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01 Desarrollo Neurológico Del Niño de 0 A 6 Años
01 Desarrollo Neurológico Del Niño de 0 A 6 Años
01 Desarrollo Neurológico Del Niño de 0 A 6 Años
En todos los niños se dan unos períodos críticos, que son aquellos lapsos de
tiempo en los que se dan las máximas capacidades (sensoriales, motoras,
motivacionales y psicológicas) para realizar los aprendizajes. Se dice que se da
una receptividad ideal.
En los animales, estos lapsos de tiempo son muy cortos, pero en los humanos son
más largos y flexibles, por lo que podremos recuperar determinadas conductas
que no fueron adquiridas en su momento, aunque resulten difíciles de adquirir y
los aprendizajes más costosos. Por lo tanto el desarrollo temprano será
fundamental, pero no determinante para un adecuado desarrollo posterior.
Todos siguen un mismo patrón de desarrollo, pero cada uno tiene su propio ritmo.
Para realizar un estudio con detenimiento voy a utilizar la división realizada por
Piaget:
Durante el primer año de vida es cuando se dan los cambios más relevantes: se
establecen los primeros esquemas de relación con el mundo y se va madurando
notablemente en aspectos cognitivos, motrices, intelectuales y afectivos. Si todo
esto va adecuadamente, dará como resultado una personalidad sana e integrada.
Al nacer, el niño es un ser indefenso, pasivo y sin relación con el medio, en el que
dominan las funciones vegetativas (sueño, ingestión, eliminación...). Con el
tiempo, estas funciones dejarán paso a las reacciones espontáneas, y de ser un
sujeto pasivo y dependiente del adulto, pasará a ser activo, buscando su
independencia y autonomía.
Todos estos momentos coinciden en el tiempo con los primeros pasos y la emisión
de las primeras palabras.
Los sonidos guturales, gritos, gestos, balbuceos..., que da como respuesta a una
estimulación cuando el niño es muy pequeño, dará como resultado un desarrollo
neurosensorial que es el facilitador del nacimiento de las primeras palabras hacia
los 12 meses.
Los adultos que más relación tiene con los niños son la familia, desde el momento
del nacimiento y los educadores, cuando el niño es más mayor.
Por ello, entiendo que a estas edades es fundamental la relación del educador con
los padres, puesto que ambos comparten unas funciones (facilitadora,
estimuladora, orientadora,...) que deben complementar, compartir y potenciar.
* Estadio sensorio-motor
Entre los 12 y los 18 meses de vida. Es en este momento que el niño comienza a
tener noción de la permanencia de los objetos, antes de este momento, si el objeto
no está directamente estimulando sus sentidos, para él, el objeto "no existe".
Tras los 18 meses el cerebro del niño está ya potencialmente capacitado para
imaginar los efectos simples de las acciones que está realizando, está también
capacitado para efectuar secuencias de acciones tales como utilizar un objeto
para abrir una puerta. Comienzan, además, los primeros juegos simbólicos.
* Estadio preoperatorio
Tiene lugar aproximadamente entre los 2 y los 7 años de edad. Éste estadio se
caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior dando lugar
a acciones mentales que aún no son categorizadas como operaciones por su
vaguedad, inadecuación y/o falta de reversibilidad.
Para casi la mitad de los niños y niñas del mundo –en especial las niñas y los que
forman parte de las poblaciones marginadas– la educación en la primera infancia
no está garantizada, y ello a pesar de que esta etapa constituye el periodo más
importante de nuestra vida en materia de desarrollo, en el que se asientan los
cimientos cognitivos, emocionales y sociales sobre los que edificamos nuestro
futuro.
El desarrollo del cerebro de un niño o niña depende de los estímulos del entorno,
en especial de la calidad de la atención y la interacción que reciban. Un bebé que
es abrazado, arrullado, consolado y estimulado visualmente cuenta con una
ventaja fundamental. Los niños y niñas que reciben atención y buenos cuidados
tienen más facilidad para desarrollar habilidades cognitivas, lingüísticas,
emocionales y sociales, suelen crecer más sanos y tienen más autoestima. Cada
uno de estos aspectos es crucial para nuestro bienestar como adultos:
ciertamente, nuestras experiencias en la primera infancia dan forma al adulto en
que devenimos.
Además, las sociedades deben abordar la discriminación entre los géneros desde
el momento del nacimiento. Para cuando comienzan la educación preescolar, la
mayoría de los niños y niñas han adoptado papeles asignados en razón del
género y modelos de comportamiento socialmente aceptados que influyen
enormemente en su educación y en sus vidas.
Preparando a los niños y niñas para la escuela les dotamos de las herramientas
que necesitan para forjarse una vida satisfactoria, convertirse en ciudadanos de
provecho y ocupar su lugar en la comunidad mundial.
NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN INICIAL
Gracias a nuevas investigaciones científicas, sabemos que los bebés nacen con la
capacidad de entender mucho más de lo que antes creíamos. Hace algún tiempo,
era común pensar que los bebés no sentían dolor, o que era imposible para ellos
ver el mundo desde una perspectiva diferente a la propia. Pero nuevos estudios,
usando en su mayoría grabaciones de videos, han desafiado estas creencias.
Ejemplos en la práctica
o Los bebés nacen con una gran habilidad y motivación para aprender
o El cerebro de los niños se desarrolla muy rápido y las respuestas que ellos
reciben de los adultos a su cargo pueden promover activamente su desarrollo.
En ese sentido, es notorio observar que los procesos emociones son indisolubles
de los cognitivos, la importancia de la novedad para captar la atención, la
curiosidad estimulada y activa, los retos adecuados, comparar ejemplos
diferentes, suministrar preguntas abiertas, proponer problemas reales o utilizar
metáforas ayuda en el proceso de mejorar la memoria, así también puedo
mencionar que el sueño, una buena alimentación y el ejercicio físico son
indispensable para el desarrollo integral de los niños.
Asumir los compromisos y metas anteriores como docentes, con una motivación
permanente de superación personal y profesional es importante con la primera
infancia, tomemos como base en la Declaración Mundial de Educación Para
Todos que “el aprendizaje comienza con el nacimiento”, que estimular el juego, la
creatividad y que somos seres sociales es lo que realmente nos hizo humano.
Jugar es hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar
determinadas capacidades. El niño que juega es feliz y, cuando un niño es feliz
con toda seguridad aprenderá antes. El primer acto creativo del ser humano es
jugar y, jugar significa indagar, conocer, descubrir todo lo que se necesita
para hacerse adultos.
- Participar en los juegos de los niños desde que son pequeñitos es hacer que se
sientan muy queridos, por eso, si jugamos con ellos tendremos niños seguros
y con una autoestima alta.
- A través del juego los niños exteriorizan su personalidad, es decir, nos
muestran cómo son.
Los tiempos han cambiado y, es evidente, que nuestros hijos no se divierten con
los mismos juegos que nosotros lo hacíamos, actualmente se juega de otra
manera. Jugar es una necesidad del ser humano y, de un modo u otro, siempre
formará parte de nuestra vida, por eso, es necesario que vayan cambiando según
la edad de los niños ya que necesitan motivación y estímulos constantes para
aprender y, por supuesto, deben ser juegos que sean de su interés.
Para terminar os dejo esta frase de Fred Rogers: «El juego realmente es el trabajo
de la infancia»