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Creación IFÁ

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Creación

Los yoruba consideran a Olodumare como el principal agente de la creación.


Según un relato yoruba de la creación, durante una cierta etapa de este proceso, se envió
la "verdad" para confirmar la habitabilidad de los planetas recién formados. La tierra,
siendo uno de estos, fue visitada pero se consideró demasiado húmeda para la vida
convencional.
Después de un período de tiempo exitoso, se enviaron varias divinidades dirigidas por
Obatala para cumplir la tarea de ayudar a la Tierra a desarrollar su corteza. En una de sus
visitas al reino, el archidivinidad Obatala subió al escenario equipado con un molusco que
ocultaba alguna forma de suelo; bestias aladas y algo de tela como material. El contenido
se vació en lo que pronto se convirtió en un gran montículo en la superficie del agua y
poco después, las bestias aladas comenzaron a esparcir esto alrededor hasta el punto en
que gradualmente se convirtió en un gran parche de tierra seca; las diversas hendiduras
que crearon eventualmente se convirtieron en colinas y valles. [5]
Obatala saltó a un terreno elevado y nombró el lugar Ife. La tierra se volvió fértil y la vida
vegetal comenzó a florecer. De puñados de tierra comenzó a moldear figuras. Mientras
tanto, mientras esto sucedía en la Tierra, Olodumare reunió los gases de los confines del
espacio y provocó una explosión que se convirtió en una bola de fuego. Posteriormente lo
envió a Ife, donde secó gran parte de la tierra y simultáneamente comenzó a hornear las
figuras inmóviles. Fue en este punto que Olodumare lanzó el "aliento de vida" para soplar
a través de la tierra, y las estatuillas lentamente comenzaron a "ser" como las primeras
personas de Ife. [5]
Por esta razón, Ife se conoce localmente como "Ife Oodaye" - "cuna de la existencia".

Deidades
Las deidades Yorubas se llaman los Orishas, literalmente ‘dueños de la cabeza’. Shangó
es uno de los Orishas más conocidos, dios del Trueno y un antepasado del pueblo
Yoruba. Fue el cuarto rey del pueblo yoruba, y se deificó tras su muerte. Al recibir "santo"
donde se sincretiza la ceremonia o ritual por el cual un orisha corona la cabeza del
iniciado en esta religión, se entregan los orishas principales: Oshun (deidad de los ríos, de
la fertilidad), Yemaya (hermana de Oshun, deidad del mar), Elegua (el que abre los
caminos), Oya (hermana de Oshun y Yemaya, deidad del cementerio), Shango, Oggun,
Obbatala. Estos son entregados en cada ceremonia, aunque el panteón cuenta con
muchas más deidades, que variarán según el orisha que marque el camino del iniciado.
Se cree que los Orishas alguna vez fueron humanos, derivándose de allí muchos de sus
Pattakies (historias, relatos) en la Tierra, y que después de su muerte pasaron al cielo,
donde viven junto a Olofi (Dios). Son muchas las deidades de este panteón. Se conoce
que existen poco más de 400 orishas, todos ellos abocados a traer estabilidad y firmeza a
las personas que deciden dar sus primeros pasos en esta religión.
Deidades principales del Panteón Yoruba

Abita
Aja
Babalu aye
Egungún
Elegua
Eshu
Ìbejì
Ọbba
Ọbàtálá
Ògún
Ọshun
Odùduwà
Olokun
Ọrunmila
Oshunmare
Oya
Shangó
Yemayá
Alggayú
Yeguá
Olofi
Orisha Oko
Ozaín
Ochosi
Inlé
Dada
Pattaki de deidades yorubas

Pattaki de Orula (orunmila)


Al saber que Oggún había querido fornicar con su propia madre, Obatalá ordenó matar a
todos sus hijos varones. Cuando nació Changó, Elegba se lo llevó escondido a Dadá,
para que lo criara. Poco después nació Orula y, para salvarlo, Elegba lo enterró al pie de
la Ceiba y le llevaba comida todos los días. Un día Obatalá enfermó; Elegba buscó
corriendo a Changó para que lo curara. Cuando el gran curandero resolvió el problema de
su padre, Elegba aprovechó la ocasión para pedir a Obatalá el perdón de Orula. El perdón
fue concedido y entonces Changó lleno de alegría, cortó la ceiba, labró un tablero
espléndido y le dio a su hermano, Orula el secreto de la adivinación. Es por eso que Orula
dice: maferefum Elegba, maferefum Changó y por lo que el ékuele de Orula lleva un
fragmento del collar de Changó.
Desde entonces, Orula es el dueño del tablero, el adivinador del futuro, y el consejero de
los hombres, y es el intérprete del oráculo de Ifá.
Atributos: Irofa, Iruke, Ékuele con el cual el babalawo cunsulta y Tablero de Orula, que
representa el mundo, y con el que se realizan determinadas ceremonias de Ifá.
Bailes: No tiene baile específico, puesto que no se sube, pero se ejecutan danzas en su
honor, aunque sin ninguna característica especial.
Catolización: San Francisco de Asís, San José de la Montaña (en La Habana y en
Santiago de Cuba)
Orula se sincretiza con San Francisco de Asís (1181-1226). Francisco fue un italiano de
padres mercaderes que pasó su juventud en el comercio y en el ejercicio de las armas.
Una aparición de Jesucristo le hizo abrazar la vida religiosa. Desde entonces se propuso
imitar la vida de pobreza y trabajos del fundador de su fe. Quizás sea Francisco, quien
mejor encarne el modelo de la caridad cristiana, del perfecto amor al prójimo y a toda la
naturaleza por ser obra del Creador.
Probablemente haya sido ese singular amor por los hombres, la clave de su asociación
con Orula, pues fue este el primer orishá adivino, el que le proporcionó a los hombres el
más importante de los dones: la posibilidad de conocer el futuro, y prevenir el mal que los
acecha. Por otra parte, ambas personalidades religiosas sufrieron innumerables
penalidades y fatigas. Su fecha se celebra el 4 de octubre.
Pattaki de Elegua
Elegua era hijo de Okuboro, rey de Añagui. Un día andaba con su séquito y vio una luz
brillante con tres ojos, que estaba en el suelo. Al acercarse vio que era un coco seco.
Elegua se lo llevó al palacio, le contó a sus padres lo que había visto y tiró el coco detrás
de una puerta. Poco después todos se quedaron asombrados al ver la luz que salía del
coco. Tres días más tarde, Elegua murió. Todo el mundo le cogió mucho respeto al coco,
que seguía brillando, pero con el tiempo, la gente se olvidó de él. Así fue que el pueblo
llegó a verse en una situación desesperada y cuando se reunieron los viejos, llegaron a la
conclusión, de que la causa estaba en el abandono del coco. Este, en efecto se hallaba
vacío y comido por los bichos. Los viejos acordaron hacer algo sólido y perdurable y
pensaron en colocar una piedra de santo en el lugar del coco, detrás de la puerta. Este
fue el origen del nacimiento de Elegua como orishá.
Atributos: A Elegua se le atribuye todo tipo de objeto utilizado en los juegos infantiles:
papalotes, pitos, bolas, soldaditos, así como todo tipo de llaves, machete, garabato,
sombrero de guano, artes de caza y pesca, pepitas de oro y monedas de plata, palos de
monte, bejucos, escopetas y cananas, tarros de venado, cocos secos decorados, porrón,
tarros de chivo.
Bailes: Cuando este orishá se sube, corre a situarse detrás de la puerta, que es su lugar
ritual. Brinca y se agita como un chiquillo, hace muecas y mima juegos infantiles, como
empinar un papalote y bailar un trompo. Le hace bromas a los espectadores, se va y
luego regresa, no deja de hacer monerías, algunas de las cuales pueden ser eróticas.
Siempre se le entrega un garabato con el que representa apartar la maleza, subrayando
su papel de abrir los caminos. Frecuentemente baila en ún solo pie y dando vueltas, en lo
que parece ser una alegoría del remolino.
Catolización: Elegba sincretiza con el Niño de Atocha. La historia del Niño de Atocha es
como sigue: en la ciudad de Atocha, en España, había muchos cristianos presos durante
los últimos años de la ocupación árabe. Nadie estaba autorizado a entrar en las prisiones
salvo los niños. Cierto día, un niño llegó a la prisión cargando un cesto lleno, de pan y un
cubo lleno de agua con un cuenco para beber. Los moros quedaron asombrados, al
observar que después de haberle servido a los innumerables prisioneros, tanto el cesto
como el cubo seguían tan colmados como al principio. De acuerdo a la leyenda,
Jesucristo había atendido a las plegarias y había venido, como niño a los que carecían de
ayuda material y espiritual. Desde entonces es la imagen del niño de Atocha. Su fiesta de
celebración el 1 de enero. Su sincretización con Elegua parece relacionarse al carácter
infantil con que se presenta el orishá. Su día es el 6 de enero.
Pattaki de Ògún
Ògún, el dueño del hierro, es irascible y solitario. Ògún estaba enamorado de su madre y
varias veces quiso violarla, lo que no consiguió gracias a la vigilancia de Elegba. Un día
Oggún se las arregló para conseguir su propósito, pero, para su desgracia, Obatalá lo
sorprendió. Antes de que este pudiera decir nada, Ògún gritó: Yo mismo me voy a
maldecir: " Mientras que el mundo sea mundo lo único que voy a hacer es trabajar para la
Osha". Entonces se fue para el monte sin más compañía que sus perros, se escondió de
los hombres y ningún orishá que no fuera Ochosi su hermano, el cazador, consiguió verlo.
Atributos: En general, todos los hierros, machetes, palas, picos, martillos, yunques,
guatacas, rastrillos, barretas, hoz, guadañas, serruchos, clavos, cuchillos y lanzas,
pistolas, etcétera.
Bailes: Tiene dos mímicas: La belicosa, blandiendo un machete y la laboriosa, que puede
ser de carácter agrícola, cortando las yerbas con el machete artesanal o al estilo del
herrero, golpeando con el martillo. En el primer caso Oggún baja agachado, avanzando
un pie mientras arrastra el otro, como librándose de un machetazo involuntario, en el
segundo caso mima la gesticulación del herrero, blandiendo el martillo y golpeando el
yunque.
Catolizáción: Se sincretiza con San Pedro, el príncipe de los apóstoles. Pedro, era un
pescador de Galilea, que estuvo entre los primeros en seguir a Jesús. Según los hechos
de los apóstoles, después de la resurrección, predicó por Asia Menor, haciendo de
Antioquía el centro de sus actividades. Fue preso, pero a la aparición de un ángel, las
cadenas se desprendieron de sus manos y pudo escapar. Más tarde fue a Roma, donde
constituyó la primera comunidad cristiana. Allí estuvo unos veinticinco años hasta que,
eventualmente cayó hecho prisionero y condenado a muerte. Fue crucificado cabeza
abajo según su propio deseo, porque no se consideraba digno de morir del mismo modo
que Jesús.
En la mayoría. de los cuadros San Pedro tiene en las manos las llaves del cielo. Todo
parece indicar que su tradicional representación con las llaves o bien el incidente de las
cadenas hicieron que lo asociaran a Ogún, el dueño de los hierros.

Pattaki de Ochosi
Ochosi es el mejor de los cazadores, y sus flechas no fallan nunca. Sin embargo, en una
época nunca podía llegar hasta sus presas porque la espesura del monte se lo impedía,
desesperado fue a ver a Orula, quien le aconsejó que hiciera ebbó. Ochosi y Oggún eran
enemigos porque Echu había sembrado cizaña entre ellos, pero Oggún tenía un problema
similar. Aunque nadie era capaz de hacer trillos en el monte con más rapidez que él,
nunca conseguía matar a sus piezas y se le escapaban. También fue a ver a Orula y
recibió instrucciones de hacer ebbo. Fue así que ambos rivales fueron al monte a cumplir
con lo suyo. Sin darse cuenta, Ochosi dejó caer su ebbó encima de Oggún. Tuvieron una
discusión fuerte, pero Ochosi se disculpó y se sentaron a conversar y a contarse sus
problemas. Mientras hablaban a lo lejos pasó un venado. Rápido como un rayo, Ochosi se
incorporó y le tiró una flecha que le atravesó el cuello dejándolo muerto. «Ves —dijo
Ochosi—, yo no lo puedo coger». Entonces Oggún cogió su machete y en un abrir y
cerrar de ojos abrió un trillo hasta el venado. Muy contentos, llegaron hasta el animal, y lo
compartieron.
Desde ese momento convinieron en que eran necesarios el uno para el otro y que
separados no eran nadie, por lo que hicieron un pacto en casa de Orula. Es por eso, que
Ochosi el cazador, siempre anda con Oggun el dueño de los hierros.
Atributos: Todo instrumento relativo a la caza y a la pesca, tarramentas de venados y
trofeos de cacería.
Bailes: Cuando se sube, da los gritos típicos de levantar la caza. Viste como Elegba y
Oggún, pues es santo guerrero. El vestido es de color, lila o morado claro y su gorro es de
piel de tigre, así como su bolsa. Usa el arco y la flecha para representar la cacería en su
danza.
Catolización: San Norberto. En Santiago de Cuba: Santiago Arcángel y San Huberto.
Norberto nació en 1082 y estaba emparentado con la familia imperial alemana. Fue
capellán de Enrique V y canónigo, pero vivía entregado los placeres. En 1114 le cayó una
centella al lado, lo que le hizo reconsiderar su actitud. Repartió sus bienes y se dedicó a la
prédica y la penitencia por tierras de Alemania y Francia. Adoptó la regla de San Agustín y
el hábito blanco en 1120. Fue arzobispo de Magdeburgo y murió en 1134. Fue
canonizado en 1582. Su fiesta se celebra el 6 de junio (Lo más probable es que su
sincretización con Ochosi se haya debido a una confusión con el nombre san Huberto,
patrón de los cazadores y, por consiguiente, figura naturalmente afín al orishá).
Huberto era príncipe real de Francia y descendiente en línea directa con Clodoveo, primer
rey cristiano francés. A los doce años mató a un oso que amenazaba la vida de su padre.
Era un príncipe guerrero y ambicioso, con brillante futuro. Cuando cazaba el Viernes
Santo del 683, tropezó con un ciervo de incomparable belleza, que tenía una cruz
resplandeciente entre los cuernos. El ciervo le dio instrucciones para que se dedicara a la
vida religiosa y lo amenazó con el infierno si desobedecía sus órdenes. Huberto se
aconsejó, e hizo una carrera religiosa no menos brillante de la que pudo haber hecho en
la política, Murió colmado de honores en el 727. Su día se celebra el 3 de noviembre.

Pattaki de Osún
Osún era vigilante de Obatalá. Obatalá vivía con su mujer Iemú y sus hijos: Oggún,
Ochosi, y Elegba. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces estuvo a punto
de violarla, pero Elegba siempre le avisaba a Osun quien venía y lo regañaba. Entonces
Oggún echó a la calle a Elegba, y le dio montones de maíz a Osun para que no lo
delatara, Osun comía y luego dormía, mientras Oggún disfrutaba de su madre, Elegba se
lo contó a Obatalá, que no lo quería creer, pero al otro día volvió más temprano. Obatalá
vio a Osun acostado y a Oggún abusando de su madre, y llegó a su casa furioso. Fue
cuando Oggún se maldijo a sí mismo y Obatalá le dijo a Osun: «Confiaba en ti y te
vendiste por maíz». Entonces nombró a Elegba su vigilante.
Catolización: San Juan Bautista (24 de junio en La Habana). Treinta años antes del
nacimiento de Jesús, comenzó su misión predicando el bautismo en las márgenes del río
Jordán, llegó a bautizar al mismo Jesús, ocasión en que se le apareció una paloma en
representación del Espíritu Santo. Llegó a ser conocido y respetado, pero cuando le
preguntaron si era el Redentor, dijo que estaba por venir otro más poderoso que él.
Por entonces Herodes, Rey de Judea se había enamorado de Herodías mujer de su
hermano y madre de una bella joven llamada Salomé. Cuando el hermano de Herodes
murió este se casó con Herodías. Juan denunció esto como pecado y Herodes furioso, lo
puso preso. Herodías quería, la muerte de Juan, pero el rey deseaba evitar resentimientos
políticos y no accedió. Herodías dedicó entonces su capacidad de intriga para conseguir
la muerte del Bautista. A Herodes le gustaba ver bailar a Salomé quien no solía
complacerlo para no activarle demasiado la imaginación. Instigada por su madre, Salomé
consiguió que Herodes le prometiera darle lo que quisiera si accedía a bailar para él.
Después de complacerlo le exigió la cabeza de Juan, obligado por la promesa y
seguramente ansioso por librarse del fastidio de Herodías, el Rey de Judea le presentó a
Salomé la cabeza del Bautista en una bandeja de oro. Juan el Bautista tiene una gran
significación para la Iglesia. Mientras que las fiestas de los otros santos se celebran en el
día de su muerte, la de Juan se conmemora en el de su nacimiento puesto que vio la luz
libre del pecado original.
La sincretización de Osun con Juan el Bautista parece justificada porque ambos se vieron
envueltos en problemas morales en relación la familia. Por otra parte, ambos se
relacionan con una paloma la que se le apareció a Juan cuando bautizaba a Jesús, y a
Osun como mensajero de Olofi. Su fiesta se celebra el 24 de junio.

Pattaki de Obatalá
En el principio de las cosas, cuando Olordumare bajó al mundo, se hizo acompañar de su
hijo Obatalá. Debajo del cielo, solo había agua. Entonces Olordumare le entregó a
Obatalá un puñado de tierra y una gallina. Obatalá echó la tierra formando un montículo
en medio del mar. La gallina se puso a escarbar la tierra, esparciéndola y formando el
mundo que conocemos. Olofi también encargó a Obatalá para que formara el cuerpo del
hombre. Así lo hizo y culminó su faena alineándole la cabeza sobre, los hombros. Es por
eso que Obatalá es el dueño de las cabezas.
Atributos: Dueño de la plata y los metales blancos. Tiene una corona con plumas de loro,
sol y luna, seis manillas, algodón, una bandera blanca, campana de plata. Dueño de la
ceiba, su vellón es su algodón y su rama se utiliza para el trono de su Iyawo.
Bailes: Los bailadores imitan los movimientos suaves de un anciano, de un jinete que
blande una espada, o sacuden el rabo de caballo para limpiar los caminos.
Catolización: Obatalá sincretiza con la Virgen de las Mercedes. Cuando España se
encontraba sometida al yugo árabe grupos de cristianos se dedicaban a tratar de rescatar
a los cautivos que languidecían en las prisiones sarracenas. Cuenta la leyenda que San
Pedro Nolasco tuvo una aparición de la Virgen que le instó a instituir una orden religiosa
que tuviera como fin redimir a los cristianos cautivos. Tanto San Raymundo de Peñafort
como Jaime I, Rey de Aragón, tuvieron la misma inspiración. Puestos de acuerdo, el 10
de agosto de 1218 fundaron la Orden de la Redención de los Cautivos bajo la protección
de la Virgen, a quién denominaron Santa María de las Mercedes. Su día se celebra el 24
de septiembre.

Pattaki de Yemayá
Al principio aquí abajo solo había fuego y rocas ardientes. Entonces Olofi, quiso que el
mundo existiera y convirtió el vapor de las llamas en nubes. De las nubes bajó el agua
que apago el fuego. En los huecos enormes entre las rocas se formó Olokun, el Océano
que es terrible y a quien todo el mundo teme. Pero el mar también es bueno, porque es la
fuente de la vida, y el agua hizo venas en la tierra para que la vida se propagara. Esa es
yemayá la Madre de las Aguas.

Atributos y herramientas: Sol, Luna llena, ancla, salvavidas, bote, siete remos, siete aros,
llave, estrella, siete aros de plata. Estos objetos elaborados en plata, acero, lata o plomo.
Iruke adornado con cuentas azules y blancas. Campanita que se utiliza para saludar y
para que preste atención cuando se habla con ella. Abanico con varillaje de nácar y oro,
adornado con cuentas y caracoles.
Bailes: Iemaiá, cuando se sube ríe a carcajadas y da vueltas como las olas y gira como
los remolinos del océano. Unas veces bracea como nadando, otras representa una
zambullida para sacar caracoles, algas y peces para sus hijos. En otras ocasiones parece
remar hasta la orilla donde siempre la espera Ochún. Sus danzas comienzan con suaves
ondulaciones, como las aguas que agita suavemente al soplo de la brisa, pero va
aumentando en intensidad, como un oleaje que se enfurece.
Catolización: En fecha tan lejana como 1660 se erigió en el caserío de Regla, en terrenos
del ingenio Guaicamar, un bohío que cobijaba una imagen de la Virgen de la Regla de
San Agustín (Cuenta la leyenda acerca del Obispo llamado San Agustín "El Africano"
-nacido y fallecido en África (360-436)-,que cuando era muy joven tuvo una revelación de
un ángel que le ordenó tallar en madera la figura de una imagen que debía colocar, bien
adornada, en su oratorio. Los siglos borraron el nombre que San Agustín le hubo de
poner, aunque parece ser Virgen de Regla. Diecisiete años después de su muerte, un
discípulo de San Agustín, conocedor del secreto de la revelación, llamado Cipriano, para
evitar que la figura fuera profanada por los bárbaros, embarcó con la imagen en una
pequeña nave y llegó a un punto de las costas de España, cercano al lugar que hoy
ocupa la Virgen de Regla en la villa de Chipiona (Cádiz). Se dice que a pesar de una
tormenta que los sorprendió en medio del estrecho de Gibraltar, la imagen no sufrió
deterioro alguno, ni Cipriano, ni la pequeña embarcación, considerándose este su primer
milagro, que fuera ampliamente comentado por marinos y pescadores. Finalmente la
tradición se encargó de hacerla patrona y protectora de todos los marinos). Dos años
después, el bohío fue arrastrado por una tormenta. Juan Martin de Coyendo, un hombre
piadoso y modesto, se dio a construir con sus propias manos (y la ayuda económica de
Don Alonso Sánchez Cabello, comerciante habanero) una ermita de mampostería. Quedó
terminada en 1664, cuando llegó a La Habana una nueva imagen de la Virgen, traída por
el sargento mayor, don Pedro de Aranda. La instalaron en la ermita. Allí fue objeto de
mucha devoción y el 23 de diciembre de 1714 la Virgen quedó proclamada patrona de la
bahía. Sus fiestas fueron tradicionalmente muy populares entre todas las clases sociales.
Blancos, nobles y negros esclavos —liberados por unos días— bebían aguardiente y
presenciaban peleas de gallos e inesperadas corridas de toros.
En el aire repicaban alegres villancicos a la dulce María, pero también profundos toques
de batá que evocaban a Iemaiá. La sincretización de Iemaiá con la Virgen de Regla
resultó natural: la Virgen es la madre de Dios, hay que cruzar el mar para venerarla y
reside en su orilla; Iemaiá es la madre de todos los orishás, la misericordiosa reina del
mar, que es su morada.

Pattaki de Oshún
Oshún, gustaba de pasearse por el monte. Un día Oggún, le vio pasar y sintió que se le
traspasaba el corazón. Impetuoso y brutal, corrió detrás de la que despertaba sus deseos,
decidido a poseerla. Oshún, huyó asustada. Pero Oggún, enardecido y violento, estaba
por darle alcance, cuando ella, desesperada, se lanzó al río. Arrastrada por el torbellino
de la corriente, llegó hasta la desembocadura donde se tropezó con Yemayá, que la tomó
bajo su protección, y le regaló el río para que viviera. Por eso es que Oshún vive en el río
y quiere tanto a Yemayá.

Atributos: Abanicos de sándalo o pluma de pavo real, pececillos, camarones, conchas,


botecitos, espejos, joyas, corales marinos, sábanas, paños bordados y todo objeto propio
del tocador femenino.
Bailes: Son quizás, los más bellos y sensuales de todos. Al subirse, ríe y agita sus brazos
para que suenen las manillas de oro. Sus manos bajan y corren a lo largo del cuerpo,
como los manantiales y los arroyos descendiendo de las colinas. A veces hace ademanes
de remero y otras imita los movimientos de la que muele en el pilón. Generalmente danza
con voluptuosidad y con las manos tendidas hacia adelante, en imploración, y con
sugestivas contorsiones pelvianas. Exige miel, símbolo del dulzor de la esencia amorosa
de la vida.
Catolización: Se sincretiza con la Virgen de la Caridad del Cobre. Alrededor de 1620, dos
indios, Juan de Hoyos y Juan Moreno, y un negrito criollo Rodrigo, fueron a buscar sal a la
bahía de Nipe. Estando allí en una canoa, vieron algo que les llamó la atención en el mar.
A la luz del amanecer remaron hacia allí y se encontraron con una imagen tallada en
madera de la Virgen María que flotaba sobre una tabla. Llevaba en el brazo izquierdo al
niño Jesús y una cruz de oro en la mano derecha. En la tabla había una inscripción que
decía: "Yo soy la Virgen de la Caridad". Los tres hombres recogieron la imagen, y la
condujeron al hato de Varajagua, donde el administrador de la mina ordenó construirle u
una rústica ermita. El 10 de mayo de 1916 Benedicto XV la declaró Patrona de Cuba. En
enero de 1998 el Papa Juan Pablo II la coronó y la bendijo en Nombre de la Iglesia
Católica.
Los yorubas la identificaron con Oshún porque esta orishá es la dueña del cobre, aparece
en la desembocadura de un río, de tez bronceada, y entre los adornos de su vestimenta y
atributos sobresale el oro y entre los criollos tuvo fama de caritativa y misericordiosa. En
tiempos remotos la Iglesia Católica tomó las medidas de la imagen en cintas de raso para
colocarlas en los vientres de las parturientas porque, se creía que así la Caridad del
Cobre las protegía en el alumbramiento, Oshún es también la orishá protectora de las
gestantes y parturientas.

Pattaki de Shangó
Aggayú, el dueño del río, tuvo amores con yemaya y de ellos nació Shangó. Pero yemaya
no lo quiso y Obatalá lo recogió y lo crio. Al reconocerlo como hijo, le puso un collar
blanco y punzó. Dijo que sería rey del mundo y le fabricó un castillo. Se casó con Obba,
pero también vivía fijo con Oyá y Oshun. Oyá como se sabe, era la mujer de Oggún, pero
se enamoró de Shangó y se dejó robar por él. Este rapto dio origen a una guerra
tremenda entre Shangó y Oggún. Cuentan que como Shangó peleaba y no tenía armas,
Osain, que era su padrino, le preparó el secreto del guiro. Cuando lo tocaba con el dedo y
se lo llevaba a la boca, podía echar candela por ella. Con eso vencía a sus enemigos.
Cuando se oye tronar, se dice que es porque Shangó anda de rumbantela con sus
mujeres o que cabalga por el cielo.
Atributos: Hacha petaloide, de doble filo o bipene, copa, espada, acheré de jicotea,
caballo moro, pandereta, bandera rojo brillante.
Bailes: Al subirse embiste con la cabeza y da vueltas de carnero en dirección a los
tambores. Abre desmesuradamente los ojos y saca la lengua para significar que la tiene
de fuego. Agita en alto su hacha sagrada y se agarra los testículos con la mano. Ningún
orishá da brincos más altos ni contorsiones más violentas, ni figuras más extrañas.
También ningún otro orishá realiza extravagancias como la de comer candela. Sus bailes
son guerreros o eróticos. En los guerreros blande el hacha bipene; en los eróticos trata de
acentuar su prepotencia y emplea las más crudas evocaciones sexuales.
Catolización: Se sincretiza con santa Bárbara. Esta santa fue hija única de un pagano
llamado Dióscoro. Para apartarla de los hombres, que la codiciaban, o para mantenerla
alejada de los cristianos, la encerró en una torre. Cuando la quiso casar, la joven se negó
porque quería consagrarse a Dios. Cuando Dióscoro supo que su hija era cristiana la
entregó a los tribunales. Los jueces no pudieron conseguir que renunciara a su fe ni con
argumentos, ni con torturas, y la condenaron a muerte por degúello. Poco después su
padre fue, fulminado por un rayo. Su imagen suele representarse con una espada,
símbolo del valor. Su fusión con Changó resulta menos sorprendente si sé recuerda que
este orishá en cierta ocasión se tuvo que disfrazar de mujer, que usa armas, aunque no
simbólicas, y que es él dios del rayo y del trueno. Su día es el 4 de diciembre.

Pattaki de Asojano (Babalú Ayé)


Babalú Ayé era muy mujeriego. Andaba continuamente de parranda, todo el mundo le
perdió el respeto y la misma Ochún, que era su mujer, lo abandonó. Un Jueves Santo,
Orula le advirtió: Hoy domínate y no andes con mujeres. Sin hacer caso del consejo de
Orúmila, esa noche se acostó con una de sus amantes. Al otro día amaneció con el
cuerpo todo cubierto de llagas purulentas. La gente huía de él porque le tenía miedo al
contagio y solo lo seguían algunos perros a los que gustaba lamerle las llagas. Por mucho
que suplicó, Olofi se negó a perdonarlo y al fin, Babalú Ayé murió. Pero a Ochún le dio
lástima, y gracias a sus ardides consiguió que Olofi le devolviera la vida. Ahora Babalú
Ayé sabía bien lo mucho que sufren los enfermos y por eso regresó tan caritativo y
misericordioso.

Atributos: Un manojo de varetas de palma de corojo o de coco que en su extremo inferior


están atadas con una tela de saco. Se le añaden cauris y cuentas, para adornarlos.
También telas de saco, y cualquier implemento propio de los impedidos. Igualmente
perros, de cualquier tipo de material, que sean blancos y con manchas amarillas.
Herramientas: Dos perritos de hierro. Dos muletas y una matraca.
Bailes: Se sube y aparece casi siempre como enfermo, torcido y con las manos
engarrotadas. Cojea y se siente tan débil que se cae. Su hablar es fañoso y tiene la nariz
llena de mucosidades. Sus movimientos recuerdan los de un enfermo febril. En ocasiones
hace como si espantara las moscas y demás insectos que se posan sobre sus llagas.
También agita el ajá en el aire, como en un rito de limpieza barriendo todo lo malo.
Generalmente, este baile afecta mucho a los posesos quienes suelen querer lamer
pústulas o afecciones cutáneas de los espectadores.
Catolización: Babalú Ayé está sincretizado con san Lázaro de Betania, uno de los más
populares en Cuba. Lázaro era natural de Betania, una aldea cerca de Jerusalén y de
familia acaudalada. Tenía una hermana mayor llamada Marta, y otra destinada a ser
famosa, llamada María. Esta María era propietaria del castillo de Magdalón (sic, por
Magdala) y por eso era llamada María Magdalena. Jesús era amigo de la casa y gustaba
de visitarla. Los evangelios nos cuentan que Lázaro enfermó y murió. Jesús, al enterarse
fue a su casa, y aunque llevaba cuatro días muerto, lo resucitó. Lázaro tuvo que
abandonar el país y, después de muchas aventuras, llegó hasta Francia, donde se hizo
obispo de Marsella, bajo el imperio de Domiciano. Luego fue hecho prisionero y
ejecutado, aunque en esta ocasión quedó definitivamente muerto. A Lázaro suele
representársele envuelto en vendas, como acostumbraba hacerse con los cadáveres de
los judíos, y esto contribuyó a que su imagen se asociara a la de Babalu Ayé enfermo y
harapiento. Se le celebra el 17 de diciembre.

Pattaki de Aggayú
Aggayuú Solá era un gigante poderoso y temido, el dueño del río que se precipitaba
desde lo alto. Acostumbraba ayudar a cruzar la corriente, pero siempre exigía que le
pagaran. En cierta ocasión le hizo el favor a Yemayá, quien no tenía con que pagarle y
tuvo que acostarse con él para contentarlo. De esta unión nació Changó, aunque Aggayú
no supo nada. El gigante era tan temido que dejaba la puerta de su casa abierta de par en
par, aunque la tenía abarrotada de viandas y frutas; nadie se hubiera atrevido a entrar. Un
día, sin embargo, Changó que es muy fresco, se metió en la casa, se lo comió todo y
hasta se acostó a dormir en su misma estera. Cuando Aggayú volvió del campo y vio el
espectáculo, sin pensarlo dos veces agarró a Changó y lo tiró dentro de una hoguera, que
por supuesto, no ardió. Entonces lo cargó y lo llevó a la orilla del mar para ahogarlo, pero
Iemaiá apareció y, le hizo saber, que era su propio hijo. En cierta ocasión Changó pasó
por un pueblo y vio que la gente andaba como los zombis. Changó se empeñó en saber
quién era el rey del pueblo y, tras muchos esfuerzos, descubrió que era Aggayú y fue a
verlo. Para qué quieres saber quién es el rey?, dijo Aggayú encolerizado y Changó le
contestó: Papá, es que este pueblo no puede tener a la cabeza un rey tan fuerte. Todos
andan muy mal, no oyen, no contestan, no hablan. No quiero que sigan sufriendo. Fue así
como se pusieron de acuerdo y, desde entonces, Changó va a la cabeza y Aggayú a los
hombros. Es por eso que los hijos de Aggayú tienen esa perfecta comunión con Changó.

Atributos: Hacha bipene roja y blanca, adornada con abalorios amarillos, rojos y azules.
Dos cuernos de novillo y dieciséis mates.
Bailes: Se le conoce por sus pasos largos y porque alza mucho los pies, como para salvar
obstáculos. Carga a los niños que están a su alcance y se los pone sobre los hombros.
Catolización: San Cristóbal, patrono de la Ciudad de La Habana. En Santiago de Cuba,
San Miguel Arcángel.
Aggayú Solá se sincretiza con San Cristóbal. Según una de las leyendas más populares,
Cristóbal era un gigante que ayudaba a los hombres a cruzar cierto río, ancho y
turbulento. En una ocasión ayudó a cruzar al mismo niño Jesús, lo que determinó su
conversión al cristianismo. Murió como mártir durante el imperio de Decio. Su día se
celebra el 25 de julio. La sincretización de Aggayú con San Cristóbal se debe a que
ambos ostentan grandes poderes, acostumbran a cargar niños sobre sus hombros y sus
leyendas se encuentran vinculadas a un río.

Otras deidades
Los seres humanos y otras criaturas sensibles también se consideran por tener su propia
deidad del destino individual, llamado «Ori», que es venerado a través de una escultura
decorada simbólicamente con conchas. Tradicionalmente, se cree que los padres muertos
y otros ancestros poseen poderes de protección sobre sus descendientes. Esta creencia
es expresada en el culto y el sacrificio sobre la tumba o símbolo del ancestro, o como una
comunidad en la observación del festival de Egungun, donde los ancestros son
representados como hombres enmascarados coloridamente en representación de los
espíritus ancestrales. Los padres difuntos o los ancestros son comúnmente venerados
poniendo abono a la tierra y rompiendo nueces de cola en su honor en ocasiones
especiales.
Una porción significante de la población sigue la religión tradicional llamada Ifá, o consulta
con el clero de adivinadores tradicionales conocido como babalawo, o "Padre de los
secretos."
La mayoría de los yorubas contemporáneos son cristianos o musulmanes, con
congregaciones indígenas con la mayor membresía entre la cristiandad.
Iya Nla
Los misterios de naturaleza y su existencia han sido cultivados por todo el mediante las
costumbres religiosas por el primer antepasado humano. A aquellos antepasados que han
sido la encarnación de la humanidad y se les elevan a un estado divino, para honrarlos y
seguir con sus costumbres. Estos primeros antepasados dan clases a su descendientes
de como entender el mundo esotérico y los caminos de las fuerzas invisibles para
sostener la dinámica continua de existencia dentro de la Naturaleza.

Estos primeros antepasados se hicieron representantes de aquellas fuerzas invisibles


espirituales y fueron llamados de distintas formas por su descendientes según su lengua,
región y los significados de sus culturas, siendo este nombre lo que los representa dentro
de la adoración de los misterios de Naturaleza y la existencia. Esta encarnación humana
de los primeros antepasados ayuda a distinguir el aspecto diverso y las influencias de las
manifestaciones de Iya Nla.
Iya Nla es la disciplina sabía que nos enseña que si superamos el conocimiento de la
forma física y permitirnos fluir la esencia de Awon Iya Wa ("nuestras madres") la
preocupación maternal nos hará capaces de tener acceso tanto a la forma de las Fuerzas
en la Naturaleza como la sabiduría de nuestros primeros antepasados. Si aprendemos a
desarrollar una relación en curso dentro de la armonía de la creación para desarrollar la
sensibilidad de estas fuerzas, ellos asumen que lograremos las características de nuestro
'Imale o Irunmole particular, primeros antepasados africanos que fueron elevados al grado
de orishás.
Los aspectos, caminos, manifestaciones, papeles, atributos, conceptos, nombres de
alabanza de Iya Nla están relacionados directamente con su capacidad y autoridad para
curar crear la voluntad o destruirla. Iya Nla es la energía autosuficiente que da la vida y la
armonía sobre la tierra, dotada por herencia en atributo a sus hijas los regalos infinitos y
eternos del mecanismo Õrõ (Egúngún), Eleiye (la fuerza que da el poder y capacidades
místicas) para intensificar la causa, el efecto y los cambios. Con estos regalos un Ìyá Àjé
es capaz de tinar el poder terrestre y astral de curar, maldecir o causar la justicia
vengativa sobre alguien que falte el respeto a la mujer y la maternidad. Ìyá Nlá es la
matriz sagrada que da la vida; ella es la entrada a la existencia y el origen de los
mecanismos biológicos, manifestados en cada mujer.3

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