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La Fidelidad de Dios
La Fidelidad de Dios
La Fidelidad de Dios
Obediencia a Dios, cualquiera que sea la circunstancia por ilógica que parezca.
Fidelidad
1. Daniel fue puesto a prueba cuando se decretó que ningún hombre podía orar a ningún dios o alguien
que no fuese el rey Darío, de lo contrario la persona que orara a otro dios sería echado en el foso de los
leones. (Daniel 6).
De esta forma la fidelidad de Daniel a Dios Jehová fue puesta a prueba, siendo fiel aún y cuando
bajo el decreto eso significaba que lo echaran a los leones.
2. Sadrac, Mesac y Abed Nego fueron puestos a prueba en su fidelidad de sólo servir y adorar a Jehová
Dios, bajo pena de ser echados al horno de fuego. (Daniel 3).
Es normal que Dios ponga a prueba a los cristianos en cuanto a su fidelidad a El.
Jesús enfatizó la importancia de ser un siervo fiel, al enseñar parábolas sobre siervos fieles (Mateo 24 : 45 – 51).
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el
alimento a tiempo?
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
Jesús habla en Apocalipsis a la iglesia de Esmirna advirtiéndoles que serán puestos a prueba, pero sean fieles.
“No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros, en la cárcel,
para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la
corona de la vida” Apocalipsis 2 : 10
En la familia:
o nuestra esposa,
o nuestros padres.
En la iglesia:
Obediencia
Naaman el Ciro, general de los ejércitos de siria era leproso, el profeta Eliseo
Adán y Eva.
Desde el principio de la Biblia, vemos la primera prueba a los padres de la humanidad, después de que Dios los
ha creado sobre la tierra, dándoles libre voluntad, les dice que pueden comer de todo fruto, pero pone a
prueba su obediencia indicándoles que no coman del árbol de la ciencia del bien y del mal.
“Tomó, pues Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara, y lo guardase. Y mandó
Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y
del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2 : 15 – 17.
Para que Dios pudiera poner a prueba su obediencia, puso el árbol de la ciencia del bien y del mal dentro del
huerto junto con los demás árboles, y para poderlos probar dejó el árbol a su alcance, sin ningún enrejado ni
guardianes.
Sin ninguna obvia cámara de seguridad, precisamente para probar a Adán y Eva en cuanto a la obediencia a su
mandamiento.
Es obvio que si Dios pusiera el árbol de la ciencia del bien y del mal fuera de su alcance no los podría probar en
este sentido.
Abraham
Después de que Abraham finalmente tuvo el hijo que Dios le prometió, Dios puso a prueba la obediencia de
Abraham, al pedirle que matara y sacrificara a su hijo.
Era un mandato de Dios que sonaba ilógico, si Dios le había prometido un hijo y una gran descendencia, por
qué ahora Dios le pedía que matara a Isaac?
Precisamente para probar a Abraham en su obediencia ciega a Dios, no importando lo ilógico de la orden, no
importando las circunstancias.
Moisés
o Dios ordena a Moisés hablar a la roca para que brote agua de ésta, cuando los Israelitas están andando
por el desierto.
o Aunque para Moisés tal vez no sonara a un mandato ilógico después de haber visto tantos portentos y
milagros de Dios, con este mandato, tal vez sencillo y simple y claro, ó tal vez ilógico, se estaba
poniendo a prueba la obediencia de Moisés a los mandatos de Dios.
Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne a la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad
a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás agua de la peña, y darás de beber a la congregación
y a sus bestias.
Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. Y reunieron Moisés y Aarón a la
congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta
peña?
Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la
congregación, y sus bestias” Números 20: 7 – 11.
Moisés desobedeció el mandato de Dios, Dios buscaba que Moisés le obedeciera sin importar la
circunstancia, el mandato era muy claro debía hablar a la roca, sin importar si sonaba ilógico, pero Moisés en
lugar de obedecer a Dios hablando a la roca la golpeó dos veces.
Seguramente usted ya sabe las consecuencias de la desobediencia de Moisés ante este simple mandato, por si
aún no conoce el desenlace, le invito lo lea en Números 20: 12
Jonás
Dios quiso enviar a Jonás a Nínive para advertirles que sería destruida por su continuo y excesivo pecado.
o Dios dijo a Jonás: “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido
su maldad delante de mí” Jonás 1 : 2.
o Es muy probable, tal vez casi seguro que Dios pudo haber enviado a otra persona que tuviera ganas de
ir de “evangelista” ó “misionero”, pero esta historia parece revelar algo más importante en el carácter
de Dios, en cuanto a que el pone a prueba a las personas, y desea ver si los que se dicen sus siervos
realmente están dispuestos a obedecer sus mandamientos.
Dios no puede obligar a ninguno de sus siervos a obedecerlo, puesto que Dios le ha otorgado a todo ser
humano el libre albedrío y libre voluntad lo cual en términos prácticos significa que todo ser humano, puede
elegir entre obedecer y desobedecer a Dios.
o Desde el principio de la humanidad cuando Dios manda a Adán y Eva no comer el fruto de cierto árbol,
no los obliga a obedecerlo, ellos tenían la libertad de elegir entre obedecer y desobedecer,
o cuando Dios mandó a Moisés hablarle a la roca para que diera agua, pero Moisés desobedeció y en
lugar de hablarle a la roca la golpeó. Dios busca que el ser humano y en particular sus siervos utilizando
su libre voluntad obedezcan sus mandamientos.
o Jonás decía que era siervo de Dios y que tenía temor y miedo de Dios, pero cuando Dios le ordenó ir a
Nínive, Jonás huyó en dirección contraria para “ir lejos de la presencia de Dios”, “Jonás se levantó para
huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope y halló una nave que partía para Tarsis; y
pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová” Jonás 1 : 2.
Cuando ante la desobediencia de Jonás,
o Dios envía una tormenta para afectar la nave en la cual viajaba Jonás, ante la pregunta de los marineros
a Jonás de quién era él, Jonás declara: “Soy hebreo y temo a Jehová Dios de los cielos, que hizo el mar y
la tierra” Jonás 1 : 9.
o Es decir Jonás se identificaba como siervo de Dios y temeroso de él, pero no le obedeció.
Jesús dice algo muy importante, señala una condición para entrar al cielo, al reino de Dios.
Jesús dice en Mateo 7 : 21 – 23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros?
Dios busca a los siervos fieles que se encuentren obedeciendo sus mandamientos.
Porque ciertamente aquéllos que en el reino milenial de Jesucristo reciban la facultad de juzgar deben reunir
ciertas cualidades probadas. Formar parte de quienes juzguen en el reino milenial de Jesucristo, es una gran
responsabilidad.
“Y ví tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar” Apocalipsis 20 : 4.
Dentro de algunos quienes reciben facultad de juzgar en el reino del milenio de Jesucristo, vemos a algunos
hombres y mujeres que fueron obedientes y fieles a Dios hasta la misma muerte de mártir.
“Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían
adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y
reinaron con Cristo mil años” Apocalipsis 20 : 4.
Así que, tu como cristiano seguramente pasas por pruebas y situaciones en las que tu obediencia y fidelidad a
Dios son probadas.
Obediencia a Dios, el Señor Jesús señala que obedecer a Dios es requisito para entrar
al cielo.
Veamos nuevamente las siguientes palabras del Señor Jesús, ya que son de consecuencias eternas:
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7 : 21 – 23.
A veces pensamos que fidelidad y lealtad son sinónimos, pero no es así, aunque el significado de ambas
palabras se complementan para ayudarnos en nuestra relación con otros. En el matrimonio, por ejemplo, es
indispensable ponerlas en práctica, lo mismo, en nuestra relación con Dios.
Fidelidad es la virtud de dar cumplimiento a una promesa. Al ser una virtud, significa que está en
nuestro interior y que es posible aprenderla.
Sin embargo, la fidelidad está sujeta a un contexto. Cuando firmamos un contrato de trabajo,
podríamos ser fieles a las condiciones establecidas, pero al variar la circunstancia, podría terminar.
Damos lo que está pactado en la medida que recibimos. Entonces, somos fieles porque respetamos el
contrato, pero no somos leales.
Porque la lealtad implica fidelidad a pesar de cualquier circunstancia. Por eso, una pareja que ha jurado
ser fiel en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, está prometiendo lealtad mutua.
Cuando somos leales cumplimos lo que prometimos en medio de cualquier situación, positiva o
negativa. Hasta un perro es fiel, pero si lo tratas mal, dejará de serlo porque no sabe ser leal, su
fidelidad depende de la circunstancia.
David sabía de fidelidad y lealtad al Señor. Lo demostró muchas veces, incluso ante al pecado que cometió, ya
que confiaba en Su misericordia y justicia, y sabía que todo lo bueno viene del Padre4
Por eso, David nos enseñó que para consolidar nuestra relación con Dios y escucharlo, debemos ser humildes y
rendirnos a Su deseo de salvarnos. El Señor tiene preparado un camino de bendición, no es hombre para
mentir, pero está en nosotros que se cumpla al demostrarle lealtad. Sin embargo, si fallamos, Su infinito amor
está dispuesto a rescatarnos, siempre que vea nuestro sincero deseo por estar a Su lado5
Acércate al Señor aunque te sientas inmundo como esos diez leprosos a quienes sanó, porque Él quiere
liberarte de toda atadura para que te acerques confiado.
Fidelidad también implica servir con amor, de hecho, la palabra latina fidelitas de la que deriva el término,
significa servicio. Es difícil, pero es justo. No tengas miedo, atrévete, haz el compromiso, porque Él te respaldará
al ver que realmente lo amas a pesar de todo. Entrégale tu vida para que inicie esa íntima relación. Dale gracias
porque Su fiel amor sobrepasa toda circunstancia, y lo encuentras a tu lado en medio de la alegría y también en
medio de la angustia. Hagamos el compromiso de serle fieles y leales, prometamos corresponderle con servicio
sincero y desinteresado porque sabemos que Él está junto a nosotros siempre y a pesar de todo.