1) Sheldon Wollin define la filosofía política como una tradición discursiva que ha cambiado a lo largo de la historia y solo puede entenderse estudiando su desarrollo.
2) Explica que la filosofía política se ocupa de dilucidar los fenómenos políticos a través de un lenguaje especializado, mientras que la teoría política produce explicaciones y la ciencia política estudia empíricamente la política.
3) Sostiene que los aportes más significativos de la filosofía política surgen en ép
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1) Sheldon Wollin define la filosofía política como una tradición discursiva que ha cambiado a lo largo de la historia y solo puede entenderse estudiando su desarrollo.
2) Explica que la filosofía política se ocupa de dilucidar los fenómenos políticos a través de un lenguaje especializado, mientras que la teoría política produce explicaciones y la ciencia política estudia empíricamente la política.
3) Sostiene que los aportes más significativos de la filosofía política surgen en ép
1) Sheldon Wollin define la filosofía política como una tradición discursiva que ha cambiado a lo largo de la historia y solo puede entenderse estudiando su desarrollo.
2) Explica que la filosofía política se ocupa de dilucidar los fenómenos políticos a través de un lenguaje especializado, mientras que la teoría política produce explicaciones y la ciencia política estudia empíricamente la política.
3) Sostiene que los aportes más significativos de la filosofía política surgen en ép
1) Sheldon Wollin define la filosofía política como una tradición discursiva que ha cambiado a lo largo de la historia y solo puede entenderse estudiando su desarrollo.
2) Explica que la filosofía política se ocupa de dilucidar los fenómenos políticos a través de un lenguaje especializado, mientras que la teoría política produce explicaciones y la ciencia política estudia empíricamente la política.
3) Sostiene que los aportes más significativos de la filosofía política surgen en ép
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3.
- A partir de las 20 categorías que señalamos por el grupo explique el
pensamiento político de Sheldon Wollin. Para Sheldon Wolin la filosofía política se define como una tradición de discurso. Toma una postura a favor del historicismo en el sentido de que según sus planetamientos no se puede alcanzar una defición esencialista de la filosofía política pueso que la misma y su objeto ha cambiado tanto a lo largo de la historia que solo se la puede comprender como una tradición discursiva o actividad compleja que han desarrollado los filósofos políticos a lo largo de la historia. Desde que Platón advirtió por primera vez que la indagación acerca de la índole de la vida buena del individuo se relacionaba inevitablemente con una indagación convergente a cerca de la índole de la comunidad buena, se ha mantenido una íntima vinculación entre filosofía política y filosofía, históricamente la diferencia entre ambas ha radicado en un problema de especialización y no de método o temperamento, y en virtud de esta alianza, los teóricos políticos han adoptado como propia la búsqueda básica de conocimiento sistemático que lleva a cabo el filósofo. Aunque de forma explicita Sheldon Wollin trata más la relación existente entre filosofía y teoría política, que la relación entre estas y la ciencia política, pues dice “Sin desear hacer un aporte más a la tediosa controversia sobre si la ciencia política es, o puede ser, una auténtica ciencia, se pueden evitar ciertos conceptos erróneos exponiendo brevemente lo que los teóricos de la política han tratado de expresar mediante su vocabulario especializado.” se puede interpretar esta relación pasa por el esclarecimiento de las intenciones con las que esta disciplina filosófica y teórica, que puede ser científica, aborda el ámbito de conocimiento de la política y lo político, a través de un lenguaje especializado que les permite complementarse. Así, la filosofía política sería una reflexión filósofica dirigida a la definición de los fenómenos políticos (de aquí su especificidad), la teoría política tendría una función explicativa produciendo aceveraciones sobre posibilidades y prevención, mientras que la imaginación política (de la filosofía política) complementa las propociciones empíricas de la ciencia al permitirle al científico “ver” las conexiones y relaciones entre fenómenos que el estudioso no puede ver de primera mano, además de ofrecer una herramienta pedagógica para el entendimiento de fenómenos que superan la visión cotidiana de la política. Es importante destacar que para Wollin las instituciones políticas de una época encierran el funcionamiento de los fenómenos políticos, que en momentos de crisis se “escapan” y se manifiestan ante los filósofos políticos en su estado bruto, de aquí que los aportes más significativos de la filosofía política o las obras más valoradas hayan surgido en épocas de crisis, pero que al mismo tiempo se incriben con sus aportaciones en tradiciones discursivas que los superan en el tiempo. Con forme a lo anterior se plantea que en la historia de la teoría política el genio no siempre ha adoptado la forma de originalidad sin precedentes. A veces ha consistido en un énfasis más sistemático o agudizado en una idea existente. En este aspecto, el genio es recuperación imaginativa. Otras veces ha tomado una idea existente y la ha separado del hilo conector que hace que una acumulación de ideas sea un complejo orgánico. Así como la historia jamás se repite de manera exacta, tampoco la experiencia política de una época es igual a la de otra. En consecuencia, en el juego entre conceptos políticos y cambiantes experiencias políticas, habrá por fuerza una modificación de las categorías de la filosofía política. El resultado es que cada filosofía política importante tiene algo de excepcional, así como algo de tradicional. Cada filósofo político se ha ocupado de lo que considera ser un problema vital de su época. De ese modo, la tradición occidental del pensamiento político ha mostrado dos tendencias algo contradictorias: la propensión a un regreso infinito al pasado y la tendencia a la acumulación. Hoy por hoy este trayecto cambiante e irruptivo continúa. Cabe destacar que a través del examen del vocabulario con el que el autor se expresa en su texto se revela una pocisión política signada por el lenguaje usual que uitlizan filósofos definidos como liberales. El autor dice “Para los propósitos de este estudio, supondré que el término “política” incluye lo siguiente: a) una forma de actividad centrada en la búsqueda de una ventaja competitiva entre grupos, individuos o sociedades; b) una forma de actividad condicionada por el hecho de que se produce dentro de una situación de cambio y de relativa escasez; c) una forma de actividad en la cual la búsqueda de ventajas produce consecuencias de tal magnitud que afectan en forma considerable a toda la sociedad o a una parte sustancial de ella.” Palabras como competencia, escasez, individuos, ventajas articuladas con base en una concepción individualista en la que las instituciones políticas representan el espacio de interacciones individuales. De igual forma para examinar, en los planteamientos del autor se descubren algunos paralelismos interesantes con respecto a los postulados hermeneúticos presentados por la cátedra. Wollin toma una postura a favor del postulado historicista al defender el entendimiento de la filosofíoa política a partir del estudio de su historia. También defiende que ni la teoría, ni la filosofía política han superado a la filosofía política (postulado heideggeriano), puesto que la imaginación que brinda la filosofía política complementa y ayuda a la teoría y la ciencia, que su función preventiva y práctica (posibilidades) supera el debate del mero esclarecimiento de los términos (postulado pepperiano) como objeto de la filosofía política. 4.- Establezca una comparación entre la definición de Raynaud del Diccionario de Filosofía Política con el libro de Quinton. Para Quinton la filosofía tiene la tarea de clasificar y analizar los términos, aseveraciones y argumentos de las disciplinas independientes de primer orden, por lo que a la filosofía política le correponde una tarea análitica. Así, la primera tarea de una filosofía analítica de la política consiste en distinguir las dos variedades principales del discurso político independiente: las aseveraciones empíricas de la ciencia política y las informaciones evaluadoras de la ideología. De esta forma Quinton establece a la filosofía política como una metaciencia que tiene una función análitica sobre la ciencia política y las ideologías políticas. Por otra parte, Raynaud defiende una postura que relaciona la filosofía política driectamente con el pensamiento cotidiano o sentido común de una, valga la redundancia, comunidad. Se trata de una labor prática que tiene una relación problemática con el status quo de la comunidad política, puesto que el papel del filósofo siemrpe ha sido la revisión del conocimiento ordinario en busqueda de la verdad total. Desde esta perspectiva se puede interpretar una labor con intención más metafísica que analítica, no se trata tanto de ordenar categorias y conceptos como de crear o descubrir una realidad política que trascienda o que subyace a la comunidad en cuestión. Quinton establece como objeto central de la filosofía política ha sido el problema de la obediencia política, como la justificación que se presentan a partir de determinadas concepciones ideológicas sobre la defensa de fundamentos morales de un determinado Estado que les es conveniente, mientras que la tarea de una filosofía analítica de la política tiene la responsabilidad de aclarar los conceptos de los fines políticos. El filósofo político solo puede dejar de verse comprometido si se limita a articular la forma en que diferentes grupos ideológicos utilizan los términos en que proclaman sus ideales. Por otro lado, según Raynaud lo que define la filosofía política es su esfuerzo por dilucidar dos series de problemas. Los primeros conciernen al orden político mismo en su relación con las exigencias descubiertas por la razón; la filosofía se topa con ellos cuando se esfuerza por comprender, criticar y/o fundar los principios de legitimidad efectivamente presentes en las comunidades humanas. Pero la reflexión sobre estas cuestiones lleva por sí misma a interrogarse sobre los poderes de la razón y sobre la vocación utópica o reformadora del discurso verdadero, y allí nace la segunda serie de problemas que atañen a la relación entre el filósofo y el orden político y que definen para la filosofía alternativas permanentes: en este sentido hay una filosofía política perenne, aun cuando esta no se da nunca fuera de un contexto polémico particular. Se puede defender que hay un punto común entre Quinton y Raynaud en la medida en la que ambas argumentaciones advierten un aspecto normativo y un aspecto descriptivo que siempre resulta problemático en la filosofía política pero mientras Raynaud la definde en su relación con el mundo de la vida y la comunidad política, Quinton la relaciona con un ejericio de análisis de conceptos y vocabilario, una labor más epistemólogica se podría decir.