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15 Juegos y Sus Historias - Mikhail Botvinnik (JLMB)

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Mikhail Botvinnik

15 juegos y
sus historias
Edición Digital Algebraica por:
Prof. José Luis Matamoros B.
Mikhail Botvinnik

15 juegos y
sus historias
Traducido por
JIM MARFIA

1982
CHESS ENTERPRIESE, INC.
CARAOPOLIS, PENNSILVANIA

Edición Digital Algebraica por:


Prof. José Luis Matamoros B.

Mayo, 2020.
© Copyright 1982 by Chess Enterprises, Inc.

ISBN 0-9 31462-1 5-0

Editor: B. G. Dudley
Prefacio

Los libros de ajedrez entretenidos son tan necesarios como


los teóricos. Y aunque nunca he escrito un libro de la categoría
anterior, el presente trabajo es en realidad un cruce entre lo en-
tretenido y lo analítico.
Aquí el lector encontrará, junto con mis notas de estos quin-
ce juegos, algo que generalmente se esconde detrás del texto
seco de las puntuaciones del juego. Se familiarizarán con lo que
pasan los jugadores, junto con la divertida (y ocasionalmente
tristes) historias que acompañaban a estos juegos. Pushkin dijo
una vez: «Esta historia es ficción, pero con una moraleja / Una
lección para que los niños buenos la escuchen.»
Estos juegos y sus historias pueden enseñar al lector algo de
la ética, de ajedrez, y también de psicología, mientras están eva-
luando la calidad de los juegos y sus notas.
Así, el autor espera la sentencia de los lectores: ¡seamos es-
trictos, pero justos!
Y, en conclusión, mi sincero agradecimiento al antiguo
Campeón Mundial por Correspondencia Yakov Estrin, por su
ayuda en la preparación de este libro.

El autor

20 de noviembre de 1979
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 1
Simultánea
Encuentro con el Campeón del Mundo
Leningrado, noviembre de 1925

Blancas: J. R. Capablanca
Negras: M. Botvinnik
Gambito de la Dama Rechazado

En julio de 1925, empaté en un torneo de mientras que la propia sala de exposiciones es-
clasificación compuesto por los mejores juga- taba tan llena como una casa de baños, desbor-
dores de primera categoría, con lo que obtuve dante de gente. Incluso llegar a mi silla resultó
el derecho a jugar en el llamado “Torneo de las ser una tarea difícil. Pero los dos jugadores de
Ciudades”, que a su vez me daría la oportuni- segunda categoría que ya estaban compartien-
dad de ganar el título de Maestro. Naturalmente, do mi silla “gentilmente”’ me aceptaron en su
estaba muy impaciente por que comenzara este compañía. Probablemente, Capablanca no vio
torneo; pero no, dijo mi padre: “Este será un año con quién jugaba durante un tiempo, ya que mi
duro para ti en la escuela – hay mucho tiempo brazo seguía saliendo de la multitud en alguna
para torneos el resto de tu vida”. Ahora recuerdo parte y hacía los movimientos. Mis compañeros
con gratitud la decisión de mi padre, pues mi me bombardearon con consejos, pero incluso a
sistema nervioso en aquellos días no habría sido los 14 años de edad, ya tenía opiniones firmes -
lo suficientemente fuerte como para soportar yo jugaba mis propios movimientos.
experiencias tan difíciles. Es raro que los juga- El Campeón del Mundo estaba seguro de sí
dores jóvenes sigan estos consejos. Sin embar- mismo y era bastante guapo. Tras el intercambio
go, mi fuerza de juego ya era tan conocida que, de saludos, comenzó la simultánea...
cuando Capablanca, el Campeón del Mundo,
aprovechó un día libre del Torneo Internacional 1.d4 d5
de Moscú de 1925 para venir a Leningrado a dar 2.c4 e6
una exhibición, una simultánea sobre treinta ta- 3.¤c3 ¤f6
bleros, Jakov Rochlin, el organizador, me asegu- 4.¥g5 ¤bd7
ró uno de los tableros. 5.e3 ¥b4
Cabe mencionar aquí que mi madre se La elección de la apertura no debería ser
opuso a mi participación en el ajedrez. “¿Qué una sorpresa. En aquel momento, todas las
quieres?,” solía preguntarme, “¿convertirte en aperturas actuales -las indias, las Nimzos, las
Capablanca o algo así?” Pero, cuando descubrió Grünfeld- apenas habían aparecido. Decidí que,
que realmente iba a jugar con Capablanca, me en lugar de jugar a la llamada Defensa Ortodoxa
compró un abrigo marrón nuevo, en honor a la (5...¥e7), jugaría a una línea menos conocida,
ocasión. que dos años después adquiriría el nombre de
Y así, el 20 de noviembre de 1925 me encon- “Variante Westfalia”.
tré en la Sala Filarmónica de Leningrado; la sala 6.cxd5 exd5
más pequeña ya estaba repleta de espectadores, 7.£b3 ...

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
No es el plan más fuerte. El desarrollo sim- Capablanca intenta mantener la columna c
ple 7.¥d3, para ser exactos - es conocido por ga- cerrada; y debe perder material.
rantizar una ventaja para las blancas; pero Capa- 13. ... ¥xc3
blanca nunca fue fuerte en teoría, simplemente 14.£xc3 ...
no lo necesitaba. Las blancas deben renunciar al peón a, ya
7... c5 que 14.bxc3 ¤e4, se vería muy mal para él.
8.dxc5 ... 14... £xa2
Otra inexactitud, que pierde un tiempo, y 15.¥d3 bxc6
también pierde el control de la casilla c5, sin una Y así, el negro gana un peón. Sin embargo,
buena razón. su dama corre tanto peligro como la blanca.
8. ... £a5 16.¢c2 c5
9.¥xf6 ... 17.¤xe6 ...
Desviando al caballo de c5; las blancas No 17.¦a1, por supuesto, en vista de 17. ...
también se libran de la amenaza de ...¤e4. cxd4. Pero ahora 18.¦a1 es una amenaza desa-
9. ... ¤xf6 gradable.
10.O-O-O ... 17... £a4+!
Capablanca sólo podría haberse permitido a Las negras tuvieron que preverlo en la juga-
sí mismo hacer tal movimiento en una simultá- da 14. Ahora fuerzan un prosaico final de peo-
nea, 10.a3 le habría asegurado un juego parejo. nes.
Ahora su rey estará en peligro. 18.b3 £a2+
10... O-O 19.£b2 £xb2+
11.¤f3 ... 20.¢xb2 fxe6
Ciertamente 11.¤xd5 ¤xd5 12.£xd5 ¥e6; 21.f3 ...
dejaría al blanco mala posición.
11... ¥e6
12.¤d4 ¦ac8
13.c6 ...

De lo contrario, 21...¤g4. El siguiente mo-


vimiento del negro asegura tanto la ubicación
de la torre f8 a la columna b como el avance del
peón c, mientras que al mismo tiempo defiende

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
el peón a. que dijo: “Jugó tan recto como una regla». Más
21. ... ¦c7! tarde, Rochlin incluso recordó que Capablanca
Hice este movimiento sobre las protestas dijo: “¡Dale ese muchacho a Cuba y él será Cam-
energéticas de mis amigos. peón del Mundo!”
22.¦a1 c4 No creo nada de eso. Capablanca barrió las
23.bxc4 dxc4 piezas del tablero como un gesto de resignación,
24.¥c2 ¦b8+ y su expresión era de todo menos agradable.
25.¢c1 ... Diez años después, Capa y yo nos hicimos ami-
No 25.¢c3, por supuesto, en vista de 25. ... gos.
¤d5+, seguido de 26. … ¦b2.
25... ¤d5
26.¦e1 c3
No hay una defensa satisfactoria contra la
acción coordinada del peón pasado avanzado, el
par de torres y el caballo negro. Su mayor ame-
naza es doblar las torres en la segunda fila. Así
que el blanco diseña una contra-amenaza: ¦al-
a3xc3, para prevenir … ¦b2.
27.¦a3 ¤b4
Ahora la amenaza es 28. ... ¤xc2 29.¢xc2
¦b2+.
28.¦e2 ¦d8
Si la torre no puede ir a b2, entonces tal vez
puede ir a d2. El blanco está igual que antes: si
29.¥b3 entonces 29. ... c2! 30.¥xc2 ¦dc8.
29.e4 ¦c6
El juego ha terminado; ahora que se elimina
la amenaza de ¦xc3, la torre negra puede avan-
zar sin obstáculos a la segunda fila, y el blanco
debe perder su alfil.
30.¦e3 ¦d2
31.¦exc3 ¦xc2+
32.¦xc2 ¦xc2+
0-1
Un juego que ninguno de los dos debía ha-
berse sentido avergonzado; Capablanca, que es-
taba, después de todo, jugando treinta tableros
simultáneamente; o yo mismo, que solo había
aprendido el juego dos años antes.
Surgió una leyenda sobre este juego, que
después el gran cubano habló muy bien de mi
juego. Rochlin, un testigo presencial, afirmó

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 2
Torneo Match a doble vuelta, seis jugadores.
La Broma
Leningrado, julio de 1927

Blancas: M. Botvinnik
Negras: J. Rochlin
Contragambito Blumenfeld

En el verano de 1927, el club de ajedrez del 6.a4 ...


Palacio de los Pioneros (o Casa del Sindicato) 6.£c2 es bueno aquí también.
organizó un torneo de ajedrez a doble vuelta, 6... £a5+
compuesto por seis jugadores muy conocidos: P. Probablemente la respuesta más débil para
Romanovsky, S. Gotthilf, A. Model, J. Rochlin, las negras aquí. Sin embargo, a los dieciséis años,
V. Ragozin y yo. no tenía más conocimientos de teoría de apertu-
Fue un evento de gran importancia para mí, ra que el hombre de la calle. Así que aquí estaba
ya que el V Campeonato de la URSS estaba pro- mi oponente, tratando de sacarme del camino
gramado para el otoño, y un resultado exitoso trillado.
en este torneo pondría mi nombre en la lista de 7.¥d2 b4
posibles participantes en el Campeonato. 8.e4! ...
He jugado este torneo con gran energía, Hay que aprovechar la ausencia de la dama
perdiendo sólo uno de mis partidos (contra Petr negra en d8 (en caso de 8...¤xe4 9.£e2 f5
A. Romanovsky), y ganando todos los demás. 10.¤g5 ¥a6 11.£e3, le daría al blanco un ata-
Me sentí muy bien: me quedé en una dacha en que peligroso) para ocupar los cuadros centra-
Sister Creek, pasé todo el día en la playa, tomaba les.
el tren dos veces por semana a Leningrado - en
resumen, tenía una salud física excelente y mi
cabeza estaba clara como una campana.

1.d4 ¤f6
2.c4 e6
3.¤f3 ...
En aquellos días, solía evitar la Defensa
Nimzoindia (3.¤c3 ¥b4), considerando el tex-
to como una forma segura para que las blancas
obtuvieran una pequeña, pero duradera ventaja.
3... c5
4.d5 exd5
El sistema Blumenfeld, 4...b5, conduce a un
juego más agudo.
5.cxd5 b5 8. ... ¥e7

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
El negro pierde el rumbo. Pero después de ganando la dama.
8...d6 9.¤a3 £d8 10.¥b5+ ¥d7 11.¤c4, las 15... ¥xb5
blancas tienen una clara ventaja, mientras que 16.axb5 ...
las 11. ... ¤xe4 12.£e2 f5 (o 12...£e7 13.O- Ahora el flanco de dama de las negras está
O) 13.¤g5 todavía da a las blancas un ataque cerrado.
poderoso. 16. ... £b6
9.d6 ¥d8 17.O-O a5
10.e5 ¤d5 Con este movimiento las negras fortalecen
la posición de su caballo en b4 - pero ¿qué va
hacer con el caballo en b8?
18.¦ac1 £a7
El peón c debe ser defendido.
19.£c4 ¥b6

Las negras ya no saben qué hacer y no en-


cuentran un buen plan.
11.¥g5 ...
Este movimiento sutil obliga a las negras
a entregar un peón. 11...¥xg5 es malo, a cau-
sa de 12.£xd5, como lo es 11...¥b7, a causa de 20.¥g5 ...
12.¥c4; y si 11...¤b6 seguiría 12.¥xd8 ¢xd8 El alfil vuelve a ocupar esta plaza, esta vez
13.¤g5. con amenazas decisivas.
11. ... b3+ 20. ... £b7
12.¥d2 ¤b4 21.¦fd1 ...
13.£xb3 ... El blanco previene 21...£d5.
Ahora las blancas tienen ventajas tanto po- 21. ... ¦e8
sicionales como materiales. 22.¥e7 ...
13. ... O-O El negro está en serios problemas: se ame-
14.¤a3 ¥a6 naza 23.¤g5.
El negro detiene la amenaza 15.¤c4, ya que 22. ... h6
ahora puede tomar el caballo. 23.¤h4 ...
15.¥b5! ... Ahora no hay defensa contra 24.¤g5. Los
Amenazando con 16.¤c4 de nuevo, esta vez movimientos finales fueron:

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
23... ¤8c6 vimientos de la partida. Al principio, Rochlin se
24.bxc6 ¤xc6 negó categóricamente, calificándolo de “juego
25.£e4 ... totalmente poco interesante”. Pero cuando Il-
Previniendo 25...¤d4. yin-Genevsky insistió, Rochlin decidió jugarle
25. ... £a6 una pequeña broma a su amigo. Procedió a dic-
26.¤f5 ¤d4 tar el siguiente “juego”, que a su debido tiempo
27.¦xd4 ... apareció en la sección de ajedrez del periódico el
Este caballo debe ser eliminado, para que las 4 de septiembre de 1927, junto con los comenta-
blancas puedan tener el control de g7. rios del pobre Ilyin-Genevsky.
27. ... cxd4 ¿Qué tipo de juego dictó Rochlin y qué tipo
28.¤xh6+ de comentario apareció con él?
1-0
Las negras rindieron. Blancas: M. Botvinnik
Negras: J. Rochlin

1.d4 ¤f6
2.c4 e6
3.¤f3 c5
Esta línea les da a las blancas un poco más
de juego.
4.d5 exd5
5.cxd5 b5
Un movimiento audaz, en el espíritu de la
defensa de Blumenfeld. El simple 5...d6, seguido
por ... ¥e7 y ... O-O, es a la vez más tranquilo y
mejor.
6.a4! £a5+
La dama está mal ubicada aquí. 6...¥b7! es
Después de 28. ... gxh6 29.¥f6, o 28...¢h8 mejor.
29.¤xf7+ ¢g8 30.¤g5, conduce al mate. 7. ¥d2 b4
Bueno, se pregunta al lector desconcertado, 8.e4! ...
¿qué tiene de interesante este juego? El blanco La apertura de Botvinnik es enérgica y po-
jugó bien, por supuesto, pero el negro ...? derosa.
Bueno, este juego tiene una pequeña histo- 8. ... ¥e7
ria relacionada con él. 8...¤xe4 sería, por supuesto, rebatido con
A. Ilyin-Genevsky, quien dirigía la sección 9.£e2 f5 10.¤g5 ¥a6 11.£e3, con un ataque
de ajedrez de “Pravda” en esos días, escuchó poderoso.
acerca de mi aplastante victoria sobre nada me- 9.d6 ¥d8
nos que el propio Rochlin (en ese momento uno El peón no pudo ser tomado, debido al te-
de los jugadores más experimentados en Lenin- nedor.
grado), y llamó a Jakov Rochlin, que era amigo 10.e5 ¤d5
suyo, por teléfono, le pidió que dictara los mo- 11.¤a3 ¥a6

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
12.¥b5! ... Este no es, desafortunadamente, el único
Amenazando con ganar la dama con ¤c4. ejemplo de un texto de un juego arruinado por
12. ... ¥xb5 la publicación de dicho comentario “partisan”.
13.axb5 ... Sin embargo, permítanme decirles que el di-
Esto es más fuerte que tomar con el caballo, funto Ilyin-Genevsky fue un ávido promotor del
por supuesto, ya que el lado de la dama negra ajedrez, y un verdadero amigo mío, al igual que
está ahora completamente cerrado. J. Rochlin, quien sobrevive hoy con buena salud.
13. ... O-O
14.O-O £b6
15.£a4! ...
¡Lo mejor! Este sacrificio de caballo da a las
piezas blancas excelentes posiciones de ataque.
15. ... bxa3
16.¦xa3 g6
El negro no tiene idea de qué hacer. 16...¤c6
era mejor que esto, aunque las blancas toda-
vía tienen una posición ganadora después de
17.bxc6.
17.¤g5 h6
18.¤e4 ¢h7
19.¦h3 ...
Con esta torre en la columna h, el ataque de
las blancas será rápidamente decisivo. Posición final de la “partida de fantasía”.
19. ... h5
20.g4 h4
21.¥g5 ¢g7
22.¦xh4 ¦h8
23.¥f6+ ¥xf6
24.exf6+ ¢g8
25.¦xh8+ ¢xh8
26.g5 ¤c6
27.¤xc5!
Las negras abandonan.
El lector puede ver fácilmente que, comen-
zando con el movimiento 11 del blanco, no tene-
mos nada más que una “partida de fantasía”. Y,
de hecho, aquí las negras no necesitan renunciar
(ver la posición final en el diagrama en la parte
superior de la página siguiente), después de 27.
... ¤cb4 28.£b3 £xd6 29.£h3+ ¢g8 30.¤xd7
£f4; le garantizaría unas tablas por jaque per-
petuo.

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 3
Novogorod, julio de 1929
No es un juego habitual

Blancas: M. Botvinnik
Negras: V. Sozin
Defensa Semieslava

Al final de nuestro primer año en el plan 7.¤c3 O-O


de estudios de electromecánica del Politécnico 8.e4 dxe4
de Leningrado, los estudiantes fuimos enviados 9.¤xe4 b6
a un campamento militar de verano, en la Re- En aquellos días, este sistema tenía una bue-
gión de Novogorod. Había fuertes jugadores de na reputación para las negras. En este juego, las
ajedrez entre los estudiantes del Politécnico, lo blancas lograron crear un plan original.
que dio lugar a una idea: ¿Por qué no montar 10.¥f4 ¥b7
un encuentro entre un equipo de estudiantes del 11.¤c3! h6
Politécnico y un equipo de jugadores de Novo- Si 11...c5, el blanco está destinado a conti-
gorod? nuar con 12.d5 exd5 13.cxd5 ¤xd5 14.¤xd5
Nos embarcaron en un camión y nos lleva- ¥xd5 15.¥xh7+ ¢xh7 16.£xd5. El negro pro-
ron a la ciudad. Y así fue que me encontré en el bablemente debió haber continuado así, sin em-
primer tablero, frente al famoso maestro Sozin. bargo, después del próximo movimiento de las
¡Se convirtió en un juego inusual - el único, de blancas, ya nunca podrá jugar ...c5, debido a la
hecho, que alguna vez iba a jugar en uniforme! respuesta d5.
12.¥c2 ¦e8
1.d4 d5 13.£d2 ¤f8
2.c4 c6 14.¦ad1 ¥d6
3.¤f3 ¤f6 15.¤e5 £e7
4.e3 ...
En aquellos días, evitaba tanto las complejas
variaciones derivadas de 4.¤c3 como la varian-
te del cambio, 4.cxd5.
4... e6
5.¥d3 ¤bd7
6.O-O ...
En ese momento, temía la variante Meran,
que Sozin conocía bien; por lo tanto, evité jugar
6.¤c3. Las negras después de 6. O-O, simple-
mente deberían continuar con 6. ... dxc4 7.¥xc4
¥d6, seguidas por ... O-O y ... e5, con juego to-
talmente igualado.
6... ¥e7

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
16.¥xh6! ... 25.¤g5 ...
Este sacrificio es de naturaleza posicional. 25.f4! parece dar a las blancas todas las ra-
Por el momento, las blancas solo tienen dos peo- zones para esperar la victoria. En vista de la te-
nes por la pieza; pero la posición expuesta del rrible amenaza de 26.f5, las negras no tendrían
rey negro, junto con la habilidad del blanco para nada mejor que 25. ... exf4, pero luego 26.¦xf4
llevar sus piezas pesadas rápidamente al flanco establece las amenazas irrefutables de 27.¦fg4 y
de rey, hace razonable suponer que el ataque del 27.¤f6. Al elegir 25.¤g5, pasé por alto el movi-
blanco será irresistible. miento 30 de las negras.
16. ... gxh6 25... ¦d7
17.£xh6 ¥xe5 26.¤xh7 ...
Las negras ven que tarde o temprano ten- El movimiento correcto en esta posición
drán que eliminar el caballo de las blancas, por solo se encontró en 1950, y fue publicado por
lo que deciden tomarla ahora, para tener la V. Kasparov en Sbakbmaty v SSSR, No. 1, 1951.
oportunidad de contraatacar con 18. ... ¤g4. Con 26.¦h3! el blanco concluye con éxito su
18.dxe5 ¤g4 asalto al rey negro. Por ejemplo: 26. ... £g7
No 18...¤6h7, en vista de 19.¤e4. (si 26...¦d6, entonces 27.£xd6), 27.£h5 ¦ee7
19.£f4 f5 28.¤xh7 ¤xh7 29.¥xh7 £xh7 30.£f5, y las
20.exf6 ... blancas deben ganar; o 26...e4 27.¥xe4 £g7
20.h3 ¤g6 21.£g3 ¤4xe5 22.f4 £g7; per- 28.£h5 ¦xe4 29.¤xe4, con considerable venta-
mitiría a las blancas recuperar su material. ja para el blanco.
Sin embargo, como un verdadero soldado, Evidentemente, entonces, pasé por alto una
decidí continuar el ataque. segunda línea ganadora aquí. Bueno, ¿qué pue-
20... ¤xf6 do decir? - la vida en el campamento no es una
21.¦d3 e5 manera de nutrir los impulsos creativos de uno.
22.£h6 ¤6h7 26... ¤xh7
23.¦g3+ ¢h8 27.¥xh7 £xh7
24.¤e4 ¦ad8 28.£f6+ ¦g7
29.¦d1 ...
Por supuesto que no 29.¦h3? a causa de 29.
... £xh3.
29... ¥c8
30.h4 ¦g8
¡Lo Mejor! Las negras ahora amenazan con
tomar la iniciativa con 31. ... £f5, de modo que
la continuación del juego parece el único movi-
miento de las blancas.
31.£xe5 £f5
31...£xh4 no funciona, a causa de 32.¦d4
£h6 (32...£e7 pierde una pieza después de
33.£xe), 33.¦d6! 31. ... £f5 lleva a una posi-
ción más o menos igual, pero con las negras te-
niendo que luchar por el empate contra los tres

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
peones pasados conectados de las blancas. 46.¢f4 b5
32.£xf5 ¥xf5 Naturalmente, las negras intentan intercam-
33.¦xg7 ¦xg7 biar peones.
34.f3 ¥e6 47.cxb5 cxb5
35.b3 ¢g8 48.g5+ ¢g7
36.¦d6 ¥d7 48...¢e6 49.¢g4 ¥d7 50.f4 ¢d5+ 51.¢h4
37.g4 ¢f8 ¢e4 52.h6 ¥f5 53.¢h5, tampoco salva a las ne-
38.¢f2 ¢e7 gras.
39.¦d2 ... 49.h6+ ¢g6
Las blancas deberían haber jugado 39.¦d3 50.¢e5 ¥f7
o 39.¦d1, ya que ahora las negras pueden sim- 51.f4 ¥g8
plemente forzar el empate jugando 39. ... ¥xg4 52.¢d6 a4
40.fxg4 ¦xg4, ya que el peón h no puede ser de- 53.bxa4 bxa4
fendido. 54.a3 ...
39... a5 El negro se ha asegurado de no perder nin-
40.¢g3 ¥e8 gún peón en el flanco de dama, pero ahora la
41.¢f4 ¦f7+ decisión se cierne sobre el lado del rey.
42.¢g3 ¢f6 54. ... ¥h7
43.¦e2 ¦e7? 55.¢e7 ...
Después de 55.¢e6! ¥g8+ 56.¢e7 ¥h7
57.¢f8, las blancas ganan simplemente.
55... ¥g8
56.¢d6 ...
Las blancas quieren volver a la posición des-
pués del movimiento 54 de las negras, pero mi
oponente está alerta ahora.
56. ... ¢f5
57.¢e7 ¢g6

El intercambio de torres deja a las negras


con un juego perdido; con torres, tendría más
oportunidades de contrajuego. 43...¥d7 era la
continuación adecuada, aunque incluso enton-
ces los tres peones pasados y conectados siguen
siendo muy peligrosos.
44.¦xe7 ¢xe7
45.h5 ¢f6

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Una posición notable. Claramente, las ne-
gras pierden si fuese su turno de mover. Por
lo tanto, las blancas tienen que ganar un tem-
po, lo que se puede hacer de la siguiente mane-
ra: 58.¢d7! ¢f5 (si 58...¥h7, seguiría 59.¢e6;
o si 58...¢f7 59.f5 ¥h7, luego 60.g6+ ¥xg6
61.fxg6+ ¢xg6, y las negras están a un movi-
miento del empate) 59.¢e8! ¢g6 60.¢e7!, y la
posición de las negras es desesperada.
En cambio, las blancas provocan a las negras
para que lleven al alfil a la diagonal b1-h7, es-
perando una victoria aún más simple. Sin em-
bargo, cuando se alcanza la posición, resulta ser
insuficiente para ganar. Así que parece que las
blancas han dejado escapar tres victorias en este
juego.
58.¢e8 ¥e6
59.¢f8 ¥f5
60.¢e7 ¥c2
61.¢d6 ¥d3
62.¢e6 ¥c4+
63.¢e7
1/2-1/2
Sólo ahora las blancas vieron que después de
63.¢e5 ¥d3 64.f5+ ¥xf5 65.h7 ¢xh7 66.¢xf5,
sólo conduce a un empate, ya que el rey de las
negras tiene tiempo de llegar a c8.
Así que, después de unos cuantos movi-
mientos más, se acordó un empate.

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 4
Match Leningrado – Moscú
Un año antes del matrimonio
Leningrado, Mayo de 1934

Blancas: M. Botvinnik
Negras: S. Belavienetz
Defensa Semieslava, Variante Meran

Este partido fue el mayor de la serie hasta la Dormí poco esa noche, pero me senté a ju-
fecha: una partida a doble vuelta sobre 100 ta- gar, sin embargo, de muy buen humor, tal vez
bleros, organizado por los sindicatos. Dos juga- esto se pueda ver en mi juego.
dores jóvenes fueron emparejados en el primer 1.d4 d5
tablero. Mientras que yo ya había ganado dos 2.c4 e6
veces el Campeonato Soviético, Belavienetz no 3.¤c3 ...
tenía tales honores, y ni siquiera había partici- De la Reti a la Eslava.
pado en los Campeonatos Soviéticos. Este juego 3. ... c6
se hizo famoso y fue objeto de un análisis ex- 4.¤f3 ...
haustivo; sin embargo, hasta ahora nadie cono- Cinco años después del juego contra Sozin
cía las circunstancias en las que se jugaba. (Nº3), y todavía prefería este movimiento tran-
Después de jugar la primera partida del par- quilo.
tido el 1 de mayo, me fui a la Isla Vasilevsky a 4. ... ¤f6
visitar a mi amigo Jakov Rochlin, que acababa 5.e3 ¤bd7
de casarse con una joven solista del cuerpo de 6.¥d3 dxc4
ballet del Teatro de Leningrado, Valentina Lo- 7.¥xc4 b5
pukhina. Ella había invitado a una amiga suya Y así llegamos a la variación de Meran, que
del teatro, Diana Ananova. Sozin se ofreció a jugar contra mí en 1929.
Diana era atractiva y de buen carácter; me 8.¥d3 a6
gustó al instante. La pregunta era: ¿le gustaría 9.e4 c5
yo a ella? 10.e5 ...
Todo salió bien al principio; pero cuando Hoy sabemos que 10.d5 le da más dificulta-
llegó el momento de llevarla a su casa, descubri- des a las negras; en aquellos días, sin embargo,
mos que se había hecho tan tarde que el puente ese movimiento no había sido investigado.
Teniente Schmidt ya estaba levantado (incluso 10... cxd4
hoy en día, los grandes vapores solo pueden su- 11.¤xb5 ¤xe5
bir al Neva por la noche). Apenas cruzamos el Sozin introdujo este movimiento. Para 11...
puente Dvortsovy, en medio de una tormento- axb5, ver el juego Nº 9.
sa lluvia. Debo haberme visto muy bien. Diana 12.¤xe5 axb5
aparentemente no pensó en ello, sin embargo: 13.O-O ...
exactamente un año después, el 2 de mayo de El Blanco selecciona el Ataque de Rellstab;
1935, nos casamos. tiempo después, 13.£f3 se hizo popular.

-17-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Sin embargo, después de 13. ... ¥b4+ débil, ya que se necesitará este alfil para atacar la
14.¢e2 ¦b8 15.£g3 (15.¤c6, como en el oc- torre en a5.
tavo juego Match Botvinnik - Bronstein, vale la 15... ¥d6
pena de ser analizado) 15...£d6 16.¤f3 £xg3 Las negras deben desarrollar su alfil inme-
17.hxg3 ¥d6! 18.¤xd4 ¥d7, me resulta difícil diatamente. 15...¥b7 permite el bonito mo-
entender por qué el juego de las negras debe ser vimiento 16.a4! bxa4 17.¥d2, y la amenaza
considerado inferior. 18.¥b5+ pondría a las negras en problemas
En el juego Reshevsky - Botvinnik (match muy difíciles.
URSS - USA 1955), contesté 13.£f3 con 13. ... 16.¥d2 b4
£a5+ 14.¢e2 ¥d6 15.£c6+ ¢e7, y después de 17.a3 ...
16.¥d2 b4 17.£xd6+ ¢xd6 18.¤c4+ ¢d7, se Sacrificando temporalmente otro peón más,
alcanzó una posición que promete igualdad de para obtener un ataque poderoso. Las negras
oportunidades para ambas partes. pueden defenderse con éxito después de 17.¤c4
En los años treinta, yo creía que 13.O-O ¦a7 18.¤b6 £b7. Pero ahora la amenaza de
ofrecía más oportunidades a las blancas. 18.¤c4 obliga a las negras a tomar en e5, ya que
17.... ¦a7 permite al menos 18.¤b6!
17... ¥xe5
18.fxe5 £xe5
19.£f3

13... £d5
14.£e2 ¦a5
Esta fue una novedad, preparada por Bela-
vienetz. Pero, ¿cómo podemos esperar refutar el
ataque Rellstab con tales movimientos? 19. ... £d5
15.f4! ... La mejor defensa era 19...¦a7 20.¦ae1
Un movimiento preparatorio necesario. (pero no 20.£c6+ ¥d7 21.£b6 £c7 22.£xb4
Dado que las negras pueden jugar ...b4, golpean- - que las negras temían - a causa de 22. ... ¤d5
do al caballo en e5, ese punto debe ser defendido 23.£xd4 O-O) 20...£d5 21.£g3 ¥b7 (o 21...
primero. Al mismo tiempo, las blancas también bxa3 22.¦xf6 gxf6 23.£g7 ¦f8 24.¥b4 ¦e7
están defendiendo el punto g2. Por supuesto, la 25.¦c1 ¥b7 26.bxa3 ¥c6 27.a4) 22.£b8+ ¢d7
rutinaria 15.¥g5, seguida de f4, habría sido más 23.¥b5+ £xb5 24.£xa7 £d5 25.¦f2, a pesar

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
de que las negras perdían en el intercambio, el
juego continuaría.
Con la del texto, el negro pierde un tiem-
po en comparación con la última nota, ya que
19...¦a7 forzaría a las blancas a jugar 20.¦ae1,
lo que sería inútil ahora.
20.£g3 ¦a7
La posición de las negras no tiene remedio,
20...¤h5 21.£c7 O-O tampoco lo salva, en vis-
ta de 22.¥xb4. Curiosamente, la posición de las
blancas es tan fuerte ahora, que incluso dando a
su oponente un movimiento le dejaría en la va-
riante favorable dada en la nota anterior.
21.¦xf6 gxf6
22.£g7 ¦f8
23.¥xb4 ¦e7
24.¦c1 ¥b7
25.¦c5
1-0
Existe una fotografía de este encuentro, que
nos muestra, rodeados por una multitud de es-
pectadores, sentados frente al tablero de ajedrez.
Belavienetz se inclina sobre las piezas, mientras
yo me inclino, apoyado en el respaldo de la si-
lla, luciendo orgulloso y altivo, como Napoleón
observando el campo de batalla. Y ¿por qué no?
Me sentía dos veces “ganador” ese día.
En las décadas que siguieron, mi esposa
Diana hizo todo lo posible para promover mis
actividades creativas. Sergei Belavienetz se con-
virtió en uno de los maestros soviéticos más
fuertes y en un analista talentoso. Se ofreció
como voluntario para el frente y perdió su vida
en los primeros meses de la guerra.

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 5
Torneo AVRO
Una posición histórica
Rotterdam, noviembre de 1938

Blancas: M. Botvinnik
Negras: J. R. Capablanca
Defensa Nimzoindia

El lector ya sabe que Capablanca y yo éra- de 4...O-O o 4...c5, y luego 5.a3 ¥xc3+ 6.bxc3,
mos amigos, a pesar de la diferencia de edad. las blancas pueden tener dificultades con el
Sin embargo, esto no impidió que cada uno de peón débil en c4; pero después del movimiento
nuestros encuentros frente al tablero de ajedrez del texto, las blancas pueden jugar esta línea, ya
fueran batallas reales. En total, jugué siete parti- que el peón c4 siempre se puede intercambiar.
das en torneos contra Capablanca, y el resultado 5.a3 ¥xc3+
final fue parejo. Este, el séptimo, iba a ser nues- 5...¥e7 6.¤f3 conduce a una variante del
tro último encuentro. Gambito de la dama declinado, con un movi-
En el torneo de AVRO a Capablanca no le miento extra (a3) para las blancas.
fue bien. Cumplió cincuenta años en el trans- 6.bxc3 c5
curso del torneo, y perdió contra Alekhine el La respuesta más natural. El plan básico de
día de su cumpleaños. No es de extrañar, pues, las blancas es jugar f3 y e4 más tarde, capturando
que, en un intento por mejorar su posición en el las casillas centrales. Este será un plan difícil de
torneo, haya optado por un intento de victoria llevar a cabo, siempre y cuando las negras, a su
bastante arriesgado, un estilo que realmente no vez, presionen en d4 - cuyo extremo es atacado
le convenía. por 6. ... c5.
7.cxd5 exd5
1.d4 ¤f6 Una pregunta difícil: ¿cuál pieza debe utili-
2.c4 e6 zar el negro para recapturar en d5? Decide to-
3.¤c3 ¥b4 mar con el peón, evitando 8.e4.
4.e3 ... 8.¥d3 O-O
Ciertamente no es un método para lograr la 9.¤e2 ...
refutación de la Nimzoindia; sin embargo, la ex- Hasta este punto, nuestro juego era similar a
periencia ha demostrado que lo más probable es un juego entre Lilienthal - Ragozin, Moscú 1935,
que no haya refutación contra esta defensa. Con excepto que, en ese juego, el peón f de las blan-
4 e3, las blancas sólo buscan reforzar su centro, cas ya estaba en f3. El sistema que las blancas
esperando que un centro fuerte les ayude en el emplean en el presente juego no requiere que él
mediojuego. haga esta jugada de compromiso, un tiempo que
4. … d5 pueden utilizar para mejorar su desarrollo.
Esta continuación era lo que indicaba la teo- La pieza más desagradable a la que se en-
ría en ese momento, pero este juego demostró frentan las negras ahora es claramente el alfil en
que tenía inconvenientes definitivos. Después d3; por lo tanto, toman medidas para cambiarla.

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
9. ... b6 formado con la modesta defensa 14...£b7.
10.O-O ¥a6
11.¥xa6 ...
Quizás las blancas deberían haber retenido
a este alfil, retirándolo a c2; en ese caso, sin em-
bargo, el alfil de las negras estaría bien en a6. Si
las blancas van a intercambiar alfiles, entonces,
es mejor hacerlo de esta manera, haciendo más
difícil que el caballo (que termina en a6) pueda
alcanzar una buena ubicación en la casilla c4.
Es interesante notar que toda esta variante
fue probada varias veces después de este juego -
¡con éxitos para ambos lados!
11. ... ¤xa6
12.¥b2 ...
Pasiva. 12.£d3! era, por supuesto, lo correc-
to, forzando a las negras a responder 12. ... £c8. 15.£c2 ¤b8
12... £d7! 16.¦ae1 ...
13.a4 ... Psicológicamente comprensible: las blancas
A las blancas les resulta difícil corregir su demuestran su intención de no defender el peón
error de la jugada anterior: 13.£d3 ahora per- a. Pero por el bien de la precisión, debe tenerse
mite 13. ... £a4!, así que se necesita algo de pre- en cuenta que el peón podría haberse salvado
paración. fácilmente con 16.¥a3 ¤c6 17.¥b4, con igual-
13... ¦fe8 dad de oportunidades.
¡Un error asombroso en Capablanca! La Sin embargo, 16.¤g3, previniendo 16. ...
continuación 13...cxd4 14.cxd4 ¦fc8; no de- ¤h5, era más exacto.
bería haber sido difícil de encontrar, ya que las 16... ¤c6
blancas habrían tenido problemas a lo largo de Las negras piensan erróneamente que ga-
la columna c. Sus recursos defensivos habrían nar el peón a le dará la ventaja. De lo contrario,
sido adecuados (pero aun así...). sin duda hubieran jugado 16...¤h5!, evitando
14.£d3 c4 17.¤g3 (el intercambio de caballos no es bue-
Y este es un grave error posicional. Eviden- no para las blancas), y conduciendo a un tipo
temente, las negras estaban convencidas de que de juego más complejo. Por ejemplo: 17.h3 f5
las blancas no podrían avanzar el peón e, y que, 18.¥c1 ¤c6 19.f3 ¤a5 20.g4 fxg4 21.hxg4, y la
por lo tanto, su propia mayoría en el flanco de posición del rey negro se vuelve peligrosa.
dama sería decisiva. Capablanca tenía en mente 17.¤g3 ¤a5
la maniobra ...¤a6-b8-c6-a5-b3, después de lo Una posición curiosa: El negro no tiene for-
cual el peón a se vuelve difícil de defender. ma de evitar la ruptura de e4. Si 17...¤e4, las
Sin embargo, la mayoría de las negras del blancas retiran a su caballo a h1(!), seguido de
flanco de la dama no tiene mucho peso, mien- 19.f3.
tras que la ruptura de las blancas con e4 es bas- 18.f3 ¤b3
tante potente. Las negras deberían haberse con- 19.e4 £xa4

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
(22.exf6! b4 23.£f2 era más fuerte) 22...¦e6
23.exf6! ¦xd6 24.fxg7 b4 25.¦e5! ¦e8 26.f4!
£d7 27.£e2 ¦de6 28.f5 ¦xe5 29.dxe5 bxc3,
y ahora, en lugar de 30.f6, que las negras res-
pondieron con 30. ... ¤d4!, las blancas podrían
haber conseguido una clara ventaja con 30.e6 o
30.¤h5.
Ahora volvamos a Botvinnik - Capablanca.
20.e5 ¤d7
20... ¤c5? lleva a la pérdida de una pieza
después de 21. ¦e2!
21.£f2 ...
Necesario, en vista de la amenaza de 21. ...
¤bc5, mejorando la posición del caballo negro
del flanco de dama. Sin embargo, llevar a la dama
al flanco de rey es parte del plan de las blancas.
Ahora las negras tienen que defenderse tanto de
la maniobra ¤g3- f5- d6 como del avance del
peón f. Sus piezas son incapaces de moverse rá-
pidamente para ayudar al rey, y mientras tanto,
su peón extra está muy lejos de forzar la victoria.
La siguiente maniobra de Capablanca está dise-
ñada para abrir la columna e, con la esperanza
de que la simplificación sea beneficiosa para las
negras.
21... g6
22.f4 f5
23.exf6 ...
La única forma de continuar el ataque.
23. ... ¤xf6
El primer diagrama muestra la posición de 24.f5 ¦xe1
este juego; el segundo muestra una posición 25.¦xe1 ¦e8
casi idéntica del juego Botvinnik - Alexander Todo es forzado después de esto. Las negras
(USSR-Gt. Britain Radio Match, 1946), con la defienden indirectamente al caballo en f6 (26.
única diferencia de que, en el diagrama de la de- fxg6 hxg6 27.¦xe8+ ¤xe8), pero esto resulta
recha, el alfil de las blancas está desarrollado por insuficiente. ¿Podría en su lugar haber salvado
a3, no por b2. Por un lado, esto es bueno para el juego jugando 25...¦f8? No lo creo; aquí hay
las blancas, ya que el alfil está más activamente algunas variantes:
colocado; pero, por otro lado, en este punto, las 1) 26.£f4! £a2 27.fxg6! £xb2 (si 27...
blancas deben detenerse para defender al alfil. hxg6, entonces 28.£g5) 28.g7 ¢xg7 29.¤f5+
Aquí está la continuación del juego Botvin- ¢h8 30.£d6 (A. Fedorov en Sbakhmaty v SSSR
nik - Alexander: 20.£b2 a5 21.e5 b5 22.¥d6 No. 12, 1953), y si 30. ... ¦f7, entonces 31.£xf6+,

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
y si 30...¢g8 seguiría 31.£g3+. con aplausos, la única vez que un jugador ex-
2) 26.£f4! £d7 27.¦e6 ¤a5 (o 27...¤e4 tranjero fue aplaudido durante el torneo AVRO.
28.£e5 ¤xg3 29.¦e7) 28.¥a3 ¦f7 29.£g5! Y en 1954, durante las Olimpiadas Mundiales de
26.¦e6 ¦xe6 Ajedrez en Ámsterdam, un panadero y jugador
El único movimiento, después de 26...¢f7 de ajedrez desplegó un pastel en su ventana con
27.¦xf6+ ¢xf6 28.fxg6+ ¢xg6 (28...¢e7 esta posición encima. El destino, sin embargo,
29.£f7+ ¢d8 30.g7) 29.£f5+ ¢g7 30.¤h5+ había decretado un papel más importante para
¢h6 31.h4 ¦g8 32.g4 £c6 33.¥a3!, conduce esta combinación.
al mate inmediato. Ahora las blancas se quedan Actualmente, estoy trabajando para crear
con un poderoso peón en e6. un programa de ajedrez para una computadora,
27.fxe6 ¢g7 el programa de ajedrez “Pioneer”. Recordando
28.£f4 £e8 nuestro juego con Capablanca, siempre me he
28...£a2 no funcionaría, en vista de 29.¤f5+ preguntado, no sin cierta inquietud, si “Pioneer”
gxf5 30.£g5+ ¢f8 31.£xf6+, y mate en dos. sería capaz de analizar esta posición como lo hi-
29.£e5 £e7 cimos Capablanca y yo durante el juego.
En la primavera de 1979, un joven colega
mío, el programador B. Stilman, se acercó al or-
denador y encargó a “Pioneer” la tarea de iniciar
este análisis. Desafortunadamente, el primer
movimiento “Pioneer” incluido en su análisis
fue, para mi vergüenza, 30.¤f5+ - una conti-
nuación que no había visto durante el juego.
Entonces, tuve que encontrar una respues-
ta para la pregunta: “¿Por qué, en lugar de la
30.¤f5+, analicé 30.¥a3?”. Lo que inmediata-
mente me hizo recordar lo que había escrito en
“El algoritmo del juego de ajedrez” (publicado
en Moscú por “Nauka” Publishing, 1968, y en
una edición en inglés titulada “Computer Chess
and Long-Range Planning” por Springer-Verlag,
Las negras caen en las intenciones de las New York 1970): “En mi opinión, el proceso de
blancas, pero este movimiento era inevitable de jugar ajedrez (y probablemente cualquier juego)
todos modos. Por ejemplo, después de 29...¤a5 consiste en una operación básica de intercambio.
30.¥c1!, amenazando con 31.¥h6+ o 31.£c7+, Definimos el intercambio básico como aquel in-
seguido de 32.¥h6, las negras tendrían que ju- tercambio en el que (hablando en términos ge-
gar 30. ... £e7 de todos modos, y las blancas nerales) uno intercambia valores, ya sean mate-
realizarían la misma combinación que en el jue- riales o de posición (“abstracto” o conjunto). El
go. objetivo del intercambio básico es asegurar una
30.¥a3! ... ganancia relativa por esta transacción de valores
La posición en el diagrama se ha convertido materiales o posicionales (conjuntivos). No hay
en parte de la historia del ajedrez. Los especta- otros objetivos, ni puede haber ninguno”.
dores saludaron la combinación de las blancas En esta posición, el valor conjuntivo más

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
alto pertenece a la dama negra, mientras que el 34.e7 ...
valor conjuntivo más bajo de las blancas perte- Las blancas también ganan con 34.£f7+
nece al alfil en b2 (entre esas piezas, por supues- ¢h8 35.e7 £c1+ 36.¢f2 £d2+ 37.¢g3 £xc3+
to, que un maestro de ajedrez tomaría en consi- 38.¢h4 £xd4+ 39.¢xh5 £e5+ 40.¢g4 £e4+
deración). 41.¢h3 £e3+ 42.g3 £h6+ 43.¢g2 £d2+
A continuación, observamos que, para efec- 44.£f2, y el peón e se convierte en dama (E.
tuar este intercambio de valores conjuntivos (en Baum).
oposición a un intercambio de valores físicos o 34... £c1+
de piezas materiales), las piezas no tienen que 35.¢f2 £c2+
abandonar necesariamente el tablero, sino sim- 36.¢g3 £d3+
plemente los cuadros en los que se han apoyado, 37.¢h4 £e4+
la variante 30.¥a3! £xa3, este intercambio de 38.¢xh5 £e2+
valores conjuntivos ha aumentado la fuerza de Tampoco las negras pueden salvarse con
la posición de las piezas Blancas, una vez que la 38...£g6+ 39.£xg6+ hxg6+ 40.¢xg6, con mate
dama Negra dejó E7. Esto me hizo preguntarme en el próximo movimiento después de e8=£.
si no se podría formular y escribir en el progra- 39.¢h4 £e4+
ma “Pioneer”; resultó - oh felicidad! - que casi 40.g4 ...
todo lo necesario para esta formulación ya exis- La más simple. Pero otra línea ganadora
tía en el programa. Para probar nuestra hipóte- era 40.¢h3 h5 41.£f8+ ¢h7 42.£f7+ ¢h6
sis básica, Stilman la formuló en un lenguaje bá- 43.£f6+ ¢h7 44.£g5, y si 44. ... £e2 45.¢h4
sico y una vez más se dirigió a la computadora. £f2+, entonces 46.¢xh5 £e2+ 47.¢h4 £f2+
El 5 de julio de 1979, a las 1400 horas, hora de 48.¢g4 £xg2+ 49.¢f5 £e4+ 50.¢f6, y el ne-
Moscú, después de un breve “pensamiento”, la gro está indefenso,
computadora realizó el primer movimiento en 40... £e1+
su análisis: 30 Ba3 . . . 41.¢h5
Ahora estamos en el proceso de preparar la 1-0
formulación para el intercambio de valores con- Las negras abandonaron.
juntivos de acuerdo con el algoritmo. Tenemos
la esperanza de que “Pioneer” encuentre las mis-
mas variantes, y sólo esas mismas variantes, que
pasaron por la cabeza de Capablanca y la mía
cuando consideramos la posición diagramada.
30... £xa3
Naturalmente, 30...£e8 31.£c7+ ¢g8
32.¥e7 ¤g4 33.£d7, no es mucho mejor.
31.¤h5+ gxh5
31...¢h6 también es malo: 32.¤xf6 £c1+
33.¢f2 £d2+ 34.¢g3 £xc3+ 35.¢h4 £xd4+
36.¤g4+!
32.£g5+ ¢f8
33.£xf6+ ¢g8
33...¢e8 permite el mate en dos.

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 6
Groninga
Un encuentro muy importante
Agosto 1946

Blancas: M. Botvinnik
Negras: M. Euwe
Gambito de Dama Aceptado

El Torneo Internacional de Groninga tiene especial. Atraía a una gran multitud de especta-
un lugar de honor en la historia del ajedrez: fue dores, todos ellos animando a su compatriota.
el primer gran torneo internacional celebrado Me encontré a un pelo de la muerte, pero la for-
después de la guerra. Cada jugador destacado tuna me sonrió, y así tuvo lugar el Torneo por el
hizo todo lo posible para ser incluido entre los Campeonato del Mundo de 1948.
participantes, ya que se sabía que la FIDE se-
leccionaría al sexto participante en el próximo 1.d4 d5
Torneo por el Campeonato Mundial (cinco de 2.¤f3 ¤f6
cuyos participantes - Euwe, Keres, Fine, Reshe- 3.c4 dxc4
vsky y Botvinnik, ya eran conocidos) precisa- 4.e3 e6
mente sobre la base de los resultados del torneo 5.¥xc4 c5
de Groninga. 6.O-O a6
Tuve la suerte de terminar primero, Euwe 7.a4 ...
segundo, Smyslov fue tercero, entrando así en Esta vieja línea, antes jugada por Rubins-
los Seis Sagrados. Así, los resultados se fijaron tein, ha caído en desgracia, ya que hoy en día se
pacíficamente en la tabla cruzada del torneo, cree que al permitir que las negras jueguen ... b5,
pero ¡oh, qué pasiones había detrás de esas pun- las blancas, sin embargo, conservan una ventaja
tuaciones tan áridas! en la apertura, y sin el debilitamiento de la casi-
Si el torneo hubiera terminado de otra ma- lla b4. A pesar de esto, 7. a4 también les da a las
nera, las cosas podrían haber sido diferentes, y negras un juego difícil.
no sólo para Smyslov. Los ajedrecistas holan- 7. ... ¤c6
deses esperaban una victoria de su héroe, Max 8.£e2 ¥e7
Euwe, ex campeón del mundo. Pensaban que Un buen sistema defensivo que también
tal resultado justificaría que Euwe fuera nom- se utilizó en el torneo de Semmering-Baden
brado Campeón del Mundo, sin la necesidad de de 1937. Antes de esto, las negras solían tomar
un Torneo de Candidatos. Mientras Alekhine, el centro: 8...cxd4; pero después de 9.¦d1, las
quien le arrebató el título de Campeón a Euwe blancas no tienen dificultades para desarrollar
en el match de vuelta de 1937, ya no estaba en- el alfil dama. En caso de 9.dxc5, las negras juga-
tre los vivos, eso significaba que, si Euwe ganaba rían ¤e4.
el torneo, debía ser una vez más el jugador más 9.¦d1 £c7
fuerte de ¡el mundo! 10.¤c3 ...
Así que nuestro juego tenía un significado En un encuentro con Keres (Leningrado

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
1941), jugué 10.h3, lo que no es un movimiento do de la 12ª jugada de las negras, las blancas han
necesario aquí. podido obtener un medio juego agradable. Las
10... O-O negras no pueden fortalecerse en el centro, y los
11.b3 ... alfiles blancos se vuelven peligrosos.
Jugar 11.dxc5 parece dudoso aquí: 11. ... 16.£c4 ...
¥xc5 12.h3 (12.e4 ¤g4!) 12...¤e5 13.¤xe5 Durante el juego me pareció que 16.h3 ¥h5
£xe5, etc. Y si las blancas preparan dxc5 jugan- 17.g4 ¥g6 18.h4 h6 (18...h5 19.¤g5), habrían
do primero 11.h3, entonces las negras pueden sido más fuertes; sin embargo, el movimiento
jugar 11...¦d8, y de nuevo las blancas no han del texto también es bueno.
logrado nada. 16... ¥h5
11... ¥d7 17.¥xc6 ...
12.¥b2 ¦ac8 Bastante lógico, ya que la línea 17.g4 ¥g6
(17...¤a5 18.£f1! ¥g6 19.¦ac1, es dudosa)
8.h4 h5; daría a las negras un buen contrajuego.
Las blancas entregan a uno de sus alfiles, pero
ganan aún más territorio.
17... £xc6
18.¤e5 £e8!
Euwe se defiende muy ingeniosamen-
te. Ahora 19.g4 se contestaría con 19. ... ¥f6
20.¦d5 b5 (o incluso 20...¥g6 21.¦xc5 ¦xc5
22.£xc5 ¥xe5 23.£xe5 £xe5 24.¥xe5 f6), y el
negro está fuera de peligro.
19.¦d5 ...

Un movimiento de rutina que pone a las


negras en una situación crítica. La única forma
en que el negro puede evitar el inminente 13.d5
es entrar en la aguda continuación 12...cxd4
13.exd4 ¤a5 14.¤e5, que le otorga un serio
contrajuego en el flanco de dama.
Ahora, sin embargo, la columna c permane-
cerá cerrada, y la preponderancia central de las
blancas se vuelve muy significativa.
13.d5! exd5
14.¤xd5 ¤xd5
15.¥xd5 ¥g4
Prácticamente el único movimiento para las 19. ... ¦d8
negras, después de 15...¤b4 16.¥e5!, es insatis- Esto fue jugado con demasiada cautela;
factorio para ellas. Está claro que, como resulta- como sucede a menudo en tales casos, la posi-

-26-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
ción de las negras debería haber sido peor por 27.£f4 f6
ello. Asegurando a su rey. Ahora las blancas de-
Continuando con 19...b5 (la dama de las ben defender al peón b3.
blancas debe ser expulsada de su buena posi- 28.e4 £d1+
ción), las negras podrían haber obtenido un jue- 29.¢g2 ¥d6
go completamente igualado. Por ejemplo: Euwe juega consistentemente para el final.
1) 20.£c2 ¦d8 21.¦xd8 £xd8; Las negras difícilmente podrían esperar lograr
2) 20.£f4 ¦d8 (20...¥f6 es posible, tam- más: por ejemplo, después de 29...£c2 30.¥c1
bién) 21.¦xd8 £xd8; ¦f7 (de lo contrario 31.¦xh7) 31.¢f3, las blan-
3) 20.£c3 f6 21.¤d7 £f7! 22.e4 ¦fd8. cas mantienen el equilibrio.
Ahora, con 20.b4 ¥g6 (20. ... b5 ahora sería 30.£f3 £xf3+
demasiado tarde, en vista de 21.¦xd8!) 21.¦ad1 31.¦xf3 ¥e5
¦xd5 22.£xd5 £c8 23.¤d7 (23...¦e8 24.¥xg7! 32.¥xe5 fxe5
¥c2 25.¥c3 ¥xd1 26.£e5 f6 27.£e6+), las 33.¦c3 ...
blancas obtienen un tremendo juego. Por supuesto, después de 33.¦xf8+ ¢xf8
En su lugar, las blancas eligen “jugar para el 34.¢f3 g5, las negras ganan marchando con su
mate”, pero con un solo tiempo menos. Aprove- rey a a5. Aquí, quizás, las blancas podrían ha-
chando la iniciativa, Euwe comienza a jugar con ber jugado mejor siguiendo con 33.¦d3 ¦c8
su energía habitual. 34.¦d5 c4 35.bxc4 bxc4 36.¢f1 ¢f7! (36...c3
20.¤d7 ¦xd7 37.¦d1!, es un empate, ya que el peón c está
21.¦xh5 £d8! perdido) 37.¢e2 ¢e6 38.¦a5, y un empate sería
Si la torre del flanco de dama estuviera en fl, muy probable.
las blancas ganarían inmediatamente aquí con 33... ¦c8
22.¥xg7 ¢xg7 23.£g4+ ¢h8 24.£f5. Desafor- 34.¢f3 ¢f7
tunadamente la torre está en a1, y esta situación 35.¢e3 ¢e6
llevaría al mate a las blancas. Así que debe per- 36.f4 ...
der un tiempo vital. El comienzo de la presión del tiempo arrui-
22.¦f1 g6! nó un poco esta fase del juego; de lo contrario,
Muy bien; la torre blanca ahora está exclui- sin embargo, hubiéramos perdido un final valio-
da. so. El último movimiento de las blancas es débil,
23.¦h3 ¦d1 ya que da a las negras la casilla central e5 a su
Las piezas blancas han perdido su coordina- rey. Tal vez la jugada no pierda; pero el simple
ción, y Euwe juega ahora por la simplificación. 36.¢d2 se sugiere a sí mismo, cuando el negro,
No olvide que las negras tienen una mayoría de a pesar de su ventaja, no es probable que gane.
tres contra dos peones en el lado de la dama, lo 36... exf4+
que le da una clara ventaja en el final del juego. 37.¢xf4 c4
24.g4 ¦xf1+ 38.bxc4 ...
25.¢xf1 b5! De lo contrario, 38. ... b4.
Las negras aprovechan la oportunidad para 38. ... bxc4
avanzar este peón; El blanco no puede retomar 39.h4 h6
con la dama, debido al jaque de la dama en d1. Podría parecer extraño que este movimien-
26.axb5 axb5 to natural les conceda a las blancas nuevos chan-

-27-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
ces para salvarse. Después del encuentro, Flohr mente la posición, entró el jefe de nuestra dele-
sugirió 39...¦c5 como más fuerte, pero Euwe gación, el maestro Veresov. Sabía que yo estaba
encontró una poderosa réplica con 40.e5! ¢d5 mal, pero, sin embargo, habló con confianza:
41.¦e3! ¢c6 (41...c3 42.e6 c2 43.e7 ¦c8 44.¦e1 “Mikhail Moiseevich, ¿no puedes encontrar
¢d6 45.¢g5 ¢d7 46.¦c1 ¢xe7 47.¢h6) 42.h5, algo?” Entonces miré la posición de nuevo, esta
y el blanco todavía tiene esperanza. vez sin prejuicios; y - ¡oh, alegría! - Descubrí el
39...¦c6 (dado por Levenfish en Shakhmaty secreto de este final de juego. Después de una
v SSSR No. 9, 1950) no es más fuerte, en vista hora y medio, se reanudó el juego.
de 40.h5 ¦c5 41.e5 ¦c6, y ahora, no 42.¢e4 g5 41.¢e3 ¢e5
43.¢d4 ¦c8 44.¢e4 ¦c7 45.¢d4 ¦d7+ 46.¢e4 42.¦c2!! ...
¦f7, lo que lleva a una victoria para las ne- La única jugada.
gras, sino 42.hxg6 hxg6 43.¢e4 g5 44.¦h3 c3 42. ... c3
45.¦h6+ ¢d7 46.¦h7+ ¢e8 47.¦h1, y las blan- 43.¢d3 ¦d8+
cas ya no tienen que preocuparse por la pérdida.
40.g5! h5

Mi oponente pasó bastante tiempo pensan-


do antes de hacer este movimiento; Ya podía ver
En esta posición crítica, las blancas tenían que el juego debía terminar en un empate. En
que sellar su jugada. Consideré que el juego de el juego de Lasker-Rubinstein, no había peo-
las blancas estaba perdido, sabiendo que incluso nes h (de lo contrario, la posición sería idénti-
Rubinstein había perdido una posición análoga ca, con los colores invertidos); por analogía con
contra Lasker en San Petersburgo en 1914. Sin nuestro juego, el negro ganó jugando 43...¦c7
embargo, cuando dispuse la posición durante 44.¢e3 ¦h7, seguido de ... ¦h7-h3-g3). El blan-
el descanso para el análisis, logré encontrar una co no pudo evitar esta continuación, y el peón se
posibilidad oculta de tablas. perdió. Pero aquí 43...¦c7 conduce a algo muy
Ciertamente no la encontré de inmediato. diferente: 43...¦c7 44.¦xc3 ¦xc3+ 45.¢xc3
Mi mente estaba nublada por el conocimiento ¢xe4 46.¢c4 ¢f4 47.¢d4 ¢g4 48.¢e5 ¢xh4
de que ni siquiera el propio Rubinstein podía 49.¢f6 ¢g4 50.¢xg6 h4 51.¢f6 h3 52.g6 h2
salvar este final. Mientras miraba desesperada- 53.g7 h1=£ 54.g8+=£, ¡y es un empate!

-28-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
44.¢e3! ...
Después de 44.¢xc3, las negras todavía
pueden luchar por la victoria, en vista del hecho
de que el rey blanco está aislado de los peones
del lado del rey.
44... ¦d4
45.¦xc3 ¦xe4+
46.¢f3 ¦xh4
47.¦c6 ...
La finura final. 47.¦c5+ ¢e6 48.¦a5 ¦c4;
también puede llevar a un empate, pero las blan-
cas hubieran tenido que tomar una serie de de-
cisiones difíciles.
47... ¦f4+
Las negras no pueden defender al peón g:
47...¢f5 48.¦c5+ ¢e6 49.¦c6+, y las blancas
dan jaque o atacan al peón g.
48.¢e3 ¦e4+
49.¢f3 ¢f5
50.¦f6+ ¢xg5
51.¦xg6+
1/2-1/2
Tablas.
¡Un empate de lucha!
Y mil quinientos espectadores que seguían
este juego permanecieron paralizados durante
algún tiempo; después de todo, ¡todos ellos habían
«sabido», en el momento del aplazamiento, que
la victoria de Euwe estaba asegurada!

-29-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 7
Match URSS - USA
Un match dificultoso
Moscú, Septiembre 1946

Blancas: S. Rechevsky
Negras: M. Botvinnik
Defensa Francesa

El otoño de 1945 vio al equipo estadouni- 2. ... d5


dense perder un match radial contra el equipo 3.¤c3 ¥b4
soviético por el amplio margen de 15½ - 4½. 4.e5 c5
Esto surgió como un rayo de la nada, ya que los 5.a3 ¥a5
estadounidenses habían ganado las Olimpiadas No se sabía mucho sobre este movimiento
de preguerra en cuatro ocasiones. Naturalmen- en esos días. Lo jugué por dos razones. Primero,
te, los norteamericanos culparon de su derrota Reshevsky normalmente no juega e4, por lo que
al hecho de que el match se hubiera jugado por era seguro asumir que tenía algo especialmen-
radio; por lo tanto, nos desafiaron a un encuen- te preparado contra mi conocida afición por
tro cara a cara en Moscú, un año después. 3. ... ¥b4. En segundo lugar, desde el encuen-
Este segundo match se produjo en circuns- tro contra Alexander (match por radio, URSS.
tancias muy difíciles para los soviéticos. Cinco Gran Bretaña 1946), había perdido mi gusto por
de nuestros jugadores (Botvinnik, Smyslov, Ko- 5...¥xc3+.
tov, Flohr y Boleslavsky - la mitad del equipo) Reshevsky pensó bastante tiempo en la
estaban totalmente agotados del torneo de Gro- apertura, pero el plan que ideó es probablemen-
ninga, donde sólo dos de los estadounidenses te el mejor que el blanco tiene aquí, una opinión
(Denker y Steiner) habían jugado. Apenas ha- que, curiosamente, los teóricos solo llegaron a
bíamos aterrizado en Moscú, y al día siguiente compartir veinte años después.
fue: ¡Siéntate y juega! 6.£g4 ¤e7
El público en general también esperaba 7.dxc5 ¥xc3+
una repetición de nuestra victoria del año an- 8.bxc3 ¤d7
terior, que sólo sirvió para aumentar el nivel 9.£xg7 ...
de tensión nerviosa. A pesar de tener las piezas Este movimiento apresurado les trae a las
blancas en el primer juego, fue sólo después del blancas nada más que problemas; en este tipo
aplazamiento que logré salvar el medio punto de posición, el peón blanco es claramente más
contra Reshevsky. Aquí está el segundo juego. valioso que los peones g y h negros. Más tarde se
estableció que el simple 9.¤f3 le otorgaba aquí
1.d4 e6 a las blancas una ventaja.
2.e4 ... 9... ¦g8
Reshevsky no jugó 2.c4, para evitar la de- 10.£xh7 ¤xe5
fensa holandesa, con la que evidentemente no se 11.¥e2 ...
sentía cómodo. Ahora vemos las consecuencias del error

-30-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
de las blancas en la jugada 9. En lugar de de- 18.£f6 £c6 19.£xe5 ¦h7.
sarrollar su caballo a f3 inmediatamente, debe 18.¦f1 £b6
primero desarrollar a su alfil a la casilla pasiva Puesto que la principal preocupación de
e2. Por supuesto, las negras no pueden jugar las blancas es la posición insegura de su rey, las
11...¦xg2 ahora, por 12.£h8+ y 13.£xe5. negras no deberían tener ninguna prisa por for-
11. ... £a5 zar el final del juego. 18...£c4 era considerable-
12.¥d2 £xc5 mente más fuerte, y si 19.¦b1 (mejor), entonces
13.¤f3 ¤xf3+ 19. ... £e4+ 20.¥e3 b6; aquí, el intercambio de
14.¥xf3 e5 damas no es tan favorable para las blancas.
Claramente, las dificultades en la apertura 19.£xb6 axb6
de las negras son cosa del pasado. Sus peones 20.O-O-O ...
controlan el centro, y una vez que desarrolle el ¡Correcto! Las blancas devuelven el peón,
alfil dama y las torres junto a la dama, puede co- para unir sus torres.
menzar el asalto decisivo. El blanco hace un es- 20. ... ¦xa3
fuerzo vano para evitarlo. 21.¢b2 ¦a4
15.¥h5 ¥f5! 22.¥e3 ¥e6
23.¥xe6+ ¢xe6
24.¥xb6 ¦xh2
25.¦g1 ...
Las posibilidades de ganar de las negras se-
rían mejores si pudiera intercambiar incluso un
par de torres, ya que esta estructura de peones
favorece enormemente al caballo sobre el alfil.
Desafortunadamente, tal intercambio es difícil
de lograr y, mientras tanto, las torres blancas es-
tán bastante activas.
25. ... ¦h6
26.¦g7 ¦g6
27.¦h7 ¤f5
Esto solo parece fuerte; en realidad, este
sacrificio del peón b reduce las posibilidades
¡De todas formas! 15...¥e6 16.O-O de las negras. 27...¦c4 era más lógico; entonces
O-O-O 17.¥xf7, dejaría a las blancas con una 28.¥d8 ¤c6, o 28.¥a5 b5.
ventaja de dos peones y un rey relativamente 28.¦xb7! ¤d6
seguro. 29.¢b3! ...
16.¥xf7+ ... A pesar de la terrible presión de tiempo,
Después de 16.£xf7+ ¢d7, la amenaza de Reshevsky elige la mejor continuación, ya que
17. ... ¦af8 es muy desagradable. ahora la torre de las blancas ocupará la impor-
16... ¢d7 tante casilla c6. En el caso de que las negras hu-
17.£h6 ¦xg2 bieran jugado 29.¦c7 se hubieran encontrado
Las negras podrían haber ganado una pie- con 29. ... ¦g8, amenazando 30. ... ¦b8.
za aquí, pero a costa de tres peones: 17...¦h8 29... ¦a8

-31-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
30.¦c7 ¦b8 pero olvidando salvar la torre en c7 de la misma
31.¦c6 ¢d7 amenaza.
32.¦c7+ ¢e6 41. ... ¤b5+
33.¦c6 ¦b7 42.¢b7 ¤xc7
Aquí rechacé el empate (por repetición 43.¥xc7 ¦d4!!
de jugadas), sintiendo que no había razón por
la cual las negras debían perder después de un
movimiento diferente. Además, sabía que estaba
“obligado” a ganar este juego.
34.c4! dxc4+
Un movimiento arriesgado. Las posibilida-
des habrían sido muy parejas después de 34...
d4 35.¦h1 (35.c5 ¢d5) 35...¢d7 36.¦c7+ ¦xc7
37.¦h7+ ¢c6 38.¥xc7.
35.¢b4 ¢e7
Por supuesto que no 35...¢d7, a causa de
36.¢c5, y las negras pierden una pieza. Después
del siguiente movimiento de las blancas, la ame-
naza de 37.¥c5 obliga a las negras a abandonar
el peón c4; sin embargo, el rey blanco inespera-
damente se encuentra en peligro. Así que tal vez Conseguí sellar esta jugada antes de que se
35. ... ¢d5 era preferible. suspendiera el juego. Como nadie lo vio, todo el
36.¢a5 ¢d7 mundo asumió que las blancas podían empatar
37.¦xc4 ¦e6 jugando 44.f4, lo que otorga a las blancas un in-
Para entonces, yo también prácticamente tercambio de peones o un segundo peón pasado.
había agotado todo mi tiempo, por lo que, para Con este movimiento, las negras evitan tanto el
el resto de los movimientos en esta sesión, ambas c4 como el f4, evitando que su último peón sea
partes estaban jugando con “banderas colgadas”. intercambiado. Si ahora 44.¦e1, entonces 44. ...
Las negras podrían haber ganado con el inter- ¦b4+ 45.¢a7 (45.¢c8 ¦c4) 45...e4. Así que las
cambio jugando 37...¦b8!, forzando 38.¦xd6+. blancas protegen la casilla b4, pero ahora su alfil
38.¢a6 ¦b8 debe abandonar la defensa del rey.
39.¦c7+ ¢e8 44.c3 ¦c4
40.¢a7 ... 45.¥a5 ¢d7
Era necesario 40.¦h1 ¦a8+ 41.¥a7 ¦xa7+ 46.¦h8 ¦f6
42.¢xa7 (42.¦xa7 ¤c8+) 42...¤b5+, con un Un movimiento muy fuerte, encontrado
probable empate. durante el análisis. La presión contra el peón f
40... ¦d8 obliga a la torre de las blancas a una posición
41.¦h1 ... pasiva también.
Reshevsky no tuvo tiempo de escribir, ni 47.¦d8+ ¢e7
siquiera de contar, sus movimientos; aquí, en el 48.¦d2 ¦d6!
movimiento 41, cometió un trágico error, sal- Ocupando una columna importante y ase-
vando su torre de d1 de la amenaza ... ¤b5+(c8), gurando la participación del rey en el próximo

-32-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
ataque de mate. Ahora es imposible 49.¥b4, en reloj. Finalmente, él mismo vio su error y le dio
vista de 49. ... ¦xb4+; y si 49.¦e2, entonces 49. al botón un fuerte golpe. Pero en la jugada 41,
... ¦d5 50.¥b4+ ¢d7. pasó por alto la pérdida por el jaque doble.
49.¦a2 ¢d7 Incluso ahora, no me queda del todo cla-
La soga se aprieta más. ro que haya hecho lo correcto. Lo más probable
50.¦b2 ¦c5 es que lo hiciera; de lo contrario, nos habríamos
51.¥b6 ... visto privados de un buen análisis.
Puesto que las blancas están mate después Si, por otro lado, Reshevsky hubiese sido
51.¥b4 ¦c7+, deben abandonar el peón c. un poco más lento a la hora de darse cuenta de
51... ¦xc3 su error, ciertamente tampoco hubiéramos teni-
52.¦b4 ¢e6 do este buen análisis: ¡Euwe habría tenido que
53.¦b2 ¦dd3 renunciar a él!
54.¦a2 ¦d7+
55.¢a6 ¦b3
56.¥e3 ¦d6+
57.¢a5 ¦d8
58.¢a6? ...
Las blancas pierden una pieza - un descui-
do, que no tiene efecto en el resultado del juego.
58. ... ¦xe3
59.fxe3
0-1
Y las blancas abandonaron.
Una tensa lucha e interesante. Pero el even-
to más importante de este juego no puede ser
descrito en los comentarios de ajedrez.
Hasta donde puedo recordar, Reshevsky
olvidó apretar su reloj después de hacer el movi-
miento 38.¢a6. Me senté y consideré qué hacer.
En una situación similar, diez años atrás (contra
Bogoljubow, en Nottingham en 1936), había lla-
mado la atención a mi oponente sobre su olvido.
Pero este encuentro contra Reshevsky era parte
de un match por equipos. ¿Tenía derecho a ser
noble, sin consultar primero al capitán del equi-
po? ¿Y cómo iba a consultar con el capitán del
equipo, con las dos banderas a punto de caer?
Así que allí me senté, como una esfinge. Existe
una imagen de este juego, tomada precisamente
en este momento. Euwe, el árbitro, está a la es-
pera; también lo están Keres, Denker y Steiner;
pero ninguno de ellos le recordó a Reshevsky su

-33-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 8
Match-Torneo del Campeonato del Mundo, Segundo Ciclo
Profecía
La Haya, marzo de 1948

Blancas: M. Botvinnik
Negras: P. Keres
Defensa Nimzoindia

Antes de la partida de los jugadores uno de ustedes tendrá seis días de descan-
soviéticos (Botvinnik, Keres y Smyslov) so, y perderá como un niño en el séptimo
hacia Holanda, desgraciadamente surgió día”. Ahora la primera parte de mi profe-
un conflicto que provocó acaloradas dis- cía se había cumplido. ¡Después de seis
cusiones sobre la programación de la mi- días de descanso, Keres se sentó frente a
tad holandesa del Match Torneo. Las ron- mí, pálido como la muerte, obviamente
das se habían programado sin considerar con miedo de que la segunda parte de mi
los requisitos elementales de un evento profecía también se cumpliera!
deportivo. Un torneo debe ser tan rápido
como para permitir que sus participantes 1.d4 ¤f6
se acostumbren a un ritmo definido de 2.c4 e6
juego. Entonces, y solo entonces, puede 3.¤c3 ¥b4
esperar ver logros creativos superlativos. 4.e3 O-O
Los organizadores holandeses pensa- 5.a3 ¥xc3+
ron que esto no tenía mucha importancia, 6.bxc3 ¦e8
ya que no veían que una serie de días li- Hoy sabemos que 6...c5 es el más fuer-
bres (debido a las vacaciones y al hecho te, así jugó Reshevsky contra mí en el ter-
de que teníamos un número impar de ju- cer ciclo de este mismo Torneo-Match.
gadores) alterarían este ritmo de juego, y Puesto que el plan de las negras incluye
retrasarían a un jugador. e6-e5-e4, las blancas desarrollan el caballo
Cuando descubrí que uno de los juga- rey por e2.
dores terminaría con seis días seguidos de 7.¤e2 e5
“descanso”, justo antes de la ronda final del 8.¤g3 d6
segundo ciclo, sugerí a mis colegas Keres 9.¥e2 ¤ bd7
y Smyslov que registráramos una protesta 9...c5 podría haber sido un movimien-
conjunta. ¡Desgraciadamente, no me apo- to lógico, para seguir luego con ...¤c6;
yaron! Así que les dije, muy sinceramente: pero a Keres le encantaba desarrollar el
“Esperen; cuando lleguemos a La Haya, caballo dama hasta d7 en esta apertura.

-34-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
10.O-O c5 Pasiva. 15...¦c8 16.£xd4 ¤a4 17.¥a1
11.f3! ... ¤c5 era preferible.
16.£xd4 £c7
Y esto fue un descuido. La apertura del
juego que sigue sólo puede favorecer a las
blancas, que poseen dos alfiles peligrosos.
17.c5 dxc5
18.¦xc5 £f4
Algunos comentaristas pensaron
que con 18...£d8 habría dejado al negro
algo de esperanza. Me resulta difícil es-
tar de acuerdo con esto, ya que 19.£e3
(19.£xd8+ ¦xd8 20.¥xf6 gxf6 21.¤h5,
también era posible) deja al blanco con
una posición tan fuerte que sus amenazas
Ahora vemos por qué el caballo está apenas pueden ser rechazadas.
mal en d7; sin la presión sobre d4, las 19.¥c1 £b8
blancas pueden prepararse para e4. El mo- 20.¦g5 ...
vimiento 11.f3 también oculta una sutil Decisivo. 20...¤e8 se contesta con
trampa posicional. 21.¤h5 f6 22.¤xf6+.
11. ... cxd4 20. ... ¤bd7
Difícilmente una solución aceptable en
esta posición; activa el alfil dama blanco
y también libera a las blancas de su peón
doblado. Keres casi siempre intercambia-
ba peones c en el la Nimzoindia, pero no
debería haberlo hecho aquí.
12.cxd4 ¤b6
13.¥b2 exd4
Las negras caen en la trampa posicio-
nal de las blancas (ver nota para mover
11), evidentemente contando con 14.exd4
d5! Sin embargo, las blancas encuentran
la manera de evitarlo y terminan ejercien-
do una peligrosa presión sobre g7. 21.¦xg7+! ¢xg7
14.e4! ¥e6 22.¤h5+ ¢g6
15.¦c1 ¦e7 Retroceder a la octava fila también es
-35-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
inútil.
23.£e3

Este movimiento silencioso fuerza el


mate.
Con solo unos segundos restantes, Ke-
res detuvo los relojes. Luego, sin decir una
palabra, firmó la planilla, se levantó y se
fue. El pobre Paul probablemente pensa-
ba menos en el ajedrez durante este juego
que en el error que había cometido antes
de abandonar Moscú…

-36-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 9
Match Torneo, Tercer Ciclo
Preparación en el hogar
Moscú, marzo de 1948

Blancas: M. Botvinnik
Negras: M. Euwe
Defensa Eslava, Variante Merano

1.d4 d5 ba el lado contrario. No le conté todos los


2.¤f3 ¤f6 matices de mi sistema de apertura prepa-
3.c4 e6 rado, y no porque no confiara en él -como
4.¤c3 c6 amigos, no nos ocultábamos secretos en-
5.e3 ¤bd7 tre nosotros-, sino porque quería medir el
6.¥d3 dxc4 efecto sorpresa en un rival con el que me
7.¥xc4 b5 encontraría más tarde en las condiciones
8.¥d3 a6 del torneo.
9.e4 c5 13.fxg7 ¥xg7
10.e5 ... 14.O-O ...
Como ya hemos notado (ver juego Nº
4), 10.d5 es la continuación más peligro-
sa para las negras - de hecho, fue precisa-
mente esta continuación la que hizo que la
preferida de Rubinstein, la Variante Mera-
no, desapareciera del juego de torneos.
10... cxd4
11.¤xb5 axb5
12.exf6 £b6
Mientras nos preparábamos para el XI
Campeonato de la URSS en la primavera
de 1939, mi amigo Ragozin y yo decidimos
probar lo que en ese momento era una no-
vedad en la Variante Merano, que la teoría En esta posición, Ragozin jugó 14. ...
contemporánea consideraba como poco ¥a6. Este era el tipo de movimiento que
prometedora para las negras. solía hacer en nuestros encuentros de en-
Normalmente, yo tocaba la variante trenamiento. Sabiendo que yo tenía un
que proponía, mientras que Ragozin toca- sistema preparado contra las variantes ya

-37-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
publicadas, él trataba de alejarse de lo teó- asalto inmediato sobre el débil peón e.
rico, para ver cuán confiadamente jugaba Para este propósito, necesita ocupar c4.
sin el beneficio de una preparación analí- 18.a4! bxa4
tica precisa. 19.¥c4 ¥d5
14...¤c5 es más exacto - una manio- Si 19...¦fe8, sigue 20.¦xe6 ¦xe6
bra que las blancas ahora evitan. Así es 21.¤g5 ¤f8 22.£h5 £c6 23.¥xe6+ ¤xe6
como continuó el juego de práctica con 24.£xh7+ ¢f8 25.¥d6+! (25.£xf5+ ¢g8
Ragozin: 26.£xe6+ £xe6 27.¤xe6 ¥f6 28.¤g5
14. ... ¥a6 ¥c6; no está claro) 25...£xd6 26.£xf5+
15.b4 O-O ¢g8 27.£f7+ ¢h8 28.¤xe6 ¥e5 (o
16.¦e1 ¥b7 28...¦g8 29.£h5+) 29.£xb7, dando a las
Una maniobra necesaria para llevar al blancas una ventaja material decisiva.
alfil a una posición más activa. 20.¥xd5 exd5
17.¥f4 ... 21.¦e7! ...
La más fuerte, y quizás la única conti-
nuación. La posición de las negras no es
tan mala como parece a primera vista. El
lado de la dama de las blancas ha sido ex-
terminado; y aunque los peones centrales
de las negras pueden ser doblados, son sin
embargo fuertes. La idea paradójica del
blanco es forzar el intercambio de su torre
activa por la torre enemiga pasiva, para
atraer al rey de las negras a la zona de pe-
ligro.
21. ... ¦f7
22.¦xf7 ¢xf7
Con sus dos últimos movimientos, las 23.£d3 ...
blancas se han asegurado un punto clave: El peón f es ahora indefendible, y
la casilla central e5. Esta era, de hecho, la cuando caiga, el ataque de las blancas se
idea detrás de mi plan preparado para el desarrollará automáticamente. Si 23...£f6
medio juego. (g6), las blancas juegan 24.£b5!
17. ... f5 23. ... ¤f6
Este es el quid del asunto. Si, de he- 24.£xf5 a3
cho, las negras tuvieran tiempo de jugar 25.¥e5 ¦a6
...¥d5, tendrían buenas perspectivas. Pero 26.¤g5+ ¢g8
el blanco tiene el movimiento, e inicia un 27.¦c1 £c6
-38-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
28.¦xc6 ¦ xc6 riores, con las blancas generalmente te-
29.g4 niendo las mejores oportunidades.
Y las blancas abandonan. 17.¦c1 ¦d5
Ahora volvamos a la partida jugada 18.¥e5 ...
en condiciones de torneo. Hasta la juga- Al igual que en el juego de entrena-
da número 14 de las negras, coincidió con miento, las blancas han llevado a cabo con
la partida de entrenamiento que jugué éxito su plan de apoderarse de la casilla
contra Ragozin (ver diagrama después de clave e5.
14.O-O). 18. ... ¥xe5
Si Euwe hubiera sabido lo bien prepa- Los analistas recomendaron aquí
rado que estaba para esta línea, dudo que 18...O-O, mostrando, por medio de algu-
hubiera elegido jugarla. nas variantes complejas, que ni 19.¤g5, ni
14. ... ¤c5 19.¥xh7+ dan ventaja a las blancas.
La continuación 14...O-O 15.¦e1 ¥b7 De hecho, sin embargo, el rey de las ne-
16.¥f4 ¥d5 17.¤e5 ¤xe5 18.¥xe5 ¥xe5 gras no está mejor en el flanco de rey que en
19.¦xe5 f5; parece muy dudosa para el el centro. Después de 18...O-O 19.¥xg7!
negro. ¢xg7 20.¤e5, la amenaza de 21.¦xc5!,
15.¥f4 ¥b7 seguido de 22.£g4+ y 23.£h5 es muy
16.¦e1 ... desagradable; tampoco lo es 20...¤xd3
21.£xd3 ¢h8 (21...f6 22.¦c7+! £xc7
23.£g3+) 22.£f3 f6 23.£f4 (con la ame-
naza 24.¤g6+) ofrecen a las negras cual-
quier alivio... Euwe decide intentar la sim-
plificación, pero pasa por alto un limpio
golpe táctico.
19.¦xe5 ¦xe5
20.¤xe5 ¤xd3
21.£xd3 f6
22.£g3! ...
Este es el punto. Si el caballo se reti-
ra (con lo que las negras contaban, desde
su movimiento 18), las negras tienen la
16. ... ¦d8 ventaja. Pero ahora, con dos piezas mayo-
Las negras juegan de forma indecisa. res blancas penetrando, las negras deben
16...¤xd3 17.£xd3 ¥xf3 18.£xf3 O-O; renunciar a su dama para evitar el mate.
era mejor - una continuación que ha sido Tomar el caballo es forzado, ya que si
probada en un número de juegos poste- 22...¢f8 23.¦c7! es decisivo.
-39-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
ra evidencia de la importancia del trabajo
de investigación del ajedrecista que busca
una carrera exitosa. El triunfo del movi-
miento analítico, que se formó en los años
30 y 40, fue precisamente lo que les valió a
los maestros soviéticos el reconocimiento
de los ajedrecistas de todo el mundo. Des-
afortunadamente, también hay que tener
en cuenta que, para los maestros de aje-
drez de hoy, la palabra clave es práctica.

22. ... fxe5


23.£g7 ¦f8
24.¦c7 £xc7
O 24...£d6 25.¦xb7 d3 26.¦a7 £d8
27.£xh7.
25.£xc7 ¥d5
26.£xe5 d3
27.£e3 ¥c4
Otras líneas tampoco lo salvan.
28.b3 ¦f7
29.f3 ¦d7
30.£d2 e5
31.bxc4 bxc4
32.¢f2 ¢f7
Si 32...c3 33.£xc3 d2, el blanco con-
tinúa con 34.£c8+ ¢e7 35.£xd7+ y
36.¢e2.
33.¢e3 ¢e6
34.£b4 ¦c7
35.¢d2 ¦c6
36.a4
1-0
Las negras abandonan.
La historia detrás de este juego es la cla-
-40-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 10
Match Torneo, Quinto Ciclo.
El Peón Milagroso
Moscú, mayo 8, 1948

Blancas: M. Botvinnik
Negras: M. Euwe
Contragambito Blumenfeld

Antes de este encuentro con mi vie- 8.e3 ¥f5


jo amigo y oponente Max Euwe, ya había 9.¥d3 ...
acumulado 12 de los 16 puntos posibles, 4 Ahora 9.£b3 podría ser contestado
puntos más que mi competidor más cer- con 9. ... £b6.
cano. En otras palabras, si hubiera tenido 9... ¥xd3
que abandonar el torneo en ese momento, 10.£xd3 O-O
¡en las últimas cuatro rondas nadie podría 11.O-O ¤bd7
hacer nada mejor que empatar mi puntaje! 12.¤e5 ...
Todo lo que necesitaba era un solo empa- El blanco está más que dispuesto a
te, para hacerme inalcanzable, y así ganar simplificar.
el título de Campeón del Mundo. 12. ... £e8
13.¤xd7 £xd7
1.d4 d5 14.b4 ¦fe8
2.¤f3 ¤f6
3.c4 e6
4.cxd5 ...
La variante del cambio en el Gambito
de la Dama Rechazado es la ruta más sen-
cilla para conseguir un empate.
4. ... exd5
5.¤c3 c6
6.£c2 ...
6.¥g5 también es posible.
6... g6
7.¥g5 ¥g7
7...¥f5 hubiera sido prematuro, de-
bido a 8.£b3 b6 9.e4 dxe4 10.¤e5 ¥e6 Aquí sentí que simplemente no po-
11.¥c4, con un ataque peligroso. día seguir jugando, y le ofrecí tablas a mi

-41-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
oponente. Como Euwe, el ex campeón del talismán, con la creencia de que el peón la
mundo, tenía una puntuación en el tor- ayudaría a convertirse en Campeona del
neo decididamente infeliz a estas alturas, Mundo. ¡Y así lo hizo!
no tenía ninguna duda de que aceptaría la E incluso el humilde mozo del mural
oferta. Pero para mi sorpresa, Euwe ines- que tocó este peón verdaderamente “mi-
peradamente dijo que le gustaría jugar un lagroso”, más tarde se convertiría en Cam-
poco más. peón Mundial por Correspondencia.
Estaba enojado; mi espíritu de lucha
regresó inmediatamente. «Bien», dije, «si-
gamos jugando, entonces.» Euwe sintió
el cambio en el ambiente, y extendió su
mano para felicitarme por haber ganado
el torneo.
Tablas.
La emoción y el ruido en la sala eran
indescriptibles. El juego en las otras me-
sas cesó durante varios minutos, mientras
que el árbitro jefe, Milan Vidmar, calmó a
los espectadores. Mientras tanto, mis ami-
gos me llevaron a celebrar mi victoria.
No fue hasta minutos después que el
equipo de rodaje se dio cuenta de que no
habían podido captar el momento justo en
que hice mi última jugada, la que le otorgó
a la Unión Soviética el título de Campeón
del Mundo. Al darse cuenta de que, el mu-
ralista Jan Estrin, tenía el mismo color de
traje que el mío, lo pusieron a realizar el
movimiento, en lugar del recién coronado
Campeón del Mundo. ¡Los espectadores
de los noticieros nunca sospecharon que
el movimiento histórico 14. b4 fue hecho,
no por la mano del Campeón, sino por la
del chico que reproducía las jugadas en el
tablero mural!
La historia del peón b no termina aquí.
Elizaveta Bykova se lo llevó a casa, como
-42-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 11
7ma. Partida Match por el Campeonato del Mundo
Los elementos furiosos
Moscú, marzo 1951

Blancas: M. Botvinnik
Negras: D. Bronstein
Defensa Holandesa

Cuando jugué mi match con Brons- hacia el puente roto, me uní a un grupo
tein, mi forma de juego ciertamente deja- de lugareños que observaban los elemen-
ba mucho que desear. Durante tres años, tos enfurecidos. El hielo estaba barriendo
mientras trabajaba en mi tesis doctoral todo a su paso. Claramente, me di cuenta,
en el campo de las máquinas electrónicas, que sería incapaz de llegar al encuentro.
no había participado en ningún torneo; Por lo tanto, fui a llamar a los organi-
mientras que Bronstein era probablemen- zadores del match para hablarles de esta
te el oponente más fuerte e interesante que situación desagradable y pedirles ayuda.
podría haber enfrentado en esos días. Así Pero cuando volví a la orilla - ¡un milagro!
que no tuve un momento fácil contra él, - el río estaba libre de hielo. Había un pe-
particularmente al principio. dazo de hielo río arriba. Así que inmedia-
Las primeras seis partidas termina- tamente me metieron en el ferry y me lle-
ron con un empate de 3: 3. El calendario varon a la orilla derecha, de ahí al tranvía
nos dio dos días libres consecutivos en eléctrico, y a la hora señalada, me senté a
ese momento, así que decidí descansar en jugar en el tablero de ajedrez en el Salón
nuestra casa de campo, y me fui a Nikolina Tchaikovsky.
Gora, con mi hija de diez años a cuestas.
Cuando llegamos al río Moscú, encontra- 1.d4 d5
mos el puente de madera roto, ya que el 2.c4 e6
río estaba crecido (el puente permanente 3.¤f3 c6
de piedra aún no había sido construido). 4.g3 f5
Así que cruzamos en ferry hasta la orilla Así que es la Defensa Holandesa. Esta
izquierda, llegando a nuestra cabaña de fue una de las “revelaciones” psicológicas
verano en poco menos de una hora. de mi oponente en este match; jugar con-
En la tarde del día programado para tra mí las mismas aperturas que eran parte
el séptimo juego, descubrí para mi horror de mi propio repertorio. En un entorno
que el regreso estaba fuera de discusión; el familiar, sin embargo, me sentía como un
río había subido varios metros. Corriendo pez en el agua.

-43-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
5.¥g2 ¤f6
6.O-O ¥e7
7.b3 ...
Un año después 7.¤bd2 se mostró
como más fuerte, pero la del texto tam-
bién es buena.
7... O-O
8.¥a3 b6
El intercambio de alfiles aquí (8...¥xa3)
solo aceleraría la maniobra de las blancas
9.¤xa3-c2-b4 (o e1)-d3, como se jugó
hace tanto tiempo en mi juego contra Ra-
gozin (XI Campeonato de la URSS, Lenin-
grado 1939). 17.¥xd5 exd5
9.¥xe7 £xe7 O 17...¤xd5 18.e4.
10.¤e5 ¥b7 18.¤f3 ¦c7
11.¤d2 ¤bd7 19.¦c2 ¦fc8
12.¤xd7 ¤xd7 20.¦fc1 ¤e4
13.e3 ... 21.¤e5 ...
Si el peón de las negras estuviera en f7, Las blancas no necesitan apresurarse;
el juego sería parejo; pero aquí, a pesar de su posición es un poco mejor, así que pue-
todas las simplificaciones anteriores, las de esperar tranquilamente a que las negras
blancas mantienen una pequeña ventaja se cansen del juego pasivo.
posicional precisamente porque ese peón 21. ... ¤f6
está en f5: la debilidad en e5 puede contar. 22.£d3 g6
13. ... ¦ac8 23.£a6 ¢g7
14.¦c1 c5 24.£e2 £d6
15.£e2 ¤f6 25.a4 ...
Las negras han conseguido sacar todas Esto parece absurdo, pero hay una ra-
sus piezas, pero la posición de los peones zón detrás de ello. Si más tarde las negras
de las blancas todavía les da cierta ventaja. juegan … c4, encontrará que el peón es di-
16.cxd5 ¥xd5 fícil de apoyar con ... b5.
Esto permite que las negras intercam- 25. ... ¤e8
bien el alfil que cubre la posición del rey 26.£d2 ¤f6
de las blancas, sin embargo, esto se consi- 27.£c3 ¤e4
gue a costa de alguna debilidad en su pro- 28.£d3 cxd4
pio flanco de dama. Como la posición de rey de las negras
-44-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
no es segura, no deberían estar abriendo el cambiado ambas torres primero, y sólo
juego. Intrigado por las tácticas (29.¦xc7+ entonces haber tomado el peón f; esto ha-
¦xc7 30.¦xc7+ £xc7 31.£xd4 £c3; da- bría llevado a la misma posición que ocu-
ría a las negras un final parejo), mi opo- rrió en el juego.
nente ignora las consideraciones posicio- 32.gxf4 ¤h5
nales. La mejor política de las negras era 33.¦xc7+ ¦xc7
la de esperar atentamente, pero Bronstein 34.¦xc7+ £xc7
no podía esperar para “animarlo”; además, 35.£g4 ¤f6
¿de qué otra manera podría explotar la in- 36.£e6 ¤h5
cipiente presión del tiempo de las blancas? 37.£d7+! £xd7
Por cierto, la continuación de L. Sza- Forzando un final ganado.
bo (publicada en Sbakbmaty v SSSR No. 38.¤xd7 ¤xf4+
6, 1951): 28...c4 29.bxc4 £b4 30.c5 bxc5 39.¢f3 ¤d3
31.dxc5 ¦xc5 32.¦xc5 ¦xc5 33.¦b1 £xa4 40.¤xb6 ¤b4
34.¦b7+ ¢g8; conduce a un empate. 41.¢f4 ¢f6
29.exd4 a5 42.¤d7+ ¢e7
30.¢g2 ¤f6 43.¤e5 ...
31.£e2 f4

El plan de las blancas es obvio: llevar a


Ahora las “complicaciones de la pre- su rey a c3, a su caballo a d3, y b4 decidirá
sión del tiempo” se ponen en marcha. Es el juego. El único problema será cómo evi-
curioso que ninguno de nosotros se die- tar que el rey de las negras, mientras tanto,
ra cuenta que después de 32.gxf4 ¦xc2! ataque a los peones blancos del lado del
33.¦xc2 ¤h5! se recupera el peón. Por rey.
lo tanto, las blancas deberían haber inter- 43. ... ¢e6
-45-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
44.¢e3 ¢f5 51... ¤a6
45.f3 g5 52.¢e2 ¢e6
46.¢d2 h5 53.¢d2 ...
Si 46...¢f4, las blancas juegan 47.¤d3+ Aquí 53.¤c5+ sería peligroso, en vista
¤xd3 48.¢xd3 ¢xf3 49.b4 axb4 50.a5, y de 53. ... ¤xc5 54.dxc5 ¢d7 55.¢d3 ¢c6
el peón se convierte en dama. 56.¢d4 h4!
47.¤d3 ¤a6 53... ¢e7
48.¤c5 ¤b4 Mover el rey tan atrás solo simplifica la
49.¤d3 ¤a6 tarea de las blancas.
50.h3! ... 54.¢c3 ¢d6
Esto impide el intercambio de peones 55.b4 axb4+
en el lado del rey, ya que las negras perde- 56.¤xb4 ¤c7
rían un segundo peón después de 50...g4 57.a5 ¤b5+
51.hxg4+ hxg4 52.fxg4+ ¢xg4 53.¤e5+ 58.¢d3 ¢e6
¢f4 54.¤c6. 59.¢e3 ¤a7
50. ... ¤c7 60.a6 ¤b5
51.¢e3 ... 61.¤c6 ¤c7
62.¤b4 ¢f5
O 62...¤b5 63.¢f2, seguido de ¢g3
y f4.
63.a7 ¢e6
64.¢f2 h4
65.f4 gxf4
66.¢f3
1-0
Las negras abandonan.
Mis nervios demostraron ser un poco
más fuertes en este juego. ¡Lo que pro-
bablemente ayudó fueron esas horas que
pasé al aire libre en la orilla del río!
El inmediato 51.¢c3 ¤a6 52.b4 axb4+
53.¤xb4 ¢f4 54.¤xa6 ¢xf3 55.¤c5 g4
56.hxg4 hxg4 (o 56...h4 57.g5) 57.¤d3
g3 58.¤e1+ ¢e2 59.¤g2; también era
posible; pero el blanco no tiene prisa, es
consciente del inminente (segundo) con-
trol del tiempo.
-46-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 12
Torneo de Budapest
Análisis en casa
Abril, 1952

Blancas: L. Szabo
Negras: M. Botvinnik
Defensa Holandesa

Un año después de mi match con 8...b6 es que defiende la casilla e5.


Bronstein, mi forma de jugar todavía no 9.£c1 ¤e4
ha mejorado, como lo confirmó el torneo Un movimiento necesario. Si ahora
de Budapest, celebrado en la primavera de 10.¥xe7 £xe7 11.£a3, las negras juegan
1952. El siguiente “juego de los mil saltos” 11.. .Df6.
contra Szabo contiene ideas interesantes y 10.¤bd2 ¥xa3
algunos errores elementales. Este intercambio es bastante jugable
ahora que las blancas ya no tienen la ma-
1.d4 e6 niobra ¤xa3-c2-e1-d3, que es un proble-
2.c4 f5 ma contra el “Stonewall”.
3.g3 ¤f6 11.£xa3 b6
4.¥g2 ¥e7 12.¦ac1 ¥b7
5.¤f3 d5 13.¦fd1 £f6
6.O-O O-O 14.cxd5 exd5
7.b3 ... 15.¤e1 a5
Algo más tarde, durante este mismo Ciertamente no 15...£xd4?, por
torneo, Geller utilizó el plan adecuado 16.¤xe4. Con la del texto, las negras libe-
contra Szabo, comenzando con 7.¤bd2. ran a su torre de defender al peón a.
7... c6 16.¤df3 ...
8.¥a3 ¤bd7 Esto permite la apertura de la columna
Esto es más exacto que 8...b6, como f; por esta razón, era preferible 16.e3.
había jugado Bronstein contra mí (ver 16... f4
Juego 11). Ahora las negras pueden se- 17.¤d3 fxg3
guir en caso de 9.¤g5 con 9. ... ¥xa3 18.hxg3 ...
10.¤xa3 (10.¤xe6? sería un error, debido Ahora la debilidad de la casilla f2 re-
a la respuesta 10. ... £e7 11.¤xf8 ¤xf8) trasará la ocupación de e5 por parte de las
10...£e7. blancas. Era preferible 18.fxg3.
La ventaja de jugar 8. ... ¤bd7 sobre

-47-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
18... ¦ae8 27.¦xc5 bxc5
19.¦c2 £h6 28.£xc5 £xc5
20.£c1 £d6 29.¤xc5 ¥a8
21.¥h3 ¦f6 30.¦xd4 ¦c8
22.¢g2 ... 31.¤cd3 ...
Una jugada bastante arriesgada, des- Las blancas ciertamente tienen com-
pués de la cual el negro jugará para abrir pensación por el material perdido, a sa-
la diagonal de a8-hl inmediatamente. ber: un peón, más dos caballos centraliza-
22. ... c5 dos; el alfil de las negras también está mal
23.¥xd7 ... colocado. Aun así, las negras deberían ga-
Esto permite a Szabo ocupar e5, pero nar, si juegan correctamente. Primero, el
con el precio de crear más debilidades en peón a debe ser protegido con 31...¦b6, y
otras casillas. si 32.¦a4, entonces 32. ... ¦b5.
23. ... £xd7 31. ... ¦c2
24.¤fe5 £d6 32.¦a4 ¦xe2+
25.f4 ... 33.¢f3 ¦c2
34.¦xa5 ¦f8
35.¢e3 d4+
El negro no es tan rico en peones como
para permitirse el lujo de sacrificarlos a
tan la ligera. Aunque su deseo de poner en
juego el alfil es comprensible, hacia ese fin
habría sido mejor jugar 35...h5 primero,
lo que amenaza 36. ... d4+ 37.¢xd4 ¦g2,
creando un peón pasado.
36.¢xd4 ¦d8+
37.¢e3 ¦g2
Muy débilmente jugado. 37...¥g2 era
el movimiento apropiado, con la intención
Al intentar matar dos pájaros de un de continuar ... ¥g2- f1 xd3, cambiando
solo tiro - fortificando e5, mientras elimi- uno de los caballos.
na sus preocupaciones sobre la casilla f2 38.g4 ¦c2
- las blancas cometen un grave error. Las maniobras de la torre negra cau-
25. ... cxd4 san una impresión muy extraña. Y ahora
26.¦c7 ¤c5 el alfil comienza con el mismo tipo de mo-
Ahora las blancas pierden calidad en vimientos.
el intercambio. 39.b4 ¥d5
-48-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
40.a4 ¥h1 El primer movimiento del análisis pre-
Con poco tiempo en el reloj, las negras parado por el blanco es un error. El negro
hacen movimientos inútiles. Aquí tam- ahora tiene un increíble recurso de tablas.
bién, la maniobra del alfil señalada ante- La continuación ganadora era aparen-
riormente hubiera evitado lo peor para él. temente 42.a5! La idea es ofrecer el inter-
Ahora el juego de las negras está bastante cambio de torres de nuevo, por ¦d7. Por
perdido. supuesto, poner los peones pasados en
41.¦a7! ... cuadros oscuros permite a las negras or-
El movimiento sellado. Las blancas ganizar un bloqueo, pero tarde o tempra-
colocan a la torre en una mejor posición, no, los peones avanzarían.
preparándose para el avance de sus peo- La variante que Szabo temía - 42.a5
nes pasados - y, lo que es más importante, ¦a3 43.¦d7 ¦xd7 44.¤xd7 ¥c6 45.¤e5
asegurándose contra cualquier inconve- ¥b5 - difícilmente podría haber causa-
niente derivado de un ataque al caballo en do dificultades a las blancas: después de
d3, en vista de la respuesta ¦a7-d7. 46.¢d4 ¦b3 47.¤c4! ¢f8 48.¢c5!; los
41. ... ¦a2 peones no pueden ser detenidos.
La amenaza ¦a7-d7 es desagradable. Las blancas tendrían más de qué pre-
La simplificación favorece a las blancas, ocuparse después de 44...¥g2! (en lugar
ya que permitiría a su rey avanzar sin obs- de 44... ¥c6) 45.¤e5 ¥f1! 46.¢d4 ¢f8
táculos hasta el flanco de dama, para ayu- 47.¤c5 ¢e7, pero aquí también, des-
dar a sus peones pasados. Por lo tanto, este pués de 48.¤e4!!, el negro estaría en un
movimiento debe evitarse, aunque sólo aprieto. Las blancas amenazan con invadir
sea temporalmente. con su rey con ¢d4-c5-b6, y 48... ¢d8
42.b5 ... es una respuesta pobre, debido a la simple
49.¤g5, entonces las negras pierden uno
de sus peones del lado del rey.
La única posibilidad de las negras ha-
bría sido sacrificar su alfil y su torre por
los peones de las blancas en el lado de la
dama, y cambiar todos los peones del lado
del rey. Incluso entonces, las blancas po-
drían haber dejado a las negras un peón y
haber dado mate con sus dos caballos (se-
gún Troitsky).
Las blancas querían evitar toda esta
«técnica aburrida», y en su lugar jugaban
por las complicaciones, ¡una mala idea!
-49-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
42... ¦a3 44.f5 ...
Con la obvia intención de ganar el La única posibilidad de las blancas,
peón a después de 43... ¦a8! Por lo tanto, pero muy buena (44.fxg5 no habría teni-
las blancas no tienen otra opción. do sentido, en vista de 44. ... ¦d5). Ahora,
43.a5 ... sin embargo, el caballo blanco centraliza-
do ya no es tan sólido.
44... ¦d5
Así, uno de los peones pasados unidos
cae; pero ahora el rey negro está en una
situación peligrosa.
45.¦e7! ¦xb5
46.f6 ¦xe5+
Forzado, de lo contrario el peón f se
convierte en dama.
47.¦xe5 ¢f7
48.¦f5! ...
Después de 48.¦xg5 ¢xf6, la tarea de
las negras hubiera sido simple: cambiar
Pero ahora parece que el juego ha ter- todos los peones del flanco del rey, y en-
minado, por algo así como 43...¥g2 44.b6! tregar su alfil por el peón a.
¥f1 45.b7 ¥xd3 46.¦a8!!, que deja a las 48... ¥b7
negras indefensas; si es necesario, el rey de Preparando el sacrificio final.
las blancas puede refugiarse de los jaques 49.¢d2 ...
en h4. Y 43...¦a8 44.¦xa8+ ¥xa8 45.¤c4, 49.¢d4 ¦a4+ 50.¢c3 ¦a3+ 51.¢d2,
también es malo. conduce a la misma posición. Aquí, las
Sin embargo, las negras tienen un con- negras podrían haber hecho retroceder al
traplan interesante, que conduce a un em- rey de las blancas jugando 49...¦a2+; pero
pate por la fuerza. esto no habría hecho ninguna diferencia.
43. ... g5! 49... ¥c8!
Esta jugada (y sólo esta jugada, no ¡El peón g es el triunfo principal de las
todas las que siguieron) fue el fruto del blancas!
análisis de la casa; la única jugada que las 50.¤e5+ ¢f8
negras habían analizado muy cuidadosa- 51.¦xg5 ...
mente era 42 a5. En el tablero, después de La posición de las negras parece deses-
una larga consideración, tuve que elegir perada, debido a la amenaza de f7…
esta línea de todos modos, a pesar de que 51. ... ¦xa5!!
el peón f pasado parece muy peligroso. Las blancas pierden su último peón
-50-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
para coronar por la fuerza, y el empate se 66.¦b4 ¥a2
vuelve inevitable. 67.¢f5 ¥d5
52.¤d7+ ¥xd7 ¡La única casilla para el alfil! Si
53.¦xa5 ¥xg4 67...¢f7, las blancas juegan 68.¦b7+ y
54.¢e3 ¥e6 69.¢g6.
55.¢f4 ¥c4 68.¢g6 ¥f7+
56.¦a7 h5 Otra vez, ¡el único movimiento!
57.¢g5 h4 69.¢g5 ¥d5
58.¢xh4 ¥b3 70.¦h4 ¥b3
71.¦h8+ ¢f7
72.¦h7+ ¢f8
73.f7 ¢e7
Otra vez el único movimiento, pero
suficiente.
74.¢g6 ¥c4!

Esta es una posición teóricamente ta-


blas, conocida en muchos manuales de fi-
nales. Pero el blanco quiere probar la teo-
ría por sí mismo.
59.¢g5 ¥c4
60.¦c7 ¥a2
61.¦c1 ¥d5 Pero no 74...¥c2+?, ¡por 75.¢g7!
62.¢f5 ¢f7 Ahora el blanco está encajonado.
63.¢e5 ¥b3 75.¦g7 ¥b3
64.¦c7+ ¢f8 76.f8+ ¢xf8
65.¦b7 ¥c4 77.¢f6 ¢e8
Después de 66.f7, las negras se salvan 78.¦e7+ ¢d8
con 66. ... ¢g7! Las blancas ahora inten- 1/2-1/2
tan sacar al alfil de la diagonal a2-g8, pero Tablas.
el tablero es demasiado grande para eso.
-51-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Sólo había unas pocas docenas de es-
pectadores presentes en la sesión, pero si-
guieron el curso dramático de la partida
con un interés inquebrantable. Y cuando
se anunció el empate, la sala estalló en un
aplauso concertado de los húngaros. Qui-
zás estaban decepcionados por la falta de
éxito de su compatriota, pero estaban aún
más eufóricos por la belleza de la verdad
del ajedrez que habían descubierto. La ju-
gada aplazada en este juego se basó en uno
de los mejores análisis en casa de mi ca-
rrera.
Años más tarde, este juego inespera-
damente se le dio otro uso. Capablanca
escribió en su Primer of Chess que al final
del juego un maestro de ajedrez se esfuer-
za por llegar a finales que la teoría evalúa a
su favor. Cuando armamos el programa de
ajedrez «Pioneer», tuvimos que estudiar y
formular este método de juego maestro,
que se realizó, de hecho, para la posición
que se muestra en el diagrama después del
movimiento 51º del blanco. «Pioneer» aún
no ha terminado, desafortunadamente, por
lo que todavía no hay certeza de que haría
los mismos movimientos que los grandes
maestros encontramos en nuestro juego
final.

-52-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 13
Match Revancha, Campeonato Mundial
Esperando un milagro
Juego Nº15, Moscú, Abril 1958

Blancas: V. Smyslov
Negras: M. Botvinnik
Contragambito Blumenfeld

Mucha gente intentó convencerme de turas sólidas cuando se tiene una gran
que no jugara el Match de Revancha con- ventaja.
tra Smyslov. Después de todo, Smyslov te- Smyslov entendió bien la táctica del
nía 37 años, estaba en la plenitud de sus conductor de las negras. Para sacar a su
habilidades ajedrecísticas; yo era una dé- oponente de caminos bien trillados, se-
cada mayor. Sin embargo, cuando analicé leccionó una variante compleja que había
las partidas del Match de 1957, en el que usado antes. Sin embargo, el único incon-
perdí mi título ante él, me di cuenta de veniente de este método es significativo:
que estábamos a punto de alcanzar la mis- ¡les da a las negras, un juego fácil!
ma fuerza. En ese caso, el ganador sería el 2.d4 d5
jugador mejor preparado. 3.f3 ...
Me puse a la cabeza (Smyslov me ha- Aunque la respuesta 3. ... e6 todavía
bía subestimado), así que más tarde, cuan- no había sido introducida en los juegos
do mi oponente tuvo que ponerse al día, de torneos en ese momento, sí tenía sus
pude empezar a jugar por empates, con la seguidores. El plan apropiado para las ne-
esperanza de que pronto Smyslov perdie- gras - 3. ... e6, seguido de ...£b6 y c5 - pa-
ra la serenidad. Así resultó ser. En el jue- rece haber sido una sugerencia de Maka-
go anterior a este, el decimocuarto, había gonov (alcanzamos el rango de Maestro
logrado convertir un difícil final de torre juntos, en el V Campeonato de la URSS
y peones en una victoria, aumentando así en 1927); después de que fue introducido,
mi ventaja a cuatro puntos. No cabía duda la variante prácticamente desapareció. Lo
de que, con las piezas blancas en el 15º que hace que este plan sea atractivo aquí
juego, Smyslov emprendería un arriesga- es que, gracias al movimiento debilitante
do intento por ganar. 3. f3, las negras no tienen por qué temer el
aislamiento de su peón d central.
1.e4 c6 3. ... e6
Defensa Caro-Kann; una buena deci- 4.¤c3 ¤f6
sión, ya que siempre se deben jugar aper- 5.¥g5 ...

-53-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Un intento de distraer la atención de Una respuesta forzada, aunque deja al
las negras del plan descrito en la nota an- caballo dama en el limbo; si 11.b4 £xa4
terior. El problema es que este plan sigue 12.¤c3 ¥xb4!, las blancas sufren pérdi-
siendo más efectivo después 5.¥g5 que das materiales.
con 5.¥e3. 11... ¥e7
5... h6 12.¥xf6 ...
6.¥h4 £b6 Este intento de ganar un peón es re-
Las negras no tienen por qué temer del chazado activamente,
cambio en f6. 12. ... ¥xf6
7.a3 c5! 13.exd5 ¤d4!
Claramente no 7...£xb2? en vista de
la respuesta 8.¤a4.
Las blancas no pueden capturar en c5
aquí, con la diagonal a7-g1 debilitada, ya
que el caballo rey estaría entonces en prise,
8.exd5 cxd5 también deja al negro con un
claro plus.
8.¤ge2 ...
Una decisión difícil. Ahora el alfil rey
está encerrado, lo que le da más oportuni-
dades a las negras.
8. ... ¤c6
Las blancas han sacado al caballo rey
del peligro, pero ahora la casilla f2 sólo La única respuesta, pero suficiente;
puede ser defendida por el alfil, lo que sig- después de 14.dxe6 ¥xe6 o 14.¥c4 exd5
nifica que el caballo de las negras en f6 to- 15.¥xd5 ¥f5, seguido de O-O-O, con
davía está a salvo. El blanco tiene que rea- amenazas peligrosas. Las blancas toman
lizar una torpe maniobra para completar una decisión razonable; devuelven el peón
su desarrollo. para completar su desarrollo.
9.dxc5 ¥xc5 14.¥d3 exd5
10.¤a4 ... 15.O-O O-O
Por supuesto, 10.b4 sería peligroso, 16.f4 g6
dejando a las negras con una iniciativa Evitar 17.£h5, al mismo tiempo que
peligrosa después de 10. ... ¥e7 11.¥xf6 se despeja el g7 como una casilla de retira-
¥xf6 12.exd5 ¤e7. da para el alfil rey.
10... £a5+ 17.£e1 ¥g7
11.¤ec3 ... El Blanco amenazaba 18.¤e4.
-54-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
18.¢h1 ¥d7 lado de la dama. 27.¦e1 £c7 (o 27...£d7)
19.b4 ... hubiera sido algo mejor, pero incluso en-
No había nada más. Ahora, sin embar- tonces, las blancas difícilmente podrían
go, el flanco de dama blanco está irrepara- esperar defender todas sus debilidades del
blemente debilitado. flanco dama.
19. ... £d8
20.¦d1 ...
Algunos comentaristas se sorprendie-
ron de que las blancas no aprovecharan la
oportunidad de traer su caballo de vuelta
al juego aquí con 20.¤c5. La respuesta es
simple: después de 20. ... ¥c8, seguido de
21. ... b6, el caballo no tiene una buena
casilla de retirada.
20... b6
21.£f2 ¥e6
22.¥a6 £f6
23.¦d2 ¦ad8
24.¤d1 ... 27... a5
Las blancas se defienden correctamen- 28.bxa5 bxa5
te, a pesar de una aguda escasez de tiempo. 29.a4 £b4
Aquí cubren la casilla c3 (que las negras 30.¦e2 ¥d5
amenazaron con ocupar con ... ¤f5, segui- Las negras, por supuesto, se niegan a
do de d4), mientras que también vuelven a ganar un peón con 30...£xa4, en vista de
poner en juego al caballo a4. 24.¦fd1 era 31.¤c5, seguido de 32.¤xe6.
más débil, en vista de 24. ... ¤f5, cuando 31.¤g3 ...
25.¤xd5 ¥xd5 26.¦xd5 ¦xd5 27.¦xd5 La última oportunidad de las blancas
no funciona debido a 27. ... £a1+ 28.£f1 es la amenaza de f5; para ello, cambia el
£xa3. caballo para poder jugar f5.
24... ¤f5 31. ... ¤xg3+
25.¤ac3 d4 32.£xg3 ¦de8
Fijando las casillas e3 y c3 como debi- Dejando la otra torre para proteger el
lidades; además, el alfil en e6 ahora tiene punto f7.
su libertad. 33.¦ef2 ...
26.¤e4 £e7 Continuar con 33.¦xe8 ¦xe8 34.f5
27.¥d3 ... gxf5 35.¦xf5 ¦e1+ 36.¦f1 ¦xf1+ 37.¥xf1
Esto resulta en una catástrofe en el ¥c6; sólo simplificaría la tarea de las
-55-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
negras. La jugada sellada.
33... ¥f6 Es difícil pensar qué podría haber es-
Ahora 34.f5 puede ser obviamente perado el blanco al continuar el juego, un
contestado con 34. ... g5. milagro, muy probablemente. Y créanlo,
34.£h3 ¢g7 ¡el milagro se hizo realidad!
35.¥b5 ¦e1 Este «milagro» requería las dos con-
Ahora comienzan los intercambios - diciones siguientes para su realización: 1)
¡un síntoma desagradable para las blancas! Las negras deben analizar cuidadosamen-
36.£d3 ¥e4 te la posición aplazada, perderse en la ma-
Las pérdidas materiales para las blan- raña de posibilidades ganadoras después
cas son ahora inevitables. de la reanudación del juego, y cometer un
37.£b3 ¦xf1+ lapsus; y 2) Las negras deben.... ¡Pero es-
38.¦xf1 ... pera! Que el lector tenga un poco de pa-
Si 38.¥xf1, entonces 38. ... £e1. ciencia; en sólo 14 movimientos, verá por
38... £d2 sí mismo lo que fue la segunda mitad del
Amenaza de mate en g2. «milagro».
39.¤f2 ¥a8! 41. ... h5
Las negras mantienen a su alfil en su ¡Este fue el final del análisis en casa
fuerte diagonal, mientras que toman el del negro!
peón f gratis - lo que a su vez activa al al- 42.£e2 £e3
fil de f6. El rey blanco está en problemas Con 42...£g3 43.¤e4 ¥xe4 44.£xe4
ahora. ¥e5 45.¢g1 £h2+ 46.¢f2 ¦d8 47.¢e2,
40.£d3 £xf4 no se alcanza una victoria más sencilla:
41.h3 ... en esta línea, las blancas han consegui-
do consolidar su posición. (Pero, ¿qué tal
42...¥e5, etc.? - J. Estrin)
43.£xe3 dxe3
44.¤d1 ¦c8
¡Un error de cálculo asombroso! Las
negras no pudieron ver que, después de
45.¤xe3 ¦c3, las blancas podían salvar el
peón h con 46. ¥d3. Las negras tenían una
victoria elemental con 44...¥d4 45.¦e1 f5
46.¤xe3 f4 47.¤d1 f3 48.¥f1 ¦c8 49.c4
fxg2+ 50.¥xg2 ¥xg2+ 51.¢xg2 ¦xc4,
seguido de 52. ... ¦xa4 (señalado después
del juego por mi segundo, Goldberg).
-56-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
45.¤xe3 ... 52.¤b5 ¦e5
Ahora los peones están igualados en 53.¦e2 ...
número, aunque los dos poderosos alfiles La amenaza era ... ¥f6-e7-c5. Al cam-
de las negras y la debilidad del peón a to- biar las torres, las blancas reducen las po-
davía le dejan una clara ventaja. Ahora el sibilidades de ataque de las negras; sin
negro tenía que poner su cerebro en mar- embargo, esto también hace más fácil que
cha, apretar los dientes y volver a empezar las negras jueguen su juego con la presión
a trabajar para conseguir la victoria. de tiempo.
45. ... ¦c3 53. ... ¦xe2
Las negras desvían al alfil de la casilla 54.¥xe2 ¥e7
b5, porque después de que el alfil se retire, 55.¢g1 ...
c4 ya no sería una buena idea, ya que el 1-0
peón de a4 estaría en peligro.
46.¥d3 ¦c5
Naturalmente no 46...¦a3, a causa de
47.¤c4 ¦xa4 48.¤b6.
47.¤c4 ¦g5
48.¦f2 ¥c6
A falta de tiempo, las negras dejan pa-
sar la continuación 48...¥d4 49.¦e2 ¥c6
50.¤d6, a favor de algo más simple.
49.¤d6 ...
Deteniendo la amenaza 49...¥xa4, que
ahora puede ser contestado con 50.¦xf6
¢xf6 51.¤e4+ ¢f5 52.¤c5+, y las blan-
cas lo están haciendo bien. Obviamente, después de 55. ... f5
49. ... ¦e5 56.¢f2 ¢f6 57.¥f3 ¥e8, las negras, con
50.¤c4 ¦g5 dos alfiles activos, un rey centralizado y
Otra posibilidad era 50...¦e1+ 51.¦f1 una mayoría de peones en el lado del rey,
¦xf1+ 52.¥xf1 ¥xa4 53.¤xa5 ¥xc2, y la tendrían todo tipo de posibilidades de ga-
mala posición del rey de las blancas daría nar. Aquí me preocupé por el siguiente
a las negras excelentes oportunidades de problema: ¿qué peón pasado (después de
ganar, a pesar del reducido material. Las g5-g4) ganaría una pieza más rápido: ¿el
negras rechazan la ganancia del peón, pre- peón f, o el peón h? El peón f parece ser la
firiendo aferrarse a mantener su propio mejor opción, ya que entonces las negras
peón a en su lugar. pueden controlar el cuadro de coronación
51.¤d6 ¦d5 (f1) ya sea desde la diagonal a6-f1 o desde
-57-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
la diagonal h3-f1.
Imaginen mi sorpresa cuando nuestro
árbitro, Gideon Stahlberg, se acercó a la
mesa con la noticia de que las negras ha-
bían sobrepasado el límite de tiempo. Con
un par de minutos para mis dos últimos
movimientos, me había olvidado del reloj
y me había excedido - esa fue la segunda
parte del «milagro».
Por supuesto, estos episodios ocurren
con bastante poca frecuencia, probable-
mente sólo una vez en la vida. Sin embar-
go, el negro se anotó una derrota. *
Cuando Stahlberg arbitró encuentros
posteriores del Campeonato del Mundo,
introdujo una enmienda en el reglamento
del encuentro, dando al árbitro el derecho
de advertir a un jugador de una pérdida
de tiempo inminente una vez por partida.
Por supuesto, este resultado inspiró
a Smyslov. Al final del encuentro, había
conseguido recuperar un punto más, pero
aún era insuficiente para salvar el match o
el título de campeón del mundo.

* ¿Oh? ¡Vea el Juego 7, Reshevsky-Bo-


tvinnik, para una visión diametralmente
opuesta de la misma situación! – Nota del
traductor.

-58-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 14
XVI Olimpiada de Ajedrez
La Memoria de un Ajedrecista
Tel Aviv, Noviembre 1964

Blancas: V. Aloni
Negras: M. Botvinnik
Defensa India de Rey

Esta fue mi séptima y última Olimpiada de naza al peón e, se sugiere a sí mismo.


ajedrez. Después de perder el título con Petro- 10.£d2 ¤c6
sian, naturalmente jugué en el segundo tablero 11.¥e2 ¤d7!
de la URSS. Aunque todos los puntos del equipo La maniobra ... ¤f6-d7-e5, deshace de la de-
se suman, el segundo tablero no es un puesto de bilidad en d6, mientras crea una posición casi
responsabilidad; a uno se le permiten ciertas “li- simétrica.
bertades”. Contra el Maestro Aloni, pude jugar 12.O-O ¤de5
un juego “light”. 13.¤xe5 ...
Las blancas no consiguen nada con 13.£xd6.
1.d4 ¤f6 Las negras pueden jugar 13. ... ¤xf3+ 14.gxf3
2.c4 c5 ¤d4, o 13...¤xc4 a la vez.
Las negras buscan claramente un juego agu- 13... dxe5
do. 13...¤xe5 14.£xd6 ¤xc4 15.¥xc4
3.d5 g6 (15.£xc5 £xc5 16.¥xc5 ¦fc8) 15...¥xc4
4.¤c3 d6 16.¦fd1, conduce a un tipo de juego más sim-
5.e4 ¥g7 ple. Tenía mucha curiosidad por ver cómo Alo-
6.h3 ... ni, un jugador con un estilo ofensivo claramente
Tal vez este movimiento sea prematuro. definido, intentaba atacar una posición de este
6.¥d3 es más consistente, pero la teoría de las tipo de “hormigón armado”.
aperturas nunca ha sido el punto fuerte del 14.¦ad1 ¤d4
Maestro Aloni. 15.¥d3 ...
6... O-O Mis cálculos eran correctos. El blanco des-
7.¥e3 e6 precia la línea simple 15.¤d5, con igualdad
8.dxe6 ... (desde luego 15. ... £xa2? sería malo, a causa de
Las negras no tienen más problemas de 16.¥xd4, seguido de 17.¦a1 £b3 18.¦a3), y en
apertura después de este intercambio, lo que le su lugar se prepara para intercambiar los alfiles
da un ritmo para desarrollar el alfil dama y com- de casillas oscuras con 16.¥h6 (un inmediato
pletar su movilización. 15.¥h6 era imposible, en vista de 15. ... ¤xe2+
8. ... ¥xe6 16.¤xe2 £xd2 17.¥xd2 ¥xc4). Es difícil decir
9.¤f3 £a5 si mi oponente pasó por alto la pérdida de un
Puesto que las blancas no pueden enrocar peón, o si tenía la intención de sacrificarlo. Lo
inmediatamente, este movimiento, con su ame- más probable es que sea este último, ya que su

-59-
15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
juego a partir de este punto fue interesante y Amenazando 22.a5, que, o bien recupera el
enérgico. peón, o crea un fuerte peón c pasado. Las negras
encuentran la única solución: conseguir un con-
traataque en el lado del rey.
21. ... f5
22.exf5 ¥xf5
23.a5 bxa5

15... ¥xh3!
16.b4! ...
16.¥xd4 exd4 17.gxh3 dxc3; dejaría al ne-
gro con ventaja posicional y material.
Las blancas renuncian temporalmente a
otro peón, pero toman la iniciativa. Esta era la última esperanza de ganar la par-
16... cxb4 tida, basada en una trampa psicológica: ¿querría
16...£xb4 17.¦b1 £a5 18.¦xb7, no me mi oponente recuperar a uno de sus peones de
atrajo, ya que las blancas quedarían en control inmediato?
de la columna b. 24.¦b5 ...
17.¤d5 ¥g4 Así es - Aloni no logra hacer la jugada más
Las negras parecen estar sólo ayudando a fuerte, 24.¦b7!, después de la cual las negras di-
desarrollar la iniciativa de las blancas. Más tar- fícilmente podrían esperar ganar. Después de 24.
de (erróneamente) llegué a la conclusión de que ... ¥xd3 25.£xd3 ¦f7 26.¦xf7 ¢xf7 27.£f3+
17...¥d7 tenía que jugarse en esta posición, sin ¢g8 28.c5 ¦c8 29.c6, o 24...£h4 25.g3 £g4
tener en cuenta que las blancas podían entonces 26.¢g2!, amenazando 27.¤e7+ y 28.¦h1, las
jugar 18.a3!, con un juego activo (si 18. ... £xa3? blancas estarían fuera de peligro - de hecho, se-
seguía 19.¥xd4 exd4 20.¦a1 £b3 21.¦fb1). ría el turno de las negras de buscar un empate.
La textual gana tiempo antes de que las ne- Ahora las negras pueden doblar sus torres
gras se enfrenten a la amenaza a3. en la columna f, y esto tiene que ser decisivo.
18.¦b1 £d8 24... ¥xd3
De lo contrario, 19.a3 es desagradable. 25.£xd3 £h4
19.¥xd4 exd4 26.g3 ...
20.¦xb4 b6 Este debilitamiento no era necesario, pero
21.a4! ... el blanco deseaba liberar su torre de la tarea de

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
defender al peón f. 32.¤e7+ ¢h8
26. ... £g4 33.£e1 £h3+
27.¦e1 ... 34.¢g1 d2!
Un intento desesperado de evitar lo inevita- Y este es el fin; el peón d se ha vuelto tan
ble. Después de 27.¢g2 ¦f7! (¡ahora vemos por poderoso que ninguna de las contra-amenazas
qué las blancas deberían haber jugado su torre de las blancas puede estar a la altura.
a b7!), con 28. ... ¦af8 a continuación, la situa- 35.¤xg6+ hxg6
ción del blanco es desesperada. 36.£h4+ ...
27... ¦f3 La tragedia para las blancas es que después
28.£b1 ¦af8 de 36.¦h4+ ¢g8! el cuadro e6 está defendido y
29.¦e4 ... es él quien recibe mate.
Este movimiento es la única esperanza de 36... ¢g8!
las blancas: la dama negra no tiene retirada (si 0-1
29...£h3 por ejemplo, entonces 30.¤e7+ ¢h8 El blanco abandonó, ya que 37.£xh3 lleva
31.¤xg6+ hxg6 32.¦h4+). Pero las negras no al mate después de 37...d1=£+ 38.¢h2 ¦f2+
están obligadas a retirarse. 39.¢g3 £g1+ 40.¢h4 ¥f6+ 41.¦g5 £xg5#, y
29. ... ¦xg3+ 37.¦b1 se contesta con 37. ... £b3!
30.fxg3 £xg3+ ¿Cuál fue la interesante historia detrás de
31.¢h1 d3! este dinámico juego?
En 1973, durante una gira por Alemania
Oriental, me presenté en Siegen, sede de los
Juegos Olímpicos de 1970. Mientras estaba allí,
visité un centro de cómputo, donde los ajedre-
cistas locales habían decidido hacerme un test
de memoria. Me llevaron a un tablero magnéti-
co de demostración, en el que se colocó la posi-
ción final de este juego con Aloni. Sentí que era
una posición muy familiar, de alguna manera,
pero al principio no podía ubicarla. La razón es
simple: Llevaba las piezas negras contra Aloni;
viendo la posición desde el lado del blanco, sólo
pude reconocerla con dificultad. ¡Un ejemplo
interesante de la peculiaridad del pensamiento
de un ajedrecista!
Este movimiento, como le gustaba decir al
desaparecido Gran Maestro Alexander Tolush,
separa las tropas de los tanques: la dama queda
temporalmente fuera del juego.
El avance del peón d es una mala señal para
las blancas (por cierto, la eliminación de su blo-
queador fue una de las cosas logradas por 21....
f5).

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
Juego Nº 15
Torneo de Belgrado
Una triste historia
Noviembre 1969

Blancas: D. Sahovic
Negras: M. Botvinnik
Defensa Caro-Kann

Este fue mi primer torneo en Belgrado, a 4.¤f3.


e iba a ser el penúltimo. Unos meses antes, Cabe señalar, sin embargo, que la elec-
había tomado la decisión de terminar mis ción de la apertura por parte de las negras
apariciones en el torneo en la primavera fue muy desafortunada. Uno sólo puede
de 1970. jugar la Caro-Kann con piezas negras, si
Resultó ser un grave error psicoló- intenta ganar contra un oponente fuerte-
gico. Una vez que tomé esta decisión, ya mente agresivo; y en este juego, Sahovic
no podía jugar como antes. Sabiendo que estaba claramente jugando por un empate.
pronto dejaría el ajedrez, me resultó difícil 4... dxe4
prepararme para los torneos, o incluso es- 5.¤xe4 ¥g7
forzarme mucho - después de todo, pron- 6.¤f3 ¥f5
to dejaría de hacer esto, así que los tres 7.¤g3 ¤f6
torneos en los que jugué después de tomar El negro está dispuesto a renunciar a
mi decisión - este evento, el “Match of the su alfil de casillas blancas. Este sistema lo
Century”, y Leyden 1980 - no me ganaron había usado antes - contra Johannessen,
ningún laurel en particular, por ejemplo, en la XV Olimpíada (Varna
Sin embargo, hacia el final del torneo 1962) – que continuó con: 7...¤d7 8.¥c4
de Belgrado, me esforcé mucho, y estaba ¤gf6 9.£e2 e6 10.¥b3, con una pequeña
especialmente decidido a arrebatarle un ventaja para las blancas. El principal in-
punto a Sahovic. conveniente de esta línea es que una vez
que el peón g de las negras pasa a f5, las
1.e4 c6 blancas pueden abrir el juego cuando lo
2.d4 d5 necesiten jugando g4.
3.¤c3 g6 8.¤xf5 gxf5
4.h3 ... 9.¥d3 e6
Un movimiento eminentemente ló- 10.£e2 c5
gico. El blanco previene 4...¥g4, que po- Las negras no tienen miedo a 11.¥xf5,
dría haber sido la respuesta de las negras ya que 11. ... cxd4; les daría un buen jue-

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
go. amenaza de ... ¤c6-b4, mi oponente deci-
de forzar el empate lo más rápido posible,
en lugar de tentar al destino.
17. ... £xe3+
18.fxe3 fxg4
19.hxg4 h5
Las negras están obligadas a continuar
esta “reacción en cadena” de cambios, a
pesar de que lleva a la simplificación de la
posición, para no quedar mal en el próxi-
mo final del juego.
20.gxh5 ¦xh5
21.¦xh5 ¤xh5
22.¤g5 ...
11.dxc5 £a5+
12.¥d2 £xc5
13.¥c3 ¤c6
14.O-O-O O-O-O
El negro ha resuelto satisfactoriamen-
te sus problemas de apertura, pero nada
más que eso. Sólo querer ganar este juego
a cualquier precio (¡por razones deporti-
vas, por supuesto!) era claramente insufi-
ciente.
15.g4! ...
Sahovic capta perfectamente las suti-
lezas del sistema, y ahora encuentra este
movimiento desagradable para las negras. Aquí las negras podían proteger el
15. ... ¤e8! peón por 22...¦d7, lo que resultaría en un
Sólo defendiendo al peón f de esta ma- obvio empate después de 23.¤xf7 ¦xf7
nera las negras pueden mantener el equi- 24.¥g6 ¦f3 25.¥xh5 ¦xe3. Pero entonces,
librio. descubrí una trampa inteligente y la jugué
16.¥xg7 ¤xg7 de inmediato (en aquellos días, el maestro
17.£e3 ... yugoslavo aún no había adquirido mucha
Dado que las negras están intentando experiencia).
activar sus piezas en el flanco de rey con 22. ... ¤e5
h5, así como en el flanco de dama con la Esta fue, por supuesto, mi última es-
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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros
peranza en este juego, y una muy buena ¿Podría haberlo hecho para aumentar su
oportunidad para mejorar mi posición en parte del dinero del premio? ¿O simple-
el torneo. Para que mi oponente no tuvie- mente sucedió, en el calor del momento?
ra oportunidad, ni siquiera desde mi ex- ¡Una triste historia, en efecto!
presión facial, de adivinar la trampa que le
había tendido, me levanté y caminé hacia
un lugar detrás de él, para mirar el tablero
desde el punto de vista de un espectador.
Con esto, también me aseguré de que nin-
guna otra persona, por accidental que fue-
ra, tampoco diera muestras de la trampa.
Así que me ubiqué detrás de Saho-
vic, pensando: “¿Verá que puede ganar un
peón aquí con 23.¤xf7 ¤xf7 24.¥g6?
Espero que lo haga, entonces yo jugaré
24. ... ¤g3, y si intenta 25.¥xf7 ¤e2+ o
25.¦xd8+ ¤xd8, no le quedará nada más
que abandonar.”
Y ahora... ¡aquí va! - La mano de Sa-
hovic se inclinó decisivamente hacia su
caballo, y justo en ese momento la voz de
uno de mis competidores resonó a mis es-
paldas: “Oh, eres muy listo, ¿verdad?” Pa-
recía que yo no era el único interesado en
lo que hacía Sahovic.
Sahovic tiró de su mano hacia atrás
-casi con pesar, al parecer- y no volvió a
tomar a ese caballo.
23.¦h1
1/2-1/2
Este juego me costó no sólo un precio-
so medio punto, sino también algo mu-
cho más valioso: un buen amigo. Era una
persona cuyas habilidades en el ajedrez
siempre había tenido en alta estima, y por
la cual yo había tenido una genuina sim-
patía. No pude entender por qué lo hizo.
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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros

INDICE
PAG.

Juego Nº 1 6
Encuentro con el Campeón del Mundo
J. R. Capablanca - Negras: M. Botvinnik
Leningrado, noviembre de 1925

Juego Nº 2 9
La Broma
M. Botvinnik - J. Rochlin
Leningrado, julio de 1927

Juego Nº 3 13
No es un juego habitual
Botvinnik - V. Sozin
Novogorod, julio de 1929

Juego Nº 4 17
Un año antes del matrimonio
M. Botvinnik - S. Belavienetz
Leningrado, mayo de 1934

Juego Nº 5 20
Una posición histórica
M. Botvinnik - J. R. Capablanca
Rotterdam, noviembre de 1938

Juego Nº 6 25
Un encuentro muy importante
M. Botvinnik - M. Euwe
Groninga, Agosto 1946

Juego Nº 7 30
Un match dificultoso
S. Rechevsky - Negras: M. Botvinnik
Moscú, septiembre 1946

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15 juegos y sus historias - Miguel Botvinnik - Prof. José Luis Matamoros

Juego Nº 8 34
Profecía
M. Botvinnik - P. Keres
La Haya, marzo de 1948

Juego Nº 9 37
Preparación en el hogar
M. Botvinnik - M. Euwe
Moscú, marzo de 1948

Juego Nº 10 41
El Peón Milagroso
M. Botvinnik - M. Euwe
Moscú, mayo 8, 1948

Juego Nº 11 43
Los elementos furiosos
M. Botvinnik -D. Bronstein
Moscú, marzo 1951

Juego Nº 12 47
Análisis en casa
L. Szabo - M. Botvinnik
Budapest, Abril, 1952

Juego Nº 13 53
Esperando un milagro
V. Smyslov - M. Botvinnik
Moscú, abril 1958

Juego Nº 14 59
La Memoria de un Ajedrecista
V. Aloni - M. Botvinnik
Tel Aviv, noviembre 1964

Juego Nº 15 62
Una triste historia
D. Sahovic - M. Botvinnik
Belgrado, noviembre 1969

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Mikhail Botvinnik es reconocido como uno de los mejores maes-
tros de ajedrez de todos los tiempos, y es igualmente prominente como
escritor. Sus libros son modelos de buen análisis y anotación y ya ha
producido una serie de clásicos reconocidos en la literatura del ajedrez.
Este nuevo libro es su primer esfuerzo en combinar entretenimiento y
análisis. Trae al lector el lado humano del ajedrez y hace que los juegos
cobren vida. Aquí nos encontramos con muchos de los grandes maes-
tros famosos de este siglo: Smyslov, Capablanca, Reshevsky, Euwe, Ke-
res, Bronstein y otros. Los 15 juegos abarcan cuatro décadas durante
las cuales Botvinnik lució la corona de campeón del mundo tres veces:
1948-1957; 1958-1960; y 1961-63.
El Dr. Botvinnik, ingeniero eléctrico de profesión, se retiró del tor-
neo de ajedrez en 1970 y está dedicando su tiempo a desarrollar un pro-
grama de computadora diseñado para jugar ajedrez mientras un huma-
no planea sus movimientos.

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