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Guía para El Discípulo
Guía para El Discípulo
Guía para El Discípulo
DISCÍPULO
CONECTANDO CREYENTES
MULTIPLICANDO DISCÍPULOS
BIENVENIDO
Felicidades por haber decidido
ser un discípulo de Jesucristo.
CONTENIDO
TEMA 1 SALVACIÓN 4
TEMA 2 FE 8
TEMA 4 LA ORACIÓN 15
TEMA 6 LA IGLESIA 21
TEMA 8 SANIDAD 28
TEMA 9 LA FAMILIA 31
TEMA 10 EVANGELISMO 34
TEMA 11 SEGUIMIENTO 38
TEMA 1
SALVACIÓN
El plan original de Dios para el hombre
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza para disfrutar una buena e íntima
comunión con él.
Génesis 1:27, dice: “Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A
imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó”.
Sin embargo, en Génesis 3, vemos que el hombre eligió vivir separado de Dios, y
tomó sus propias decisiones sin considerar lo que Dios dijo e hizo para su benefi-
cio. Al desobedecer, el pecado tomó dominio (control) de él, su naturaleza cambió
y se separó de Dios.
Juan 15:5, dice: “Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que per-
manecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no
pueden hacer nada”.
Sin tener comunión con Dios, el hombre cometió graves errores en su vida con
consecuencias nefastas para las futuras generaciones.
Romanos 3:23, dice: “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta
gloriosa establecida por Dios”.
Dios, en su infinito amor por nosotros, nos dio una nueva oportunidad para elegir y
por eso envió a su hijo Jesús para rescatarnos de la esclavitud del pecado y restituir
lo que se había perdido.
Dios es bueno y quiere que todos los seres humanos sean salvos. Esta salvación es
para todo aquel que cree en Jesús.
Juan 3:16, dice: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que
todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.
Romanos 10:9-10, dice: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees
en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer
en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con
tu boca que eres salvo”.
Juan 14:6, dice: “Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad Y la vida; nadie
puede ir al Padre si no es por medio de mí”.
La salvación es un regalo
Efesios 2:8-9, dice: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tie-
nen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por
las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse
de ser salvo”.
No necesitamos hacer ninguna obra o sacrificio para merecer la salvación. Jesús
murió, resucitó y está sentado a la diestra de Dios para dar vida eterna a todos los
que creen en Él. ES SÓLO SU MÉRITO.
La familia de Dios
Cuando nacemos de nuevo al creer en Jesús, entramos a la gran familia de Dios.
Juan 1:12-13, dice: “Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el
derecho de llegar a ser hijos de Dios”.
El Bautismo en agua
Es importante ser bautizado en agua después de recibir la Salvación. Este acto es
una identificación con la obra de Jesucristo en la cruz.
Marcos 16: 16, dice: “El que crea y sea bautizado será salvo. Pero el que se niegue
a creer, será condenado”.
La salvación es segura
Para recibir la vida eterna, sólo es necesario creer que Jesús es el Señor y aceptarlo
como nuestro sustituto en la cruz UNA SOLA VEZ; aunque lo mostramos diaria-
mente delante de los hombres con nuestro nuevo estilo de vida.
1 Juan 5:11-13, dice: “Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida
eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene
al Hijo de Dios no tiene la vida. Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en
el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna”.
que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo
el mundo”.
Resumen
Por lo tanto, podemos decir que para recibir la salvación sólo se necesita creer y
confesar la obra completa de Cristo Jesús.
TEMA 2
FE
La importancia de la fe
Tener fe es creerle a Dios. Tener fe es confiar. La fe es la mano vacía (sin mérito)
que recibe de la mano llena de Dios (provisión por gracia). La fe es la firme persua-
sión de que algo es cierto.
Hebreos 11:1, dice: “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que espe-
ramos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver”.
Dios quiere que creamos en el Señor Jesús y confiemos en su obra completa en la cruz.
La fe no tiene mérito en sí misma. La fe es del corazón, es decir, no es algo que haces.
Hebreos 11:6, dice: “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que
desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo
buscan con sinceridad”.
La medida de fe
Dios nos ha dado a cada uno de nosotros “La medida de fe” junto con su gracia
para cumplir nuestro propósito en Él.
Romanos 10:17, dice: “Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia
acerca de Cristo”.
1 Juan 5:14-15, dice: “Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pe-
dimos algo que le agrada. Y, como sabemos que él nos oye cuando le hacemos
nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos”.
Nuestra fe puede ser fortalecida, puede ser alentada, puede desarrollarse en me-
dio del temor y la duda. Todos tenemos la fe de Dios, la fe de Jesús, la misma fe.
Nuestra fe se desarrolla al usarla. No es un asunto de cantidad de fe. Podemos
comparar la fe con los músculos del cuerpo. Las personas que hacen ejercicio
continuamente desarrollan sus músculos y adquieren más fuerza.
Génesis 1:3, dice: “Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz”.
Hebreos 1:1-3, agrega: “Por la fe entendemos que todo el universo fue formado
por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles”.
Dios es nuestro padre espiritual, y como sus hijos podemos causar cambios en la
vida al hablar su palabra. Heredamos su lenguaje. Tenemos la clase de fe de Dios.
2 Corintios 4:13, dice: “Sin embargo, seguimos predicando porque tenemos la mis-
ma clase de fe que tenía el salmista cuando dijo: «Creí en Dios, por tanto, habl黓.
Hablamos de lo que abunda en nuestro corazón, sea bueno o malo. Por lo tanto,
si hay fe en nuestro corazón, habrá fe en nuestra boca.
Marcos 11:22-24, dice: “Entonces Jesús dijo a los discípulos: —Tengan fe en Dios.
Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: «Levántate y échate al
mar», y sucederá. Pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna
duda en el corazón. Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y, si creen
que lo han recibido, será suyo”.
Hebreos 11:1 dice: “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que espe-
ramos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver”.
Mateo 21:22, dice: “Ustedes pueden orar por cualquier cosa y, si tienen fe, la
recibirán”.
Entonces creemos que tenemos lo que hemos pedido a Dios antes de verlo con
nuestros ojos físicos.
La fe y la paciencia
Después de creer (fe en acción) es necesaria la paciencia hasta que la respuesta
se manifieste en lo natural. Paciencia es una ¡expectativa favorable!
Hebreos 6:12, dice: “Entonces, no se volverán torpes ni indiferentes espiritual-
mente. En cambio, seguirán el ejemplo de quienes, gracias a su fe y perseveran-
cia, heredarán las promesas de Dios”.
Hebreos 10:36, dice: “Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para
seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha pro-
metido”.
Algo que nos ayuda a perseverar con paciencia y mantenernos en fe, es dar gra-
cias, alabanza y gloria a Dios.
Romanos 4:20-21, dice: “Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar.
De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. Abraham esta-
ba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que
promete”.
La fe en acción
La Biblia dice: “la fe sin obras es muerta”. La fe se expresa por medio de acciones.
La fe se ve. La fe es un verbo.
Santiago 2:26, dice: “Así como el cuerpo sin aliento está muerto, así también la fe
sin buenas acciones está muerta”.
La fe es activada por medio de las palabras y manifestada por las acciones.
Santiago 2:18, dice: “Ahora bien, alguien podría argumentar: «Algunas personas
tienen fe; otras, buenas acciones». Pero yo les digo: ¿Cómo me mostrarás tu fe si
no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones”.
La fe es un estilo de vida
Dios quiere que vivamos su vida por medio de la fe. Ya sea tener comunión con
Él, disfrutar la vida eterna, autoridad como miembro de su familia, todo lo vivimos
por medio de la fe.
Hebreos 10:38-39, dice: “Mis justos vivirán por la fe. Pero no me agradará aquél
que se aparte de mí. Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia
su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas”.
“Vivir por la fe”, es vivir confiando en la obra hecha por Jesús en la cruz y disfrutar
los beneficios de este nuevo pacto.
Resumen
• La fe recibe de la obra terminada de Cristo Jesús.
TEMA 3
EL ESPÍRITU SANTO
La comunión del Espíritu Santo
Dios es tres en uno: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Espíritu Santo tiene su propia per-
sonalidad. Es el Espíritu de Dios y podemos tener comunión y compañerismo con Él.
2 Corintios 13:14, dice: “Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes”.
Juan 3:6, dice: “El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida
espiritual nace del Espíritu Santo”.
Cuando alguien recibe a Jesús como Señor, el Espíritu Santo entra en esa persona
para vivir para siempre en su espíritu.
1 Corintios 3:16, dice: “¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el tem-
plo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?”.
El Espíritu Santo es más poderoso que todo lo que hay en este mundo, Él vive en
nosotros y nos guía a vivir la victoria en Cristo.
1 Juan 4:4, dice: “Pero ustedes, mis queridos hijos, pertenecen a Dios. Ya lograron
la victoria sobre esas personas, porque el Espíritu que vive en ustedes es más po-
deroso que el espíritu que vive en el mundo”.
Mateo 3:11, dice: “Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados y
vuelven a Dios, pero pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni
siquiera soy digno de ser su esclavo y de llevarle las sandalias. Él los bautizará con
el Espíritu Santo y con fuego”.
Esto se cumplió con los discípulos, quienes fueron llenos del Espíritu Santo.
Hechos 2:1-4, dice: “El día de Pentecostés, todos los creyentes estaban reunidos en
un mismo lugar. De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo
de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados. Luego,
algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre
cada uno de ellos. Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comen-
zaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad”.
Lucas 11:13, dice: “Así que, si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a
sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan”.
Una de las maneras de recibir el Bautismo en el Espíritu Santo es por medio de la
oración, el discípulo debe cederse y hablar las expresiones o palabras que el Espí-
ritu Santo le da desde su interior.
Hechos 19:6, dice: “Después, cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo
descendió sobre ellos, y hablaron en otras lenguas y profetizaron”.
Como edificación personal es bueno hablar en otras lenguas todos los días en
forma privada.
2 Corintios 3:17, dice: “Pues el Señor es el Espíritu y, donde está el Espíritu del
Señor, allí hay libertad”.
I Corintios 12:7-11 (Reina-Valera 1960), dice: “Pero a cada uno le es dada la mani-
festación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra
de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el
mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el ha-
cer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos
géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las
hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quie-
re”. Sólo él decide qué don debe tener cada uno.
Resumen
• El Espíritu Santo es una persona.
TEMA 4
LA ORACIÓN
La oración es tener comunión con Dios
Orar es hablar con Dios. Podemos orar a cualquier hora y en cualquier lugar.
1 Tesalonicenses 5:16-18, dice: “Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean
agradecidos en toda circunstancia, pues ésta es la voluntad de Dios para ustedes,
los que pertenecen a Cristo Jesús“.
Mateo 7:7-11, agrega: “Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y
encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe;
todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.» Uste-
des, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan
una piedra en su lugar? O, si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro
que no! Así que, si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos,
cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan“.
Dios es nuestro Padre y podemos hablar con Él sobre cualquier cosa. Podemos
pedir ayuda, dar gracias o simplemente tener una relación porque le amamos.
Santiago 5:13, dice: “¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore.
¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas”.
Resumen
• Dios escucha y responde a la oración del justo.
TEMA 5
LA PALABRA DE DIOS
Dios nos habla por medio de su palabra escrita
Desde el principio, Dios tuvo una comunicación directa con la humanidad, con
hombres y mujeres, y siempre nos habla basado en la otbra completa de Cristo
Jesús, a través de Su palabra escrita: la Biblia.
Hebreos 1:1-2, dice: “Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diver-
sas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos
últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo
como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo”.
Romanos 8:14, dice: “Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son
hijos de Dios”.
El Espíritu Santo siempre nos guía de acuerdo a la palabra de Dios, Él nunca nos
obliga hacer cosas fuera de su voluntad.
Dios también nos habla por medio de otras personas. En los mensajes y prédicas
de la iglesia, los ministros explican y simplifican la palabra de Dios.
Efesios 4:11-12, dice: “Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los após-
toles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Ellos tienen la responsa-
bilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la
iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo”.
Dios ministra nuestras vidas a través de una iglesia local, por lo cual es necesario
pertenecer y asistir a las reuniones. Es una gran inversión el tomar tiempo para
estudiar la palabra de Dios.
Resumen
• Dios nos habla por medio de la Biblia.
TEMA 6
LA IGLESIA
La familia de Dios
Tú eres parte de una gran familia en la que Dios es el Padre. Por eso es importante
que tengamos comunión unos con otros, como cuerpo.
1 Timoteo 3:15, dice: “Para que, si me retraso, sepas cómo deben comportarse
las personas en la familia de Dios. Ésta es la iglesia del Dios viviente, columna y
fundamento de la verdad”.
Salmo 122:1, dice: “Me alegré cuando me dijeron: Vayamos a la casa del SEÑOR”.
Mateo 16:18, dice: “Ahora te digo que tú eres Pedro (que quiere decir piedra) y
sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará”.
Mateo 28:19, agrega: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
El Cuerpo de Cristo
La Biblia nos enseña que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Jesús es la cabeza y no-
sotros los miembros.
Efesios 1:22-23, dice: “Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien
hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. Y la iglesia es el cuerpo
de Cristo; él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas
en todas partes con su presencia”.
1 Corintios 3:16, agrega: “¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el
templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?”.
La iglesia no es el edificio o el local físico sino las personas, sin embargo, es impor-
tante contar con un lugar para que los creyentes puedan reunirse y tener comunión.
Hebreos 10:25, dice: “Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino ani-
mémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca”.
Jesús tenía la costumbre de congregarse, así mismo sus discípulos. Cuando esta-
mos juntos, recibimos ánimo, consuelo y nos alegramos.
Dios ya nos dio todas las cosas en Cristo, y nosotros podemos dar porque compren-
demos esa verdad. La ley espiritual de la siembra y la cosecha funciona, recibir es una
consecuencia de dar, pero no es nuestra motivación. Somos generosos y dadores.
Salmo 23:1, dice: “El Señor es mi pastor, tengo todo lo que necesito”.
Lucas 6:38, agrega: “Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por com-
pleto: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado
sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio”.
Filipenses 4:18-19, enfatiza: “¡Por el momento, tengo todo lo que necesito, Y aún
más! Estoy bien abastecido con las ofrendas que ustedes me enviaron por medio
de Epafrodito. Son un sacrificio de olor fragante aceptable y agradable a Dios. Y este
mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas
que nos ha dado por medio de Cristo Jesús”.
Los hermanos contribuyen con sus diezmos, ofrendas y donaciones para cubrir los
gastos de operación de la iglesia, arriendos, sueldos, etc. Dar es un acto de confianza
y fe en el área de las finanzas. Si eres casado, habla con tu cónyuge al respecto para
llegar a un acuerdo sobre cómo colaborar con la misión de la iglesia en la Tierra.
Efesios 4:11-12, dice: “Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los
apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Ellos tienen la
responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y
edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo”.
La iglesia local es dirigida por un pastor principal y un equipo de apoyo. Ellos guían y
entrenan a la congregación en el cumplimiento de la misión de la iglesia.
1 Corintios 12:27-28 (Reina-Valera 1960), dice: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cris-
to, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primera-
mente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen mila-
gros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen
don de lenguas”.
Dios nos ha llamado a todos a participar en la iglesia local. Es importante que cada uno
encuentre y contribuya con su parte en el servicio a los demás.
La misión de la iglesia
Antes de ir al cielo, Jesús nos mandó a compartir el evangelio con todas las personas
del mundo. Este manual es una herramienta para cumplir con esa tarea.
Mateo 28:19-20, dice: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los
nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por
seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”.
Algunos miembros de la iglesia van a otras naciones y culturas para compartir el evan-
gelio. Los que no van pueden involucrarse por medio de la oración y apoyo financiero.
Gálatas 6:10, dice: “Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el
bien a todos, en especial a los de la familia de la fe”.
Todos los miembros son importantes para el servicio de la iglesia local. Servimos a
Dios, a los hermanos y al mundo. Ayudamos a los enfermos y necesitados. También
podemos ser de bendición a las personas que no son miembros de la iglesia, mostrán-
doles el amor de Dios en forma tangible.
Resumen
• En la iglesia local los miembros son instruidos, bendecidos e integrados a la
familia de Dios.
• Se cubren los gastos de la iglesia local con las donaciones, diezmos y ofrendas.
TEMA 7
LAS ORDENANZAS
Orden y obediencia
Es importante seguir el orden que Dios ha establecido porque nos permite disfru-
tar de un mejor condicionamiento.
1 Corintios 14:33-40, dice: “Pues Dios no es Dios de desorden sino de paz, como en
todas las reuniones del pueblo santo de Dios, pero asegúrense de que todo se haga
de forma apropiada y con orden”.
El Bautismo en agua
Como creyentes, expresamos nuestra fe y obediencia a Cristo a través del Bautis-
mo en agua.
Mateo 10:32, dice: “Por tanto, todo el que Me confiese delante de los hombres, Yo
también lo confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos”.
Colosenses 2:12, agrega: “Pues ustedes fueron sepultados con Cristo cuando se
bautizaron. Y con él también fueron resucitados para vivir una vida nueva, debido
a que confiaron en el gran poder de Dios, quien levantó a Cristo de los muertos”.
Romanos 6:4, dice: “Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante
el bautismo. Y, tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso
del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva”.
La Biblia nos muestra que las personas deben ser bautizadas como un acto pú-
blico de reconocimiento.
Marcos 16: 16, dice: “El que crea y sea bautizado será salvo. Pero el que se niegue a
creer, será condenado”.
Mateo 28:19-20, nos recuerda que es parte de nuestra misión bautizar a los discí-
pulos en todas las naciones.
El único requisito para ser bautizado en agua es creer en Jesús. La palabra “bauti-
zar” significa “sumergir” o “teñir”.
Se puede bautizar en un rio, lago o una piscina, y algunas iglesias locales tienen
un bautisterio.
1 Corintios 2:26, dice: “Pues, cada vez que coman este pan y beban de esta copa,
anuncian la muerte del Señor hasta que él vuelva”.
La Cena del Señor nos muestra la unidad del cuerpo de Cristo. De igual manera,
examinamos nuestro entendimiento de la obra de Cristo Jesús y el valor de su
cuerpo azotado.
1 Corintios 11:28-31, dice: “Por esta razón, cada uno debería examinarse a sí mismo
antes de comer el pan y beber de la copa. Pues, si alguno come el pan y bebe de la
copa sin honrar el cuerpo de Cristo, come y bebe el juicio de Dios sobre sí mismo.
Esa es la razón por la que muchos de ustedes son débiles y están enfermos y algu-
nos incluso han muerto. Pero, si nos examináramos a nosotros mismos, Dios no nos
juzgaría de esa manera”.
El “pan” representa el cuerpo de Cristo que fue herido para nuestra sanidad. El “vino”
representa el nuevo pacto en la sangre de Cristo y el perdón de nuestros pecados.
1 Pedro 2:24, dice: “Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz,
para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por
sus heridas, son sanados”.
Resumen
• Todas las personas que han recibido a Cristo requieren ser bautizadas.
• La Cena del Señor es una celebración para recordar a Jesús y su obra por nosotros.
TEMA 8
SANIDAD
Dios puede y quiere sanar a todos
Cuando tenemos algún problema con nuestra salud física podemos recibir lo pro-
visto en la obra completa de Jesús la cual demuestra la voluntad de Dios.
Hechos 10:38, dice: “Y saben que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu San-
to y con poder. Después Jesús anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que
eran oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.
La fe para recibir y disfrutar la sanidad que Dios nos ha regalado se origina cuando
oímos lo que la Biblia dice al respecto.
Marcos 1:40-42, dice: “Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le
suplicó que lo sanara. —Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio —dijo. Mo-
vido a compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero — dijo —. ¡Queda
sano! Al instante, la lepra desapareció y el hombre quedó sano”.
3 Juan 2, agrega: “Querido amigo, espero que te encuentres bien, y que estés tan
saludable en cuerpo, así como eres fuerte en espíritu”.
Proverbios 4:20-22, dice: “Hijo mío, presta atención a lo que te digo. Escucha aten-
tamente mis palabras. NO las pierdas de vista. Déjalas llegar hasta lo profundo de
tu corazón, pues traen vida a quienes las encuentran y dan salud a todo el cuerpo”.
Cuando una persona recibe la palabra de Dios, podrá saber y declarar lo que posee
en Jesús y su obra redentora. La alegría del Señor es medicina sobrenatural.
Proverbios 17:22, dice: “El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu
quebrantado consume las fuerzas”.
Mateo 8:17, dice: “Así se cumplió la palabra del Señor por medio del profeta Isaías,
quien dijo: «Se llevó nuestras enfermedades y quitó nuestras dolencias»“.
1 Pedro 2:24, agrega: “Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz,
para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por
sus heridas, son sanados”.
Podemos recibir la sanidad porque Dios nos ha sanado en Jesús en su acto susti-
tutivo en la cruz.
Salmos 103:1-5, declara los beneficios de este acto: “Que todo lo que soy alabe al
SEÑOR; con todo el corazón alabaré su santo nombre. Que todo lo que soy alabe al
SEÑOR; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí. Él perdona todos
mis pecados y sana todas mis enfermedades. Me redime de la muerte y me corona
de amor y tiernas misericordias. Colma mi vida de cosas buenas; ¡mi juventud se
renueva como la del águila! “
Santiago 5:13, dice: “¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore.
¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas”.
Santiago 5:16, dice: “Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los
otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho
poder y da resultados maravillosos”.
Si el enfermo está muy débil y no puede recibir por sí mismo se puede pedir a los
líderes de la iglesia que lo hagan.
Santiago 5:14-15, dice: “¿Alguno está enfermo? Que llame a los ancianos de la igle-
sia, para que vengan y que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
Una oración ofrecida con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere. Y,
si ha cometido pecados, será perdonado”.
Dios quiere ministrar sanidad a los enfermos por medio de su cuerpo en la tierra,
¡NOSOTROS!
Resumen
• Es voluntad del Señor que los enfermos sean sanados.
• Todos los creyentes pueden orar por los enfermos para que reciban su sanidad.
TEMA 9
LA FAMILIA
El matrimonio y la familia
En el comienzo Dios creó a la humanidad y estableció el matrimonio entre un
hombre y una mujer.
Génesis 2:18, dice: “Después, el SEÑOR Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté
solo. Haré una ayuda ideal para él»“.
Génesis 2:21-22, agrega: “Entonces el SEÑOR Dios hizo que el hombre cayera en
un profundo sueño. Mientras el hombre dormía, el SEÑOR Dios le sacó una de sus
costillas y cerró la abertura. Entonces el SEÑOR Dios hizo de la costilla a una mujer,
y la presentó al hombre”.
Según nos enseña la Biblia, para poder disfrutar de un buen matrimonio es impor-
tante que ambos compartan la misma fe en Dios. Se recomienda a los creyentes
no casarse con un incrédulo, alguien que no cree en Jesús.
2 Corintios 6:14, dice: “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos.
¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las
tinieblas?“.
Dios bendijo a Adán y Eva con la capacidad de tener hijos y formar una familia.
Génesis 1:28, dice: “Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fruc-
tíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella»“.
La familia es la idea de Dios y Él quiere enseñarnos como disfrutar la vida juntos.
Génesis 12:3, dice: “Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti”.
En Cristo, Dios quiere salvar, proteger y bendecir a todas las familias.
Hechos 16:31, dice: “Ellos le contestaron. —Cree en el Señor Jesús y serás salvo,
junto con todos los de tu casa”.
Podemos orar y creer por la salvación de la familia. No es algo automático. Cada
uno debe creer el evangelio.
Efesios 5:23, dice: “Porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es ca-
beza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia”.
El esposo está presente para cuidar, proteger, bendecir, guiar y proveer para su
familia.
Efesios 5:33, dice: “Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se
ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido”.
Cuando hay amor y respeto en el matrimonio, toda la familia está bien. Los padres
entienden la importancia de preparar e instruir a sus hijos para la vida. La tarea de los
padres es proveer lo mejor posible para la educación a sus hijos tanto en el hogar
como en la iglesia.
Proverbios 22:6, dice: “Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean
mayores, no lo abandonarán”.
Los niños necesitan crecer en armonía y aprender cuáles son sus responsabilidades,
y ser obedientes y respetuosos con los demás.
Efesios 6:1-3, dice: “Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al
Señor, pues esto es lo correcto. «Honra a tu padre y a tu madre». Ése es el primer
mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, «te irá
bien y tendrás una larga vida en la tierra»“.
La familia y la iglesia
En la iglesia estamos todos siendo entrenados por Dios para disfrutar de la vida
cristiana. Cada miembro de la familia, los niños según su capacidad, los jóvenes
según su situación e interés, y los adultos, pueden recibir enseñanzas específicas
para recibir dirección.
Mateo 19:13-15, dice: “Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para
que pusiera sus manos sobre ellos y orara por ellos. Pero los discípulos regañaron
a los padres por molestar a Jesús. Pero Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a
mí. ¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos
niños». Y les puso las manos sobre la cabeza y los bendijo antes de irse”.
En una reunión especial presentamos y dedicamos a los niños delante de Dios y la
congregación, y damos gracias por ellos. Así mismo, honramos a los padres y oramos
a favor de ellos por su compromiso público de guiar a sus hijos en la vida cristiana.
Resumen
• El Matrimonio y la Familia están dentro del plan de Dios.
TEMA 10
EVANGELISMO
La Gran Comisión
Dios cuenta con nosotros para compartir las Buenas Noticias de Jesucristo. Somos
sus embajadores en la tierra.
Marcos 16:15-16, dice: “Y entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen
la Buena Noticia a todos. El que crea y sea bautizado será salvo. Pero el que se nie-
gue a creer, será condenado»“.
Mateo 28:19-20, dice: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los
nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por
seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”.
Cuando todos obedecemos este mandato del Señor Jesús, es posible llegar a todo
el mundo con el Evangelio.
Juan 17:18-20, dice: “Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo. Y
me entrego por ellos como un sacrificio santo, para que tu verdad pueda hacerlos
santos. No te pido sólo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán
en mí por el mensaje de ellos”.
La misión de la iglesia
La iglesia local es un equipo de trabajo, y cada uno de nosotros podemos trabajar
e involucrarnos en la misión.
Lucas 10:2, dice: “Les dio las siguientes instrucciones: «La cosecha es grande, pero
los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle
que envíe más obreros a sus campos»”.
Romanos 2:4, dice: “¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es
Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios
es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?”
Juan 3:17, agrega: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para salvarlo por medio de él”.
Romanos 10:13-15, dice: “Pues «todo el que invoque el nombre del SEÑOR será
salvo». ¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él?
¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a
menos que alguien se lo diga? ¿Y cómo irá alguien a contarles sin ser enviado? Por
eso, las Escrituras dicen: «¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen
buenas noticias!»“.
1 Pedro 3:1-2, dice: “De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la
autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obe-
decer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán
ganados al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes”.
2 Corintios 3:2, agrega: “La única carta de recomendación que necesitamos son
ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden
leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes”.
Romanos 3:23, dice: “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta
gloriosa establecida por Dios”.
Todos tienen la necesidad de recibir la salvación porque todos nacen con la natu-
raleza pecaminosa.
Romanos 6:23, dice: “Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo
que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor”.
Romanos 10:9-10, dice: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en
tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu
corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con tu boca
que eres salvo”.
Juan 1:40-42, dice: “Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que ha-
bían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Este halló primero a su hermano Simón,
y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús”.
El Señor Jesús habló ante multitudes, pero también a Felipe y Felipe a Natanael
(Juan 1:43-50). Jesús habló también a la mujer samaritana la cual se convirtió en
una evangelista (Juan 4:4-29).
Hechos 6:7, dice: “Así que el mensaje de Dios siguió extendiéndose. El número de
creyentes aumentó en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes ju-
díos también se convirtieron”.
Resumen
• Cada creyente es responsable de compartir el evangelio.
TEMA 11
SEGUIMIENTO
¿Cómo hacer discípulos?
Jesús nos encargó ir por todo el mundo, compartir el evangelio y hacer discípulos.
Mateo 28:19, dice: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Mateo 9:9, dice: “Mientras caminaba, Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado
en su cabina de cobrador de impuestos. «Sígueme y sé mi discípulo», le dijo Jesús.
Entonces Mateo se levantó y lo siguió”.
Mateo, como el resto de los discípulos, tomó la decisión de seguir a Jesús. Un discí-
pulo de Jesús es un miembro activo en la iglesia. Es un pescador de hombres.
Mateo 4:19, dice: “Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo
pescar personas!»“.
Un “pescador de hombres” es una persona que gana a otras personas para Cristo. La
obra de discipular consiste en inspirar e influir a otras personas a tomar una decisión
de seguir a Jesús.
Cuando compartimos las Buenas Noticias sobre la bondad y el amor de Dios las
personas se convierten al Señor. Este manual contiene noticias explicadas de una
manera sencilla.
1 Pedro 2:2-3, dice: ”Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiri-
tual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese
alimento nutritivo ahora que han probado la bondad del Señor”.
Efesios 4:11-12, dice: “Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los
apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Ellos tienen la
responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios
y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo”.
Los discípulos son las personas que desean hacer la voluntad de Dios. Veamos un
discípulo que hace discípulos.
Pablo fue sanado, lleno del Espíritu Santo y bautizado en agua por medio de un dis-
cípulo llamado Ananías. Muchas personas piensan que sólo los pastores deben hacer
estas tareas, pero todos nosotros estamos llamados a hacer la obra del ministerio.
1 Corintios 4:15-16, dice: “Pues, aunque tuvieran diez mil maestros que les enseña-
ran acerca de Cristo, tienen sólo un padre espiritual. Pues me convertí en su padre en
Cristo Jesús cuando les prediqué la Buena Noticia. Así que les ruego que me imiten”.
Resumen
• Hemos recibido la tarea de ganar al mundo para Cristo.
TEMA 12
Fundamentados
Establecemos el fundamento de la palabra de Dios en la vida de las personas.
Cuando estamos fundamentados en la roca que es Jesús y la revelación de su
palabra (el evangelio), nada puede derribarnos, podemos permanecer firmes en El.
1 Corintios 2:1-5 dice: Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el
testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me pro-
puse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y
estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi
predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostra-
ción del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de
los hombres, sino en el poder de Dios.
1 Corintios 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está pues-
to, el cual es Jesucristo.
Identificados con El
Creemos que la revelación de la completa obra redentora de Jesús nos ayuda a
actuar como quienes realmente somos, el cuerpo de Cristo, nuevas criaturas, las
manos y la voz de Dios aquí en la tierra. A través de la enseñanza de la palabra que-
remos impartir esta revelación y que cada persona encuentre su identidad en Cristo.
Colosenses 3:1-3 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en
las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Tito 3:3-8 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes,
extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y
envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la
bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por
el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que,
justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de
la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza,
para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son
buenas y útiles a los hombres.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Gálatas 4:19 ¡Oh mis hijos queridos! Siento como si volviera a sufrir dolores de parto
por ustedes, y seguirán hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas.
Debemos ir
En nosotros, como iglesia iLibertad, está la visión de entrenar y enviar personas
con este mismo corazón para predicar el evangelio a toda criatura.
Mateo 28:19 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en
el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bauti-
zándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Marcos 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mor-
tífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y el
Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra
de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y con-
firmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.
Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra.
2 Timoteo 2:2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres
fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
2 Corintios 5:18-20 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo
mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en
Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos
embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os
rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Juan 13:34-35 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como
yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Los no cristianos
Debemos alcanzar a quienes no han creído en Jesús, a esas personas que tal vez
nunca irían a una iglesia. ¿Cómo?, con el amor de Dios. Nuestra amabilidad, res-
peto y bondad con quienes nos rodean nos abrirán puertas para compartirles la
verdad de Jesucristo.
Mateo 11:16-19 Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los mu-
chachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, diciendo:
Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis. Porque
vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hom-
bre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino,
amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos.
débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de to-
dos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme
copartícipe de él.
Marcos 2:17 Al oír esto, Jesús les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico,
sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Filipenses 4:5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor
está cerca.
Ayuda social
Nuestra esencia como iLibertad es ayudar al necesitado, de esta manera no solo
estamos entregando amor a estas personas, sino también estamos proveyendo ins-
tancias prácticas para que cada miembro vaya al perdido y comparta el evangelio.
Santiago 2:15-16 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen ne-
cesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo,
¿de qué aprovecha?
2 Corintios 9:8-9 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su
justicia permanece para siempre.
Proverbios 22:9 El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al in-
digente.
Proverbios 14:31 El que oprime al pobre afrenta a su hacedor; mas el que tiene
misericordia del pobre, lo honra.
En acción
Llevamos con acciones el amor de Dios a nuestro entorno y así, aquellos miem-
bros de nuestras familias que aún no han entregado su vida a Cristo, puedan ser
persuadidos por el amor que ven obrando en nuestras vidas.
Romanos 2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longa-
nimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Mateo 5:14-16 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un
monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un al-
mud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alum-
bre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Sueños
Dios ha puesto sueños en cada persona y es nuestro anhelo poder ayudarles e
incentivarles a cumplirlos y que cada miembro de la iglesia viva en plenitud el plan
de Dios en sus vidas.
Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos (planes) que tengo acerca de voso-
tros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Filipenses 2:13 Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el
hacer, por su buena voluntad.
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