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01 Desarrollo Neurológico Del Niño de 0 A 6 Años

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DESARROLLO NEUROLÓGICO DEL NIÑO DE 0 A 6 AÑOS

El desarrollo de estas capacidades se considera un proceso:

Dinámico: ya que se potencia en interacción con el entorno físico-natural y socio-


cultural.

Adaptativo: ya que da respuesta a las situaciones que el medio nos plantea a


través de aprendizajes.

Continuo: ya que se desarrolla a través de un proceso que va a durar toda la vida.

Integral: ya que hace referencia a todas las capacidades.

No es uniforme: ya que es un proceso individualizado dependiendo de la edad


cronológica del grupo de alumnos.

1.- PRINCIPALES FACTORES QUE INTERVIENEN EN SU DESARROLLO

Al hablar de desarrollo me refiero a la creciente capacidad de usar el propio


cuerpo debido a una secuencia ordenada de cambios en todos los órdenes (físico,
intelectual, social, afectivos...) que incluye cambios tanto cuantitativos como
cualitativos.

Las características básicas del desarrollo son:

 Patrón secuenciado de conductas en orden (gatear, de pie...)


 Va de capacidades más generales a otras más específicas.
 Es un proceso continuo ya que va desde el nacimiento hasta la muerte.
 El proceso no es uniforme para cada área, ni para cada rasgo dentro de
cada área.
 Se da una correlación entre el desarrollo físico y el mental.
 Aunque todos seguimos un mismo patrón cada uno tenemos nuestro propio
ritmo.
 Es un proceso discontinuo, está dividido en etapas, fases, períodos, aunque
con unos denominadores comunes ya que cada etapa tiene unos rasgos
dominantes que le son característicos y las etapas suelen ser estables,
homogéneas y sucesivas, en las que los nuevos aprendizajes descasan
sobre la base de los de la etapa anterior. En ellos se suelen dar los
“períodos críticos”. (En la etapa sensorio-motriz es el de la marcha).

2.- ETAPAS Y MOMENTOS MÁS SIGNIFICATIVOS

En todos los niños se dan unos períodos críticos, que son aquellos lapsos de
tiempo en los que se dan las máximas capacidades (sensoriales, motoras,
motivacionales y psicológicas) para realizar los aprendizajes. Se dice que se da
una receptividad ideal.
En los animales, estos lapsos de tiempo son muy cortos, pero en los humanos son
más largos y flexibles, por lo que podremos recuperar determinadas conductas
que no fueron adquiridas en su momento, aunque resulten difíciles de adquirir y
los aprendizajes más costosos. Por lo tanto el desarrollo temprano será
fundamental, pero no determinante para un adecuado desarrollo posterior.

Para llevar a cabo el conocimiento del niño de 0 - 6 años se establecen unas


etapas pero hay que tener claro que estas clasificaciones son siempre arbitrarias y
se deben aplicar rígidamente a los niños, pues, a pesar de que todos tienen unas
características en común, no hay 2 niños iguales.

Todos siguen un mismo patrón de desarrollo, pero cada uno tiene su propio ritmo.

La enseñanza ha de respetar estas diferencias, características o ritmos.

A la hora de hacer una subdivisión imaginaria en estadios, hay que tener en


cuenta que el orden de sucesión en las adquisiciones de conductas puede
acelerarse o retardarse, ya que las estructuras construidas en cada estadio son
parte integrante del estadio siguiente. Debemos partir de ellas para realizar los
aprendizajes significativos.

Para realizar un estudio con detenimiento voy a utilizar la división realizada por
Piaget:

 0 - 2 años: periodo sensorio motor.


 2 - 6 años: periodo pre operacional. Dividido en dos sub - etapas:
 2 - 4 años: periodo pre conceptual
 4 - 6 años: periodo intuitivo

3.- EL DESARROLLO INFANTIL EN EL PRIMER AÑO DE VIDA.

Durante el primer año de vida es cuando se dan los cambios más relevantes: se
establecen los primeros esquemas de relación con el mundo y se va madurando
notablemente en aspectos cognitivos, motrices, intelectuales y afectivos. Si todo
esto va adecuadamente, dará como resultado una personalidad sana e integrada.

Al nacer, el niño es un ser indefenso, pasivo y sin relación con el medio, en el que
dominan las funciones vegetativas (sueño, ingestión, eliminación...). Con el
tiempo, estas funciones dejarán paso a las reacciones espontáneas, y de ser un
sujeto pasivo y dependiente del adulto, pasará a ser activo, buscando su
independencia y autonomía.

Todos estos momentos coinciden en el tiempo con los primeros pasos y la emisión
de las primeras palabras.

4.- DESARROLLO SENSORIO - PERCEPTIVO.


El niño, durante el primer año, se relaciona con el medio a través de los sentidos
(actividad sensorial), y al mismo tiempo actúa sobre las cosas de su entorno
(actividad motriz). La conducta motriz es también cognitiva.

El niño es el centro de su universo, viviendo en un mundo adualista y, poco a


poco, irá percibiendo a los otros, disminuyendo su gran egocentrismo.

5.- DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE.

Hasta los 10 - 12 meses no empieza a pronunciar las primeras palabras, aunque


su génesis sea mucho anterior.

Los sonidos guturales, gritos, gestos, balbuceos..., que da como respuesta a una
estimulación cuando el niño es muy pequeño, dará como resultado un desarrollo
neurosensorial que es el facilitador del nacimiento de las primeras palabras hacia
los 12 meses.

6.- EL PAPEL DE LOS ADULTOS.

Los adultos que más relación tiene con los niños son la familia, desde el momento
del nacimiento y los educadores, cuando el niño es más mayor.

El ámbito familiar resulta de vital importancia en la progresiva conformación de la


personalidad infantil.

La familia, además de brindarle alimento y cuidados físicos, otorga al niño la


satisfacción de otra necesidad básica a estas edades: afecto y seguridad. La
satisfacción de estas necesidades van a determinar e adecuado desarrollo de la
confianza del niño en sí mismo y de su progresiva conformación de la autoestima.

Igualmente, el educador de infantil va a tener una gran tarea al llevar a cabo su


labor de manera complementaria a la realizada por la familia. Una de sus labores
fundamentales radica en la creación de un ambiente afectivo y seguro en el aula
que fomente el crecimiento del “sí mismo” y autoestima infantil.

Por ello, entiendo que a estas edades es fundamental la relación del educador con
los padres, puesto que ambos comparten unas funciones (facilitadora,
estimuladora, orientadora,...) que deben complementar, compartir y potenciar.

APORTES PSICOLOGÍA INFANTIL EN LOS PROCESOS DE APRENDIZAJES

* Estadio sensorio-motor

Desde el nacimiento hasta aproximadamente un año y medio a dos años. En tal


estadio el niño usa sus sentidos y las habilidades motrices para conocer aquello
que le circunda, confiándose en sus reflejos y en sus capacidades sensoriales y
motrices. Así, se prepara para luego poder pensar con imágenes y conceptos.
 Reacciones circulares primarias

Suceden en los dos primeros meses de vida extrauterina. En ese momento el


humano desarrolla reacciones circulares primarias, esto es: reitera acciones
casuales que le han provocado placer. Un ejemplo típico es la succión de su
propio dedo, reacción sustitutiva de la succión del pezón, -el reflejo de succión del
propio dedo ya existía en la vida intrauterina-. 

 Reacciones circulares secundarias

Entre el cuarto mes y el año de vida, el infante orienta su comportamiento hacia el


ambiente externo buscando aprender ó mover objetos y observa los resultados de
sus acciones para reproducir tal sonido y obtener nuevamente la gratificación que
le provoca. 

 Reacciones circulares terciarias

Entre los 12 y los 18 meses de vida. Es en este momento que el niño comienza a
tener noción de la permanencia de los objetos, antes de este momento, si el objeto
no está directamente estimulando sus sentidos, para él, el objeto "no existe".

Tras los 18 meses el cerebro del niño está ya potencialmente capacitado para
imaginar los efectos simples de las acciones que está realizando, está también
capacitado para efectuar secuencias de acciones tales como utilizar un objeto
para abrir una puerta. Comienzan, además, los primeros juegos simbólicos. 

* Estadio preoperatorio

Tiene lugar aproximadamente entre los 2 y los 7 años de edad. Éste estadio se
caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior dando lugar
a acciones mentales que aún no son categorizadas como operaciones por su
vaguedad, inadecuación y/o falta de reversibilidad.

Son procesos característicos de esta etapa: el juego simbólico, la intuición, el


animismo, el egocentrismo, la yuxtaposición y la reversibilidad (inhabilidad para la
conservación de propiedades). 

* Estadio de las operaciones concretas

De 7 a 11 años de edad. Cuando se habla aquí de operaciones se hace referencia


a las operaciones lógicas usadas para la resolución de problemas. El niño en esta
fase o estadio ya no sólo usa el símbolo, es capaz de usar los símbolos de un
modo lógico y, a través de la capacidad de conservar, llegar a generalizaciones
atinadas.

Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de comprender


que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe su forma mediante cantidades
numéricas: longitudes y volúmenes líquidos.
Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los
materiales. Por ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para hacer
varias bolillas el niño ya es consciente de que reuniendo todas las bolillas la
cantidad de arcilla será prácticamente la bola original. A la capacidad recién
mencionada se le llama reversibilidad.

Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de


conservación: la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a
cuadrados de papel se puede dar cuenta que reúnen la misma superficie aunque
estén esos cuadrados amontonados o aunque estén dispersos.

* Estadio de las operaciones formales

Desde los 12 años en adelante.

El sujeto que se encuentra en el estadio de las operaciones concretas tiene


dificultad en aplicar sus capacidades a situaciones abstractas. Es desde los 12
años en adelante cuando el cerebro humano está potencialmente capacitado
(desde la expresión de los genes), para formular pensamientos realmente
abstractos, o un pensamiento de tipo hipotético deductivo.

DIFERENCIA ENTRE LA PRIMERA INFANCIA Y LA EDUCACIÓN


PREPRIMARIA

 La educación inicial es ese punto cero y, por dirigirse a la primera infancia,


tiene una identidad propia, unos propósitos y unas propuestas específicas,
relacionadas con las características de esos niños. En ese sentido, cabría
revisar el nombre mismo de educación “preescolar”, que parece sugerir una
especie de antesala: una “preparación” para antes de la escuela, como si
bastara con añadir un prefijo a las disciplinas escolares –prelectura,
preescritura, prematemáticas– y hacer lo mismo de la básica primaria, pero
“encogido” a una talla menor.

La primera infancia se refiere a la etapa de la vida de las personas, que va


desde el momento que se nace hasta los 5 años. Es en esta etapa que los
niños empiezan a explorar y conocer el mundo y los padres de familia
debiéramos estar preparados para brindarles la estimulación adecuada, es
decir, brindarles un buen comienzo en el recorrido de la vida, que
seguramente se traducirá en niños que crecen sanos, que desarrollarán sus
capacidades cognitivas (verbales, memoria, atención, percepción e
inteligencia) y contarán con las herramientas necesarias para desenvolverse
en el sistema de educación escolar y en su vida productiva.

 La educación infantil o educación preescolar es el nombre que recibe el


ciclo formativo previo a la educación primaria obligatoria establecida en
muchas partes del mundo hispanoamericano. En algunos lugares, es parte del
sistema formal de educación y en otros es un centro de cuidado o jardín de
infancia y cubre la edad de 0 a 6 años.

El término «preescolar» está en desuso actualmente, ya que no es una


educación que prepara para la etapa escolar, sino que es un nivel educativo
con características propias, enseñanzas que preparan al niño para la vida, y
no un preparatorio para escuela primaria. Por ello es que muchas instituciones
deciden denominarla como educación inicial.

En Guatemala la educación preprimaria se da en las edades de 4 a 6 años 11


meses. Según las estadísticas más recientes del Ministerio de Educación –
MINEDUC-, 47 de cada 100 niños están matriculados en el nivel preprimario,
siendo un reto importante cerrar esa brecha de niños que no reciben este nivel
de educación. Según el Currículo Nacional Base – CNB- la educación
preprimaria “se fundamenta en las leyes que en materia educativa existen en
el país, constituye un compromiso y un derecho para la infancia y se
caracteriza por ser “abierta e integral”. Abierta, porque mantiene un
intercambio permanente con la comunidad en la que se inserta y con la familia
en particular, realizando con ambas una tarea compartida. Integral porque la
niña y el niño son considerados en todos los aspectos de su personalidad,
propicia un entorno social afectivo, condiciones de saneamiento básico,
alimentación y nutrición adecuadas a la edad de los niños y las niñas,
prestación de servicios preventivos y remediales de salud integral.” Es decir
que más de la mitad de los niños guatemaltecos en edad de educación
preprimaria están limitados a esa educación abierta e integral, sin incluir a los
niños que probablemente desertan durante el ciclo escolar.

RELACIÓN DE LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO EN LA PRIMERA


INFANCIA

Imaginemos la primera infancia sin aprendizaje. Imaginemos la escuela como un


lujo, no una prioridad.

Para casi la mitad de los niños y niñas del mundo –en especial las niñas y los que
forman parte de las poblaciones marginadas– la educación en la primera infancia
no está garantizada, y ello a pesar de que esta etapa constituye el periodo más
importante de nuestra vida en materia de desarrollo, en el que se asientan los
cimientos cognitivos, emocionales y sociales sobre los que edificamos nuestro
futuro.

El desarrollo del cerebro de un niño o niña depende de los estímulos del entorno,
en especial de la calidad de la atención y la interacción que reciban. Un bebé que
es abrazado, arrullado, consolado y estimulado visualmente cuenta con una
ventaja fundamental. Los niños y niñas que reciben atención y buenos cuidados
tienen más facilidad para desarrollar habilidades cognitivas, lingüísticas,
emocionales y sociales, suelen crecer más sanos y tienen más autoestima. Cada
uno de estos aspectos es crucial para nuestro bienestar como adultos:
ciertamente, nuestras experiencias en la primera infancia dan forma al adulto en
que devenimos.

Estudios realizados en los países en desarrollo, de hecho, vinculan los programas


de desarrollo de la primera infancia con unos índices más elevados de
matriculación en la escuela primaria y un mayor rendimiento académico, que más
tarde incidirán en las oportunidades de empleo.

Cuando los niños y niñas comienzan la escuela tarde y carecen de los


instrumentos necesarios para el aprendizaje, su evolución educativa se resiente y
son más proclives a abandonar la escuela, contribuyendo así al ciclo
intergeneracional de la pobreza. Es fundamental preparar adecuadamente a los
niños y niñas para la escuela primaria, que comiencen la escuela en su debido
momento y que reciban una educación completa y de gran calidad.

Además, las sociedades deben abordar la discriminación entre los géneros desde
el momento del nacimiento. Para cuando comienzan la educación preescolar, la
mayoría de los niños y niñas han adoptado papeles asignados en razón del
género y modelos de comportamiento socialmente aceptados que influyen
enormemente en su educación y en sus vidas.

Preparando a los niños y niñas para la escuela les dotamos de las herramientas
que necesitan para  forjarse una vida satisfactoria, convertirse en ciudadanos de
provecho y ocupar su lugar en la comunidad mundial.

NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN INICIAL

Estudios sobre el desarrollo del cerebro y los neurosistemas de los niños


pequeños que han tenido implicancias para la práctica de la educación inicial.

Gracias a nuevas investigaciones científicas, sabemos que los bebés nacen con la
capacidad de entender mucho más de lo que antes creíamos.  Hace algún tiempo,
era común pensar que los bebés no sentían dolor, o que era imposible para ellos
ver el mundo desde una perspectiva diferente a la propia.  Pero nuevos estudios,
usando en su mayoría grabaciones de videos, han desafiado estas creencias.

Basándose en los estudios de Vygotsky y Piaget, estudios recientes sugieren que


los bebés tienen una capacidad innata para aprender desde el momento que
nacen. El proceso llamado “habituación”, es decir,  responder cada vez con menos
intensidad a un mismo estímulo, confirma la importancia de entregar a los bebés
estímulos novedosos en los ambientes donde habitan. Cuando existe un ambiente
aburrido o monótono, el cerebro se acostumbra prontamente y se “aburre”.

De todas maneras, a pesar de la gran cantidad de experimentos que se han


llevado a cabo con bebés para poder entender su comportamiento,  resulta muy
difícil comprender cómo efectivamente ellos aprenden.  Sin embargo hay tres
ideas que se aceptan en general:

1. Los bebés pueden traducir información e interpretar sus experiencias,


prediciendo nuevos eventos.

2. Los bebés aprenden cuando usan sus experiencias para modificar la


representación inicial de un cierto fenómeno,  construyendo otras
representaciones más complejas y abstractas.

3. Las personas que cuidan al bebé pueden, inconscientemente o no, promover e


influenciar en estas representaciones.

Ejemplos en la práctica

Algunas aplicaciones para la práctica de la educación inicial obtenidas de estudios


en neurociencias son:

o El aprendizaje comienza en el útero antes de que el bebé nazca

o Los bebés nacen con una gran habilidad y motivación para aprender

o El cerebro de los niños se desarrolla muy rápido y las respuestas que ellos
reciben de los adultos a su cargo pueden promover activamente  su desarrollo.

o Desde el nacimiento el cerebro de los bebés está listo para establecer


conexiones neuronales. Aquellas más importantes se establecen durante los
primeros tres años de vida.

o El desarrollo ocurre cuando el niño pequeño está activamente involucrado en


su ambiente, aprendiendo a través de la exploración e interacción con otros.

LA NEUROCIENCIA Y LA EDUCACIÓN PREESCOLAR

En la etapa Preescolar a actividad rectora es el juego y comprende de los 3 a los 6


años, con características muy particulares como el control de músculos, el
equilibrio y la respiración, finaliza la formación de piezas dentales denominadas de
leche, adquiere destrezas motrices como: correr, saltar, lanzar. El juego es el
medio para obtener aprendizajes, a través de él expresa sus sentimientos y
preocupaciones, se convierte en una persona importante, le sirve para liberarse de
las sensaciones de ser el más débil de la familia, en el juego reproduce la vida
laboral y las relaciones sociales asumiendo el papel de adulto, entiende que hay
deberes que cumplir y que se adquieren una serie de derechos.

En esta etapa Piaget advierte que se debe respetar el desarrollo Genético


Operacional del niño, como por ejemplo el de sus producciones gráficas con
objetos y personas que inician con garabatos, prosiguen con trazos y siguen con
dibujos; es bajo esas condiciones que el docente tiene que aceptar al niño como
sujeto activo que construye su aprendizaje en permanente interacción con el
medio.

En ese sentido, es notorio observar que los procesos emociones son indisolubles
de los cognitivos, la importancia de la novedad para captar la atención, la
curiosidad estimulada y activa, los retos adecuados, comparar ejemplos
diferentes, suministrar preguntas abiertas, proponer problemas reales o utilizar
metáforas ayuda en el proceso de mejorar la memoria, así también puedo
mencionar que el sueño, una buena alimentación y el ejercicio físico son
indispensable para el desarrollo integral de los niños.

Además el ejercicio físico, en el hipocampo, genera neurotransmisores


importantes para la atención y el aprendizaje como la dopamina o la noradrenalina
y reduce el estrés. Unos minutos de actividad aeróbica moderada previa a unas
pruebas de comprensión lectora, de ortografía y de aritmética mejoran los
resultados de los alumnos.

Asumir los compromisos y metas anteriores como docentes, con una motivación
permanente de superación personal y profesional es importante con la primera
infancia, tomemos como base en la Declaración Mundial de Educación Para
Todos que “el aprendizaje comienza con el nacimiento”, que estimular el juego, la
creatividad y que somos seres sociales es lo que realmente nos hizo humano.

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO PARA EL APRENDIZAJE DEL NIÑO

Jugar es hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar
determinadas capacidades. El niño que juega es feliz y, cuando un niño es feliz
con toda seguridad aprenderá antes. El primer acto creativo del ser humano es
jugar y, jugar significa indagar, conocer, descubrir todo lo que se necesita
para hacerse adultos. 

Comenzamos a jugar cuando somos bebés y, lo hacemos espontáneamente,


porque es una necesidad que tenemos desde niños para poder comprender todo
lo que sucede a nuestro alrededor. Los niños se sienten atraídos por el juego y,
está en las manos de los adultos saber  aprovechar esta situación para que
aprendan sin esfuerzo de manera natural y pasando un buen rato.

Los beneficios del juego son indiscutibles:

- Participar en los juegos de los niños desde que son pequeñitos es hacer que se
sientan  muy queridos, por eso, si jugamos con ellos tendremos niños seguros
y con una autoestima alta.
- A través del juego los niños exteriorizan su personalidad, es decir, nos
muestran cómo son.

- Cuando saltan o corren están desarrollando sus capacidades motoras.

- Si juegan en grupo adquieren habilidades sociales, aprenden a cooperar y a


saber respetar a los otros y, por si fuera poco, a través de los juegos perfeccionan
el lenguaje y aumentan su desarrollo intelectual.

- También aprenden a memorizar y, lo que es más importante, a razonar pues se


crean situaciones en las que los niños tendrán que buscar soluciones.

Está claro que el juego da muchas posibilidades educativas y, aunque el niño


no juega para aprender, acabará por aprender jugando porque, sin duda, los
juegos son aprendizaje y nuevas experiencias.

Los tiempos han cambiado y, es evidente, que nuestros hijos no se divierten con
los mismos juegos que nosotros lo hacíamos, actualmente se juega de otra
manera. Jugar es una necesidad del ser humano y, de un modo u otro, siempre
formará parte de nuestra vida, por eso, es necesario que vayan cambiando  según
la edad de los niños ya que necesitan motivación y estímulos constantes para
aprender y, por supuesto, deben ser juegos que sean de su interés. 

 Así mientras juegan y se divierten van adquiriendo una serie de conocimientos


y capacidades sin tener que esforzarse porque de eso se trata. Para los niños
el juego es una parte fundamental en su aprendizaje.

Para terminar os dejo esta frase de Fred Rogers: «El juego realmente es el trabajo
de la infancia»

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