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La Presión Arterial.
La Presión Arterial.
La Presión Arterial.
) La presión arterial: se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos
sanguíneos. Esta presión depende del trabajo que realiza el corazón y de la resistencia de los vasos
sanguíneos.
2.) Crisis hipertensiva: es un aumento grave de la presión arterial que puede provocar un accidente
cerebrovascular. La presión arterial extremadamente alta —una presión máxima (presión sistólica) de
180 milímetros de mercurio (mm Hg) o más o una presión mínima (presión diastólica) de 120 mm Hg
o más— puede dañar los vasos sanguíneos. Los vasos sanguíneos se inflaman y podrían generar
pérdidas de líquido o sangre. Como resultado, el corazón no podría bombear la sangre de forma
eficaz.
3.) Tipos
La presión arterial elevada que no es causada por otra enfermedad se llama primaria o hipertensión
esencial. Si aparece como resultado de otra enfermedad, se denomina secundaria.
La hipertensión primaria puede aparecer debido a múltiples factores, como la cantidad de plasma
en sangre y la actividad de las hormonas que regulan el volumen y la presión sanguínea. También está
influenciada por factores medioambientales, como el estrés y la falta de ejercicio.
La hipertensión secundaria tiene causas específicas y suele ser una complicación de otro problema.
La insuficiencia renal
La feocromocitoma, una forma extraña de cáncer que aparece en una glándula suprarrenal
La hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad de las glándulas suprarrenales que producen
cortisol
El embarazo
La obesidad
Durante una crisis hipertensiva de emergencia: La presión arterial está extremadamente elevada y ha
provocado daño en otros órganos. La crisis hipertensiva de emergencia puede estar asociada con
complicaciones potencialmente mortales.
5.) Las causas de una emergencia hipertensiva consisten en lo siguiente:
Edad: La hipertensión suele ser más común en personas mayores de 60 años. Con la edad, la presión
arterial puede incrementar de forma paulatina, ya que las arterias se vuelven más rígidas y estrechas
debido a la formación de placa.
Etnia: Algunos grupos étnicos son más propensos a sufrir hipertensión.
Altura y peso: La obesidad o sobrepeso representan un factor de riesgo clave.
Consumo de alcohol y tabaco: El consumo de grandes cantidades de alcohol de forma regular puede
incrementar la presión arterial de una persona, al igual que el tabaco.
Sexo: El riesgo vitalicio es el mismo para hombres y mujeres, pero los hombres son más propensos a
sufrirla a una edad más temprana. La frecuencia suele ser superior en las mujeres mayores.
Enfermedades de salud existentes: Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad
renal crónica y los niveles de colesterol elevados pueden derivar en hipertensión, sobre todo cuando
la gente envejece.
La inactividad física
Una dieta rica en sal asociada a los alimentos procesados y grasos
Bajos niveles de potasio en la dieta
El consumo de alcohol y tabaco
Algunas enfermedades y medicamentos
Un historial familiar de presión arterial elevada y estrés mal gestionado también puede contribuir.
7.) Algunos de los signos y síntomas de una crisis hipertensiva que podría ser mortal son:
Signos:
La presión arterial elevada durante un corto periodo de tiempo puede suponer una respuesta normal a muchas
situaciones. El estrés agudo y el ejercicio intenso, por ejemplo, pueden elevarla por poco tiempo en una
persona saludable.
Por esta razón, un diagnóstico de hipertensión suele requerir varias lecturas que muestren presión arterial
elevada durante mucho tiempo.
La lectura de presión sistólica de 130 mm Hg es la presión que realiza el corazón para bombear sangre por
todo el cuerpo. La diastólica de 80 mm Hg es la que lleva a cabo el corazón cuando se relaja y se recarga de
sangre.
Las directrices de la AEC definen los siguientes rangos de presión arterial:
Si la lectura muestra una crisis hipertensiva cuando miden la presión arterial, espere 2 o 3 minutos y repita el
análisis.
Una persona con hipertensión podría no experimentar ningún síntoma, de hecho, esta enfermedad es
conocida como “el asesino silencioso”. Aunque sea indetectable, puede causar daños en el sistema
cardiovascular y los órganos internos, como los riñones.
Las revisiones regulares de la presión arterial es vital, ya que generalmente no habrá síntomas que le avisen
de la enfermedad.
Se sabe que la presión arterial suele provocar sudores, ansiedad, problemas de sueño y enrojecimiento. Sin
embargo, en la mayoría de los casos, no aparecerá ningún síntoma.
Si la presión arterial alcanza el nivel de una crisis hipertensiva, el paciente podría experimentar cefaleas y
hemorragias nasales.
8.) Complicaciones
La hipertensión a largo plazo puede provocar complicaciones como la aterosclerosis, en la que la formación
de la placa provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Esto provoca el empeoramiento de la
hipertensión, ya que el corazón debe bombear más rápido para transportar la sangre al cuerpo.
Un aneurisma, es decir, una protuberancia anómala en las paredes de la arteria que puede provocar
quemazón, lo que causa un grave sangrado y, en algunos casos, la muerte.
Insuficiencia renal.
Accidente cardiovascular.
Amputación.
Los análisis regulares para medir la presión arterial pueden ayudar a las personas para evitar complicaciones
más graves.
9.) Dieta
Algunos tipos de hipertensión pueden gestionarse con cambios en el estilo de vida y la alimentación, como
con la práctica del ejercicio físico, la reducción del alcohol y el tabaco, o la eliminación de dietas bajas en
sodio.
La media en la ingesta de sal se encuentra entre 9 gramos (g) y 12 g al día en la mayoría de países de
todo el mundo.
La OMS recomienda reducir la ingesta por debajo de los 5 g al día para ayudar a disminuir el riesgo
de hipertensión y los problemas relacionados con la salud.
Esto puede beneficiar a las personas con y sin hipertensión, pero los que más se beneficiarán son los
individuos con la presión arterial elevada.
Moderación en el consumo de alcohol
La moderación en el consumo de alcohol excesivo está relacionada con la presión arterial elevada y con un
mayor riesgo de sufrir un ACV.
La Asociación Estadounidense del Corazón (AEC) recomienda un máximo de 2 bebidas al día para los
hombres y 1 para las mujeres:
355 ml de cerveza
118 ml de vino
El médico puede ayudar a las personas que tengan dificultades para reducir el consumo de alcohol.
Se recomienda a las personas que tienen o que están en riesgo de sufrir presión arterial alta que coman la
menor cantidad posible de grasas saturadas y totales.
En su lugar, recomendamos:
Es importante evitar las grasas trans, los aceites vegetales hidrogenados y las grasas
animales. Coma porciones de tamaño moderado.
Control del peso corporal
La hipertensión está estrechamente relacionada con el exceso de peso y la reducción del mismo viene
normalmente acompañada con una disminución en la presión arterial. Una dieta saludable y equilibrada,
junta a una ingesta calórica que coincida con el tamaño de la persona, el sexo y el nivel de actividad, le
ayudará a reducir la enfermedad.
La dieta DASH
El Instituto Estadounidense del Corazón, el Pulmón y la Sangre (NHLBI) recomienda la dieta DASH para las
personas con presión arterial elevada. DASH, por sus siglas en inglés, significa “métodos dietéticos para
detener la hipertensión” y se ha diseñado especialmente para ayudar a que las personas reduzcan su presión
arterial.
Se trata de un plan de alimentación flexible y equilibrado que se basa en los estudios de investigación
patrocinados por el Instituto. Aseguran que la dieta:
Existe un libro de cocina escrito por el NHLBI llamado “Keep the Beat Recipes” (Recetas frescas, caseras y
naturales) con ideas culinarias para obtener estos resultados.
Algunas evidencias sugieren que el uso de suplementos probióticos durante 8 semanas o más podrían
beneficiar a las personas con hipertensión.
10.) Tratamiento:
Aunque la mejor opción es regular la presión arterial a través de la dieta antes de que alcance la fase de
hipertensión, existe una gran variedad de opciones para tratarla.
Los cambios en el estilo de vida representan el tratamiento estándar de primera línea para la hipertensión.
Ejercicio físico regular:
Los médicos recomiendan que los pacientes con hipertensión se comprometan a realizar 30 minutos de
ejercicio aeróbico y dinámico con intensidad moderada. Esto puede incluir caminar, correr, pasear en
bicicleta o nadar unos 5 o 7 días a la semana.
Es muy importante evitar el estrés o desarrollar estrategias para gestionar el estrés inevitable, ya que puede
ayudar a controlar la presión arterial.
El consumo de alcohol, drogas y tabaco, junto a la alimentación no saludable para hacer frente al estrés,
añadirá problemas hipertensivos, por lo que deberían evitarse.
El tabaco puede aumentar la presión arterial, por lo que, si deja de fumar, podrá reducir el riesgo de sufrir
hipertensión, enfermedades del corazón y otros problemas de salud.
Medicamentos:
Las personas con presión arterial alta, por encima de 130/80 podrían utilizar medicamentos para tratar la
hipertensión.
Normalmente, los fármacos se empiezan de uno en uno con una dosis pequeña. Los efectos secundarios que
se asocian con los medicamentos antihipertensivos suelen ser insignificantes.
Existen varios tipos de medicamentos que están disponibles para ayudar a reducir la presión arterial, como:
Agonistas centrales
Vasodilatadores
Cualquier persona que tome medicamentos antihipertensivos debería asegurarse de leer las instrucciones de
forma cuidadosa, sobre todo, antes de ingerir fármacos sin receta, como los descongestionantes.
Estos podrían interactuar con los medicamentos utilizados para disminuir la presión arterial.
3. Si fracasan los dos pasos previos se usará labetalol por vía oral o i.v., aconsejándose
que dicho fármaco se aplique en una sala de observación. Una alternativa al labetalol es
el uso de urapidil, también i.v. En esta fase podríamos incluir el uso de enalapril i.v., en
bolos de 0,5 a 2 mg aplicados cada 30 min, pero su efectividad es muy variable en cada
paciente y, además, se controla sólo el 60% de los casos, por lo que no consideramos
que deba ser un fármaco de primera línea.
Nifedipino
Captopril
Furosemida
Se administra i.v. en bolos de 20 mg, y se puede repetir esta dosis a los 30 min si es
preciso. Se administrará con precaución en enfermos con infarto agudo de miocardio o
con disección aneurismática.
Clonidina
Poco usada en nuestro ámbito (a diferencia de los países anglosajones). Es un
alfaagonista de acción central que reduce la PA disminuyendo el tono vascular y el
tono simpático. Está contraindicada en pacientes con alteraciones neurológicas, ya que
produce una gran disminución del flujo cerebral. Se presenta en ampollas y
comprimidos de 0,15 mg y se aplica en bolos de 0,075-0,150 mg que pueden repetirse
en 15 min, con dosis de mantenimiento similares a las ya mencionadas pero
administradas cada 4 h.
Labetalol
En estas situaciones existe un daño orgánico agudo con un riesgo vital inmediato,
siendo necesario reducir la PA de forma inmediata, aunque no siempre hasta cifras
normales. En principio, nuestro objetivo ha de ser reducir la PA diastólica en un 20-
25% (o hasta 100-110 mmHg) en minutos u horas según el tipo de emergencia
hipertensiva. Estos tratamientos nunca se realizarán en las salas normales de urgencias,
sino en una sala de observación o en la unidad de cuidados intensivos, requiriendo en
todos los casos una serie de medidas generales, que citamos a continuación:
En todos los casos. El nitroprusiato puede ser de utilidad; el urapidil parece ser igual
de efectivo.
Nitroprusiato
Debe usarse sólo en la UVI, ya que se precisa una monitorización permanente de las
PA del paciente. Es un vasodilatador arterial y venoso de vida media muy corta. Se
presenta en ampollas de 50 mg y se usa en perfusión continua y protegido de la luz.
Para su administración se diluye una ampolla en 250 ml de suero glucosado al 5% (200
µg/ml) y se comienza a prefundir con 0,5 µg/kg/min (aproximadamente 30 µg/min),
elevando cada 2-3 min (20-30 ml/h) hasta conseguir las cifras tensionales deseadas o
alcanzar los 800 µg/min. Está indicado en todos los casos de emergencia hipertensiva.
Si existe insuficiencia renal o si la perfusión es muy prolongada, puede producir
intoxicación cianhídrica por acumulación de tiocianato. Está contraindicado en la
comunicación arteriovenosa y en la coartación aórtica.
Nitroglicerina
Labetalol
En las emergencias hipertensivas se usará siempre por vía intravenosa, con las pautas
referidas en el apartado de las urgencias hipertensivas. Se indica prácticamente en todas
las situaciones, especialmente en la eclampsia y en casos de hiperactividad adrenérgica,
contraindicándose en caso de insuficiencia cardíaca, alteraciones de la conducción
carcíaca y en la EPOC.
Esmolol
Se trata de un bloqueador beta cardioselectivo de vida media muy corta (9 min). Se usa
sobre todo en la disección aórtica. Se aplica en bolo i.v. de 500 µg/kg. Debido a su
mecanismo de acción (inhibe de forma selectiva los receptores beta), no debe usarse de
forma aislada, sino asociado a vasodilatadores. Tiene las mismas contraindicaciones
que el labetalol.
Nimodipino
Urapidil
Enalapril
Furosemida
Se utiliza en bolos i.v. de 20 mg, siendo su indicación el tratamiento del edema agudo
de pulmón y cualquier crisis hipertensiva con insuficiencia cardíaca.
Hidralazina
Diazóxido
Se usa poco. Se presenta en ampollas de 300 mg en 20 ml, lo que supone una dilución
de 15 mg/ml. Se administra por vía i.v. a dosis de 1,5-2 mg/kg. Inicia su efecto en 3
min y lo mantiene durante 12 h. Está contraindicado en la cardiopatía isquémica, la
disección aórtica, el accidente cerebrovascular agudo y en pacientes diabéticos.
Fentolamina