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Materialismo Histórico

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CONCEPTO DE MATERIALISMO HISTÓRICO

El materialismo histórico o concepción materialista de la historia es un marco teórico para explicar desarrollos
y cambios en la historia humana a partir de factores práctico, tecnológicos o materiales, en especial el modo
de producción y las limitaciones que este impone al resto de los aspectos organizativos (aspecto económico,
jurídico, ideológico, político, cultural, etc.)

Características del materialismo histórico


Las principales características del materialismo histórico son:
• En esta doctrina se establece a la economía como base de la sociedad: La economía es el conjunto de
relaciones que existen entre los medios de producción y el ser humano, lo cual denomina relaciones de
propiedad
• La economía determina los valores e ideología de una sociedad en un momento dado de la historia. Es
la ideología de la clase económicamente dominante la que controla en la sociedad
• Son las fuerzas de producción las que conducen el devenir histórico de las sociedades.
• Todo cambio en sociedad, la edad media, la revolución industrial, el esclavismo, el liberalismo,
capitalismo, socialismo y neoliberalismo es realizado a partir de los cambios en los modelos económicos de la
sociedad y son independientes a personas y caudillos.

EL HOMBRE COMO SER TRANSFORMADOR DE LA NATURALEZA.

Para entender correctamente qué es el materialismo histórico en cuanto interpretación económica de la


Historia es preciso hablar de la antropología marxista, esto es, del concepto de Hombre que tiene Marx.
Para Marx, el hombre es ante todo un ser que tiene una serie de necesidades materiales al igual que otros
seres como los animales. El hombre satisface esas necesidades transformando la Naturaleza a través de su
trabajo. Al hacer esto el hombre lo que hace es humanizar la naturaleza. Muchos animales también
transforman a través de su actividad la naturaleza para conseguir de ésta los medios para satisfacer sus
necesidades (valga como ejemplo la abeja que liba el polen para elaborar la miel con la cual se alimenta), pero
existe una diferencia clara (un abismo) entre el hombre y el animal: el animal no es consciente de su actividad
transformadora; el hombre, en cambio, al ser consciente de su actividad, puede dirigirla a su voluntad. Por
tanto, se puede decir que, más que por el pensamiento o la posesión de ideas religiosas, lo que distingue al
hombre del animal en su relación con la Naturaleza es el trabajo, la acción transformadora de la realidad para
producir los medios que le sirvan para satisfacer sus necesidades materiales.
Además de esto conviene señalar que esta actividad transformadora de la Naturaleza no la realiza el hombre
en solitario sino junto a otros hombres; de alguna manera, para Marx en el trabajo se unen los hombres; es en
sociedad como los hombres realizan su actividad transformadora. A todo esto, es a lo que Marx llama
producción social de la vida: el hombre se relaciona con otros hombres para producir (de ahí que se hable de
producción social) aquellos medios que permiten satisfacer sus necesidades materiales (comida, vivienda,
vestido, etc.).
Lo que permite explicar el devenir de la Historia de la Humanidad es la evolución de la manera como los
hombres en sociedad van produciendo los medios para satisfacer sus necesidades materiales; si en la Historia
hay etapas, fases o periodos es porque hay cambios en las maneras de conseguir los medios de subsistencia, y
no tanto porque haya un cambio de costumbres o de ideas. Precisamente por esto se dice que en Marx
encontramos una interpretación económica de la Historia: los cambios profundos en la Historia no tienen su
raíz en cambios ideológicos o políticos sino en cambios económicos, en cambios en la manera como los
hombres producen los medios que le permiten seguir sobreviviendo.

MODO DE PRODUCCIÓN: FUERZAS PRODUCTIVAS Y RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN.

El concepto de modo de producción es uno de los conceptos fundamentales del materialismo histórico. Modo
de producción puede ser definido como la forma o manera cómo los hombres de una determinada época
histórica producen socialmente los medios de subsistencia. Es, además, lo que define y caracteriza
esencialmente a cada época histórica (Marx también utiliza la palabra "sociedad" para referirse a cada época
histórica) y lo que permite explicar el cambio o devenir histórico. En efecto, si Marx habla de cinco etapas
históricas es porque según él hay cinco modos de producción y si se ha producido un paso o cambio de una
época a otra es porque ha tenido lugar un cambio radical en el modo de producción. Además, puesto que el
modo de producción es esencial de cada etapa Marx lo llama también "infraestructura" o estructura
económica de la sociedad.

Un modo de producción se compone de dos elementos o partes:


• Las fuerzas productivas. • Las relaciones sociales de producción.
Las fuerzas productivas, calificadas por Marx como "los huesos y los músculos de la producción", son el
elemento material y el elemento humano que intervienen en la producción de algo. El elemento material son
los medios de producción: las materias primas, las herramientas y las técnicas utilizadas en el proceso de
producción, el capital o dinero invertido; el elemento humano es la fuerza de trabajo, es decir, la energía
humana invertida o empleada en el proceso de producción.

Las relaciones sociales de producción son las relaciones económicas que se establecen entre los hombres
según la posición que ocupan en el proceso de producción, tanto en lo referido a la posesión de las fuerzas
productivas como en lo referente al reparto de la producción; son, básicamente, las relaciones que se dan
entre quienes detentan la posesión de los medios de producción y entre quienes solamente poseen la fuerza
de trabajo. Según la posición que el hombre ocupe en el proceso de producción pertenecerá a una clase social
o a otra (clase social puede ser definida como el grupo de individuos que desarrollan un mismo papel o
función u ocupan una misma posición en el proceso de producción). Hay, básicamente, dos clases sociales: la
clase social dominante, que es la clase que posee los medios de producción) y la clase social dominada (que
solamente dispone de su fuerza de trabajo). Las relaciones sociales de producción son las relaciones entre
ambas clases y conviene señalar que no son relaciones armónicas sino más bien conflictivas pues se trata de
clases antagónicas; es a esto a lo que Marx llama lucha de clases.

Puesto que el devenir de la Historia se explica, según Marx, por un cambio en el modo de producción, cabe
hacer la siguiente pregunta: ¿por qué "entra en crisis" y cambia un determinado modo de producción? La
respuesta de Marx es clara: un determinado modo de producción "se rompe" cuando se produce un desajuste
entre sus dos elementos componentes, es decir, entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de
producción. El modo de producción sobrevive, según Marx, cuando hay una armonía entre sus dos elementos
componentes, pero esa armonía se rompe (y entonces se produce el desajuste) cuando se produce un
desarrollo de las fuerzas productivas debido al progreso tecnológico y científico. Cuando se produce ese
desajuste se hace mucho más latente la lucha de clases produciéndose, de esta manera, una revolución social
que hace desaparecer el modo de producción existente y ya caduca para sustituirlo por otro modo de
producción más acorde con ese desarrollo de las fuerzas productivas.
Por decirlo de otra manera, las transformaciones en las fuerzas productivas exigen también transformaciones
en las relaciones sociales de producción, en la organización social del trabajo; tarde o temprano, las relaciones
sociales de producción tienen que adaptarse al estado de desarrollo de las fuerzas productivas. Si no ocurre
así, el proceso de producción se ve obstaculizado desembocando en una crisis que conlleva una revolución
cuyo resultado final es la formación de un nuevo modo de producción en el cual sí tiene lugar esa adaptación
de las relaciones sociales de producción al desarrollo de las fuerzas productivas.

Así es como explica Marx el paso de una época histórica a otra. A juicio de Marx, la Historia de la Humanidad
puede dividirse en cuatro épocas o sociedades. De estas épocas o sociedades habla en la página 121 del libro
verde.
Estas épocas o sociedades son las siguientes:
1. Época o sociedad primitiva o asiática: su característica fundamental es la propiedad colectiva de los medios
de producción y de los bienes producidos.
2. Época o sociedad antigua o esclavista: su característica fundamental es la división en clases sociales: los
hombres libres y los esclavos.
3. Época o sociedad feudal: distinción entre dos clases sociales: señores feudales y siervos.
4. Época o sociedad burguesa o capitalista: distinción entre burguesía y proletariado; la burguesía posee los
medios de producción; el proletariado, solamente su fuerza de trabajo; las ganancias -en forma de plusvalía-
van a parar a manos del burgués.
5. Después de la época capitalista vendrá la quinta -y última- etapa o sociedad: la época o sociedad comunista,
caracterizada por la posesión colectiva de los medios de producción; se trata, además, de una sociedad sin
clases (ya no hay ni clase dominante ni clase dominada). Con la llegada de la sociedad comunista acaba la
prehistoria de la Humanidad y comienza la verdadera y auténtica Historia del Hombre.

INFRAESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA: RELACIONES.

Recordemos que al modo de producción Marx también lo llama infraestructura o estructura económica de la
sociedad; es la base real y esencial de una época histórica. Como tal, el estudio de una determinada época
exige que a ella le prestemos especial atención pues es la infraestructura la que determina las restantes
manifestaciones de la vida social: creencias religiosas, costumbres, leyes, costumbres.
La infraestructura condiciona lo que Marx llama superestructura, compuesta por:
• La estructura jurídico-política.
• La estructura ideológica o formas de conciencia social.
La estructura jurídico-política se refiere a las leyes y las instituciones estatales. Pero, ¿en qué sentido se
puede decir que está condicionada por la infraestructura o modo de producción? En el sentido de que las
instituciones estatales y las leyes van a estar de alguna manera puestas al servicio de quien domina en el
modo de producción, esto es, al servicio de la clase dominante. Así, por ejemplo, en la época feudal las leyes y
las instituciones estatales están hechas y organizadas de tal modo que benefician a la clase dominante de los
señores en contra de los intereses de la clase dominada, los siervos; lo mismo ocurre también con la burguesía
y el proletariado. En definitiva, el poder político y el poder legislativo está condicionado por quien tiene el
poder económico, es decir, la clase dominante.
La estructura ideológica o formas de conciencia social se refieren a las ideas, creencias, valores y costumbres
de una época histórica determinada. Estas ideas y valores no son las mismas en todos los hombres; son
diferentes y varían de unos hombres a otros dependiendo de si pertenecen a la clase dominante o a la clase
dominada; cada clase social tiene sus propios valores, sus propias ideas y sus propias creencias; o lo que es lo
mismo cada hombre ve el mundo de una manera dependiendo de su lugar o posición en el proceso de
producción. Y de la misma manera que en las leyes y las instituciones estatales destaca la presencia de la clase
dominante, en lo referente a lo ideológico ocurre algo muy parecido: las ideas y creencias dominantes en una
época dada son las ideas y creencias de la clase dominante.
Resumiendo, cualquier época o sociedad histórica tiene dos elementos: la infraestructura o modo de
producción, y la superestructura (con sus dos elementos componentes). La infraestructura es el elemento
esencial pues condiciona al otro elemento, es decir, a la superestructura.

LA ALIENACIÓN: FORMAS DE ALIENACIÓN.

El concepto de alienación fue utilizado por L. Feuerbach para hacer referencia al hecho de que los hombres
consideren a Dios como un ser ajeno a ellos mismos al que hay que adorar y respetar y ante el que hay que
arrodillarse y no como una creación suya, una imagen de la propia esencia humana pero situada en un plano
divino y sobrenatural. La religión, por tanto, es la esfera en la cual, según Feuerbach, transcurre este
fenómeno de la alienación.

El concepto de Alienación que tiene Marx es mucho más completo. Para Marx, la alienación se da en todas
aquellas actividades humanas en las cuales lo hecho por el hombre, lo producido por el hombre aparece como
algo extraño y ajeno que lo domina. El fenómeno de la alienación se da en cuatro esferas: la esfera económica,
la esfera social, la esfera política, y, por supuesto, la esfera religiosa. De todas estas cuatro formas de
alienación, la primera, la alienación económica, es la fundamental; de hecho, es la alienación económica la
que origina y promueve las otras formas de alienación. La alienación económica es ante todo alienación en el
trabajo. Para Marx, como ya hemos dicho, el hombre es un ser activo-práctico que a través de su trabajo va
transformando la Naturaleza para conseguir de ella aquello que le permita satisfacer sus necesidades
materiales. La actividad del trabajo forma, por tanto, parte de la esencia humana (el hombre es, antes que
nada, un ser trabajador). Ahora bien, en el proceso de producción, el hombre se siente extraño ante su propia
actividad -y por eso no se siente a gusto trabajando- pues el producto de su trabajo no pasa a sus manos sino
a las manos de otro. En efecto, sobre todo en el modo de producción capitalista, aunque también está
presente en los anteriores modos de producción, el trabajador solamente se apropia del producto de su
actividad en una mínima parte y en forma de salario; el resto del producto del trabajo -la mayor parte- genera
unas ganancias o plusvalía que cae en manos del propietario de los medios del trabajo. Dicho de otra manera,
hay alienación en el trabajo porque una mínima parte del producto del trabajo cae en manos de quien posee
sólo la fuerza de trabajo, mientras que la mayor parte del producto cae en manos de quienes poseen los
medios de producción.

En definitiva, el hombre se siente a disgusto trabajando y considera el trabajo como una actividad extraña y
ajena a él porque hay una mal reparto del producto del trabajo.
La alienación social consiste en el hecho de que el hombre ve la esencia humana, la humanidad, el ser hombre
como algo ajeno al hombre mismo. Antes que hombre, un individuo cualquiera se ve como miembro de una
determinada clase social; así, antes que hombre el trabajador de una fábrica se ve como proletario; lo mismo
le ocurre al burgués. Además, el verse como perteneciente a una determinada clase social que está en
antagonismo con la otra clase social hace que el hombre vea al otro hombre como un enemigo y no como un
miembro de la raza humana.
La alienación política consiste en el hecho de que los hombres, sobre todo los trabajadores- ven las
instituciones estatales y políticas (partidos políticos, parlamentos, etc.) Como una realidad ajena y extraña
que representa los intereses de quien ejerce la dominación en el terreno económico: la clase social
dominante. Políticamente domina quien domina económicamente: la clase social dominante.
La alienación religiosa es similar a la alienación de la que habla Feuerbach: los hombres hemos creado a los
dioses, a todo lo que representa el mundo de la religión. La diferencia entre Feuerbach y Marx es que éste
último busca las causas concretas que hacen posible esta creación. Según Marx, la miseria económica que
padecen los miembros de la clase social dominada y oprimida hace que se engañen a sí mismos e inventen un
mundo imaginario o sueño dorado que es el mundo que nos ofrece la religión. Como dice Marx, el hombre
oprimido económicamente suspira por una ilusoria felicidad celeste que adormezca sus desgracias y pesares
presentes. En este sentido, “la religión es el opio del pueblo” ya que es como una droga que sirve de consuelo
a aquellas personas que sufren la miseria económica.

“Lenin fue el primero de los marxistas que planteo este problema en todas sus proporciones contribuyendo así
a una comprensión más profunda del contenido de la dialéctica. Esto no significa en absoluto que para los
fundadores de la dialéctica materialista -Marx y Engels- la dialéctica no se presentara en toda su
multilateralidad, que no la estudiara como lógica y teoría del conocimiento. Basta recordar “el capital” de
Marx en el que, según expresión de Lenin, la dialéctica en todos sus aspectos se aplica el análisis del
capitalismo. Precisamente con respecto a “el capital”, Lenin formulo su idea de que la dialéctica, la lógica y la
teoría del conocimiento son uno y lo mismo. (Rosental; 1965:Pág. 29)

La lógica dialéctica no es otra cosa sino la historia y el proceso del conocimiento en su elaboración lógica.
Junto a la lógica dialéctica existe la lógica formal, la cual estudia las leyes de relación entre las premisas y las
conclusiones y las leyes de la demostración. El materialismo dialéctico se apoya en el análisis de las categorías
en los principios de la teoría marxista-leninista del reflejo y de la dialéctica. El estudio y la exposición de las
categorías y leyes del materialismo dialéctico debe partir de la unidad de los métodos lógicos e históricos, lo
cual, a su vez, expresa la lógica objetiva de las relaciones de las cosas y su desarrollo, el desenvolvimiento en
relación con la complicación de sus relaciones, ya que, según Marx, “la marcha del pensamiento abstracto,
que asciende de lo más simple a lo complejo, corresponde al proceso histórico real”.

En este sentido, la dialéctica se presenta igualmente como doctrina del ser y como doctrina del conocimiento.
Sin embargo, la dependencia de estos dos lados, o aspectos, de la dialéctica no es lo mismo: no solo es
imposible comprender y desarrollar la gnoseología y la lógica fuera de la “ontología” dialéctica, sino que la
propia “doctrina del ser”, científica, la teoría de la dialéctica del mundo objetivo es inconcebible al margen de
la dialéctica del conocimiento.
Si la lógica y la gnoseología no fueran capaces de formular los principios del reflejo en los conceptos y juicios
de los complejos y contradictorios procesos del desarrollo dialéctico objetivo, este seguiría siendo un secreto
bajo siete sellos. (Rosental;1965: pág.29)
Insistiendo en que la dialéctica es la lógica y la teoría del conocimiento, Lenin también tomo en consideración
que la dialéctica debe ser revelada igualmente como la doctrina acerca de cómo se desarrolla el conocimiento,
de cuáles deben ser los conceptos y juicios humanos para reflejar la realidad compleja y llena de
contradicciones. (Rosental; 1965: pág.30)
Tal es brevemente, a nuestro juicio, en el sentido profundo de la exigencia leninista acerca de la aplicación
multilateral de la dialéctica a la teoría del reflejo, “al proceso y desarrollo del conocimiento”. Y esto explica
enteramente porque en la filosofía del materialismo dialéctico, la dialéctica, la lógica y la teoría del
conocimiento coinciden, son “uno y lo mismo”. Todas ellas deben considerar su objeto el proceso de
desarrollo, históricamente y fundamentar cada uno de sus pasos, cada tesis, cada conclusión, en la teoría del
desarrollo. Y debido a que el conocimiento no está separado del mundo exterior por una muralla, sino que, en
su reflejo, a que las leyes del mundo objetivo en desarrollo se refractan peculiarmente en las leyes del
conocimiento, coincidiendo en esencia, entre sí, coinciden también estas ciencias y solo son diferentes
costados, aspectos de la misma ciencia: la dialéctica como doctrina del desarrollo. (Rosental; 1965: pág. 37)

ANALISIS DEL TEXTO

1. ¿ QUE IMPLICA EL MATERIALISMO HISTORICO DE MARX, SEGUN EL TEXTO?

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