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Las Fábulas de Esopo Vol. 4
Las Fábulas de Esopo Vol. 4
Las Fábulas de Esopo Vol. 4
fábulas. Vol. IV
Esopo
Publicado: -550
Categoría(s): Ficción, Cuentos, mitologías y leyendas
Fuente: Feedbooks
Acerca Esopo:
No está probada su existencia como persona real. Diversos autores posteriores
sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es
contradictoria aunque Heráclides Póntico lo menciona como una persona natural
de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto. La obra de Esopo
fue recopilada primero por Demetrio de Falero, luego por Fedro, Babrio, Jean de
La Fontaine y Félix María Samaniego. Las fábulas de Esopo pertenecen a lo que
se denominó la época arcaica, éstas toman su fuente en los relatos populares y es
considerada por algunos autores como una sátira. La estructura de la fábula
esópica ha sido definida por varios autores entre ellos Nojgaard quien distingue
tres elementos imprescindibles: La situación de partida en que se plantea un
determinado conflicto, entre dos figuras generalmente animales. La actuación de
los personajes, que procede de la libre decisión de los mismos entre las
posibilidades de la situación dada. La evaluación del comportamiento elegido,
que se evidencia en el resultado pragmático, el éxito o el fracaso producido por
tal elección. En sus fábulas hay una enseñanza moral, no una doctrina. Recogen
experiencias de la vida cotidiana que forman un conjunto de ideas de carácter
pragmático.
T uvo antiguamente el milano otra voz, una voz penetrante. Pero oyó un día a
un caballo relinchar admirablemente, y lo quiso imitar.
Pero a pesar de todos sus intentos, no logró adoptar exactamente la voz del
caballo y perdió además su propia voz. Así, quedó sin la voz del caballo y sin su
voz antigua.
El milano y la culebra
Raptó un milano a una culebra, elevándose por los aires.
La culebra se volvió y le mordió, cayendo ambos desde lo alto a un precipicio,
y el milano murió. Dijo entonces la culebra:
— ¡Insensato! ¿Por qué has querido hacer mal a quien no te lo hacía? En
justicia has sido castigado por haberme raptado sin razón.
El milano y la gaviota
Tragó una gaviota un pez demasiado grande y le estalló la garganta, quedando
muerta a la orilla de la playa. La vio un milano y dijo:
— Tienes tu merecido, porque sabiendo de tu capacidad, abusaste de lo que te
estaba permitido.
***
El murciélago y el jilguero
N avegaba un rico ateniense en una nave junto con otros pasajeros. De pronto,
a causa de una súbita y violenta tempestad, empezó rápidamente a hacer
agua el navío.
Y mientras los demás pasajeros, con su esfuerzo, trataban de salvarse a nado,
el rico ateniense, invocando a cada instante a la diosa Atenea, le prometía
efusivamente toda clase de ofrendas si por su medio lograba salvarse.
Uno de los náufragos que lo oía a su lado le dijo:
-Pide a Atenea, pero también a tus brazos.
El náufrago y el mar
Arrojado un náufrago en la orilla, se durmió de fatiga; mas no tardó en
despertarse, y al ver al mar, le recriminó por seducir a los hombres con su
apanencia tranquila para luego, una vez que los ha embarcado sobre sus aguas,
enfurecerse y hacerles perecer.
Tomó el mar la forma de una mujer y le dijo:
-No es a mí sino a los vientos a quienes debes dirigir tus reproches, amigo mío;
porque yo soy tal como me ves ahora! y son los vientos los que, lanzándose sobre
mí de repente, me encrespan y enfurecen.
***
El negro
C ierto hombre llevó a trabajar a su propiedad a un negro, pensando que su
color provenía a causa de un descuido de su anterior propietario.
Una vez en su casa, probó todas las jabonadas posibles, intentó toda clase de
trucos para blanquearlo, pero de ninguna manera pudo cambiar su color y terminó
poniendo enfermo al negro a fuerza de tantos intentos.
***
El niño ciego y su madre