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El Héroe Más Grande de Todos - Hércules (Textos y Actividad)

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LOS TRABAJOS DE HERACLES ardiendo cuando salía de su agujero bajo las arenas de un ríos cercanos.

nas de un ríos cercanos. El agua de los ríos atravesó el establo y lo


(Fragmento) pantano. Luego, corrió hacia ella y le golpeó las ocho dejó limpio en un momento.
ROBERT GRAVES cabezas. Pero conforme las aplastaba, iban apareciendo Como sexto trabajo, Euristeo le dijo a Heracles que
otras en su lugar. Un escorpió n, enviado por Hera, se le expulsara ciertas aves caníbales con plumas de bronce del
Heracles, a quien los romanos llamarían Hércules, era acercó rá pidamente y le mordió el pie: Heracles lo aplastó lago Estínfalo. Estos animales parecían grullas, pero tenían
hijo de Zeus y de Alcmena, una princesa de Tebas. Hera, de un pisotó n. Al mismo tiempo, desenvainó su afilada picos capaces de hacer pedazos una coraza de hierro.
enojada porque Zeus había llevado a cabo otro de sus espada de empuñ adura de oro y llamó a Yolao, el Heracles no podía nadar en los pantanos, porque el agua
casamientos con mujeres mortales, envió dos horrorosas conductor de su carro. Yolao trajo inmediatamente una estaba turbia, y tampoco podía cruzarlos caminando,
serpientes para que mataran a Heracles cuando aú n era un antorcha y, cuando Heracles cortaba una cabeza, sellaba el porque el barro no aguantaría su peso. Cuando disparó a
bebé. Heracles y su hermano gemelo Ificles dormían en un cuello con fuego para evitar que surgiera una nueva. Fue el los pá jaros, las flechas rebotaron en sus plumas.
escudo que les servía de cuna, cuando las serpientes final de la hidra. Heracles mojó sus flechas en su sangre La diosa Atenea se le apareció entonces y le dio un unos
reptaron hacia ellos. Ificles gritó y rodó fuera del escudo. venenosa. Quien fuera herido con ellas moriría címbalos de bronce.
Pero Heracles, un niñ o inmensamente fuerte, cogió las dolorosamente. —¡Agítalos! —le ordenó .
serpientes por el cuello, una en cada mano, y las El tercer trabajo fue capturar la cierva de Cerinia, una Heracles lo hizo y las aves levantaron el vuelo,
estranguló . cierva blanca con pezuñ as de bronce y cuernos de oro (…). aterrorizadas. Disparó , mató a docenas de ellas, ya que en
Cuando era un muchacho, Heracles se interesaba má s Heracles tardó un añ o entero en encontrarla. La persiguió la parte inferior de sus cuerpos no tenían plumas de
por la lucha que por la lectura, la escritura o la mú sica. por montañ as y valles de toda Grecia, hasta que al final le bronce, y las obligó a huir en direcció n al mar Negro. (…)
También prefería la carne asada y el pan de cebada a los disparó una flecha sin veneno, cuando pasó corriendo El séptimo trabajo fue capturar un toro que
pasteles de miel o de frutas. Pronto, se convirtió en el cerca de él. La flecha se clavó entre el tendó n y el hueso de aterrorizaba Creta. Perseguía granjeros y soldados,
mejor arquero, el mejor luchador y el mejor boxeador que sus patas delanteras, que quedaron ensartadas, sin destruía cabañ as y almacenes, arrasaba campos de maíz, y
existía.(…) derramar una sola gota de sangre. Cuando tropezó y cayó , asustaba a mujeres y niñ os. Este animal había aparecido
Euristeo, el gran rey de Grecia, quería desterrar a Heracles la apresó , le extrajo la flecha y se la llevó a cuando el hijo de Europa, Minos, dijo a los cretenses:
Anfitrió n, rey de Tebas y, ahora, padrastro de Heracles. Euristeo sobre los hombros. (…) —¡Soy el rey de esta isla! ¡Dejemos que los dioses me
Pero éste, noblemente, se ofreció a Euristeo para ser su El cuarto trabajo fue apresar al jabalí de Erimanto, una envíen una señ al para probarlo!
esclavo durante noventa y nueve meses, si permitía que enorme criatura con unos colmillos como los de un Mientras hablaba, los cretenses vieron có mo un toro
Anfitrió n se quedase y conservara el trono. Hera advirtió a elefante y una piel resistente a las flechas. Heracles lo muy blanco de cuernos dorados salió nadando del mar.
Euristeo: persiguió por las montañ as de aquí para allá, en invierno, Pero en lugar de sacrificar el hermoso animal a los dioses,
— Acepta, pero encarga a Heracles los diez trabajos hasta que quedó atrapado en un gran montículo de nieve. como era su deber, Minos lo conservó y sacrificó otro. Así
má s peligrosos que puedas elegir, y que los cumpla todos Allí, saltó sobre él y le ató las patas delanteras a las que Zeus lo castigó , permitiendo que el toro escapara y
dentro de los noventa y nueve meses. Lo quiero muerto. traseras. Cuando Euristeo vio a Heracles cargando el jabalí causara desgracias en toda Creta.
El primer trabajo que Euristeo ordenó a Heracles fue a su espalda por la avenida de palacio, huyó y se escondió Heracles siguió al toro hasta un bosque. Allí, se subió a
matar al leó n de Nemea, una enorme bestia, cuya piel era en una gran vasija de bronce. un á rbol, esperó que el animal pasara y saltó sobre su
resistente a la piedra, al cobre y al hierro. Aquel monstruo El quinto trabajo fue limpiar el inmundo establo del rey lomo. Tras un difícil forcejeo, consiguió clavarle una anilla
vivía en una cueva en las montañ as. (…) Aunque el animal Augías en un solo día. Augías tenía muchos millares de en la nariz y, cruzando el mar con unas riendas atadas a su
le arrancó el dedo corazó n de la mano izquierda de un animales y nunca se había preocupado de eliminar sus morro, se lo llevó a Euristeo.
mordisco, Heracles consiguió meter la cabeza del leó n bajo excrementos. Euristeo le encargó esta tarea a Heracles só lo El octavo trabajo fue capturar las cuatro yeguas salvajes
el brazo derecho y aplastarla hasta que la bestia murió . para molestarlo, esperando que se cubriera de inmundicia, del rey Diomedes de Tracia. Diomedes alimentaba a estas
Heracles despellejó al leó n usando una de las garras del cuando cargara el estiércol en las cestas para llevá rselo. yeguas con la carne de los extranjeros que visitaban su
mismo animal como cuchillo y luego se cubrió con la piel. Augías sonrió a Heracles con desprecio: reino. Heracles viajó hasta Tracia y se acercó al palacio
Después, se fabricó una nueva maza de madera de olivo y —Te apuesto veinte vacas contra una, a que no puedes real; fue directo a las cuadras de Diomedes, echó a los
se presentó ante Euristeo. limpiar el establo en un solo día. mozos y condujo a las yeguas, que se caían y coceaban,
El segundo trabajo era mucho má s peligroso: matar a la —De acuerdo —dijo Heracles. hasta la costa. Alertado por el ruido, Diomedes llamó a los
monstruosa hidra de los pantanos de Lerna. Esta bestia Blandió su maza, derribó la pared del establo, cogió un guardias de palacio y salió en su persecució n. Heracles dejó
tenía el cuerpo grande, como el de un perro, y ocho cabezas pico y cavó rá pidamente unos canales profundos desde dos las yeguas a cargo de su mozo Abdero y volvió para luchar.
de serpiente con largos cuellos. Heracles le disparó flechas La batalla fue corta. Dejó sin sentido a Diomedes con su
maza e hizo que las yeguas se lo comieran vivo, como Tierra le ofreció a Hera como regalo de boda. Las enorme fuerza y lo arrancó del asiento, pero Teseo perdió
venganza por la muerte de Abdero que, poco antes, al no Hespérides, hijas del titá n Atlas, cuidaban del á rbol, y un buen trozo de espalda. Luego, vio que era imposible
haber podido controlar a las yeguas, había sido devorado Ladó n, un dragó n que nunca dormía, lo vigilaba dando liberar también a Pirítoo, si no era con un hacha, así que lo
por las mismas. (…) vueltas a su alrededor. dejó allí.
El noveno trabajo fue conseguir el famoso cinturó n de […] Heracles partió por mar hacia Marruecos y, al llegar Perséfone salió corriendo del palacio y cogió a Heracles
oro de Hipó lita, la reina de las amazonas que vivía en la a Tá nger, caminó tierra adentro hasta el lugar donde Atlas, de las manos:
costa sur del mar Negro, y regalá rselo a la hija de Euristeo. el titá n rebelde, sostenía la bó veda celeste. Heracles le —¿Puedo ayudarte, querido Heracles? —preguntó .
Heracles llegó a Amazonia sin novedad. Allí, la reina preguntó : —Majestad, te ruego que me prestes a tu perro
Hipó lita se enamoró de él y podría haber conseguido el —Si me hago cargo de tu trabajo durante una hora, guardiá n durante unos días. Podrá volver a casa enseguida,
cinturó n como un simple regalo. Sin embargo, la diosa ¿querrías recoger para mí tres manzanas del á rbol de tus cuando se lo haya enseñ ado a Euristeo.
Hera, con rencor, se disfrazó de amazona y esparció el hijas? Perséfone dirigió sus ojos hacia Hades:
rumor de que Heracles había venido para secuestrar a —Claro —dijo Atlas—, si tú matas antes al dragó n que —Por favor, esposo, concede a Heracles lo que pide.
Hipó lita y llevá rsela a Grecia. Las amazonas, indignadas, nunca duerme. Esta tarea le ha sido encomendada por consejo de tu
montaron en sus caballos y fueron a rescatarla, lanzando Heracles apuntó con su arco por encima del muro del cuñ ada Hera. É l promete no quedarse con nuestro can
flechas contra Heracles, mientras se acercaban. Aunque jardín y mató al dragó n. Luego, se puso de pie detrá s de Cerbero.
Heracles rechazó el ataque, Hipó lita resultó muerta en la Atlas y, separando las piernas, se colocó todo el peso de la —Muy bien —respondió Hades—, y puede llevarse
confusió n de la batalla. (…) bó veda celeste sobre la cabeza y los hombros. Atlas trepó también a ese loco de Teseo, ya que está aquí. Pero tiene la
El décimo trabajo de Heracles fue robar un rebañ o de por el muro, saludó a sus hijas, robó las manzanas y le gritó obligació n de domar a Cerbero, sin usar ni la maza ni las
bueyes del rey Geríones, que vivía en una isla cerca de la a Heracles: flechas.
corriente de Océano. Geríones tenía tres troncos con sus —Hazme el favor de quedarte aquí un poco má s, Hades creyó que esta condició n haría imposible el
respectivas cabezas, pero un solo par de extremidades. […] mientras le llevo estas tres manzanas a Euristeo. Con mis trabajo, pero la piel de leó n de Heracles era resistente a los
Cuando llegó a la isla de Geríones, Heracles fue atacado por enormes piernas, estaré de vuelta dentro de una hora. pinchazos de las pú as del lomo de Cerbero, así que
un perro bicéfalo y por un pastor de Geríones, a los que Heracles, que sabía que Atlas nunca entregaría las Heracles, con sus fuertes manos, apretó el pescuezo del
abatió de un mazazo. Finalmente, Geríones salió corriendo manzanas a Euristeo y que su idea era la de rescatar a los can, hasta que sus tres cabezas se oscurecieron. Cerbero
de su palacio, como si se tratase de una fila formada por demá s titanes para empezar una nueva rebelió n, simuló entonces se desmayó y Heracles pudo arrastrarlo con
tres hombres. La diosa Hera, entonces, intentó ayudar a que le creía. facilidad. Por desgracia, el ú nico tú nel de vuelta a la Tierra
Geríones deslumbrando con un espejo a Heracles, pero —Encantado —contestó —, pero antes sosténme un lo bastante ancho era uno que tenía la salida cerca de
éste esquivó el destello y mató a Geríones con una flecha, momento el peso, mientras doblo esta piel de leó n y me Mariandinia, junto al mar Negro, así que a Heracles le
que atravesó a la vez los tres troncos. Luego, disparó hago un cojín para la cabeza. esperaba un viaje largo y difícil. Antes de partir, Heracles
también contra Heray la hirió en un hombro. La diosa se Atlas dejó las manzanas en el suelo e hizo lo que le pedía cogió una rama de laurel blanco como trofeo y se la colocó
fue entonces volando a suplicar a Apolo y a Artemisa que le Heracles. É ste entonces recogió las manzanas y, antes de como si fuera una corona.
extrajeran la flecha y la curaran. […] irse, le dijo: Cuando Heracles apareció arrastrando a Cerbero con
Ahora, Heracles debía ser liberado pero, aconsejado por —Has intentado engañ arme —le comentó , riéndose—, una correa, Euristeo se dio un susto de muerte.
Hera, Euristeo le dijo: pero yo te he engañ ado a ti. ¡Adió s! —Gracias, noble Heracles —dijo—; ahora, quedas
—No has cumplido correctamente mi segundo trabajo, […] El ú ltimo y peor de los trabajos fue capturar al can liberado de tus trabajos. Pero, por favor, devuelve esa
porque pediste ayuda a Yolao, para matar la hidra. Y Cerbero y arrastrarlo a la superficie desde el Tá rtaro. (…) bestia enseguida.
tampoco hiciste bien el quinto trabajo, porque Augías te Heracles bajó con valentía hasta el Tá rtaro, pero Caronte Heracles volvió a Tebas, donde su madre Alcmena lo
pagó por limpiar su establo. […] Debes hacer dos má s, pero no quiso transportar a un mortal hasta la otra orilla de la recibió con alegría. […]
puedes dedicarles el tiempo que necesites. laguna Estigia.
—De acuerdo —dijo Heracles—. Y si vivo para —Destruiré tu barca —le amenazó Heracles— y te cubriré
cumplirlos, le sucederá lo peor a tu familia. de flechas como un erizo está cubierto de pú as.
Euristeo había planeado dos nuevos trabajos muy Caronte tembló de terror y lo llevó al otro lado. Más
peligrosos. El primero era conseguir las manzanas de oro tarde, Hades castigó a Caronte por su cobardía.
de las hespérides, ninfas que vivían en el Lejano Occidente. Heracles vio a Teseo y Pirítoo pegados al banco de
Estas manzanas eran el fruto de un á rbol que la Madre Hades, mientras las furias los azotaban. Tiró de Teseo con

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