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DISCALCULIA Tarea Terapia de Aprendizaje
DISCALCULIA Tarea Terapia de Aprendizaje
DISCALCULIA Tarea Terapia de Aprendizaje
Familia de Pablo
Datos de Pablo
Datos escolares:
En 2º de Educación Primaria sus compañeros de clase ya sabían resolver sumas y restas, mientras Pablo
no podía solucionar una suma con llevada ni una resta. Presentaba equivocaciones en el valor posicional
de los números, le ostaba la descomposición de las cifras, no diferenciaba unidades de decenas, tenía
poc agilidad en el cálculo mental y presentaba dificultades en interpretar y razonar enunciados de los
problemas.
Puntos fuertes
CI normal-alto
Comprensión verbal
Velocidad de procesamiento
Razonamiento perceptivo
Puntos débiles
Memoria operativa
Atención sostenida
Contar
Estimación de tamaños
Atención sostenida
Memoria operativa
Operaciones lógicas
Respuesta educativa
Consolidar la línea numérica a través de la identificación de la posición del número visualmente. Para
ello, se puede trazar una línea en la que se marcan las decenas y las unidades. Pablo deberá marcar el
lugar en el que se encuentra visualmente el número 17 (por ejemplo). Según adquiera esta habilidad, se
le irán quitando los apoyos visuales (quitando la marca de las unidades paulatinamente)
Presentación de actividades lúdicas en las que tenga que manejar el concepto de unidad y decena
Uso de material como el ábaco o cualquier otro material que permita una representación visual de los
números y de las operaciones
Adaptaciones escolares
Utilizar hojas con cuadrículas grandes para facilitar la ubicación espacial de los números
Evitar agobios y distracciones: reducir la cantidad de ejercicios en una misma hoja, marcar con
diferentes colores las sumas de las restas...
B. es una niña de 3 años y 7 meses de edad, que en el momento de acudir a consulta se encuentra
en el tercer trimestre de 1º de Educación Infantil. Cumple los años a finales de septiembre, por lo que es
una de las más pequeñas de su clase.
Acude a consulta por recomendación de su profesora que informa a los padres de la existencia de
grandes dificultades de articulación que hacen casi incomprensible para ella y los demás compañeros el
discurso de la niña. Ante este hecho, la profesora suele contestar a la niña como si la comprendiera. Los
niños, por el contrario le hacen repetir las cosas o le dicen que no le entienden, a lo que la niña
responde con conductas agresivas. Últimamente se niega a jugar con ellos y ha comenzado a quedarse
algo aislada.
Los padres no habían concedido demasiada importancia a su lenguaje por el momento, aunque
apenas la entienden. Comentan que su hija se esfuerza por hacerse entender en casa expresando las
cosas de diferentes formas, o preguntando si lo ha dicho bien. Creen que le preocupa mucho su
problema, aunque evita hablar del tema. Últimamente incluso se niega a salir con los amigos de los
padres y sus hijos, porque cree que se ríen de ella.
Aunque la profesora ha solicitado una evaluación por parte del equipo de orientación del centro, no
cree que por el momento vaya a ser posible, por lo que los padres deciden acudir a consulta externa.
La familia de B. está compuesta por el padre de 38 años, la madre de 36 y una hermana de 11 años.
Ambos padres son funcionarios, con un nivel cultural medio-alto. Por su horario de trabajo tienen una
empleada de hogar que atiende a las niñas a la hora de levantarse y durante la comida. No existen
problemas de lenguaje en la familia ni en la cuidadora.
Las relaciones afectivas entre los miembros de la familia son buenas y los padres evitan discrepar
delante de las niñas. El estilo educativo es adecuado, así como los horarios y hábitos familiares.
El embarazo de B fue buscado por los padres y deseado por la hermana. Nació a término, y aunque
el período de expulsión no fue largo, tuvieron que utilizar ventosa. Su peso y talla fueron normales, así
como su primera valoración en la clínica. La alimentación fue artificial desde el primer momento, porque
le ofrecieron biberones en la clínica y rehusó el pecho. En la actualidad toma biberón después de la
cena.
Su salud es buena, con la única incidencia de una otitis a los 2 años de edad. La madre afirma que a
los 3 meses ya tenía los primeros dientes.
Los datos de desarrollo psicomotor indican una evolución normal, aunque todavía no está definida
su preferencia manual. Tanto la profesora como sus padres observan que utiliza con facilidad ambas
manos para cualquier actividad que realice. Tiene adquirido el control de esfínteres diurno y nocturno y
muestra un nivel de autonomía adecuado para su edad, aunque la madre afirma que es una niña
cómoda. No presenta ningún tipo de alteración del sueño y su alimentación es variada.
Las últimas revisiones médicas por parte del dentista y el otorrino, indican que la implantación dentaria
es buena y su audición es normal.
En cuanto a la evolución del lenguaje, la madre afirma que el balbuceo fue normal y comenzó a
decir las primeras palabras (papá y mamá) al año. Hacia el año y medio comenzó con las frases de dos
palabras, y en la actualidad utiliza el lenguaje con bastante frecuencia y con frases extensas que sólo se
entienden en el contexto en que son emitidas. Su voz es normal y le gusta cantar, aunque comete los
mismos errores articulatorios.
Su escolarización ha comenzado este año, ya que hasta este momento ha permanecido en casa bajo
el cuidado de la empleada de hogar. Su rendimiento es bueno y realiza las tareas de clase con facilidad e
interés. Acude a clase con regularidad y parece haberse adaptado bien a la profesora y al ambiente del
colegio, aunque últimamente ha comenzado con los problemas ya referidos.
Es bastante activa y prefiere los juegos en los que haya actividad motriz fuerte, como correr o saltar.
Le gusta el campo y los fines de semana pasa bastante tiempo en una casa donde ayuda a recoger los
huevos de las gallinas, juega con los perros, etc... Normalmente es una niña alegre, aunque se irrita con
facilidad.
DIAGNÓSTICO
Dado que la exploración de los órganos fonatorios no aporta datos significativos, su grado de
desarrollo es normal en todas las áreas y su audición no presenta problemas, hay que pensar en una
dislalia. Teniendo en cuenta la edad de la niña, sólo podemos decir que es de carácter evolutivo.
El hecho de que no presente dificultades para la discriminación de sonidos y fonemas, así como las
características personales de la niña, nos hacen pensar que remitirá de forma espontánea a medida que
la niña madure. A pesar de ello, las repercusiones emocionales y comportamentales que presenta nos
empujan a comenzar su tratamiento.
4. INTERVENCIÓN.
- Mejorar la motricidad de los órganos articulatorios con el fin de lograr la coordinación necesaria para
adquirir nuevos fonemas.
- Conseguir una pronunciación correcta de los fonemas afectados por la dislalia y su integración en el
lenguaje espontáneo.
- Lograr que en las sesiones la niña prime el hecho de trabajar con interés sobre la perfecta articulación
de las palabras.
Para reducir la velocidad del habla y desarrollar la internalización y el seguimiento del ritmo:
- Enseñar a percibir las sílabas de las que se compone una palabra dada de forma que lleguen a
producirse sin omisiones.
- Favorecer la discriminación de los sonidos que componen cada palabra, comenzando por las
desconocidas para llegar a las conocidas que distorsiona.
- Corregir las sustituciones y omisiones de los fonemas ya adquiridos en las distintas posiciones de la
palabra en sílabas directas.
El tratamiento se llevó a cabo en dos sesiones semanales de 30 minutos, en las que habitualmente
estaba presente la madre o la hermana mayor de B. Dada la importancia de los factores emocionales y
comportamentales derivados de la dislalia y la falta de motivación de la niña, se decidió dar primacía a
estos aspectos en el inicio del tratamiento.