La Gran Idea de Dios
La Gran Idea de Dios
La Gran Idea de Dios
MUNROE
LA GRAN
DE DIOS
EN BUSCA DE ALGO
DIFERENTE Y SUBLIME
DIOS TIENE UNA GRAN IDEA
Y... ¡TÚ ERES PARTE DE ELLA!
¡Este es el mejor momento para estar aquí, en la Tierra! El plan eterno de Dios, a
nivel mundial, está a punto de revelarse. Establecerá su gobierno a través de
personas como tú. Al derramarse en su pueblo, cubrirá la Tierra con toda su gloria.
Este libro es otra apasionante contribución de la serie sobre el reino de
Dios escrita por el Dr. Myles Munroe. La gran idea de Dios nos enseña cómo el
Señor desea hacer de la Tierra un lugar donde reinen la paz y la armonía del
reino, ¡comenzando por ti!
Aprenderás aspectos importantes del amor y del plan de Dios, ya que:
• Tu destino se cumplirá sin lugar a dudas.
Podrás disfrutar de una comunión continua con el Señor.
Entenderás que has sido creado para transformar el mundo donde te
encuentras.
Tus decisiones impactarán notoriamente en lo que acontece en la Tierra.
El Dr. Munroe nos enseña la manera de convertirnos en una parte esencial
de La gran ¡dea de Dios, al ayudar a plantar y a multiplicar su reino, en donde
todos sus hijos vivan vidas fructíferas y abundantes.
Descubre La gran idea de Dios y ¡hallarás tu propio destino!
“Podemos comparar a La gran idea de Dios con un mapa de tesoro, el cual nos
conduce hacia las promesas de La Biblia".
-Mathew Crouch, CEO, Gener8Xion Entertainment
Destiny
P e n ie l Image
www.destinyimage.com
w w w . p e n i e l . co m
MYLES
MUNROE
LA GRAN
IDEA
DE DIOS
EN BUSCA DE ALGO
DIFERENTE Y SUBLIME
PEN IE L
B u e n o s A i r e s - M ia m i - S a n J o s é - S a n tia g o
www. p e n i e l . c o m
© 2 0 1 0 Editorial Peniel
Todos los derechos reservados.
E d it o r ia l P e n ie l
Boedo 25
Buenos Aires, C 1206A A A
Argentina
Tel. 54-11 4 9 8 1 -6 1 7 8 / 6 0 3 4
e-m ail: info@ peniel.com Diseño de cubierta e interior:
www.peniel.com A r te P e n ie l • a rte @ p e n ie l.c o m
M unroe, Myles
La g ran idea de Dios. - 1a ed. - Buenos Aires : Peniel, 2010.
208 p. ; 23x15 cm.
Traducido por: M ónica Ruiz
iSBN 10: 987-557-277-2
ISBN 13: 978-987-557-277-5
1. Vida Cristiana. I. Ruiz, Monica, trad. II. Título
C D D 248.5
Dedicatoria 5
Agradecimientos 7
Respaldo al autor 9
Prefacio 11
Introducción 17
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
A
los siete mil millones de habitantes de la Tierra, quienes transitan
por la vida erráticamente, agobiados en su búsqueda infructuosa
de motivo y propósito para sus vidas.
A cada familia perdida en medio de la confusión colectiva, ya que
desconocen la causa por la cual a nosotros, como criaturas creadas, se
nos ha dado un lugar en este planeta, dentro del universo.
A los niños y a los jóvenes de cada país, quienes se sienten des
ilusionados con la religión, decepcionados respecto de la política, y
quienes, además, no confían en las promesas vacías de la ciencia. Este
libro tiene como objetivo ayudarte a encontrar la gran respuesta, para
satisfacer tu corazón anhelante.
A los líderes políticos y religiosos con la responsabilidad de brin
dar guía y soluciones reales a las personas del mundo entero. Que este
libro los inspire a buscar la alternativa más noble y admirable, para
alcanzar la restauración nacional y mundial.
5
Agradecimientos
7
Respaldo al autor
Matthew Crouch
CEO, Gene8Xion Entertainment
9
Prefacio
E
l mundo está gobernado por hombres y mujeres muertos. Esta afir
mación puede sorprenderte, pero luego de meditar sobre ella, es
muy probable que estés de acuerdo, cuando comiences a considerar
el hecho de que todas las ideologías utilizadas como fundamento de
los gobiernos, religiones e instituciones, ya sean civiles o sociales, se
construyen sobre la base de ideas de personas que ya no se encuen
tran en este mundo. El imperialismo, la monarquía, el socialismo, el
comunismo, la democracia y la dictadura han nacido a partir de ideas
cultivadas, gestadas y desarrolladas por hombres quienes, aunque hace
tiempo que han muerto, están presentes mediante la aplicación de
estas ideas en nuestras sociedades modernas.
Este libro analiza el poder irrefrenable de las ideas. Nuestro plane
ta gira a partir del poder de las ideas, las cuales crean las condiciones
existentes en la Tierra. Considera lo siguiente: cada gobierno, en cada
nación, se guía, se ajusta y se amolda a partir de ideas diversas. La legis
lación de cada país es el resultado de ideas concebidas en el seno de esa
sociedad, y las pautas sociales y culturales son, además, el producto de
ideas que las sociedades han considerado como aceptables, de manera
que se manifiestan, más tarde, en una conducta social determinada.
Este libro describe una idea que fue introducida en el Tierra por
su Creador, aunque poco después del comienzo de la travesía de los
seres humanos en la Tierra, esta idea no pudo ponerse en práctica,
la cual, sin embargo, ha sido el objeto de búsqueda del hombre. Esta
idea se originó en la mente y en el corazón de Dios, y fue la motiva
ción y el propósito de la creación del universo y de la raza humana.
En este libro nos referimos a esta idea como “La gran idea”, e in
tentamos demostrar que es superior a toda la sabiduría colectiva y a
todas las ideas que han nacido del intelecto humano en su conjunto.
Asimismo, supera ampliamente todos los conceptos filosóficos de la
11
LA GRAN IDEA DE DIOS
12
Prefacio
13
LA GRAN IDEA DE DIOS
14
Prefacio
15
Introducción
L a muerte nunca puede acabar con una idea. Las ideas son más pode-
rosas que la muerte, y como lo ha demostrado la historia, las ideas
no pueden ser destruidas. Las ideas viven por más tiempo que los seres
humanos y no existe ser humano capaz de destruirlas. Efectivamente,
las ideas producen el todo, porque el “todo” comienza por una idea y
es el producto final de la concepción de esta idea específica. Este libro
es el resultado de una idea, y el papel con el que está impreso fue,
en algún momento, una idea. Los zapatos que usas, las prendas que
vistes, la taza de la cual bebes y la cuchara que utilizas eran ideas que
fueron plasmadas, más tarde, mediante el esfuerzo humano.
En efecto, cualquier intento por acabar con una idea, solo contri
buye a que se afiance y multiplique. Todas aquellas ideas, que han sido
reprimidas o que parecen haber desaparecido en el lapso de una gene
ración, se abrirán paso en la siguiente y dejarán su profundo impacto
en futuras generaciones.
¡La batalla más difícil consiste en luchar en contra de una idea! En
términos filosóficos, las ideas nunca pueden ser destruidas por armas
tangibles, ya sean, espadas, tanques, armas nucleares, biológicas o quí
micas. ¿Por qué? Porque se gestan en un lugar a donde ninguna arma
forjada puede llegar: la mente. Si acabas con la vida de un hombre, no
destruyes sus ideas, ya que pueden transmitirse y vivir generación tras
generación.
Esta es la razón por la cual todas las ideologías perduran, no im
porta tu opinión acerca de ellas. El imperialismo, el comunismo, el so
cialismo, la democracia, la dictadura y la monarquía representan ideas
que ningún arma puede destruir, aunque las personas que las concibie
ron hayan muerto hace mucho tiempo. Por este motivo, es tan difícil
reaccionar ante el fantasma del terrorismo, ya que es una idea que ha
sido transmitida en persona, por terroristas hacia la comunidad de la
LA GRAN IDEA DE DIOS
18
Introducción
esta manera, una idea puede ser, y así sucede generalmente, la fuente
para el acto creativo. La creación es la manifestación física de esta idea.
Un pensamiento-idea puede evolucionar en una teoría y luego
convertirse en una filosofía. En esta etapa final, cuando la idea se con
vierte en una doctrina filosófica determinada, se forma un sistema de
creencias, la cual se transforma en el motivador de toda conducta y
de toda respuesta hacia la vida y el entorno. Las creencias son, pues,
el matiz mediante el cual concebimos e interpretamos la vida. Básica
mente, las ideas son el origen de la filosofía que se convierte en nues
tro modo de pensar, en nuestra concepción de la verdad y en nuestro
sistema de creencias, ya que reflejan, posteriormente, nuestro estilo de
vida y nuestro condicionamiento mental.
Nada es tan poderoso como un sistema filosófico, cuya base son
los preceptos; a su vez, los preceptos consisten en las ideas que conce
bimos y aceptamos. Los pensamientos controlan el mundo, y nosotros
nos convertimos en aquello que nuestros pensamientos nos imponen.
Esta es la premisa sobre la cual el rey Salomón, hace más de tres mil
años, afirmó esta verdad: “Porque cual es su pensamiento en su corazón,
tal es él” (Proverbios 23:7, RVR60). No puedes vivir ajeno a tu filoso
fía y a tu sistema de creencias. Solamente podrás cambiar tu forma
de vivir cuando tu filosofía cambie, y esta no cambiará, hasta que no
transformes tus ideas.
19
CAPÍTULO I
21
LA GRAN IDEA DE DIOS
-En primer lugar -les dije- permítanme dejar en claro que no soy
un hombre religioso. En segundo lugar, estoy convencido de que el
problema más importante del mundo es la religión.
Aquel estadio permanecía en completo silencio.
-En tercer lugar, estoy aquí en representación de un Hombre que
jamás fue religioso, y cuya teología, psicología e ideología superaron
ampliamente el concepto de “religión”. Creo que su plan y su parecer
sobre el comportamiento y el futuro de la humanidad es la única solu
ción que tenemos como raza. Luego de analizar todas las otras diser
taciones, y todas las otras ideologías que se han presentado, proclamo
que la suya es más digna y superior a todas.
Aunque parezca difícil de creer, en aquel lugar comenzó a reinar
un silencio aún más profundo.
-Por ejemplo -continué-, la mayoría de las religiones proclaman:
“ojo por ojo y diente por diente”, pero este gran filósofo dice: “amen
a sus enemigos.
Podía ver cómo el imán musulmán se retorcía en su silla.
-He venido a hablar de nuestra profunda necesidad espiritual. Ya
no necesitamos de las religiones para el mundo, porque todos sabemos
que nosotros mismos somos el problema. Lo que realmente necesita
mos es alguien que gobierne al mundo con autoridad, y he venido a
contarles sobre este gobierno alternativo. El único gobierno posible es
el reino de Dios. Cada persona en este lugar ha comprendido errónea
mente a la persona y a la obra de Jesucristo.
Continué con esta línea de pensamiento durante, al menos, me
dia hora más, y cuando finalicé, la gente volvió a aplaudir de pie.
¿Por qué mi mensaje fue recibido de manera tan calurosa? Porque
no hablé de religión. Si me hubiera referido al “cristianismo”, nun
ca hubiera impactado en la audiencia. En lugar de ello, prediqué
acerca de Dios, de su Hijo, y de su “gran idea”, de modo que las
personas, en aquel lugar creyeron en el mensaje. ¿Por qué? Porque
los seres humanos sienten gran hastío respecto de la religión, ya que
han comprobado que no funciona y que no puede dar respuesta a las
cuestiones más profundas, como tampoco satisface los anhelos del
23
LA GRAN IDEA DE DIOS
24
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
25
LA GRAN IDEA DE DIOS
26
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
Porque así dice el Señor, el que creó los cielos: el Dios que formó
la tierra, que la hizo y la estableció; que no la creó para dejarla
28
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
vacía, sino que la formó para ser habitada: “Yo soy el Señor, y no
hay ningún otro”.
-Isaías 45:18
Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra
nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas, ni se traerán
a la memoria.
- I s a í a s 65: 1 7
29
LA GRAN IDEA DE DIOS
on
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
31
LA GRAN IDEA DE DIOS
32
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
33
LA GRAN IDEA DE DIOS
34
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
35
LA GRAN IDEA DE DIOS
36
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
37
LA GRAN IDEA DE DIOS
38
El jardín del Edén: el reino de Dios en la Tierra
39
CAPÍTULO 2
l lapso que transcurrió entre la pérdida de la base terrestre del reino ce
E lestial, de la cual Adán y Eva eran los administradores, y la posterior
usurpación por parte de Satanás, hasta el momento en que Jesucris
to apareció en escena anunciando la restauración, duró, aproxima
damente, dos mil años. ¿Por qué Dios esperó tanto tiempo antes de
restablecer su reino en la Tierra? ¿Cuál fue la causa por la cual Dios
permitió que transcurriera un lapso tan prolongado? ¿Cuál es el moti
vo por el que Cristo naciera en un momento particular de la historia?
¿Por qué su nacimiento no sucedió antes o después?
En primer lugar, para responder estas preguntas es necesario que
entendamos que la concepción de Dios respecto al tiempo y a la
historia, es diferente a la de los seres humanos. Ni el tiempo ni la his
toria lo limitan; y, desde la perspectiva de la eternidad, Dios dispone
de todo el “tiempo” que necesita para realizar sus propósitos. Simón
Pedro, uno de los apóstoles de Cristo, lo explica de esta manera:
“Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como
mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su prome
sa, según entienden algunos la tardanza” (2 Pedro 3:8-9a).
En segundo lugar, Dios esperó hasta crear las condiciones histó
ricas y el lugar adecuado para el advenimiento de su Hijo y para el
anuncio del regreso del reino a la Tierra, a lo cual La Biblia llama la
“plenitud de los tiempos”: “Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió
a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que
estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos” (Gálatas
4:4-5). Dicho de otro modo, Jesucristo vino a la Tierra en el momento
perfecto. ¿Por qué afirmamos este hecho? Porque cuando Jesús apare
ció y anunció que el reino de los cielos estaba cerca, esto es, la segunda
etapa, mediante la que Dios expandía su gobierno celestial en el plano
terrenal, aquellos que oyeron sus palabras, solo debían mirar a su al
rededor para ver el ejemplo tangible de la clase de reino y el tipo de
expansión que Dios tenía en mente.
Cuando en Roma...
A donde quiera que fueran, los habitantes de Palestina, en los días
de Jesús, podían comprobar la mano poderosa y dominante de Roma,
la cual controlaba la vida cotidiana y todos los aspectos de su existen
cia. El imperio romano fue el reino más poderoso de la historia, ya
que superaba en extensión, fuerza y esplendor a todos los reinos que
lo habían precedido. Además, el reino de Roma era el primer reino
humano que podía parecerse, aunque de manera imperfecta, al plan
de Dios para la extensión del reino.
Los imperios anteriores, como el asirio, el babilónico y el medo-per-
sa, se extendieron mediante la invasión, la conquista, la esclavitud y la
destrucción. Sus ejércitos invasores entraban rápidamente a una región,
destruían al ejército existente, asolaban las ciudades, derribaban por
completo su infraestructura y masacraban a la población. La mayoría
de las personas que no eran asesinadas, eran esclavizadas y conducidas
desde su país al territorio del poder conquistador. Esto es exactamente
lo que sucedió con el reino del norte de Israel, cuando cayó en manos
de los asirios en el año 772 a. C., y al reino del sur de Judá en el año 587
a.C., en el momento en que el imperio babilónico invadió aquel lugar.
Sin embargo, Roma aplicó una estrategia diferente para la ex
pansión de su imperio. En lugar de infringir destrucción y muerte
para la frase “cuando se cumplió el plazo”, existe otra traducción literal posible: “cuando
42
El poder detrás del Principio del Jardín”
43
LA GRAN IDEA DE DIOS
45
LA GRAN IDEA DE DIOS
Le respondieron:
-Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elias, y otros que
Jeremías o uno de los profetas.
-Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
-Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente -afirmó Simón Pedro.
-Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás -le dijo Jesús-, porque esto no
te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo. Yo
te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y
las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella. Te
daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra
quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará
desatado en el cielo.
-Mateo 16:13-19
46
El poder detrás del “Principio del Jardín”
47
LA GRAN IDEA DE DIOS
48
El poder detrás del “Principio del Jardín”
49
LA GRAN IDEA DE DIOS
50
El poder detrás del “Principio del Jardín”
51
LA GRAN IDEA DE DIOS
En palabra y en poder
Como ya lo he mencionado, cuando Jesucristo inició su minis
terio público predicó un mensaje simple y sin ambigüedad alguna:
“Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca” (Mateo 4:17b).
52
El poder detrás del “Principio del Jardín”
53
LA GRAN IDEA DE DIOS
54
El poder detrás del “Principio del Jardín”
56
El poder detrás del “Principio del Jardín”
El jardín en el desierto
Como sucedería con un jardín en medio de un desierto, la cultura
y el estilo de vida de los ciudadanos del reino, deberían destacarse del
resto de los habitantes del mundo. Para los caminantes del desierto de
todas las edades, nada parecía más hermoso, o más bienvenido, que
un oasis. A pesar de su apariencia externa, existe vida en el desierto, la
cual se revela mediante una vegetación prolífera y vital, especialmente
cuando un manantial subterráneo brota hacia la superficie.
En contraste con la hermosura, riqueza y abundancia exuberante
del reino de los cielos, el reino de este mundo, regido de acuerdo con
los parámetros de Satanás, el usurpador por antonomasia, es un vasto
desierto, árido, estéril, adusto y brutal. Las religiones y las diferentes
culturas, surgidas a lo largo de la historia, ofrecen muy poco para ali
mentar el espíritu del ser humano. El diablo, el engañador más astuto,
atrae a las personas con falsas promesas de felicidad y de esperanza
que jamás podrá brindar. Los seres humanos, en su búsqueda por en
contrar claridad, prosperidad y libertad, solo hallan confusión, pobre
za y esclavitud. Todo aquello que buscan no pueden encontrarlo en el
reino que pertenece a este mundo, sino solamente en el reino legítimo,
el “jardín” originario de Dios en la Tierra, así como sucede en el cielo.
Jesucristo vino a la Tierra para recuperar el desierto y transformar
lo, una vez más, en un gran jardín, lleno de vida abundante y vigorosa
que refleje el carácter, la naturaleza y el entorno del reino celestial de
su Padre. Él era, en sí mismo, un oasis, un jardín en el desierto, de
modo que el Señor plantó semillas de vida, la justicia y la santidad
que surgieron en otros oasis. Estos son su ekklesia, la Iglesia, llamada
a plantar otros jardines en lugares diferentes, del mismo modo que el
Señor lo había realizado en su primer jardín. Estos, a su vez, plantarán
otros, de modo que este proceso continuará hasta que el desierto des
aparezca y solo permanezcan los jardines.
Este es el plan de Dios, y es tan real como si ya se hubiera mate
rializado. El reino de los cielos ha regresado a la Tierra. El programa de
extensión del jardín del Rey está en vías de ejecución, el cual se prepara
para el cumplimiento de las palabras dichas por el profeta hebreo, Isaías:
57
LA GRAN IDEA DE DIOS
S9
CAPÍTULO 3
El cielo y la Tierra:
un enfrentamiento de
culturas antagónicas
N
o había transcurrido mucho tiempo luego de las elecciones nacionales
en las Bahamas, cuando recibí una pregunta muy interesante.
- ¿Qué opinión le merece el nuevo gobierno? -me indagó un
hombre en el aeropuerto.
-Tengo un solo gobierno -le respondí.
No importa quién ocupe el cargo de primer ministro o de presiden
te del parlamento; o quien viva en la mansión del gobernador; tampo
co, quién se siente en el trono y a quién se lo designe rey o reina. Existe
un solo gobierno, que pertenece al Señor, quien nunca será depuesto o
derrocado: el Dios Todopoderoso, el Rey de reyes y Señor de señores.
Su gobierno en el cielo es eterno, sin comienzo ni final. Asimismo, Él
es el Creador de la Tierra, donde también estableció su reino.
Al respecto, La Biblia dice: “Del Señor son los fundamentos de la
tierra; ¡sobre ellos afianzó el mundo!” (1 Samuel 2:8b). Las palabras tie
rra y mundo se usan de manera indistinta, aunque, en este versículo,
se refieren a dos conceptos diferentes. La palabra “ tierra ” se refiere al
lugar físico en el cual vivimos, mientras que la palabra “mundo” alude
al orden o a los sistemas de gobierno. Dios creó la Tierra física; luego
estableció el “mundo” de su gobierno y de su orden divino. Tierra, en
tonces, tiene relación directa con el punto de ubicación, mientras que
mundo enfatiza la idea de gobierno o de administración.
Dios gobierna directamente en el cielo, aunque su plan para la
Tierra fue gobernar de manera indirecta, a través de sus representantes
humanos que Él había creado a su imagen y semejanza. Adán y Eva
61
LA GRAN IDEA DE DIOS
62
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
63
LA GRAN IDEA DE DIOS
64
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
Problemas culturales
Todo aquel que preste atención a todos los acontecimientos que
la humanidad atraviesa, ya sean que sucedan en su propia tierra, o
en el extranjero, sabe que la sociedad, en su conjunto, se halla in
mersa en una violenta agitación de proporciones jamás observadas.
Enfrentamos desafíos globales, para los cuales no hallamos solución.
Las Naciones Unidas fueron creadas luego de la finalización de la Se
gunda Guerra Mundial, con el propósito de prevenir futuras guerras.
Sin embargo, y con sesenta años de existencia, ha habido más guerras
que las registradas en toda la historia documentada. De esta manera,
han fracasado aun nuestros mejores intentos para prevenir la muerte
de más seres humanos. Aún peor, los escándalos de corrupción de
este organismo, en años recientes, han revelado que ciertas personas,
dentro de las Naciones Unidas, han puesto como prioridad su propio
afán de riquezas en lugar del bien común, y se han involucrado en
actividades que han obstaculizado los objetivos que esta organización
intenta alcanzar.
Por otro lado, ya sea que solo consideremos lo que acontece en
el ámbito que nos rodea, o lo que sucede alrededor del mundo cada
día, ¿cómo evitaremos el sentimiento de frustración, de desánimo y de
temor? ¿Quién de nosotros se despierta por la mañana, lee las noticias
o escucha los informes por televisión, e inmediatamente no se sien
te abatido? Todos buscamos, soñamos, esperamos y rogamos por un
mundo mejor, ¿no es así? Imagina cómo sería un día si, al levantarnos
por la mañana, descubrimos que ya no existen las guerras, los genoci
dios, la limpieza étnica, el terrorismo, la hambruna ni la pobreza. Por
desgracia, las verdaderas buenas noticias son un producto cada vez
más inusual en nuestro mundo actual.
Extrañamente, la causa principal de nuestros problemas es aquello
que se suponía que traería la solución: me refiero a la religión. Históri
camente, la religión ha sido la principal fuerza de división detrás de la
mayoría de los conflictos globales. Hoy este hecho es particularmente
verdad. El terrorismo global se alimenta constantemente de la ideolo
gía religiosa extremista. En el nombre de Alá, los grupos musulmanes
65
LA GRAN IDEA DE DIOS
66
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
El poder de la cultura
La cultura tiene más fuerza y vigor que las ideologías políticas.
En realidad, no importa quién ocupe el lugar de poder. Los políticos
67
LA GRAN IDEA DE DIOS
68
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
69
LA GRAN IDEA DE DIOS
70
E l cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
Declaración de independencia
El reino de los cielos no consiste en una religión; es un gobierno
y una sociedad con una cultura específica, la cual es tan real como
cualquier cultura creada por los seres humanos, aunque superior
e infinita. Esta es la razón por la cual Dios decretó leyes para que
obedezcamos dentro de su reino. Estas leyes dan como resultado
un estilo de vida determinado, el cual se manifiesta en una cultura
determinada, dentro de una comunidad que crea una sociedad con
características absolutamente únicas. Esta es la cultura que existió
en el Jardín del Edén, y la cultura que todo ciudadano del reino ha
de reproducir y de manifestar en los “jardines” de nuestras vidas, a
medida que ponemos en funcionamiento el “Principio del Jardín”, a
lo largo y a lo ancho del mundo.
Si se cuenta con el tiempo y con la influencia suficiente, una
cultura puede suplantar a otra existente. Por ejemplo, aunque la gran
mayoría de los ciudadanos de las Bahamas son descendientes de afri
canos, la nuestra no es una cultura africana. Los visitantes de nuestro
país, hermoso y caribeño, advierten, de manera inmediata, que se
hallan inmersos en la cultura de Gran Bretaña. Debido a esta heren
cia cultural, conducimos por el lado izquierdo de la calle, bebemos
té en lugar de café y, durante muchos años, nos hemos vestido con
los trajes “tradicionales”, los cuales consistían en pantalones cortos,
medias largas, saco de manga larga y corbata. No pude entender
por qué usábamos corbatas, aunque la temperatura fuera extrema
damente alta, hasta que visité Inglaterra, donde la temperatura es
siempre muy baja.
Durante los siglos posteriores a la colonización de nuestro país,
por parte de Gran Bretaña, nuestra herencia africana se transformó
completamente y adoptó la cultura británica. Todo vestigio de la cul
tura africana y caribeña desapareció, hasta el día de hoy y, aunque
parezcamos africanos, hablamos como los británicos y nos compor
tamos como ellos. Aun nuestro sistema de gobierno se parece al de
Inglaterra. Este es un ejemplo concreto por el cual observamos cómo
una cultura transformó y suplantó totalmente a la otra.
71
LA GRAN IDEA DE DIOS
72
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
73
LA GRAN IDEA DE DIOS
ilegal, todo lo que necesitamos hacer es mirar el mundo que nos ro
dea y contemplar el estado deplorable del mundo, tanto en el plano
espiritual, como en el moral y ético. Si queremos entender qué apa
riencia tiene el dominio del diablo, solo debemos estudiar algunos
de los ejemplos de la historia, sobre dictadores despóticos y tiranos
egoístas, quienes saquearon el planeta, robaron sus recursos y sacri
ficaron a los habitantes, con el solo objetivo de satisfacer su propio
beneficio. Además, si deseamos entender lo que el usurpador nos
quitó, todo lo que debemos hacer es examinar los resultados fre
cuentes de la colonización humana. Para analizar este fenómeno en
profundidad, tomemos como ejemplo, nuevamente, a las Bahamas,
mi nación de origen.
Como lo he mencionado anteriormente, mi país fue una colo
nia de Gran Bretaña durante doscientos años. Éramos súbditos bri
tánicos, y el gobierno de este imperio hizo todo lo posible para que
adoptáramos su manera de vestir y de expresarnos, así como también
de comportarnos. Además, la corona envió un gobernador y otros
funcionarios oficiales para administrar e implementar la ley británica
en la colonia. No deseo manifestar con lo expuesto, que todo lo que
hizo el imperio británico fuera nocivo, o que tuviera como objetivo
principal el mal de nuestro pueblo; sin embargo, su presencia y labor
en nombre de la corona británica impactó profundamente en los ha
bitantes de las Bahamas.
En el transcurso de más de doscientos años se sucedieron una serie
de gobernadores, quienes nos quitaron tres ingredientes importantes
de nuestra identidad como pueblo, y los reemplazaron con los que
correspondían al gobierno británico. El primero de ellos fue nuestro
lenguaje. Aunque la mayoría de los bahameños tienen su ascendencia
en Africa, no hablamos dialectos o lenguas africanas. En lugar de ello,
hablamos “el inglés del rey” “o de la reina”.
Del mismo modo, cuando el usurpador tomó posesión del territo
rio donde Adán y Eva eran los administradores, robó el lenguaje con
el cual se comunicaban en intimidad con su Creador. Nos arrebató
la capacidad de hablar con Dios y, como raza, hemos intentado con
74
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
75
LA GRAN IDEA DE DIOS
76
El cielo y la Tierra: un enfrentamiento de culturas antagónicas
77
LA GRAN IDEA DE DIOS
78
CAPÍTULO 4
79
LA GRAN IDEA DE DIOS
80
El Jardinero Principal: la clave para lograr un jardín próspero
81
LA GRAN IDEA DE DIOS
82
El Jardinero Principal: la clave para lograr un jardín próspero
83
LA GRAN IDEA DE DIOS
Además, Jesús fue aún más explícito al describir la obra del Jardi
nero Principal:
84
El Jardinero Principal: la clave para lograr un jardín próspero
85
LA GRAN IDEA DE DIOS
86
El Jardinero Principal: la clave para lograr un jardín próspero
87
LA GRAN IDEA DE DIOS
89
LA GRAN IDEA DE DIOS
90
El Jardinero Principal: la clave para lograr un jardín próspero
91
LA GRAN IDEA DE DIOS
92
El Jardinero Principal: la clave para lograr un jardín próspero
93
LA GRAN IDEA DE DIOS
94
CAPÍTULO 5
95
LA GRAN IDEA DE DIOS
Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de
la naturaleza pecaminosa. Porque ésta desea lo que es contrario
al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos
se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que
quieren. Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley.
Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmorali
dad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, dis
cordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos
y envidia; borracheras, orgías y otras cosas parecidas. Les advierto
ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no he
redarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad
y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Los que son
de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus
pasiones y deseos. Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por
el Espíritu. No dejemos que la vanidad nos lleve a irritamos y a
envidiarnos unos a otros.
-Gálatas 5:16-26
96
¿Quién cuida de tu jardín?
97
LA GRAN IDEA DE DIOS
Dios nos diseñó: en primer lugar, creó el territorio, y luego creó a los
reyes que lo gobernarían. El Señor afirmó: “La Tierra está lista; ahora
crearé a mis hijos, y ellos la dominarán en mi nombre”.
Por desgracia, en un acto de traición y de rebelión, la primera pareja
humana entregó, inadvertidamente, su reino a aquel que lo deseaba en
gran manera, aunque no estaba calificado para hacerlo. Satanás, tam
bién llamado Lucifer, había pertenecido, originalmente, a las huestes
angélicas -seres espirituales creados para actuar como siervos del Rey-.
Los ángeles no fueron creados para gobernar, sino para llevar a
cabo las órdenes del Soberano. Sin embargo, Lucifer se rebeló, y con
él un tercio de los ángeles del cielo. Expulsado del paraíso, dirigió sus
esfuerzos para obtener el control del plano terrestre, y no solo de la
Tierra, sino también de los seres humanos que eran los administra
dores que Dios había colocado. Y lo logró. Un usurpador demoníaco
ascendió al trono, y la esfera terrestre declaró su independencia con
respecto al cielo.
Pero Jesucristo, el Hijo del Rey, vino a la Tierra para recuperarla.
Descendió del cielo para restituir a su legítimo dueño lo que se había
perdido. Cuando Jesús anunció el advenimiento del reino de los cie
los, el cual se encuentra registrado en el Evangelio de Mateo 4:17, el
Señor no introdujo un concepto nuevo en la Tierra. En lugar de ello,
Jesús recuperaba lo que el hombre había perdido y lo que el usurpador
había robado.
En una ocasión Jesús y sus discípulos atravesaban la ciudad de Jeri-
có y se detuvieron en la casa de un hombre llamado Zaqueo, un reco
lector de impuestos. Aunque este hombre era judío, sufría el desprecio
de sus propios conciudadanos, quienes lo consideraban un traidor, de
bido a su colaboración con la antipática ocupación romana. Además,
este hombre estafaba al pueblo, ya que cobraba un sobreprecio en los
impuestos que Roma obligaba a pagar, hecho por el cual se había en
riquecido en gran medida.
Cuando Jesús entró a su casa, trajo el reino con Él, de modo que
Zaqueo no pudo resistirse. Su encuentro con el Rey y con su reino
cambió la vida de aquel recolector de impuestos para siempre:
¿Quién cuida de tu jardín?
99
LA GRAN IDEA DE DIOS
100
¿Quién cuida de tu jardín?
101
LA GRAN IDEA DE DIOS
102
¿Quién cuida de tu jardín?
103
LA GRAN IDEA DE DIOS
104
¿Quién cuida de tu jardín?
No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del
maligno.
-Juan 17:15
105
LA GRAN IDEA DE DIOS
106
¿Quién cuida de tu jardín?
107
LA GRAN IDEA DE DIOS
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el
bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo
con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano,
también los predestinó a ser transformados según la imagen de
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
108
¿Quién cuida de tu jardín?
A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también
los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
¿ Q u é diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte,
¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no ha
brá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?.
-Romanos 8:28-32
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la
vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir,
ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la
creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado
en Cristo Jesús nuestro Señor.
-Romanos 8:37-39
109
LA GRAN IDEA DE DIOS
110
¿Quién cuida de tu jardín?
111
LA GRAN IDEA DE DIOS
112
¿Quién cuida de tu jardín?
113
CAPITULO 6
L
uego de todo lo que hemos analizado, está claro que el reino de los
cielos no es una religión, como tampoco tiene relación alguna con
ella. En el jardín del Edén, el jardín original del reino en la Tierra, no
existía el concepto de “religión”. Además, tampoco se adoraba de la
manera que usualmente entendemos este acto. Adán y Eva disfrutaban
de una comunión e interacción completa, abierta y transparente con
su Creador, en una relación mutua de amor sin culpa, sin temor y sin
vergüenza. Su desobediencia rompió este vínculo, y los esfuerzos de
la humanidad para restaurarla, sin la asistencia divina, dieron como
origen a la religión.
El reino de los cielos es el gobierno soberano del Rey -Dios- sobre
el territorio -la Tierra-, el cual influye poderosamente con su volun
tad, intención y propósito, y cuyo fruto es una ciudad de personas
(ekklesia, la Iglesia) que expresan la cultura de Dios, puesta de ma
nifiesto en la naturaleza y el estilo de vida del Rey. Por consiguiente,
como ya lo hemos visto en capítulos anteriores, el reino de los cielos
es una nación real y literal, aunque invisible a los ojos físicos, ya que
es de naturaleza espiritual.
La gran idea de Dios consistía en extender la influencia de esta
nación celestial en la Tierra. De manera que surgen dos conceptos: por
un lado el de nación de Dios, y por el otro, el de su influencia.
Al analizar en profundidad los cuatro Evangelios del Nuevo Tes
tamento, esto es, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, inmediatamente se
advierte que Jesús utilizó dos frases similares, aunque diferentes,
para referirse a la nación del Rey y su influencia. Algunas veces se
refería al “reino de los cielos”, y otras, al “reino de Dios”. Aunque
es común utilizar estas dos frases de manera indistinta, debemos
115
LA GRAN IDEA DE DIOS
116
Comprende la influencia del jardín
Influencia irresistible
Existen dos clases de influencias. Por un lado, la influencia del
momento, la cual se difunde rápidamente y desaparece del mismo
modo; y, por otro, la influencia permanente, la cual crece más lenta
mente, aunque triunfa mediante la persistencia y la infiltración. La
influencia momentánea, o efímera, incluye las modas pasajeras como
estilos de ropa, cortes de cabello y libros “populares”, los cuales están
aquí hoy, pero mañana ya habrán desaparecido. Estas influencias “su
perficiales”, y otras de su misma naturaleza, pueden causar una gran
agitación en la sociedad durante un periodo de tiempo, pero carecen
de profundidad y sustancia para producir cambios significativos.
La influencia que perdura en el tiempo opera de manera más sutil,
y funciona desde el interior hacia el exterior, la cual modifica, tanto la
apariencia externa como la conducta, porque cambia los valores, las
creencias y los modos de pensar.
La influencia del reino pertenece a la segunda clasificación. Fun
ciona de modo gradual, basada en los principios eternos e inalterables
de Dios, y de acuerdo con un “cronograma” que comprende miles de
años. Literalmente, Dios tiene todo el tiempo del universo para llevar
a cabo su plan.
Medita en el siguiente hecho: alrededor de cuatro mil años pasa
ron desde el tiempo en que Adán y Eva perdieron el reino en el Edén
hasta que Cristo anunció su regreso. Luego, transcurrieron más de dos
mil años desde que Jesús caminó por la Tierra; y aún, el plan supremo
de Dios no ha alcanzado su culminación. Sin embargo, durante todo
este tiempo, su influencia se ha acrecentado y se ha expandido de
manera gradual; algunas veces, casi imperceptiblemente, aunque se
ha infiltrado poderosamente en la cultura de la humanidad. Y ningún
esfuerzo humano o del enemigo puede frenarla.
117
LA GRAN IDEA DE DIOS
118
Comprende la influencia del jardín
120
Comprende la influencia del jardín
121
LA GRAN IDEA DE DIOS
123
LA GRAN IDEA DE DIOS
No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del ma
ligno. Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos
en la verdad; tu palabra es la verdad. Como tú me enviaste al
mundo, yo los envío también al mundo.
-Juan 17:15-18
124
Comprende la influencia del jardín
Atracción magnética
Una de las razones del gran poder de la influencia del jardín es
su atractivo y encanto inconfundible. El mensaje del reino atrae a las
personas como lo haría un imán. Aun aquellos que no saben lo que
buscan, en el momento en que oyen acerca del reino dicen: “¡Esto es!”
La mayoría de las personas reconocen intuitivamente el valor verdade
ro e inestimable cuando se encuentran con él. Jesús enfatizó el valor
supremo del reino en dos breves parábolas:
125
LA GRAN IDEA DE DIOS
126
Comprende la influencia del jardín
127
LA GRAN IDEA DE DIOS
Así que los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los
que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de invitados el
salón de bodas.
Cuando el rey entró a ver a los invitados, notó que allí había
un hombre que no estaba vestido con el traje de boda. “Amigo,
¿cómo entraste aquí sin el traje de boda?”, le dijo. El hombre se
quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atenlo de pies
y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y
rechinar de dientes”. Porque muchos son los invitados, pero pocos
los escogidos.
-Mateo 22:2-14
128
Comprende la influencia del jardín
129
CAPÍTULO 7
L
a gran idea de Dios consiste en tres metas sencillas. En primer lugar,
el Señor tiene previsto reclamar la Tierra para el reino de los cielos,
a fin de crear aquí, una cultura del cielo y, como consecuencia de ello,
originar una comunidad del reino a lo largo y a lo ancho del planeta.
Como hemos analizado en el Capítulo 1, todos los reinos tienen
el deseo inherente de expandirse, y lo llevan a cabo por medio de la
conquista o de la colonización. En el principio, Dios estableció una
colonia del cielo en este planeta, y colocó a los dos primeros seres
humanos, Adán y Eva, como administradores. Su objetivo era que
ellos y sus descendientes gobernaran la Tierra de acuerdo con los
valores y principios del Rey; y que, además, fueran fructificados y
multiplicados hasta que el planeta se llenara de su pueblo, el cual
manifestaría su gloria.
Por desgracia, Adán y Eva demostraron reticencia para vivir de
acuerdo con el gobierno supremo del Señor, y declararon su inde
pendencia, al cometer el único acto prohibido por el Señor: comie
ron del fruto del árbol que se encontraba en el centro del jardín. En
otras palabras, Adán y Eva se revelaron ante los designios de su Rey.
Sin embargo, su experimento de independencia y de autogobierno
demostró ser un absoluto fracaso. La historia de la humanidad ha
demostrado una y otra vez que, como raza, y alejados del Espíritu
Santo y de los principios de Dios, somos incapaces de gobernarnos de
manera eficaz. Por supuesto que el Señor conocía esta condición del
ser humano desde el principio, y es la causa por la cual, al comienzo
de la rebelión del género humano, activó su plan para reclamar o
recolonizar el planeta, un plan que el Creador había establecido aun
antes de la fundación del mundo.
131
LA GRAN IDEA DE DIOS
132
Creación de la cultura del reino
133
LA GRAN IDEA DE DIOS
134
Creación de la cultura del reino
para manifestar la cultura y los valores del reino en nuestra vida co
tidiana, para que de esta manera, en nuestro diario andar, podamos
convertir nuestro entorno en un próspero jardín.
135
LA GRAN IDEA DE DIOS
136
Creación de la cultura del reino
137
LA GRAN IDEA DE DIOS
138
Creación de la cultura del reino
1. Valores
Cada cultura expresa los valores subyacentes. Estos pueden defi
nirse, simplemente, como todos aquellos conceptos que la sociedad
considera dignos de proteger, preservar y transmitir a futuras genera
ciones. Por ejemplo, si una sociedad acepta al divorcio como práctica
normal, entonces habrá muchos divorcios. No obstante, en el reino de
los cielos, el divorcio no es un valor para estimar, de modo que no se
supone que suceda. En gran parte de la sociedad occidental, los dere
chos de los homosexuales y los matrimonios de personas del mismo
sexo han alcanzado una gran estima social y, tal vez, no transcurra mu
cho tiempo para que disfruten de protección legal. Sin embargo, estas
prácticas no son aceptadas en el reino de los cielos, ya que se oponen
a las pautas del Rey.
139
LA GRAN IDEA DE DIOS
140
Creación de la cultura del reino
2. Prioridades
Además, la cultura de un pueblo se refleja en las preferencias de
vida de las personas. En la sociedad occidental, por ejemplo, se puede
advertir fácilmente que el énfasis está puesto en la obtención de dinero
y la adquisición de riquezas y posesiones. El capitalismo y el consumis-
mo son los dioses actuales, ya que muchas personas dedican sus vidas
a ir tras el dólar “todopoderoso” (o la libra, el franco o el peso). Sin
embargo, Jesús afirmó que:
141
LA GRAN IDEA DE DIOS
En la cultura celestial, las prioridades del Rey son las mismas prio
ridades que las de sus ciudadanos. Como Jesús, quien declaró que “solo
hacía lo que había visto hacer por parte de su Padre”, los miembros del
reino no tienen prioridades propias, sino solo aquellas concedidas por
el Rey. Ha prometido que si damos prioridad a su reino y a su justicia,
Él dará prioridades a nuestras necesidades.
3. Conductas
Cada uno de nosotros damos a conocer la cultura a la que pertene
cemos, a través de nuestra conducta. El respeto que mostramos hacia
nuestros padres, educadores, agentes del orden público y otras figuras
de autoridad es altamente revelador de nuestra cultura. También lo es
el grado de tolerancia hacia conductas perversas, tales como la em
briaguez en público, el juego de azar, los actos lascivos, entre otros.
La conducta exterior revela el corazón. Por consiguiente, la conducta
perjudicial es un signo revelador de una cultura malsana.
Por el contrario, la conducta del reino se define por mandamien
tos tales como:
142
Creación de la cultura del reino
4. Normas
Cada cultura posee normas de conducta que determinan la mane
ra en que las personas deben comportarse con los demás. La cultura
del mundo, en su conjunto, funciona de acuerdo con el esquema que
determina el egoísmo, ya que prioriza al bienestar y las necesidades
personales, antes que las ajenas. Muchas personas centran su atención
en conseguir su “tajada del pastel”, para lo cual usan y descartan a los
demás, durante su carrera por alcanzar la cima. Es una competencia
despiadada, en la cual cada ser humano busca su beneficio.
En el reino de los cielos no sucede lo mismo, porque funciona de
una manera completamente opuesta; la cual fue puesta de manifiesto
por Jesús, tanto en palabras, como en acción. La noche antes de ser
crucificado, Jesús compartió la última cena del día de Pascua con sus
discípulos. Poco antes de cenar el Señor se quitó el manto, se ató una
toalla a la cintura, como lo haría un siervo, y comenzó a lavar los
143
LA GRAN IDEA DE DIOS
5. Conmemoraciones
Otra característica distintiva de una cultura puede encontrarse en
las diferentes conmemoraciones. Todo aquello que conmemoramos
es también lo que exaltamos. En otras palabras, demostramos lo que
es más importante para nosotros mediante las circunstancias o even
tos a los que brindamos atención. Además, todo lo que exaltamos es
144
Creación de la cultura del reino
aquello que adoramos. Por otra parte, todo lo que decidimos ignorar
es aquello que acabamos por destruir.
Si tu nación, estado o comunidad celebra anualmente, con una
marcha, el “día del orgullo gay”, revela muchas características de la
cultura a la que perteneces. Si celebras el aniversario de la legitimación
del aborto, este hecho es altamente revelador acerca de la cultura a la
que perteneces.
Dios dio a los israelitas antiguos siete festivales para celebrar du
rante el año, en conmemoración del rescate de la esclavitud de Egipto
-día de la Pascua- y de su cuidado y preservación del pueblo durante
la etapa en el desierto -Fiesta de los Tabernáculos-. La cultura del
reino celebra los eventos significativos de la vida del pueblo de Dios.
Celebramos la Navidad en conmemoración del nacimiento de nues
tro Señor y Salvador, Jesucristo; así como también, la Pascua, ya que
recordamos su resurrección de entre los muertos. En las comunidades
cristianas celebramos, con regularidad, la Comunión o Santa Cena,
en memoria del cuerpo de Jesús quebrantado y de su sangre derrama
da, a fin de lograr la limpieza de nuestros pecados y de concedernos
acceso a su reino.
6. Moralidad
Uno de los indicadores más claros de la naturaleza y de la salud de
una cultura es el clima moral que fomenta. Por ejemplo, una sociedad
que “mira para el costado”, respecto de la prostitución, el adulterio, la
pornografía, la conducta homosexual, las relaciones sexuales antes del
matrimonio, los nacimientos fuera del matrimonio y el aborto está,
verdaderamente, en camino directo hacia la destrucción.
Todas estas prácticas se oponen diametralmente a los patrones
morales del reino de los cielos. La cultura del reino explicita sus prin
cipios a través de Las Escrituras:
145
LA GRAN IDEA DE DIOS
Cuando los ciudadanos del reino viven de acuerdo con estos pa
trones de moral, se destacarán, de tal manera que es inevitable que el
mundo preste atención a su comportamiento distintivo.
7. Vínculos
Las personas demuestran su cultura a través de los vínculos que
crean; por ejemplo, quién y qué asocian con el concepto de nación; así
como también, la naturaleza y el carácter de sus relaciones personales
e interpersonales. Por ejemplo, en el ámbito de la política internacio
nal, una nación revela su cultura mediante las alianzas que entabla;
así como también, la razón de esas coaliciones. Un país que se alía
con un estado terrorista o con un sistema político represivo demuestra
cierta empatia con el terrorismo, o al menos, muestra una cultura que
prioriza los acuerdos comerciales y económicos, antes que los derechos
humanos, la dignidad y los valores.
Además, los vínculos interpersonales en la cultura del mundo se
caracterizan, a menudo, por la frivolidad y por el egoísmo, ya que las
personas favorecen sus intereses y consideran a los demás solamente
146
Creación de la cultura del reino
Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros.
Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos
a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se
aman los unos a los otros.
-Juan 13:34-35
147
LA GRAN IDEA DE DIOS
8. Ética
Asimismo, la esencia de la cultura de una nación se manifiesta en
los patrones de ética que profesa. Es posible que estos patrones sean
bastante diferentes de los “oficiales” establecidos por la ley. Gran can
tidad de gobiernos corruptos e inmorales han fingido estar de acuerdo
con los patrones de ética más elevados, aun cuando sus líderes han sa
crificado a su pueblo y han saqueado el tesoro público para el enrique
cimiento personal. La corrupción, como fábrica moral de una cultura,
garantiza la pobreza de una nación, no solo en el ámbito económico,
sino también en el moral y en el espiritual.
En una escala más personal, es característico de la cultura del
mundo todo acto que implique “inflar el presupuesto”, fracasar en
cumplir con lo prometido y beneficiarse de la ignorancia o inexperien
cia de las personas, al cobrarles más artículos o servicios, porque sa
bes que nunca notarán la diferencia; así como también otras prácticas
poco éticas. Todas estas costumbres no se admiten en la vida o en la
conducta de los ciudadanos del reino.
Dentro de la cultura del reino, todas las personas son tratadas
con justicia, equidad, dignidad y estima. Además, solo se acepta el
trabajo honesto y su justa paga. La cultura divina supone que nadie
sacará ventaja malintencionada, aún cuando la oportunidad aparezca;
además, Dios espera que nos comportemos con honestidad en todos
nuestros asuntos y que seamos leales con la palabra declarada, aun en
perjuicio propio.
9. Normas sociales
Las normas sociales se basan en el establecimiento de reglas de
comportamiento que una sociedad adopta como conducta estándar,
y revelan la naturaleza de la cultura a la que pertenecen. Tomemos,
como ejemplo, una conducta muy extendida dentro de la sociedad
bahameña. Muchas personas aceptan la práctica de sweethearting5,
148
Creación de la cultura del reino
Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense
siempre por hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos. Estén
siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situa
ción, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. No
apaguen el Espíritu, no desprecien las profecías, sométanlo todo a
prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal.
- 1 T e s a l o n i c e n s e s 5 : 1 5-22
10.Actitudes adoptadas
La cultura se pone de manifiesto en las actitudes adoptadas por
las personas que la integran. Existen ciertos países en los que, cuando
te encuentras de visita, sientes el calor y la amistad de sus habitantes,
quienes aprecian a los visitantes y salen al encuentro para hacerlos
sentir bienvenidos. Me agrada mucho visitar este tipo de país. En el
lado opuesto del espectro, encontramos países con habitantes en su
mayoría groseros, arrogantes y descorteses, en donde los empleados
en las industrias de “servicios”, tanto en hoteles como en restaurantes,
149
LA GRAN IDEA DE DIOS
11.Vestimenta
La vestimenta es otra característica distintiva de la identidad cul
tural. Muchas personas exhiben su cultura mediante la clase de la in
dumentaria que usan. En la sociedad occidental contemporánea, se ha
vuelto una práctica común que, especialmente las mujeres, se vistan
de una manera provocativa, quienes, en lugares públicos, desfilan con
ropas que acentúan y, a menudo, apenas cubren los senos y los geni
tales. Un número más extenso de personas aceptan estas costumbres,
entre las cuales se hallan los creyentes, los cuales afirman ser ciudada
nos del reino.
-Todo el mundo lo hace.
-Esta es la manera en que suceden las cosas -afirman.
A estas personas les digo:
-Bueno, tú no eres “todo el mundo”.
Ellos pertenecen a otra cultura; tú perteneces al reino de los cielos,
cuya cultura propone que “te vistas de manera recatada”. Vístete de
acuerdo con la manera en que desees que te traten. Si deseas que te res
peten, vístete de una manera respetuosa. Si deseas que te traten con se
riedad, vístete debidamente. Este concepto se aplica tanto a los varones
como a las mujeres. Si deseas progresar en tu profesión, vístete de acuer
do con el trabajo que deseas, no con el que tienes en este momento.
150
Creación de la cultura del reino
12.Alimentación
Cada cultura tiene una clase de alimentación que la caracteriza.
En las Bahamas, nuestra comida típica consiste en arvejas con arroz y
ensalada de caracola. En los Estados Unidos los “perros calientes” y la
barbacoa son típicos de ese país. ¿Qué tipo de comida caracteriza a la
cultura del reino? La “comida” consiste en realizar la voluntad de Dios
y en depender diariamente de su Palabra.
Jesús dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y termi
nar su obra” (Juan 4:34). Además, afirmó que: “Dichosos los que tienen
hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mateo 5:6). Al respecto,
el salmista declaró que “dichoso” es el hombre que “en la ley del Señor
se deleita, y día y noche medita en ella” (Salmo 1:2). Del mismo modo
sucede con un árbol lozano y fructífero, así también la persona que lo
hace prosperará en todo aquello que emprenda. La cultura del reino se
caracteriza por el amor y por el hambre hacia La Palabra de Dios, de
modo que los ciudadanos del reino se deleitan en sus riquezas.
13. Respuesta
La cultura también se pone de manifiesto a través de la manera
en que las personas responden unas a otras, en particular, cuando son
provocadas o maltratadas. El mundo afirma: “Golpéame, y te golpearé
en respuesta. Abofetéame, y te daré un puñetazo. Hiéreme, y te mata
ré. Traicióname, y me vengaré”.
La cultura del reino se rige mediante parámetros completamente
distintos. No necesitamos responder a la provocación y al maltrato
LA GRAN IDEA DE DIOS
Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”.
Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te
da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también ¡a
camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, lléva
sela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado,
no le vuelvas la espalda.
Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu
enemigo”. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes
los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo.
- M a t e o 5:38- 45a
14. Bebida
Como sucede con la comida, la cultura de un pueblo puede distin
guirse a través de lo que las personas beben. Por ejemplo, la costumbre
152
Creación de la cultura del reino
15.Todo lo permitido
La cultura se expresa mediante las costumbres permitidas dentro
de una sociedad. Puede conocerse mucho de lo que una comunidad
está dispuesta a tolerar. Hace algunos años visité Ámsterdam, en los
Países Bajos, y el pastor anfitrión me condujo, de manera deliberada,
hacia la “zona roja” de la ciudad, a fin de convertirme en testigo
ocular de los desafíos que él y otros líderes del reino enfrentaban en
aquel país de Europa. Tan pronto como llegamos a aquel lugar perci
bí, de manera inmediata, los poderes demoníacos que se movían en
el aire. Recorrimos cuadras y cuadras con escaparates, donde se ex
hibían mujeres completamente desnudas, quienes ofrecían sus “pro
ductos”. En aquella parte de la ciudad las personas pueden recorrer
y “comprar” lo que deseen, ya que esta práctica es absolutamente
legal. Por lo tanto, no es de sorprendernos que este país sea un pozo
ciego de inmoralidad.
153
LA GRAN IDEA DE DIOS
155
CAPÍTULO 8
T
engo un sueño en el cual, antes de mi muerte, veré y seré par
te de una comunidad dinámica y en crecimiento, en donde no
existirá la enfermedad, la pobreza o la carestía. Todos serán libres de
deudas. La depresión, la preocupación, y la desesperación no existi
rán; además, cada matrimonio será sólido, exitoso y feliz, con hijos
que respetarán a sus padres y vivirán completamente libres de temor.
La comunidad, en su totalidad, adorará al Señor en perfecta unidad y
armonía, con una visión en común.
Las personas fuera de la comunidad se sentirán asombradas ante
lo que vean en ella.
-¿Es cierto que entre las cincuenta mil personas dentro de tu co
munidad no existe el divorcio? ¿Por qué no?
-Porque no creemos en tales prácticas. Tenemos confianza abso
luta en la restauración, en el arrepentimiento y en el perdón. Esta es
nuestra naturaleza, es nuestra cultura.
-¿Es verdad que entre las doscientas mil personas de tu comuni
dad no existe el incesto, y ningún padre duerme con sus hijas? ¿Cómo
puede ser esto verdad?
-Porque aquí esas costumbres son abominables. Amamos a nues
tros hijos. Han sido creados a la imagen de Dios; por lo tanto, los
cuidamos y los protegemos. Es nuestra cultura.
-¿Es verdad que no existe la mentira en medio millón de personas?
-Es verdad. La mentira es una práctica inaudita para nosotros. La
verdad es lo único que circula. En nuestra comunidad, la verdad no
solo es el mejor plan de acción: es el único.
Sueño con el día en que todo lo antes descrito sea una realidad.
157
LA GRAN IDEA DE DIOS
158
Creación de una comunidad del reino
El reflejo de su gloria
El propósito detrás de la comunidad del reino consiste en reflejar
la gloria y la grandeza del Rey. Los ciudadanos de la comunidad se
hallan bajo el gobierno del Rey y llegan a manifestar su misma na
turaleza. En otras palabras, las personas adquieren las características
de Dios y exhiben el carácter y la cultura del Rey. A decir verdad, la
calidad y naturaleza de cualquier reino puede reconocerse, en primer
lugar, no por la presencia misma del rey, sino por el estilo de vida de
los ciudadanos. La manera en que viven las personas de un reino pone
de manifiesto la esencia y naturaleza del Rey.
Esta es la manera en que funcionan los reinos, ya que se manifies
tan en la cultura de su pueblo. Del mismo modo sucede con la comu
nidad, la cual es la manifestación o el reflejo de la virtud y esencia del
159
LA GRAN IDEA DE DIOS
160
Creación de una comunidad del reino
161
LA GRAN IDEA DE DIOS
“Común unidad”
Como ya he mencionado, el término “comunidad” es un térmi
no compuesto por dos palabras: “común” y “unidad”. De modo que
la unión de estas dos palabras nos da un indicio de su significado:
un grupo de personas vinculadas por lazos comunes. Más específica
mente, una comunidad es un grupo de personas que se distinguen y
162
Creación de una comunidad del reino
163
LA GRAN IDEA DE DIOS
164
Creación de una comunidad del reino
modo que pueden aprender a ver como Él lo hace; a pensar como Dios
y a comportase de misma manera que el Señor.
Finalmente, una comunidad del reino se encuentra comprometi
da con la visión y el propósito del Rey. La visión en común guía a la
unidad y ayuda a garantizar su supervivencia, ya que sin visión una
comunidad puede perecer (vea Proverbios 29:18). Entonces, ¿cuál es
la visión del Rey? Es muy sencilla, ya que consiste en que su reino ven
ga y que su voluntad se realice en la Tierra como en el cielo. La visión
de Dios, esto es, su gran idea, se basa en su anhelo de que el cielo se
establezca en este mundo. Él puede verla. ¿Puedes hacerlo tú?
¿Puedes ver la cultura del cielo llegando a la Tierra? ¿Puedes ima
ginar una comunidad donde cada marido ame a su esposa, del mismo
modo que Cristo lo hace con su Iglesia, y la trate como a una reina?
¿Puedes imaginar a una comunidad donde cada esposa honre, respete
y edifique a su esposo? ¿Puedes imaginar a una comunidad en la que
los esposos y las esposas se mantengan absolutamente fieles, y donde
el adulterio o las relaciones ilícitas sean inconcebibles? ¿Puedes imagi
nar a una comunidad en la cual los niños honren y respeten a sus pa
dres, y demuestren respeto hacia toda autoridad? ¿Puedes imaginar a
una comunidad en donde la palabra empeñada establezca un vínculo,
y donde la honestidad finalmente haya prevalecido? ¿Puedes imaginar
una comunidad en donde no haya maldición, juegos de azar, codicia,
hurto, envidia, celos, calumnia, traición, altercados, lujuria o inmo
ralidad sexual? ¿Puedes imaginar una comunidad donde no exista la
pobreza ni la carencia, sino solamente paz abundante y satisfacción?
¿Puedes hacerlo?
Dios sí puede, y este es el tipo de comunidad con el que desea
llenar la Tierra.
165
LA GRAN IDEA DE DIOS
166
Creación de una comunidad del reino
167
LA GRAN IDEA DE DIOS
168
Creación de una comunidad del reino
Y le dijo a José:
-El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Ca-
naán, y me bendijo con esta promesa: “Te haré fecundo, te mul
tiplicaré, y haré que tus descendientes formen una comunidad de
naciones. Además, a tu descendencia le daré esta tierra como su
posesión perpetua”.
-Génesis 48:3-4
169
LA GRAN IDEA DE DIOS
170
Creación de una comunidad del reino
La responsabilidad de la comunidad
Una característica que distingue a la comunidad del reino, con
respecto a cualquier otra comunidad, es que los pecados que allí se
cometen pueden ser personales, aunque nunca serán privados. Las ac
ciones de una sola persona afectan a la comunidad en su totalidad.
Por la salud y el bienestar de toda la comunidad, Dios determinó una
solución drástica para este problema:
171
LA GRAN IDEA DE DIOS
172
Creación de una comunidad del reino
173
LA GRAN IDEA DE DIOS
174
CAPÍTULO 9
175
LA GRAN IDEA DE DIOS
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ánge
les, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán
delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor
las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras
a su izquierda.
Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan
ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el
reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque
tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron
de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y
176
Cautivemos la atención del mundo
177
LA GRAN IDEA DE DIOS
178
Cautivemos la atención del mundo
179
LA GRAN IDEA DE DIOS
180
Cautivemos la atención del mundo
181
LA GRAN IDEA DE DIOS
7. Dios no nos llamó para competir con el mundo. A veces nos com
portamos de una manera tal, que demostramos un interés des
medido en reaccionar ante cada declaración que el mundo hace,
puesto que sentimos que debemos dar una respuesta “cristiana”.
Asumimos que debemos defender al reino de los cielos, y que no
debe existir un desafío al cual no respondamos.
Sin embargo, este es un pensamiento equivocado. Cristo nun
ca deseó contender con el imperio romano. ¿Por qué no? Porque
el Señor sabía que la competencia no era posible. Esta es la razón
por la que le respondió a Pilato: “Mi reino no es de este mundo Si lo
fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me
arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36).
Nuestra tarea no debe ser la “defensa” del reino; pues el Rey es
absolutamente capaz de defenderlo. Nuestra labor no consiste en
competir con el mundo, porque tal competencia no existe. Perte
necemos a una nación diferente; por lo tanto, debemos manifestar
el reino en nuestras vidas y dejar que el reino hable por sí mismo.
182
Cautivemos la atención del mundo
183
LA GRAN IDEA DE DIOS
“Ciertamente Ies aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago
también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Pa
dre” (Juan 14:12).
Las personas de todo el mundo buscan el reino, aunque es po
sible que no sean conscientes de ello. Nosotros, quienes pertene
cemos al reino, somos responsables de brindar la ayuda necesaria
para encontrarlo. Nuestra tarea debe ajustarse con los tiempos de
Dios, en cuanto al regreso de Cristo y con el final de los tiempos:
“Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testi
monio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
3. Dios nos llamó a captar la atención del sistema mundial. Para lograr
esta misión, es necesario que nos comprometamos profundamente.
Las batallas, en tiempo de guerra, también suelen llamarse “confron
tación” o “enfrentamiento”. “Confrontar” algo significa “enfrentar
cara a cara”; y “enfrentar algo y desafiarlo”, sin retroceder o rendirse.
Cautivemos la atención del mundo
185
LA GRAN IDEA DE DIOS
186
Cautivemos la atención del mundo
187
LA GRAN IDEA DE DIOS
Jesús les contó otra parábola: “El reino de los cielos es como un
hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras
todos dormían, llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el
trigo, y se fue. Cuando brotó el trigo y se formó la espiga, apareció
también la mala hierba. Los siervos fueron al dueño y le dijeron:
‘Señor, ¿no sembró usted semilla buena en su campo? Entonces,
¿de dónde salió la mala hierba?’ ‘Esto es obra de un enemigo’, les
respondió. Le preguntaron los siervos: ‘¿Quiere usted que vaya
mos a arrancarla?’ ‘¡No! -les contestó-, no sea que, al arrancar la
mala hierba, arranquen con ella el trigo. Dejen que crezcan juntos
hasta la cosecha. Entonces les diré a los segadores: Recojan prime
ro la mala hierba, y átenla en manojos para quemarla; después
recojan el trigo y guárdenlo en mi granero”’.
-Mateo 24:24-30
188
Cautivemos la atención del mundo
189
LA GRAN IDEA DE DIOS
delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de
ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
-Mateo 5:13-16
190
Cautivemos la atención del mundo
191
LA GRAN IDEA DE DIOS
192
CAPITULO 10
L os ciudadanos del reino son personas con los pies puestos en dos
mundos. Un pie se encuentra completamente instalado en la co
munidad del reino, en donde experimenta, a diario, una vida regida
por los principios de justicia, los cuales constituyen los patrones de
conducta y la cultura del Señor Todopoderoso; mientras que el otro pie
se halla, inconmoviblemente, en la sociedad y en la cultura del mundo.
En realidad, estos dos mundos son incompatibles, ya que funcio
nan de acuerdo con principios y sistemas filosóficos diametralmen
te opuestos entre sí. Mas vivimos, de manera simultánea, en ambos
mundos. Este es el verdadero desafío que implica la pertenencia al rei
no. Si deseamos lograrlo, debemos entender el principio de extensión
e influencia del reino; así como también es necesario que comprenda
mos su funcionamiento en la contracultura con la cultura actual, en la
cual nos hallamos.
¿Cómo podemos vivir en dos mundos opuestos? Y aún más im
portante, ¿cómo lograremos reclamar el mundo, la cultura popular y
ponerlo a los pies del Rey?
La actitud correcta es la clave para la victoria, la cual determina,
además, la estrategia a seguir.
Para comenzar, es necesario que tengamos la actitud y disposi
ción correctas respecto al reino de los cielos y al reino de este mundo.
El primero es eterno, mientras que el segundo es temporal. En otras
palabras, mientras que el reino de los cielos perdurará para siempre,
el reino de este mundo perecerá algún día, y será reemplazado por
un nuevo reino dentro de una Tierra, también nueva. El Salmo 45:6
193
LA GRAN IDEA DE DIOS
194
Vivir en dos mundos, dentro de la misma Tierra
195
LA GRAN IDEA DE DIOS
196
Vivir en dos mundos, dentro de la misma Tierra
197
LA GRAN IDEA DE DIOS
198
Vivir en dos mundos, dentro de la misma Tierra
del reino decidida a aplicar los principios del reino, sin concesiones o
coexistencia posible, en el lugar donde Dios la había colocado.
Cada vez que el reino se instala en un lugar determinado, impacta
y toma el control de la cultura de aquel sitio, sin utilizar la violencia o
tácticas opresivas, sino con amor y con la firme confianza en la legiti
midad, superioridad y supremacía del gobierno del reino. Nuestro de
ber no es vestirnos como la cultura popular, o vivir como ella; tampoco
consiste en adoptar el punto de vista del mundo respecto del sexo y de
las pautas morales.
Consiste, en cambio, en establecer los parámetros superiores del
reino. Debemos ejercer el dominio propio y la moderación en todas las
áreas de nuestra vida, a fin de impactar a las personas que nos rodean.
No debemos permitir que el entorno cambie nuestras vidas. En lugar
de ello, nuestra obligación consiste en cambiar el entorno y amoldar al
mundo respecto del reino de Dios. Pablo dijo: “No se amolden al mun
do actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente”
(Romanos 12:2a). Una vez que somos transformados de esta manera,
podemos, luego, convertir nuestro entorno hasta que sea un reflejo
diáfano del reino, donde sea que nos encontremos en este momento.
Para Dios la coexistencia no es posible. La transformación de la
cultura popular será posible solamente cuando las comunidades del
reino se nieguen a permanecer en silencio, o inactivos, sin compro
miso o participación, mientras los agentes “de los poderes (...) y fuerzas
espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efesios 6:12) toman las
decisiones y son los dueños del espectáculo.
Debemos participar; nuestro deber es tomar la iniciativa para re
producir comunidades de jardines del reino, en el lugar donde nos
encontremos en este momento, y hacia donde nos dirijamos en el fu
turo. Este es nuestro llamamiento y nuestra labor por parte de Aquel
que nos asignó esta gran comisión: “Vayan y hagan discípulos de todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíri
tu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”
(Mateo 28:19-20a).
LA GRAN IDEA DE DIOS
200
Vivir en dos mundos, dentro de la misma Tierra
“Pero entre ustedes no debe ser así”. Con estas palabras Jesús marca
ba una clara distinción entre la vida del reino y los métodos humanos
utilizados. En el mundo los reyes y gobernantes se jactan de su autori
dad sobre los otros: “pero entre ustedes no debe ser así”. En el mundo los
funcionarios y personas con poder ejercitan, a menudo, su autoridad
de manera egoísta y opresiva, “pero entre ustedes no debe ser así”. En el
mundo las personas atienden desmedidamente el propio interés, y se
relacionan conflictivamente con los demás y, si es necesario, destruyen
a todo aquel que se interponga en el camino para alcanzar el poder,
aunque “entre ustedes no debe ser así”.
El éxito y la grandeza en el reino no se alcanzan mediante la
egolatría o la búsqueda de posiciones ambiciosas; sino a través de la
203
LA GRAN IDEA DE DIOS
204
Vivir en dos mundos, dentro de la misma Tierra
205
LA GRAN IDEA DE DIOS
dando pequeños pasos de fe, para luego dar pasos más grandes, a me
dida que el Señor te da la oportunidad. Este hecho significa que dis
tribuyas tu don gratuitamente; sí, entrégalo. Los esclavos no reciben
pago por su trabajo. Sin embargo, a medida que sirvas con fe y con
humildad de corazón, entregándote al servicio y sin esperar recompen
sas, el Rey que observa constantemente tu conducta, te recompensará
finalmente. Cuando demuestres tu fidelidad en pequeñas obras, Él te
pondrá sobre cosas mayores.
Por lo tanto, continúa con tu fiel labor en el ministerio para los
hombres, o para los niños, o para la música, o para la cocina o donde
sea que Dios te haya colocado, y de la manera que te haya dotado para
llevarlo a cabo. Pon tu corazón en el reino, sirve al mundo con tu don,
sé fiel. Y finalmente, Dios te elevará de un modo o de otro. Debes con
vertirte en esclavo de tu don, y cuando cumplas con el servicio de esta
manera, te encontrarás sirviendo a los demás. Y cuanto más entregues
de ti, más grande te convertirás a los ojos de quienes sirves, porque
verán la imagen, la semejanza y el corazón del Rey.
La gran idea de Dios consistía en extender su influencia y cultura
real desde la esfera celestial a la terrestre, mediante la siembra de co
munidades de jardines a lo largo y a lo ancho de la Tierra, las cuales
reflejaran la riqueza y abundancia de la vida en el reino celestial. Y
decidió llevar a cabo su plan mediante los ciudadanos-siervos, como tú
o como yo, quienes buscamos, en primer lugar, su reino y su justicia,
y que vivimos brindándonos a otros, de modo que puedan ver al Rey
en nosotros, que puedan entender al reino desde nuestras vidas, y para
que, finalmente, deseen ser parte del reino.
Seamos fieles a nuestro llamamiento y aceleremos el día cuando “la
tierra [sea llena] del conocimiento de la gloria del Señor” (Habacuc 2:14).
206