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El Parque Nacional Henri Pittier

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EVALUACIÓN DE LA GESTIÓN DE PARQUES NACIONALES EN VENEZUELA

PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

El Parque Nacional Henri Pittier, es el Parque Nacional más antiguo de Venezuela, creado
originalmente el 13 de Febrero de 1937 con el nombre de Rancho Grande por decreto del
Presidente Eleazar López Contreras. El parque fue rebautizado en 1953 con el nombre de Henri
Pittier, insigne geógrafo, botánico y etnólogo suizo, fundador del sistema de parques nacionales
de Venezuela, que logró la consolidación del parque y pasó gran parte de su vida en el estudio del
ecosistema de los bosques tropicales y de las miles de especies de plantas y fauna existentes en el
parque, clasificó más de 30 mil plantas en el país y se dedicó por muchos años al estudio de la
flora y la fauna existente en el parque.

El Parque Nacional Henry Pittier tiene el honor de haber iniciado la historia de los Parques
Nacionales en Venezuela. Tiene una superficie de 107.800 hectáreas, ubicado en la zona norte del
Estado Aragua, comprende gran parte de las costas aragüeñas y de la zona montañosa del estado
Carabobo, además colinda con el Parque Nacional San Esteban. Henri Pittier es el parque
nacional de mayor extensión entre los parques nacionales de la Cordillera de la Costa.

El parque se compone de dos sistemas geográficos: uno montañoso abrupto donde habitan
más de 500 especies de aves y 22 especies endémicas. En el parque existen nueve ríos
principales y una gran diversidad en flora y vegetación. El segundo sistema es el de la zona
costera con bahías, playas y balnearios de un potencial turístico enorme.

Además de su importancia ecológica, también constituye una importante fuente de agua para
las ciudades y pueblos que lo circundan y es también la tierra donde se cultiva uno de los
mejores cacaos del mundo, especialmente en el pueblo de Chuao.

Fue creado con la finalidad de preservar los ecosistemas de selva nublada y los ambientes
estuarinos y marino-costeros de la Cordillera de la Costa, amenazada por las quemas y las
actividades agropecuarias, así como proteger su biodiversidad y la preservación de aquellas
especies endémicas, raras, vulnerables o en peligro de extinción. También protege importantes
recursos hídricos que abastecen de agua a las poblaciones cercanas y es un espacio para la
investigación, recreación y educación ambiental. Por ello los esfuerzos del científico Henri
Pittier para la creación del Parque.

Desde hace años el parque ha sido protegido por el Instituto Nacional de Parques de
Venezuela (INPARQUES), el cual asume una política sistemática de conservación y preservación
de los recursos naturales del parque.

LOCALIZACIÓN:
El Parque Nacional Henri Pittier se ubica en la Región Central, ocupa la mayor parte de la
zona norte del estado Aragua y buena parte del noreste del estado Carabobo, abarca una
extensión considerable de la Cordillera de la Costa, aledaño a los poblados de Choroní, Cuyagua,
Chuao, Cata, La Ciénaga , Ocumare de la Costa y Turiamo.

El acceso más fácil al parque es a través de la carretera que va de Maracay a El Limón,


pasando por Rancho Grande y bajando por Ocumare de la Costa, y por la carretera que va de
Maracay a Las Delicias y llega a Choroní. Desde el Terminal de Transporte de Maracay también
hay autobuses que llegan hasta el pueblo de Choroní.

Ubicado en la Cordillera de la Costa, el parque constituye un relieve abrupto de fuertes


pendientes, que comienza al nivel del mar y se eleva hasta los 2.436 msnm, donde alcanza su
máxima altura en el Pico Cenizo.

La constitución geológica del parque es básicamente de roca ígnea metamórfica. De igual


manera, se encuentran ambientes de litoral rocoso.

FLORA:
Presenta una alta diversidad debido a la gran cantidad de ambientes involucrados.
FAUNA:
En el parque habitan al menos 582 especies de aves, que significa al menos 43% de las
especies de aves de Venezuela y el 6% de la avifauna mundial. Registra una densidad de 5,4
especies por 10 km², una de las más altas del mundo.
Se estima que habitan más de un millón de especies de insectos, ya que nunca se ha logrado
contabilizar la totalidad de especies de insectos existentes en el parque.

VEGETACIÓN:
La vegetación tiene a su haber formaciones vegetales propias de la Cordillera de La Costa,
tales como la selva nublada, decidua y de galería. Dentro de las mismas se encuentran especies
de orquídeas, bromelias, palmas y árboles de gran desarrollo como la Gyranthera Caribensis,
conocido como "El niño" o "cucharón", que promedian aproximadamente 40 m. de altura.
Además existen manglares en La Ciénaga y Bahía de Turiamo. En las selvas deciduas se
encuentran comunidades de gramíneas gigantes conocidas como el "cogollo".
De la cumbre al valle se presenta una alta diversidad de vegetación debido a la gran cantidad
de ambientes. El Parque está compuesto por cuatro estratos vegetales representativos de las
selvas nubladas, desde árboles de gran altura como las trepadoras, arbustos de mediana altura,
hierbas y por ultimo musgos, líquenes, helechos y hongos.

CLIMA:
Por ser el Parque Henri Pittier de una topografía muy abrupta, no estable ni plana, el clima
varía según la altura sobre el nivel del mar. El parque se sitúa a una altura que va desde los 0
hasta los 2.436 msnm, su altura máxima en la cima del Pico El Cenizo.

RECURSOS HÍDRICOS:
Los ríos San Miguel, Turiamo, Ocumare, Cata, Cuyagua, Aroa, Cepe, Choroní, Chuao drenan
hacia el mar Caribe. Los ríos Guayabita, Colorado, Güey y Limón drenan hacia el lago de
Valencia.

BIODIVERSIDAD:
El parque posee una gran diversidad biológica y pertenece al “hotspot” de los Andes
Tropicales. La formación vegetal más estudiada es el bosque nublado en el que se han reportado
hasta 150 especies diferentes de árboles en un área de 0,25 hectareas, y donde el “niño” o
cucharón es la especie de árbol más representativa. En el parque se han reportado unas 140
especies de mamíferos, 580 de aves, 97 de reptiles y 38 de anfibios.
Se estima que el número de insectos supera el millón de especies. Entre las especies animales
amenazadas se encuentran aves como la polla de Wetmore, el jilguero cara amarilla y el
cardenalito, mamíferos como el mono araña del norte, el zorro perro y la danta, así como el
caimán de la costa, el sapito rayado y el escarabajo Hércules. Varias especies de aves y
mamíferos son emblemáticas del parque: el sorocuá, la granicera hermosa, el

ATRACTIVOS TURÍSTICOS Y RECREACIÓN:


En primer plano la Playa Choroní, centro de mayor interés turístico de propios y foráneos, al
fondo parte de la Cordillera de la Costa Venezolana.
Sin embargo, el mayor atractivo turístico del Parque son sus playas, algunas son accesibles
por vía terrestre, mientras que las más aisladas y tranquilas pueden ser accesibles por vía
marítima, en botes, lanchas o yates.
El área montañosa del parque es un escenario excelente para la observación de aves, ya que en
él habitan 6.5% de la población mundial de aves, además de otras especies endémicas que hacen
vida en el Henri Pittier.
Como el área es protegida, administrada y manejada por INPARQUES, no existen posadas ni
hoteles para el hospedaje o alojamiento de turistas. Sin embargo, aledaño al parque se localizan
los pueblos de Choroní, Cata, Cuyagua y Ocumare de la Costa donde existen diversas cabañas y
posadas turísticas, también existe la opción de acampar cuando el turista solicita el permiso a
INPARQUES.

AMENAZAS:
Actualmente el parque ha sido calificado de "amenazado", principalmente por el grado de
deterioro causado por incendios, ya sean forestales o producidos por factores humanos, las
invasiones humanas también han contribuido en la destrucción de área de bosque. La caza
desmedida de animales, la inconciencia de los visitantes en dejar desechos sólidos en el parque y
la falta de mantenimiento a la infraestructura han contribuido a la degradación del estado del
parque.
La vulnerabildad de todas estas especies varían entre “casi amenazado” hasta “en peligro
crítico” según el Libro rojo de la fauna.
La información la confirma Diego Díaz, presidente de la Organización Ambientalista Vitalis y
jefe de Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana (Unimet), quien añade que la
protección que se le dedica a la avifauna nacional no es suficiente.
“Ubicarse en la séptima posición de la lista con mayor cantidad de aves es un gran honor, pero
al mismo tiempo no le estamos dando la responsabilidad necesaria que se merece este título”,
asegura el activista.
La mayor amenaza que poseen las aves en Venezuela es el comercio ilícito, ya que no hay un
programa contundente para frenar esta actividad, que afecta principalmente al cardenalito, a la
cotorra margariteña (Amazona barbadensis), la guacamaya bandera (Ara macao) y el loro real
(Amazona ochrocephala).
Otras amenazas son la tala indiscriminada de árboles, la contaminación de los suelos, de las
aguas y del aire y la invasión humana en las zonas de hábitat.
Díaz asegura que Venezuela se ubica por detrás de otros países que también están en la lista
con mayor biodiversidad de avifauna. Según palabras del activista, Colombia tiene un programa
de monitoreo, observación y protección de las aves digno de ejemplo.
“Venezuela ni cuenta con un mapa de biodiversidad. Las cifras que manejamos son de
estudios de universidades y nosotros las organizaciones, que nos dan una idea del peligro en que
se encuentran los animales”, afirma Díaz.
En la última evaluación de la Unión Mundial para la Naturaleza de 2012, alrededor de 13% de
todas las aves del mundo están consideradas en peligro de extinción.

Este parque nacional cuando se decretó como tal durante el gobierno de J.V. Gómez, por
enfáticas sugerencias del botánico Henri Pittier, abarcaba una superficie de más de 80.000
hectáreas sobre las cuales se levantaban gigantescos bosques de alta calidad vegetal. A raíz de la
caída del gobierno de Marcos Pérez Jiménez, se relajó la vigilancia ambiental y comenzaron a
penetrar el parque  para robar su madera, para cazar no por comer sino por placer de matar, a
levantar rancherías clandestinas convertidas después por la complacencia política en barrios sin
ley en el interior del parque.

Fue una astuta deforestación por cuanto no se hizo desde fuera, no comenzó por la periferia
(por la obvia visibilidad) sino por dentro cual una carcoma. Hoy se puede decir, el Parque Henri
Pittier está herido de muerte, ese cáncer constituido por las rancherías irresponsables, con la vista
gorda de las autoridades competentes, camina desde adentro hacia fuera… Y como dijo el
escritor argentino Eduardo Mallea, “todo verdor perecerá” aunque la frase está tomada de la
Biblia.
Pues bien, la tierra blanda del bosque al estar descubierta, desprotegida por la tala, al llover
con fuerza las aguas la arrastran hacia un recipiente geográfico natural, el Lago de Valencia.  Las
urbanizaciones asentadas a las orillas de éste, otrora hermoso lago, comienzan a sufrir los
drásticos desastres de las inundaciones con sus dramáticas consecuencias sociales.  Pero esto no
es todo. Las ciudades de Maracay, Valencia, los pueblos establecidos en torno al Parque Henri
Pittier, como Choroni, Chuao, Ocumare de la costa, Cata y otros, evidencian la perdida de la
calidad de sus aguas domésticas, valga decir con mayor precisión: la potabilidad de sus aguas ya
no es confiable.

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