. La primera tiene que ver con una reacción
lógica frente a un peligro esperado. De acuerdo con Freud, es un estado de “atención
incrementada” y “tensión motriz”, es decir, un apronte angustiado. De este puede
derivar la reacción de angustia. Puede desarrollarse tal reacción solo como señal que
permitiría la huida. O puede desarrollarse completamente y ser paralizante.

La angustia neurótica se observa de 3 maneras: 1) Como angustia expectante, al


“acecho” para enlazarse con cada posibilidad que se le presente (neurosis de angustia);
2) angustia ligada, como en las fobias, una angustia desmedida; 3) Ataque de angustia
como en la histeria, sin que descubra fundamento. La pregunta clave de Freud: ¿de qué
se tiene miedo en la angustia neurótica?
Responde a partir de las mismas 3 angustias: 1) expectante: se relaciona con la
economía libidinal, las neurosis de angustia tienen que ver con la excitación frustránea,
no hay satisfacción de la libido y por tanto, surge la angustia. No interesa tanto por qué
la libido no pudo ser inaplicable.

Aquí estaba todavía la hipótesis de Freud según la cual la libido insatisfecha muda
directamente en angustia, y distingue dos mecanismos: 1) el paso directo de la libido en
angustia y 2) el proceso de represión.

Decía Freud que el desarrollo de angustia como la formación del síntoma se podían
sustituir entre sí. Un ataque de angustia posibilitaría un síntoma que protegiese al
neurótico de tal angustia (inhibición, limitación funcional del yo), el síntoma le ahorra
la angustia. Y al revés igual: si un síntoma cesa (p. ej. en las obsesiones), puede
sobrevenir la angustia. Aquí Freud dice que el desarrollo de angustia ES LO PRIMERO,
antes del síntoma.

Freud responde a su pregunta clave: en la angustia neurótica, se tiene miedo a la propia


libido. Aquí, el peligro es interno y no es consciente. A veces se puede mudar de la
angustia neurótica a la angustia realista, como en las fobias, es decir, de un peligro
interior pasa a un peligro externo. Ejemplo del agorafóbico: temor a las mociones de
tentación en la calle, se efectúa un desplazamiento (angustia neurótica  angustia
realista, temor de la calle en sí).

Freud concluía entonces, que la angustia es un estado afectivo que reproduce una
situación antigua de peligro: está al servicio de la autoconservación y sirve de señal de
un nuevo peligro; tiene su origen en una libido insatisfecha o en una represión; la
formación del síntoma releva a esa angustia.

Angustia y segunda tópica

El yo es el reservorio de la angustia: solo este la siente y la produce. Freud hace una


correspondencia entre tres tipos de angustia según los tres vasallajes del yo (mundo
exterior, superyó y ello): realista, conciencia moral, neurótica. Nuevamente aquí se
pone énfasis en la angustia como señal. (p. 79).

Aquí Freud invierte los papeles: la angustia sería la que crearía la represión, la hace
posible. La angustia que hace posible es una angustia realista. Si bien es cierto que
puede sentir angustia neurótica de su libido hacia su madre, pero solamente es angustia
porque tal enamoramiento suscita un peligro externo (angustia realista); la angustia
neurótica sirve de preparativo también para la amenaza/peligro exterior.

Tipos de Angustia

El peligro consecuencia de su enamoramiento es la castración. No interesa si esta es real


o no, sino que se amenace de fuera y el niño lo crea. Dirá Freud que esta angustia frente
a la castración es motor de la represión. Dice Freud que las mujeres no tienen angustia
de castración, más bien tiene la angustia de pérdida de amor (continuación de la
angustia del lactante: abandono de la madre); dirá también que existe una angustia de
nacimiento, la primordial (también separación de la madre). También la angustia de
castración podría formar parte de esta angustia primordial (separación de la madre):
supresión del pene implicaría una imposibilidad de unificarse de nuevo con la madre.
Fantasía de regreso al seno materno es el sustituto del deseo del coito.

Siguiendo a Rank, dirá que la angustia de nacimiento es el paradigma de todas las


situaciones de peligro posteriores en la vida. A cada edad corresponde cierta situación
de angustia y una situación de peligro. Por ejemplo: 1) peligro desvalimiento psíquico –
inmadurez del yo; 2) peligro pérdida de objeto de amor – heteronomía de la primera
infancia; 3) peligro de castración – fase fálica; 4) Angustia de superyó – periodo de
latencia. (p. 82).

Se van abandonando tales situaciones de peligro por el “fortalecimiento del yo”, aunque
solo ocurre a medias; no se abandona del todo ese tipo de angustias (de pérdida de
amor, etc.). Por ejemplo, dirá que la angustia del superyó es necesaria e indispensable
en las relaciones sociales: el individuo no puede independizarse de la sociedad.

Freud define aquí a los neuróticos como personas que han permanecido infantiles y no
han superado condiciones de angustia anticuadas (p. 82).

Angustia y represión

El proceso de represión bajo el primado de la angustia sería así: se percibe una


exigencia pulsional que convocaría uno de los peligros antes sentidos, por lo tanto, se
sofoca tal exigencia: cancelada, vuelta impotente. Esto es lo normal, cuando el yo
contiene en sí la moción pulsional; la represión viene cuando esta moción pertenece al
ello. Recurre a una técnica del pensar normal, al obrar con pequeños volúmenes de
energía; con esto el yo anticipa la satisfacción de la moción pulsional, y reproduce
sensaciones de displacer que se sienten al principio de la satisfacción: siendo así se
vuelve posible la represión.

¿Qué pasa con el monto libidinoso de la moción una vez reprimida? Dice Freud que
puede tener diferente destino. Puede permanecer en la pulsión, reprimida. Puede ser
destruida totalmente.

Dirá Freud que el yo, para influir sobre el ello lo hace mediante la señal de angustia,
recurriendo al principio de placer.

Lo peligroso y la angustia

Dirá Freud que lo peligroso o lo temido es lo que le pueda ocurrir a la vida anímica.
Una cantidad grande de tensión debido a una excitación puede ser sentida como
displacer y que no pueda descargarse: factor traumático: es como si se trabase el
principio de placer. Lo peligroso es entonces el factor traumático que no pueda ser
tramitado.

Utilidad del texto o función en mi investigación:

Contribución conceptual:
Oportunidades de colaboración:

Problemas del texto:

Citas relevantes:

“Y por cierto parece que el desarrollo de angustia fuera lo primero, y la formación del
síntoma lo posterior, como si los síntomas fueran creados para evitar el estallido del
estado de angustia” (pp. 77-78).

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