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Creación IFÁ
Creación IFÁ
Creación IFÁ
Deidades
Las deidades Yorubas se llaman los Orishas, literalmente ‘dueños de la cabeza’. Shangó
es uno de los Orishas más conocidos, dios del Trueno y un antepasado del pueblo
Yoruba. Fue el cuarto rey del pueblo yoruba, y se deificó tras su muerte. Al recibir "santo"
donde se sincretiza la ceremonia o ritual por el cual un orisha corona la cabeza del
iniciado en esta religión, se entregan los orishas principales: Oshun (deidad de los ríos, de
la fertilidad), Yemaya (hermana de Oshun, deidad del mar), Elegua (el que abre los
caminos), Oya (hermana de Oshun y Yemaya, deidad del cementerio), Shango, Oggun,
Obbatala. Estos son entregados en cada ceremonia, aunque el panteón cuenta con
muchas más deidades, que variarán según el orisha que marque el camino del iniciado.
Se cree que los Orishas alguna vez fueron humanos, derivándose de allí muchos de sus
Pattakies (historias, relatos) en la Tierra, y que después de su muerte pasaron al cielo,
donde viven junto a Olofi (Dios). Son muchas las deidades de este panteón. Se conoce
que existen poco más de 400 orishas, todos ellos abocados a traer estabilidad y firmeza a
las personas que deciden dar sus primeros pasos en esta religión.
Deidades principales del Panteón Yoruba
Abita
Aja
Babalu aye
Egungún
Elegua
Eshu
Ìbejì
Ọbba
Ọbàtálá
Ògún
Ọshun
Odùduwà
Olokun
Ọrunmila
Oshunmare
Oya
Shangó
Yemayá
Alggayú
Yeguá
Olofi
Orisha Oko
Ozaín
Ochosi
Inlé
Dada
Pattaki de deidades yorubas
Pattaki de Ochosi
Ochosi es el mejor de los cazadores, y sus flechas no fallan nunca. Sin embargo, en una
época nunca podía llegar hasta sus presas porque la espesura del monte se lo impedía,
desesperado fue a ver a Orula, quien le aconsejó que hiciera ebbó. Ochosi y Oggún eran
enemigos porque Echu había sembrado cizaña entre ellos, pero Oggún tenía un problema
similar. Aunque nadie era capaz de hacer trillos en el monte con más rapidez que él,
nunca conseguía matar a sus piezas y se le escapaban. También fue a ver a Orula y
recibió instrucciones de hacer ebbo. Fue así que ambos rivales fueron al monte a cumplir
con lo suyo. Sin darse cuenta, Ochosi dejó caer su ebbó encima de Oggún. Tuvieron una
discusión fuerte, pero Ochosi se disculpó y se sentaron a conversar y a contarse sus
problemas. Mientras hablaban a lo lejos pasó un venado. Rápido como un rayo, Ochosi se
incorporó y le tiró una flecha que le atravesó el cuello dejándolo muerto. «Ves —dijo
Ochosi—, yo no lo puedo coger». Entonces Oggún cogió su machete y en un abrir y
cerrar de ojos abrió un trillo hasta el venado. Muy contentos, llegaron hasta el animal, y lo
compartieron.
Desde ese momento convinieron en que eran necesarios el uno para el otro y que
separados no eran nadie, por lo que hicieron un pacto en casa de Orula. Es por eso, que
Ochosi el cazador, siempre anda con Oggun el dueño de los hierros.
Atributos: Todo instrumento relativo a la caza y a la pesca, tarramentas de venados y
trofeos de cacería.
Bailes: Cuando se sube, da los gritos típicos de levantar la caza. Viste como Elegba y
Oggún, pues es santo guerrero. El vestido es de color, lila o morado claro y su gorro es de
piel de tigre, así como su bolsa. Usa el arco y la flecha para representar la cacería en su
danza.
Catolización: San Norberto. En Santiago de Cuba: Santiago Arcángel y San Huberto.
Norberto nació en 1082 y estaba emparentado con la familia imperial alemana. Fue
capellán de Enrique V y canónigo, pero vivía entregado los placeres. En 1114 le cayó una
centella al lado, lo que le hizo reconsiderar su actitud. Repartió sus bienes y se dedicó a la
prédica y la penitencia por tierras de Alemania y Francia. Adoptó la regla de San Agustín y
el hábito blanco en 1120. Fue arzobispo de Magdeburgo y murió en 1134. Fue
canonizado en 1582. Su fiesta se celebra el 6 de junio (Lo más probable es que su
sincretización con Ochosi se haya debido a una confusión con el nombre san Huberto,
patrón de los cazadores y, por consiguiente, figura naturalmente afín al orishá).
Huberto era príncipe real de Francia y descendiente en línea directa con Clodoveo, primer
rey cristiano francés. A los doce años mató a un oso que amenazaba la vida de su padre.
Era un príncipe guerrero y ambicioso, con brillante futuro. Cuando cazaba el Viernes
Santo del 683, tropezó con un ciervo de incomparable belleza, que tenía una cruz
resplandeciente entre los cuernos. El ciervo le dio instrucciones para que se dedicara a la
vida religiosa y lo amenazó con el infierno si desobedecía sus órdenes. Huberto se
aconsejó, e hizo una carrera religiosa no menos brillante de la que pudo haber hecho en
la política, Murió colmado de honores en el 727. Su día se celebra el 3 de noviembre.
Pattaki de Osún
Osún era vigilante de Obatalá. Obatalá vivía con su mujer Iemú y sus hijos: Oggún,
Ochosi, y Elegba. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces estuvo a punto
de violarla, pero Elegba siempre le avisaba a Osun quien venía y lo regañaba. Entonces
Oggún echó a la calle a Elegba, y le dio montones de maíz a Osun para que no lo
delatara, Osun comía y luego dormía, mientras Oggún disfrutaba de su madre, Elegba se
lo contó a Obatalá, que no lo quería creer, pero al otro día volvió más temprano. Obatalá
vio a Osun acostado y a Oggún abusando de su madre, y llegó a su casa furioso. Fue
cuando Oggún se maldijo a sí mismo y Obatalá le dijo a Osun: «Confiaba en ti y te
vendiste por maíz». Entonces nombró a Elegba su vigilante.
Catolización: San Juan Bautista (24 de junio en La Habana). Treinta años antes del
nacimiento de Jesús, comenzó su misión predicando el bautismo en las márgenes del río
Jordán, llegó a bautizar al mismo Jesús, ocasión en que se le apareció una paloma en
representación del Espíritu Santo. Llegó a ser conocido y respetado, pero cuando le
preguntaron si era el Redentor, dijo que estaba por venir otro más poderoso que él.
Por entonces Herodes, Rey de Judea se había enamorado de Herodías mujer de su
hermano y madre de una bella joven llamada Salomé. Cuando el hermano de Herodes
murió este se casó con Herodías. Juan denunció esto como pecado y Herodes furioso, lo
puso preso. Herodías quería, la muerte de Juan, pero el rey deseaba evitar resentimientos
políticos y no accedió. Herodías dedicó entonces su capacidad de intriga para conseguir
la muerte del Bautista. A Herodes le gustaba ver bailar a Salomé quien no solía
complacerlo para no activarle demasiado la imaginación. Instigada por su madre, Salomé
consiguió que Herodes le prometiera darle lo que quisiera si accedía a bailar para él.
Después de complacerlo le exigió la cabeza de Juan, obligado por la promesa y
seguramente ansioso por librarse del fastidio de Herodías, el Rey de Judea le presentó a
Salomé la cabeza del Bautista en una bandeja de oro. Juan el Bautista tiene una gran
significación para la Iglesia. Mientras que las fiestas de los otros santos se celebran en el
día de su muerte, la de Juan se conmemora en el de su nacimiento puesto que vio la luz
libre del pecado original.
La sincretización de Osun con Juan el Bautista parece justificada porque ambos se vieron
envueltos en problemas morales en relación la familia. Por otra parte, ambos se
relacionan con una paloma la que se le apareció a Juan cuando bautizaba a Jesús, y a
Osun como mensajero de Olofi. Su fiesta se celebra el 24 de junio.
Pattaki de Obatalá
En el principio de las cosas, cuando Olordumare bajó al mundo, se hizo acompañar de su
hijo Obatalá. Debajo del cielo, solo había agua. Entonces Olordumare le entregó a
Obatalá un puñado de tierra y una gallina. Obatalá echó la tierra formando un montículo
en medio del mar. La gallina se puso a escarbar la tierra, esparciéndola y formando el
mundo que conocemos. Olofi también encargó a Obatalá para que formara el cuerpo del
hombre. Así lo hizo y culminó su faena alineándole la cabeza sobre, los hombros. Es por
eso que Obatalá es el dueño de las cabezas.
Atributos: Dueño de la plata y los metales blancos. Tiene una corona con plumas de loro,
sol y luna, seis manillas, algodón, una bandera blanca, campana de plata. Dueño de la
ceiba, su vellón es su algodón y su rama se utiliza para el trono de su Iyawo.
Bailes: Los bailadores imitan los movimientos suaves de un anciano, de un jinete que
blande una espada, o sacuden el rabo de caballo para limpiar los caminos.
Catolización: Obatalá sincretiza con la Virgen de las Mercedes. Cuando España se
encontraba sometida al yugo árabe grupos de cristianos se dedicaban a tratar de rescatar
a los cautivos que languidecían en las prisiones sarracenas. Cuenta la leyenda que San
Pedro Nolasco tuvo una aparición de la Virgen que le instó a instituir una orden religiosa
que tuviera como fin redimir a los cristianos cautivos. Tanto San Raymundo de Peñafort
como Jaime I, Rey de Aragón, tuvieron la misma inspiración. Puestos de acuerdo, el 10
de agosto de 1218 fundaron la Orden de la Redención de los Cautivos bajo la protección
de la Virgen, a quién denominaron Santa María de las Mercedes. Su día se celebra el 24
de septiembre.
Pattaki de Yemayá
Al principio aquí abajo solo había fuego y rocas ardientes. Entonces Olofi, quiso que el
mundo existiera y convirtió el vapor de las llamas en nubes. De las nubes bajó el agua
que apago el fuego. En los huecos enormes entre las rocas se formó Olokun, el Océano
que es terrible y a quien todo el mundo teme. Pero el mar también es bueno, porque es la
fuente de la vida, y el agua hizo venas en la tierra para que la vida se propagara. Esa es
yemayá la Madre de las Aguas.
Atributos y herramientas: Sol, Luna llena, ancla, salvavidas, bote, siete remos, siete aros,
llave, estrella, siete aros de plata. Estos objetos elaborados en plata, acero, lata o plomo.
Iruke adornado con cuentas azules y blancas. Campanita que se utiliza para saludar y
para que preste atención cuando se habla con ella. Abanico con varillaje de nácar y oro,
adornado con cuentas y caracoles.
Bailes: Iemaiá, cuando se sube ríe a carcajadas y da vueltas como las olas y gira como
los remolinos del océano. Unas veces bracea como nadando, otras representa una
zambullida para sacar caracoles, algas y peces para sus hijos. En otras ocasiones parece
remar hasta la orilla donde siempre la espera Ochún. Sus danzas comienzan con suaves
ondulaciones, como las aguas que agita suavemente al soplo de la brisa, pero va
aumentando en intensidad, como un oleaje que se enfurece.
Catolización: En fecha tan lejana como 1660 se erigió en el caserío de Regla, en terrenos
del ingenio Guaicamar, un bohío que cobijaba una imagen de la Virgen de la Regla de
San Agustín (Cuenta la leyenda acerca del Obispo llamado San Agustín "El Africano"
-nacido y fallecido en África (360-436)-,que cuando era muy joven tuvo una revelación de
un ángel que le ordenó tallar en madera la figura de una imagen que debía colocar, bien
adornada, en su oratorio. Los siglos borraron el nombre que San Agustín le hubo de
poner, aunque parece ser Virgen de Regla. Diecisiete años después de su muerte, un
discípulo de San Agustín, conocedor del secreto de la revelación, llamado Cipriano, para
evitar que la figura fuera profanada por los bárbaros, embarcó con la imagen en una
pequeña nave y llegó a un punto de las costas de España, cercano al lugar que hoy
ocupa la Virgen de Regla en la villa de Chipiona (Cádiz). Se dice que a pesar de una
tormenta que los sorprendió en medio del estrecho de Gibraltar, la imagen no sufrió
deterioro alguno, ni Cipriano, ni la pequeña embarcación, considerándose este su primer
milagro, que fuera ampliamente comentado por marinos y pescadores. Finalmente la
tradición se encargó de hacerla patrona y protectora de todos los marinos). Dos años
después, el bohío fue arrastrado por una tormenta. Juan Martin de Coyendo, un hombre
piadoso y modesto, se dio a construir con sus propias manos (y la ayuda económica de
Don Alonso Sánchez Cabello, comerciante habanero) una ermita de mampostería. Quedó
terminada en 1664, cuando llegó a La Habana una nueva imagen de la Virgen, traída por
el sargento mayor, don Pedro de Aranda. La instalaron en la ermita. Allí fue objeto de
mucha devoción y el 23 de diciembre de 1714 la Virgen quedó proclamada patrona de la
bahía. Sus fiestas fueron tradicionalmente muy populares entre todas las clases sociales.
Blancos, nobles y negros esclavos —liberados por unos días— bebían aguardiente y
presenciaban peleas de gallos e inesperadas corridas de toros.
En el aire repicaban alegres villancicos a la dulce María, pero también profundos toques
de batá que evocaban a Iemaiá. La sincretización de Iemaiá con la Virgen de Regla
resultó natural: la Virgen es la madre de Dios, hay que cruzar el mar para venerarla y
reside en su orilla; Iemaiá es la madre de todos los orishás, la misericordiosa reina del
mar, que es su morada.
Pattaki de Oshún
Oshún, gustaba de pasearse por el monte. Un día Oggún, le vio pasar y sintió que se le
traspasaba el corazón. Impetuoso y brutal, corrió detrás de la que despertaba sus deseos,
decidido a poseerla. Oshún, huyó asustada. Pero Oggún, enardecido y violento, estaba
por darle alcance, cuando ella, desesperada, se lanzó al río. Arrastrada por el torbellino
de la corriente, llegó hasta la desembocadura donde se tropezó con Yemayá, que la tomó
bajo su protección, y le regaló el río para que viviera. Por eso es que Oshún vive en el río
y quiere tanto a Yemayá.
Pattaki de Shangó
Aggayú, el dueño del río, tuvo amores con yemaya y de ellos nació Shangó. Pero yemaya
no lo quiso y Obatalá lo recogió y lo crio. Al reconocerlo como hijo, le puso un collar
blanco y punzó. Dijo que sería rey del mundo y le fabricó un castillo. Se casó con Obba,
pero también vivía fijo con Oyá y Oshun. Oyá como se sabe, era la mujer de Oggún, pero
se enamoró de Shangó y se dejó robar por él. Este rapto dio origen a una guerra
tremenda entre Shangó y Oggún. Cuentan que como Shangó peleaba y no tenía armas,
Osain, que era su padrino, le preparó el secreto del guiro. Cuando lo tocaba con el dedo y
se lo llevaba a la boca, podía echar candela por ella. Con eso vencía a sus enemigos.
Cuando se oye tronar, se dice que es porque Shangó anda de rumbantela con sus
mujeres o que cabalga por el cielo.
Atributos: Hacha petaloide, de doble filo o bipene, copa, espada, acheré de jicotea,
caballo moro, pandereta, bandera rojo brillante.
Bailes: Al subirse embiste con la cabeza y da vueltas de carnero en dirección a los
tambores. Abre desmesuradamente los ojos y saca la lengua para significar que la tiene
de fuego. Agita en alto su hacha sagrada y se agarra los testículos con la mano. Ningún
orishá da brincos más altos ni contorsiones más violentas, ni figuras más extrañas.
También ningún otro orishá realiza extravagancias como la de comer candela. Sus bailes
son guerreros o eróticos. En los guerreros blande el hacha bipene; en los eróticos trata de
acentuar su prepotencia y emplea las más crudas evocaciones sexuales.
Catolización: Se sincretiza con santa Bárbara. Esta santa fue hija única de un pagano
llamado Dióscoro. Para apartarla de los hombres, que la codiciaban, o para mantenerla
alejada de los cristianos, la encerró en una torre. Cuando la quiso casar, la joven se negó
porque quería consagrarse a Dios. Cuando Dióscoro supo que su hija era cristiana la
entregó a los tribunales. Los jueces no pudieron conseguir que renunciara a su fe ni con
argumentos, ni con torturas, y la condenaron a muerte por degúello. Poco después su
padre fue, fulminado por un rayo. Su imagen suele representarse con una espada,
símbolo del valor. Su fusión con Changó resulta menos sorprendente si sé recuerda que
este orishá en cierta ocasión se tuvo que disfrazar de mujer, que usa armas, aunque no
simbólicas, y que es él dios del rayo y del trueno. Su día es el 4 de diciembre.
Pattaki de Aggayú
Aggayuú Solá era un gigante poderoso y temido, el dueño del río que se precipitaba
desde lo alto. Acostumbraba ayudar a cruzar la corriente, pero siempre exigía que le
pagaran. En cierta ocasión le hizo el favor a Yemayá, quien no tenía con que pagarle y
tuvo que acostarse con él para contentarlo. De esta unión nació Changó, aunque Aggayú
no supo nada. El gigante era tan temido que dejaba la puerta de su casa abierta de par en
par, aunque la tenía abarrotada de viandas y frutas; nadie se hubiera atrevido a entrar. Un
día, sin embargo, Changó que es muy fresco, se metió en la casa, se lo comió todo y
hasta se acostó a dormir en su misma estera. Cuando Aggayú volvió del campo y vio el
espectáculo, sin pensarlo dos veces agarró a Changó y lo tiró dentro de una hoguera, que
por supuesto, no ardió. Entonces lo cargó y lo llevó a la orilla del mar para ahogarlo, pero
Iemaiá apareció y, le hizo saber, que era su propio hijo. En cierta ocasión Changó pasó
por un pueblo y vio que la gente andaba como los zombis. Changó se empeñó en saber
quién era el rey del pueblo y, tras muchos esfuerzos, descubrió que era Aggayú y fue a
verlo. Para qué quieres saber quién es el rey?, dijo Aggayú encolerizado y Changó le
contestó: Papá, es que este pueblo no puede tener a la cabeza un rey tan fuerte. Todos
andan muy mal, no oyen, no contestan, no hablan. No quiero que sigan sufriendo. Fue así
como se pusieron de acuerdo y, desde entonces, Changó va a la cabeza y Aggayú a los
hombros. Es por eso que los hijos de Aggayú tienen esa perfecta comunión con Changó.
Atributos: Hacha bipene roja y blanca, adornada con abalorios amarillos, rojos y azules.
Dos cuernos de novillo y dieciséis mates.
Bailes: Se le conoce por sus pasos largos y porque alza mucho los pies, como para salvar
obstáculos. Carga a los niños que están a su alcance y se los pone sobre los hombros.
Catolización: San Cristóbal, patrono de la Ciudad de La Habana. En Santiago de Cuba,
San Miguel Arcángel.
Aggayú Solá se sincretiza con San Cristóbal. Según una de las leyendas más populares,
Cristóbal era un gigante que ayudaba a los hombres a cruzar cierto río, ancho y
turbulento. En una ocasión ayudó a cruzar al mismo niño Jesús, lo que determinó su
conversión al cristianismo. Murió como mártir durante el imperio de Decio. Su día se
celebra el 25 de julio. La sincretización de Aggayú con San Cristóbal se debe a que
ambos ostentan grandes poderes, acostumbran a cargar niños sobre sus hombros y sus
leyendas se encuentran vinculadas a un río.
Otras deidades
Los seres humanos y otras criaturas sensibles también se consideran por tener su propia
deidad del destino individual, llamado «Ori», que es venerado a través de una escultura
decorada simbólicamente con conchas. Tradicionalmente, se cree que los padres muertos
y otros ancestros poseen poderes de protección sobre sus descendientes. Esta creencia
es expresada en el culto y el sacrificio sobre la tumba o símbolo del ancestro, o como una
comunidad en la observación del festival de Egungun, donde los ancestros son
representados como hombres enmascarados coloridamente en representación de los
espíritus ancestrales. Los padres difuntos o los ancestros son comúnmente venerados
poniendo abono a la tierra y rompiendo nueces de cola en su honor en ocasiones
especiales.
Una porción significante de la población sigue la religión tradicional llamada Ifá, o consulta
con el clero de adivinadores tradicionales conocido como babalawo, o "Padre de los
secretos."
La mayoría de los yorubas contemporáneos son cristianos o musulmanes, con
congregaciones indígenas con la mayor membresía entre la cristiandad.
Iya Nla
Los misterios de naturaleza y su existencia han sido cultivados por todo el mediante las
costumbres religiosas por el primer antepasado humano. A aquellos antepasados que han
sido la encarnación de la humanidad y se les elevan a un estado divino, para honrarlos y
seguir con sus costumbres. Estos primeros antepasados dan clases a su descendientes
de como entender el mundo esotérico y los caminos de las fuerzas invisibles para
sostener la dinámica continua de existencia dentro de la Naturaleza.