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Unidad Ii
Unidad Ii
Unidad Ii
El diagnóstico de Delia Lerner sobre la lectura en la escuela: versión escolar versus versión social
de la lectura. El “Proyecto de lectura” como artefacto pedagógico. La enseñanza de la lectura
según los documentos curriculares de la Dirección General de Cultura y Educación y de la Provincia
de Formosa. La polémica Bombini- Lerner. Prácticas del lenguaje y literatura: textos literarios y no
literarios y prácticas de lectura.
ESTRATEGIAS DE LECTURA
Esta autora considera que las estrategias de comprensión lectora son procedimientos de carácter
elevado, que implican la presencia de objetivos que cumplir, la planificación de las acciones que se
desencadenan para lograrlos, así como su evaluación y posible cambio. Esta afirmación tiene las
siguientes implicaciones:
Pues para leer! Existe un acuerdo generalizado (en la perspectiva cognitivistas/ constructivista de
la lectura) que cuando se posee una habilidad razonable para la descodificación, la comprensión
de lo que se lee es producto de tres condiciones:
Es decir que para que el lector pueda comprender es necesario que el texto en sí se deje
comprender y que el lector posea conocimientos adecuado para elaborar una interpretación a
cerca de él.
Isabel Solé resalta el porqué es necesario enseñar estrategias de comprensión. Manifiesta que es
importante porque se quiere hacer lectores autónomos, capaces de enfrentarse de manera
inteligente a textos de muy distinto índole. Hacer lectores autónomos significa hacer también
lectores capaces de aprender a partir de los textos. Para ello, quien lee debe ser capaz de
interrogarse acerca de su propia comprensión, establecer relaciones entre lo que lee y lo que
forma parte de su acervo personal, cuestionar su conocimiento y modificarlo. Estas estrategias se
requieren como se dijo anteriormente para para aprender a partir de lo que se lee pero también
cuando el aprendizaje se basa en lo que se escucha, en lo que se discute o debate. Enseñar
estrategias de comprensión contribuye a dotar a los alumnos de recursos necesarios para
aprender a aprender.
Las estrategias que vamos a enseñar deben permitir al alumno la planificación de la tarea general
de lectura y su propia ubicación –motivación, disponibilidad- ante ella; facilitarán la comprobación,
la revisión y el control de lo que se lee y la toma de decisiones adecuadas en función de los
objetivos que se persigan. Es fundamental que los niños sepan utilizar las estrategias adecuadas
para la comprensión del texto.
Se sugiere que las actividades cognitivas sean activadas o fomentadas mediante las siguientes
estrategias:
Las que permiten dotarse de objetivos de lectura y actualizar los contenidos previos
relevantes (previas a la lectura/ durante ella)
Las que permiten establecer inferencias de distinto tipo, revisar y comprobar la propia
comprensión mientras se lee y tomar las decisiones adecuadas ante fallos en la
comprensión (durante la lectura).
Las dirigidas a recapitular el contenido a resumirlo y a extender el conocimiento que
mediante la lectura se ha obtenido (durante/ después de la lectura).
A pesar de esta limitación, la enseñanza de la lectura debe tener lugar en todas sus fases
antes, durante y después. De modo aleatorio se pueden presentar en diferentes situaciones
en la enseñanza:
Desde el punto de vista de esta autora, el enfoque que se debe tener en cuenta para abordar
las distintas estrategias es desde la concepción constructivista del aprendizaje escolar y de la
enseñanza, ésta es entendida como una ayuda que se le proporciona al alumno para que
pueda construir sus aprendizajes, es una ayuda, porque nadie puede suplantarle en esa tarea.
Existen tres ideas asociadas a la concepción constructivista que son adecuadas para explicar la
lectura: la primera considera la situación educativa como un proceso de construcción conjunta
a través del cual el maestro y sus alumnos pueden compartir progresivamente universos de
significados amplios. La segunda idea, es la consideración de que en ese proceso el profesor
ejerce una función de guía en la medida en que debe asegurar el engarce entre construcción
que el alumno pretende realizar y las condiciones que han sido socialmente establecidas. De
esta forma estamos frente a un proceso de construcción conjunta que se denomina
“participación guiada”.
A modo d introducción, en el inicio de los grandes sistemas de escolarización siglo XIX, el valor de
la escritura como vehículo de comunicación era incuestionable. El acceso a la lectura y escritura
era el ingreso a los rudimentos y bases del mundo moderno. Desde cualquier perspectiva la
escritura resultaba un elemento fundamental de control o cambio. Esta situación se ha revertido
actualmente. La importancia de la escritura no ha disminuido pero las representaciones sociales
en relación con ella han cambiado; la escritura compite desfavorablemente con otros códigos y
medios de comunicación, fundamentalmente los audiovisuales. La cultura del video y el sonido
electrónico dinámico, veloz, acerca al usuario a mundos impensables; como contrapartida lo
vuelve un usuario cada vez más consumidor y más añejado FALTA
1- USO DEL DICCIONARIO: esta secuencia de actividades tiene como objetivo desarrollar las
competencias de los alumnos respecto del uso del diccionario y promover su consulta
sistemática tanto en propuestas de lectura como de escritura.
2- EXPOSICIÓN ORAL: el propósito de las actividades es que los alumnos produzcan
exposiciones orales grupales e individuales sobre temas de estudio que demanden el uso
de la variedad oral estándar de la región y la incorporación de palabras especializadas
necesarias para desarrollar los temas. Se trata de prácticas de una oralidad secundaria
que permite desarrollar en los alumnos habilidades de habla y escucha en contextos
formales de comunicación.
3- RESUMEN: el propósito de las actividades es que los alumnos produzcan resúmenes de
diversas clases de textos, mediante operaciones de supresión, reformulación, reconexión y
generalización presentando brevemente el contenido de los textos fuente o de base y
conservando su sentido. Como la elaboración de los resúmenes supone la comprensión
de los textos base, las actividades propuestas ponen en juego actividades de lectura y
escritura.
Prólogo
Este cuadernillo presenta una propuesta concreta y factible para impulsar el desarrollo de la
capacidad de comprensión lectora en el ciclo básico de la escuela secundaria, concentrándose en
un aspecto clave de esa capacidad; leer para estudiar. Toma en cuenta el hecho de que los
estudiantes que inician este nivel se encuentran con desafíos que interpelan el dominio previo que
han alcanzado.
El propósito de este material es brindar propuestas concretas para que los profesores de este ciclo
puedan incidir en el dominio de la lectura para estudiar en cada una de las asignaturas. No se trata
de un abordaje disciplinar específico de la asignatura lengua, sino de la presentación de una
metodología común para ser usada periódicamente y sistemáticamente en las aulas en todos los
espacios curriculares.
Para ser capaces de comprender lo que leen, los estudiantes deben realizar anticipaciones, hacer
preguntas a los textos, reconocer lo que no comprenden e intentar aclararlo con una paráfrasis,
volver sobre lo leído, resumir manteniendo las ideas centrales y la coherencia general del texto.
Para desarrollar una capacidad es necesario transitar sostenidamente por buenas oportunidades
de poner en juego una y otra vez las habilidades, destrezas y conceptos disponibles con un uso y
sentido estratégico. Este tránsito no es repetitivo, sino que las situaciones van variando
gradualmente, permitiendo que el sujeto pueda transferir a distintos contextos lo que aprende y
aquello de lo que es capaz.
Enseñar a comprender los textos de estudio es una tarea que integra la formación de un
estudiante e involucra a todos los docentes en todos los niveles de escolaridad, ya que la
enseñanza de un contenido determinado incluye enseñar a comprender la diversidad de textos
donde ese contenido es abordado. Para que esto suceda es necesario que cada docente:
Leer es construir sentido y en esta dirección la CL es una capacidad que se encuentra en el eje de
todas las actividades de comunicación y de aprendizaje, ocupando un lugar central en la vida y en
la escuela. En la vida porque constituye una de las vías principales para la asimilación de la
experiencia acumulada por la humanidad; en la escuela, porque su apropiación favorece el
desarrollo intelectual y afectivo del estudiante.
La CL es el resultado de un proceso complejo, que reúne una serie de habilidades que se inician
con la percepción de los signos visuales en la página escrita y se continúa con las operaciones
cognitivas realizadas por el lector para apropiarse del significado de un texto.
El docente podrá avisar la clase anterior sobre qué tema realizarán la actividad de CL a fin de que
los estudiantes que se animen, quieran y puedan, busquen alguna información.
1- PRELECTURA: se presenta el tema sobre el que versa el texto pero aún no se entrega el
texto. El docente entonces:
Escribe el título de la lectura sin entregar el texto
Solicita a los estudiantes que formen grupos
Invita a que por grupo dediquen unos minutos a hablar sobre lo que presuponen
del tema
Solicita que expresen a través de un vocero lo que hablaron
Estos pasos requieren la intervención del docente para contextualizar el texto, explicitar el género
global, como otra información cultural (autorías, campo de conocimientos) que ayudan a la
comprensión. A su vez permiten al estudiante a realizar anticipaciones, presuponer el contenido y
manifestar sus conocimientos previos. Se anotarán en el pizarrón algunas palabras claves que
serán retomadas luego de la lectura. Es recién aquí cuando se reparte el texto.
Estos pasos deben reiterarse en cada clase dedicada a la enseñanza para la CL. El grado de
profundización y complejidad lo regula el docente de acuerdo con las habilidades aprendidas en el
grupo de trabajo y con los textos que le presente. Es importante saber que ningún docente debe
ponerse como objetivo inicial el logro de la actividad completa en una primera etapa.
Objetivos: que el estudiante avance desde una lectura vacilante a una más fluida para mejorar el
proceso de CL.
Actividades:
Objetivos: que el estudiante reponga los “huecos” que el texto deja y reconozca la información
inferencial que todo texto posee.
Cada una de las dificultades requiere diferentes niveles de intervención docente desde cada una
de las disciplinas, y se presentan en forma independiente de las actividades de CL.
1- Lectura silábica que hace lenta la CL: cuando un estudiante llega con deficiencias de
decodificación de letras, su atención y memoria están al servicio de distinguir las letas y
pronunciarlas.
2- No comprende palabras y pierde el hilo de la frase:
3- No comprende conceptos y no puede procesar la información
4- No comprende las oraciones con estructuras más complejas
5- No comprende las relaciones entre las oraciones porque no entiende la conexión entre
ellas
6- No comprende la relación entre párrafos
7- No comprende el texto en su totalidad
Este texto tiene por finalidad examinar algunos problemas teóricos y epistemológicos de la
didáctica sociocultural de la literatura, se trata de una disciplina que a diferencia de otras líneas de
investigación, dentro del campo de la didáctica y la literatura se articularía en torno a paradigmas
interpretativos y socioculturales con el fin de dar cuenta tanto de las prácticas de enseñanza como
de las prácticas de lectura de sujetos concretos en situaciones específicas (BOMBINI).
La didáctica sociocultural se trata de una variante de la didáctica de la literatura que dentro del
mismo campo disciplinar se diferencia de otras líneas de investigación. En efecto, la didáctica
sociocultural busca superar tanto el universalismo abstracto de las líneas de investigación en
didáctica de la lectura de orientación cognitivista como el elitismo intelectual del investigador en
teoría literaria.
Sin embargo por el importante impacto que anticipan resulta necesario revisar críticamente los
principales postulados de la didáctica sociocultural y analizar sus posibles consecuencias en
relación con la enseñanza de la literatura en la escuela secundaria (NIETO).
Este trabajo se propone examinar algunas producciones de Bombini atravesadas por el ethos
sociocultural con el fin de responder interrogantes de la didáctica específica: qué concepciones de
la lectura y de los lectores subyacen en una didáctica que se piensa como sociocultural, qué
relación existe entre la lectura escolar y la que se desarrolla en otros ámbitos sociales y cuál es
el rol de la escuela en la formación literaria de los sujetos.
De Certeau pone el acento en los mecanismos de hacer con que los sectores populares
transgreden los mecanismos de la disciplina en su vida cotidiana. Esta idea conlleva una teoría de
lectura: los sujetos nunca leen aquellos sentidos inscriptos en un textos sino que producen
“desvíos”, es decir, ponen en práctica lo que el ante dicho denomina “una cacería furtiva”.
Las conceptualizaciones de Certeau ocupan un lugar central en los trabajos de Bombini sobre la
didáctica sociocultural de la literatura.
Bombini apela a esas ideas de de Certeau y a partir de ellas propone una concepción de la lectura
caracterizada por cierto optimismo teórico. Según este autor los sujetos leerían desde sus “artes
de hacer”, es decir, desde una empiria siempre transgresora: “en el reconocimiento de esta
diversidad de estas “artes de hacer” radica uno de los sentidos más importantes de una
perspectiva sociocultural sobre la lectura. Se trata de recuperar una empiria en lo que tiene de
particular en tanto ofrece elementos a ser tenidos en cuenta para entender esos distintos modos
en que los sujetos se vinculan con la cultura escrita. En este sentido cualquier operación de
homogeneización impediría percibir esa particularidad y estaría en algún sentido violentando las
lógicas de una comunidad a la que nosotros como sujetos letrados y pertenecientes al campo de
la cultura escrita no conocemos en absoluto “Bombini”.
Bombini se refiere a “sujetos letrados y pertenecientes al campo de la lectura” a todos los sujetos
alfabetizados pertenecientes al ámbito del sistema de la educación formal en el que también se
incluye como integrante. Con referencia a “ellos” estarían constituidos por sujetos ajenos a la
cultura letrada y excluidos de los beneficios de integrar las clases medias, y sus modos de leer, no
deberían ser violentados por parte de los modos de leer del “nosotros letrados”.
Se debería comprender que quienes no pertenecen al círculo referido leen desde una perspectiva
de mecanismos que no conocemos en absoluto. De acuerdo con esos usos adaptativos de de
Certeau los modos de leer de los individuos excluidos de clase media son tan legítimos como la de
los sujetos que pertenecen a ella. Y esa legitimidad que habilita un optimismo teórico reside para
Bombini en que están fundados en saberes a los que el autor denomina recurriendo a Fourcade
“saberes sujetos” (aquellos que han sido descalificados como no competentes: saberes ingenuos,
por debajo del nivel de conocimiento requerido), lo que Bombini llama “el saber de la gente”.
Trasplantada la teoría de la lectura en el ámbito escolar los “saberes sujetos” serían los saberes de
los alumnos, (saberes de alumnos bolivianos por ejemplo, los saberes que producen un obrero en
una escuela de adulto). Para evitar que la escuela se convierta en un patíbulo homogeneizador
Bombini formula una propuesta: las prácticas de la lectura literaria desarrolladas en el ámbito
escolar deben examinarse de acuerdo con las prácticas de lectura desarrolladas en otros ámbitos.
De este modo, la didáctica sociocultural de la literatura deja de lado la escuela como objetivo
privilegiado para pensar la lectura literaria; la escuela pierde su lugar central en el ámbito de la
investigación ya que el objeto de estudio de esta disciplina abordaría indistintamente el estudio de
“toda acción pedagógica en sentido amplio- ya sea que nos refiramos a lo que sucede en un aula
escolar o una experiencia cultural de promoción de cultura”. Dado que fuera de la escuela los
sujetos son lectores que también participan de otras prácticas sociales de lectura, Bombini amplía
el objeto de investigación; para esta didáctica ya no interesa tanto la lectura literaria escolar como
las prácticas de lectura que se desarrollan en diferentes ámbitos.
Esos espacios a partir de los cuales sería posible pensar la lectura literaria escolar podrían ser los
contextos específicos en los que se producen: contextos de interculturalidad y bilingüismo,
experiencias de educación penitenciaria, bibliotecas popular, contextos de escolarización de alta
vulnerabilidad, ect.
En ese sentido, la escuela tendría la posibilidad de aprender a partir de las prácticas de lectura que
se llevan a cabo en otros ámbitos sociales. Estos escenarios interesantes y nuevos, invitan a los
profesores que participen y experimenten otras lógicas para construir sus prácticas.
Por lo tanto dos son las advertencias de este autor para con el “nosotros letrados “, en primer
lugar se debe evitar cualquier tipo de intervención homogeneizadora sobre aquellos modos de
leer, en segundo lugar, precisamente para evitar esa homogeneización la escuela debería
observar e incorporar los modos en que estos sujetos leen en espacios ajenos al ámbito escolar
espacios cuyas diversas prácticas de lecturas vienen a cuestionar las prácticas
homogeneizadoras inscriptas en el imaginario de la escuela moderno.
Según esta autora, la identificación de relaciones entre las distintas partes del texto y el
conocimiento de mundo del lector constituyen un punto crucial en el proceso de comprensión. En
consecuencia, el texto es percibido y representado en la memoria como una estructura
coordinada y coherente más que como un conjunto desarticulado de piezas de información.
El objetivo de esta autora es abordar los procesos de comprensión lectora desde un modelo de
múltiples componentes. Comprender un texto no constituye una habilidad unitaria sino que
integra competencias independientes unas de otras. En este marco, una aproximación
multicomponencial a los procesos que median la dimensión textual es esencial tanto desde un
punto de vista teórico como empírico.
Se propusieron 1 adaptar al español un test para evaluar la comprensión de texto que toma como
base un modelo de componentes básicos del nivel textual; 2 obtener datos normativos para una
población de niños de entre 9 y 12 años y 3 analizar el efecto de dos variable relativas al sujeto:
grado y nivel de oportunidades educativas.
El test leer para comprender se basa en un modelo multicomponencial de lectura que integra
once áreas. El autor mostró que la comprensión no es una capacidad o una operación mental
unitaria sino que están involucradas habilidades mentales específicas relacionadas con factores
diversos, independientes unos de otros.
Esta idea ha encontrado sustento a nivel teórico y empírico ya que no sólo se ha alcanzado
mayor adecuación explicativa en la fundamentación de los procesos implicados sino que
además, la evaluación de los alumnos con dificultad y la intervención desde una aproximación
multicomponencial ha traído ventajas indiscutibles.
El modelo que sirvió de base para el diseño del test propone que el lector cuando se enfrenta a un
texto, debe ser capaz de:
EN CUANTO AL CONTENIDO:
Reconocer el esquema básico del texto, esto es, reconocer los personajes, el lugar, tiempo
y los hechos
Reconocer los hechos y secuencias: la comprensión de un texto depende de la capacidad
del lector de individualizar los hechos y las secuencias propias de cada tipo textual. De esta
manera es importante que el lector pueda distinguir los hechos que se relacionan con las
diferentes tipologías textuales e identificar la cronología fáctica desarrollada en la historia
en términos de identificación de “hechos y secuencias”.
Semántica léxica: otro aspecto esencial tiene que ver con la capacidad de establecer una
red de relaciones entre las palabras que lo conforman. El lector debe, entonces poseer
ciertas habilidades psicolingüísticas fundamentales que le permitan identificar relaciones
de significado locales como la sinonimia, la paronimia y la antonimia y relaciones entre las
palabras y oraciones del texto.
En función de llevar a cabo este proceso de integración activa es necesario reconocer las partes
importantes del texto para no sobrecargar la memoria ni el sistema de procesamiento lingüístico
con información no relevante. Cuando el lector ha seleccionado un número suficiente de
informaciones significativas, puede empezar a construir representaciones más generales del
contenido del texto, es decir, un modelo mental que irá almacenando en su memoria. La
construcción de los modelos mentales tiene la función de estructurar un cuadro de referencia
general sobre la base de cinco dimensiones: espacio, tiempo, causa, motivación, protagonistas.
En otro plano, es esencial que los lectores posean habilidades meta cognitivas generales. Por meta
cognición entendemos la capacidad que tiene un sujeto de reflexionar sobre su propio proceso de
comprensión.
EN CUANTO A LA METACOGNICIÓN.
Leer para comprender es un test que evalúa la comprensión de textos a partir de la valoración de
11 componentes específicos, estructurados sobre la base de 11 áreas que cuentan cada una con
doce preguntas con opciones de respuestas múltiple choi. Se presentan textos o fragmentos
La comprensión lectora es una de las mayores conquistas de la vida escolar. Todo docente
coincide en los beneficios que una buena capacidad lectora aporta a las trayectorias escolares de
los alumnos. Sin embargo, las mediciones de calidad y comparación colocan a Argentina en niveles
bajos. Es por eso que resulta pertinente revisar las características de enseñanza de la comprensión
lectora y la producción escrita desde el comienzo.
PRIMER CICLO: alfabetización inicial. En este ciclo la lectura es un objetivo en sí mismo, dado que
los alumnos abordan los textos para aprender a leer. Si hay una alfabetización adecuada los
estudiantes agilizan la lectura y escritura de palabras, y comienzan a ejercer su autonomía lectura
y su comprensión de los textos correspondientes al ciclo. En esta atapa los textos suelen ser
breves, casi siempre cuentos, se procura que en esos textos cada línea escrita coincida con una
estructura sintáctica aislable, que el vocabulario sea conocido y accesible y la complejidad de los
textos sea baja.
Según el programa “Todos Pueden Aprender” la alfabetización inicial se considera el primer paso
del tránsito cultural de los alumnos. Para que los niños aprendan a leer y escribir es necesario una
propuesta de enseñanza que mantenga equilibrio de todos los conocimientos y procesos
involucrados en ese aprendizaje: Descubrir las funciones que cumple socialmente la escritura,
valorarla como patrimonio cultural, descubrir los propósitos que llevan a la comunidad a leer y
escribir, reconocer la lectura y escritura como práctica cultural específica. La coherencia entre
estos conocimientos implica avanzar simultáneamente en varios sentidos:
- El proceso global de comprensión del texto. Se logra a través de la presentación de
lecturas interesantes para que los niños se familiaricen con los textos de la cultura escrita
y sus funciones y puedan anticipar su estructura, sintáis y encadenamientos de palabras.
- La construcción de un léxico escrito. Requiere una exploración guiada y sistemática de
todas las características gráficas de la escritura. En situaciones variadas y cotidianas de
lectura y escritura el alfabetizando desarrolla una memoria de palabras escritas, que al
principio es global y con la enseñanza sostenida se torna más analítica hasta llegar a las
unidades mínimas del sistema.
- El desarrollo de la conciencia ortográfica y la conciencia fonológica. Los alfabetizandos
reciben enseñanza específica para analizar los componentes gráficos de las palabras y
establecer correspondencia con los componentes fónicos del habla. Este desarrollo
permite que los niños identifiquen las unidades mínimas que componen las palabras en la
lengua oral y las asocien con las letras y su orden en la palabra escrita descubriendo así el
principio alfabético de correspondencias que organiza el sistema.
Para el desarrollo de este enfoque didáctico no basta con la enseñanza de letras sueltas, ni con la
sola inmersión en ambientes alfabetizadores. El conocimiento de la complejidad del sistema
alfabético requiere un trabajo paciente, sistemático, graduado, específico y sostenido a lo largo del
primer ciclo.
SEGUNDO CICLO: a partir de este segundo ciclo, la lectura además de poder constituirse en un
espacio para el placer personal, se vuelve un medio para lograr otros objetivos como para obtener
informaciones, ampliar el conocimiento del mundo, resolver problemas , resumir, exponer. Las
exigencias que pesan sobre la lectura aumentan porque también aumentan los desafíos al lector:
la propuesta educativa se distribuye en áreas, se requiere lectura de manuales, los textos son cada
vez más largos, su sintaxis es cada vez más compleja.
El enfoque de Lengua para el segundo ciclo en el marco de la Progresión Asistida considera que
este es el espacio indicado para que los docentes profundicen el desarrollo de las estrategias de
lectura y escritura, para lograr que los alumnos comprendan a través de la experiencia, que leer y
escribir son herramientas para aprender los contenidos de los diversos espacios curriculares.
Las líneas de acción sostenidas desde el Programa para este ciclo son:
Sin embargo, desde la observación de la cuestión pedagógica, se caracteriza al segundo ciclo como
una etapa extensa pero poco fértil, en la que no parecen registrarse los avances instrumentales y
disciplinares esperables. En el segundo ciclo, no se implementan secuencias específicas para
aumentar la capacidad lectora y escritora de los alumnos.
Es por ello que docentes de primer año del nivel medio señalan problemas como dificultades en la
comprensión lectora de textos sencillos, escritura deficiente, expresión oral rudimentaria. La
propuesta didáctica sustentada en el Programa por el área de Lengua, considera que aún en
aquellos que están en condiciones, les queda un amplio trabajo para enseñarles a leer y escribir
textos de complejidad, extensión y variedad creciente, por eso es preciso aprovechar el segundo
ciclo como etapa adecuada para que los alumnos puedan profundizar su conocimiento y práctica
de la lengua escrita.
La familiaridad con los libros posibilita tres tipos de conocimientos que contribuyen a la
comprensión lectora:
Estos tres tipos de conocimientos ( género discursivo, secuencia textual e información para
textual, se incorporan a la memoria operativa de las personas con la práctica asidua de su lectura,
no con la copia de definiciones que se olvidan de año en año.
PROPUESTA DIDÁCTICA
Todo docente coincide con que es imprescindible desarrollar la autonomía de los alumnos
respecto de lecturas diversas, extensas y complejas para lograr que puedan leer para aprender los
contenidos de las diversas áreas curriculares. Por ello, la lectura admite un enfoque de enseñanza
transversal:
- Se requiere como instrumento para el aprendizaje de los contenidos, de todas las áreas
curriculares
Existen propuestas para gestionar didácticamente dos dimensiones de la comprensión lectora que
se procurará desarrollar de manera sistemática en forma transversal en todos los campos del
conocimiento escolar:
Preparación:
En esta actividad el docente se muestra ante sus alumnos como lector experto de los textos de
su disciplina. Modela cómo hace para entender una frase compleja, cómo relaciona los
conceptos, cómo va resumiendo las ideas.
o Lectura silenciosa individual: los alumnos releen el texto en silencio. Al costado del texto
pueden usar un sistema de marcas para insistir en la comprensión acabada del texto.
o Actividad en pequeño grupo: el docente continúa la tarea, retomando la organización de
los alumnos, los mismos intercambian sus anotaciones individuales y se explican unos a
otros lo que cada uno entiende. El docente pasa por los grupos , recupera de cada grupo
un texto con marcas y pide que expliquen al resto de la clase sus interpretaciones.
o Poslectura: colectivamente la clase con la guía del docente expone las ideas básicas del
texto leído y su desarrollo, y el grupo contesta preguntas que formula el docente haciendo
referencia específica al texto.
El desarrollo del vocabulario
Corresponde a cada espacio curricular establecer un vocabulario específico para ser enseñado por
los docentes y así propiciar que los alumnos puedan incorporarlo, comprenderlo y emplearlo.
Usarlo con frecuencia, explicar su significado y sentido en los contextos específicos. Las
actividades que contribuyen al desarrollo del vocabulario son:
- Enseñanza del vocabulario que se va encontrar en los textos previa a las clases de lectura
- Empleo de mapas o esquemas con los conceptos clave de cada lectura.
Este libro genera puntos de encuentro entre teoría y biografías porque para todos en general
significa haber sido parte de distintas experiencias de lectura que imbrican diversos modos de leer
que por su parte, se analizan en este texto.
- Por un lado, el panorama histórico que explica las teorías de la lectura de forma
cronológica clara y documentada,
- Por el otro, sus implicancias pedagógicas de las que inevitablemente emergen supuestos
teóricos, ideológicos y didácticos.
En este material Dubois lo que hace es alertar a cerca de la concepción de lectura como conjunto
de habilidades (coincidente con el modelo mecanicista) que p rimó parte del siglo XX ya que
considera al momento de aprender una atapa receptiva, carente de dinamismo que describe la
enseñanza del lenguaje y lectura como una sumatoria de elementos que una vez adquiridos
construían el significado esperado. Esa práctica reside hasta hoy día en la práctica en esas escenas
de enseñanza que insisten en la correcta lectura en voz alta como resultado de un buen proceso
lector.
Con los avances del tiempo, esa consideración de “la lectura como conjunto de habilidades
acrecienta un mal entendido debido a la contradicción entre el entrenamiento en habilidades
básicas para decodificar los textos y la formación en lectura y ciudadanía con el finde construir
sentidos a partir de diversos propósitos de lectura. También, a esas prácticas y tradiciones que
parten la enseñanza de las letras o sílabas con el fin de decodificar Dubois dificultades y explica
que “los cambios profundos no se relacionan con métodos, contenidos o temas, sino “con nuevas
actitudes frente a la lectura como proceso y frente al niño como participante activo” en los que
subyacen posicionamientos políticos e ideológicos acerca de lo que es educar.
En segundo lugar, la autora explica el enfoque de la lectura como proceso interactivo (idea surgida
en los 70). Lo más relevante ha sido la modificación del concepto de lector como constructor
activo de sentidos a través de la interacción con el texto, y la inutilidad de pensar que lo que
importa es descubrir el significado oculto en lo leído produciendo una ruptura teórica con
respecto a tiempos anteriores.
Así el lector es considerado un sujeto de conocimiento que no solo se apropia del lenguaje a través
de sucesivas hipótesis de conceptualización sino que lo hace de mejor modo cuando experimenta
las prácticas sociales de lectura y escritura desde su más temprana infancia. Sin embargo hay un
desafaje entre lo que los distintos niveles educativos posibilitan en las aulas y la investigación, ya
que perduran prácticas pedagógica discordantes, anacrónicas o anquilosadas respecto de lo que
significa que la escuela se comprometa con el derecho de formarse en democracia u lectura. Tal
vez, esa superposición de prácticas pedagógicas sea parte de una carencia: la falta de avances
concretos en la formación de formadores, de mediadores, de docentes que siendo lectores reales
y a partir de la investigación, puedan implementar prácticas de enseñanza relacionadas con los
avances investigativos.
Por último, los desarrollos de la lectura como un proceso transaccional son los que Dubois abre de
modo convincente e instala desde el compromiso académico y personal. En este proceso lector y
texto con codependientes y de interpretación surge el sentido de la lectura. Pero el significado del
texto y el construido del lector nunca son idénticos, sino aproximados: luego del proceso de
transacción, lector y textos de transforman.
Este libro no cuestiona a los estudiantes, los resultados, sino que cuestiona sus prácticas y se auto
cuestiona en que si no orienta a sus alumnos para que lleguen a ser además de profesionales
competentes, ciudadanos participativas y críticos, bueno integrantes de la flia, comunidad,
personas decentes, íntegras de qué le sirve llamarse educadora?
Los trabajos sobre lectura aparecidos en los últimos setenta y cinco años se apoyan en tres
concepciones diferentes del proceso:
La primera, predominante hasta mediados del siglo XX, que concibe la lectura como un
conjunto de habilidades.
La segunda, desarrollada en las décadas del 60 y 70 considera la lectura como producto de
la interacción entre pensamiento y lenguaje.
La tercera y la más reciente concibe la lectura como un proceso de transacción entre
lector y texto.
Esta concepción estaba menos interesada en explicar el proceso que en resolver los problemas
derivados de su aprendizaje. Debido a la complejidad de la lectura, la preocupación de los
estudiosos era describir las etapas por las que debía atravesar el niño y las destrezas que tenía que
adquirir en cada una para llegar al dominio de ese proceso.
De acuerdo con esta concepción, el lector que comprende un texto cuando es capaz de extraer el
significado que este le ofrece, lo cual implica un reconocimiento tácito de que el sentido del texto
está en las palabras y en las oraciones que lo componen y de que el papel del lector consiste en
descubrir ese sentido. El lector desempeña así un papel solo receptivo en la medida en que el
sentido de lo leído le llega de afuera, es lo que se incorpora al sujeto que lee, algo así como un
producto de la página impresa que adquiere mientras lee.
Podría afirmarse que el modelo subyacente al enfoque de la lectura como conjunto de habilidades
presupone que:
La lectura es un proceso divisible en sus partes componentes,
La comprensión es tan sola una de esas partes,
El sentido de la lectura está en el texto,
El lector es ajeno al texto, y su papel se reduce a extraer su sentido.
El enfoque anterior empieza a ser cuestionado a fin de la década del sesenta con el avance de la
psicolingüística y la psicología cognitiva. A partir de ese momento surge el enfoque interactivo de
la lectura, dentro del cual merecen destacarse el modelo psicolingüístico y la teoría del esquema
Frank Smith, pionero del enfoque psicolingüístico, destaca el carácter interactivo del proceso
afirmando que en la lectura interactúa la información no visual que posee el lector con la
información visual que proporciona el texto. En ese proceso de interacción el lector construye el
sentido del texto.
La lectura se inicia con una entrada gráfica: los ojos recogen las marcas impresas y las envían al
cerebro para que las procese. Esto quiere decir que la vista capta la información gráfica pero es el
cerebro el que la procesa, y ese procesamiento es solo posible por los conocimientos y las
experiencias que ya posee el lector, gracias a esos conocimientos el cerebro puede tomar
decisiones respecto de la información visual y construir un significado para el texto en cuestión.
Smith sostiene que cuanto mayor sea la información no visual que posee el lector, tanto menor
será la necesidad de utilizar la información visual, puesto que la lectura es un proceso selectivo en
el cual el lector no utiliza toda la información disponible, sino solo la que necesite para construir el
sentido del texto.
Este enfoque interactivo también se vio enriquecido por el aporte de los psicólogos
constructivistas respecto del papel que juega en la lectura la experiencia previa del sujeto. Para
ello utiliza el concepto de esquema- para designar las estructuras cognoscitivas creadas a partir de
la experiencia previa del sujeto- . Esa interacción entre pensamiento y lenguaje sostenida por los
psicolingüistas pasa a ser para los psicólogos constructivistas la interacción entre la información
aportada por el texto y los esquemas que posee el lector.
Para la teoría del esquema al igual que para el modelo psicolingüístico el papel del lector es
eminentemente activo, puesto que el sentido de la lectura es el producto de su actividad mental
que busca los conocimientos archivados en su memoria y los proyecta sobre la página impresa. El
proceso se puede describir de la siguiente manera:
La información gráfica evoca un conocimiento (esquema) en la mente del lector, ese conocimiento
sugiere alternativas para la construcción del sentido del mensaje, y la selección y aceptación o
rechazo de las alternativas dependen de la relación entre el conocimiento evocado y la obtención
de nueva información.
Una concepción más reciente sobre la lectura proviene de la teoría literaria y desarrollada por
Louise Rosenblatt, quien se confiesa contraria a ese concepto de interacción (referida a la relación
lector y texto) y prefiere llamarlo transacción.
Del punto de vista de esta investigadora, en cuanto al proceso de lectura como transacción afirma
que la obra literaria ocurre en relación recíproca entre el lector y el texto. Llama a esta relación
una transacción a fin de enfatizar el circuito dinámico fluido, el proceso recíproco en el tiempo, la
interfusión de lector y texto en una síntesis única que constituye el significado.