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La Estética en La Edad Media - Unidad Iii

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LAS ARTES
CREA CANDELARIO ARAY

FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y ESTÉTICOS


UNIDAD III

LA ESTÉTICA EN LA EDAD MEDIA

Profesor: Bachilleres:
Ignacio Figueroa Vanessa Abalos
C.I: 27.072.240
Esteban Marcano
C.I: 21.067.819
María Revilla
C.I: 28.742.246
Fernando Marcano
C.I: 27.284.377
Valeria Salazar
C.I: 30.115.852
Daniela Salazar
C.I: 30.115.853
Puerto La Cruz, junio de 2022

1
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................3
DESARROLLO..........................................................................................................4
1. LA BELLEZA COMO UN TRASCENDENTAL......................................................4
1.1. LA BELLEZA COMO UN TRASCENDENTAL SEGÚN KANT.......................4
2. PRINCIPIOS DE LA BELLEZA..............................................................................6
3. ENFOQUE ECLESIASTICO DE LA BELLEZA.....................................................8
4. LA BELLEZA EN LOS ESCRITOS PATRÍSTICOS...............................................9
4.1. PROPÓSITO DEL ARTE MEDIEVAL..............................................................10
5. LA BELLEZA PARA TOMAS DE AQUINO.........................................................11
6. LA BELLEZA Y EL ARTE EN EL RENACIMIENTO............................................11
6.1. LA PROPORTIO............................................................................................15
6.2. CLARITAS.....................................................................................................15
6.3. INTEGRITAS.................................................................................................16
6.4. LEY DE MARCO...........................................................................................16
6.5. LA LEY DEL ESQUEMA GEOMÉTRICO.....................................................17
7. CREATIO EX NIHILO..........................................................................................17
7.1. LA PREGUNTA POR LOS ORÍGENES........................................................18
7.2. ORÍGENES DE LA EXPRESIÓN EN LA CULTURA JUDÍA, LA IDEA DE
CREACIÓN A PARTIR DE LA NADA EN LA BIBLIA..........................................20
7.3. PRIMERAS MANIFESTACIONES EXPLÍCITAS EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO DE LA IDEA DE CREACIÓN A PARTIR DE LA NADA.............21
7.4. PARA LOS GRIEGOS “EX NIHILO, NIHIL FIT” O “DE LA NADA, NADA
ADVIENE”.............................................................................................................22
7.5. LA IDEA DE CREACIÓN CONTINUA DE LA MATERIA EN LA
COSMOLOGÍA MODERNA.................................................................................23
7.6. LA PERSPECTIVA MATEMÁTICA...............................................................26
CONCLUSIÓN.........................................................................................................28
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................29

2
INTRODUCCIÓN

El nacimiento y desarrollo de la estética como disciplinas filosóficas es un


proceso que se va dando a lo largo de la historia y si bien tenemos una fecha, un
dato de que la estética nació en ese momento, tenemos que entender que se fue
dando a lo largo de un proceso histórico. El periodo de gestación comienza con
antigüedad y continua a lo largo de la edad media, ya que en estos períodos
teníamos reflexiones sobre la belleza del arte, basadas en la metafísica platónica y
en la bipartición del mundo, donde tenemos un mundo de las ideas, donde se
encuentra la verdad, las esencias y un mundo sensible que vendría a ser la copia
de las ideas. Dentro de este grupo del mundo sensible donde encontramos a la
obra de arte, habíamos un dicho que podríamos datar a la estética formalmente
como nacida en el año 1750 a partir de un texto denominado Aesthetica de
Baumgarten. Es una disciplina que fue naciendo a partir del renacimiento que
continuó en la extracción este periodo que vamos a denominar edad moderna que
va desde mil 453 hasta 1789.

Después tenemos a Kant que va a superar su postura y él lo que va a hacer


es separar a la estética de las esferas del conocimiento científico y de la moral.
Entonces la estética hay que entenderla como una consecuencia del lugar de
privilegio del hombre autónomo, cuando el hombre deja de ser creatura y deviene
sujeto en la modernidad y en la ilustración donde el hombre es el centro atención.
La estética nace a partir de la categoría renacentista de autor, donde la obra
empieza a circular con un capital y el autor tiene un nombre que vale, el artista
deviene autónomo y se independiza el arte de la artesanía. Esto comienza con el
renacimiento y se concreta en la ilustración. Por ende, la estética autónoma es
consecuencia de un arte autónomo que no tiene ni función educativa, ni religiosa y
que tampoco tiene utilidad. Ahora bien, teniendo en claro el comienzo de la
estética, a lo largo de este trabajo se comprenderá sobre la belleza en diferentes
ámbitos y también serán expuestos los pensamientos que tienen los diferentes

3
filósofos de ella misma, que nos ayudaran de cierta forma a filosofar sobre estos
temas.

DESARROLLO

1. LA BELLEZA COMO UN TRASCENDENTAL

La belleza es un trascendental. Los trascendentales son propiedades del


ser que trascienden los límites de tiempo y lugar y están enraizados en la
existencia o la realidad. Los trascendentales no dependen de la cultura, religión o
ideologías personales. Los trascendentales son características objetivas de todo lo
que existe.

Con el tiempo hemos llegado a reconocer tres trascendentales, Verdad,


Belleza y Bondad. En teoría, hablamos de estos trascendentales como
complementarios. Si algo es Bueno, también es Verdadero y Bello. Asimismo, si
algo es Verdadero, también es Bueno y Bello. Pero cuando consideramos a Bello,
aparte de sus hermanos, las cosas empiezan a complicarse.

Todos nos sentimos atraídos por la belleza. Es parte de nuestra naturaleza.


El arzobispo Cordile, uno del arquidiócesis de San Francisco, ha señalado que "la
belleza es importante porque es una de las formas en que podemos estar en
contacto con lo divino y atraer a otros a estar en contacto con lo divino.

1.1. LA BELLEZA COMO UN TRASCENDENTAL SEGÚN KANT

La estética trascendental es definida por Kant como


la ciencia de todos los principios a priori de la sensibilidad.
La estética trascendental junto con la lógica trascendental
forman doctrina trascendental de los elementos, que es la
primera parte de la Crítica de la razón pura del filósofo
prusiano Immanuel Kant. En la estética trascendental, Kant

4
estudia la sensibilidad, que es la capacidad que tiene el sujeto, es decir, cada uno
de nosotros para recibir sensaciones que provienen de la realidad que se dio, en
pocas palabras, de todo lo que nos rodea a través de los sentidos.

La sensibilidad lo que hace es organizar toda la información sensible que


nos llega en cada uno de los sentidos haciendo posible la percepción de un objeto,
es decir, la percepción de un todo.

Por ejemplo, cuando nosotros percibimos


una flor, la percibimos en su conjunto y no la suma
de las cualidades que nos llegan a través de cada
uno de los sentidos, es decir, que no percibimos
por un lado la forma de la flor, por otro lado, el
color de la flor, su textura, etc. Sino como un todo.

Entonces, la integración sensorial o la organización de todas las


sensaciones realizadas por la percepción, produce en nosotros una impresión que
puede hacerse presente, aunque el objeto no esté físicamente delante de
nosotros. Por ejemplo, aunque un amigo no esté presente físicamente, podemos
pensar en él y actualizar su imagen en nuestra mente y en diferentes contextos.

Ahora, todas estas impresiones que recibimos a través de los sentidos son
ordenadas en nuestra mente por medio de la intuición, y gracias a ella, nuestras
impresiones no son caóticas, sino que se encuentran ordenadas dentro de nuestra
mente.

El resultado que tenemos con ello, es lo que Kant va a denominar como el


fenómeno. Si nosotros percibimos ahora mismo una mesa, esa mesa sería un
fenómeno, es decir, tal y como la percibimos y conocemos, pero ¿es igual esto a
tal como se está en si misma? Kant diría que no, Kant va a distinguir entre la
mesa tal como es en sí (a lo que va a denominar como noúmeno) y la mesa tal y
como yo la conozco o como la percibo (que es lo que denominaría como
fenómeno).

5
Nos dice Kant, que a partir de la sensibilidad no podemos conocer las
cosas como estas son en sí mismas, sino como se nos presentan en nuestra
mente, es decir, que nosotros no percibimos las cosas por medio de la sensibilidad
tal y como son (que sería el noúmeno) sino como se nos presentan en nuestra
mente (el fenómeno).

Aquí Kant dice que la estructuración que recibimos a través de los sentidos
la realiza el propio sujeto, y que lo que aporta este mismo es el elemento a priori,
ya que lo colocamos nosotros, sin necesidad de contar con la experiencia.

En el caso de la sensibilidad, dice Kant, que los elementos a priori que pone
el propio sujeto son dos: el Espacio y el Tiempo.

El fenómeno le va a servir a Kant para demostrar cómo son posibles los


juicios sintéticos en las matemáticas.

2. PRINCIPIOS DE LA BELLEZA

Según Tomás de Aquino lo bello es, quae visa placet,


(aquello que agrada a la vista), una teoría que seguía las
ideas de los griegos clásicos. Esto se puede extrapolar al
resto de sentidos. En el caso del oído, la belleza de la
música es lo que agrada al sentido auditivo. Con ello nos
damos cuenta que la belleza no es una cualidad física, sino
que es una cualidad subjetiva, apreciada por el sujeto a
quién se le transmite a través de sus sentidos.

Platón consideraba que la belleza verdadera reside en el alma. La belleza


visible es solo una manifestación de la verdadera belleza, que se asocia con el
bien. Los objetos repulsivos son asociados con el mal. Así, las brujas eran
representadas con rasgos físicos desagradables, relacionándolas directamente
con la fealdad. El mal es feo. Por consecuencia todo lo relacionado con el mal
debe ser feo, repugnante a los sentidos. Las brujas eran propiedad del diablo, que

6
físicamente según los cánones clásicos debe ser horriblemente repugnante, pero
podía aparecer hermoso para engañar a las almas cándidas. Todo ello se cita
para demostrar la complejidad que tiene el concepto de belleza, que asociamos
con el bien, con aquello que nos causa placer. La principal contradicción la
encontramos cuando lo repugnante puede ser considerado como bello, como una
obra de arte, cuando aquello nos causa placer.

En su sentido más profundo, la belleza puede engendrarse a partir de una


experiencia de reflexión positiva sobre el significado de la propia existencia. Podría
remontarse a la propia existencia de la humanidad como una de sus cualidades
mentales. La escuela pitagórica vio una importante conexión entre las
matemáticas y la belleza. En particular, notaron que los objetos que poseen
simetría son más llamativos. La arquitectura griega clásica está basada en esta
imagen de simetría y proporción. Platón realizó una abstracción del concepto y
consideró la belleza una idea, de existencia independiente a la de las cosas bellas.
Según la concepción platónica, la belleza en el mundo es visible por todos; no
obstante, dicha belleza es tan solo una manifestación de la belleza verdadera, que
reside en el alma y a la que sólo podremos acceder si nos adentramos en su
conocimiento.

Santo Tomás encuentra tres elementos que constituyen la belleza:

 La integridad: El hecho de ser completo, perfecto, lleno, es decir, de contar


con todos los aspectos y partes con que uno aparece como un todo,
indivisible, idéntico a sí mismo.

 La claridad: La presentación de la propia inteligibilidad, luminosidad,


esplendor, la transparencia de la forma o la “luz” que facilita al intelecto el
poder conocerla, lo que lo hace verdadero.

 La proporción: El ajuste, el equilibrio, la justa medida, la simetría que es


unidad en la multiplicidad de sus elementos y que se armoniza con su
propia naturaleza, haciéndolo deseable, bueno.

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En relación con todo el espíritu (emoción, intelecto, voluntad), la belleza es
un gozo que se experimenta al contemplarla por causa de su esplendor
(integridad, claridad, proporción). Un ente es, por lo tanto, hermoso de contemplar
porque posee, y en la medida en que posee, integridad, claridad y proporción; es
decir, en la medida en que es uno, verdadero y bueno. Ser ente significa ser bello
y será tal en tanto en cuanto deleita a Dios, que es la Suprema Belleza.

El hombre es el ente más bello de la creación, por estar hecho a imagen de


Dios y ser objeto directo de su complacencia. Por constituir la armonía de los
demás aspectos de la realidad –unidad, verdad y bondad–, se ha llamado a la
belleza “la síntesis de los trascendentales”.

3. ENFOQUE ECLESIASTICO DE LA BELLEZA

Benedicto XVI nos dice dos palabras sustanciales para comprender el


Misterio de la salvación cristiana:

 La primera es la palabra belleza, esta revela la inexorable nostalgia del


hombre por la verdad, la justicia y el bien, es decir, la nostalgia de Dios.

 La segunda es la palabra Iglesia. La Iglesia es el lugar a través del cual


cada hombre encuentra el acceso al Padre y se hace hijo de Dios en Su
pueblo.

Prólogo de Etsuro Sotoo de la Introducción.

En Cristo, el amor trinitario asume la muerte


como expresión y prueba para dar a conocer su
ser-esencia. La esencia de la gloria se presenta de
modo inseparable como belleza trascendental y
como kénosis por amor: “Dios es bello”, bello de un
modo particular a Él y sólo a Él, bello en el sentido

8
de la belleza primordial e inalcanzable. Dios creador, al crear, se interna en la
nada; el Hijo es resplandor de su gloria (de Dios) e impronta de su esencia, es
Dios hecho hombre anonadado; la belleza trascendental es fuerza creadora del
Espíritu, que diviniza al ser humano, es la fuerza oculta del acontecimiento de la
revelación.

La irresistible fuerza de atracción de su belleza es razón del carácter


fascinante de la estética y de lo sacro. Los dos se dirigen a la alteridad
indisponible de lo absoluto o a la objetividad inaferrable de lo bello. El artista y el
teólogo se consagran de este modo a la imposibilidad de decir lo indecible. El
pulchrum es evocado por la forma.

Belleza y forma se perciben de modo simultáneo como esplendor. La forma


está dada por el Hijo que se hizo hombre y en Él, a su vez, la belleza se supera en
el esplendor de la divinidad que llamamos gloria.

Para la teología, la belleza interesa prácticamente por tres funciones en el


presente, en el futuro y en el pasado. Al contemplar la profundidad de la forma,
somos cautivados y arrebatados por ella, lo cual lleva a ver las cosas ordinarias de
un modo nuevo; la contemplación inspirada arroja luz estética sobre la creación y
la historia de salvación y abre a la dimensión sobrenatural, irreductible como
acontecimiento (función reveladora del presente). Revela lo paradisíaco-
escatológico en una relación fundada en la esencia misma y el sentido de la
naturaleza creada, en que la totalidad de la creación será teofanía en Cristo
(función imaginativa futura). Es posibilidad redentora insertando la creación en la
autenticidad de la encarnación de Jesús de Nazaret, en quien el mundo
oscurecido se hace ámbito de la gloria divina por la gracia (función reconciliadora
pasada).

4. LA BELLEZA EN LOS ESCRITOS PATRÍSTICOS

La patrística fue el movimiento literario, filosófico y cultural


que imperó en la Edad Media. Es la fase en la historia de la

9
organización y la teología cristiana, se ocupó sobre todo de la apología o defensa
del cristianismo frente a las religiones paganas primero y las sucesivas
interpretaciones heterodoxas que darían lugar a las herejías. Es el movimiento de
asentamiento del cristianismo en la sociedad (sobre todo occidental) desbancando
a las otras religiones paganas añadiendo que la religión cristiana era la única y
verdadera porque era la palabra de Dios.

Gran estudioso del Platonismo, revisó los escritos del filósofo una y otra vez
para, tomándolos como base, crear una nueva vertiente adaptada a los intereses
del cristianismo. Como ya dijimos antes, antes de convertirse al cristianismo, San
Agustín bebió de muy diversas aguas en su búsqueda incesante de las fuentes del
saber tomando de cada una aquello que le podía ser de utilidad.

De esta manera creo Agustín su propia estética basada en la concepción


de la retórica de Cicerón, la tradición estoica y el neoplatonismo de Plotino. Así
concluye San Agustín que “La belleza del mundo, hecho a imagen de Dios, es
belleza que participa de la Belleza infinita del Creador.

4.1. PROPÓSITO DEL ARTE MEDIEVAL

El arte medieval es un periodo de la


historia del arte que desarrollo un largo
periodo para una grande extensión espacial.
En la Edad Media, que va desde el siglo X al
siglo XV, son más de mil años de este tipo de
arte para África del norte, Europa y Oriente
medio. Es por lo que el arte medieval está
considerado uno de los periodos más largos
de la historia del arte.

El arte medieval tenía que cumplir tres características fundamentales para


ser ese tipo de arte:

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 Tiene que tener carácter de ofrenda hacia Dios, difuntos o santos. Su
objetivo es conseguir su indulgencia, su gracia, entre otros. Por esto todo
artista medieval no duda de legitimidad de la riqueza en los adornos de
monasterios, iglesias y otros lugares de cultos ya que dicha riqueza era una
ofrenda para Dios.

 Tiene que ser un intermediario entre lo humano y el mundo sobrenatural.


Suele incluir imágenes medievales en función pedagógica que explican los
dogmas de la fe cristiana y su historia sagrada.
 Ha de ser una confirmación de poder, por un lado, ha de ser el poder de
Dios y de la Iglesia y por otro sitio el poder político. Aunque a finales de la
Edad Media surgen otros agentes sociales.

5. LA BELLEZA PARA TOMAS DE AQUINO

En la Summa teológica, Tomás de Aquino define lo


bello como aquello que agrada a la vista, es decir, como
aquello cuya contemplación agrada. Para Tomás, existen tres
tipos de belleza:

 Belleza inteligible (vinculada con la verdad y bondad moral). En este


sentido, la fealdad (que se definirá como privación de belleza) se identifica
con el error, la ignorancia, el vicio o el pecado.

 Belleza natural, que procede de la naturaleza de las cosas.

 Belleza artificial, que podemos encontrar en las obras humanas. Así, existe
un modo de práctica que es el arte o las bellas artes, cuyo propósito es la
producción de obras bellas.

11
6. LA BELLEZA Y EL ARTE EN EL RENACIMIENTO
La estética del renacimiento en muchos sentidos conserva ideas estéticas
medievales, aunque tiene rupturas importantes:

 El arte va adquiriendo autonomía que lo desliga de la utilidad y la función


educativa
 La obra ya no proviene de lo divino, viene un artista nuevo, un “genio”
abierto a toda clase de conocimiento.
 El arte se distingue de la sapientia, la scientia y las facultas, y tiene como
rasgo esencial la inventio.
 Estas ideas estéticas y las producciones artísticas de la época, son el
origen de nuestro concepto moderno de arte.

Canon de belleza

Inspiración

 El Renacimiento tiene un canon de belleza semejante al del mundo clásico,


que se basa sobre todo en la armonía y en la proporción.

 En esta época Italia pasa a ser el referente artístico de todo el continente,


ya que todas las artes reflejaron este canon de belleza del mismo modo.

 Dentro de las producciones artísticas, han quedado como emblemáticas en


la historia el David de Miguel Ángel como canon de belleza masculina (aún
hoy referente publicitario) y El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli en
cuanto al femenino.

Venus de Milo

 La Venus de Milo, creada en el 130 a.C y el 100 a.C, de autor


desconocido, en la figura más representativa del período

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helenístico de la escultura griega, y una de las más famosas
de la antigua Grecia.

 Representa a Afrodita. Diosa del amor y la belleza.

Discóbolo de Miron

 El Discóbolo de Miron es una escultura realizada por Mirón de


Eleuteras en torno al 455 a.C. Representa a un atleta en el
momento anterior a lanzar un disco.

Canon de belleza femenino

Las características femeninas son:

Piel blanca, sonrosada en las mejillas, cabello rubio y largo, frente


despejada, ojos grandes y claros; hombros estrechos, como la cintura; caderas y
estómagos redondeados; manos delgadas y pequeñas, en señal de elegancia y
delicadeza; los pies delgados y proporcionados; dedos largos y finos; cuello largo
y delgado; cadera levemente marcada; senos pequeños, firmes y torneados;
labios y mejillas rojos o sonrosados.

En la época tan solo usaban maquillaje como el colorete y el carmín para


esos tonos rosas de la cara. Aunque donde si encontramos diferencias con
épocas anteriores es en el vestido ya que es bastante ostentoso. A pesar de eso a
los renacentistas, en su afán por mostrar la perfección corporal, les gustaba
mostrar la desnudez de los cuerpos en muchas de sus obras.

La Gioconda
13
 Se pueden apreciar estas característacas en el cuadro de La
Gioconda, de Leonardo Da Vinci, pintada entre el 1503 y el
1519.

El nacimiento de Venus

 Y también se pueden ver en el cuadro El


Nacimiento de Venus, de Sandro Botticelli,
realizada entre el 1483 y el 1484.

Canon de belleza masculino

 En cuanto al ideal de belleza masculino podemos centrarnos


en la fabulosa escultura del David de Miguel Ángel, tan sólo
se le podría añadir como otras características los cabellos
largos y relucientes, las cejas pobladas y marcadas, una
mandíbula fuerte y unos pectorales anchos.

 Podemos apreciar las características del canon de belleza


masculina gracias a la escultura del David de Miguel Ángel
Buonarroti, pintado entre el 1501 y el 1504

La proporción y la armonía como base de la belleza

No podríamos hablar de la belleza renacentista sin


mencionar a Leonardo da Vinci, quien dedicó buena parte de su
Tratado de pintura a expresar las proporciones más armónicas
entre todas las partes del cuerpo con el Hombre de Vitruvio. En
él, el ombligo era el punto central natural del cuerpo humano y el
centro de la circunferencia y del cuadrado en el que se inscribe el
14
cuerpo del hombre extendido. En este dibujo Leonardo Da Vinci representa las
proporciones que podía establecerse en el cuerpo humano. Esta proporción refleja
la máxima belleza y perfección, es decir la belleza divina.

Para Leonardo, el hombre era el modelo del universo y lo más importante


era vincular lo que descubría en el interior del cuerpo humano con lo que
observaba en la naturaleza. Hombre de Vitrubio realizado al rededor del 1490, por
Leonardo Da Vinci.

6.1. LA PROPORTIO

A lo largo de la historia del hombre, el conocimiento de la


proporción, y la geometría en particular, fueron aplicadas en
diferentes civilizaciones. El descubrimiento del número de oro fue
considerado un avance y, en principio, se lo relacionó con la
religión. En sus orígenes fue secreto y, con el paso de los años,
quedó olvidado y descartado.

Las palabras que preceden pertenecen a Axel Vervoodt y a Daniela Ferretti,


los curadores de Proportio, una muestra en el Museo Fortuny de Venecia, que
intenta hacer dialogar a piezas contemporáneas con la geometría y el número de
oro.

La muestra se inicia con una serie de construcciones en las que se puede


visualizar en detalle la aplicación del número de oro. Se trata de pabellones
creados por Tatsuro Miki y Axel Vervoordt, en donde cada medida incluye la raíz
cuadrada de 2, de 5 y de 3. La idea es que, través de esta arquitectura, el visitante
active su percepción de la proporción y pueda apreciar los demás trabajos
presentados en la exhibición.

15
6.2. CLARITAS

La arquitectura que deriva de las


formas de la arquitectura romana, en
Occidente y en el ámbito del
Mediterráneo, mantiene el vínculo entre la
obra de arquitectura y la realidad del
mundo que se establece en torno al
concepto de proporción y mesura. Aunque la expansión ornamental y formal,
espacial, que había sentido la arquitectura del Imperio desbordaba la semilla de
belleza que había sido sembrada en los orígenes de nuestra tradición cultural por
los griegos. La desbordaba al inventar una secuencia interminable de formas
arquitectónicas, al multiplicar la complejidad volumétrica de la arquitectura, en su
interior y en su envolvente, y la concatenación de esas figuras, al explorar el haz
de luces que atraviesan el espacio. Pero la incesante superposición de tramas y
figuras que dotaron de carácter a la arquitectura de Roma no alcanzó a establecer
una conciencia estética de lo específico en ella.

O no hemos llegado a descifrarlo en la también compleja trama de


acontecimientos que surten de escollos continuos los tiempos del Imperio y de su
desmoronamiento en Occidente, así como los espacios de su sobrevivencia en el
ámbito del Imperio de Oriente, en Bizancio.

6.3. INTEGRITAS

La integridad es parte de la Belleza, si un objeto está roto o dañado ya no


puede ser Bello porque todo funciona como parte de un solo organismo y no se
puede admirar o contemplar una parte separada del todo, como un dedo mutilado
del cuerpo o los pétalos separados de la flor o una taza sin asas.

16
6.4. LEY DE MARCO

La Ley de adaptación al marco, sostiene que la escena escultórica se


adapta sin reparos al propio espacio que la arquitectura había dejado a tal fin, ya
sean tímpanos, arquivoltas o capiteles.

Hemos de relacionar este hecho con la visión neoplatónica que del arte
tiene la Edad Media, sobre todo la escolástica y San Agustín, que piensan que
representar el mundo sensible es una veleidad herética, ya que todo lo sensible no
es más que un engaño a nuestros ojos.

6.5. LA LEY DEL ESQUEMA GEOMÉTRICO

La Ley del Esquema Geométrico exige


al escultor que, aunque no se vea presionado
por el marco arquitectónico, las figuras de su
escultura han de tener una lógica geométrica
intrínseca, como, por ejemplo, que sus figuras
guarden simetría, formen figuras parecidas a
cuadrados, círculos, cruces, etc.

7. CREATIO EX NIHILO

La “creación a partir de la nada”,


que es lo que significa literalmente esa
expresión latina, es una idea muy
compleja. Pero, compleja, no sólo
porque sea la combinación de dos
ideas de por sí equívocas: “creación + nada”, sino porque la propia expresión tiene
una larga y retorcida historia de luces y sombras en la que se entremezclan

17
culturas (la judía y la griega principalmente), ideologías, filosofías, creencias
religiosas y diversas disciplinas como la teología dogmática, la cosmología
racional o incluso la cosmología científica moderna en la que también se habla,
aunque parezca increíble, de creación continua de la materia.

A todo esto, hay que añadir una serie de connotaciones que cada una de
esas ideas tomadas por separado sugieren. La idea de nada connota ideas afines,
pero no sinónimas como las ideas de vacío, espacio, no-ser, negación, conjunto
vacío, cero, etc. Y la idea de creación sugiere ideas como: hacer, producción,
construcción, formación, ingenio, origen, originalidad, inicio, tiempo, límite, etc.

7.1. LA PREGUNTA POR LOS ORÍGENES

Es algo muy común en todas las culturas preguntarse por cómo surgieron
todas las cosas o por cómo se originó el universo en general. Parece que saber de
dónde procede algo nos tranquiliza o nos hace suponer que eso ya es saber qué
es esa cosa. Saber los orígenes es, en efecto, dar carta de naturaleza. Perece
incluso que no se podría conocer completamente una cosa si no se conocen sus
orígenes.

Ahora bien, es evidente que la idea de “creatio es nihilo” no es, desde


luego, una pregunta, es más bien una respuesta a cuál es el origen del mundo.
Claro que antes de esta respuesta cabe una pregunta previa:

 ¿Es que realmente hubo comienzo?


 ¿Tuvo un comienzo el universo?

Si echamos una mirada a las religiones y mitologías pasadas lo más


habitual es encontrar dos ideas:

 La idea de un universo construido o modelado a partir de una materia


caótica o desorganizada.

18
 bien la idea de que el universo no comenzó nunca, que el universo es
eterno y existió siempre.

A veces esta última idea se combina con la primera y da como resultado un


universo que se destruye cíclicamente, pero cíclicamente renace.

Ante la pregunta de si hubo o no un comienzo para el mundo caben varias


posibilidades. Ninguna de las posibilidades es sencilla. Todas conllevan problemas
y, además, algunas de ellas son mucho más frecuentes que otras. Por ejemplo, la
idea de un universo creado a partir de la nada es poco habitual en las
cosmogonías mitológicas. Lo normal es que o bien el mundo sea eterno y sus
cambios sean cíclicos, o bien que sea configurado o construido a partir de una
materia preexistente y generalmente en desorden y de la que no se dice
generalmente de dónde surgió.

Sin embargo, la idea de creación de algo a partir de la nada no sólo ha sido


difícil de comprender para la cultura occidental basada en una concepción del
mundo encabezada por la idea griega de ser, sino que en el estricto ámbito
religioso o teológico también comprometía de alguna manera la preexistencia de
los propios dioses.

En este cuadro vemos pues, algunas de las posibilidades que nos podemos
encontrar a la hora de preguntarnos por los orígenes. Este artículo sólo se ocupa
19
de una de estas respuestas posibles, aquella que mantiene que el mundo se
originó porque existe un Dios que ha creado este mundo de la nada. Pero ¿dónde
se originó está manera tan original de responder a los orígenes? Es un lugar
común considerar que la idea de creación no es una idea griega, sino que
procede, sin duda, de la cultura judía y que la podemos encontrar en la Biblia.

7.2. ORÍGENES DE LA EXPRESIÓN EN LA CULTURA JUDÍA, LA IDEA DE


CREACIÓN A PARTIR DE LA NADA EN LA BIBLIA

La “creatio ex nihilo” implícita en el Génesis: Aunque por su complejidad no


lo hemos expresado en el esquema, la mayoría de cosmogonías mitológicas que
parten de que hubo un comienzo basan las explicaciones del origen del mundo y
de las transiciones de unos estadios a otros en dos tipos de esquemas operatorios
que podemos llamar el técnico y el familiar:

 El mundo se originó de manera técnica de acuerdo a un gran demiurgo,


hacedor, arquitecto u ordenador que construyó u organizó el cosmos a
partir de algún material preexistente.
 O bien el mundo se formó por vía del engendramiento, sea este de carácter
sexual o no, entre uno o varios dioses que dieron lugar a otros dioses
inferiores que, a su vez, terminaron siendo demiurgos y construyendo el
mundo o alguna de sus partes basándose en el esquema operatorio
anterior.

La mayoría de estas mitologías, usen un esquema u otro, parten de dioses


antropomórficos, inmanentes, providentes y, si son mitologías politeístas, los
dioses se relacionan entre sí formando grandes familias o genealogías.

En la mitología judía no parece ocurrir eso,


sino que parece que Dios no ha creado el mundo
ni sirviéndose de otros dioses, pues es único, ni
de ningún otro material, ni siquiera de sí mismo,
sino que lo crea a partir de la nada. Nos llama la
atención este hecho porque no conocemos si existe otra mitología distinta de la

20
judía en la que se conciba la creación del mundo a partir de la nada. Idea, por
cierto, que implica una gran abstracción que no se ha alcanzado, creemos
nosotros, en otras cosmogonías mitológicas. Desde luego en la mitología griega la
formación del mundo se consigue utilizando los esquemas operatorios
mencionados:

 Por engendramiento: Hay muchas formas posibles. Por ejemplo, Gea, ella
sola, engendra a Uranos o el propio Zeus “de su cabeza, dio a luz a
Atenea” –dice Hesíodo–. En otras ocasiones el engendramiento se produce
o bien por el cruce de dos deidades o bien por el de una deidad y un
humano. Por ejemplo, Zeus y Mnemosine engendran a las Musas, Zeus y
Deméter engendran a Perséfone, etc.
 Por moldeamiento técnico demiúrgico: Por transformación a partir de
algún material persistente. El ejemplo más conocido quizá sea el referido
por el mito de Prometeo –Platón, Protágoras 320d– en donde se ve cómo
los hombres son modelados por los dioses en las entrañas de la tierra.

7.3. PRIMERAS MANIFESTACIONES EXPLÍCITAS EN EL ANTIGUO


TESTAMENTO DE LA IDEA DE CREACIÓN A PARTIR DE LA NADA.

Si no hay idea de “creatio ex nihilo” en la antigua mitología judía del


Génesis. ¿Cuándo aparece? En los libros del Pentateuco desde luego no está
claro. Estos se atribuyeron tradicionalmente a Moisés, aunque, en realidad,
pertenecen a varios autores. Según los expertos se descubren fácilmente en ellos
varios estilos. Se habrían escrito entre los siglos IX y VIII a.n.e. Sin embargo, no
es hasta el siglo I a.n.e. cuando aparece explícitamente la idea que buscamos.
Aparece en el libro segundo de los Macabeos:

“Te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra y, al ver todo lo que hay en
ellos, sepas que a partir de la nada lo hizo Dios y que también el género humano
ha llegado así a la existencia. No temas a este verdugo, antes bien, mostrándote

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digno de tus hermanos, acepta la muerte, para que vuelva yo a encontrarte con
tus hermanos en la misericordia.” (2 M, 7, 28)

Después de una atenta lectura podemos aportar un análisis a propósito de nuestra


idea. La idea de “creatio ex nihilo”, que efectivamente aparece de forma explícita,
tampoco se utiliza aquí con fines cosmológicos o metafísicos, sino morales. El
contexto es una historia en la que una madre de siete mártires anima a su hijo
más joven a permanecer fiel exhortándole para que tenga por seguro que al final
Él despertará a los justos de la muerte. Pero no hay ningún propósito filosófico en
la mente de la madre. Ella está basando la esperanza de la resurrección sobre su
fe en el poder de Dios. Poder que queda patente, sobre todo, por la creación a
partir de la nada.

7.4. PARA LOS GRIEGOS “EX NIHILO, NIHIL FIT” O “DE LA NADA, NADA

ADVIENE”

Ha habido muchas posiciones encontradas respecto al papel que ha jugado


en la filosofía griega la idea de “nada”. A primera vista parecería que esta idea no
es en absoluto una idea perteneciente al ámbito helénico de la cultura. Gilson, por
ejemplo, niega que esta idea jugase algún papel importante en la tradición
filosófica griega. Zubiri, abundando en esta misma línea, argumenta que la
filosofía griega es fundamentalmente una “filosofía desde el ser” mientras que el
pensamiento cristiano, desde S. Agustín a Hegel, es “una filosofía desde la nada”.

Se ha dicho a menudo, aunque no sea del todo cierto, que los griegos
tenían no sólo cierta aversión al vacío, el llamado “horror vacui”, sino que incluso
tuvieron ciertas dificultades, sino para concebirlo, si para operar con él de manera
positiva. Por eso fueron incapaces de crear el número cero, que es algo así como
crear la nada. Entendemos, sin embargo, que no son opiniones del todo exactas.
Los griegos también se preocuparon de la nada o del no-ser, que de muchas
formas lo llamaron. Demócrito utilizó el nombre de “Τὸ μηδὲν” [tò medèn], “lo no-
algo”, y fue quien primero se ocupó de esa idea de una manera decidida y frontal.

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Pero existen otros muchos filósofos que también tuvieron algo que decir,
aunque fuese para negarla: El propio Parménides negó la idea de no-ser,
entonces, si la negó, es que la concibió. A Aristóteles le ocurrió lo mismo, negaba
el vacío. Sin embargo, otros hablaron de ella de una forma positiva, es decir, le
otorgaron cierto tipo de realidad, es el caso no sólo de Demócrito, ya citado, sino
de los pitagóricos o de Epicuro que igualmente admitían el vacío. Gorgias también
habló de la nada. Ahora bien, desde Parménides, incluso antes, en la propia
concepción mitológica del mundo heleno, no cabía pensar que de la nada pudiera
surgir algo. Eso iría en contra de uno de los pilares del pensamiento griego: las
ideas de principio u origen “ἀρχή” [arkhé] y la idea de causalidad (que era una
manera más lógica y más abstracta de ordenar científicamente la propia idea de
origen). Ninguno rompió esas ideas. Pero sí pensaron la nada y la llamaron de
muchos modos: no-ser, vacío, lo no-algo, el espacio, el lugar, etc.

7.5. LA IDEA DE CREACIÓN CONTINUA DE LA MATERIA EN LA


COSMOLOGÍA MODERNA.

La cuestión de por qué existe un mundo fue planteada en 1697 por el


filósofo Leibniz en un corto panfleto titulado: “Sobre el origen último de las cosas”.
Leibniz comprendió que poco importaba si uno piensa que el mundo era eterno o
apareció de la nada como mantenía la doctrina ortodoxa cristiana. Pero esta
pregunta era una pregunta de carácter metafísico. Quizá por eso los filósofos se
tomaron poco interés en esta cuestión durante un largo periodo de tiempo
después de Leibniz. No obstante, en la contemporaneidad sí hubo filósofos que
tuvieron en cuenta la pregunta.

Wittgenstein decía, por ejemplo, que “no cómo es el mundo es lo místico


sino que sea”. (Tractatus). Ha sido, en cambio, el filósofo alemán Heidegger el que
ha vuelto a hacer famoso el conocido problema de Leibniz: “¿Por qué hay algo en
lugar de nada?”. Tengo para mí que la respuesta puede ser muy sencilla al menos
para un creyente o para un deísta. Que ¿por qué hay algo y no más bien nada?
Por Dios, que lo ha creado todo y además, –añadiría el creyente cristiano–, de la
23
nada. Pero, en realidad, tanto un filósofo como otro añadieron poco a la cuestión
pues parecen más interesados en preguntarse por qué encontramos tan
cautivadora esta pregunta, que, por responder a la pregunta misma, si es que
puede darse una respuesta. Porque algunos consideran, a pesar de la
espectacularidad de la cuestión, que tal pregunta no tiene sentido, otros
mantienen que no tiene respuesta (véase el vocablo problema). La ciencia,
evidentemente, no puede responder a eso porque “la nada” no sólo no es un
concepto científico, sino que de la nada, como decía Bergson, nada se puede
decir, es inefable. La cosmología científica sí que habla del vacío, pero en
absoluto se puede identificar con la nada. El vacío no es la nada. La nada es una
idea metafísica, una idea límite y no operativa desde el punto de vista científico.
¿Se puede encerrar a la nada, acaso, en un laboratorio? En el mejor de los casos
se puede encerrar el vacío.

En efecto, en la ciencia no se puede hablar de la nada, por eso tampoco


sería pertinente para un físico la expresión: “creación a partir de la nada”. Sin
embargo, eso no es óbice para que sí se siga hablando de creación y, en
concreto, de “creación continua de la materia” que parece una expresión que
chirría en nuestros oídos educados científicamente.

Ya desde los años cuarenta aproximadamente, la idea de creación ha


dejado de ser una idea meramente teológica, metafísica o religiosa. En la
cosmología y cosmogonía científica modernas, que tampoco están exentas de
metafísica, todo hay que decirlo, se está utilizando la idea de creación simpliciter.
Pero si somos rigurosos, ¿cabe hablar de creación que no sea creación a partir de
la nada? Crear, nos parece, es siempre crear de la nada o, si no, no es crear, es
una mera fantasía o exceso de la imaginación constructivista.

Así y todo, en la cosmogonía científica moderna, lo mismo que ocurría en


las antiguas mitologías, no todo el mundo considera que el mundo ha tenido un
comienzo. Ha habido científicos de renombre que consideran que el universo no
ha tenido un comienzo. La teoría de Bondi, Hoyle y Gold efectivamente decía que
el universo era estacionario, permanecía siempre en el mismo estado de

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uniformidad, pero no decía que tuviese un comienzo. Si hemos observado que el
universo se expande con los cúmulos de galaxias alejándose unos de otros y por
otra parte según el principio cosmológico el universo presenta la misma apariencia
global para observadores en cualquier lugar y en cualquier instante y podríamos
añadir que las leyes de la física actúan de igual manera en cualquier parte del
universo observable, entonces parece que una hipótesis plausible es la
consideración de la creación continua de la materia. La idea fue concebida, como
ya hemos dicho, por H. Bondi, T. Gold y F. Hoyle en los años cuarenta. Pero fue
sobre todo Hoyle quien la defendió y la desarrolló modificándola ligeramente en
los años sesenta. La idea era tan simple como sorprendente, la materia iría
apareciendo en forma de nuevos átomos de hidrógeno en el espacio intergaláctico
[el espacio no es la nada, en todo caso es el vacío que, en realidad, no está tan
vacío de todo como parece]. “Sólo” se necesitaría un átomo nuevo por cada
10.000 millones de metros cúbicos cada año. En rigor, no es una idea que se
pueda confundir ni de lejos con la idea de creatio ex nihilo, pero no deja de
sorprender además de acarrear múltiples problemas:

 Parece que entra directamente en contradicción con el principio de


conservación de la materia-energía de Lavoisier que, hasta ahora, ha
resistido todas las pruebas físicas.

 Además, no ha sido verificada por ninguno de los experimentos realizados


hasta la fecha, si bien es cierto que según Bondi la materia necesaria para
que el universo se mantuviese uniforme sería poquísima, como hemos
mencionado más arriba, y esas cantidades serían imposibles de detectar
por las medidas de nuestros aparatos de laboratorio.

 La hipótesis no explica tampoco la causa de esa creación, sino que la


concibe como espontánea. No obstante, también existen en la física actual
teorías de reconocido prestigio como la teoría de la gravitación universal de
Newton en las que tampoco se conoce la causa de esa fuerza gravitacional,
el propio Newton decía al respecto: “Hasta el presente he sido incapaz de

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descubrir la causa de esas propiedades de gravedad a partir de los
fenómenos y no emito hipótesis”.

 Quizá el principal error de esta concepción sea admitir una hipótesis de


partida que pudiera ser falsa y es el considerar que el universo es uniforme,
homogéneo e isótropo en todas las direcciones.

A la vista de esto, la ausencia de un comienzo parece ser una ventaja para


el enfoque científico. Pero esto es una ilusión, porque seguiríamos teniendo que
explicar por qué el universo adopta propiedades concretas como su tasa de
expansión, su densidad, etc. en un tiempo infinito en el pasado.

En conclusión, el universo no necesariamente ha tenido un comienzo en


una singularidad de densidad infinita. Pero no por eso parece que el gran
problema del comienzo del universo esté por ello resuelto, la cuestión ahora es
que, si nuestro universo en expansión con sus galaxias y estrellas no apareció
espontáneamente de la nada, entonces ¿de qué podría haber surgido? Una vieja
opción era la de que no tuvo realmente ningún comienzo, el universo experimenta
una historia cíclica desapareciendo periódicamente en una gran conflagración
antes de reaparecer como un ave fénix de sus cenizas.

El problema a considerar ahora es cómo son los ciclos. Si son siempre


iguales entonces el universo siempre empieza u acaba lo mismo, en una
singularidad. El universo es cerrado lo único es que no tendríamos ninguna razón
para considerar que estuviéramos en el primer ciclo, podríamos suponer un
número infinito de oscilaciones pasadas. O quizá estas oscilaciones no fuesen
infinitas, sino que llegaría un ciclo en el que el universo, por acumulación de
entropía de un ciclo a otro, dejaría de ser cerrado y pasaría a ser abierto. Etc.

7.6. LA PERSPECTIVA MATEMÁTICA

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Desde la cosmología científica contemporánea hemos observado que
constantemente se están introduciendo conceptos matemáticos para explicar
teorías físicas. Así oímos hablar a menudo, por ejemplo, de singularidades
matemáticas que explotan. ¿Cómo podemos pensar en la existencia de los entes
matemáticos? ¿Qué tipo de realidad pueden tener? Es decir, ¿el concepto bien
definido de existencia matemática tiene cualquier implicación cosmológica? El
desarrollo de sistemas matemáticos axiomáticos, en los que se establece un
sistema de reglas autoconsistentes y se deducen y se construyen consecuencias
a partir de ellos, conducía a una creación de verdades matemáticas que “existían”
en un sentido bastante particular. De cualquier enunciado matemático que fuera
lógicamente consistente se decía que “existe”. Los matemáticos producirían lo que
llegó a conocerse como pruebas de existencia. Pero este es un concepto
claramente más amplio que el de existencia física pues no todas las cosas que
son lógicamente posibles parecen ser físicamente posibles, y no todas estas
parecen existir físicamente ahora.

Sin embargo, un filósofo como Henri Bergson pensaba que este tipo de
existencia matemática débil era un camino posible para buscar una solución
satisfactoria al problema de Leibniz: “Quiero saber por qué existe el universo, ¿De
dónde procede y como puede entenderse que algo exista? Ahora bien, si dejo de
lado estas cuestiones y sigo adelante hasta lo que se oculta detrás de ellas, esto
es lo que encuentro: la existencia me parece una conquista sobre la nada. Si me
pregunto por qué existen cuerpos o mentes antes que nada, no encuentro
respuesta; pero que un principio lógico, tal como A = A, debería tener el poder de
crearse a sí mismo, triunfando sobre la nada a lo largo de la eternidad, parece ser
natural... Supongamos, entonces, que el principio en el que todas las cosas
descansan, y que todas las cosas manifiestan, posee una existencia de la misma
naturaleza que la de la definición de círculo, o la del axioma A = A: el misterio de
la existencia desaparece”. Por desgracia, esta aproximación a por qué vemos lo
que vemos está condenada al fracaso. A medida que se han estudiado con más
detalle la naturaleza de los sistemas axiomáticos está claro que cualquier
enunciado puede ser verdadero en algún sistema matemático. De hecho, un

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enunciado que sea verdadero en uno podría ser falso en otro. La mayoría de los
filósofos consideran la existencia física real como algo distinto de la existencia
matemática.

CONCLUSIÓN

A través de toda la historia griega y Romana la pregunta siempre fue cómo


encontrar el ideal del equilibrio por excelencia. Tenemos unas referencias muy
acertadas y eran las que Alcuino, el religioso inglés que había nacido en York a
quien Carlo Magno lo llamó a colaborar en su obra cultural y más tarde lo nombró
director de la Academia Palatina. Alcuino presenta al emperador Carlo Magno, en
su momento, cuando le habla de cómo alcanzar el ideal del equilibrio no sólo en el
orden moral si no en todas las cosas, y particularmente, en la expresión.

Alcuino decía, no exagerar en nada, en eso consiste la sabiduría, ahí está


la belleza. Y continuaba, nada con exceso. Es imprescindible no sólo en las
costumbres sino también en las palabras.

Ya en la Edad Media se inspiran en las escuelas de retórica del Bajo


Imperio y en el canon de belleza humana que se transmitía en las descripciones
poéticas de aquel tiempo. En la Edad Media la belleza tenía que ver con la
simetría y la composición y estos dos términos hacen referencia al número es
decir que las líneas tenían una medida. Así, en la Edad Media aparecen tratados
de música arquitectura y artes plásticas. Uno de los más conocidos es el de
Arquitectura, conocido a partir del siglo XII trabajado por Vitrubioen el cual
desarrolla la doctrina de las proporciones del cuerpo humano, del rostro, o qué
medidas debía tener un templo para que fuera hermoso.

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La estética medieval se va conformando a través de los siglos marcada por
un carácter verbal y escolástico y cruzado con el intelectualismo y lo metafísico
presentes en la creación artística. La estética medieval obedece a unas
determinadas constantes que podemos encontrar en casi todos los autores: estas
son el simbolismo y el alegorismo, el culto a la proporción y el brillo de los colores.
La luz para los artistas de la Edad Media está relacionada con el concepto divino,
por ejemplo, Dante decía que para representar las almas después de la
resurrección había que hacerlo como especies luminosas.

BIBLIOGRAFÍA

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 https://es.wikipedia.org/wiki/Est%C3%A9tica_trascendental#:~:text=La
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%2C%20Tom%C3%A1s%20de%20Aquino%20define,inteligible
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 https://tiposdearte.com/que-es-el-arte-medieval/

 https://www.ecured.cu/Patr%C3%ADstica

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