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Tema 1 MARINA
Tema 1 MARINA
Tema 1 MARINA
INTRODUCCIÓN
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES
RALES DEL NIÑO/A HASTA LOS SEIS AÑOS
AÑO
6. CONCLUSIÓN
7. BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN_____________________________________________________
Durante el desarrollo del tema abordamos primero las características generales que
determinan al niño de 0 a 6 años, continuaremos con los factores que intervienen en su
desarrollo. Un tercer epígrafe son las etapas y momentos más significativos, mayor amplitud
pues en el mismo estudiamos los distintos aspectos del desarrollo infantil (motórico-social-
cognitivo).
Por último, resaltar el desarrollo durante el primer año y el papel que juegan los
adultos en todo este proceso.
La consideración del niño como un ser con identidad propia es relativamente reciente,
ya que es a partir del siglo XIX, con el avance de la psicología de desarrollo, cuando se
plantea el conocimiento del niño desde el ámbito científico.
Por otro lado, no hay que olvidar que el estudio del desarrollo del niño, de sus
características generales es un fenómeno complejo, que se basa en la observación y análisis
de los cambios cualitativos y cuantitativos a lo largo de un periodo determinado de tiempo.
• La génesis y evolución del lenguaje (de los primeros sonidos, balbuceos en los
primeros meses, consigue a los cinco/seis años una estructura gramatical
parecida a la adulta.
Se puede afirmar que los procesos psicológicos están posibilitados por los genes y
limitados por el calendario madurativo (que determina el momento en que ciertas
adquisiciones por posibles) y también determinado por las interacciones con el entorno.
“V” o vivenciales.
La optimización del desarrollo pretende mejorar las posibilidades del sujeto a través
de la interacción con el entorno.
El desarrollo del niño está marcado por la sucesión de una serie de etapas o estadios,
nunca de modo sumativo sino integrador.
El niño actúa en permanente búsqueda, hasta lograr un equilibrio, cuando aprende algo
se produce un desequilibrio que va a posibilitar nuevas restructuraciones y conocimientos.
A pesar de los rasgos comunes no debemos olvidar que cada niño es un ser único.
Desde que nace el niño establece una relación especial con la persona que lo cuida y
está en estrecha relación con él: es el apego coma base sobre la que se elabora el desarrollo
afectivo del niño. Se define como el vínculo con la persona que lo cuida y se caracteriza por
la tendencia a mantener proximidad con el adulto en el espacio y tiempo.
Se manifiesta por conductas dirigidas a provocar esa proximidad por medio de los
reflejos con los que viene equipado y de señales como lloros, gestos, sonrisas, etc.
Después del primer año, el niño se hace cada vez más independiente de los adultos. A
los 3 años descubre su "yo", auto afirmándose, es egocéntrico y poco a poco sobre los cuatro
a seis años se van estabilizando las emociones.
La vida comienza 280 días antes de nacer, durante esta fase prenatal se produce un
desarrollo prodigioso. A partir del nacimiento del pequeño se introducen en un medio social,
cultural e histórico, sobre el que va a influir con sus gritos y experiencias de sus necesidades
vitales. Entra en un cuadro prefabricado al que ha de adaptarse.
Los recién nacidos no son iguales, su historia prenatal puede presentar diferencias. Se
comprueba que perciben la luz, reaccionan a los diferentes colores. Ciertos olores y sabores,
oye, el frío les provoca llanto y les agrada el calor. Es decir, está provisto de un mecanismo
que funciona, pero no posee un cuadro de referencia en el que situar las impresiones que
recibe. Depende para su supervivencia de las personas que le rodean. En cuanto a su “vida
psíquica” no hay diferencia entre lo que es él (el interior) y lo que no es él (exterior), por falta
de experiencia.
Es muy espectacular:
A los 4 meses mantiene la cabeza erguida cuando está sentado.
A los 6/7 meses se sienta con apoyo.
A los 9 meses equilibrio sentado.
A los 12 meses de pie sin ayuda.
En primer lugar destacaremos el papel de los padres en el desarrollo del niño/a. Según
los estudios de Maccoby, 1980 (Maccoby y Martín 1983 y Damon 1983) los padres difieren de
unos a otros en cuatro dimensiones fundamentales:
Grado de control. Los padres que ejercen mucho control sobre sus hijos son aquellos
que intentan influir sobre el comportamiento del niño, con el fin de inculcar unos determinados
estándares. (Este control pueden realizarlo haciendo uso de estrategias).
Exigencias de madurez. Los padres que exigen altos niveles de madurez a sus hijos,
son aquellos que les presionan y animan para desempeñar al máximo sus posibilidades en los
aspectos social, intelectual y emocional, y además, hacen hincapié en que sean autónomos y
tomen decisiones por sí mismos. Por el contrario, los padres que no plantean retos o exigencias,
acostumbran a subestimar las competencias de los niños, creyendo que no son capaces de
realizar una determinada tarea.
Afecto en la relación. Los padres afectuosos son aquellos que expresan interés y afecto
explícitos por el niño y por todo lo que implica su bienestar físico y emocional.
Combinando estas cuatro dimensiones básicas podremos diferenciar tres tipos diferentes
de padres:
- Padres permisivos. Son padres bajos en control y exigencias de madurez, pero altos
en comunicación y afecto. Tienen una actitud general positiva hacia el comportamiento del
niño, aceptan sus conductas, deseos, y usan poco el castigo, consultan al niño sobre decisiones
que afectan a la familia, pero no le exigen responsabilidades ni orden, utilizan el razonamiento
pero rechazan el poder y el control sobre el niño. Como consecuencia, los niños tienden a tener
problemas para controlar sus impulsos, dificultades a la hora de asumir responsabilidades, son
inmaduros y con niveles bajos de autoestima, pero suelen ser más alegres y vitales que los hijos
de padres autoritarios.
Autores como Bruner con su Teoría del Andamiaje y Vigotsky con su Zona de
Desarrollo Próximo, enfatizan cómo los adultos son los mediadores en el desarrollo del niño.
La Educación Infantil no trata de custodiar, sino de respetar el derecho a la educación y el
ritmo peculiar de desarrollo y crecimiento, en el que el adulto procurará el máximo desarrollo
de todas sus capacidades.
El niño precisa tiempo y calma para habituarse al medio que le rodea y para ir
realizando los ajustes que supone toda adaptación.
El adulto es el modelo a imitar por el niño que observa al adulto y precisa de pautas que
marque en su conducta. Por ello los educadores procurarán un clima en el que cada niño
pueda desarrollar de forma armónica todos los rasgos de su personalidad (si queremos que los
niños logren hábitos, ande ver los reflejados en los adultos, durante toda la jornada)
6. CONCLUSIÓN
Terminar con esta cita supone entender la importancia de que el niño/a se desarrolle
en óptimas condiciones puesto que de ello va a depender su aprendizaje, construyéndolo de
forma activa y explotando sus intereses naturales por jugar, observar, experimentar y en
definitiva por aprender siendo feliz.
7. BIBLIOGRAFÍA