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Un Toque Significativo

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Un toque significativo

Idea central
Permite que Dios te toque para sanar tu cuerpo y restaurar tu corazón. Creerle es el milagro más
grande.

Introducción:
Los milagros ocurren día tras día en aquel que cree. (Testimonio de milagros). Un milagro es algo que
sucede de manera sobrenatural y que cambia el curso ordinario de las cosas. de cómo lo imposible se
vuelve posible.
En 2011, el mundo fue testigo de un evento impresionante (mostrar imágenes o video) de una mujer
llamada Kate Ogg y su pequeño bebé prematuro de tan solo 27 semanas. Ella dio a luz a sus gemelos
Emily y Jamie, pero el pequeño de menos de un kilo no sobrevivió. La madre no se resignó y pidió que
le dieran a su bebé; lo acurrucó contra su pecho desnudo y lo tuvo cerca de su corazón durante dos
horas. Ella cuenta que lo llamó por su nombre, le contó que tenía una hermana y todas las cosas que
deseaba hacer con él. Incluso comenzó a hacer esfuerzos por alimentarlo con su pecho. Entonces,
milagrosamente y ante los sorprendidos ojos de los médicos, ¡el bebé suspiró! Ahora es un niño sano
y feliz.
Los milagros son actos de fe y amor que muchas veces implican el contacto físico; como el que esta
madre amorosa brindó a su pequeño hijo y el que Jesús buscó cuando obró algunos de Sus milagros,
demostrando que la unción del Espíritu Santo estaba en Él y que Su amor era capaz de todo.
Todo empieza con una sencilla decisión: ¡creer!
Desesperado por un milagro - Lucas 5:12
Jesús sanó a muchos y la Palabra nos habla de varios casos de personas con lepra, una enfermedad
de la piel incurable, contagiosa y muy desagradable. En ese tiempo, por ley, los leprosos debían vivir
fuera de la ciudad y anunciar su paso para que la gente se apartara. Pero a este leproso no le importó
nada y desesperado por lograr su sanidad se postró ante Jesús y le rogó lleno de fe.
Hay momentos cuando sentimos esa misma desesperación por un milagro y lo primero que debemos
hacer es acudir a Dios, reconocer nuestra incapacidad y presentar nuestra petición con un corazón
humilde, lleno de fe.
A veces así nos sentimos. Estamos desesperados de nuestra condición, ya no soportamos estar así.
Ya no podemos vivir así. Pero nos sentimos indignos. Sentimos que nos merecemos lo que nos pasa.
Porque sabemos de sobra que nuestras decisiones equivocadas nos han traído hasta aquí. Sabemos
que Dios puede cambiarnos. No dudamos de Su poder. Pero, a veces, dudamos de su misericordia y
su amor.
Sanidad de cuerpo y alma - Lucas 5:13
Al ver al leproso, Jesús no solo lo sanó físicamente, sino que también sanó su corazón al tocarlo, ya
que lo hizo sentir aceptado y amado. Imagina ¿cuánto tiempo habría pasado este hombre aislado y
rechazado? Jesús pudo haber dicho la Palabra para sanarlo, pero decidió tocarlo para restaurarlo
como ser humano, digno del contacto físico. Jesús sabe con exactitud lo que necesitamos. Pídele que
obre en tu vida y seguramente lo hará de forma integral.
Ante Jesús todo lo que somos no puede esconderse. Él nos conoce bien. Él sabe cómo estamos.
Hoy es un buen día para deshacernos de nuestras culpas y temores, de nuestras vergüenzas, y
acercarnos a Jesús, quien nos ama de forma incondicional. La fe nos acerca a la fuente de nuestra
sanidad.
2. Una misericordia que supera todo paradigma
a. La religión restringía acercarse y tocar a cualquier leproso, pues era considerada una persona
inmunda. Nadie podía acercarse, mucho menos un maestro de la ley, como Jesús.
b. Pero la misericordia no se esconde, más bien se hace presente allí, donde sigue habiendo dolor,
humillación y soledad.
c. Lo primero que Jesús hace no es hablar, sino actuar. Y es que las palabras sin acciones son
huecas. Lo primero que Jesús hace es extender su mano y tocar lo intocable, ensuciarse con lo
inmundo, contaminarse con lo vil.
d. Hay personas que ya no confían en ti. O tú mismo, has perdido la confianza en ti. Hay situaciones
que hacen imposible un cambio. Pero, aún la mano de Jesús sigue llegando allí, donde ya no hay
recursos, fuerzas, ánimo, gozo, paz, salud ni esperanza. Porque allí, donde lo imposible es lo
cotidiano, Jesús sigue llegando, extendiendo su mano, para decirte: “Quiero hacerlo. Puedo hacerlo”.
Conclusión y aplicación:
Muchas veces no pedimos por obras sobrenaturales al Señor porque pensamos que el tiempo de los
milagros ya pasó. El primer milagro es creer que Dios existe y que desea nuestro bien. En nuestro
tiempo, todo nos invita a pensar que debemos salir adelante por nuestras propias fuerzas; pero ante
cualquier situación, incluso en las que ya no hay nada que se pueda hacer, no tienes nada que perder.
Decide creerle a Dios y Él obrará.

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