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El Cultivo de La Higuera

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El cultivo de la higuera

(Ficus carica)
Aspectos ambientales y económicos
para el Alto Valle del río Negro
Walter Nievas, Patricia Villarreal,
Andrea Rodríguez y Gustavo Gomez
El cultivo de la higuera
(Ficus carica)
Aspectos ambientales y económicos
para el Alto Valle del río Negro
Walter Nievas, Patricia Villarreal,
Andrea Rodríguez y Gustavo Gomez

Centro Regional Patagonia Norte


Estación Experimental Agropecuaria Alto Valle
2021
El cultivo de la higuera ­ Ficus carica : aspectos ambientales y económicos
para el Alto Valle del río Negro / Walter Ernesto Nievas ... [et al.]. ­ 1a
ed. ­ Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Ediciones INTA, 2021.
Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga y online


ISBN 978­987­8333­71­7

1. Arboles Frutales. 2. Producción. I. Nievas, Walter Ernesto.


CDD 634.37

Este documento es resultado del financiamiento otorgado por el Estado Nacional, por lo tanto, queda
sujeto al cumplimiento de la Ley Nº 26.899.

Diseño:
Sebastián Izaguirre, INTA Alto Valle
Este libro
cuenta con licencia:
CONTENIDOS

Agradecimientos

5 Prólogo

6 Síntesis General

7 Características Botánicas

11 Requerimientos Climáticos

22 Requerimientos Edáficos e Hídricos

25 Plagas y Enfermedades

29 Una experiencia de rescate varietal en Alto Valle

33 Una propuesta orientativa de manejo para Alto Valle

37 Inversión y Costo de producción

43 Conclusiones

44 Bibliografía

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


3 INTA - EEA ALTO
AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen la cooperación de las siguientes per-


sonas que hicieron sus aportes y sugerencias:
Sres. Alberto Arellano y Ricardo Pérez - Productores frutíco-
las de Lamarque.
Sr. Vicente Carbajo - Productor frutícola de Villa Regina.
Sr. Marcelo Sánchez - Productor frutícola de Cipolletti.
Ing. Agr. Diana Fernández - INTA Valle Medio.
Dr. Enrique Sánchez - Coordinador del Programa Nacional
Frutales del INTA.
Dra. Susana Di Masi - INTA Alto Valle.
Dra. Silvina Garrido - INTA Alto Valle.
Ing. Agr. Jonatán Lago - INTA Alto Valle.
Téc. Guillermo Muzas - INTA Alto Valle.
Dr. Darío Fernández - INTA Alto Valle.
Lic. MSc. Fernanda Menni - INTA Alto Valle.
Ing. Agr. MSc. Rosa Holzmann - INTA Alto Valle.
Ing. Agr. Ingrid Kaufmann - INTA Alto Valle.
Ing. Agr. MSc. Lucía Mañueco - INTA Alto Valle.
Ing. Agr. Ayelén Montenegro - INTA Alto Valle.

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INTA - EEA ALTO VALLE 4
PRÓLOGO

Uno de los emergentes del proceso de transformación que atraviesa la matriz produc-
tiva de Alto Valle se verifica en el interés de distintos actores en explorar las posibili-
dades de los llamados “cultivos alternativos”.
Como respuesta inicial a dicho proceso, durante 2019 desde la EEA Alto Valle del
INTA se tomó contacto con distintas experiencias locales realizándose entrevistas en
profundidad a los productores y técnicos involucrados. Esta actividad se complementó
con un relevamiento bibliográfico de los requerimientos y de las limitantes de esos cul-
tivos en las condiciones ambientales de la región, con una propuesta tentativa de mo-
delo de producción y con un análisis económico y de inversión.
En este marco, el presente trabajo sobre la higuera (Ficus carica) –lejos de propiciar
o desalentar su cultivo en la zona– tiene como objetivo aportar información básica sobre
sus limitantes y potencialidades en Alto Valle, a fin de orientar tanto a quienes estén
evaluando iniciarse con esta especie como a eventuales futuras líneas de investigación.

Walter Nievas y Patricia Villarreal


INTA Alto Valle

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SÍNTESIS GENERAL

Enmarcado en el grupo de los “frutales menores”, la higuera despierta interés entre in-
versores y pequeños agricultores que buscan una opción de diversificación de sus es-
quemas productivos para mejorar la composición del ingreso familiar.
Este interés es dinamizado, entre otros factores, por la demanda local insatisfecha,
la relativa simplicidad de manejo, los precios logrados en el mercado, las posibilidades
de industrialización y agregado de valor, la perspectiva de destinar la producción a mer-
cados de proximidad y la tendencia del consumidor hacia dietas saludables.
La superficie implantada en Argentina es muy reducida -según datos preliminares
del Censo Nacional Agropecuario 2018, suman 172,6 hectáreas- concentrándose princi-
palmente en NOA y Cuyo, y en menor medida en la región Pampeana; mientras que en
Patagonia Norte las iniciativas son escasas y tuvieron suerte diversa.
Comparativamente con el cultivo tradicional de frutales de pepita o carozo de los
valles irrigados, esta especie presenta sus particularidades y sus limitantes:

ASPECTOS DE INTERÉS LIMITANTES A CONSIDERAR


La multiplicación es agámica y no requiere injertación. Especie de climas subtropicales a templados, marginal
Las densidades de plantación son menores. para la zona.
No requiere estructuras de apoyo, se conduce con Las heladas condicionan el desarrollo de las plantas
plantas bajas manejables desde el suelo. y los rendimientos, lo que exige usar variedades
adaptadas a la zona y elegir el sitio del plantación.
No necesita variedades polinizadoras ni uso de col-
menas. Susceptible al daño mecánico de los vientos habitua-
les del valle.
La entrada en producción es más rápida.
El granizo puede desmerecer la calidad del fruto.
Sus requerimientos de mano de obra son menores.
Las temperaturas medias locales son menores a las
Satisface ampliamente sus exigencias de horas de frío.
óptimas para el desarrollo y calidad de los frutos.
Se adapta en general a los suelos de la zona.
Los pájaros generan importantes daños a cosecha.
No requiere raleo de frutos y la poda es simple.
Es hospedero potencial de Drosophila suzukii, plaga
No presenta problemas sanitarios significativos, por presente en la región.
lo que el uso de plaguicidas es mucho menor.
Sus frutos son altamente perecederos.
El carácter de zona libre de mosca de los frutos en la
Hay muy pocas experiencias locales de su cultivo y
región es un factor relevante atendiendo su suscep-
por lo tanto escaso conocimiento acumulado.
tibilidad a esta plaga.
No existen líneas de investigación sobre su compor-
tamiento y manejo en el ambiente patagónico.
No existen estudios de mercado ni de tendencias de
consumo en la zona.

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CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS

En las chacras del área bajo riego es habitual encontrar ejemplares añosos de higueras
junto a viviendas y galpones, muchos de ellos plantados por los pioneros para consumo
doméstico, para sombra o con fines ornamentales, siendo muy pocas las iniciativas re-
alizadas a escala comercial.

Ejemplar en el área rural de Cipolletti, Alto Valle del río Negro.

Ejemplar en Clmte. Guerrico, Alto Valle del río Negro.

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CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS

En términos botánicos, la higuera es un árbol frutal de la familia de las Moráceas,


de tronco grueso y madera frágil que al quebrarse exuda látex y se descompone fácil-
mente (Sarkhosh, 2018). Sus hojas son grandes, palmeadas, recubiertas de una pilosi-
dad áspera con propiedades alergénicas (Condit, 1974). Presenta raíces superficiales
que se ubican en los primeros 20 a 45 cm del suelo. Si bien la injertación puede ser
una práctica utilizada (López, 2014), la multiplicación agámica es la forma habitual de
obtener plantas.
Es una especie dioica, cultivándose en Argentina sólo variedades de flores femeni-
nas, que no necesitan polinizadoras y que desarrollan frutos partenocárpicos. Cuando
las condiciones ambientales son favorables el receptáculo floral se ensancha origi-
nando dos tipos de frutos morfológicamente iguales: las brevas, que crecen en la ma-
dera del año anterior y maduran en verano, y los higos, que desarrollan en la madera
del año y maduran en verano y otoño. En este sentido, la identificación de variedades
de valor comercial más adaptadas al ambiente local puede constituir una línea de in-
vestigación clave para profundizar en las posibilidades de este cultivo en la región.

Fruto desarrollando en la madera del año. General Roca,


Frutos en madera del año anterior.
Alto Valle del río Negro.

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CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS

Brevas e higos son en realidad infrutescencias (síconos) blandas y dulces por los
azúcares que acumulan durante su maduración, siendo el fruto propiamente dicho las
semillas no viables (aquenios). El pedúnculo recién cortado exuda látex que contiene
ficina, enzima hidrolítica que puede ocasionar dermatitis en operarios (Condit, 1974),
en consumidores y también dañar los propios frutos dado el carácter delicado de su
piel, que posee pruina pero no ceras protectoras (Lobos, 2017).

Higos recién cosechados. Lamarque, Valle Medio del río Negro.

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CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS

El fruto es una flor invertida cuyo receptáculo carnoso es la parte comestible.

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

Se la sitúa entre las especies de clima subtropical y clima templado, aunque se carac-
teriza por su adaptabilidad a distintos tipos de ambientes. De Fina (1979) la señala
como uno de los frutales con mayor plasticidad al comportarse satisfactoriamente entre
los 23 º19´ y 40º 50´ de Latitud Sur. Esto la ubica dentro del límite inferior de dicha am-
plitud latitudinal al estar el Alto Valle del río Negro entre los 38º40' y 39º 20' Latitud
Sur, aspecto válido principalmente para variedades adaptadas a las condiciones climá-
ticas locales.
Alto Valle se encuentra dentro de la denominación clima templado, o tipo medite-
rráneo, dado que las lluvias decaen en el verano y predominan en las estaciones más
frías. Los índices de Thornthwaite clasifican a la zona como meso termal y semidesér-
tica y de acuerdo a las regiones climáticas determinadas a nivel global cuenta con un
clima seco desértico–fresco (Bwk), (Rodriguez A. y Muñoz A., 2019).

TEMPERATURA

El régimen de temperaturas medias en la región del Alto Valle supera los 15 ºC a partir
del mes de octubre (Figura 1), por lo cual el desarrollo vegetativo de la higuera no se
vería afectado (Santos Caetano, 2012).
Con respecto a las temperaturas medias máximas, en la zona se superan los 30 °C
en diciembre y enero. La frecuencia diaria de temperaturas de aire por encima de los
35 ºC es muy baja, con un máximo de 10 horas diarias en la segunda quincena de enero
(Figura 2).
Este aspecto es de importancia para la higuera dado que entre los 32 a 37ºC se fa-
vorece la maduración y calidad de los frutos, condiciones que se dan principalmente
en enero y primera quincena de febrero. Con más de 37,7 ºC puede haber caída de fru-
tos, y temperaturas superiores a 40 ºC afectan la consistencia de la piel de los mismos
(Ryugo, 1988; Flores Domínguez, 1990; Marchese de Medeiro, 2002); siendo en el Alto
Valle la frecuencia de estas temperaturas extremas muy baja, 1 de cada 10 años.

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

Figura 1. Régimen anual de la temperatura de aire, valores medios, mínimos medios y máximos medios mensuales,
serie 1971-2019. Datos INTA EEA Alto Valle.

Figura 2. Distribución de horas con temperaturas de aire por encima de umbrales de incidencia sobre la calidad de los
frutos. Datos INTA EEA Alto Valle.

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

HELADAS

Como demuestran las experiencias locales, las plantas jóvenes con madera aún no lig-
nificada son sensibles a temperaturas de –1 ºC, aunque una vez que son adultas y se
aclimataron pueden soportar –12 ºC (Ryugo, 1988). En el Valle la intensidad de las he-
ladas es variable, registrándose temperaturas mínimas absolutas de –12,9 ºC en el tri-
mestre invernal y de –7,9ºC en el período primaveral (Figura 3).
Esta limitante hace necesario usar material genético adaptado a la zona y elegir un
sitio de menor exposición a las heladas, como la costa de río. Distintos autores reco-
miendan medidas complementarias como la implantación de cortinas de hoja perenne
(WSU Hortsense, 2013), el aporque del tronco con tierra (Rogers, 2002) o bien su pro-
tección con viruta o paja (Johnson, 2019), con tela antihelada, cartón o papel (WSU Hort-
sense, 2013), con jaulas rellenas con restos vegetales (Kamas, 2010), así como la
cobertura de la zona radical con un mantillo orgánico suelto (Johnson, 2019) o estiércol
(Condit, 1974), y el uso de pintura látex blanca en el tronco (Ophart, 2016).
Por su parte, en árboles ya adultos y aclimatados, los crecimientos de primavera y
las brevas que maduran en la madera del año anterior pueden ser afectados por hela-
das primaverales; mientras que las heladas otoñales de –2 a –5 ºC pueden dañar ramas
aún no lignificadas (Prataviera, 1990) e higos que desarrollan en madera del año.

Efecto de heladas invernales en una plantación nueva. Daño en hojas por heladas primaverales en una plantación
Villa Regina, Alto Valle del río Negro. nueva. Lamarque, Valle Medio del río Negro.

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

Figura 3. Mínimas absolutas Alto Valle, umbral de tolerancia y daño en madera, serie 1971-2019. Datos INTA Alto Valle

Hojas dañadas por heladas tardías. Lamarque, Valle Medio Frutos que no llegaron a desarrollar por las heladas tem-
del río Negro. pranas. Fuente: https://ohioline.osu.edu/factsheet/hyg-1439

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

Tabla 1. Caracterización de heladas por intensidad. Frecuencia mensual media de heladas para Alto Valle. Datos INTA-
EEA Alto Valle.
Frecuencia de Heladas 1970-2019 MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Suaves (> -1,9ºC) 0,3 2,0 4,3 5,8 6,1 5,8 3,7 0,9 0,1 0,0
Moderadas (-2º a -3,9ºC) 0,0 0,7 3,0 4,5 5,9 4,2 1,8 0,1 0,0 0,0
Fuertes (-4º a -5,9ºC) 0,0 0,1 1,2 2,8 3,7 2,6 0,8 0,0 0,0 0,0
Muy Fuertes (-6º a -7,9ºC) 0,0 0,0 0,4 1,3 1,8 0,9 0,3 0,0 0,0 0,0
Severas (-8º a -9,9ºC) 0,0 0,0 0,2 0,5 0,6 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0
Muy Severas (< -10ºC) 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0
Total 0,3 2,8 9,2 14,9 18,3 14,1 6,6 1,0 0,1 0,0

*Los registros térmicos son tomados a 1,5 metros de altura en abrigo meteorológico (normas OMM). En condiciones de heladas, las temperaturas mí-
nimas en el campo pueden ser hasta 1,3 ºC inferiores de acuerdo a nuestros índices actinotérmicos.

La susceptibilidad de esta especie a las bajas temperaturas es una limitante clara


en la región, dado que la fecha media de la primera helada del año es el 14 de abril,
momento en que aún están desarrollando higos en las ramas del año; y la última helada
es el 6 de octubre en coincidencia con el comienzo del desarrollo de brevas en la ma-
dera del año anterior. La variabilidad interanual de la fecha de ocurrencia es muy im-
portante, con un valor de 16 días. Esto implica que pueden ocurrir heladas hasta fines
de octubre, e incluso se han registrado, en los últimos años, eventos extremos en la
primera quincena del mes de noviembre (Tabla 2).
A tal fin cabe considerar el uso de métodos pasivos de control habituales en el área
bajo riego, tales como, implantar cortinas forestales en los sectores sur y oeste, man-
tener el suelo húmedo, libre de malezas y compactado, evitar riegos anticipados o tar-
díos y las fertilizaciones nitrogenadas en exceso. Por otra parte, la elección de un sitio
de plantación con menor exposición a las heladas como costa de río, y el uso de material
genético adaptado a la zona, que tolere los fríos invernales y sea de brotación tardía,
resulta necesario para eludir los métodos activos.

Tabla 2. Período libre de heladas y fechas de la 1º y última helada. Datos INTA-EEA Alto Valle.
Fecha Media 1970-2019 Desvío estándar Evento extremo
Período libre de Heladas 190 días +/- 23 días
Primera Helada 14 de abril +/- 16 días 13 marzo
Última Helada 6 de octubre +/- 16 días 17 noviembre

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

HORAS DE FRÍO

El requerimiento de la especie es de 100 a 300 horas de frío (Prataviera, 1990). Una


vez satisfecho es necesario un periodo de acumulación de calor para reactivar los pro-
cesos fisiológicos. La temperatura efectiva para dicho período es de 16 ºC (Melgarejo
Moreno, 2000). La mayoría de los frutales a nivel local requieren para su desarrollo fe-
nológico un requerimiento de frío de 1.000 horas y es el primer umbral fisiológico a
cumplir (Figura 4).
A mediados de agosto en el Alto Valle comienza el periodo de acumulación de calor
en el cual las temperaturas efectivas son superiores a 5 ºC y menores a 25 ºC. En el
caso de la higuera su brotación no está condicionada por el requerimiento de frío in-
vernal, pero sí por el umbral térmico requerido post reposo de 16 ºC. Estas temperatu-
ras ocurren con baja frecuencia en el mes de septiembre (temperatura media 11,6 ºC)
y principalmente se dan durante octubre (temperatura media de 15,5 ºC). Por esta razón
localmente la brotación de la higuera se da hacia fines de septiembre-principios de oc-
tubre.

Figura 4. Requerimientos horas de frío de la higuera y valor acumulado en julio en la región, serie 1971-2019. Datos
INTA EEA Alto Valle.

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REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

Inicio de brotación en variedad Cuello de Dama. Clmte. Guerrico. Alto Valle del río Negro.

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17 INTA - EEA ALTO
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

VIENTO

Las experiencias locales muestran que la acción mecánica del viento quiebra con faci-
lidad la madera nueva. Asimismo vientos fuertes pueden volcar la planta si el suelo es
suelto y está mojado (Condit, 1974), situación que eventualmente puede ocurrir en el
área bajo riego, dada la distribución superficial de sus raíces y la ausencia de estruc-
turas de apoyo; y también pueden dañar la epidermis del fruto, fenómeno conocido
como escarificación (Prataviera, 1990).
En Alto Valle el viento se presenta durante todo el año principalmente del Oeste y
Suroeste, con las mayores velocidades en primavera y verano, en coincidencia con el
desarrollo vegetativo y cosecha. Los valores máximos se dan en noviembre y diciembre,
siendo la intensidad máxima registrada de ráfagas de 74 km/h (Figura 5), lo que define
la necesidad de implementar cortinas.

Figura 5. Velocidad del viento en Alto Valle durante el periodo vegetativo de la higuera, serie 1971-2019. Datos INTA EEA
Alto Valle.

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INTA - EEA ALTO VALLE 18
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

GRANIZO

Esta adversidad que en Alto Valle se da entre octubre y marzo (Figura 6), en coincidencia
con la etapa de desarrollo vegetativo y de maduración de brevas e higos, resulta un
factor de importancia dado que sus frutos de piel delicada se desmerecen con facilidad,
y sus ramas y hojas de gran tamaño, si bien protegen parcialmente dichos frutos, pue-
den sufrir roturas. En este sentido el eventual uso de mallas protectoras es una opción
que debe ser evaluada técnica y económicamente para asegurar regularidad en calidad
y rendimientos.
Cabe mencionar que el Protocolo de Calidad para Brevas e Higos del Ministerio de
Agroindustria de la Nación (2016) para higos destinados al consumo fresco, estipula
que éstos no deben presentar heridas en la piel.

Figura 6. Granizadas medias mensuales en los últimos 37 años en Alto Valle durante el periodo vegetativo de la higuera.
(*)Período 1966-1998 y 2011-2017. Datos INTA EEA Alto Valle.

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19 INTA - EEA ALTO
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

RADIACIÓN

La iluminación intensa favorece la calidad al incidir en el contenido de azúcares del


fruto (Leonel, 2011); sin embargo las plantas nuevas y las ramas de árboles adultos
que se doblan y exponen por la carga de fruta pueden presentar quemaduras (Condit,
1974), por lo que en caso de ser necesario distintos autores recomiendan proteger la
madera con pintura (López, 2014) y usar mulching de restos vegetales en la fila (Cherry,
2015), o bien aspersión con agua, cobertura verde en el interfilar o riego del suelo según
el pronóstico de una ola de calor (Narayan y Nisha, 2017).
En Alto Valle la radiación alcanza su máximo en enero con 557 cal.gr/cm2.día (Figura
7), momento que coincide con el desarrollo vegetativo pleno de la higuera y que even-
tualmente puede requerir la adopción de dichas prácticas de manejo.

Figura 7. Radiación global en Alto Valle, valor medio mensual. Datos INTA EEA Alto Valle.

PRECIPITACIONES

Climas secos con valores de humedad relativa menores al 25 % (Prataviera, 1990) per-
miten destacar las características organolépticas del fruto. El Alto Valle se caracteriza
por su clima semidesértico con bajos porcentajes de humedad relativa durante el día y
porcentajes mayores al 80 % durante la noche, principalmente a partir del otoño (Figura 8).
Por otra parte, la combinación de niveles de humedad relativa superiores al 24 %
combinados con bajas temperaturas ocasionan pérdidas (Condit, 1974). Este escenario
puede darse con mayor frecuencia durante la noche y en otoño, en coincidencia con la
finalización del período de maduración de higos. A partir de abril, en el Alto Valle, la hu-
medad relativa asciende y las temperaturas medias mensuales disminuyen.
E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )
INTA - EEA ALTO VALLE 20
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS

Con lluvias frecuentes durante la madurez, la piel de los frutos se resquebraja y se


produce el fenómeno de avinagramiento, ocasionado por Aspergillus, Rizhopus, y la
mosca del vinagre (Drosophila melanogaster), condiciones predisponentes en las que el
tamaño del ostiolo se correlaciona con la susceptibilidad a infecciones fúngicas (Attaa-
lla, 2018).
En Alto Valle las precipitaciones promedio más altas se dan en otoño (Figura 9),
época en que aún están madurando los higos. La frecuencia media de lluvias durante
todo el trimestre otoñal es de 16 días. El trimestre primaveral, es un poco menos llu-
vioso que el otoño, con una frecuencia media de 13 días; momento en que desarrollan
las brevas. Es decir, en otoño tenemos un máximo medio de 7 días con lluvias por mes
y en primavera de 4 días. Esta baja frecuencia de lluvias es favorable para el cultivo.
El comportamiento del cultivo y sus variedades ante las condiciones meteorológicas
regionales requiere de investigación a nivel local, buscando mejorar la calidad, los ren-
dimientos y el valor comercial.

Figura 8. Humedad relativa de verano y otoño. Valores medios mensuales, serie 1971-2019. Datos INTA EEA Alto Valle.

Figura 9. Distribución de lluvia acumulada por estación, serie 1971-2019. Datos INTA EEA Alto Valle.
E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )
21 INTA - EEA ALTO
REQUERIMIENTOS EDÁFICOS E HÍDRICOS

Si bien es poco exigente en suelos, son ideales los franco arenosos a franco arcillosos
(Prataviera, 1990), situación que no constituye una limitante atendiendo que este tipo
de texturas están presentes en el Alto Valle (Rodríguez y Holzmann, 2017). En texturas
arenosas, propias de los “suelos de costa” que bordean la margen Norte del río (Mon-
tenegro, 2016), el cultivo podría desarrollar siempre que esté libre de nematodes (Lavin,
2004), plaga habitual cuando los antecesores fueron hospederos como vid, frutales de
carozo u hortalizas.
No tolera problemas de drenaje (Kamas, 2015) ya que es sensible a podredumbres
radiculares (Ramos Moreno, 1975), por lo cual en la preparación del suelo es conve-
niente realizar labores profundas que rompan compactaciones subsuperficiales, así
como resistematizar y corregir la red de riego del predio. En este sentido, la presencia
de napas freáticas altas en Alto Valle, en algunos casos a profundidades de 50 cm o
aún menores, en particular durante los meses de octubre y noviembre en coincidencia
con la lucha contra heladas tardías, constituye un aspecto a tener en cuenta (Montene-
gro y Mañueco, 2020, comunicación personal).
El pH óptimo del suelo es entre 6 y 8 (Prataviera, 1990), rango dentro del cual en
general se ubican los suelos de la región (CFI, 2008) y que coincide con los valores de
pH 6 a 7,5 para los frutales de pepita y carozo (Sánchez, 1999) que se cultivan tradicio-
nalmente en Alto Valle.
La especie se cataloga como medianamente tolerante a la salinidad, con una con-
ductividad eléctrica (CE) límite de 4,20 dS/m (Maas and Hofmann, 1977), valor superior
al tolerado por especies como peral, manzano, almendro, nogal, duraznero o cerezo,
que se clasifican como poco tolerantes a la salinidad (Sánchez, 1999).
El agua de riego del Alto Valle del río Negro, con un rango de conductividad eléctrica
del 0,17 a 0,30 dS.m-1 (Sánchez, 2015), no presenta limitantes en ese sentido. Para el
eventual caso de uso de agua de perforaciones, dada su variabilidad de calidad, es con-
veniente realizar los análisis correspondientes (Mañueco y Montenegro, 2020, comu-
nicación personal).
El aporte de materia orgánica a través de abonos verdes se recomienda especial-
mente en esta especie, al mejorar la disponibilidad de nutrientes y la infiltración, reducir
la pérdida de agua, controlar malezas, regular la temperatura del suelo y favorecer el
desarrollo radical (Reisser, 2008). Este punto es de relevancia en Alto Valle, con suelos
por naturaleza pobres en materia orgánica, excepto en cuadros con larga historia de
fruticultura donde pueden llegar al 2 % o más (Rodríguez y Holzmann, 2017). Por otra
parte, dado el carácter superficial del sistema radicular, el manejo del suelo una vez im-
plantado el cultivo, requerirá minimizar el uso de rastras a fin de evitar daños en raíces.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 22
REQUERIMIENTOS EDÁFICOS E HÍDRICOS

Tabla 3. Tolerancia relativa de los frutales a las sales.


Medianamente tolerantes Poco tolerantes
Granada Peral
Higuera Manzano
Olivo Almendro
Vid Nogal
Ciruelo Damasco
Duraznero
Cerezo
Sánchez (1999). Nutrición mineral en frutales de pepita y carozo. EEA INTA Alto Valle

En cuanto a sus requerimientos hídricos, se considera un rango óptimo de 700 a 800


mm anuales (Melgarejo Moreno, 2000), (Carabajal, 2019, comunicación personal).
La naturaleza superficial de su sistema radical define que sea susceptible al estrés
hídrico en la etapa de desarrollo de los frutos, tornándolos menos carnosos o huecos
(Tumut, 2002), mientras que un exceso de agua en ese período hace que los frutos se
resquebrajen por presión interna (Lobos, 2017). Además, una ilimitada disponibilidad
de agua en verano, promueve el crecimiento vegetativo, aumenta el riesgo de daño por
heladas otoñales o invernales, y reduce significativamente el sabor de la fruta.
Es un frutal con una gran tolerancia a la falta de agua, pudiendo sobrevivir incluso
a sequías absolutas en zonas con precipitaciones de 80 mm/año con climas semiáridos,
pero bajo esas condiciones no hay producción de fruta, sólo maduran algunas brevas,
aunque en cantidades marginales (Lobos, 2017).
La posibilidad de mejorar rendimientos y calidad a través del uso de equipos de riego
localizado, constituye otro de los posibles puntos de interés para investigar a futuro.

Frutos partidos por exceso de agua.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


23 INTA - EEA ALTO
REQUERIMIENTOS EDÁFICOS E HÍDRICOS

Viejo ejemplar en el área de secano. General Roca. Alto Valle del río Negro.

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INTA - EEA ALTO VALLE 24
PLAGAS Y ENFERMEDADES

Uno de los principales problemas en la región lo constituyen los pájaros, que comen
parcial o totalmente los frutos cuando comienzan a madurar, ya que una vez que loca-
lizaron la plantación continuarán regresando a esa fuente de alimento, volviendo difi-
cultosos los intentos para controlarlos (Tumut, 2002).
Se recomienda utilizar, de manera combinada, dispositivos de exclusión de aves
tanto visuales (espantapájaros, cintas reflectoras, siluetas de predadores, etc.) como
auditivos (cañones, disparos, etc.), implementándolos antes que empiecen a madurar
los frutos, cambiándolos de ubicación regularmente y cosechando a primera hora de
la mañana (Whitam, 2007). En este sentido, en experiencias locales el uso de mallas
protectoras resultó una herramienta eficaz para su control (Sánchez, 2020, comunica-
ción personal).

Dispositivo visual para ahuyentar aves. Lamarque, Valle


Daño por pájaros.
Medio del rio Negro.

Por su parte, la mosca del vinagre (Drosophila sp.) no ataca frutos sanos sino que
es atraída por el ataque previo de otros insectos, produciendo la diseminación de hon-
gos, bacterias y levaduras que desencadenan el conocido “avinagramiento” por fer-
mentación en la pulpa (Prataviera, 1990).

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25 INTA - EEA ALTO
PLAGAS Y ENFERMEDADES

Avinagrado en fruto.

En la región están presentes dos plagas de las que la higuera es hospedero, por lo
que potencialmente podrían registrar daños: chaqueta amarilla (Vespula germánica)
(Ripa, 2013) y mosca de las alas manchadas (Drosophila suzukii) (Cichón, 2016).
Chaqueta amarilla en Alto Valle ataca frutos maduros de manzana, pudiendo dañar
también los frutos de higuera al final de la temporada cuando están en busca de fuentes
de hidratos de carbono (Garrido, 2020, comunicación personal), recomendándose como
medidas de manejo el control de nidos, el uso de botellas trampa o bien de cebos tóxicos
(Cichón, 2013). Por su parte, para la mosca de las alas manchadas, que en el área bajo
riego ataca principalmente berries (Cichón, 2016), se recomienda como medida pre-
ventiva no dejar frutos muy maduros en las plantas y eliminar frutos caídos al suelo.
En plantaciones de Alto Valle se identificaron ataques de arañuela roja común (Te-
tranychus urticae), piojo de San José, cochinillas, y el mosaico de la higuera, un complejo
de virus que genera un moteado en las hojas (Prataviera, 1990).
Los nematodes afectan habitualmente las raíces de esta especie ocasionando
amarillamiento y caída de hojas, debilitamiento, pérdida de rendimiento y problemas
de maduración (Prataviera, 1990). Dada su presencia en los suelos de la zona es pru-
dente realizar previo a la plantación un análisis de laboratorio para detectarlos, ad-
quirir plantas de calidad y chequear la existencia de agallas en las raíces.
Por su parte, la higuera es intensamente atacada por mosca de los frutos (Ceratitis
capitata y Anastraepha fraterculus), sin embargo la Patagonia posee la condición de área
libre de esta plaga.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 26
PLAGAS Y ENFERMEDADES

Finalmente, el carácter superficial de las raíces hace que la competencia con las
malezas resulte un aspecto de importancia; debiendo tener precaución en su control
químico dada la sensibilidad de la especie a los herbicidas (Rogers, 2002).
La baja incidencia de plagas y enfermedades en la región abre también la posibilidad
de explorar líneas de investigación tendientes a lograr una producción con bajos o nulos
residuos de plaguicidas.

Chaqueta amarilla (Vespula germánica).


https://diariolaportada.com.ar/2019/05/20/inta-hace-recomendaciones-para-el-control-de-las-avispas/

Patagonia es área libre de mosca de los frutos, una de las


más importantes plagas de la higuera.
Mosquita de las alas manchadas (Drosophila suzukii). http://www.senasa.gob.ar/senasa-comunica/noticias/entre-
https://inta.gob.ar/sites/default/files/inta_drosophila_su- rios-fortalecimiento-de-la-produccion-de-arandanos-libre-
zukii.pdf de-la-mosca-de-los-frutos
E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )
27 INTA - EEA ALTO
PLAGAS Y ENFERMEDADES

Cochinilla en rama de higuera. General Roca. Alto Valle del río Negro.

Síntoma de virosis en hoja. General Roca. Alto Valle del río Negro.

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INTA - EEA ALTO VALLE 28
UNA EXPERIENCIA DE RESCATE VARIETAL EN ALTO
VALLE

En la región se realizaron diferentes experiencias con higueras, tanto a nivel privado


como público, y los casos en los que se logró un buen desempeño productivo estuvieron
relacionados con dos factores clave: la elección de un sitio de plantación con menor
exposición a las heladas como la costa del río -aún con variedades de valor comercial
adquiridas en el NOA-, o bien con el uso de material genético adaptado a las condiciones
ambientales de la zona.
En este sentido, a mediados de los años 90, un grupo de técnicos de la actividad pri-
vada realizaron, en distintas chacras distribuidas a lo largo del Alto Valle, una tarea de
relevamiento sistemático de ejemplares implantados décadas atrás por los inmigrantes
y por los primeros productores que se establecieron, destinadas a consumo familiar,
sin manejo agronómico de ningún tipo.
La iniciativa –totalmente empírica- tuvo como objetivo identificar los ejemplares
mejor adaptados al suelo y clima local y cuyos frutos tuvieran a la vez aptitud de mer-
cado por su tamaño, color, sabor, fecha de maduración, sanidad, entre otros. Finalizado
este relevamiento el material fue multiplicado en un establecimiento en la localidad de
General Roca a modo de banco vivo de germoplasma, donde junto a colecciones prove-
nientes de Catamarca, Mendoza y Buenos Aires, se realizó un seguimiento inicial y una
primera caracterización cualitativa de cada variedad.
Si bien este estudio no resulta suficiente para descartar la viabilidad o adaptabilidad
de las variedades, como primera aproximación de carácter general se observó que los
materiales locales fueron los que presentaron una mejor perfomance junto a la varie-
dad King proveniente de la colección de Catamarca.
Para esta tarea se rotuló todo el material relevado con nombres de fantasía, ya que
no fue posible rastrear en todos los casos, con precisión, su origen. Se presentan a con-
tinuación los aspectos principales que fueron registrados en aquella experiencia de ob-
servación y seguimiento.
Este material constituye un valioso capital económico, cultural y simbólico de la co-
munidad, que puede ser punto de partida para abordar posibles líneas de investigación
tanto en aspectos de manejo técnico productivo como de caracterización, identidad, ori-
gen, comportamiento, potencial de mercado o de agregado de valor, entre otros.
Se resumen en la tabla 4 algunos de los cultivares relevados, que presentaron las
mejores características productivas y organolépticas.

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29 INTA - EEA ALTO
UNA EXPERIENCIA DE RESCATE VARIETAL EN ALTO VALLE

Tavito, una de las variedades locales de brevas con mejores carcaterísticas y potencial. General Roca. Alto Valle del río Negro.

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UNA EXPERIENCIA DE RESCATE VARIETAL EN ALTO VALLE

Tabla 4. Relevamiento varietal de higueras en Alto Valle. Principales características observadas.

Variedad Tipo de fruto Color piel Color pulpa Tamaño fruto Observaciones

Sabor muy equilibrado.


grande a
Brevas e Consumo en fresco, desecado,
Tavito verde intenso rojo brilloso muy grande,
higos conservas.
80 a 100 gr.
Árbol de poco vigor.

Sabor exquisito, muy dulce y anue-


Mediano, zado, similar a los higos tipo Smirna.
Juany Higos verde claro rojo intenso
40 a 50 gr. Consumo en fresco y desecado.
Vigor mediano.

Sabor muy dulce.


Brevas e verde amari- marrón casi Mediano,
Agus G Consumo fresco y desecado.
higos llento hialino 40 a 50 gr.
Vigor mediano.

Sabor dulce y algo anuezado, higos


verde claro con Mediano
“bicoloreados”.
Mar C Higos franjas violá- rojo intenso a chico,
Consumo en fresco y desecado.
ceas verticales 35 a 40 gr.
Vigor mediano.

Mediano Sabor dulce, higos Negros.


Brevas e violáceo casi rojo brilloso
FeliJo a grande, Consumo en fresco y conservas.
higos negro internamente
50 a 60 gr. Árbol muy vigoroso

Maduración muy temprano y largo


periodo de producción.
Mediano
No destaca por su sabor, tipo de
Os K Higos marrón verdoso marrón claro a grande,
higos “marrones”. Consumo en fresco.
60 a 80 gr
Susceptible al avinagrado.
Vigor mediano.

Sabor dulce, higos “marrones”.


Brevas e marrón claro marrón rojizo Mediano, Consumo en fresco y conservas.
Blanqui
higos completo internamente 60 gr Suceptible a avinagrado.
Árbol de vigor medio.

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UNA EXPERIENCIA DE RESCATE VARIETAL EN ALTO VALLE

Brevas variedad Agus en pleno desarrollo. General Roca. Alto Valle del río Negro.

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INTA - EEA ALTO VALLE 32
UNA PROPUESTA ORIENTATIVA DE MANEJO PARA
ALTO VALLE

OBTENCIÓN DE PLANTAS

La multiplicación de la especie se logra mediante el autoenraizamiento del material


vegetal deseado, ya sea a partir de estacas o de acodos, o bien a partir de renuevos
que emite la planta junto al tronco. Modalidades como la micropropagación o la injer-
tación son posibles aunque no se realizan habitualmente en nuestro país.
Para la obtención de estacas de calidad partir de plantas madres en coincidencia
con la poda invernal, se seleccionan ramas del año, bien agostadas, de por lo menos
un centímetro de diámetro y con yemas bien formadas. De dichas ramas se realizan
cortes de 30 cm de largo que se destinarán como material de propagación, siendo las
estacas del tercio superior de la rama las de mejor capacidad de enraizamiento.
El enraizamiento puede lograrse a través de un estaquero a campo, con el suelo
adecuadamente preparado para favorecer el proceso, protegiendo el material del frío
invernal aporcándolo con tierra o cubriéndolo con material vegetal, con lo que se ob-
tienen estacas enraizadas que se llevarán a campo a raíz desnuda en invierno.
Sin embargo es recomendable realizar este procedimiento a través de camas calien-
tes con temperatura y humedad controlada previa inmersión del material en soluciones
de ácido indolbutírico en concentraciones de hasta 1.200 ppm, hasta que aparezcan los
primeros primordios radiculares desde el callo. Logrado esto, las estacas se colocan en
macetas para su rustificación antes de la plantación definitiva en el cuadro.

Multiplicación de higueras en camas calientes. INTA EEA Vivero a partir de estacas de una planta madre de una va-
Catamarca. riedad local Lamarque. Valle Medio del río Negro.

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33 INTA - EEA ALTO
UNA PROPUESTA ORIENTATIVA DE MANEJO PARA ALTO VALLE

CONDUCCIÓN Y PODA

Los sistemas de conducción tradicionales de los frutales de pepita que se realizan en


Alto Valle podrían ser aplicables a esta especie, y consecuentemente la poda de for-
mación variará en función del sistema elegido.
A fin de lograr plantas bajas fácilmente manejables desde el suelo, minimizando el
uso de escaleras para reducir costos, simplificar tareas y mejorar precocidad y calidad,
los huertos modernos utilizan marcos de plantación de 5 × 3 m hasta 4 × 1 m (Lobos,
2017).
Con el objetivo de prescindir de estructuras de soporte se entiende conveniente la
conducción en vaso bajo, con una estructura permanente, sobre la cual se ubicarán los
brotes productivos. Para esto, al momento de la plantación, se poda a 0,45 m, con lo
cual las yemas superiores darán origen a 3 o 5 brotes verticales que constituirán los
brazos primarios del vaso, y que en el invierno siguiente se cortan a 15 cm (ó 4 a 5
yemas), de la cuales se elegirán 2 o 3 brotes en primavera, eliminando el resto. Este
procedimiento puede repetirse hasta lo-
grar el número de brotes cargadores de-
seado, idealmente entre 18 a 20 como
mínimo 25 a 30 como máximo, depen-
diendo de las distancias de plantación es-
cogidas (Lobos, 2017).
La poda de fructificación se realiza en
invierno y consiste en la combinación de
poda corta y raleo de ramas dirigidas a
conservar la forma de la copa, abrir la es-
tructura para facilitar la entrada de luz y
recortar ramas con el objeto de favorecer
nueva brotación sobre la que se ubicará la
producción de temporada (Pagliaricci, 2011).
En el último crecimiento, la poda de
fructificación, depende de si la variedad
produce sólo higos, o sólo brevas, o
ambas. Por ejemplo, entre las variedades
antes mencionadas, King sólo producen
brevas, Juany y Mar C producen sólo higos,
y Agus, Tavito, FeliJo y Blanqui son bíferas.
En una variedad que sólo produce
higos (o sea frutos en la madera del año),
interesa obtener varas vigorosas donde
cargar la producción de modo que la poda
será severa, con cortes a 15 cm de largo
sobre los últimos crecimientos.

Fruticultores de Río Negro podando joven higuera junto al


Ing. Agr. Prataviera, INTA EEA Catamarca (1998).

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 34
UNA PROPUESTA ORIENTATIVA DE MANEJO PARA ALTO VALLE

Por el contrario, si la variedad produce brevas (o sea frutos en madera del año an-
terior) no se podan los crecimientos del verano y se estimulan crecimientos laterales
cortos que permitan posicionar la producción de yemas breveras.
En el caso de las variedades bíferas, si bien la poda puede ser de tipo mixta, es con-
veniente elegir hacia dónde inclinar la intervención, o sea realizar una poda ligera o
nula para favorecer la producción de brevas perjudicando la de higos, o una poda fuerte
para lograr higos sobre material nuevo. Cabe destacar que en general la producción
de brevas es menor que la de higos.

Plantación adulta en vaso para producción de higos en la INTA EEA Catamarca (1998).

A fin de acceder a la fruta desde el piso o lo más próximo a éste, es recomendable


retener el crecimiento vegetativo realizando topping frecuentes, de preferencia en ve-
rano, que aseguren un control de la altura del árbol.
Según la variedad y las condiciones climáticas imperantes, se estima que cada brote
productivo puede tener entre 8 y 15 higos de 10 a 50 g cada uno, por lo que se debe
saber el peso de los frutos, la cantidad de frutos por brote productivo y el número de
plantas por hectárea, para calcular la cantidad de brotes productivos por planta que
permitan alcanzar un determinado rendimiento (Lobos, 2017):

Rendimiento esperado (t/ha) = N° plantas/ha × N° brotes/planta × N° frutos/brote × peso fruto (g)

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


35 INTA - EEA ALTO
UNA PROPUESTA ORIENTATIVA DE MANEJO PARA ALTO VALLE

Variedad Tavito, peso de 105 gr/fruto. General Roca, Alto Valle del río Negro.

En el diseño de la plantación, es recomendable planificar escalonamientos varieta-


les para cubrir la demanda temprana y enfocarse en la producción de higos que en la
zona, además de dar mayores rendimientos, sirven tanto para consumo en fresco como
para desecar o utilizar en dulcería.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 36
INVERSIÓN Y COSTO DE PRODUCCIÓN

La evaluación de inversión y análisis económico varía con las características de la plan-


tación. En otras experimentales de INTA se han realizado estas evaluaciones conside-
rando la incorporación del riego por goteo y una densidad de plantación de 500
plantas/hectárea, a 4 metros entre plantas y 5 metros entre filas. El rendimiento esti-
mado para este modelo productivo realizado en la provincia de Santa Fe en plena pro-
ducción es de 17,5 toneladas/ha (Molina, 2015).
En la EEA San Pedro (Buenos Aires), proponen riego por goteo para suplementar la
necesidad no cubierta por las lluvias, una densidad de plantación de 555 pl/ha, con dis-
tancias de 6 metros entre filas y 3 metros entre plantas, y un rendimiento de 19,4 to-
neladas/ha (Pagliaricci, 2011).
Para el presente análisis y atendiendo los requerimientos de la especie y las limi-
tantes que presenta su cultivo en las condiciones ambientales de la región, se detallan
las consideraciones técnicas para la evaluación de inversión y análisis económico.

MODELO PRODUCTIVO DE MANEJO SIMPLE

Sitio de plantación: el suelo para la plantación de higueras debe tener un buen drenaje,
deben evitarse los bajos para que no se produzca anegamiento y por lo tanto asfixia
radical. Sitios reparados que protegen de las heladas también son beneficiosos.
Plantas: en la actualidad no hay viveros en la región que ofrezcan plantas de higueras.
Existe la posibilidad de que el propio productor las haga para lo cual pueden tenerse
en cuenta las recomendaciones que se presentan en esta publicación. Es conve-
niente la utilización de cultivares adaptados a la región, incluyendo diferentes cul-
tivares para secuenciar la cosecha y tener frutos de distinta característica que
pueden tener variado destino comercial tanto en fresco como procesado. Idealmente
se recomienda plantar a fin de invierno con las medidas de protección contra el frío
antes mencionadas, pero en caso de ser necesario se puede postergar a principios
de primavera, una vez que haya pasado el peligro de heladas. En lugares donde haya
importante presencia de liebres es aconsejable aplicar medidas de protección
(Lobos, 2017).
Distancia de plantación: la distancia de plantación para formar una planta en vaso, con
una estructura permanente, puede variar entre 4 a 5 metros en la calle y entre 2,5
a 3 metros entre plantas. El sistema de conducción en vaso no requiere de estruc-
tura de apoyo.
Riego: los cultivares que han mostrado mejor adaptación a la región no requieren de
riegos frecuentes ni abundantes, proponiendose para el análisis económico el riego
por surco. El cultivo también se adapta al riego por goteo, posible línea de investi-
gación futura para medir mejoras en rendimiento y calidad.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


37 INTA - EEA ALTO
INVERSIÓN Y COSTO DE PRODUCCIÓN

Defensa de heladas: los métodos pasivos son suficientes para los cultivares propuestos
de brotación tardía, debiendo minimizarse el uso de rastra para evitar dañar las ra-
íces superficiales.
Cortinas rompevientos: requiere de cortinas rompevientos como el resto de los frutales
del Alto Valle, evitando un sombreado excesivo sobre las higueras.
Manejo del interfilar y las malezas: Se propone una cobertura verde en el interfilar
que se desbroza 3 o 4 veces en la temporada. En la fila se recomienda utilizar mul-
ching orgánico o disposición de material vegetal, y la aplicación cuidadosa de her-
bicidas para controlar malezas.
Manejo sanitario: se proponen cultivares de ostiolo cerrado y monitoreo de plagas y
enfermedades para evaluar la oportunidad de realizar algún tratamiento, aten-
diendo que por la experiencia local es mínima la necesidad de intervenir, como me-
dida preventiva, hacer tareas de sanitización del monte eliminando fruta madura
del árbol y el piso.
Fertilización: se sugiere realizar una fertilización basal al momento de plantar, consi-
derando una mezcla N-P-K que permita un adecuado desarrollo de las plantas du-
rante el primer año (15-15-28 unidades/ha) (Lobos, 2017).

Descripción de las inversiones


Distancia de plantacion: 4 metros entre filas y 2,5 metros entre plantas.

Rendimiento estimado
La producción puede comenzar al primer año, aunque generalmente se espera hasta
el 2° ó 3° año para las primeras cosechas. La plena producción se alcanza entre los
años 5 y 8, dependiendo del marco de plantación (Lobos, 2017).
Los valores considerados son estimativos, y es necesario hacer una investigación
local para cuantificar con precisión el rendimiento según variedad y sistema de con-
ducción.
• Año 2: 2 tn/ha
• Año 3: 4 tn/ha
• Año 4: 8 tn/ha
• Adulto: 10 tn/ha

Cosecha
La maduración de los frutos es prolongada y se puede extender por dos meses o más
dependiendo principalmente de las condiciones climáticas de la zona. Por ello es ne-
cesario efectuar la cosecha en varias etapas. La recolección de brevas se realiza du-
rante diciembre, mientras que la de higos se extiende desde fines de enero a mayo, en
función de la zona (Lobos, 2017), que en el caso de Alto Valle dependerá de la ocurrencia
de la primer helada del año.
Puesto que esta operación es manual, debe ser muy cuidadosa ya que los frutos
son blandos y delicados. Al momento de su máximo aroma y sabor todavía se encuen-
tran fuertemente adherido a la rama. Además, como se comentó previamente, la hi-
guera desprende látex que puede causar irritaciones en la piel, por lo que se
recomienda el uso de guantes.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 38
INVERSIÓN Y COSTO DE PRODUCCIÓN

El látex también puede dañar los frutos, por este motivo, luego de cosecharlos se
deben sacudir muy suavemente para evitar que dicha sustancia entre en contacto con
la piel del fruto. Su epidermis es muy delicada, con pruina pero sin ceras protectoras,
por lo cual se debe manipular cuidadosamente y depositar los frutos cosechados en
canastos o en bandejas acolchadas, ya que los daños mecánicos rápidamente provocan
pardeamiento, sobre todo en variedades de piel verde (Lobos, 2017).
En la tabla 5 se describen las labores culturales necesarias para la plantación en el
primer año iniciando en la preparación del suelo.

Tabla 5. Labores, tiempos operativos, insumos requeridos para la plantación de una hectárea de higuera.

Labor Tratamientos T.Maquinaria Mano de obra Insumos Observaciones


Op./tratam.
Preparación del suelo
a - Cincel 1 3 horas/ha
b - Rastra 2 3 horas/ha
c - Nivelación 1 5 horas/ha
Plantación

a - Marcar la fila 1 2 jr/ha


b - Abono pre plantación 1 1 jr/ha Guano 10 t 10 kg/pozo
c - Plantar 1 20 jr/ha Plantas: 1.000
d - Tubo protector 1 2 jr/ha Tubos: 1.000
e - Riego posplantación 1 4 horas/ha 0,5 jr/ha
f - Poda posplantación 1 0,5 jr/ha
Control de malezas
a - Desbrozado 3 2 hs/ha
b - Herbicida 2 1 jr/ha Paraquat 1,32 lt Aplica con mochila

En la tabla 6 se presentan las labores requeridas por el monte en la etapa precose-


cha a partir del tercer año, se mantienen constantes hasta el año 15, considerado el
horizonte del proyecto.
El costo de cosecha cambia con el nivel de producción de cada año, a partir del año
5 se mantiene estabilizado. Se considera que un peón cosecha 90 kilos/jornada de tra-
bajo de 5 horas, requiere cada día un juego de guantes de látex para cosechar (Paglia-
ricci, 2011).

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


39 INTA - EEA ALTO
INVERSIÓN Y COSTO DE PRODUCCIÓN

Tabla 6. Labores, tiempos operativos e insumos requeridos para una hectárea de higueras.

Labor Tratamientos T.Maquinaria Mano de obra Insumos Observaciones


Op./tratam.
Poda y riego
a - Poda 1 4 jr/ha
b - Retirar podos 1 1 jr/ha
c - Riego 12 0,5 jr/ha
Fertilización
a - Por suelo 1 0,5 jr/ha Urea 150 kg
b - Por suelo 1 0,5 jr/ha Organutza 1 t
c - Foliar 6 1 hora/ha NPK 5 kg
Sanidad (1)

a - Insecticida 1 1 hora/ha Spinosad 15 cc/hl


b - Fungicida 1 1 hora/ha Ox.cobre 400 gr/hl
c - Monitoreo 10 2 hr/ha
d - Sanitizacion monte 1 4 hora/ha 2 jr/ha
e - Trampas 4 0,5 jr/ha Trampa casera

Control malezas
a - Desbrozado 4 2 hora/ha
b - Herbicida 3 1 jr/ha Paraquat 1,32 lt Aplica con mochila

(1) Al sólo efecto del costeo se consideran dos tratamientos, como fuera mencionado en la experiencia local no es necesario hacerlos, sólo se con-
templan por una eventualidad.

EVALUACIÓN DE LA INVERSIÓN

El precio a nivel de productor se estimó tomando como referencia valores del Mercado
Central de Buenos Aires1 y asumiendo que en general sobre el precio mayorista la par-
ticipación del productor es de aproximadamente un 30 %. La diferencia corresponde al
valor de la mano de obra e insumos para embalar el producto, el flete hasta el mercado
y los gastos de comercialización.
Por lo antes expuesto, para evaluar la inversión se asume un precio del producto
en el nivel primario de 55.000 $/t, y los precios de insumos, salario y combustible vi-
gentes a noviembre 2020, tipo de cambio oficial 85 $/dólar.
Cualquier cambio en el valor del producto, de las inversiones y de los bienes y ser-
vicios que constituyen los gastos de precosecha y cosecha, muchos de ellos asociados
al tipo de cambio, llevará a un resultado distinto en la evaluación de la inversión.
Para el cálculo del Valor Actual Neto se asume una tasa de corte de 10 % anual en
pesos. En la tabla 7 se calcula el flujo de fondo del proyecto de plantar una hectárea de
higueras, con un horizonte a 15 años. En el año 15 se incluye el valor residual de la
plantación que se asume tienen una vida útil de 25 años, este valor es de $145.283.
1
http://www.mercadocentral.gob.ar/informaci%C3%B3n/precios-mayoristas
E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )
INTA - EEA ALTO VALLE 40
INVERSIÓN Y COSTO DE PRODUCCIÓN

Tabla 7. Flujo de fondos inversión una hectárea de higueras.


Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 Año 5 Año 6 Año 7 Año 8 Año 9 Año 10 Año 11 Año 12 Año 13 Año 14 Año 15
INVERSIÓN
Plantación 363.208

Egreso pre-cosecha 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977 142.977
Egreso cosecha - 42.975 85.951 171.902 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877 214.877

Ingresos - 110.000 220.000 440.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000 550.000
Valor residual inv. 145.283
Flujo de fondo -363.208 -75.952 -8.928 125.121 192.146 192.146 192.146 192.146 192.146 192.146 192.146 192.146 192.146 192.146 337.429

Valor Actual Neto (VAN, tasa de corte 10 %): $572.971


Tasa Interna de Retorno (TIR) 25 %

Los resultados son positivos con los valores asumidos para el presente cálculo. Por
lo tanto la inversión es aceptada.
A continuación se presenta un análisis de sensibilidad del proyecto a cambios en
los ingresos, las inversiones y los egresos para saber a cuál de estos parámetros debe
prestarse mayor atención dadas las variaciones del VAN.
De la tabla 8 y la figura 10 se desprende que el proyecto es más sensible a cambios
en los ingresos que a cambios en los egresos e inversiones (pendiente de la recta).
En la tabla 8 se verifica que el proyecto no soporta una caída de los ingresos del 20 %,
ni aumento de los egresos del 30 %, en todos los casos se verifica que el VAN es negativo.

Tabla 8- Análisis de sensibilidad de la inversión en una hectárea de higueras (VAN en pesos).


-30 % -20 % -10 % 0% 10 % 20 % 30 %
Ingresos -326.621 -26.357 273.307 572.971 872.636 1.172.300 1.471.964
Inversión 672.028 639.009 605.990 572.971 539.952 506.934 473.915
Egresos 1.211.450 998.624 785.798 572.971 360.145 192.146 -65.507

Figura 10. Análisis sensibilidad inversión higuera.


E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )
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INVERSIÓN Y COSTO DE PRODUCCIÓN

ANÁLISIS ECONÓMICO

El análisis económico se realiza para el año en el que el monte alcanza la plena pro-
ducción, y se agrega el valor de la amortización de la plantación.
Gastos precosecha: 142.977 $/ha
Gastos cosecha: 214.877 $/ha (para 10.000 kilos/ha)
Total Gastos: 357.854 $/ha

Amortización = Valor plantación / vida útil = 363.208 $ / 25 años = 14.528 $/año

Costo producción higo $/ha= gastos + amortización= 357.854 + 14.528 = 372.382 $/ha
Costo de producción higo $/kilo= 372.382 $/ha / 10.000 kg/ha = 37 $/kilo

MARGEN BRUTO

Los costos presentados son “directos” del cultivo de la higuera, es decir que en esta
propuesta no se incluyen los costos generales del establecimiento (o indirectos). Por
esa razón la medida de resultado económico a calcular es el margen bruto (MB) que
resulta de la diferencia entre los ingresos brutos (IB) y los costos directos de producción
de higos (CD). Se hace el cálculo por hectárea y por peso invertido.

IB ($/ha) = higos (kg/ha)*precio ($/kg)= 10.000 kg/ha * 55 $/kilo= 550.000 $/ha

MB $/ha = IB ($/ha) – CD ($/ha) = 550.000 – 372.382 = 177.618 $/ha


MB $/$ = 177.618/372.382 = 0,47 $/$

Del análisis económico se desprende que el precio mínimo del higo para cubrir sus
costos directos es 37 $/kilo, este valor es aceptable en el corto plazo ya que sólo al-
canza a cubrir los gastos del cultivo y la amortización de la inversión. Es decir que no
está aportando recursos a los gastos generales del establecimiento ni una rentabilidad
al productor.
Con el precio al productor de 55 $/kilo el margen bruto por hectárea es de 177.617
$/ha, este saldo cubrirá parte de los gastos generales de la empresa y aportará a la
rentabilidad del establecimiento. En relación al costo directo se obtiene con este valor
del higo 0,47$ por cada $ de costo directo del cultivo.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 42
CONCLUSIONES

El reducido número de experiencias locales con higueras así como la ausencia de in-
vestigaciones sobre su comportamiento, manejo, comercialización y tendencias de con-
sumo en la región, define un escenario marcado por el escaso conocimiento acumulado
respecto a las posibilidades de expansión de su cultivo en el Alto Valle del río Negro.
Si se tienen en cuenta las limitantes ambientales propias de la región, la higuera
puede ser una alternativa de interés especialmente para el pequeño productor, si se
realiza en pequeña escala, se orienta en fresco a mercados de cercanía y se comple-
menta con la transformación industrial y agregado de valor.
En este sentido el estudio de las respuestas a las temperaturas críticas de Alto Valle,
se entiende como un aspecto clave a considerar, atendiendo los resultados negativos
de los emprendimientos realizados con variedades provenientes del norte del país, no
adaptadas a la zona y plantadas en sitios con mayor exposición a las heladas.
Por otra parte, el material genético oportunamente analizado de manera empírica
por un grupo de profesionales del sector privado, puede constituir un punto de partida
para eventuales ensayos experimentales de caracterización varietal y de manejo pro-
ductivo, atendiendo la importancia de la identificación de variedades de valor comercial
que estén mejor adaptadas a las condiciones ambientales del área bajo riego.
Asimismo, resulta de interés explorar la capacidad de conservación de los frutos
para extender el período de comercialización con el uso de MCP (1-metilciclopropeno)
(Tofanelli, 2018) (Hortoinfo, 2018), profundizando experiencias -también de carácter em-
pírico– ya realizadas en la zona.
En otro plano, el uso de equipos de riego localizado para lograr mejores rendimien-
tos y calidad es un punto de interés a investigar, así como la posibilidad de realizar su
cultivo bajo cubierta en superficies reducidas.
Finalmente, el carácter de Patagonia de zona libre de mosca de los frutos, sumado
a la baja incidencia de plagas y enfermedades de esta especie en la región abre también
la perspectiva de explorar líneas de investigación tendientes a lograr una producción
con bajos o nulos residuos de plaguicidas.

E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


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E L CULTIVO DE LA HIGUERA ( F ICUS CARICA )


INTA - EEA ALTO VALLE 46
Se entiende que la especialización, al aprovechar las ven-
tajas comparativas de una región y las economías de escala,
permite concentrar esfuerzos y recursos en una actividad
principal, generando conocimiento y encadenamientos lo-
cales y nutriendo la red de relaciones del sector, lo que fa-
vorece la eficiencia, los rendimientos y –si se dan las
condiciones– los ingresos del agricultor.
La diversificación, por otro lado, al propiciar entornos
más diversos compatibles con dichas ventajas comparativas,
se asume que favorece la composición del ingreso del pro-
ductor y su núcleo familiar, la rentabilidad de su empresa,
su resiliencia frente a las crisis por adversidades climáticas
o por colapsos de mercados, su capacidad de reacción ante
los cambios de oferta y demanda, y la estabilidad general
del sector.
En este sentido, la presente publicación sobre la higuera
en Alto Valle –la primera de una serie de otros cultivos al-
ternativos para la zona– intenta aportar herramientas bá-
sicas a los eventuales interesados en esta especie, en un
contexto en el cual la matriz productiva del área bajo riego
atraviesa un proceso de reorganización de su trama de pro-
ducciones de bienes y servicios, de su procesos productivos
y de sus vinculaciones entre actores.

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