La Ciencia Contable - Fundamentos Científicos y Metodológicos - Roberto Gómez López
La Ciencia Contable - Fundamentos Científicos y Metodológicos - Roberto Gómez López
La Ciencia Contable - Fundamentos Científicos y Metodológicos - Roberto Gómez López
LA
CIENCIA CONTABLE:
FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS
Y METODOLÓGICOS
Autor:
AGRADECIMIENTOS:
Finalizado este trabajo, deseo manifestar mi más sincero agradecimiento
a todas aquellas personas que, de una u otra forma, han colaborado en su
elaboración.
Índice:
0. INTRODUCCIÓN
1. LA CAPTACIÓN CONTABLE.
2. LA MEDICIÓN CONTABLE
3. LA VALORACIÓN CONTABLE.
5. LA AGREGACIÓN CONTABLE.
6. LA INTERPRETACIÓN CONTABLE.
7. LA INFORMACIÓN CONTABLE.
a) Paradigma antropológico-inductivo
b) Paradigma del beneficio verdadero-deductivo
c) Paradigma de utilidad de la decisión-modelo de decisión
d) Paradigma de utilidad en la decisión-decisor-comportamiento
agrupado del mercado
e) Paradigma de utilidad en la decisión-decisor-usuario individual
f) Paradigma del valor económico de la información
1. LA CONTABILIDAD DE LA EMPRESA
4. OBJETIVOS
BIBLIOGRAFÍA CONTABLE
LA CIENCIA CONTABLE:
FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS Y METODOLÓGICOS
INTRODUCCIÓN
Además de ambos subprocesos, existe otro entre ellos que el citado autor
denomina subproceso intermedio y que se ocupa de dos importantes problemáticas
contables:
1. LA CAPTACIÓN CONTABLE.
El profesor Ijiri (1967), por su parte, estima que el proceso de medición está
integrado por tres factores principales:
MEDIDOR
OBJETO SISTEMA DE MEDICIÓN MEDIDA
(INPUT) (PROCESO) (OUTPUT)
3. LA VALORACIÓN CONTABLE.
La profesora Piedra (1995) expresa en este sentido que “la necesidad del
cambio y la dificultad de encontrar una unidad común de medida para las diferentes
especies de factores que intervienen en los fenómenos económicos, conlleva la
aparición del régimen de economía monetaria, surgiendo así el doble aspecto de la
circulación de valores: real y monetario.
Entre ellas se encuentran las del profesor Ijiri, que cuestionan la indispensable
necesidad de la valoración de nuestra disciplina. Dicho autor considera que todos los
fondos y flujos que intervienen en la estructura circulatoria de la empresa son
susceptibles de representarse mediante tres formas: enumeración, medición física y
valoración.
Existe, por otra parte, un conjunto de principios que deben presidir los
procesos de valoración, para garantizar el mayor grado de exactitud y veracidad.
Para el profesor Requena (1988), estos subrogados tienen que poseer dos
características:
Las cuentas, por su parte, no son más que subrogados de orden inferior, de
que se vale la Contabilidad para la transmisión de esa imagen.
1.- Que hay dos tipos de partida doble, que pueden ser denominadas
como partida doble clasificativa y partida doble causal.
2.- Que la partida doble clasificativa puede ser lógicamente extendida
a partida múltiple por medio de la incorporación de más de dos
clasificaciones.
Entre las diferentes formas en que la Contabilidad puede conseguir sus fines
propuestos, exponentes de los referidos métodos de representación, se encuentra la
Contabilidad convencional -que engloba a la denominada Contabilidad clásica, a la
Contabilidad matricial y a la Contabilidad vectorial-, la Contabilidad funcional y la
Contabilidad sagital o por net-work (REQUENA, 1988). Todas éstas, como apunta
el profesor García García (1972), son otras tantas versiones, con diversos alcances y
riqueza estructural, del mismo modelo contable, constituyendo expresiones que
abarcan distintos contenidos, logrando tal tipología un mayor alcance del que se
derivaría exclusivamente de su consideración desde el plano de la representación
contable.
5. LA AGREGACIÓN CONTABLE.
Sin embargo, además, “ha de tenerse presente que cabe formar tantos estados
contables -agregados contables- como partes que se establezcan en el conjunto total
También, parece oportuno reseñar que, junto a este carácter agregativo que
otorga a la Contabilidad su concepción como modelo, el procedimiento seguido por
un método operativo resulta especialmente agregativo. Por un lado, porque las
funciones que se desarrollan en su seno ostentan tal naturaleza, y por otro, porque, a
partir de sucesivas agregaciones que parten del elemento conceptual cuenta, se
obtiene una visión sintética y adecuada de la realidad de que se ocupa
(RODRÍGUEZ ARIZA, 1986).
6. LA INTERPRETACIÓN CONTABLE.
El profesor Rocafort (1983) piensa que dicho proceso que se caracteriza por
su aspecto deductivo, permite “conocer las relaciones de causa a efecto que han
motivado la situación presente, distinguir aquellos aspectos que han sido positivos, y
que conviene reforzar, de aquellos otros que tienen significación negativa, que
conviene controlar, anular o cambiar. Corresponde, por tanto, establecer un
tratamiento que nos permita dar un pronóstico de curación o mejoramiento de la
salud empresarial”.
Además, como destaca el profesor García Martín (1984), se precisa que “el
conjunto de datos numéricos a tratar se presenten adecuadamente ordenados y
sistematizados, para que la opinión que de los mismos se emita sea lo más racional,
objetiva y coherente, permitiendo así explicar suficientemente las esencias o causas
primarias del desenvolvimiento de la unidad económica”.
7. LA INFORMACIÓN CONTABLE.
2 Una prueba de reconocimiento de lo que acabamos de decir la constituyen, de una parte, los
informes económico-financieros de la empresas españolas efectuados por APD, los elaborados por
la Central de Balances del Banco de España y los Balances Sociales que hasta el presente han
confeccionado algunas empresas españolas.
El profesor Calafell (1963) señala que “los autores han profundizado en torno
a la fundamentación de la Contabilidad como ciencia basándose en los caracteres
que, según la lógica, deben reunir unos conocimientos para ser considerados como
científicos, estudiando el objeto material, el objeto formal y el fin de la ciencia
contable (Fernández Pirla, Calafell Castelló). Otros han utilizado la Axiomática de
objetos económicos, que constituyen una construcción teórica más que una noción
primitiva (MATTESSICH, 1966).
Por otra parte, y según Braithwaite, una vez precisados los hechos observados
por la Contabilidad así como el auténtico alcance de sus hipótesis fundamentales,
procedería analizar la consideración conjunta de ambos. Como señala el profesor
Requena (1986), tal consideración conjunta “de conceptos confiere a la Contabilidad
una configuración teórica especial, cuya razón de ser se deriva de la consustancial
naturaleza de sus hipótesis fundamentales y la frecuente interrelación de las mismas
con objetivos concretos, cuya circunstancia no ha sido, comúnmente, tomada en
consideración. De tal manera, se observa que, generalmente, se utiliza en
Contabilidad hipótesis específicas que, erróneamente, son tomadas como reglas
contables, e incluso, en ocasiones, como auténticos principios de contabilidad, sin
deparar en establecer la evidente asociación de las mismas con los propósitos u
objetivos particulares que las condicionan, los cuales hacen de ellas meras
proposiciones restringidas a un campo limitado de aplicación”.
Además, entre las conclusiones teóricas de nuestra disciplina se dan toda una
serie de conexiones, de tal forma que se encuentran perfectamente sistematizadas.
Hoy esta ciencia se yergue con sus medios propios de investigación, sus
amplias conexiones jurídico-económicas y su metodología como una de las grandes
realidades del pensamiento contemporáneo. La arcaica opinión de que la
Contabilidad no es una ciencia, sino una técnica, queda configurada como una
afirmación arqueológica propia de quien carece de auténtica información científica”.
Más que una revolución, puntualiza dicho autor, es preferible pensar que la
Contabilidad se enfrenta con una notable evolución de la base social en la que se
asienta, que ha condicionado su cambiante papel tanto en la empresa como en el
mundo que le rodea. En el mismo sentido, otros autores (WELLS, 1976) han
afirmado que la Contabilidad se encontraría emergiendo de un período de crisis,
saliendo de una revolución de sus estructuras.
Por ello, todo lo anterior puede tener su razón de ser en las características de
los hechos objeto de estudio de la Contabilidad. En nuestra disciplina, aquellos no
son permanentes ni repetibles como puede ocurrir en las ciencias naturales. Cambian
constantemente los hechos y se modifican las circunstancias que los rodean. Como
considera el profesor Álvarez Melcón (1978a), las causas de dichos cambios
pudieran estar en las modificaciones que experimenta el mundo que estudiamos, de
forma tal que, cosas que antes no poseían importancia se han convertido después en
muy relevantes, o también, como agrega el mencionado autor, “a causa de los
cambios de nuestra fuente de información, la clase de hechos accesibles para
nosotros que pueden haber cambiado o a causa de nuestros propios cambios, las
cosas por las que nos interesamos, pueden haber variado”.
Sin embargo, y según la profesora Piedra, “no existe unanimidad por parte de
la doctrina en la fecha de nacimiento de nuestra disciplina. Así, por ejemplo, el
profesor Pifarré la sitúa en 1914; Melis (1950), y con él, J. H. Vlaemminck (1961),
la sitúan con Francesco Villa, quien alumbró sus principales obras entre 1840 y
1850; Hendriksen (1981) parece situar esta fecha en el año 1930, que es el que
menciona para separar dos períodos en la ciencia contable: el antiguo y el moderno o
científico” (PIEDRA HERRERA, 1995).
Las tesis de Kuhn no han sido aplicadas únicamente para estudiar el proceso
de desarrollo científico de la Contabilidad, sino también para analizar la situación
actual de la misma. En esta línea sobresalen los trabajos de Wells y Belkaoui, y el
documento Statement of Accounting Theory and Theory Aceptance (SOATATA) de
la American Accounting Association (A.A.A.).
La matriz disciplinar de Kuhn estaría formada, según Wells (1976), por los
siguientes elementos:
Así mismo, cabe cuestionarse si las tesis de Kuhn puedan ser aplicadas a una
ciencia de las características de la Contabilidad, donde el entorno económico y
social ejerce una influencia decisiva en su evolución, más que la investigación y el
descubrimiento en las ciencias puras. En este sentido hemos de destacar la opinión
de Mattessich (1985) cuando señala que, más que un cambio paradigmático en
Contabilidad nos enfrentamos con un cambio metodológico que puede conducir a
una perspectiva, que posibilite y solvente cuestiones no planteadas. Además el
propio Wells en la analogía que propone entre el modelo kuhniano y el progreso de
la contabilidad, hace referencia únicamente al pensamiento contable “ya que dadas
las dificultades políticas para comenzar un cambio en la práctica contable, este
puede ser un progreso evolucionista más que revolucionario. Pero sospecho que no
tendrá lugar hasta que la revolución aquí descrita haya tenido lugar completamente”
(WELLS, 1976).
a) Paradigma antropológico-inductivo.
b) Paradigma del beneficio verdadero-deductivo.
c) Paradigma de utilidad de la decisión-modelo de decisión.
d) Paradigma de utilidad en la decisión-decisor-comportamiento agregado del
mercado.
e) Paradigma de utilidad en la decisión-decisor-usuario individual.
f) Paradigma de economía de la información.
“De los paradigmas identificados por Belkaoui, los dos primeros son los más
representativos y los que mejor definen a las principales posiciones contrapuestas de
la comunidad científica. El primero se fundamenta en la utilización del método
inductivo, mientras que los demás utilizan una metodología deductiva y normativa.
Los cuatro últimos podrían considerarse como extensión del segundo, dado que, en
definitiva, el paradigma del beneficio verdadero-deductivo tiene como finalidad
última aportar datos útiles para la toma de decisiones por los diferentes usuarios; y,
precisamente, el criterio de utilidad en la toma de decisiones podemos considerarlo,
implícita o explícitamente, formando parte esencial de los demás paradigmas
contemplados” (DONOSO, 1995).
a) Paradigma antropológico-inductivo4
- En sus planteamientos, los autores que han utilizado este enfoque suelen dar
por buenas las prácticas existentes en un momento determinado, suponiendo, por lo
general, que se sustentan en la racionalidad del mundo de los negocios.
4 Destacan en él autores como: Haldfield (1927), Gilman (1939), Littleton (1953), Paton y
Littleton (1940) e Ijiri (1975) en (DONOSO ANÉS, 1995).
b) Búsqueda de una concepción ideal del beneficio a través del cual poder
comprender todo el proceso contable.
A tales características, cabe añadir, como señala el profesor Túa (1991b), “la
utilización del concepto de verdad, por encima del de utilidad, con lo que se produce
la búsqueda de una verdad contable única, es decir, de la mejor medición y
representación posible de la situación patrimonial y del beneficio,
independientemente de quien recibe la información, sin apenas considerar, por tanto,
la posible incidencia en los sistemas contables de un conjunto dispar de objetivos,
originados por la existencia de diferentes tipos de usuarios”.
5 Los autores más significativos son Paton (1922), Canning (1929), Sweency (1936), MacNeal
(1939), Alexander (1950), Edwards y Bell (1961), Moonitz (1961), Sprouse y Moonitz (1962) en
(DONOSO ANÉS, 1995).
6 Destacan Beaver, Kevedy y Ross (1968), y Sterling (1972) en (DONOSO ANÉS, 1995).
El profesor Túa (1991a) afirma que “la asunción básica del enfoque de
mercado es la hipótesis de eficiencia que presupone aquella situación en la que los
precios de cualquier acción constituyen una buena estimación de su valor intrínseco,
a la vez que cuando se suministra una nueva información al mercado, útil para la
evaluación del riesgo y de las tasas de retorno esperadas de las acciones, se alcanza
un nuevo equilibrio, en el que los precios incorporan aquella información,
reaccionando ante la misma de forma rápida y no sesgada”.
7 Los autores más representativos son Gonedes (1972), Gonedes y dopuch (1974) y Beaver (1972)
en (DONOSO ANÉS, 1995).
8 Destacan Bruns (1968), Holsfedt y Kinard (1970), así como Birnberg y Nath (1967) en
Según Menéndez Menéndez (1991) “la mayor trascendencia que han tenido la
A.A.A y la obra de Belkaoui entre los estudiosos de esta materia, parece indicar que
los investigadores están más de acuerdo con la interpretación de la evolución del
conocimiento contable como un proceso continuo que como un proceso en el que se
producen rupturas drásticas”.
Así , Danos (1977) estima que la contabilidad se encuentra aún en una etapa
de preciencia y únicamente cuando los contables se familiaricen con trabajar
estableciendo hipótesis, haciendo observaciones, midiendo los resultados de los
experimentos, construyendo modelos, facilitando explicaciones y haciendo
predicciones, no cabría hablar de metodología científica.
Por su parte, Laughlin (1981) opina que para que exista una ciencia madura,
tanto en el contexto kuhniano como en otras metodologías científicas, es necesario
una capacidad para predecir los acontecimientos, aspecto que considera ausente
generalmente en la metodología contable.
Por último, otra de las principales opiniones viene formulada por Peasnell
(1978), quien no considera aplicable la metodología de Kuhn a la contabilidad, pues
piensa que no es una disciplina científica, sino que es una actividad de servicio que
surge como consecuencia de una necesidad social, aunque hace uso del
conocimiento científico e incluso contribuye a él.
A juicio del profesor Cañibano (1974), nos encontramos con que la nota más
característica del programa de investigación de la ciencia contable es su
formalización, es decir, “el reducir sus proposiciones a cálculos lógicos o
matemáticos, para en virtud de las reglas interferenciales, llegar a unos resultados
capaces de ser interpretados semánticamente, y cuyo contraste con la realidad irá
elevando de día en día su potencialidad explicativa y predictiva”.
10 En España es necesario destacar los trabajos del profesor GARCÍA GARCÍA (1974, 1980, 1984)
Por otro lado, de los programas que incluye dentro del enfoque económico,
destaca como más avanzado y comprensivo el Integral “que pretende reunir las
ventajas y eliminar las insuficiencias de los anteriores, ampliando su campo de
observación a todas las actividades económicas o, mejor diríamos, a toda la realidad
socio económica”.
Por su parte el programa comunicacional, “viene a completar el
planteamiento económico integral, pero su desarrollo en Contabilidad se ha
orientado de forma casi exclusiva hacia el campo microeconómico, y aún en este
terreno nos falta una teoría satisfactoria para el caso de informes contables de tipo
general, elaborados para comunicar información a usuarios con diferentes problemas
de decisión”.
Desde un punto de vista genérico, se entiende por objeto todo aquello que es
materia de consideración o conocimiento por parte del sujeto.
Sin embargo, viene conociéndose también por objeto el fin, en cuanto tal, de
un acto del sujeto, lo que supone una intencionada referencia de éste respecto a las
cosas y, asimismo, que las cosas pueden considerarse objetos en la medida que son
el término de dicha intencionalidad.
Por otra parte, y en lo que se refiere al fin, pueden ser interpretado en función
a dos concepciones diferentes: Una como término de la acción, y otra, en el sentido
de intención, es decir, aquello por lo que el agente obra. Por tanto, mientras en la
primera concepción prevalece la idea de efecto, en esta segunda lo hace el carácter
causal.
Así, ocurre que no sólo donde surge una problemática económica surge a su
vez una problemática contable, sino que por extensión del mismo concepto “donde
Contabilidad como “la que estudia leyes del equilibrio patrimonial producido por los
actos administrativos”.
Por otra parte, existen otras concepciones de nuestra disciplina que inciden de
forma integral en el conjunto de funciones y fines que afectan a la misma. En este
sentido, podemos recoger la del profesor Requena (1975), autor que conceptúa a la
Contabilidad como la “ciencia empírica que con respecto a una unidad económica,
nos permite en todo momento el conocimiento cualitativo y cuantitativo de su
realidad económica, con el fin genérico de poner de relieve la situación de dicha
unidad y su evolución en el tiempo”.
García García (1980), quien sin una definición expresa, al ocuparse del
sistema informativo contable, lo considera como pieza de un sistema de regulación y
control, afirmando que “es un canal de información en `feed-back` instrumentado
con un proceso contable de datos, cualquiera que sea la naturaleza del sistema
circulatorio controlado”.
5.- Agregación.
6.- Objetos económicos.
7.- Desigualdad de los derechos monetarios.
8.- Agentes económicos.
9.- Entidades.
10.- Transacciones económicas.
11.- Valoración.
12.- Realización.
13.- Clasificación
14.- Datos utilizados.
15.- Duración.
16.- Extensión.
17.- Materialidad.
18.- Imputación.
A pesar de lo anterior, parece oportuno reseñar que pueden ser muchos los
criterios que pueden adoptarse a la hora de llevar a cabo la división de una
determinada ciencia, y que además, esa división será el resultado o producto de una
determinada época, es decir, producto del estado de conocimientos que en ese
momento se posea sobre dicha ciencia. Como consecuencia de esto, en la
elaboración de una determinada división estará presente que el cuerpo teórico que
constituye una determinada disciplina científica se encuentra sometido a un
incesante proceso de revisión y cambio, o como afirma el profesor Gonzalo Angulo
(1983), “todo intento de clasificación de una disciplina científica ha de tomarse en
relación al propósito que lo guía y a la finalidad que con él se pretende. No existe
por tanto clasificaciones perfectas ni inmutables”.
acudiremos a la división de la misma. Tal intento, por supuesto, cuenta con las
limitaciones y dificultades propias del tema y de las que somos conscientes, máxime
sabiendo que el resultado de las mismas sólo tiene validez en el contexto del estado
actual del conocimiento, producto, pues, de la observación de la práctica actual
recogida en la literatura especializada. No obstante, y a título de referencia, nos
guiaremos en esta parte del trabajo en los principios utilizados al respecto por los
profesores Calafell, Montesinos, Mattessich, Requena, y por último por los
considerados por ACODI, que aunque no son coincidentes en algunas bases
clasificativas, no deben considerarse más que como simples matices “carentes de
auténtica sustantividad significativa, siendo de resaltar, quizás como más relevante,
nuestra deliberada exclusión de la Técnica Contable y de la Contabilidad monetaria”
(REQUENA, 1986).
Por último, como rama encargada de coordinar todos los aspectos del proceso
contable, señala:
- La teoría de la organización contable.
- Contabilidad interna.
- Contabilidad externa.
- Contabilidad de Gestión.
- Contabilidad Financiera.
- Contabilidad de Empresas:
a) Del sector primario.
* Agrícolas.
* Ganaderas.
* Mineras, etc.
- Contabilidad Administrativa:
a) Entidades culturales.
b) Entidades deportivas.
c) Entidades asistenciales, etc.
1. LA CONTABILIDAD DE LA EMPRESA
En este sentido, el profesor Rodrigo Uría afirma: “la doctrina mercantil más
reciente al contemplar desde el ángulo jurídico la totalidad del fenómeno empresa
como unidad económica orgánica, comenzó a separar el aspecto subjetivo del
aspecto objetivo de ese fenómeno unitario; comenzó a distinguir entre la actividad
del sujeto organizador y el conjunto de medios instrumentales (reales o personales)
por él organizados para el servicio de ese actividad, centrando la idea de la empresa
sobre el primer aspecto, y la idea distinta de establecimiento, negocio, hacienda o
casa comercial sobre el segundo” (URÍA, 1985).
Sin embargo, esta escisión parece que ha sido superada. El sentido en que
tradicionalmente fue entendida la Contabilidad objetiva carece de entidad. No
existen diferencias substanciales entre las empresas por razón de su objeto social,
ello junto a la idea de unidad que debe respetar la Contabilidad como disciplina
científica, desaconsejan enfatizar la división de la misma desde el punto de vista del
objeto social de las unidades económicas de producción, aunque, en algunos casos,
por sus peculiaridades o su importancia es interesante adecuar los conocimientos
generales contables a algún sector económico específicamente.
Entre los autores españoles cabe destacar, entre otros, la opinión del profesor
Cañibano (1973), para quien la Contabilidad subjetiva no implica, desde un punto de
vista contable, “formulación, ni de nuevos supuestos, ni de nuevas reglas
inferenciales. Es un puro problema de Contabilidad financiera que queda reducido al
estrecho marco espacio-temporal en el que las disposiciones reguladoras de la
organización jurídica de la actividad empresarial tienen vigencia”.
Al sólo efecto de señalar algunos problemas que pueden surgir, y sin ánimo
de ser exhaustivos, nos parece oportuno reseñar el concerniente a la dilución del
valor de las acciones cuando se procede a la ampliación de capital. De ello deriva,
tanto el mecanismo jurídico del derecho preferente de suscripción del accionista
antiguo y del obligacionista poseedor de títulos convertibles, como la problemática
inherente a la prima de emisión de acciones. Igualmente hemos de hacer mención a
las diferentes formas de proceder a la reducción del capital social de las empresas,
donde, según los casos, se pueden perjudicar tanto a los acreedores como a
determinados grupos de accionistas.
15La distinción establecida entre el corto y el largo plazo suele realizarse normalmente atendiendo a
dos criterios:
- En relación al período medio de maduración
- En función del período anual (Este es el criterio seguido por el P.G.C.).
I) Préstamos
II) Empréstitos
III) Leasing o arrendamiento financiero
IV) Otros fondos ajenos.
I) Préstamos. Pueden ser definidos como aquel tipo de financiación que recoge
fondos concretados en dinero que la empresa obtiene de otras unidades económicas,
bien sean entidades financieras o particulares. El matiz a señalar es que la empresa
negocia con una sola unidad para cada préstamo, el cual conlleva un coste financiero
explícito calculado sobre el nominal del mismo.
I) Créditos de provisión.
II) Créditos bancarios.
Así, en una primera discriminación del mismo, se suele distinguir entre activo
fijo y activo circulante.
16 El período de referencia empleado puede ser bien el período medio o de maduración, o bien el
ejercicio económico.
17Real Decreto 1643/1990, de 20 de diciembre por el que se aprueba el Plan General de
Contabilidad.
Por lo que podemos discriminar dentro del activo a largo plazo entre:
I) INMOVILIZADO MATERIAL
III)INMOVILIZADO FINANCIERO
Por tanto, una primera clasificación que puede hacerse, entre otras, en función
de la habitualidad con la que suelen presentarse, es aquella que distingue entre:
II) Inversiones a corto plazo financieras por operaciones propias de la gestión. Con
esta denominación tipificamos aquellas inversiones financieras que están vinculadas
necesariamente a la explotación. Dentro de ellas cabo destacar los clientes, deudores y
efectos a cobrar, de manera principal. Consecuentemente, las inversiones a corto plazo
financieras por operaciones propias de la gestión están conformadas por la mayor parte
de las rúbricas que configuran lo que se viene denominando como realizable cierto de
la empresa.
III) Inversiones a corto plazo económicas. Estas inversiones están constituidas por
aquellas rúbricas cuyo valor de realización no puede determinarse objetivamente,
quedando concretadas en lo que se viene denominando realizable condicionado.
Por su parte, y con respecto a las segundas, hemos de tener en cuenta que la
parte no consumida de dichos gastos durante el período contable, constituyen
auténticas existencias para la empresa, si bien, por su naturaleza, no son almacenables,
ni objeto de realización por si mismos.
A). Aprovisionamientos
B) Gastos por naturaleza
C) Stocks.
En último lugar, una problemática que hay que contemplar con respecto a esta
rúbrica, que sintéticamente estamos analizando, es la fenomenología contable que
suscita la depreciación de su valor, recogida a través de las correspondientes cuentas de
provisiones de activo.
Desde esta visión dinámica se viene definiendo el resultado como “la diferencia
entre los ingresos y los gastos imputados contablemente a un período determinado”
(VELA, MONTESINOS Y SERRA, 1996). Nuestro Plan General de Contabilidad
recoge el planteamiento de la teoría dinámica al prever la contraposición de gastos e
ingresos para la determinación del resultado en la unidad económica.
23Para
un análisis de los mismos puede consultarse:
SCHNEIDER (1960), CALAFELL (1970a), REQUENA, (1982).
4. OBJETIVOS
Tratamos de responder a dos cuestiones que determinarán nuestra
planificación a largo plazo: ¿Para qué enseñar? y ¿Qué enseñar?. Evidentemente
estas preguntas tienen su correspondencia en el individuo, que se preguntará ¿Para
qué aprender? y ¿Qué aprender?. Por tanto, nuestra primera búsqueda debe ser la
determinación de los objetivos y del contenido a desarrollar.
6º. Conocer y saber construir los estados contables que conforman las Cuentas
Anuales, así como los dos estados primordiales para determinar la situación
financiera de la empresa: cuadro de financiación y estado de variación de tesorería
(cash-flow).De igual forma, comprender la pérdida de significación y
comparabilidad que sufren los estados contables como consecuencia del cambio en
los precios, así como conocer algunos de los métodos teóricos que pueden adoptarse
para su solución.
7º. Conocer las relaciones de la empresa con la Hacienda Pública a través de las
normas contables de obligado cumplimiento a efectos fiscales y sus repercusiones
contables.
9º. Conocer áreas muy específicas de la contabilidad financiera que están en alza,
como el tratamiento contable de los derivados, que han sufrido un auge considerable
en los últimos tiempos en cuanto a su utilización desde la empresa económica como
verdaderos instrumentos comerciales para la gestión de sus precios, o el análisis,
desde un enfoque contable, de entidades de naturaleza financiera, instituciones cada
vez de mayor importancia en la vida económica de los países.
BIBLIOGRAFÍA CONTABLE