Novels">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Monografía - El Conquistador

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

1

El Conquistador

de Federico Andahazi

Alumna: María A. Filiberti

Materia: Expresión Oral y Escrita de la Lengua Española


2

Tabla de Contenido

Introducción................................................................................................................... 3

Contexto histórico............................................................................................................4

Contexto literario………………………………………………………………………………..6

Contexto social-educativo……………………………………………………………………..7

Conclusión………………………………………………………………………………………8

Referencias bibliográficas……………………………………………………………………..9
3

Introducción

En la novela “El conquistador” de Federico Andahazi, se plantea el siguiente interrogante:


¿Cómo hubiera sido la conquista de Europa por parte de los aztecas, si éstos hubieran
llegado a Europa antes que Colón a América? En su afán por descubrir y explorar nuevas
posibilidades, el autor se proyecta en el personaje de Quetza, quien se transforma en un
nuevo y peculiar conquistador. Debiendo sortear diferentes obstáculos que desde el inicio
de su existencia la vida le presenta, Quetza representa al aguerrido y audaz aventurero
que desea encontrar las raíces de su origen en su viaje alrededor del mundo.

Federico Andahazi, desde su obra, permite la reflexión de que si la guerra por la conquista
ha terminado realmente o si sigue aún vigente. Para responder a esta reflexión bastaría
observar el mapa geopolítico actual, y comprobar que hay muchos pueblos en el
continente americano que aún mantienen sus reclamos de orden territorial, por lo que se
puede sospechar que esta lucha por la conquista todavía no ha terminado.

El Conquistador relata una historia que hubiera podido suceder en una época previa a la
conquista española, y le permite pensar al lector que el mundo habría sido muy diferente si
esto hubiera ocurrido como la novela lo plantea. Sin embargo, los acontecimientos
relatados desembocan en un final que deja un sabor amargo, porque suceda lo que
suceda el camino ya está marcado, no hay marcha atrás y no se podrá cambiar. Por más
que Quetza se esfuerce por querer revertir el rumbo de la conquista, esto no ocurre y este
esfuerzo le cuesta su integridad intelectual. Finalmente, permanece solo, incomprendido y
abandonado por su propio pueblo.

Antonio Requeni, en su crítica del diario La Nación, escribe “El conquistador es una fábula
histórica donde la historia aparece ingeniosamente distorsionada; es también un relato de
amor y odio, de heroísmo y crueldad, en el que se enlazan los datos de la realidad con los
de la fantasía. Cada capítulo ofrece un nuevo episodio, un incidente siempre distinto, lo
que imprime un dinamismo que acrecienta el interés de la lectura; interés suscitado,
además, por las muchas sorpresas que va deparando el original argumento.” (Requeni,
2006)
4

Para el análisis de esta obra se pueden observar tres contextos bien definidos: el histórico,
el literario y el social-educativo. Estos contextos serán desarrollados a continuación.

Contexto histórico

En su análisis y crítica de la obra El Conquistador Mat Elefzerakis describe a Quetza,


personaje principal de la novela, de la siguiente manera:

“Quetza era un adelantado joven noble mexica, el pueblo nativo originario americano al que los
españoles, tras la conquista, denominaron Azteca. Había reformado el calendario y descubierto,
leyéndolo, que la próxima Guerra definiría el destino de los Dioses mexicas, ya que sería una lucha
entre Dioses, que podía costar la existencia al Imperio de Tenochtitlan. Convencido de la forma
esférica de la Tierra, logra que el Tlatoani (el emperador mexica) le conceda la gracia de viajar por
mar, a Oriente, el lugar hacia donde está Europa.

Quetza hace el viaje que sólo los Vikingos habían hecho antes que él, antes que Colón se aventurara
en el Atlántico, tratando de llegar a la India. Quetza, incluso, verá en los ojos de Cristóbal Colón, que
el almirante de la Reina sabe lo que él sabe, que la Tierra es una esfera, que navegando a Oriente se
llega a Occidente, y que navegando a Occidente se llega a Oriente. Lo que Colón no sabe, es que
hay otro mundo al otro lado del mar, un mundo que, si Quetza regresa, se lanzará a la conquista de
Europa, antes que Europa se entere de su existencia.” (Elefzerakis, 2007)

En esta descripción se evidencia la presencia de elementos históricos verdaderos que el


autor utiliza muy acertadamente para entrelazarlos con la historia y dar verosimilitud al
relato. “Andahazi logra impresionar con los detalles culturales que impregnan las páginas
de su novela, creando personajes ricos en características y un argumento de lo más
fantasioso que concluye con el encuentro de la realidad.” (Requeni, 2006)

Numerosos datos históricos se mencionan en la novela y se incorporan en la descripción


del viaje de Quetza. Al igual que el viaje de Cristóbal Colón, el de Quetza dura
aproximadamente setenta días. “..., después de navegar durante unas setenta jornadas,
divisaron por fin una franja irregular de color incierto en el horizonte,…” (El Conquistador,
p.161) Al llegar a España, más precisamente a Huelva en Sevilla, Quetza queda impactado
los sacrificios realizados durante la cruel ceremonia de la Inquisición.
5

“El Dios al cual hacen la ofrenda se llama Cristo Rey. Los nativos gritan su nombre mientras los
sacerdotes hacen el sacrificio, […] Tiempo después Quetza aprendería el nombre de este rito que, en
el idioma de aquellos salvajes, tenía una pronunciación compleja para una lengua acostumbrada al
náhuatl: Santa Inquisición.” (págs. 166/167)

No sólo se hace referencia a la Inquisición, sino también a la ocupación mora y posterior


Reconquista. Al llegar a España, Quetza observa que está formada por diversas provincias
que utilizan diferentes lenguas para comunicarse, y se pregunta cuál habrá sido el factor
aglutinante de tan diversas culturas que convivían en una misma nación.

“Quizás el factor que sirvió como aglutinante fue la guerra contra las huestes de Mahoma, la larga
contra las huestes de Mahoma, la larga lucha contra los moros, quienes durante siglos,
permanecieron en la península. La expulsión de los musulmanes, el enemigo común, había plasmado
un orgullo de nación que, de otro modo, jamás se hubiese consolidado.” (p.196)

Otro elemento que otorga gran verosimilitud al relato y ubica con más precisión al contexto
histórico es el encuentro de Quetza con los Reyes Católicos y su par Cristóbal Colón. “El
marino de la reina hundió una pluma en el tintero y dibujó con mano hábil un mapa que
abarca las tierras desde España hasta la isla de Cipango.”

En sus referencias, Andahazi, también hace mención a la historia y cultura azteca, como
las guerras floridas, que tienen su origen en el año 1450 aproximadamente. Debido a una
serie de desgracias que sufrieron los indígenas, epidemias, hambruna, heladas, nevadas, y
destrucción de casas. Por ello, los máximos gobernantes de los aztecas se reunieron para
tratar de encontrar la solución a tanta calamidad. Los sacerdotes llegaron a la conclusión
de que los dioses estaban indignados contra el imperio y para aplacarlos debían realizar
sacrificios. Desde ese momento en adelante, fueron habituales las batallas y los que
resultasen presos o cautivos se sacrificaban a los dioses. Es en una similar ocasión que
Quetza es rescatado del sacrificio por Tepec, quien finalmente lo adopta.

Contexto literario

La novela posee una estructura dividida en tres partes. La primera comienza, con cierta
originalidad, en el capitulo cero, que presenta la obra en general, modo de prólogo. Esta
primera división abarca hasta el capítulo 25 y cuenta sobre las costumbres de la sociedad
6

azteca, y hace especial hincapié en la educación que recibe Quetza y como se prepara
para la gran aventura que está por emprender.

La segunda parte se denomina Diario de viaje de Quetza. Cartas a Ixaya. Aquí Quetza
narra, en primera persona, la travesía de su viaje al nuevo continente, haciéndose una
analogía con el viaje realizado por Colón. Todas las experiencias que vivencia se conocen
a través de las cartas que Quetza escribe a su amada Ixaya, amiga de la infancia. También
se conoce el temor que siente por el encuentro con los “salvajes” que viven del otro lado
del océano. En este relato el narrador está presente en primera persona, brindando a la
narración mayor dinamismo y verosimilitud.

Por último, en la tercera parte se relata el encuentro de Quetza con ese “nuevo mundo”,
sus observaciones y su logro en regresar a México luego de recorrer la totalidad del globo.
Su mérito radica en haber conseguido descubrir el lugar del origen de su pueblo, en esta
ocasión el relato se diferencia de los hechos históricos. Como se escribe en el diario “El
latinoamericano” de España: “Con una prosa que recuerda los relatos orales contados a la
luz de una hoguera, Federico Andahazi resucita todo un mundo en esta mágica novela. Un
mundo desaparecido de tambores y flautas, de islas cubiertas de flores, de canoas rojas,
verdes y amarillas, y también de sacrificios cruentos y sacerdotes fanáticos. Andahazi ha
creado un magnífico relato épico, una epopeya clásica que muestra la esencia misma del
ser humano.”

Contexto social-educativo
 

La educación que recibe Quetza durante su niñez y adolescencia es muy importante para
su formación personal y debido a ella se forja como un individuo especial, un guerrero
valiente y aventurero que no cesará en su búsqueda hasta conseguir su más preciado
objetivo: encontrar las raíces de su origen.

Desde muy pequeño, aproximadamente a los dos años, Quetza es salvado del sacrificio
por un anciano sabio de respetable reputación, Tepec, quien lo adopta y le brinda el
beneficio de obtener la mejor educación que un noble podía recibir. Tepec, había perdido
sus dos hijos en la guerra, y ve en Quetza a esos hijos perdidos. Vuelve a sentir el cariño
de ser padre, aunque con la edad de abuelo, y se siente reconfortado con los avances que
7

observa en el niño en cada enseñanza que le brinda. A través de estos actos el lector
puede entender lo que la cultura azteca significa. La importancia de sus dioses, del respeto
a los mayores y las jerarquías sociales del pueblo. El jefe político y militar era el emperador
o tlatoani mientras que el jefe religioso era llamado cihuacoatl, ambos elegidos por el
consejo de ancianos y jefes tribales. Un rasgo característico de la sociedad era la división
en castas. La casta de los nobles se denominaba pipiltin y estaba formada por los
miembros de la familia real, los jefes militares y los jefes de los calpulli o unidades sociales
formadas por un grupo de familia. El lugar de privilegio lo ocupaba la nobleza y los
religiosos. Mucho más alejados estaban los macehualtin que eran los labradores,
comerciantes y artesanos. Luego se encontraban los siervos o mayeques, que trabajaban
las tierras de la nobleza. Por último, se ubicaban los esclavos o tlatlacotin, que se
empleaban como fuerza de trabajo o para los sacrificios religiosos.

Tepec siempre le habló con sinceridad y verdad; le inculcó que no debía temer a la
muerte, y que no debía tener miedo, porque era el único enemigo del hombre. Sus sabias
palabras eran:

Mira, oye, entiende, así son las cosas en la Tierra. No vivas de cualquier modo, no vayas por donde
sea. ¿Cómo vivirás, por donde has de ir? Se dice, niño mío, quetzal, chiquito, que la Tierra es en
verdad un lugar difícil. Pero eso sólo es verdad para quienes andan a tientas en las tinieblas, en la
ignorancia. Si te encomiendas a Quetzalcóatl, Dios de la Luz, no hay nada que temer. El
conocimiento, mi niño, no consiste en echar oscuridad sobre la luz, como hacen tantos, sino en
caminar con la antorcha de la razón por delante. Se teme lo que se desconoce; igual a la luz de la
antorcha es el afán del conocimiento y donde arde ese fuego se quema el miedo, todo miedo, para
siempre. (p. 35)

Quetza, que no pertenecía al mismo estrato social que su padre adoptivo, nunca fue
aceptado por los demás niños del lugar. “Quetza no ignoraba que sus vecinos del calpulli lo
trataban como si fuese distinto de ellos.” (p. 36) Sin embargo, la hostilidad y rechazo que
recibía de esos niños, no se correspondía con el trato que le propiciaban los hijos de los
esclavos, “con quienes se sentía a gusto y lo recibían como si fuese uno de ellos”. (p. 36)
Es por ello, que sus dos grandes amigos, Huatequi e Ixaya, eran hijos de dos esclavas de
la casa.
8

A la edad de quince años, Quetza enfrenta su mayor desafío, cuando se separa de Tepec
y amigos e ingresa al “Calmécac, escuela a la que acuden los hijos de la nobleza, los
pipiltin. De allí egresaban los futuros gobernantes, generales y sacerdotes.” (p. 49) Es en
esta escuela militar donde conoce la injusticia, el entrenamiento excesivo, la rivalidad y se
convierte en un verdadero líder, sagaz y justiciero.

Conclusión

Según lo expuesto, se observa que el autor despliega un gran conocimiento de una parte
de la historia de la humanidad, crea personajes ficticios que parecen reales y los entrelaza
con personajes verdaderos de la historia. Este recurso, que Andahazi utiliza con gran
destreza, provoca que el lector se interese y compenetre plenamente en el relato. Sin
embargo, se debe destacar que, desde esta perspectiva, la conquista se transforma en un
hecho relativo y subjetivo, y, de esta manera, enriquece la lectura de nuestra historia.

Por último y retomando la idea de que la guerra por la conquista aún no ha finalizado, en
una entrevista al escritor realizada por Rafael Ojeda para la Revista Quehacer, Andahazi
dice:

“Pareciera ser que la guerra contra los moros todavía no ha terminado, y cuando se invocan las razones
por las cuales España llegó a esa guerra, y cuando se invocan las razones por las que Estados Unidos
lleva adelante su ofensiva, uno entiende que las causas siguen siendo exactamente las mismas. En las
cartas de Colón a la reina al llegar a América, y en sus crónicas, por ejemplo, la palabra que aparece con
más insistencia es la palabra oro. Si hoy uno lee con detenimiento toda la literatura acerca de esta «nueva
guerra contra el moro», la palabra que va a aparecer con más frecuencia es la palabra petróleo.” (Ojeda,
2008)

Queda abierto el interrogante entonces para que cada lector saque sus propias
conclusiones. Algunos pensarán que el rumbo de la historia estaba determinado y nada lo
hubiera hecho cambiar; otros podrán pensar que el destino de la humanidad habría sido
completamente diferente si América hubiera conquistado Europa.
9

Referencias bibliográficas

Andahazi, F El conquistador. Ed. Grupo Planeta, 2006.

Elefzerakis, M. http://delarealidadalsuenio.blogspot.com.ar/2007/12/el-conquistador-noveln-
de-federico.html (visitado 26/9/2015)

Guerra floridas http://www.artehistoria.com/v2/contextos/8522.htm (visitado 3/10/2015)

Ojeda, F América Latina y la escritura como desencubrimiento. Revista Quehacer Nro.


171 / Jul. – Set. 2008

Requeni, A. Diario la Nación, 2006

Sociedad azteca http://www.icarito.cl/enciclopedia/articulo/segundo-ciclo-basico/historia-


geografia-y-ciencias-sociales/historia-de-chile-descubrimiento-y-conquista/2009/12/404-
5397-9-3-vida-y-cultura-azteca.shtml (visitado 3/10/2015)

Colusso Walker, E. y otros Conquista e identidad. Las raíces de nuestra historia en la


ficción. Universidad Nacional de Villa María. IV Congreso Internacional Celehis de
Literatura. Mar del Plata, 7, 8 y 9 de noviembre de 2011

También podría gustarte