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El Dilema de Las Redes Sociales

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El dilema de las redes sociales: buscando un espacio mejor.

A principios de septiembre Netflix estrenó el documental “Social Dilemma”, donde se exponen


elementos preocupantes relacionados con algo que probablemente la gran mayoría de los y las
jóvenes hemos vivido: adicción a las redes sociales. Este fenómeno lo ligan con gran éxito al
extremismo y polarización política, así como a conflictos y “debilidades” humanas.

Pudimos conocer y reflexionar sobre esta adicción o vicio a partir de sus mismos creadores,
teniendo una buena aproximación sobre los mecanismos detrás del funcionamiento de las
aplicaciones. Notificaciones, incentivos y objetivo general siempre con un fin financiero. 

Sin embargo, más que preguntar sobre si verdaderamente nos importa controlar o no este
vicio, o sobre en qué grado utilizamos estas redes como herramientas, o para verdaderamente
conectar, lo central tener en cuenta es que el producto somos nosotros/as y nuestra atención.
En ese sentido, es valioso saber diagnosticar y tener pensamiento crítico. Ser críticos en un
ambiente digital. 

Ahora, el conflicto que genera lo anterior va más allá de la esfera personal. Como se comenta
en el film, nos toca porque son las personas cercanas, amigas, hermanas, quienes pueden
estar sujetas a cambiar su comportamiento hacia lo peor de la sociedad. Con esto hablamos de
extremismo, de polarización política, de conflicto, de daño y de dolor. Y sí, también de fake
news y teorías conspirativas.

El pensamiento crítico nuevamente se asoma, relacionado ahora con la capacidad de subirse al


balcón, de identificar, de abstraerse en pos de comprender lo mejor posible la realidad. 

Lamentablemente, la tecnología es algo que la burocracia aún no es capaz de seguirle el ritmo,


por lo que la regulación es un elemento que no juega a nuestro favor. El lado positivo es que
las mismas redes sociales cuando actúan como herramientas verdaderamente informativas,
fomentan fines nobles como democratizar el conocimiento o fomentar la transparencia y la
organización. Es así como hoy, a partir de una profunda desconfianza sabemos exigirle a
quienes ostentan el poder.

La verdad es que, al ser problemas profundamente adaptativos y complejos, tiene mucho que
ver con el core de los programas de la Fundación: observar, subirnos al balcón, tener una
mirada sistémica, identificar facciones, valores y supuestos. Nosotros que buscamos construir
un espacio mejor, debemos ser capaces de acortar esa brecha, de integrar visiones y de tener
esas conversaciones difíciles.

Recordémonos que mientras las redes sociales pueden dar paso a potenciar lo peor de la
sociedad, también son una herramienta para expandir lo mejor de ella. La invitación es a ser
parte de ese cambio, de ese collective will.

Un collective will bien direccionado hacia demandar regulación, hacia conversar, hacia
informar, permite visualizar un futuro abordable para nuestra generación. Un camino en ese
sentido demostrará que podemos hacernos cargo.

Nos necesitamos.

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