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Liberalismo y El Poder. Latinoamerica en El S Xix
Liberalismo y El Poder. Latinoamerica en El S Xix
Liberalismo y El Poder. Latinoamerica en El S Xix
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Liberalismo y poder.
Latinoamérica en el siglo XIX
Iván Jacksic y Eduardo Posada Carbó
(editores)
Santiago. Fondo de Cultura Económica. Primera edición.
2011. 342 páginas.
Pues bien, este tema corresponde al eje central del presente texto, el
cual está compuesto de una serie de artículos que analizan al liberalismo
político europeo, además de su presencia en España, y su impacto en Vene-
zuela, Perú, México, Chile, Argentina, Colombia y Brasil durante el siglo
XIX. En conjunto a esto, los autores que forman parte de este libro abordan
las distintas variantes que este pensamiento tuvo en los países señalados, y
hacen hincapié en la situación interna de estos, como una manera de com-
probar que a pesar de los obstáculos esta ideología logró sobrevivir.
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Además, se centra en los dos mayores exponentes que tuvo esta ideo-
logía durante esa centuria, los que fueron Simón Bolívar, el cual liberó a
este país de la reacción realista (lo que le valió su apodo de “Libertador”),
y el militar y ex Presidente Antonio Guzmán Blanco (conocido como el
“Regenerador”), autor del libro En Defensa de la causa liberal. Aunque
destaca que ambos fueron liberales, recalca que ambos pertenecieron a los
costados distintos de esta ideología, porque Bolívar fue un liberal “sui
géneris”, ya que gobernó de manera autoritaria utilizando un cuerpo neutro
de ideas liberales y conservadoras, para consolidar el orden en la nación,
mientras que Guzmán Blanco buscó enlazar el republicanismo con el libe-
ralismo.
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Jorge Gaete Lagos
Otro tema que abordan tiene que ver con la influencia que tuvo el
liberalismo chileno en la educación, ante lo cual indican que la Iglesia fue
perdiendo el control en la materia. Es interesante rescatar que Jacksic y
Serrano dan cuenta de la paradójica defensa que los liberales hicieron so-
bre el rol del Estado en el ámbito educacional, porque consideraban que
este organismo sería clave para asegurar la igualdad social. Esto se tradujo
en la Ley de instrucción primaria de 1860, la que aseguró gratuidad y pro-
porción de población por escuela.
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sis del caso de Perú. Si bien destaca que estas ideas estuvieron presentes
durante la Independencia, resalta que tuvo fallas en su aplicación, como el
exceso del lenguaje doctrinario, además de la inexperiencia política y del
obstáculo que significaba la agenda de Simón Bolívar. De hecho, destaca
que el ideario liberal sólo fue utilizado dentro de la retórica de los gober-
nantes posteriores a 1827, luego del fin del régimen bolivariano.
Luego de esto, la autora nos habla de la “república militarizada”, la
que se instauró luego del fin del régimen bolivariano, y fue causada por la
pérdida de convocatoria que tuvo el modelo republicano liberal, y por el
surgimiento de una aristocracia militar que dijo ser salvadora de la repúbli-
ca. Esto implicó la construcción del Estado a través del poder de las armas,
con lo que se establecía un espacio para la existencia de la guerra y para la
presencia de un dictador militar, para hacer frente a los terremotos políti-
cos.
McEvoy menciona que el concepto de República se consolidó gra-
cias a la guerra de guerrillas de 1834, y a la guerra de la Confederación
(1836-1839), aunque después indica que durante la década de 1840 hubo
un hartazgo del predominio militar, el que había traído corrupción, a lo que
se sumaron las diferencias regionales y la fragmentación. La autora señala
que aunque el golpe de 1854 liderado por Ramón Castilla, junto a la poste-
rior Constitución de 1856 fueron intentos de los liberales por consolidar su
postura, el general conservador Domingo Nieto lo opacó con la
promulgación de una nueva Carta Magna en 1860. Todos estos conflictos
finalizaron con la llegada de Manuel Pardo en 1872, el cual era líder del
partido civil, lo que marcó el inicio de la República Práctica.
En el séptimo apartado, Jeffrey D. Needell nos habla de las vicisitu-
des por las que pasó el liberalismo brasileño durante el período monárqui-
co. Comienza hablando de la instauración de Pedro I, el cual formó una
asamblea constituyente que 1823 para legitimar una monarquía constitu-
cional, la que estuvo compuesta por monarquistas constitucionales, demó-
cratas radicales y republicanos, y también indica que Pedro I abdicó en
1831 para evitar el ataque de la oposición liberal que fue surgiendo paula-
tinamente. Posteriormente, el autor nos habla del período de regencia que
reemplazó al antiguo monarca, y se centra en los conflictos políticos que
existieron bajo el reinado de Pedro II, el cual gobernó en conjunto con los
liberales y los conservadores, según lo pidieran las necesidades del mo-
mento.
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