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Cachas

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LA CULTURA CHACHAPOYAS

En el año 1535 los primeros españoles llegaron al territorio de los Chachapoyas, una enorme región
situada entre los ríos Huallaga y Marañón, ubicada entre 2,000 y 3,000 mts. de altura y cubierta
permanentemente por nubes. Desde el siglo IX, la zona estaba poblada por una importante cultura,
hasta que fue invadida por los incas en el siglo XV, e incorporada al imperio Incaico durante los
tiempos de Túpac Inca Yupanqui.
El pueblo Chachapoyas o Sachapcollas (pobladores de zonas boscosas) estaba integrado por
diversos grupos étnicos afines, que se desplazaban por el territorio que se extiende de Norte a Sur
(unos 300 km.), desde el Marañón en la zona de Bagua y por el Sur hasta la cuenca del Abiseo.
Algunas hipótesis aseguran que los Chachapoyas descendían de inmigrantes cordilleranos
culturalmente andinos, que modificaron su cultura ancestral en el nuevo medio, tomando algunas
tradiciones de los pobladores de origen amazónico. Transformaron el paisaje selvático en yermo a
medida que iban depredando los bosques, y como resultado de las quemas anuales a las que
sometían sus tierras.
ORGANIZACION POLITICO Y SOCIAL DE LOS CHACHAPOYAS
La unidad de organización social estaba constituida por grandes provincias controladas cada una por
un poderoso cacique y totalmente independientes entre sí. Eran pequeños reinos o señoríos
asentados principalmente a orillas del río Utcubamba. Todos tenían el mismo idioma, las mismas
costumbres y formas de cultivar y, muy ocasionalmente, se juntaban para algunas ceremonias
religiosas o para defenderse del ataque de un pueblo enemigo, siempre manteniendo su autonomía.
Según las crónicas relatadas por Pedro Cieza de León, los Chachapoyas eran los más blancos y
agraciados de todos los habitantes del Perú. Vestían ropas de lana y llevaban en sus cabezas unos
“llautos” como señal de su origen. Después de su anexión al Incario adoptaron las costumbres
impuestas por los cusqueños.
La organización social estaba basada en la producción doméstica y en la subsistencia agrícola con
facilidades de almacenamiento. Dentro de la región de Chachapoyas, desarrollaron el intercambio de
alimentos (como la sal) y servicios, basado en las relaciones sociales donde se unen las poblaciones
en una red de trabajo.
ARQUITECTURA Y CERAMICA CHACHAPOYAS
La zona central del desarrollo de la cultura Chachapoyas fue la cuenca del Utcubamba. Allí podemos
encontrar los conjuntos arquitectónicos de Olán, Yalapé, Purunllacta o "Monte Peruvia", Congón
(rebautizado como Gran Vilaya), Vira Vira, Pajatén y otros. Pero Kuélap es, sin duda, el monumento
más grandioso, de casi 600 metros de largo y muros que alcanzan 20 metros de alto.
Las construcciones habitacionales y monumentales son circulares con bases altas, cornisas de
piedras grandes y piedras planas sobresaliendo sobre la superficie de las bases. Poseen rampas
inclinadas o escaleras, dirigidas hacia la entrada.
Los Chachapoyas desarrollaron un lenguaje simbólico común con motivos geométricos en forma de
triángulos, rombos, serpenteadas y ornamentos cuadrados, que aparecen en los frisos de piedra de
las viviendas circulares. Estos símbolos tuvieron un valor étnico y social, y sirvió para demostrar la
fuerza de identidad local, mantenida a través del período Inca.
También la arquitectura funeraria caracteriza a la cultura Chachapoyas e incluye dos tipos de sepulturas: el
sarcófago y el mausoleo. El sarcófago es una evolución del fardo funerario que se expresa en espacios
cordilleranos y costeños de los tiempos Tiahuanaco-Huari.
MOMIA DE LA CULTURA CHACHAPOYAS
A continuacion se puede apreciar una muestra de las imagenes captadas en una exibicion llevada a
cabo en el Museo de Nación, en la ciudad de Lima, sobre las Momias de Leymebamba.
    • Textiles.
    • Cerámica.
    • Orfebrería.
    • Restos Oseos.
    • Momias de Infantes.
    • Momias de Leymebamba.
La Historia de Carabayllo
 El espacio geográfico del Valle del Chillón está dividido en tres partes: valle bajo, valle medio y valle alto. El
río tiene un recorrido de aproximadamente 126 Kms. desde la cordillera de la Viuda, en Canta, hasta el actual
distrito de Ventanilla, a lo largo de este recorrido existen más de 167 zonas arqueológicas. Somos superiores en
patrimonio monumental a muchos distritos de Lima, somos un distrito ecológico, arqueológico, histórico y
folklórico.
No se ha precisado el origen del nombre de Carabayllo, según algunos estudiosos provendría de dos voces de
origen quechua: Carhua y ayllu, que significan criadero de llamas o corral de llamas; otros investigadores
sostienen que se trata de un vocablo de origen aymara.
 

 Período Lítico
(10,000 a.C. - 6,000 a.C.)
 

Hombre de Chivateros
 
Nuestra historia se remonta a aproximadamente 10,000 años atrás, cuando aparece el hombre de Chivateros
cerca de la desembocadura del río. Durante el periodo lítico y arcaico, nuestros primeros ancestros se dedicaban
a la caza, pesca y recolección de productos alimenticios del mar y las lomas.
Recolectaban: maní, papa, lúcuma, maíz, zapallo, calabaza entre otros alimentos de origen autóctono.
Elaboran sus primeros instrumentos de piedra tosca llamadas raspadores, puntas de lanza, buriles,
posteriormente pulieron la piedra y consiguieron mejorar la obtención de alimentos.
Vea también: El hombre de Chivateros

 Períodos Arcaico - Precerámico


(6,000 a.C. - 1,800 a.C.)

Centro Ceremonial El Paraiso


 
Hacia el 4000 a.C. se construye cerca de la desembocadura del río, uno de los centros monumentales mas
antiguos de Perú: El Paraíso.

Período Formativo
(1,800 a.C. - 200
a.C.)
 
Templo Huacoy
 
Durante este período construyen sus centros ceremoniales en forma de "U", en forma de pirámide trunca, en
diferentes puntos, tales como Garagay en San Martín de Porras, Huacoy, Chocas y Buena Vista en Carabayllo y
el centro ceremonial Pucará en Quives. La cultura matriz Chavín (l 300. años a.C.) influyo culturalmente en
Carabayllo, en .el valle alto, medio y bajo de la cuenca del Chillón, se han encontrado cerámica de color negro,
incisiones, fragmentos de telas con figuras de seres antropomórficos, también dejaron para la posterioridad los
frisos del centro ceremonial de Garagay, en el actual distrito de San Martín de Porras.
 Período Lima 
Periodo de Desarrollos Regionales
(200 a.C. - 700 d.C.)

En este periodo se destacó por su forma de cerámica de botellas oblongas de color naranja, mantos con
representaciones de serpientes y peces entrelazados, también se han encontrado momias con tatuajes en sus
cuerpos. (Ej. Ancón 1940- descubrimiento de Julio C. Tello)
 
Período Wari
(700 - 1,100)
 

Dios Huari
 

En este periodo su expresión arquitectónica se da con la utilización de la piedra con barro, construyen ciudadelas
amuralladas defendidas con tres círculos concéntricos,  ejemplo: la Fortaleza de Collique. En lo artístico, y su
iconografía figuran los seres antropomórficos hombres con cabeza de zorro y las imágenes de serpientes en color
marrón crema y rojo bermellón, se sabe que sus técnicas y artes de momificación se refinan.
 

Período de los reinos y señoríos


o intermedio tardío
(1,100 - 1,476)
 

Muralla Colli en Tungasuca


 
 Señorío Colli 
Nace una cultura propia, autóctona y con diseños icnográficos muy propios: LOS COLLIS. Establecen su
señorío y su sede principal en la fortaleza de Collique, actual distrito de Comas, dominando desde Quivi hasta
Ventanilla, incluyendo las márgenes derecha e izquierda del río Chillón, que antiguamente se llamaba río
Carabayllo o río Collique.
Los Collis, cogobernaban en alianza estratégica, con los Huarabí, los Macas, los Guancayos, los Zapan, los
Carhua Ayllus, los Chuquitantas, los Sevillay.
La lengua que hablaban era la yunga, su dios fue Kon y sus cultos estaban relacionados con el agua, los puquios,
los manantiales, la tierra, las grandes Huancas (piedras) y tenían toda una jerarquía eclesiástica y religiosa; en
cuanto a economía, cultivaban y cosechaban: la calabaza, el pacae, la lúcuma, el fríjol, el maíz, la papa, la fresa
silvestre, el ozon o ozun, que después se le llamaría ciruela fraile.
Se alimentaban mucho de los recursos marinos, y de la fauna silvestre, llámese, auquénidos vizcachas, patillos
silvestres, cuy, zarigüeyas, etc.
En cuanto a su arquitectura, construyendo sus viviendas y sus centros ceremoniales utilizando, adobes cónicos o
triangulares, adobitos rectangulares, adobes y adobones. Utilizaron la técnica del vaciado en barro, utilizaron la
piedra de río y la piedra de cerro, mezclado con barro.
Nuestros antepasados, entendieron la importancia de nuestros recursos naturales; domesticaron plantas y
animales, sembraban y cosechaban, una excelente hoja de coca y reproducían su ganadería de auquénidos.
De nuestro valle alto, es la papa de Huamantanga, desarrollaron las diversas técnicas para trabajar los metales y
sus aleaciones, así como también, conocieron a la perfección, la textilería de gasas, en algodón vegetal y en lana
de auquénidos. Confeccionaban ropa, con plumas o plumería de aves y hasta utilizaron el cabello humano para
la textilería.
A nuestros antepasados LOS COLLIS, los tomamos como una referencia, y un paradigma de nuestras
grandiosas culturas pre-hispánicas. De ellos aprendimos a valorar la libertad, la independencia, la autonomía, el
trabajo, la cooperación, etc.
Los Collis tenían como vecinos a los Cantas y Atavillos con quienes tuvieron permanentes conflictos por la
posesión de los cocales, sobre todo de Quives, pero también en tiempos de paz, establecieron fuertes lazos de
interrelación: económica y comercial.
Estas tierras ricas en producción de cocales, y la dominación de nuevos tributarios para el Cusco, fue el motivo
fundamental, para iniciar el sometimiento de los Collis por parte de los foráneos, ejércitos incásicos.
El señorío de los Collis, fue contemporáneo, con la existencia de otros señoríos muy bien organizados, como los
Chancas, Chilques, los Huancas, Pocras, Tallanes, Chimues, Ichmas, Chancay, Yauyos, etc.
Los Collis, conjuntamente con los Quivi, Chuquitantas, Guancayos, y otros curacasgos menores, hicieron frente
a las huestes incásicas de Tupac Yupanqui, no aceptaron ser sometidos pacíficamente, aún sabiendo de su
inferioridad militar, tecnológica y numérica, decidieron resistirlos y enfrentarlos prefiriendo morir defendiendo
su autonomía, su libertad, vendiendo cara su derrota.
En 1476 nuestros heroicos Collis son dominados, sojuzgados política, militar y culturalmente, pero jamás se
rindieron.
El Collicapac no se sometió á los incas, fue muerto con su familia y su gente dispersada y llevada a otros lugares
del Tahuantinsuyo, la clase dominante cusqueña envió mitimaes para repoblar estas tierras.

  Imperio Inca
(1476 - 1532)

Invasión de los Incas


 
Ante la rebeldía de Los Collis, Tupac Yupanqui ordena se cambie la administración de la sede, administrativa y
política de los Colli, trasladándose a Tambo Inca, actual distrito de Puente Piedra, y nombrando a un noble
yanacón para gobernar y anexar nuestro valle Chillón.
Este domino inca termina aproximadamente el año 1532 d.C., fecha en que llegaron los españoles.

Época Colonial
 (1532 - 1821)

Iglesia de la Reducción India


 

Uno de los primeros españoles que llega a Carabayllo, es Nicolás de Rivera "el viejo". Quien se le adjudica las
tierras de Punchauca, Francisco Pizarro, lo nombra primer alcalde de Lima;
Francisco Pizarro se apropia de Chuquitanta; Martín Pizarro toma posesión de Huamantanga, y la quebrada de
Socos.
A Don Francisco Talavera, se le adjudico las tierras de Collique.
Hacia el año de 1540 los indígenas de Canta, apoyan la insurrección de Manco Inca al cerco de lima, para
aniquilar a los españoles.
Con la llegada de los españoles a Carabayllo, también llegan negros esclavos.
San Pedro de Carabayllo, nace como doctrina o pueblo de indígenas, aproximadamente el 29 de junio de 1571.
Siendo el licenciado don Juan Martínez de Rengifo el funcionario español, al servicio del virrey Toledo, quien
ese año estuvo realizando un censo en la zona de Macas y Huarabi.
Los sacerdotes mercedarios, para poder administrar, cristianizar y controlar mejor sus dominios y a los
pobladores de aquella época, habían contribuido, a crear la antigua doctrina de San Pedro de Carabayllo,
estableciendo así el antiguo pueblo de indios o reducción de indios de San Pedro de Carabayllo.
Es así como se va desarrollando durante la colonia, la doctrina de San Pedro de Carabayllo que llegó a agrupar
en su entorno a más de 40 haciendas como son: Ancón o
Lancón o Llancón, Gramadales de Copacabana, Pueblo Viejo, Huarangal, La Molina, Chacra Grande, Gallinazo,
Pro, Infantas, Chavarrilla, Muleria, Palao, Taboada, Aliaga, Alcocer, Chacarita, Chuquitanta, Comas, Collique,
Caudivilla, Chacra Cerro, kon kon, Zambrano, Huacoy, Punchauca Caballero, Chocas, Zapán, Macas, Huarabi,
Cuchicorral, etc.
3.- LAS PROVINCIAS INCA EN LIMA
3.4.- LA PROVINCIA INCA DE MALA
VALLE DE CHILCA
Período Intermedio Tardío
La primera ocupación del sitio de Bandurria corresponde al señorío de Chilca (Linares 1994), que se
desarrolló entre 1200 y 1400 d.C. Su arquitectura consta de estructuras de piedra unidas con
armagasa, áreas enlucidas, pequeños recintos cuadrangulares con callejuelas sobre terrazas en las
laderas del cerro.
Según Noriega (2000), Bandurria yace coexistiendo con otros sitios del Período Intermedio Tardío los
cuales se diferencian bien del sitio Inca por su patrón irregular, semi-subterráneos, con mampostería
de piedra y mortero de barro, con restos de enlucido. Son unidades aglutinadas en las laderas oeste
del cerro y aparece, también, un pozo circular ceremonial. Antes de la llegada de los Incas los
habitantes de Chilca se habrían dedicado a la pesca, la agricultura y la explotación de las lomas.
Horizonte Tardío
De acuerdo a las investigaciones de Linares (1994), Bandurria es un asentamiento Inca impuesto
para controlar económica e ideológicamente a los señoríos locales (Señorío Chilca). Se caracteriza
por estar integrado por grandes estructuras de grandes adobes con plaza trapezoidal y espacios
abiertos.
El asentamiento fue sectorizado en cuatro partes, teniendo en cuenta la ubicación y el material
constructivo:
1. Sector A plaza de forma trapezoidal con dirección Este-Oeste, situada hacia el Este.
2. Sector B Sector administrativo y de depósitos, situado hacia el oeste. Mide
aproximadamente 450 m².
3. Sector C Zona de viviendas y depósitos. Es un área grande de 2000 m².
4. Sector D Estructura de forma cuadrangular que controlaba el ingreso al
asentamiento, de unos 180 m², situada hacia el norte.
Hacia el norte del cerro Bandurria se observa una muralla, que según Tello (1968) continúa hacia
norte, se pierde en el desierto y reaparece al pie de la cordillera.
Según Noriega (2000), la estructura cuadrangular mide 30 x 28 metros y está asociada a dos
estructuras cuadradas al exterior, al norte y sur. Su acceso fue por escalinatas. Noriega describe el
pozo ceremonial, construido con muros de piedra con un grosor promedio de 65 cm. y señala que
podrá tratarse de un Ushnu.
Al este de Bandurria se ubica otra estructura cuadrangular de 80 x 38 mts. elevada en forma
escalonada. Tendría dos tipos de arquitectura: Del tipo de adobes ordenados que se observa en
Bandurria y adobes irregulares mezclados con barro, similar o la tapia.
Noriega señala que los Incas, al llegar, utilizaron mano de obra local inexperta, lo cual explica las
variaciones en los tipos constructivos.
Con la llegada de los Incas, Bandurria se construye sobre una población local, en un sitio estratégico
en el valle. Allí se realizaban actividades rituales, según Noriega y Tello (1938) lo consideran un
templo.  
VALLE DE MALA
El valle de Mala es conocido porque, de acuerdo a la información etnohistórica el dios Pachacamac
tuvo un hijo en dicho valle, al cual el Inca construyó un templo, el cual corresponde al sitio
denominado El Salitre, investigado por Goldfried (1965), quien lo considera un centro religioso.
El Salitre está conformado por una serie de estructuras escalonadas superpuestas. La principal se
denomina A, está situada en la cima de una pendiente, mide 71 m. de largo por 25 de ancho y está
construida con adobes rectángulares. Se asocia a dos montículos secundarios al Oeste y al Este. La
pirámide B se sitúa al norte de la pirámide A, también está construida de adobes y consta de tres
plataformas; la inferior mide 29 m. de largo por 18 m. de ancho. La pirámide C tiene similares
características que B. La pirámide D parece ser una adaptación de un montículo natural en el que se
empleó mampuesto de piedra.

En El Salitre, Goldfried (1965) también recuperó cerámica de superficie la cual clasificó en cinco
tipos: caras gollete, blanco sobre negro, negra bruñida, polícromo y polícroma modelada. Goldfried
compara la cerámica de El Salitre con la de Puerto Viejo (Chilca) y la sitúa en el Período Intermedio
Tardío.
VALLE DE ASIA (OMAS)
Período Intermedio Tardío
Según Coello (1993) en la parte alta del valle de Asia vivían un grupo étnico conocidos como Yauyos,
mientras que en la parte media y baja habitaban los Coayllo. Los Yauyos lograron una gran
expansión, llegando hasta Huarochirí, limitando con los Canta hasta el actual distrito de Omas (Prov.
De Yauyos). Los Coayllo, por su parte habrían construido una gran muralla en la costa, parte de la
cual aún existe, ésta corre paralela al litoral que divide el valle en dos secciones que habría
construida por los Coayllo para defenderse de los Yauyos con quienes tenían rivalidades.
Según Coello (1999) los habitantes de los valles de Chilca, Mala y Coayllo habrían formado una
unidad política, con Mala a la cabeza por ser el valle más fértil y ancho. Todos estos lugares además
habrían tenido un rasgo en común y es el culto a Ichma, en Pachacamac.
Horizonte Tardío
Según, Coello (1993) cuando llegaron los Incas, los Coayllo se aliaron con ellos para vencer a los
Guarcos y así apropiarse de sus tierras por las que estaban muy interesados, en calidad de Mitmaq.
En un trabajo posterior, Coello (1998) investiga el sitio de Uquira, un centro administrativo Inca que
divide en cinco sectores A,B,C,D y E, y el autor describe detalladamente.
Cruzando el río frente a Uquira, se encuentra un poblado civil dividido en dos barrios por un muro.
Presenta corredores, plazas y grandes recintos cuadrangulares. El material constructivo puede ser
adobe (típico de la arquitectura Inca) o cantos rodados y/o piedras del cerro con argamasa (típicos de
Coayllo). Ambos tienen hornacinas. La cerámica asociada es Ichma.
A 9.5 Km. de Uquira se halla una estructura que Coello denomina templo, consistente en un gran
recinto rectangular con pequeños cuartos anexos. Tiene hornacinas y está construida con piedras,
este material constructivo no está presente en Uquira.

Coello señala la existencia de tres caminos prehispánicos, una parte de la plaza principal y continua
al Este, por tramos la trocha es carrozable. Otro camino va hacia el Norte atravesando lomas y
conduce hacia los asentamientos Inca de la Vuelta y Yuncaviri. El tercer camino va hacia el Sur,
atraviesa la quebrada de Roldán y llega al actual distrito de Quilmaná donde también hay sitios Incas.
Además sostiene Coello (1933) que existen otros asentamientos menores Inca, construidos sobre
poblaciones locales con poca modificación con la finalidad de controlar y proporcionar tributo en
fuerza de trabajo. Estos poblados son Canta, Yevesa, Hunchos y la Muralla, se caracterizan porque
en ellos se utilizó la piedra canteada o cantos rodados con argamasa, mientras que sus hornacinas
son irregulares.
Conjunto Arqueológico Huasochugo - Julcán
El conjunto arqueológico Huasochugo se extiende a lo largo de 5 Km. sobre la cresta de tres
salientes y planicies del cerro del mismo nombre, ubicándose en la margen izquierda del río La Vega,
perteneciendo a la actual Provincia de Julcán (creada mediante Ley Nº 25261 del 19 junio de 1990),
distrito de Huaso. Limitando por el Oeste con la parte superior del río Virú, por el Este con Unigambal,
por el Norte con Julcán y por el Sur Oyón. Tiene una altitud de 3,739 m.s.n.m. entre los 78º 27´38‘’ de
Longitud Oeste y 8º 15´ 12´´ de Latitud Sur.
El asentamiento ocupacional Huasochugo, presenta una variedad impresionante de grandes
construcciones en buen estado, las mismas que están circunscritas y unidas a través de corredores y
accesos. El tamaño de las edificaciones es variado, presentando muros elevados donde es posible
ver características que incluyen una modalidad constructiva de aglutinamiento y planificación de una
arquitectura multisectorial, en donde hay existencia de patios y pasadizos angostos, que permiten a
grosso modo tener la idea de una arquitectura probablemente de aspecto residencial, de élite o tal
vez enmarcado a lo administrativo, sin descartarse la posibilidad de funciones ceremoniales en el
lugar.
Entre los aspectos llamativos del sitio arqueológico encontramos la edificación en la cima norte, la
cual solo tiene una sola entrada de acceso a la planicie, la misma que permitía ingresar a este
conjunto de edificaciones arquitectónicas, que por sus cumbreras aún presentes fueron cubiertas con
techos a dos aguas. Todo la cima fue encerrada con un muro perimetral a base de piedra canteada y
argamasa de barro, contando con un solo ingreso el cual restringe su
acceso a una modalidad de fortificación, en su interior presenta una
armazón aglutinada de estructuras rectangulares y cuadrangulares,
existiendo presencia en sus muros de puertas, ventanas y hornacinas,
todos estos ambientes estaban asociados con amplios espacios abiertos
conducidos por angostos pasadizos.
En cuanto a la modalidad constructiva se ha observado que los sitios actualmente presentan
diferencias en el tipo de arquitectura; lo que hace pensar en aspectos funcionales para fines
administrativos, como también de probables viviendas de elites, se observo en la superficie algunos
fragmentos de piedra trabajados “Muiscas” (morteros rústicos), así como chungos y batanes.
La relación existente del valle con la cima del extremo norte de cerro Huasochugo, es una diferencia
aproximadamente de 1,300 m. de altura, siendo visible tanto por el Norte como por el Oeste, un
profundo abismo que hace imposible el ascenso o descenso por estos lados. Es mas factible hacer la
travesía para llegar a esta parte del sitio arqueológico, siguiendo la ruta que viene en dirección
sureste, a través de un camino prehispánico adyacente al pequeño caserío de Canras o “Yunyun”.
Por su amplitud es probable que se trate de una vía pública de acceso al lugar el cual comunica con
otros sitios arqueológicos, también se dirige a los valles costeños que Chao y Virú. Respecto a los
caminos prehispánicos, se nota en parte conservados alcanzando más de dos metros de ancho,
pasando por terrazas exprofesamente construídas e incluso dentro de campos agrícolas, siendo
notorio en la perifería occidental de Huasochugo, diversas secciones del camino principal el cual se
conectaba a una red de caminos entre los cuales uno de ellos llega a Oyón, otros se extienden hacia
la parte baja en dirección a la costa, uniéndose a “Huacapongo” y “Pueblo Indio” (parte alta de Virú).
Los estudios realizados en la zona norte de Perú en la década del 40 a través del Proyecto Virú,
dirigido por Willey (1953), se centraron en la parte media alta y baja de este valle específicamente en
la franja costera, entre sus objetivos estuvo la identificación de patrones de asentamiento; pero no
hubo una prospección y reconocimiento de los sitios en la parte alta de la cuenca, para así tener una
mejor comprensión del desarrollo social y cultural en esta parte limítrofe y natural con la sierra.
Inicialmente las investigaciones en la Sierra norte de Perú son muy escasas y fragmentarias, pero
aún así se cuenta con aportes hechos por los esposos Topic (1978, 1979, 1980), quienes en un
estudio basado en fortificaciones prehispánicas en la Sierra, abarcaron los valles Virú, Moche y
Chicama. Entre sus objetivos fue identificar las fronteras limítrofes de los poderes del norte, así como
localizar cambios ocurridos en el tiempo, además versan sobre ocupaciones estratégicas y
fronterizas con la costa, sumándose las rutas de mayor intercambio.
Entre los antecedentes del sitio arqueológico Huasochugo se tiene las notas de reconocimiento
preliminares que hiciera (Savoy 1970; Zaki 1982), quienes describen la arquitectura de pueblos
grandes en la cuenca alta del Virú y Chao, Jaeckel (1983), en base a la identificación de fotografías
aéreas le fué posible reconocer una compleja red de antiguos caminos, que se unían en
Huasochugo, elaborando un levantamiento planimétrico del conjunto arqueológico; describe cinco
principales sectores interconectados que le permitieron identificar características propias para cada
lugar, a estas unidades las denominó arquitectura de Elite, clase popular, de función especial,
defensiva y de entierro o cementerio (Jaeckel 1983:33)
En la exploración que hizo Jaeckel (1983) observó que en ciertas unidades de los Cerros Chico y
Grande, tenían variación en lo que respecta a la cerámica de superficie, presuponía un origen más
temprano en el sitio, identificó como Gallinazo a los fragmentos blanco/anaranjado, los fragmentos
rojo/blanco considerando como parte de floreros para la fase Moche IV y V, y en cuanto a los
componentes de caolín los consideró para las culturas provenientes del Callejón Huaylas,
presuponiendo que era la ocupación más larga, por lo menos en algunas partes del sitio. Asumiendo
la contemporaneidad y fecha de Huasochugo, considero que podría empezar a acercarse a la
configuración general del lugar, con una tentativa referente al aspecto funcional, sus objetivos
iniciales dentro del reconocimiento fue evaluar las características básicas de acceso del sitio,
reflejado principalmente en caminos, accesos y arquitectura asociada, así como la fortificación del
sitio (Ídem 1983:12).
La descripción sobre Huasochugo que Pérez (1994) hace en el inventario
de sitios arqueológicos de Santiago de Chuco, reconsidera lo que Jaeckel
venía sosteniendo sobre restos de alfarería correspondientes a distintos
estilos, destacando fragmentos Virú, Moche IV, Cajamarca I y II, Recuay,
Huamachuco, Chimú medio y numerosos tiestos erosionados de uso
cotidiano. Con respecto al patrón arquitectónico, observó que estos difieren con los de
Marcahuamachuco, principalmente en la forma de construcción de sus galerías y distribución de los
recintos con patios selectivos, reconociendo que en el aparejo de los muros existe cierta semejanza.
Llega a formular que los restos de cerro Huasochugo se relaciona con la arquitectura de los cerros
Chamana, Urumalca, Quinya y Sulcha en Otuzco, Acque y los poblados menores de Larcalle,
Calvarío Horcón y Calamarca en Santiago de Chuco, lo cual le permitió plantear la hipótesis de un
nuevo desarrollo regional Temprano en la sierra Norte” (Pérez 1994: 242).
La consulta hecha al Dr. Topic (2003) según referencía verbal, manifiesta que el sitio tiene una
ocupación en el Período Intermedío Temprano y Período Intermedío Tardío, siendo la mayor parte de
la arquitectura probablemente al Período Intermedio Tardío.
De nuestra visita y recorrido en el lugar se ha observado la presencia de fragmentos de bordes y
labios que manifiestan cierta homogeneidad con otros lugares de la sierra así como en la costa,
donde hay la existencia de ollas sin cuello, otras de cuello corto y expandido, variando de acuerdo a
su tamaño.
Lo escasamente reportado hasta la actualidad, mayormente esta centrado en base a la observación
del lugar, no existiendo aún excavaciones arqueológicas que permitan aseverar las hipótesis
planteadas, a fin de obtener mayor información del lugar. Se requiere de futuros proyectos de
investigación enfocando el extenso asentamiento de Huasochugo, bajo una perpectiva y búsqueda
de respuestas a las interrogantes sobre su interrelación entre la costa y la sierra, identificar sus
diversos períodos, entender los propósitos funcionales de la infraestructura asi como las unidades de
soporte poblacional, a fin de considerar la idea del dominio territorial y su amplio radio de patrón
regional, buscar las relaciones a tráves de los análisis de diversos recursos disponibles y las
evidencias materiales.
Considerando que la mayoría de los estudios se han centrado en la franja costera, (en la década del
40 con el proyecto Virú), dirigido por Willey (1953) tuvo como objetivo identificar patrones de
asentamiento, basados en la prospección y reconocimiento de los sitios básicamente en la parte baja
y parcialmente en la media alta del valle Virú. En la parte alta no se realizaron ningún estudio a fin de
tener una mejor comprensión del desarrollo social y cultural en esta parte limítrofe y natural con la
sierra.
Los estudios dentro de la sierra liberteña, proceden principalmente de las provincias de Huamachuco,
incluyendo Otuzco, datos que provienen de una sección transversal que se extiende desde la costa
hasta el “divortium aquarum”, como resultados de dos provectos iniciales, el primero realizado entre
1977-1980. fué básicamente un reconocimiento de los sitios fortificados, mientras que el segundo,
entre 1981 y 1984, se concentró en el área de Huamachuco. Los esposos Topic, basados en el
reconocimiento de sitios fortificados en el valle de la costa, revelan puntualmente que ningún sitio
fortificado existió antes del período Puerto Moorín (Formativo Tardío). Así mismo el estudio de las
fortificaciones prehistóricas en la sierra norte de Perú desarrollada en 1977, tuvo como objetivo la
identificación de fronteras y los poderes del Norte, así como localización en los cambios ocurridos
cronológicamente, sumándose a ello las rutas de mayor intercambio (Lange Topic y Topic 1981),
(Lange Topic et.al 1881); (Topic y Lange Topic 1983, y Topic 1987).
Las investigaciones realizadas al Sur del valle Chao, por Wilson (1987), establece cierta similitud de
desarrollo para el Intermedio Temprano, existiendo comunicación con la sierra a través de rutas de
interacción entre los sitios habitacionales de trazos rectangulares o polígonos irregulares mucha
veces aglutinados, con presencia también de estructuras defensivas siendo el caso de Pampa Las
Salinas, Quebrada de Palo Redondo donde evidencia un alto nucleamiento densa población y una
vía de comunicación hacia las partes altas (Wilson 1987: 140).
El sitio arqueológico Huasochugo, es uno de los asentamientos ocupacionales de suma importancia,
presenta una construcción de características estratégicas, siendo un gran asentamiento segmentado
a lo largo de 5 Km. que se ubican en la cresta y planicies de los cerros del mismo nombre. Parte de
su geomorfología tiene una relevancia obvia debido la comprensión de su
valle interandino con los ríos colectores al río Virú, trayecto en que se
ubicaba una serie de pasos naturales o abras que permiten cruzar la
cordillera facilitando la comunicación por diversas rutas que lo hacen
accesibles con relación a los valles costeños
Las quebradas y colectores que confluyen en el río Virú, permiten tener acceso de ser un camino
natural, sumándose los elaborados por la intervención de la mano del hombre, los cuales
interrelacionan con otros lugares arqueológicos y estos a la vez con la costa, entre ellos tenemos, por
el Sur el camino que conduce a Oyón, siguiendo el trayecto a Chorobal y de allí al valle Chao. Entre
la red de vías se suman otros al norte, que bajan al Moche y el camino directo que baja a Virú;
pasando por sitios arqueológicos de Huacapongo, y desde este punto a otro asentamiento de
importancia en la localidad de Codornada, conocida como “pueblo indio”.
Considerando lo mencionado por Willey (1953), que en el valle Virú existía una concentración de
sitios exprofesamente asentados cerca de Huacapongo, valle estrecho con una población de muy
alta densidad en una área relativamente pequeña, no descartó una considerable población en la
parte baja del valle, las cuales se encontraban esparcidas en una zona mucho mayor. En cuanto a la
categoría de sitios que presentaban características defensivas, sostuvo que eran para repeler
posibles ataques de las poblaciones de la sierra (Willey 1953: 92-100).
Se ha mostrado que en la costa norte, existió una tradición continua de cerámica, identificado desde
el Período Intermedio Temprano hasta el Horizonte Medio (Mackey 1982). La asociación de cerámica
con Moche, Cajamarca, Chimú y otras mencionadas por Jaeckel (1983) y retomadas por Pérez
(1994), serian un indicador sostenible de las relaciones dinámicas de intercambio e interacción entre
la costa y sierra, que se habrían dado una relación muy fluida en los Períodos Intermedio Temprano e
Intermedio Tardío (200 años a.C. hasta los 1470 d.C.).
En lo que respecta a la arquitectura en Huasochugo, Jaeckel (1983) sostiene que las muestras del
aparejo de piedra bien elaborada y que caracterizan al sitio estaban asociadas con cerámica Moche
IV y cerámica doméstica Cajamarca. Es muy relevante la adaptación de la arquitectura a la cima y
pendiente del cerro, con el espacio urbano extendido hacia la ladera y cuyo entorno físico adyacente
estaría separando una arquitectura de élite de las viviendas comunes. La arquitectura de élite está
formada por pequeñas unidades residenciales, compuestas por recintos cuadrangulares conectados
entre sí, los cuales tienen pasajes angostos y vanos, banquetas, nichos de cuerpo entero y
hornacinas. Algunas de las unidades residenciales presentan batanes y piedras de moler con restos
de comida, habiéndose observado huesos de cérvidos (Jaeckel 1983:14).
Se tiene identificado el Período Intermedio Temprano por la asociación observada de fragmentos en
superficie, con aspectos arquitectónicos que van desde los muros perimétricos hasta edificios
grandes en altura, teniendo varios pisos y recintos agrupados en sub-unidades habitacionales con
sus patios y corredores, así como angostos pasadizos, graderías que conducen a diferentes niveles
de espacios abiertos, algunos de estos con banquetas. En lo que respecta al Período Intermedio
Tardío, se les identifica a recintos agrupados en sub-unidades habitacionales amplias, también con
sus patios y corredores angostos en forma rectangular.
Pérez (1994) sostiene que Cerro Huasochugo contiene restos de alfarería correspondientes a
distintos estilos, destacando fragmentos Virú, Moche IV, Cajamarca I y II, Recuay, Huamachuco,
Chimú medio y numerosos tiestos erosionados de uso cotidiano. Con respecto al patrón
arquitectónico, manifiesta que difiere con Marcahuamachuco, principalmente en la forma de
construcción de sus galerías y distribución de los recintos con patios selectivos, reconociendo que en
el aparejo de los muros existe cierta semejanza. Llega a formular que los restos de cerro
Huasochugo se relaciona con la arquitectura de los cerros Chamana, Urumalca, Quinya y Sulcha en
Otuzco, Acque y los poblados menores de Larcalle, Calvario Horcón y Calamarca en Santiago de
Chuco, lo cual le permite plantear: si ¿ Huasochugo sería parte de un nuevo Desarrollo Regional
Temprano en la Sierra Norte?.
El sitio arqueológico Huasochugo destaca geográficamente tanto por su extensión, su arquitectura y
planificación, esto hace un asentamiento único de importancia con estas características, dentro de los
limites fronterizos entre la Costa y la Sierra, siendo necesario relacionar corredores, depósitos,
accesos estrechos y entorno natural. Su ubicación estratégica, sus elementos arquitectónicos así
como su protección defensiva señalarían que allí se habría estado controlando la recepción,
administración, extracción y producción de bienes procedentes de su medio natural y otros
procedentes de intercambios, etc. Los caminos estarían cumpliendo una función de continuo transito
al lugar, pues su ubicación fronteriza con la costa permitió que ejerciera desde allí una influencia,
interrelacionando con otros poblados y los que se ubican en las partes bajas del Virú como
Huacapongo, pueblo indio,por el Sur con la zona de Oyón siguiendo el trayecto por el camino a
Chorobal y de allí al valle de Chao. A través de las propuestas hechas por Jaeckel (1983) y Pérez
(1994) proporcionan datos sobre Huasochugo el cual se extiende a lo largo de antiguas rutas de
tránsito que conectan directamente a la costa, y que el intercambio de productos fue constante a
través de estos caminos.
El reporte de Willey (1953) al explorar algunos asentamientos en el valle de Virú, señala un
precedente en que la población se concentraba en pequeñas áreas de poblaciones aglutinadas de
más de 100 personas, localizadas en muchos sitios dentro de la zona perteneciente a Huacapongo,
poniendo de manifiesto que se construyeron plataformas en los cerros, los cuales debieron servir
para “protegerse de las probables incursiones de la sierra” (Topic 1982: 258), así como también
lugares de amplio control, como miradores que se ubica en la parte más estrecha del valle
Huacapongo, siendo hasta la actualidad una ruta de transporte, comercial y agrícola.
Con respecto a los datos de la sierra de la Libertad Topic, inicialmente sostiene que el intercambio de
productos entre diferentes zonas ecológicas, fué básicamente un asunto de interacciones en
pequeña escala. La expansión política de los Estados fué típicamente un fenómeno de mediana
escala en el Período intermedio Temprano, reafirmando que en Cajamarca,en la costa y en el
Callejón de Huaylas se encuentran, también. evidencias de interacción entre grupos situados a
mayor distancia, esta interacción ha sido interpretada como un intercambio de bienes selectos entre
partes iguales. A medida que el estado crecía no sólo tenía acceso a un mayor número de bienes
selectos sino, también, más oportunidades para influir sobre las pequeñas unidades políticas fuera de
sus fronteras. Los dirigentes de estas pequeñas unidades tenían pleno acceso a los bienes de
prestigio sólo a través de los principales Estados que los rodeaban. Al lograr acceso a dichos bienes
los dirigentes estaban en condiciones de demostrar ante su pueblo lo elevado de su rango. Sin
embargo, al aceptar bienes de Estados mayores los dirigentes se tornaban dependientes.
Ocasionalmente esta dependencia era preludio de la absorción del pequeño Estado, aunque en otras
ocasiones el Estado importante se contentaba con controlar a "distancia" al pequeño, mediante el
manejo de los bienes selectos.
Topic (1985) formula que existió una mayor penetración de la influencia Huamachuco en el área
occidental fronteriza con la costa. Donde aprecia en una serie de sitios como; Ochoconday, Cerro
Campana Chica, en la cuenca alta del río Moche, además de dos sitios en Cerro Quinga, ubicados
en la cuenca alta del Virú, cierto paralelismo constructivo en los de la cuenca del Moche, siendo
difíciles de fecharlos los del Virú. Diferencialmente en Cerro Quinga No 2, se evidencia un sitio
fortificado en la parte superior de una pequeña meseta, existiendo gran semejanza con
Marcahuamachuco. En ambos comparativamente se encuentran galerías curvas a los lados del
barranco y galerías rectangulares dispuestas alrededor de patios. Dentro del incremento en la
construcción monumental en la fase Huamachuco Temprano va acompañado por una mayor
evidencia de la interacción a larga distancia. En la cuenca alta de los ríos Virú y Chao, hay
numerosos sitios con arquitectura de varios pisos, que con mayor o menor grado se asemejan a la
arquitectura del estilo Huamachuco. Algunos son pueblos grandes como Acque, Huasochugo y Cerro
Sulcha (Savoy 1970; Zaki 1982; Haley 1979); otros son fortalezas tales como Mollepuquio y Cerro
Churre (Haley 1979). Muchos están asociados con restos de caminos y a veces tienen grandes
corrales cercados. Actualmente es difícil relacionar la mayoría de estos sitios con la secuencia
Huamachuco. Lo que sí es evidente es que la influencia Huamachuco es menor en la fase Purpucala
y creciente a lo largo de las fases Huamachuco Temprano, Amaru y Huamachuco Tardío(Topic
1985:20).
Por su función, Huasochugo debió contar con elementos arquitectónicos en los Períodos Intermedio
Temprano y con mayor incidencia en el Intermedio Tardío (200 años a.C. hasta los 1470 d.C.) donde
se depositaba los bienes productos del intercambio, así como ambientes amplios para albergar su
ganado. De las observaciones hechas por Jaeckel, define algunas de las unidades en residenciales y
otras que presentaban batanes y piedras de moler con restos de comida, habiéndose observado
considerable cantidad de huesos, probablemente cérvidos, deja entrever la probabilidad de que
también estos amplios ambientes hallan albergado camélidos tanto por su lana como la producción
textil en su interior, ¿Serian estos ambientes donde se guardaban y conservaban los bienes
colectados para su predistribución ? Jaeckel (1983) sostiene que es muy relevante la adaptación de
la arquitectura a la cima y la pendiente del cerro, donde el espacio urbano se encuentra extendido
hacia la ladera, cuyo entorno natural estaría separando una arquitectura de élite con relación a las
viviendas comunes. La arquitectura de élite formada por pequeñas unidades residenciales
compuestas por recintos cuadrangulares conectados entre sí, los cuales tienen pasajes angostos y
vanos, banquetas, y hornacinas. Algunas de las unidades presentaban batanes y piedras de moler
con restos de comida (Jaeckel 1983:14).
Otra consideración es "El clima y la altura fueron también los factores naturales aprovechados en
beneficio de la economía local" (Matos 1994: 255), entendiéndose que dentro de los factores de
productividad e intercambio, el procesamiento de productos para clasificación, seleccionados,
secados y para facilitar la conservación dentro de las labores de distribución de bienes, se tenia en
cuenta el contraste entre el frió nocturno y la radiación solar diurna, permitiendo trasformar los
productos frescos en alimentos deshidratados, posibles de ser conservados por uno o mas años
(Ibíd; 255). Dentro de este mecanismo de producción e intercambio es factible la probabilidad de que
las áreas amplias hayan sido aprovechadas en una de estas modalidades. Otro elemento
arquitectónico presente en Huasochugo son algunas banquetas, que fueran descritas a grosso modo
por Jaeckel (1983) y Pérez (1994), las cuales son construcciones exprofesamente construidas a otro
nivel con relación al piso, teniendo una conformación elevada, ¿Habrían estado estas ocupadas por
representantes de la elite que controlaban la recepción y distribución de los bienes? Brennan (1978)
reporta en su sitio de estudio en la costa que el uso de banquetas se halló tanto para contextos
domésticos como no domésticos, en este último caso tuvieron un buen enlucido y conformaban
complejos de diferentes elevaciones. Ante la presencia de banquetas las opciones se proponen: que
fueron usadas para dormir (Topic 1977); que allí se ubicaron los administradores (Shimada 1994,
Bawden 1994) o ambas funciones, sin embargo en el contexto arquitectónico de Huasochugo puede
plantearse que las banquetas estaban asociadas a estructuras de elites y fueron ocupadas por
administradores que supervisaban la movilización de los bienes.
De los resultados de estudios realizados en la primera temporada de Santa Rita (valle de Chao) el
sitio está estratégicamente localizado en la parte en que se va estrechando el valle hasta el punto de
convergencia de los drenajes. Kent (1998), llegó a identificar en base al estudio de la cerámica una
secuencia cronológica y cultural que involucra las épocas Salinar, Gallinazo, Moche, Recuay,
Horizonte Medio, Lambayeque, Chimú y Chimú-Inca. Consideramos que Santa Rita, fue un sitio que
tuvo mucho que ver con Huasochugo en diversos momentos cronológicos.
Con una adecuada investigación en el sitio se podrá ampliar el conocimiento científico de la sociedad
asentada en Huasochugo asi como develar los diversas etapas cronológicas, analizando su
arquitectura, cerámica permitiran comparar el patrón de asentamiento con los valles de Virú, Chao y
Moche.

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