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La Ciudad Del Turismo - AHDEZ - 2020

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ÁNGELES LAYUNO ROSAS (ed.

LA CIUDAD
DEL TURISMO
ARQUITECTURA, PATRIMONIO URBANO Y ESPACIO PÚBLICO

1
2
M. Ángeles Layuno Rosas (Ed.)

LA CIUDAD DEL TURISMO


Arquitectura, patrimonio urbano y espacio público

Prólogo de Juan Calatrava


UAH MONOGRAFÍAS
ARQUITECTURA 09

Universidad
de Alcalá
SERVICIO DE PUBLICACIONES
© Universidad de Alcalá, 2020
Servicio de Publicaciones
Plaza de San Diego, s/n
28801, Alcalá de Henares
www.uah.es

EDITORA: Ángeles Layuno Rosas

AUTORES: Pilar Aumente Rivas, José Juan Barba, Jean-François Cabestan, Juan Calatrava, Manuel de la
Calle Vaquero, Pierre Chabard, Miguel Ángel Chaves Martín, Pilar Chías Navarro, José de Coca Leicher,
Ivanne Galant, Roberto Goycoolea Prado, Ascensión Hernández Martínez, Ángeles Layuno Rosas, Júlia
Cristina Pereira de Faria, Laura Susana Zamudio Vega.

DISEÑO Y MAQUETACIÓN DE CUBIERTA E INTERIOR: María Durán Vaquero, Ignacio Garcés Fernández,
Natalia Garcés Fernández.

EDICIÓN: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá


ISBN: 978-84-18254-61-1

© De los textos: los autores


© de las imágenes: autores, instituciones, archivos, bibliotecas y centros de documentación que se citan.

Este volumen reúne los resultados de los siguientes proyectos de investigación: La influencia del turismo
en la transformación del espacio urbano. Ficciones patrimoniales. Universidad de Alcalá y Casa de Velázquez
- École des Hautes Études Hispaniques et Ibériques (2016-2018). Referencia: UAH-Casa de Velázquez
(2016/00265/001); y Edificios culturales y espacio público urbano: parámetros de análisis y evaluación
de los procesos generados por intervenciones urbano-arquitectónicas (2018-2019). Universidad de Alcalá
(Ref. CCGP2017-EXP/035), vinculados al grupo de investigación Arquitectura, Historia, Ciudad y Paisaje-
ARHCIPAI (Grupo Alto Rendimiento UAH).

El contenido de este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito
del editor. Todos los derechos reservados

La ciudad del turismo. Arquitectura, patrimonio urbano y espacio público

Ángeles Layuno Rosas (ed.)


Universidad de Alcalá, Madrid, España
1v (360 pp)
ISBN: 978-84-18254-61-1

1. Ciudad; 2. Turismo; 3. Arquitectura; 4. Patrimonio; 5. Espacio público; Madrid; París.


ÍNDICE

JUAN CALATRAVA 7
Prólogo

ÁNGELES LAYUNO ROSAS 17


Introducción
Ciudades y Turismo: Estrategias y dinámicas urbanas

PILAR CHÍAS NAVARRO 27


Turismo e impacto territorial en los Reales Sitios en torno a Madrid

MANUEL DE LA CALLE VAQUERO 53


El Impacto del Turismo sobre los centros urbanos.
Consideraciones sobre el caso de Madrid

MIGUEL ÁNGEL CHAVES MARTÍN Y ÁNGELES LAYUNO ROSAS 89


Miradores de Madrid en la Cornisa del Manzanares.
Espacio público, turismo, imagen y memoria urbana

JOSÉ JUAN BARBA 121


La Gran Vía como lugar del turismo de masas a través
de sus tipologías, imaginarios y simulacros urbanos

JOSÉ DE COCA LEICHER 153


Las dos cornisas del Manzanares.
Ficciones turísticas y reconstrucción de la imagen
JEAN-FRANÇOIS CABESTAN 181
Paris: le quartier des Halles à l’ ère du tourisme international

PIERRE CHABARD 203


The Parc de La Villette in Paris: a heritage palimpsest
at the cross roads of evolutive forms of tourism

PILAR AUMENTE RIVAS 225


La creación de un nuevo imaginario urbano en Boulogne-Billancourt
(Grand París). Una ciudad atractiva para el visitante cultural y el inversor

ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ 259


¿Quién necesita un castillo real ahora? Polémicas y reflexiones
en torno a la reconstrucción del Stadtschloss de Berlín

ROBERTO GOYCOOLEA PRADO Y LAURA SUSANA ZAMUDIO VEGA 293


Conflictos latentes: Turismo y Patrimonio social.
El caso de Ensenada, Baja California, México

IVANNE GALANT 317


Hitos patrimoniales sevillanos:
permanencias y novedades en el sector turístico

JÚLIA CRISTINA PEREIRA DE FARIA 343


La nueva narrativa del frente fluvial de la ciudad de Oporto:
reflexiones sobre el impacto del turismo en la imagen urbana

6
258
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?
POLÉMICAS Y REFLEXIONES EN TORNO A LA RECONSTRUCCIÓN
DEL STADTSCHLOSS DE BERLÍN*
Ascensión Hernández Martínez
Universidad de Zaragoza

INTRODUCCIÓN
Se diría que el ciudadano de nuestros días necesita disponer a cualquier precio
de la memoria y la dignidad que le otorgan los viejos edificios, las calles tortuosas,
los monumentos expurgados, la pintoresca oscuridad de un tiempo pasado, tan
hermoso como nos guste imaginar, e inhabitable. Y lo que es peor, a menudo
inventado (Azúa, 2004: 15).

La construcción de una nueva identidad política y cultural conlleva procesos


de remodelación urbana en los que se realizan operaciones a veces poco
fáciles de comprender e incluso polémicas como es la recuperación de
monumentos desaparecidos. La reconstrucción del Stadtschloss de Berlín es
un paradigmático ejemplo de esta situación. Precisamente el título de este
trabajo nace de la controversia suscitada en los medios, entre los expertos y en
la prensa especializada a partir de la puesta en marcha de este proyecto, que
refleja el debate político y social que supone este caso en Alemania y en Europa.
Controversia y discusión porque este país, tras la reunificación, se enfrenta al
desafío de lidiar con su pasado reciente y lo está haciendo —según muchos
expertos— cancelando parte de su historia. Cuestión aparte sería la legitimidad
que como sociedad tiene el pueblo alemán para olvidar, en esta confrontación
entre memoria y olvido suscitada recientemente (Rieff, 2012).

En el contexto alemán, Berlín es un fascinante caso de estudio porque el proceso


de transformación de la ciudad y de sus monumentos revela, por un lado, las
*
Esta investigación se ha desarrollado en el marco
del Grupo de Investigación de Referencia Vestigium dificultades de Alemania para asumir parte de su historia reciente; por otro, las
(H19_17R), financiado por el Departamento de tensiones políticas, sociales y culturales suscitadas a raíz de la reunificación y,
Innovación, Investigación y Universidad del
Gobierno de Aragón y el programa operativo
sobre todo, la potencialidad del patrimonio para reconstruir la historia y construir
FEDER Aragón 2014-2020. una nueva identidad que responde más a decisiones políticas que a consensos

259
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

sociales, como evidencia el debate en torno a la desaparición del Palacio de


la República (Palast der Republik) y la reconstrucción del Castillo Real (Berliner
Stadtschloss), que será el argumento central de mi reflexión.
En este contexto, Berlín es el ejemplo perfecto de una “ciudad-memoria”,
según la definición del antropólogo Marc Augé: “la ciudad en la que se sitúan
tanto los rastros de la gran historia colectiva como los millares de historias
individuales” (Augé, 2008: 112). La capital alemana es una urbe estratificada
históricamente1, con episodios de extraordinaria tensión y dolor (el nazismo, la
Segunda Guerra Mundial, el comunismo), que conjuga de manera compleja
memoria e historia. Una “ciudad-memoria” en la que cada habitante “tiene su
propia relación con los monumentos que dan testimonio de una historia más
profunda y colectiva” (Augé, 2008: 113). Como sostiene el arquitecto alemán
Norbert Sachs:
Ma se c’è una città che veramente si è giocata la fortuna a dadi, questa è Berlino. È
stata una grande giocatrice, ha perso molto, ma sta recuperando. I danni di guerra
nel 1945 sono stati tali da far dubitare gli esperti dei contingenti alleati che potesse
mai tornare a essere uan città funzionante. Qualcuno aveva suggerito di lasciarla
come una giantesca rovina, un monumento alla sconfitta.
Ci sono momenti in cui le forze che sottendono il corso degli eventi, o forse la stessa
natura umana, emergono; forze che la storia ha dimostrato essere particolarmente
contraddittorie. Nel corso del XX secolo Berlino si è trovata più di una volta al
centro di queste forze. È stata l’espressione più eloquente del conflitto tra Est e 1
Al respecto pueden encontrarse muchas opiniones
Ovest: un modo spaccato dalle sue guerre periferiche, rappresentato da una como la de Emmanuele Terray, en su libro Ombres
berlinoises, donde “hace el inventario de los
città divisa. Diversamente dalle foreste del Vietnam, le cicatrici in una città non si
diversos tipos de marcas históricas que se pueden
riparano attraverso un processo di ricrescita naturale. Forze costruttive e distruttive discernir en ciertos lugares y ciertos monumentos
contribuiscono in ugual misura allo sviluppo di una città; entrambe fanno della de la antigua y nueva capital alemana: testimonios
Berlino di oggi un libro di testo sul XX secolo, nel quale è riportato ogni segno della olvidados y sin objeto de un pasado aún reciente
y sin embargo ya tan lejano (el monumento
storia. È un testo con molti sottintesi, più o meno nascosti. Tuttavia, a differenza dalla
conmemorativo soviético de Treptow), cementerios,
maggior parte delle città formate da stratificazioi multiple da significati, a Berlino desde luego, pues los muertos son quienes hacen
questi brani si riferiscono a esperienze e memorie che molti dei suoi abitanti e que la historia individual se junte con la historia
visitatori hanno vissuto nell’arco della propia vita (Sachs, 2011: 4). de todos (una estela en memoria de los obreros
muertos en 1848 en la Friedrichstrasse, las tumbas
de Karl Liebknecht y de Rosa Luxemburgo en
Friedrichsfelde, la tumba de Kleist, a orillas del
LOS HECHOS: LA RECONSTRUCCIÓN DEL STADTSCHLOSS DE BERLÍN pequeño lago de Wansee), diferentes edificios en
los que, en los cortes geológicos, se agregan y se
El Castillo Real era una construcción de notable valor histórico-artístico, superponen sedimentaciones históricas de destino
acelerado: la República de Weimar, el nazismo, el
un heterogéneo conjunto arquitectónico levantado y ampliado desde el comunismo y luego lo ocurrido después de 1989”
siglo XV hasta el siglo XIX, cuyas formas respondían desde el gótico tardío (Augé, 2008: 116).

260
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

hasta el historicismo decimonónico, con una decoración interior y un


mobiliario hoy tristemente perdidos, que ofrecían un testimonio completo
de la historia de Prusia y del arte europeo (Fig. 1). Ampliado y mejorado
por los sucesivos príncipes electores, su apariencia a comienzos de la
Segunda Guerra Mundial respondía a un majestuoso palacio barroco,
símbolo de la casa real prusiana, que dominaba estratégicamente el
centro de Berlín como elemento de conexión entre la parte oriental y
occidental de la ciudad. Sin embargo, con el fin de la monarquía en 1919
perdió su función política y desde 1921 fue utilizado como museo de artes
decorativas (Kunstgewerbemuseum), un papel muy adecuado dado que
sus interiores reunían un extenso repertorio decorativo que se remontaba
a varias centurias atrás, en especial a la gran reforma experimentada en el
siglo XVIII, bajo el impulso del monarca Federico III y la dirección artística
del gran creador alemán Andreas Schlütter.

Afectado por los bombardeos e incendios de la Segunda Guerra Mundial,


este edificio que había sobrevivido a la contienda bélica fue demolido por
iniciativa del político comunista Walter Ulbricht, presidente de la República
Democrática Alemana (RDA) desde 1960, quien consideraba estos restos
como el símbolo de un régimen feudal, militarista y monárquico. El 7 de
diciembre de 1950, con la oposición de muchos berlineses (la mayor parte
conservadores de museo, urbanistas, historiadores y arquitectos), el castillo
Fig. 1. Castillo Real (Stadtschloss), Berlín, entre los fue volado, eliminado sin piedad, como sucedió con otros símbolos de la
años veinte o trienta del siglo XX. Litografía publicada historia prusiana (Fig. 2).
en Berlin. Zwanzig der Reizvollten unfichten (s/a)
(Colección particular). Con la desaparición del palacio quedó expedita una enorme explanada en
el centro de la ciudad, un gigantesco espacio público donde se realizarían
Fig. 2. Castillo Real (Stadtschloss), Berlín, después
paradas militares y reuniones políticas. No fue hasta 1973 cuando el vacío
de la II Guerra Mundial.
se ocupó en parte al comenzar las obras del nuevo Palast Der Republik, un
edificio multifuncional inspirado en centros similares y contemporáneos
abiertos en otras ciudades europeas como el Centro Pompidou (París,
1970-1977). Esta construcción de cinco plantas, que contenía una sala para
espectáculos con más de 5.000 puestos, un teatro, trece bares y restaurantes,
incluida una famosa discoteca, y la Cámara de representantes del Pueblo,
se convirtió en el mayor centro cultural de la historia alemana, recibiendo a
lo largo de su existencia a setenta millones de visitantes en unos ventiunmil
actos culturales (Fig. 3).

261
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Fig. 3. Palacio de la República (Palast der Republik),


Berlín. Postal contemporánea editada con motivo
de la demolición del edificio 1976-2006 (Colección
particular).

Sin duda se trataba de un edificio de alto valor simbólico, que respondía


a la voluntad política del gobierno de la RDA para reconstruir y cambiar la
historia de la capital alemana y que ponía en evidencia el “esplendor de los
resultados” del socialismo, como subrayaba el presidente Erich Honecker con
motivo de la inauguración del edificio el 23 de abril de 1976.
El Palacio de la República encuadra dignamente en el programa de reestructuración
urbanística de nuestra capital, con su grandioso plan de construcción de viviendas.
Esta obra testimonia de manera impresionante la potencia creadora de nuestra
sociedad socialista, es testimonio de nuestra alta cultura socialista nacional, del
sentido de nuestro trabajo al servicio del bienestar de las gentes. Con toda su
diversidad de posibilidades, el Palacio de la República tiene en cuenta las siempre
más elevadas exigencias culturales de los ciudadanos de la República Democrática
Alemana2.

El palacio respondía, además, a la voluntad política de reordenar el tradicional


espacio representativo del poder en la ciudad alemana, situándolo en la
zona donde antes estaba el castillo real. En esta zona se levantaron los
edificios más significativos del estado comunista: el Consejo de Estado
(Staatsratgebäude), el Ministerio de Asuntos Exteriores (Ministerium für 2
Recogido en Palast der Republik. Le Palais dé la
Republique. Palacio de la República (publicación
Auswärtige Angelengeheiten) y el Palacio del Pueblo (Palast der Republik), trilingüe realizada con motivo de la inauguración
todos en torno a la Marx-Engels Platz, nuevo nombre de la precedente plaza del edificio), 1977, p. 17.

262
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

del castillo. Como explica el historiador alemán Adrian von Buttlar, profesor
del Institut für Kunstwissenschaft und Historische Urbanistik de la Technical
Universität de Berlin:
The Palace was the cornerstone of the government center of the socialist capital,
grouped around the Marx-Engels-Platz […] The whole ensemble, but especially the
Palace itself, was designed as a deliberate counter-vision to the Royal Castle that
had occupied the site for nearly five hundred years (Buttlar, 2007: 17-18).

Su historia quedó marcada por el descubrimiento en 1990 de amianto


contaminante en el ambiente del edificio, lo que obligó al cierre del mismo
por motivos de seguridad (el amianto es un material altamente cancerígeno).
Pero antes de su clausura en septiembre de 1990, el palacio fue testigo de un
acontecimiento histórico: el 23 de agosto los miembros del parlamento de la
República Democrática Alemana votaron a favor de la unión con la República
Federal, materializándose así la unión de las dos Alemanias.

Tras la caída del muro y alcanzada la reunificación, se empezó a discutir acerca


del futuro uso de esta instalación y comenzaron a aparecer comentarios
que iban más allá de los problemas técnicos o económicos que implicaba
su conservación. La ideología teñía la mirada que algunos alemanes
proyectaban sobre el edificio, pues lo veían como el símbolo de un régimen
político fracasado, del mismo modo que el comunismo había condenado a la
damnatio memoriae al Castillo Real cuarenta años atrás.

Se escucharon las primeras opiniones de que “era el símbolo de un régimen


injusto”, “una monstruosidad arquitectónica contaminada e irrecuperable”
(Ulrich, 2006: 65) decía Volker Hassemer, senador de la Unión Democráta
Cristiana (CDU, Christlich Demokratische Union Deutschland). Este político
de hecho pidió en abril de 1991 la demolición del edificio por considerarlo
una construcción de segunda categoría representativa del “viejo sistema”, una
idea que haría suya en marzo de 1993 el comité encargado de trasladar la
capital de Bonn a Berlín, contra la resistencia de numerosos berlineses que
ya a comienzos de 1994 habían recogido sesenta mil firmas contra el proyecto
de derribo.

Frente a la reconstrucción de la Frauenkirche de Dresde (Fig. 4) presentada


como un símbolo de la reunificación alemana, la destrucción del Palacio del

263
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Pueblo se convertía en un obstáculo al enfrentar la memoria de una parte de


los ossis, los berlineses orientales opuestos mayoritariamente al derribo, con
los wessis, berlineses occidentales a los que se añadirían algunos alemanes
nostálgicos de la monarquía prusiana. A la vez, el debate tenía un calado
más hondo puesto que cuestionaba de manera muy crítica el valor y calidad
de la arquitectura moderna posterior a 1945: ante el modelo de la ciudad del
siglo XIX, considerado hermoso y equilibrado, se rechazaban las operaciones
urbanísticas y arquitectónicas contemporáneas (en especial las de los años
1960 y 1970), juzgadas como una herida en el tejido de la ciudad que había
que hacer desaparecer a toda costa3. Lo cierto es que en Berlín, la voluntad
de borrar las heridas producidas por la historia ha conducido casi a una
sistemática reconstrucción en estilo, con un claro rechazo a la arquitectura
contemporánea (Martino, 2011: 39).

LA POLÉMICA: LA RECONSTRUCCIÓN DEL STADTSCHLOSS,


DEL FACSÍMIL A LA PARODIA
La idea de reconstruir el Castillo Real no se había planteado antes de la Fig. 4. Frauenkirche, Dresde. Estado actual tras la
reunifición, es más, parecía algo absurdo según Adrian von Buttlar, pero reconstrucción. Postal comercial editada en 2006
surgió en medio del intenso debate producido a partir de la necesidad de con motivo del fin de las obras (Colección particular).
gestionar el legado arquitectónico de la RDA y de reformar urbanísticamente
el centro de la ciudad, tras la reunificación y la declaración de Berlín como
nueva capital del estado. En este contexto, en 1990 la oficina de urbanismo
del Senado (Senatsverwaltun für Stadtenwicklung und Umweltschutz), bajo
la dirección del arquitecto Hans Stimmann, comenzó a trabajar en un
plan director que proponía una “reconstrucción crítica” del centro de la
ciudad, proclive a una visión neohistoricista del mismo que justificaba la
recuperación de la imagen del Berlín del siglo XIX, como una manera de
superar las desgraciadas experiencias del siglo XX (Buttlar, 2010: 59) (Fig. 5).

Sin embargo, la puesta en marcha de la reconstrucción del Stadtschloss


se debe a la iniciativa particular de un empresario de Hamburgo,
Wilheim von Boddien, quien, junto a un grupo de amigos y con el apoyo
de la empresa Thyssen, presentó su visión del centro de la ciudad que 3
Son muchos los estudiosos que sostienen esta
incluía como propuesta fundamental la recuperación de este histórico interpretación (Buttlar, 2010; Colomb, 2007;
edificio. Esta idea era apoyada por numerosos intelectuales y políticos Kuehn, 2009).

264
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

conservadores. En 1993, Boddien dio un extraordinario golpe de efecto,


cubriendo el Palacio de la República con unas gigantescas lonas, un
trompe-l’oeil que representaba la fachada del castillo real: “Una fabulosa
ilusión óptica que impresionó a la opinión pública” (Buttlar, 2010: 60). De
hecho, como algo significativo del cambio operado en la ciudad tras este
acontecimiento, en 1994 la antigua Marx-Engels Platz recuperó su nombre
original y volvió a ser llamada Schlossplatz. Para Adrian von Buttlar la
desaparición programada de la identidad del Palacio del Pueblo estaba ya
en marcha (Buttlar, 2010: 61).

Mientras entre 1998 y 2001 se procedía a la descontaminación del Palacio


Fig. 5. Vista del centro de Berlín en 1937. Imagen de la República, el colectivo a favor de la reconstrucción del Castillo Real
publicada en el folleto publicitario The Berliner
iba cobrando fuerza y ganando adeptos sobre todo en el medio político
Schloss Post (abril 2006).
alemán, pero también en el financiero (el Deutsche Bank se había sumado al
proyecto). El año 2000 el canciller alemán Gerhard Schröder había apoyado
la iniciativa, manifestando que el Palacio del Pueblo era tal monstruosidad
que prefería ver el viejo castillo simplemente por su belleza4. En este mismo
año, las autoridades federales nombraron una comisión de expertos para
tratar el asunto. Esta comisión, reunida el verano de 2002, recomendó
construir un edificio de usos públicos y culturales, con un volumen similar
al del castillo, integrando algunos vestigos de la construcción original.
Finalmente, el 13 de noviembre de 2003 el Bundestag aprobó definitivamente
la demolición del edificio levantado por la República Democrática Alemana,
a pesar de las ochenta mil firmas recogidas en contra de su derribo y de la
importancia de sus valores, y su sustitución por uno nuevo que reproduciría
en parte el desaparecido Castillo Real. El gobierno alemán aprobó solo la
réplica de las fachadas, que serían financiadas exclusivamente por medio
de fondos privados, ya que el coste de la reproducción completa del edificio
era tan elevado que la tarea resultaba inabordable. Conviene subrayar este
aspecto: la reconstrucción del Castillo Real (reducido a sus tres fachadas
barrocas y a la cúpula) respondió a una decisión política del parlamento
alemán, responsable de aprobar una actuación en la que, contra toda
lógica constructiva y estética, se construiría un edificio nuevo dotado
4
Opinión recogida en el folleto publicitario de una fachada barroca fingida sin conexión alguna con el interior de la
gratuito editado por la Fundación a favor de la
reconstrucción del castillo. Cfr. The Berliner Schloss
construcción, una operación similar a la sucedida en el Ayuntamiento de
Post, abril 2006, Berlín (versión en inglés), pág. 18. Varsovia años atrás (1997) (Gallego, 2007).

265
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Uno de los argumentos esgrimidos por los partidarios de la reconstrucción5


es que había que devolver al centro de Berlín una construcción de cierta
entidad, ya que para una parte de la opinión pública alemana el Palacio de
la República no alcanzaba esta categoría. Al respecto el arquitecto Philip
Johnson había sostenido con claridad:
I am in favor of the rebuilding of the Berliner Schloss because its reconstruction is
so important for the new face of the city which will be so strongly dominated by the
modern style. The historic interior of the Schloss are not determinate; it is the exterior
form. Only [by reconstructing these facades] is it posible to restore the spatial effet of
the relationship to Schinkel’s Old Museum and his Friedrichswerder Church6.

Whilheim von Boddien, uno de los principales promotores del proyecto,


subrayaba la necesidad de recomponer la imagen del centro de Berlín,
recuperando para la ciudad un elemento clave en su identidad durante más
de quinientos años:

Il Castello era il punto di riferimento di tuti gli edifici storici ancora oggi esistenti
[…] Il Castello era l’unità di misura dell’architettura di Berlino, punto di partenza di
un centro concepito con arte, che prima della guerra constituiva un ensemble di
rango europeo. Con la demolizione del Castello l’intero centro della città manca
di equilibrio. Con la demolizione del plazzo della Repubblica e la risistemazione
dell’area del Castello offrono l’occasione unica di restituire la città il luogo della sua
identità (Boddien, 1994: 80) (Fig. 6).

El segundo argumento utilizado era el rechazo a la arquitectura actual. En


uno de los ejemplares del periódico gratuito difundido por la asociación
promotora de la reconstrucción del Castillo Real, se recogía la opinión del
historiador Joachim C. Fest, que entre otras razones expresaba lo siguiente: 5
Información completa sobre esta iniciativa se
“In addition to numerous other reasons, the idea of what modern architects encuentra en Stadschloss Berlin Initiative, <http://
www.stadtschloss-berlin.de/englisch.html> (Fecha
would construct in this location scares me”7. Curiosamente encontramos de de consulta: 3 de julio de 2012).
nuevo el rechazo y temor a la arquitectura contemporánea que ya hemos 6
Opinión recogida en el folleto publicitario
constatado en otros momentos y lugares en las tres últimas décadas, por gratuito editado por la Fundación a favor de la
ejemplo cuando se desestimó la posibilidad de rehacer el famoso teatro de reconstrucción del castillo. Cfr. The Berliner Schloss
Post, abril 2006, Berlín (versión en inglés), pág. 18.
ópera de La Fenice con formas contemporáneas —en este sentido se expresó
el historiador italiano Bruno Zevi (Hernández, 2007: 44) —, o cuando se tomó 7
Opinión recogida en el folleto publicitario gratuito
editado por la Fundación a favor de la
la decisión de reconstruir el Globe Theatre de Shakespeare, en Londres, reconstrucción del castillo. Cfr. The Berliner Schloss
donde se optó por una réplica histórica argumentando que: “Aquello que Post, abril 2006, Berlín (versión en inglés), pág. 18.

266
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

Fig. 6. Vista general de la Isla de los museos,


incluyendo la reconstrucción del Stadtschloss.
Render difundido en la página web del Humboldt
Forum. <https://www.humboldtforum.com/en>.

267
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

hemos construido [se refería a la arquitectura posterior a 1945] es tan feo,


sin orden ni calidad, que la necesidad de aferrarse a cualquier fragmento del
mundo pre-moderno se convierte en un imperativo” (Hernández, 2007: 42).

La tercera razón planteada por la Fundación promotora de la reconstrucción


es que con esta iniciativa se impulsaría la vida cultural del centro de Berlín,
completando el proyecto en marcha de la isla de los museos. Con esta
intención nace el Humboldt Forum8, que integra infraestructuras existentes (el
conjunto de museos de etnología y arte dedicados a los pueblos primitivos
situados actualmente en Dahlem), con un centro multifuncional para actos
culturales y científicos, la colección científica de la Universidad Humboldt,
bibliotecas estatales y otros establecimientos relacionados con el ocio
(restaurantes, tiendas, se mencionaba un hotel, etc.), convocándose para ello
un concurso internacional en el año 2008. Celebrado con escasa participación
internacional y con la ausencia de grandes archistars, fue ganado por el
arquitecto italiano Franco Stella con cierta polémica, no porque su proyecto
fuera considerado el más interesante, sino porque era el que se adaptaba
mejor a las bases establecidas. En el medio profesional el proyecto de Stella
ha sido calificado como excesivamente simple y “esteticamente árido”, un
diseño en el que la fachada nueva en la parte posterior del edificio que da
al río, realizada en hormigón, presenta una malla ortogonal inspirada en el
racionalismo italiano (Redecke, 2010: 90), que trata de evocar la loggia del
Altes Museum de Schinkel (Kimmelmann, 2008) (Figs. 7, 8, 9).

Las dudas y críticas planteadas por este concurso fueron muchas desde su
inicio hasta su resolución. En primer lugar, por la incomprensible propuesta Figs. 7, 8 y 9. Diversas vistas del proyecto ganador
que se tomaba como punto de partida del proyecto: el divorcio entre el interior, para el Humboldt Forum realizado por el arquitecto
una construcción contemporánea, y el exterior, un facsímil histórico del castillo Franco Stella (2008). Renders difundido en la
desaparecido, inaceptable desde una mínima coherencia arquitectónica a página web del Humboldt Forum. <https://www.
humboldtforum.com/en>.
pesar de la defensa de los miembros del jurado. Entre ellos se encontraba el
arquitecto italiano Giorgio Grassi, quien consideraba que se podía sostener
la reconstrucción de las fachadas por el valor único y singular del edificio
como símbolo arquitectónico, si bien precisaba que el objetivo y el reto del
proyecto arquitectónico era dar al edificio original un sentido más complejo 8
Sobre este proyecto pueden consultarse: Flier
y Parzinger, 2009, y Haubrich, 2012, y la página
y adecuado para el presente a través de la inserción de nuevas funciones, y web del proyecto: <https://www.humboldtforum.
añadía que la nueva construcción era: “Not a copy of the old construction, com/en>.

268
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

but an independent structure wich evokes the past with its outer form” (Flier
y Parzinger, 2009: 99).

De manera significativa algunos miembros del jurado llegaron a manifestar


públicamente su insatisfacción ante la pobreza y escasa calidad de los resultados
del mismo (Flier y Parzinger, 2009: 99). Fueron también considerables las críticas
en el medio profesional, entre ellas la del conocido historiador francés Jean Louis
Cohen, profesor del Instituto de Artes de la Universidad de Nueva York y de la
Universidad de La Sorbona de París, quien ponía en evidencia las contradicciones
de las bases del concurso: entre ellas el propio hecho de la selección de unas
fases dentro de otras en el edificio reconstruido (la fachada renacentista que daba
FIg. 10. Obras de construcción de la fachada
posterior del Humboldt Forum, en 2018 (fotografía al río Spree (Fig. 10) es la única que no se reconstruye, frente a las otras tres
de la autora). barrocas cuya “clonación” era obligada en el proyecto), actitud que manifestaba
claramente un criterio estético (la preferencia de las formas barrocas frente a
las renacentistas), además de la imposibilidad, hablando en términos espaciales,
de introducir todas las funciones previstas para el Humboldt Forum, sin olvidar
que ni en las bases ni en los proyectos presentados se hacía alusión alguna a
la destrucción del edificio, es decir, sin integrar en el nuevo proyecto toda la rica
historia del mismo (Flier y Parzinger, 2009: 103).

Por su parte, el arquitecto Franco Stella, ganador del concurso, sostenía


comparando Venecia con Berlín que si en la ciudad italiana no se permitiría
levantar un edificio de arquitectura contemporánea, ¿por qué debía
hacerse esto en Berlín? (Kimmelman, 2008). Dado que la capital alemana
es una ciudad inconexa y deshilvanada, en su opinión, lo más importante
es recuperar su historia porque “la memoria es lo que distingue Europa de
América” (Kimmelman, 2008); sin duda un juicio controvertido que ha sido
calificado directamente de ridículo por algunos críticos como el reputado
Michel Kimmelman, del famoso diario norteamericano The New York
Times. Kimmelman consideraba además como error garrafal la propuesta
de reconstrucción que evidenciaba, en su opinión, una imperdonable
determinación en olvidar la historia (Kimmelman, 2008).

Es más, para los expertos el deseo de clonar el edificio convirtiéndolo en


una pieza de memoria (no de arquitectura) tenía un profundo calado en el
ámbito de la teoría de la restauración, ya que evidenciaba un cambio crucial
en el concepto de autenticidad, puesto que lo que se defendía aquí no es la

269
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

autenticidad de la materia, sino de la imagen. El arquitecto alemán Wilfried


Kuehn, que participó en el concurso, sostenía que el nuevo castillo no
sería un monumento histórico, sino (esto es lo relevante) la imagen de un
monumento histórico, de tal manera que con este argumento se superaban
—en su opinión— los conceptos de autenticidad histórica mantenidos desde
comienzos del siglo XX, entre otros por Alois Riegl. Lo curioso es que este
razonamiento pone de manifiesto una circunstancia singular: la reconstrucción
del Castillo Real revela casi como ningún otro proyecto arquitectónico el
carácter mediático e hipermoderno de la arquitectura de nuestra época, en
la que el interés se focaliza sobre todo en su capacidad mediática, en su
potencia para generar imágenes9.

Kuehn utiliza el termino “desplazamiento de sentido” en relación con el cambio


de significado producido en relación a la conservación de la arquitectura
histórica: de la materia al concepto (Kuehn, 2009: 12); y añadía que el histórico
Castillo Real desaparecido se conocía en la actualidad solo por las fotografías
históricas, por tanto la reconstrucción debía sujetarse a la lógica de la imagen.
Para Kuehn, como para muchos otros arquitectos, el aura de la obra de arte
descrita por Walter Benjamin ha sido derrotada por la réplica, que puede
alcanzar el mismo significado que el original. Paradójicamente, como señala
Adrian von Buttlar, declaradamente contrario al proyecto, estaba previsto que
las fachadas fuesen realizadas de manera manual con materiales y técnicas
tradicionales como los originales, con lo que “la ficción monumental” se
asegura “la fidelidad histórica” (Buttlar, 2010: 63), lo que según este historiador
transformaba radicalmente el concepto de autenticidad.
The desire for a cloned Castle as an architecture of memory indicates an iconic
turn in our definition of authenticity. Substance loses its magical aura and can be
9
En réalité, le projet de reconstruction est
absolument modernte: expresión d’une société
replaced, while that aura can be transferred by a few marginal but holy relics. This
médiatique, il produit une architecture médiatique
recipe has been successfully applied in all recent reconstructions. Paradoxically, the […] Le château reconstruir sur la base d’images
façcades of the Castle will be executed by manual labour, using traditional tools and techniques servira lui aussi, avant tout, à produire
working techniques and, of course, genuine materials. Thus a monumental fiction de nouvelles images […] Pourtant l’esprit de notre
takes a holy oath on authentic truth, while the authentic monument’s evidence for époque ne se manifeste nulle part aussi clairement
que dans les projets de reconstruction; car nulle
the true history and its challenge for critical investigation of the past step-by-step
part l’architecture n’est plus moderne. Ce qui
becomes fictitious (Buttlar, 2007: 24). semble historique est, en réalité, hypermoderne.
Un problème essentiel étant qu’une architecture
ainsi focalisée sur son image médiatique produit
Por su parte, el arquitecto Sebastian Redecke, en un artículo publicado en la rarement un urbanisme satisfaisant.” (Oswalt,
revista Casabella en 2010, planteaba serias dudas al respecto: 2010: 66-67).

270
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

Quale forza simbolica può ancora avere, per Berlino e per la Germania, il castello
Hohenzollern, sessant’anni dopo la demolizione? Dal punto di vista della storia
dell’architettura, l’interesse si limita alle facciate […] Per questo, con il rifacimiento
del suo involucro, il castello è soltanto una seduzione dal passato, immagini
nostalgiche di una forma che somiglia alle vedute a alle fotografie del centro storico
di Berlino prima della guerra (Redecke, 2010: 86).

Y concluía:
A mio avviso, rimane determinante il punto centrale che ci troviamo di fronte
oggi: la città è piena di segni della storia, li possiamo incontrare a ogni passo. Il
castello di Berlino può essere urbanisticamente importante […] ma, dal punto di
vista storico, non ha alcun significato. I luoghi dell’identità tedesca sono altrove.
(Redecke, 2010: 90).

Mientras, el profesor inglés Robert Halsall, especialista en estudios culturales y


comunicación, sostiene que teniendo en cuenta el pasado alemán, reconstruir
el Castillo Real inevitablemente es interpretado como el deseo de restaurar el
pasado, con todos los aspectos negativos asociados al mismo (Halsall, 1996:
103) (Fig. 11).

De este generalizado debate se hicieron eco numerosas revistas nacionales


y extranjeras, entre ellas la italiana Ananke, donde desde el año 2000 se
han sucedido los artículos analizando la reconstrucción del Stadtschloss y
condenando la desaparición del Palast. De hecho esta revista dedicó en el
año 2002 un número monográfico a la situación de Berlín titulado Berlino:
Fotoanalisi (Ananke 35-36, 2002), en el que se planteaba cómo el gran
desafío de la capital alemana era hacer convivir el presente con el pasado
sin anular a este, y se aludía obviamente al proyecto de reconstrucción del
Stadtschloss, asociándolo irónicamente a los souvenirs consumidos por los
turistas: “La memoria nella città restaurata assomiglia alla collezione dei
principale monumenti cittadini visible nelle vetrine di una celebre cioccolateria
in Gendarmenmarkt. Perfettamente ricostruiti in ogni dettaglio. In cioccolato,
naturalmente” (Locatelli, 2004: 84).

Un año después, el arquitecto milanés Marco Dezzi Bardeschi, director de la


revista, denunciaba el fetichismo de un sector de la profesión y de los medios
de comunicación que aplaudían estos proyectos, calificando de “restauración

271
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Fig. 11. Artículo sobre la polémica en torno a la


reconstrucción del Stadschloss publicado en The
Art Newspaper, n.º 206 (octubre 2009), p. 58.

pastiche” este tipo de intervenciones. Dezzi Bardeschi consideraba estas


obras, que hacen desaparecer el valor documental de los monumentos:
Un episodio indicativo, al tempo stesso alarmante e grotesco, del perdurante
equivoco, presso il grosso pubblico ed i politici, sul restauro d’immagine, che ancora
si attarda ilusoriamente nel compiacimento infantile per la ‘fedele rizazione com’era e
dov’era’. Una tradizione di bocca buona e dura a moriré, che porta ad accettare senza
discutere ed esaltare interventi a dir poco parodistici e tragicomici (Dezzi, 2004: 2).

Dezzi Bardeschi califica esta actitud de “falsa pietas, falsa scenografia, falsa
concezione dell’identità, che sfocia nella nostalgia o peggio nel rimpianto del
‘dov’era e com’era’ “(Dezzi, 2004: 6), y afirmaba:
Come già scriveva Ruskin, è impossibile, com’è impossibile resuscitare un morto,
riportare in vita, con la rifazione, ciò che si è perduto. Senza falsi indugi e compianti,
la storia siamo noi e ce la portiamo dentro, verso il futuro. Proprio per questo è
importante caricare a nostra volta il progetto di conservazione della massima
consapevolezza ed il progetto di innovazione di maggiore motivazione. Di fronte
all’attuale grave eclisse (di presenza e di significato) dell’architettura, rilanciamo

272
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

dunque, con convinzione, i nostri due fondamentali doveri: quello di conservare/


curare, prima che sia troppo tardi, il costruito esistente e quello di riaffermare il
valore autenticamente creativo, autónomo, testimoniale, del progetto del nuovo, da
intercalare tra le risorse materiali che le generazioni di artefici del passato ci hanno
lasciato in eredità (Dezzi, 2004: 5).

Cinco años después, en 2009, cuando ya se había producido la demolición


del Palast der Republik, el mismo arquitecto criticaba su destrucción
argumentando que:
Una capitale europea come Berlino, nella quale si è finora fatto di tutto per
rimuovere non solo i segni dell’ultima guerra, ma anche gli stessi ingombranti
simboli materiali di un passato recente che si vuol dimenticare (l’assurda
distruzione del Palazzo del Parlamento della Repubblica Democratica Tedesca,
come se fosse una seconda Bastiglia, lo dimostra) e in cui si continua a covare
nostalgiche e antistoriche velleità di rifazione à l’identique (si fa per dire) ‘ora
per allora’ del precedente Schloss della passata grande potenza autóctona degli
Hohenzollern (Dezzi, 2009: 2).

Una crítica que se fundamentaba en la importancia de los objetos (en


este caso del Palast der Republik) como portadores de valores, de ideas,
de sentimientos (Bodei, 2009). Este razonamiento servía para sostener la
necesidad de conservar el Palacio del Pueblo, porque según Dezzi Bardeschi:
Nelle cose si depositano idee, affetti e simboli di cui spesso non comprendiamo
il senso. Più siamo in grado di recuperarlo e di integrarlo nel nostro orizzonte
mentale ed emotivo, più il mondo si allarga e acquista profondità“ (Dezzi, 2009:
3). En el mismo número de la revista, Dezzi Bardeschi hacía referencia de nuevo
a la reconstrucción del castillo real considerándolo como un tremendo episodio:
Diciamo che lo Schloss è veramente una cosa terribile che dimostra proprio la
grossolanità del rapporto con la storia, dopo averla dimenticata come se nulla fosse
successo, questa esaltazione corresponde a una dimenticanza (Dezzi, 2009: 25).

En la misma revista, un año después, se recogía el debate producido en el


seno del coloquio de expertos europeos sobre la reconstrucción del castillo
real celebrado en Como (Italia, 8-9 abril 2010). En este contexto el arquitecto
Giorgio Gianighian planteaba la imposibilidad de reconstruir el carácter
original del edificio (presupuesto sobre el que se había organizado el concurso
convocado en 2007 y ganado por Franco Stella en 2008), cuestionándose al

273
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

mismo tiempo si las heridas que debía curar este edificio no eran demasiado
amplias y profundas para ser analizadas con la frialdad del historiador o del
técnico restaurador.
Il Castello, nato nel Quattrocento, si è trasformato nel corso dei secoli, costantemente
ampliato con l’intervento dei più eminenti artisti di ogni momento: come è possibile
copiare una sintesi di quasi cinque secoli di storia? […] Si vuole comunque fare
una copia di quanto si è perduto. Ciò presupone che una cultura come la nostra,
che costruisce con materiali nuovi e con strumenti rivoluzionari, improvisamente si
travesta e si mascheri per costruire così come si faceva cent’anni addietro […] la
storia non si può ripetere, la materia storica non si può ricreare. La ‘copia perfetta’
è impossibile per le reagioni stesse che la rendono inaccettabile dal punto di
vista teorico: il tempo trascorso ha modificato saperi e tecniche, ed è impossibile,
anche materialmente, ripetere un costruire di cui si è perduto la practica quotidiana
(Gianighian, 2010: 159).

PALACIO DEL PUEBLO VERSUS CASTILLO REAL


En paralelo al debate, entre 2004 y 2005, una vez concluidas las labores de
descontaminación del amianto en 2002 y mientras se esperaba el comienzo
de la demolición del edificio, el gobierno alemán permitió el uso provisional
de esta infraestructura para actos culturales, lo que sirvió paradójicamente
para mostrar su evidente utilidad, a pesar de carecer de muchos detalles
que lo hacían más incómodo. Bajo la dirección de Amelie Deuflhard,
comisaria artística del Volkspalast, un intenso programa de eventos culturales
y artísticos desarrollados entre agosto y noviembre de 2005, el Palacio del
Pueblo se convirtió en una especie de no-lugar que pretendía demostrar que
había alternativas a la demolición10. Se convirtió en “un símbolo del deseo
de transformar las historias y las memorias conflictivas en experiencias y
en identidades nuevas” (Buttlar, 2010: 52), como evidenciaba la inscripción
Zweifel (duda), una monumental intervención artística en la fachada del
edificio realizada por el artista finés Lars Ramberg en 200511.
10
Amelie Deuflhard manifestaba: “Un visitante
Hacia finales del 2005 se habían celebrado en él casi novecientos eventos, desprevenido no sabría decir si se encuentra
muchos de ellos ligados a performances e intervenciones artísticas, con la delante de una ruina del pasado o del armazón
de algo nuevo. En términos artísticos, es un limbo
participación de aproximadamente seiscientas mil personas, y esto tuvo extremadamente productivo” (Krauthausen,
un efecto añadido ya que una nueva generación de berlineses hicieron 2004, 29).

274
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

suyo y defendieron este espacio. No eran solo ciudadanos cuya memoria


personal estaba ligada al palacio porque en él habían desarrollado parte
de su vida o alemanes nostálgicos del comunismo12 , sino personas (en su
mayor parte jóvenes entre treinta y cuarenta años) que rechazaban valorar
el palacio desde una perspectiva ideológica. Menos condicionados que
otros conciudadanos, eran capaces de ver elementos de interés donde
una parte de la población tenía dificultades en analizar algo positivo. En
ellos había también un rechazo contra la censura histórica dominante
en ciertos sectores que condenaba a priori la arquitectura de los años
sesenta y setenta. No estaban solos; junto con colectivos de artistas,
arquitectos extranjeros como Rem Koolhas apoyaron la iniciativa de
revitalizar el edificio existente en vez de demolerlo (Krauthausen, 2004).
Según el arquitecto holandés:
Actualmente predomina una visión muy dogmática de la ciudad de Berlín, una
vision que intenta borrar las huellas de la guerra fría. La demolición del Palacio
de la República es una forma de venganza contra la demolición del Castillo Real
por parte de los comunistas. Y, de la misma manera, es un crimen no salvar el
Palacio. Pero quererlo reconstruir de manera idéntica es tan absurdo como querer
reconstruir el Castillo (Ruyter, 2006: 23).

Por su parte, Nicholas Ourossoff, otro prestigioso crítico norteamericano


del diario The New York Times, reconocía en un artículo publicado el año
11
La instalación consistía en unas gigantescas
2006 el interés que ganaba el edificio con el paso del tiempo, “The more
letras de aluminio y neón que reproducían la quickly you shed your prejudices, the better the building looks as a work of
palabra Zweifel (“duda” en alemán), con las que el architecture” (Ourosoff, 2006), a pesar de que la proximidad cronológica no
artista quería aludir a los procesos de construcción
de la identidad en la nueva Alemania surgida tras permitía a muchos alemanes juzgarlo racionalmente. Para Ourossoff, incluso
la reunificación, y a los debates políticos y sociales reducido a esqueleto, esta construcción presentaba un enorme potencial
surgidos a lo largo de este proceso, de los que es un
buen ejemplo la misma discusión sobre el destino
que solo una población más joven y tolerante con las contradicciones de
de este edificio. Sobre este proyecto artístico puede su pasado reciente y deseosa de hacer las paces con su propia historia,
consultarse la página web del artista: <http://
podía comprender13. Ourossoff sostenía que los edificios cargados de valores
www.larsramberg.de/1/viewentry/3890> (Fecha
de consulta: 12 de septiembre de 2012). simbólicos y emocionales eran a menudo los más necesitados de protección
y los que planteaban las cuestiones más interesantes a cerca de la forma y
12
Al respecto el crítico Michael Kimmelman
considera que el Palacio de la República pertenecía continuidad de la historia de la arquitectura. El crítico norteamericano concluía
a la memoria viva de muchos berlineses, a los que su artículo preguntándose: “How many sites present as rich an opportunity to
simplemente se les rompió el corazón (en palabras
del propio Kimmelman) con su desaparición
investigate how a society can move forward without cutting itself off from the
(Kimmelman, 2008). most sensitive parts of its history?” (Ourosoff, 2006).

275
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Además, Adrian von Buttlar sostiene que la defenestración del Palacio del
Pueblo venía de atrás, puesto que desde 1989 un sector de la prensa, hostil
al edificio por considerarlo un símbolo de la gloria de la RDA, se mofaba
abiertamente del mismo (Buttlar, 2010). Frente a esta posición, el historiador
alemán subraya su valía como uno de los más grandes e interesantes edificios
multifuncionales del siglo XX, más extenso y complejo que el coetáneo Centro
Pompidou.
Larger than the comparable Centre Pompidou in Paris, what made the Palace unique
was its unusual mixture of functions spread over five floors […] In consequence of
its internationally advanced technical, social, and in some eyes artistic standards,
the Palace provided a source of self-reliance in competition with architectural icons
of Western democracies […] it was widely frequented and even beloved by the
GDR society (Buttler, 2007: 14, 16).

Tecnológicamente el Palast era innovador por sus estructuras móviles que


permitían desmontar techos y muros de algunas zonas para celebrar cenas
y recepciones oficiales, pero sobre todo para Buttlar es de destacar el
acierto al integrar la representación del pueblo (la Cámara de los Diputados,
Volskammer, que paradojicamente es la única parte que se ha conservado
para ser remontada en otro lugar) (Fig. 12), con otras actividades sociales y
culturales, es decir, funciones gubernamentales y de representación política
con otras públicas, una idea que se remonta a proyectos de inspiración
socialista de los años veinte y treinta del siglo pasado. La propia fachada de
vidrio transparente, que para algunos expertos “rememoraba la arquitectura
de cristal expresionista de preguerra” (Martínez, 2008: 33), se consideraba
una especie de símbolo de la transparencia de la democracia de la RDA. 13
“Divided into three distinct areas, with the
En este sentido, Buttlar considera el Palast der Republik como un edificio parliament and concert halls flanking the main
icónico, “un documento único de la historia cultural alemana. Era una de las lobby, the interior has been reduced to a grid of
rusting steel beams. Even so, many of these areas
raras versiones monumentales de la Volkshaus, esta Casa del Pueblo fruto de retain some of their original caracter. To New
una mezcla entre las visiones del siglo XIX y los prototipos modernos de los Yorkers, the lobby’s grand staircase, surrounded
primeros años del XX” (Buttlar, 2010: 55). by rows of balconies, may conjure the grand hall
of the Metropolitan Museum of Art. And here and
there, you can still get a feel for the lusrous light
Sin duda, admite Buttlar, el edificio se alejaba esteticamente de las that filtered through the bronzed windows into the
construcciones históricas circundantes como el Altes Museum o la rows of corridors that wrap around the building.
Embedded within their steel frame, the three
catedral, pero sus formas apelababan a otro tipo de arquitectura, a adjoining spaces evoke an immense hive buzzing
referentes como el edificio de la Bauhaus en Dessau construido por with urban activity.” (Ourosoff, 2006).

276
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

Fig. 12. Palast der Republik. interior del parlamento


(Fuente: Ulrich, 2006)

Walter Gropius, y permitía la afirmación de la identidad arquitectónica de


los berlineses del este frente a las construcciones occidentales. Por otro
lado, el palacio establecía una relación armoniosa con las construcciones
de los sesenta y setenta en su entorno, constituyendo la pieza clave de
un barrio oficial donde se levantaba el edificio del Consejo de Estado
(Staatsratsgebäude), cuartel general del presidente Honecker construido
en 1964, conservado porque en su fachada se integró el portal norte del
antiguo Castillo Real (por una razón simbólica, desde aquí Karl Liebknecht
proclamó en 1918 la república socialista que acabaría conduciendo a la
República de Weimar), y sobre el lado oeste de la plaza se erigió una

277
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

anodina construcción, el Ministerio de Asuntos Exteriores (Ministerium


für Auswärtige Angelegenheiten), construido en 1966 y demolido en 1995
(Haubrich, 2006: 195) para dejar espacio a la reconstrucción de la celebre
Bauakademie de Schinkel, que está a la espera de financiación para
materializarse. Un conjunto destinado a hacer olvidar, según Buttlar, el
Castillo Real, centro del poder en Berlín durante casi 500 años.

Respecto al entorno urbanístico, a través del muro cortina de vidrio dorado


del Palast se podían observar dos imponentes espacios públicos: la
Alexanderplatz y la Marx-Engels Platz. Y a su vez, visto el edificio desde la
base de la desorbitada torre de la televisión en Alexanderplatz, su fachada
de cristal reflectante constituía un sereno telón de fondo al vacío de la Marx-
Engels Platz (Ourosoff, 2006). (Fig. 13)

Todas las protestas fueron en vano. El gobierno alemán, en opinión de


muchos expertos, nunca consideró seriamente la conservación del Palacio
del Pueblo, llamado despectivamente Erichs Lampenladen, “el almacén de
las lámparas de Erich” (se referían al presidente Honecker). De hecho no se
invitó a arquitectos ni a ningún otro tipo de profesional a debatir seriamente
sobre el futuro del palacio (en cambio sí se formó una comisión para tratar
la reconstrucción del Castillo Real). El 19 de enero de 2006, a pesar de
las protestas de una parte importante de berlineses y de los partidos de
izquierda y verde, el Bundestag confirmaba la demolición inmediata del
palacio. Como afirmaba el crítico americano Nicholas Ourossoff: “In this
regard, the government’s support for a kitschy castle should be viewed as
the worst kind of architectural crime: and act of cultural parricide that rules
out the possibility of redemption” (Ourosoff, 2006). Crimen político, atentado
cultural y términos similares pueden ser aplicados a esta operación, lo que
resulta evidente es la intencionalidad política que subyacía en una operación
de este tipo: “eliminare radicalmente ogni traccia di un edificio simbolico
della DDR” (Burkhardt, 2018: 63).

Como afirma la historiadora inglesa Caroline A. Sandes, el Palacio del


Pueblo era un ejemplo de “patrimonio negativo” atrapado entre dos tipos de
nostalgia: la de los alemanes del este que veían en esta construcción una
pieza de su memoria y su identidad, y la de otros alemanes nostálgicos del

278
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

Fig. 13. Vista del Palast der Republik, al fondo la torre


de la televisión en Alexanderplatz.

Castillo Real, porque les recordaba un tiempo mejor en el que no existían


todos los episodios dramáticos antes citados que habían señalado el siglo
XX: el nazismo, la Segunda Guerra Mundial y el comunismo (Sandes, 2012:
13). Sandes, bien al contrario, considera que este edificio poseía una serie de
valores que merecían su conservación.
Certainly, the Palast contained a significant number of these values, for example
the emotional values (identity and symbol) for many former East Germans. It also
contained significant cultural values (documentary and historic) as the seat of
government of the GDR. In addition its construction and engineering contained
further cultural values (technological and scientific); for example, the reinforced
cement base tub had to be carefully constructed to ensure stable foundations
on an island surrounded by river channels and this has been left in place for the
building that will follow it. Lastly, it maintained use values (functional, social and
educational) even after the demise of the GDR, as demonstrated when it was
successfully used as the Volkspalast exhibitions space betwween 2004 and 2005
(Sandes, 2012: 14).

279
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Más aún, Caroline A. Sandes sostenía que si hubiera sido conservado, este
edificio que formaba ya parte del paisaje urbano histórico de Berlín, podía
haber jugado un ejemplar papel cultural como Volkspalast, respetándose al
mismo tiempo la memoria de los alemanes de la RDA (Sandes, 2012: 15).
Esta historiadora añadía, además, la dificultad en reconocer la historicidad
y los valores del Palast, relacionándolo con una cuestión de un calado más
profundo: ¿qué valores son los que se tienen en cuenta en el momento de
tomar decisiones respecto a la conservación, restauración o desaparición de un
edificio histórico? Al respecto, Saundes plantea el conflicto entre el patrimonio
declarado (heritage by designation), es decir, el catalogado y protegido por la
ley, y el patrimonio sentido o poseído (heritage by appropriation), que cuenta
con el reconocimiento social y el afecto de la población, pero no con una
protección efectiva, y que suele ser sacrificado un mayor número de veces en
comparación con el patrimonio legalmente protegido.
Arguably, the Palast was an example of heritage by appropriation, taking into
consideration its public use and recognition during the period of the GDR, the
memories and identity connected to it and later as its use as highly popular
Volkspalast exhibition space […] heritage by appropriation tends to be under far
greater threat of destruction than heritage by designation because it is often not
officially recognised or protected. In the case of the Palast it is clear that the heritage
by designation won out over the heritage by appropriation (Sandes, 2012: 15).

En suma, según Sandes su desaparición era un hecho lamentable y


vergonzoso.
In an age of rampant globalisation and loss of the unicque and the individual, and
of the musealisation of historic cities to attract tourists and investors, it is a shame to
have removed from central Berlin such a unique historic building. Cities are always
in a state of process and change. The Palast was a valuable physical manifestation
of such change and of Berlin’s history (Sandes, 2012: 15).

La demolición de este edificio de gran interés histórico y arquitectónico que,


incluso en su fragil situación (reducido a su estructura tras la imperativa
eliminación del amianto), cumplía una función cultural muy activa y que
tenía gran trascendencia para la memoria colectiva de la ciudad, nos lleva
a plantearnos algunas preguntas: ¿por qué no se consideró como una
opción la restauración del edificio, en vez de optar tan decididamente por su

280
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

Fig. 14. Comienzo del proceso de demolición


del Palast der Republik en 2006 (fotografía de la
autora).

derribo? (Fig. 14) Y, más importante y polémica, ¿qué hubiera sucedido con
este edificio si hubiera estado localizado en la República Federal Alemana
y, por tanto, limpio de esa carga ideológica tan determinante? Por otro lado,
es recurrente la duda respecto a qué puede aportar a la construcción de la
identidad nacional de la Alemania reunificada, la imagen de un castillo real
prusiano (Colomb, 2007: 34). La clave está en la insistencia en mirar al pasado
para construir el futuro, como señala Adrian von Buttlar: “Every day Germans
are told by our leading politicians to ‘look forward’ —which essentially means
backwards. It seems, then, that we need a proper past for our future. But
which past?” (Buttlar, 2007: 14).

Preguntas que quedan hoy sin respuesta, pero que ponen en evidencia la
complejidad de este proceso, la trascendencia de la desaparición de un
edificio como este y la polémica de su sustitución por un clon simplificado,
que no puede ser otra cosa que la parodia de una compleja construcción
histórica.

281
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

OTRAS OPINIONES PARA EL DEBATE


La proximidad del fin de las obras de reconstrucción del Stadschloss y la
inauguración del Humboldt Forum prevista para finales de 2020 han reavivado
el debate inherente a este proyecto, suscitando por un lado una secuencia de
artículos laudatorios que celebran la resurrección del palacio imperial de la mano
de la cultura, como titula por ejemplo un conocido diario español: “La cultura
devuelve la vida al Palacio Imperial de Berlín” (Sánchez, 2018). En estos artículos
se recoge la idea expresada años atrás de que la reconstrucción “cierra una
herida urbanística e identitaria” en la capital alemana (Sánchez, 2018), mientras
para el director del Humboldt Forum, el historiador británico y exdirector de la
National Gallery Neil McGregor: “Este edificio encarna una nueva actitud de
simbolizar el mundo” y “ofrece a los alemanes la posibilidad de encontrar su
actual lugar en el mundo y reconciliarse con su propia historia” (Sánchez, 2018).
Otro argumento utilizado por los defensores de la reconstrucción, expuesto con
anterioridad y retomado en los artículos más recientes, publicados este mismo
año 2018, defiende el papel urbano del Castillo Real.
L’edificio, scomparso per sessant’anni, ricompare con tutto il suo volumen, non
a mio avviso come scenografia, ma come elemento cardine della composizione
urbana rispetto agli altri complessi monumentali della Museumsinsel, nonchè
come terminale inamovibile dell’Unter der Linden. Il Berliner Schloss ricostruito e,
al tempo stesso, reinventato da Franco Stella è il risultato di un disegno político
di ricostituzione dell’immagine prussiana della città e allo stesso tempo del diritto
all’oblio che una nazione ha deciso di darsi rispetto ad una parte della sua storia,
cancellando a sua volta un passato non gradito (Caliari, 2018: 76).
Con il ritorno del Castello vengono ridefinite anche le tre piazze che lo cingevano, seminali
per tutto il centro di Berlino che riguadagna comprensione grazie alla ricostruzione di
un edificio. Le piazze e i cortili attinenti questo nuovo palazzo si riuniranno in un’unica
grande Piazza nel cuore di Berlino. Il nuovo Schloss-Forum riconnette, attraverso l’asse
nordsud, il Lustgarten, e quindi la splendida facciata dell’Altes Museum, con la strada
urbana antecednete alla nascita del Castello, costituendo una straordinaria nuova parte
d’accesso alla città e un contemporaneo foro romano (Leoni, 2018: 7).

Por otro lado, se reavivan las opiniones en contra, como la del arquitecto
italiano Alberto Grimoldi, que considera esta copia inculta una ofensa y
una humillación a la memoria (Grimoldi, 2018: 59), mientras el historiador,
arquitecto y crítico suizo François Burkhardt retoma el argumento político que
está en la base de esta reconstrucción.

282
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

La ricostruzione del Castello di Berlino è sintomática del rapporto esistente in


Germani tra architettura e organi dello Stato e mette bene in evidenza le strategie
perseguite da questi ultimi dopo la caduta del muro e durante il proceso di
riunificazione. La ricostruzione del Castello non avrebbe mai avuto luogo senza il
crollo della DDR, giunta ormai all’esaurimento delle sue energie social, politiche e
finanziarie, a cui fa seguito il ritiro delle truppe sovietiche dalla Germania orientale,
nell’ambito della Perestroika di Gorbaciov. La ricostruzione dell’edificio storico,
che avrebbe dovuto rappresentare un símbolo di concordia all’interno della nuova
política di riunificazione tra le due Germanie, si è trasformata invece in un motivo di
discordia tra i cittadini di Berlino (Burkhardt, 2018: 62).

Y, sobre todo, critica el rechazo a la arquitectura contemporánea que subyace


bajo este proyecto.
Mi sembra inaccettabile che per scopi così nobili si ricorra a un involucro
storico, per di più in un contesto típicamente urbano all’interno di una metrópoli
contemporanea, negando sia la possibilità di disporre di un contenitore adeguato
ai nostri tempi che il diritto dell’architettura contemporanea a integrarsi in
un ambiente storico. Un paese che rivendica di essere tecnológicamente
all’avanguardia perde così l’occasione di dimostrare come sia possibile integrare
le tecnologie moderne in un involucro contemporaneo che esprima la perenne
attualità del proceso di civilizzazione. Allo stesso tempo la decisione presa dalla
política dimostra la sfiducia di quest’ultima verso l’architettura contemporanea e i
suoi architetti (Burkhardt, 2018: 64).

Otro aspecto a tener en cuenta es que la proliferación de reconstrucciones


de edificios desaparecidos conduce a cuestionar la teoría de la restauración
monumental, produciendo un retorno al replanteamiento de argumentos que
en apariencia habían sido descartados años atrás, en especial el rechazo al
com’era e dov’era. Resulta significativo al respecto el artículo publicado hace
pocos años por el arquitecto León Krier (Krier, 2014), en el que defendía “la
reconstrucción científica y evocadora de los monumentos del pasado” (Krier,
2014: 50), citando casos como la restauración de la Maison Carrée de Nimes o
la reconstrucción de la Frauenkirche de Dresde (Hernández, 2007). Respecto
a estas intervenciones, Krier considera que:
dan cuenta brillantemente de una nueva actitud, y ponen en evidencia las malas
cirugías practicadas durante décadas sobre los edificios históricos en nombre de la
‘modernidad’ y la Carta de Venecia, basadas en principios como la negativa a devolver
a los edificios históricos en ruinas su integridad técnica y material; la sacralización de

283
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

las ruinas; la restauración de las ruinas en cuanto a ruinas; la construcción de costosos


dispositivos de protección de las ruinas, a menudo deliberadamente discordantes con
ellas; la proliferación de extraños centros de visitantes e interpretación; la recolección,
catalogación y preservación compulsivas de millones de piezas y fragmentos
‘históricos’, sin una estrategia para completarlos, repararlos o recrearlos… Todas estas
‘falsificaciones ideológicas’ están perdiendo su legitimidad muy rápido (Krier, 2014: 52).

La defensa de la reconstrucción realizada por el arquitecto Leon Krier contrasta


con la actitud del historiador belga Paul Philippot, quien consideraba este tipo
de intervenciones que denominaba “reconstrucción idéntica”, “une forme de
restauration qui prétend précisément l´abolir [l’intervalle entre la création et sa
réception] pour restituer au passé une présence actuelle […] qui entend rétablir
l’état primitif de l’œuvre comme si le temps ne s’était pas écoulé” (Philippot,
1995: 7), una práctica que condena sin paliativos puesto que ni el tiempo es
reversible, ni la restauración puede abolir las huellas de la historia. En la misma
línea de Philippot se encuentran otros autores, como Mario Pisani quien, en el
año 2000, con motivo de la reconstrucción del teatro veneciano de La Fenice,
se lamentaba de la debilidad e inmovilismo de la cultura arquitectónica
contemporánea, que favorecían este tipo de reconstrucciones (Pisani, 2000).
Mientras el arquitecto Flavio Abanese, avanzando en una línea paralela,
cuestionaba el hecho de que se admitiera con normalidad la demolición de
edificios de los años sesenta y setenta como el Palacio de la República, al
considerar esta arquitectura inútil, incompatible con el presente, y además
estéticamente fea. Al respecto afirmaba, cuestionando la mentalidad con la
que nos acercamos al patrimonio monumental, porque se daba por sentado
que un edificio medieval debía ser conservado y restaurado, mientras que
uno contemporáneo no: “To put it more plainly, we wondered: why do we take
it for granted that a Norman ruin should be conserved or restored, yet equally
for granted that the Palast der Republik be pulled down?” (Albanese, 2009).

ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO A LA RECONSTRUCCIÓN DEL


STADTSCHLOSS DE BERLÍN
Berlín es una ciudad dañada, que ha curado sus heridas a través del cambio
de su forma e imagen urbanas, utilizando tanto la arquitectura contemporánea
como la restauración monumental, lo que incluye construir escenarios de

284
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

Fig. 15. ”Típico urbanismo del siglo XXI” (palabras de


la Señora). el título del libro sostenido por el hombre
se titula “Ninguna historia de la arquitectura”. Viñeta
publicada en el diario berlinés Der Tagesspiegel, 6
de julio de 2002. Reproducida en el libro Die Berliner
Schlossplatzdebatte im Spiegel der Presse (2005).

ficción (el nuevo centro de la ciudad en torno al Humboldt Forum), que acaban
convirtiéndose en un episodio histórico más, añadido como un eslabón a
la compleja cadena de cambios y transformaciones experimentados en los
últimos sesenta años por la actual capital alemana (Fig. 15).

Para muchos expertos la reconstrucción del Castillo Real es una evidente


mistificación, un claro ejemplo de simulacro urbano y de banalización y
teatralización de la historia que recuerda las advertencias realizadas por
algunos autores como el arquitecto Paolo Torsello, quien en 2003 alertaba
acerca de la utilización de la restauración monumental para convertir
la historia en espectáculo, representando el pasado como algo teatral.
Enmarcaba en este fenómeno reconstrucciones de ruinas y completamientos
de edificios históricos devueltos a su integridad original (Torsello, 2003). Para

285
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

algunos conservadores alemanes, además, la reconstrucción era incapaz de


producir una imagen fidedigna del castillo (que como hemos indicado era una
heterogénea construcción, producto de las ampliaciones, transformaciones y
reformas acometidas durante siglos), sino una representación abreviada y
estéril de sus rasgos principales, privada del tiempo y de la historia (Buttlar,
2007: 28). A ello se añade que esta reconstrucción es aún más grave puesto
que ha conllevado la demolición de un edificio precedente (el Palacio del
Pueblo) de indudable valor histórico y artístico.

La reconstrucción del Stadtschloss no es una réplica perfecta, ya que afecta


solo a tres de las cuatro fachadas y a una parte del patio interior, sino que se
presenta como un proyecto de compromiso entre la historia (de ahí la llamada
continua a la artesanía en la reproducción de las partes antiguas, como las
esculturas y los elementos decorativos de la fachada) y el presente (las nuevas
funciones que va a recibir), pero la pregunta básica que suscita es: ¿cómo no
ha sido posible en este caso que el presente se estratificara sobre el pasado
sin anularlo? En el caso del Stadtschloss, el clon del palacio imperial barroco
anula la sucesión de acontecimientos desarrollados en este lugar: borra el
hecho de que este edificio fue sede de la administración prusiana y símbolo
de esta monarquía, un fastuoso museo de artes decorativas, el lugar desde
el que se proclamó la República de Weimar, y un edificio herido durante la
Segunda Guerra Mundial condenado sin piedad por el gobierno comunista;
más aún, el clon se construye sobre la desaparición de la última fase de la
historia reciente alemana: el Palast der Republik, distintiva construcción del
gobierno comunista, paladín de una arquitectura contemporánea de uso
cultural al servicio de la sociedad, y a la vez incómodo testigo para algunos
sectores de la Alemania reunificada.

Lo que resulta evidente es que se trata de un caso paradigmático y a la vez


único en Europa, que contiene muchos elementos y aspectos contradictorios
que, en especial —esto es de subrayar— van de lo local a lo universal, puesto
que suscitan una inevitable y pertinente reflexión acerca de los límites de la
restauración monumental en la praxis contemporánea. Asumida la condena a
las reconstrucciones desde la Carta de Venecia (1964), sorprende la reacción
de parte de la sociedad actual en defensa de este tipo de actuaciones,
cuando lo que debería plantearse es si operaciones de este tipo son

286
¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

admisibles en el ámbito de la cultura occidental, porque para otras culturas ya


sabemos que ciertamente es aceptable14. Lo cierto es que en muchos casos
reconstrucciones de este tipo se basan en argumentos ideológicos, políticos y
nacionalistas, más que en razones de tipo científico o cultural. También cabría
otro tipo de análisis de orden estético: ¿por qué resulta más interesante una
fachada barroca que un edificio de arquitectura contemporánea?, ¿qué hay
tras esta actitud revival?, ¿por qué no somos capaces de reconocer valores
culturales en arquitecturas cercanas cronológicamente como las de los años
sesenta y setenta? Y ¿en qué situación queda el controvertido concepto de
autenticidad en relación con estas réplicas? Estas son cuestiones que es
necesario plantear para valorar correctamente estos casos, porque de hecho
no se trata de una respuesta unitaria, otras maneras de actuar eran posibles,
entre ellas, viendo lo polémico que resultaba la toma de decisiones sobre
el futuro del Palast, se podía haber dejado en suspenso la resolución por
un periodo de una o dos décadas, hasta que una cierta distancia temporal
permitiera llegar a un acuerdo (Sandes, 2012).

Igualmente se podía haber planteado la rehabilitación y conservación del


edificio, o se podía haber optado, si se consideraba inevitable su demolición,
por apostar por la arquitectura contemporánea, completando una secuencia
histórica, la actual, que ahora está representada por un facsímil caricaturizado,
porque el proyecto de reconstrucción de réplica solo tiene la fachada y el
interior será un edificio nuevo, divorciado del exterior pretendidamente
histórico, una propuesta que resulta imposible de asumir como arquitectura
representativa del siglo XXI. Pero es evidente que, al menos para un sector de
la sociedad alemana (y europea, por extensión), la originalidad arquitectónica
no es un valor en alza y las reconstrucciones son mucho más meritorias, de
hecho se ha llegado a afirmar que la producción de “falsos históricos” es una
tendencia muy en boga en la Alemania actual (Burkhardt, 2018: 62), lo que
lleva a plantear cómo deben ser considerados estos monumentos.
Da questa particolare vicenda scaturiscono, quindi, considerazioni sull’importanza
oggi concessa alla copia, da mettere nel giusto rilievo in prospettiva del legame
che le generazioni future manterranno, pur nella mutevolezza delle opinioni e delle
14
Sobre esta cuestión es de lectura obligada el percezioni, con le testimonianze architettoniche del passato.
lúcido ensayo Humilde condición. El patrimonio
cultural y la conservación de su autenticidad, de la Infatti la copia implica un forte significato visivo e simbolico a cui non può essere
historiadora M.ª Pilar García Cuetos (García, 2009). associato indiscriminadamente lo statuto di monumento (Pizzone, 2010: 12)

287
ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Fig. 16. Propuesta de reconstrucción (arquitectura


efímera) de la Bauakademie, en la proximidad del
Humboldt Forum, estado en 2017 (fotografía de la
autora).

15
Esta es la opinión sostenida por el arquitecto
Gianluigi di Martino quien afirma: “Nel caso
specifico della Germania, nazione in cui il
restauro come disciplina universitaria non
ha forse lo stesso impatto e articolazione di
autonomia disciplinare che ha in Italia, sono
proprio gli architetti incaricati dalle amnistrazioni
o vincitori di concorsi internazionali che, a
partire dall’inmediato dopoguerra, hanno trovato
soluzioni sia architettoniche che urbanistiche che,
prescindendo da atteggiamenti dottrinari propri
delle teorie del restauro, hanno prodotto risultati
talvolta condivisibili, altre volte da giustificare in
funzione della eccezionalità degli interventi stessi.
Basta citare, ad esempio l’edificio del Consiglio
di Stato (Staatstrasgeband, 1962-1964) nella cui
facciata è stato inserito il portale settecentesco
trasferito dallo Stadtschloss” (Martino, 2011: 39).
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, según algunos expertos, en este 16
El Stadtschloss de Postdam era un palacio
país la restauración como disciplina no tiene el impacto ni el desarrollo que ha barroco con una extraordinaria decoración rococó
observado en otros países como Italia o Francia, lo cual tiene a su vez efectos en su interior, dañado por los bombardeos de
1945 y demolido por el gobierno de la República
concretos en la conservación del patrimonio monumental15. La reconstrucción Democrática Alemana en 1960. De las ruinas se
del Palacio Thurn und Taxis en Frankfurt y del Palacio de Postdam16 y el proyecto conservaron algunas piezas originales (columnas,
pilastras, esculturas y motivos ornamentales), que
de reconstrucción para la Academia de Arquitectura (Bauakademie) (Fig. 16) de estaba previsto reutilizar en la reconstrucción.
Schinkel en Berlín17 son ejemplos que, según François Burkhardt, evidencian En 2001, y gracias a la donación del famoso
presentador de la televisión germana Günther
“la tendenza retrograda e conservatrice predominante sia a livello politico cha Jauch, se recontruyó una famosa parte del palacio:
da parte degli ordini degli architetti locali” (Burkhardt, 2018: 60), y ponen de el Portal de la Fortuna, como estímulo para
una reconstrucción completa del conjunto. Sin
manifiesto cómo en el campo de la arquitectura: “se está viviendo el fracaso del
embargo, los diputados del parlamento regional
original y la victoria de la reproductibilidad. Y el número de reconstrucciones de Brandemburgo propusieron “una ricostruzione
continúa aumentando” (Bartetzko, 2009: 7). Esto no es lo peor, iniciativas de moderna nella cubatura storica adeguata alle
necesita di un parlamento moderno” (cfr. Barteztzko,
este tipo, como la reconstrucción del palacio de Postdam, promueven en su 2009: 6); no obstante, la donación de 20 millones de
entorno la construcción de nuevos edificios de corte historicista de pésimo euros realizada por Hasso Plattner, un empresario
rey de la informática, ha reconducido el proyecto
gusto (Burkhardt, 2018: 62). Toda una derrota en diversos frentes tanto del puesto que como condición Plattner exigió que
sentido de la historia como de la arquitectura contemporánea. se reprodujesen mimeticamente las fachadas y

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¿QUIÉN NECESITA UN CASTILLO REAL AHORA?

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al exterior con un interior moderno adaptado a su Germany’s Future?”, Future Anterior vol. IV(1), pp. 13-29.
función parlamentaria, un nuevo uso que puede
incluso condicionar el diseño de la copia, que CALIARI, Pier Federico (2018), “La ricostruzione dopo la fine del moderno”, Ananke,
deberá ser adaptada en sus dimensiones, lo que n.º 83, pp. 71-76.
puede dar lugar a deformaciones insospechadas:
“Infatti si prevede, a causa dell’enorme necesità di COLOMB, Claire (2007), “Réquiem for a lost Palast. ‘Revanchist urban planning’ and
spazi a uso parlamentare, di gonfiare il cosiddetto ‘burdened landscapes’ of the German Democratic Republic in the new Berlin”,
corps de logis e le ali longitudinali verso il cortile
interno. Quella che sulla carta o sullo schermo di Planning Perspectives, n.º 22, pp. 283-323.
un computer può sembrare una variazione poco DEZZI BARDESCHI, Marco (2004), “Lacuna, rovina e progetto”, Ananke, n.º 42, pp.
influente, si può trasformare nella realta in una
deformazione deturpante” (Barteztzko, 2009: 7). 2-6.
DEZZI BARDESCHI, Marco (2009), “Editoriali: Urban retrofitting: le qualità dormienti
17
“Si può dire che la Bauakademie di Schinkel fu,
per la sua epoca, un’architettura di avanguardia. del costruito”, Ananke, n.º 58, pp. 2-3.
Ma questa non è però una ragione sufficiente
DEZZI BARDESCHI, Marco (2009), “On ruins: presentazione del Neues Museum di
per riprodurre, 180 anni dopo, una pallida copia
dell’originale” (Burkhardt, 2018: 66). Berlino alla Triennale di Milano”, Ananke, n.º 58, pp. 25-26.

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