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La Presión Arterial.

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1.

) La presión arterial: se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos
sanguíneos. Esta presión depende del trabajo que realiza el corazón y de la resistencia de los vasos
sanguíneos.
2.) Crisis hipertensiva: es un aumento grave de la presión arterial que puede provocar un accidente
cerebrovascular. La presión arterial extremadamente alta —una presión máxima (presión sistólica) de
180 milímetros de mercurio (mm Hg) o más o una presión mínima (presión diastólica) de 120 mm Hg
o más— puede dañar los vasos sanguíneos. Los vasos sanguíneos se inflaman y podrían generar
pérdidas de líquido o sangre. Como resultado, el corazón no podría bombear la sangre de forma
eficaz.
3.) Tipos
La presión arterial elevada que no es causada por otra enfermedad se llama primaria o hipertensión
esencial. Si aparece como resultado de otra enfermedad, se denomina secundaria.

 La hipertensión primaria puede aparecer debido a múltiples factores, como la cantidad de plasma
en sangre y la actividad de las hormonas que regulan el volumen y la presión sanguínea. También está
influenciada por factores medioambientales, como el estrés y la falta de ejercicio.

 La hipertensión secundaria tiene causas específicas y suele ser una complicación de otro problema.

Puede aparecer debido a:

 La diabetes, por problemas en los riñones o daños en los nervios

 La insuficiencia renal

 La feocromocitoma, una forma extraña de cáncer que aparece en una glándula suprarrenal

 El síndrome de Cushing, causado por los corticosteroides

 La hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad de las glándulas suprarrenales que producen
cortisol

 El hipertiroidismo o a hiperactividad de una glándula tiroidea

 El hiperparatiroidismo, que afecta a los niveles de calcio y fósforo

 El embarazo

 La apnea del sueño

 La obesidad

 La insuficiencia renal crónica


El tratamiento de la enfermedad subyacente debería mejorar la presión sanguínea.

4.) La crisis hipertensiva se divide en dos categorías, de urgencia y de emergencia:


Durante una crisis hipertensiva de urgencia: La presión arterial está extremadamente elevada, pero tu
médico no sospecha que tengas daño en otros órganos.

Durante una crisis hipertensiva de emergencia: La presión arterial está extremadamente elevada y ha
provocado daño en otros órganos. La crisis hipertensiva de emergencia puede estar asociada con
complicaciones potencialmente mortales.
5.) Las causas de una emergencia hipertensiva consisten en lo siguiente:

 Olvidar tomar el medicamento para la presión arterial


 Accidente cerebrovascular
 Ataque cardíaco
 Insuficiencia cardíaca
 Insuficiencia renal
 Rotura de la arteria principal del cuerpo (aorta)
 Interacción entre medicamentos
 Convulsiones durante el embarazo (eclampsia)

6.) Factores de riesgo:

Un número de factores de riesgo incrementan las posibilidades de sufrir hipertensión.

 Edad: La hipertensión suele ser más común en personas mayores de 60 años. Con la edad, la presión
arterial puede incrementar de forma paulatina, ya que las arterias se vuelven más rígidas y estrechas
debido a la formación de placa.
 Etnia: Algunos grupos étnicos son más propensos a sufrir hipertensión.
 Altura y peso: La obesidad o sobrepeso representan un factor de riesgo clave.
 Consumo de alcohol y tabaco: El consumo de grandes cantidades de alcohol de forma regular puede
incrementar la presión arterial de una persona, al igual que el tabaco.
 Sexo: El riesgo vitalicio es el mismo para hombres y mujeres, pero los hombres son más propensos a
sufrirla a una edad más temprana. La frecuencia suele ser superior en las mujeres mayores.
 Enfermedades de salud existentes: Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad
renal crónica y los niveles de colesterol elevados pueden derivar en hipertensión, sobre todo cuando
la gente envejece.

Otros factores que también contribuyen son:

 La inactividad física
 Una dieta rica en sal asociada a los alimentos procesados y grasos
 Bajos niveles de potasio en la dieta
 El consumo de alcohol y tabaco
 Algunas enfermedades y medicamentos

Un historial familiar de presión arterial elevada y estrés mal gestionado también puede contribuir.

7.) Algunos de los signos y síntomas de una crisis hipertensiva que podría ser mortal son:

 Dolor de pecho intenso


 Dolor de cabeza intenso, acompañado por confusión y visión borrosa
 Náuseas y vómitos
 Ansiedad grave
 Dificultad para respirar
 Convulsiones
 Falta de reacción
Si tienes un aumento grave de la presión arterial, solicita atención médica de inmediato. El tratamiento de la
crisis hipertensiva podría comprender la hospitalización para el tratamiento con medicamentos por vía oral o
intravenosa.

Signos:

La presión arterial puede medirse con un tensiómetro o un monitor específico.

La presión arterial elevada durante un corto periodo de tiempo puede suponer una respuesta normal a muchas
situaciones. El estrés agudo y el ejercicio intenso, por ejemplo, pueden elevarla por poco tiempo en una
persona saludable.

Por esta razón, un diagnóstico de hipertensión suele requerir varias lecturas que muestren presión arterial
elevada durante mucho tiempo.

La lectura de presión sistólica de 130 mm Hg es la presión que realiza el corazón para bombear sangre por
todo el cuerpo. La diastólica de 80 mm Hg es la que lleva a cabo el corazón cuando se relaja y se recarga de
sangre.
Las directrices de la AEC definen los siguientes rangos de presión arterial:

Sistólica (mmHg) Diastólica (mmHg)

Presión arterial normal Inferior a 120 Inferior a 80

Elevada Entre 120 y 129 Inferior a 80

Fase 1 hipertensión Entre 130 y 139 Entre 80 y 89

Fase 2 hipertensión Al menos 140 Al menos 90

Crisis hipertensiva Superior a 180 Superior a 120

Si la lectura muestra una crisis hipertensiva cuando miden la presión arterial, espere 2 o 3 minutos y repita el
análisis.

Si la lectura es la misma o superior, se trata de una urgencia médica.

La persona debería buscar atención inmediata en el hospital más cercano.

Una persona con hipertensión podría no experimentar ningún síntoma, de hecho, esta enfermedad es
conocida como “el asesino silencioso”. Aunque sea indetectable, puede causar daños en el sistema
cardiovascular y los órganos internos, como los riñones.

Las revisiones regulares de la presión arterial es vital, ya que generalmente no habrá síntomas que le avisen
de la enfermedad.

Se sabe que la presión arterial suele provocar sudores, ansiedad, problemas de sueño y enrojecimiento. Sin
embargo, en la mayoría de los casos, no aparecerá ningún síntoma.

Si la presión arterial alcanza el nivel de una crisis hipertensiva, el paciente podría experimentar cefaleas y
hemorragias nasales.
8.) Complicaciones

La hipertensión a largo plazo puede provocar complicaciones como la aterosclerosis, en la que la formación
de la placa provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Esto provoca el empeoramiento de la
hipertensión, ya que el corazón debe bombear más rápido para transportar la sangre al cuerpo.

La aterosclerosis relacionada con la hipertensión puede derivar en:

 Fallo y ataque cardíaco.

 Un aneurisma, es decir, una protuberancia anómala en las paredes de la arteria que puede provocar
quemazón, lo que causa un grave sangrado y, en algunos casos, la muerte.

 Insuficiencia renal.

 Accidente cardiovascular.

 Amputación.

 Retinopatías hipertensivas en el ojo, lo que puede provocar una ceguera.

Los análisis regulares para medir la presión arterial pueden ayudar a las personas para evitar complicaciones
más graves.

9.) Dieta

Algunos tipos de hipertensión pueden gestionarse con cambios en el estilo de vida y la alimentación, como
con la práctica del ejercicio físico, la reducción del alcohol y el tabaco, o la eliminación de dietas bajas en
sodio.

 Reducción en la cantidad de sal

La media en la ingesta de sal se encuentra entre 9 gramos (g) y 12 g al día en la mayoría de países de
todo el mundo.

La OMS recomienda reducir la ingesta por debajo de los 5 g al día para ayudar a disminuir el riesgo
de hipertensión y los problemas relacionados con la salud.

Esto puede beneficiar a las personas con y sin hipertensión, pero los que más se beneficiarán son los
individuos con la presión arterial elevada.
 Moderación en el consumo de alcohol

La moderación en el consumo de alcohol excesivo está relacionada con la presión arterial elevada y con un
mayor riesgo de sufrir un ACV.

La Asociación Estadounidense del Corazón (AEC) recomienda un máximo de 2 bebidas al día para los
hombres y 1 para las mujeres:

 355 ml de cerveza

 118 ml de vino

 44 ml de bebidas alcohólicas con 80 grados

 30 ml de bebidas alcohólicas con 100 grados

El médico puede ayudar a las personas que tengan dificultades para reducir el consumo de alcohol.

 Más frutas y verduras, menos grasa

Se recomienda a las personas que tienen o que están en riesgo de sufrir presión arterial alta que coman la
menor cantidad posible de grasas saturadas y totales.

En su lugar, recomendamos:

 Alimentos ricos en fibras y cereales integrales

 Gran variedad de frutas y verduras

 Alubias, legumbres y nueces

 Pescado rico en omega 3 dos veces a la semana

 Aceites vegetales no tropicales, como el aceite de oliva

 Pescado y aves sin piel

 Productos lácteos bajos en grasas

Es importante evitar las grasas trans, los aceites vegetales hidrogenados y las grasas
animales. Coma porciones de tamaño moderado.
 Control del peso corporal

La hipertensión está estrechamente relacionada con el exceso de peso y la reducción del mismo viene
normalmente acompañada con una disminución en la presión arterial. Una dieta saludable y equilibrada,
junta a una ingesta calórica que coincida con el tamaño de la persona, el sexo y el nivel de actividad, le
ayudará a reducir la enfermedad.

 La dieta DASH

El Instituto Estadounidense del Corazón, el Pulmón y la Sangre (NHLBI) recomienda la dieta DASH para las
personas con presión arterial elevada. DASH, por sus siglas en inglés, significa “métodos dietéticos para
detener la hipertensión” y se ha diseñado especialmente para ayudar a que las personas reduzcan su presión
arterial.

Se trata de un plan de alimentación flexible y equilibrado que se basa en los estudios de investigación
patrocinados por el Instituto. Aseguran que la dieta:

 Disminuye la presión arterial elevada

 Mejora los niveles de grasas en la flujo sanguíneo

 Reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares

Existe un libro de cocina escrito por el NHLBI llamado “Keep the Beat Recipes” (Recetas frescas, caseras y
naturales) con ideas culinarias para obtener estos resultados.

Algunas evidencias sugieren que el uso de suplementos probióticos durante 8 semanas o más podrían
beneficiar a las personas con hipertensión.

10.) Tratamiento:

Aunque la mejor opción es regular la presión arterial a través de la dieta antes de que alcance la fase de
hipertensión, existe una gran variedad de opciones para tratarla.

Los cambios en el estilo de vida representan el tratamiento estándar de primera línea para la hipertensión.
Ejercicio físico regular:

Los médicos recomiendan que los pacientes con hipertensión se comprometan a realizar 30 minutos de
ejercicio aeróbico y dinámico con intensidad moderada. Esto puede incluir caminar, correr, pasear en
bicicleta o nadar unos 5 o 7 días a la semana.

Reducción del estrés:

Es muy importante evitar el estrés o desarrollar estrategias para gestionar el estrés inevitable, ya que puede
ayudar a controlar la presión arterial.

El consumo de alcohol, drogas y tabaco, junto a la alimentación no saludable para hacer frente al estrés,
añadirá problemas hipertensivos, por lo que deberían evitarse.

El tabaco puede aumentar la presión arterial, por lo que, si deja de fumar, podrá reducir el riesgo de sufrir
hipertensión, enfermedades del corazón y otros problemas de salud.

Medicamentos:

Las personas con presión arterial alta, por encima de 130/80 podrían utilizar medicamentos para tratar la
hipertensión.

Normalmente, los fármacos se empiezan de uno en uno con una dosis pequeña. Los efectos secundarios que
se asocian con los medicamentos antihipertensivos suelen ser insignificantes.

De forma eventual, se suele requerir una combinación de al menos 2 medicamentos antihipertensivos.

Existen varios tipos de medicamentos que están disponibles para ayudar a reducir la presión arterial, como:

 Diuréticos, como las tiazidas, la clortalidona y la indapamida

 Bloqueadores alfa y beta

 Bloqueadores de los canales de calcio

 Agonistas centrales

 Inhibidor adrenérgico periférico

 Vasodilatadores

 Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA)

 Bloqueadores de los receptores de angiotensina


La elección del medicamento depende del individuo y de cualquier otra enfermedad que éste pueda padecer.

Cualquier persona que tome medicamentos antihipertensivos debería asegurarse de leer las instrucciones de
forma cuidadosa, sobre todo, antes de ingerir fármacos sin receta, como los descongestionantes.

Estos podrían interactuar con los medicamentos utilizados para disminuir la presión arterial.

Tratamiento farmacológico de la urgencia hipertensiva

Recordemos que en esta situación no existe ninguna lesión orgánica aguda ni de


órganos diana de forma mantenida; por tanto, no existe un riesgo vital inmediato. El
tratamiento debe pretender reducir la PA de una forma gradual a cifras seguras, que no
normales, siendo el objetivo lograr unas cifras de PA diastólica entre 100 y 110 mmHg
en las primeras 24 h, normalizando estos valores en los días siguientes. Hay que evitar
un descenso rápido de las cifras tensionales, ya que ello puede conducir a una
hipoperfusión de los órganos diana, sobre todo en ancianos y en pacientes con
arteriosclerosis. En general, no se requiere ingreso hospitalario. El tratamiento con
fármacos de la urgencia hipertensiva puede realizarse de forma escalonada en tres
pasos:

1. Fármacos por vía sublingual, pudiendo escoger entre nifedipino o captopril. La


elección de uno u otro estará condicionada por la existencia de situaciones que
contraindiquen su uso; si ambos estuvieran contraindicados, pasaríamos directamente a
la segunda fase. Las dosis de nifedipino o captopril pueden repetirse según la respuesta
cada 30 min hasta dos o tres veces; si no se consigue la respuesta deseada se pasa a la
siguiente fase.

2. Administración intravenosa de un diurético de asa, habitualmente la furosemida.

3. Si fracasan los dos pasos previos se usará labetalol por vía oral o i.v., aconsejándose
que dicho fármaco se aplique en una sala de observación. Una alternativa al labetalol es
el uso de urapidil, también i.v. En esta fase podríamos incluir el uso de enalapril i.v., en
bolos de 0,5 a 2 mg aplicados cada 30 min, pero su efectividad es muy variable en cada
paciente y, además, se controla sólo el 60% de los casos, por lo que no consideramos
que deba ser un fármaco de primera línea.

Repasemos a continuación los principales fármacos que podemos emplear en el


tratamiento de la urgencia hipertensiva:

Nifedipino

Se presenta en cápsulas de 10 y 20 mg. Para poder usarlas por vía sublingual se


requiere practicar un pequeño orificio con una aguja para que el fármaco sea absorbido
con más rapidez. Se administra cada 30 min, su efecto comienza a los 5-10 min, y
actúa durante 3-6 h. Su uso en la actualidad está en controversia, ya que su absorción es
irregular e imprevisible y, además, presenta efectos secundarios, como vasodilatación
cerebral, efecto cronotropo positivo e inotropo negativo cardíaco. Estará, por tanto,
contraindicado en pacientes con hipertensión intracraneal, y debe ser aplicado con
mucha precaución en los pacientes con cardiopatía isquémica o que estén en
tratamiento con nitritos o fármacos bloqueadores beta dado el riesgo de desencadenar
una insuficiencia coronaria aguda; se contraindica su uso también en la estenosis
aórtica, ya que aumenta el gradiente.

Captopril

Se presenta en comprimidos de 25 y 50 mg. Inicia su acción en 15 min y dura unas 2 h.


Se administra un comprimido por vía sublingual y podemos repetirlo cada 30 min una
o dos veces más. Está contraindicado en pacientes con hiperpotasemia o con
insuficiencia renal.

Furosemida

Se administra i.v. en bolos de 20 mg, y se puede repetir esta dosis a los 30 min si es
preciso. Se administrará con precaución en enfermos con infarto agudo de miocardio o
con disección aneurismática.

Clonidina
Poco usada en nuestro ámbito (a diferencia de los países anglosajones). Es un
alfaagonista de acción central que reduce la PA disminuyendo el tono vascular y el
tono simpático. Está contraindicada en pacientes con alteraciones neurológicas, ya que
produce una gran disminución del flujo cerebral. Se presenta en ampollas y
comprimidos de 0,15 mg y se aplica en bolos de 0,075-0,150 mg que pueden repetirse
en 15 min, con dosis de mantenimiento similares a las ya mencionadas pero
administradas cada 4 h.

Labetalol

Se presenta en ampollas de 100 mg (20 ml) y comprimidos con la misma cantidad de


compuesto. Es un bloqueador beta no selectivo y bloqueador alfa. Puede usarse por vía
oral, 200-400 mg cada 2-3 h; su efecto se inicia a los 30 min y su acción dura unas 2 h.
Si usamos la vía i.v. se usa en bolo lento a dosis de 20 mg (4 ml) cada 5 min hasta que
se controlen las cifras tensionales o hasta que se llegue a 100 mg (una ampolla).
Podemos también aplicarlo en perfusión i.v. continua, para lo cual diluimos 2 ampollas
en 200 ml de suero glucosado al 5% y perfundimos a un ritmo de 30-120 ml/h hasta
alcanzar las cifras de PA deseadas, sin sobrepasar la dosis total de 300 mg;
posteriormente, una vez controlado el paciente, podemos pasar a la vía oral a dosis de
100 mg cada 12 h. Está contraindicado en la insuficiencia cardíaca, la isquemia arterial
periférica y en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Tratamiento farmacológico de la emergencia hipertensiva

En estas situaciones existe un daño orgánico agudo con un riesgo vital inmediato,
siendo necesario reducir la PA de forma inmediata, aunque no siempre hasta cifras
normales. En principio, nuestro objetivo ha de ser reducir la PA diastólica en un 20-
25% (o hasta 100-110 mmHg) en minutos u horas según el tipo de emergencia
hipertensiva. Estos tratamientos nunca se realizarán en las salas normales de urgencias,
sino en una sala de observación o en la unidad de cuidados intensivos, requiriendo en
todos los casos una serie de medidas generales, que citamos a continuación:

Monitorización de la PA y de la frecuencia cardíaca.


Canalizar una vía venosa periférica con suero glucosado al 5% a 7 gotas/min.

Valoración periódica del nivel de conciencia y las constantes neurológicas.

Sondaje vesical para medición horaria de diuresis.

El tratamiento específico de cada una de las distintas formas de emergencias


hipertensivas ha sido ya comentado. A modo de resumen, citamos a continuación los
fármacos de elección en cada caso:

En todos los casos. El nitroprusiato puede ser de utilidad; el urapidil parece ser igual
de efectivo.

Encefalopatía hipertensiva. Nitroprusiato; como alternativa puede emplearse el


labetalol, la hidralazina y los antagonistas del calcio.

Accidente cerebrovascular agudo. Nitroprusiato; co-

mo alternativa puede emplearse el labetalol; si existe hemorragia subaracnoidea el


tratamiento de elección es el nimodipino i.v.

Síndrome coronario agudo. Nitroglicerina i.v.; los fármacos alternativos son el


labetalol (si no hay insuficiencia cardíaca ni trastornos de la conducción) y los
antagonistas del calcio.

Edema agudo de pulmón. Nitroglicerina más furosemida; el nitroprusiato es también


una buena elección.

Aneurisma disecante de aorta. Nitroprusiato más propanolol; como alternativa puede


emplearse el labetalol.

Eclampsia. Hidralazina; otras alternativas son el diazóxido, el labetalol y los


antagonistas del calcio.

Fallo renal agudo. Nitroprusiato o antagonistas del calcio.


Feocromocitoma. Fentolamina de elección y labetalol como alternativa.

A continuación haremos un somero repaso de los fármacos más usados en el


tratamiento de las emergencias hipertensivas:

Nitroprusiato

Debe usarse sólo en la UVI, ya que se precisa una monitorización permanente de las
PA del paciente. Es un vasodilatador arterial y venoso de vida media muy corta. Se
presenta en ampollas de 50 mg y se usa en perfusión continua y protegido de la luz.
Para su administración se diluye una ampolla en 250 ml de suero glucosado al 5% (200
µg/ml) y se comienza a prefundir con 0,5 µg/kg/min (aproximadamente 30 µg/min),
elevando cada 2-3 min (20-30 ml/h) hasta conseguir las cifras tensionales deseadas o
alcanzar los 800 µg/min. Está indicado en todos los casos de emergencia hipertensiva.
Si existe insuficiencia renal o si la perfusión es muy prolongada, puede producir
intoxicación cianhídrica por acumulación de tiocianato. Está contraindicado en la
comunicación arteriovenosa y en la coartación aórtica.

Nitroglicerina

Se usa en perfusión disolviendo 50 mg en 500 ml de suero glucosado, comenzando a


un ritmo entre 10 y 30 ml/h. Está indicada en el síndrome coronario agudo y en el
edema agudo de pulmón, dado que produce una venodilatación y dilatación arteriolar.

Labetalol

En las emergencias hipertensivas se usará siempre por vía intravenosa, con las pautas
referidas en el apartado de las urgencias hipertensivas. Se indica prácticamente en todas
las situaciones, especialmente en la eclampsia y en casos de hiperactividad adrenérgica,
contraindicándose en caso de insuficiencia cardíaca, alteraciones de la conducción
carcíaca y en la EPOC.

Esmolol
Se trata de un bloqueador beta cardioselectivo de vida media muy corta (9 min). Se usa
sobre todo en la disección aórtica. Se aplica en bolo i.v. de 500 µg/kg. Debido a su
mecanismo de acción (inhibe de forma selectiva los receptores beta), no debe usarse de
forma aislada, sino asociado a vasodilatadores. Tiene las mismas contraindicaciones
que el labetalol.

Nimodipino

Se utiliza por vía i.v. en la hipertensión postoperatoria y en la hemorragia


subaracnoidea. Se presenta en frascos de 50 ml conteniendo 0,2 mg/ml. En la
hemorragia subaracnoidea se aplican 10 mg cada 24 h en perfusión, disuelto en suero
fisiológico durante los primeros días, y se prosigue después con 60 mg/6 h por vía oral.

Urapidil

Es un antagonista selectivo de los receptores alfa-1-adrenérgicos con acción sobre los


receptores serotoninérgicos centrales; no provoca taquicardia; no modifica el flujo
coronario ni el consumo de oxígeno por el miocardio; no aumenta la presión
intracerebral; tiene pocos efectos secundarios y controla un 80% de los casos, con un
comienzo de acción rápido. Tiene una potencia similar al nitroprusiato, por lo que es un
fármaco que está imponiéndose como tratamiento de primera línea en las emergencias
hipertensivas. Se usa en bolo i.v. de 12,5-25 mg o en perfusión i.v. de 5-40 mg/kg.

Enalapril

Se trata de un inhibidor de la enzima conversiva de la angiotensina que puede aplicarse


por vía i.v., teniendo un efecto hipotensor rápido sin afectar a la frecuencia cardíaca;
además, dicho efecto se consigue de forma gradual, por lo que evita hipotensiones
bruscas. Está indicado sobre todo en crisis hipertensivas con insuficiencia cardíaca y en
pacientes ancianos. No obstante, tiene una efectividad baja (sólo responde el 60-65%
de los pacientes). Los efectos secundarios y las contraindicaciones son similares a las
de captopril. Se usa a dosis de 0,625-1,25 mg i.v. cada 6 h.

Furosemida
Se utiliza en bolos i.v. de 20 mg, siendo su indicación el tratamiento del edema agudo
de pulmón y cualquier crisis hipertensiva con insuficiencia cardíaca.

Hidralazina

Se presenta en ampollas de 20 mg. Es el tratamiento de elección en la hipertensión del


embarazo y la eclampsia. En la primera situación se administra una dosis de 20 mg
(una ampolla) por vía intramuscular. En la eclampsia se administra por vía i.v. a 0,5-1
mg/min, para lo cual diluimos una ampolla en 100 ml de suero fisiológico y lo
perfundimos a un ritmo de 50-100 gotas/min, o sea, en 20-40 min.

Diazóxido

Se usa poco. Se presenta en ampollas de 300 mg en 20 ml, lo que supone una dilución
de 15 mg/ml. Se administra por vía i.v. a dosis de 1,5-2 mg/kg. Inicia su efecto en 3
min y lo mantiene durante 12 h. Está contraindicado en la cardiopatía isquémica, la
disección aórtica, el accidente cerebrovascular agudo y en pacientes diabéticos.

Fentolamina

Se usa exclusivamente en las crisis hipertensivas del feocromocitoma, ya que es un


inhibidor adrenérgico; no es un fármaco de primera elección. Se aplica administrando
1-15 mg i.v. cada 5-15 min.

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