El milagro de la mula narra cómo Antonio de Padua logra que una mula se arrodille ante la hostia consagrada para demostrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía a un hereje escéptico. El pie reinsertado cuenta la historia de un hombre que se corta el pie en arrepentimiento por haber golpeado a su madre, y cómo Antonio hace el milagro de volver a unir el pie cortado a la pierna del hombre a través de la oración.
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El milagro de la mula narra cómo Antonio de Padua logra que una mula se arrodille ante la hostia consagrada para demostrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía a un hereje escéptico. El pie reinsertado cuenta la historia de un hombre que se corta el pie en arrepentimiento por haber golpeado a su madre, y cómo Antonio hace el milagro de volver a unir el pie cortado a la pierna del hombre a través de la oración.
El milagro de la mula narra cómo Antonio de Padua logra que una mula se arrodille ante la hostia consagrada para demostrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía a un hereje escéptico. El pie reinsertado cuenta la historia de un hombre que se corta el pie en arrepentimiento por haber golpeado a su madre, y cómo Antonio hace el milagro de volver a unir el pie cortado a la pierna del hombre a través de la oración.
El milagro de la mula narra cómo Antonio de Padua logra que una mula se arrodille ante la hostia consagrada para demostrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía a un hereje escéptico. El pie reinsertado cuenta la historia de un hombre que se corta el pie en arrepentimiento por haber golpeado a su madre, y cómo Antonio hace el milagro de volver a unir el pie cortado a la pierna del hombre a través de la oración.
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El milagro de la mula
Durante un debate entre Antonio y un hereje acerca de la
presencia de Jesús en la Eucaristía, el hereje reta a Antonio a que demuestre con un milagro la presencia real de Cristo en la hostia consagrada, prometiendo que si lo hubiera logrado se habría convertido a la fe verdadera. Explica entonces su plan: tendría su mula encerrada en el establo durante algunos días sin darle de comer; después la llevaría a la plaza, ante la gente, poniéndole delante el forraje. Al mismo tiempo, Antonio debería poner la hostia ante la mula: si el animal se hubiera arrodillado ante la hostia, ignorando la comida, se habría convertido. El día convenido, el Santo muestra la hostia a la mula y le dice: En virtud y en nombre del Creador, que yo a pesar de ser indigno, tengo verdaderamente entre las manos, te digo, oh animal, y te ordeno acercarte enseguida y con humildad y ofrécele la debida veneración. Y así sucede: Antonio no ha terminado aún de pronunciar estas palabras y la mula baja la cabeza hasta la hostia y se arrodilla ante el Sacramento del Cuerpo de Cristo. El pie reinsertado Un hombre de Padua, llamado Leonardo, confiesa a Antonio que le había dado, con violencia, una patada a la propia madre. Antonio entristecido comenta: "El pie que golpea a la madre o al padre, merecería ser amputado al instante".
El hombre, tocado por el remordimiento, regresa a casa y se corta
el pie. La noticia se difunde inmediatamente por toda la ciudad, llegando la madre llega hasta El Santo pidiéndole que por favor le devolviera el pie a su hijo. El Santo después de una oración, le reinserta a la pierna el pie amputado, haciendo el signo de la cruz. Y aquí se realiza el extraordinario milagro: el pie queda pegado a la pierna, en tal modo que el hombre se pone de pie, empieza a caminar y a saltar alegremente, alabando a Dios y agradeciendo a Antonio.